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Tercio

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  1.  

     

     

     

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    (EN EDICIÓN)

    Allende los montes de Arathi, atravesando caminos abandonados, pasando por acantilados que dan al vacío y cúmulos de nieve, se abre un valle en lo alto de la montaña donde se encuentra un monasterio de seguidores de la Luz.

    La antigüedad de este monasterio no se conoce. Quizás de hace siglos. Los monjes que vivían entre sus paredes hace mucho que desaparecieron, y los registros que los nombraban se han perdido. Tan solo unas pocas referencias hicieron a encontrar su ubicación. Algo muy conveniente, él y sus seguidores estaban siendo buscados por la inquisición, que estaba cerca de capturarlos, puesto que ellos eran unos renombrados cultistas, cuya adoración por poderes ruinosos, como los llaman los inquisidores, no había pasado desapercibida. Reuniendo a los demás y partiendo una noche sin luna desde Strom, alcanzaron el monasterio y lo bautizaron con el nombre de su secta, Ourobós.

    Ahora, ellos tampoco están, y no se sabe qué fue lo que les pasó. El monasterio lleva abandonado décadas, y la actividad que pudiese caracterizarlo antes ha desaparecido. Tan solo está el recuerdo en su construcción, y en una energía extraña que flota por todo el ambiente e inquieta ¿Qué secretos esconderán sus paredes?

     

    El monasterio de Ourobós actúa como la base de la organización. Este, aún sin reclamar del todo, actúa también como una caja de sastre para crear roles entorno a él. Ya sea para mejorarlo o para ir desentrañando su trama. La mecánica es simple, los problemas a presentar son generales, y son los mismos jugadores los que han de ponerle solución a la manera que ellos discutan y quieran. Además de esto, se pueden crear nuevos problemas o buscar ideas propias que se crea se necesiten. Se sugiera usar la mecánica de los consejos para ello.

     

    Las dificultades del camino

     

    El frío de los huesos se va más difícil que la peor de las maldiciones

    Sobrevivir a las bajas temperaturas no es tarea fácil. Se necesita alguna manera de calentarse

    No dormir está al alcance de poderosos hechiceros. No es el caso

    Hace falta dormir en algún lugar, preferiblemente sobre cama

    Comer cuero no es tan malo

    Las provisiones que se han traído en el viaje no aguantarán para siempre

    Creo que esa puerta quiere decir algo…

    El monasterio está lleno de hechizos a romper. Hace falta empezar a acumular alguna fuente de energía para lograrlo

    Es una buena piedra

    Puertas y zonas están llenas de escombros, sería interesante saber qué hay más allá

    Era un árbol sabio

    El maleficio de desorientación que protegía la zona ha caído, y con él también ha muerto el árbol parlante que lo alimentaba. Habría que buscar la manera de levantarlo de nuevo para poder defender la zona.

    ¿Qué habrá en esa colina?

    Los alrededores del monasterio parecen estar acompañados de varias construcciones, quizás es buena idea hacer un mapa de la zona para saber por donde nos movemos

    Demasiados tranquilos estamos, esto no me gusta

    Hay numerosos problemas por descubrir, siéntete libre de crear alguno

     

     

    Las zonas del monasterio

     

    El monasterio parece amplio, con muchas zonas sin descubrir.

    El bosque

    -      La arboleda inexplorada

    -    El árbol maldito

    La entrada

    -     Estatuas de una especie de hombre buey

    -   Cuadros de los fundadores de la secta

    -    Escombros

    El primer pasillo

    -      Algunas zonas parecen inaccesibles por los escombros

    -    Por la pared del fondo parece que se escucha algún tipo de respiración o lamento

    El claustro

    -        Es un patio amplio, sin plantas por falta de cuidado

    -        Da entrada a las demás zonas

    -        Tiene una especie de pozo que no funciona

    El comedor

    -        Dos estatuas de lo que parecen mujeres con cuernos vigilan la estancia

    -        Muebles rotos, inoperantes. Sillas y una gran mesa, quitándo la de arriba

    -        Estatua de un buey presidiendo la estancia

    -        Hay una buena chimenea

    Habitaciones

    -        Muchas camas rotas y baules de igual forma, sin abrir aunque podridos

    -        Dos habitaciones a los lados, con banderas comidas por el tiempo

    La gran sala

    -        Una puerta con grabados que parecen describir el viaje de seis personas guiados por una entidad con cuernos.

    -        La puerta es defendida por dos estatuas, que atacarán a quien se acerque

    -        Alrededor de la sala hay estatuas de seis halcones, enfrente de los mismos una gran estatua de un buey en basalto negro

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  2. Corte de los Mendigos

     

     

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    “Mi voluntad todo lo vence” 

    Destruidos una vez, parecía que la corte había terminado sus días. Agotados, acabados. Sin embargo, la mota de la corrupción nunca muere del todo. Se multiplica, como una plaga. Desde las profundidades del bosque negro, Dieter Greiham ha tenido tiempo para pensar. La destrucción de su torre y la nueva situación de su foresta han hecho que el lugar carezca de ningún tipo de interés para él. Nuevos aprendices y ayudantes han acudido a su puerta, y con ellos nuevas oportunidades de alcanzar su objetivo, que en experiencia no le faltaba. No era sino un nuevo comienzo, pero no poseía tanto tiempo

     

    La Corte de los Mendigos

    La Corte de los Mendigos es una organización de jugadores con una temática centrada en las acciones ilícitas y todo lo relacionado con la brujería, especialmente con la nigromancia. Se crea con la intención de intentar que los jugadores tengan un lugar común donde llevar a cabo sus roles, y también para que estos sean usados por otros miembros del servidor.

     

    Historia:

    El nacimiento de la Corte de los Mendigos se remonta años atrás, dos vagabundos conocidos como Dieter y Jasón deambulaban juntos por la recordada Villadorada sobreviviendo a duras penas por la piedad, sin saber cuándo volverán a comer, o si esa noche tendrían un techo bajo el cual dormir sin tener nada más

    Una mañana, el Reino de Ventormenta dispuso un aviso para ir a la caza de un nigromante en Ocaso, muchos parecían dispuestos en acudir para cobrar la recompensa pero ambos mendigos tuvieron un plan diferente, un plan nacido de la propia inquina o puede que incluso simplemente buscaran algo con lo que cambiar su destino. 

    Dieter y Jasón acudieron al cementerio para avisar al nigromante, Morbent Vil  de forma sibilina adquirió a ambos como aprendices. Bajo su tutela los dos mendigos se convirtieron en Maestros, los Maestros buscaron nuevos aprendices y entonces el ciclo continuó de nuevo.

     

    Simbología:

    • Emblema principal: Una calavera siendo coronada por 3 ratas, que representan las tres pasiones que te empujan hacia la trascendencia, representada por al corona.
    • La corona: El emblema que sublima a lo mortal hacia lo divino. Es una corona de oro, lisa, sin ornamento, que representa la pureza de la ascendencia, sin nada mortal que lo ate.
    • La calavera: representa la mortalidad, lo fútil de la existencia y lo bajo de ella. Le faltan tres dientes de la parte izquierda.
    • Las ratas: representan las pasiones. Una es la pasión por lo desconocido, es la curiosidad y la falta de entereza, es el miedo y el valor por adentrarte a conocer lo prohibido. Otra es la pasión de lo mortal o mundano, representa que una vez obtenido el conocimiento quieras usarlo para calmar tus necesidades de poder, dinero o amores. La última es la pasión de lo divino, colmadas tus necesidades, estas cada vez tienen menos importancia en tu vida, y te das cuenta que lo único importante es alcanzar la divinidad.
    • El número 3: Representa a las ratas, y por tanto a las pasiones

     

    El credo de los mendigos

     

    Es complicado establecer algún tipo de creencia ¿en qué hay que creer?¿Hay algo sobre lo que se deba creer? La experiencia lo único que me ha demostrado es no creer en nada. Las cosas que se me han relevado me han llevado a un tipo de conciencia superior, donde solo me encuentro yo. Las mentiras de la luz y la oscuridad no son nada. Yo soy el motor que mueve el mundo. Sobre mí reposa la voluntad que parte el universo. Tan solo, yo solo, puedo trascender y liberarme de las ataduras que me tienen doblegado en mi existencia. Yo solo creo en yo.

     

    Organización:

     

    Dos maestros, en igualdad de condiciones. Ahora solo queda uno, pero las condiciones son las mismas. Sin embargo *Dieter hizo una breve pausa” hay mejores maneras de gobernar a los hombres, y este es el cambio que introduzco, un cambio principal que servirá para dar forma a toda la sociedad de los mendigos.

    Es mio el derecho a tomar el mando absoluto de esta sociedad, pero reconozco que los caracteres de la gente que me acompañan claman, como mínimo, por una cierta independencia. La sumisión es mal llevada por todos aquellos que andan los caminos que yo mismo persigo, y de eso me he dado bien cuenta. Hay muchas formas de entrar en una relación a la jerarquía. Es por eso mi voluntad establecer la siguiente estructura,
    y que nos sea provechosa a todos.

     

    Dieter Greiham

     

    La estructura de juego está pensada para establecer de primera mano un ambiente al que todos los jugadores puedan acogerse e interactuar sobre él. Este es un primer boceto que se expone, abierto a modificaciones según el interés de los jugadores.


     

    De la relación maestro aprendiz

     

    Así debe ser, reconocer la jerarquía, reconocer al superior no es una debilidad, es un síntoma de inteligencia. Y así, el que es superior también reconoce su necesidad, reconoce a aquellos que van a servir a su interés. De esta relación solo puede surgir el beneficio mutuo. Por una parte, el conocimiento y los recursos del maestro, por la otra, el tener servicio quien haga extender su voluntad.

     

    La relación de la jerarquía se debe al principio de reciprocidad arriba escrito. No es un tipo de sumisión sin contraparte, sino un contrato verbal, donde a cambio del servicio del alumno o empleado, el maestro ofrece lo que está a su alcance para que su aprendiz avance. En términos de rol, esto se traduce en la interpretación de los derechos del inferior, ya que el superior siempre tiene bien clara la posición que ostenta. Da pie a la negociación y el reconocimiento por parte de ambos de llegar a acuerdos. Aunque un alumno demasiado rebelde puede ganarse el castigo.

     

    Del juramento

     

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    El juramento es el rito iniciático que te reconoce como un miembro de la corte de los mendigos, y a la vez una aceptación del cumplimiento de las normas (o su transgresión de forma encubierta). A su vez, da pie a los beneficios sobre la hermandad que especificaremos más adelante

     

    “De frente a Los maestros y mis iguales, juro solemnemente y prometo cumplir los siguientes puntos:

     

    1- Mantendré la lealtad a mis maestros y superiores así como su autoridad.

    2- No compartiré los secretos de nuestra corte con aquellos ajenos a ella. No pondré el peligro a nuestra hermandad con mis actos.

    3- Buscaré el Conocimiento y mi perfección siempre, y lo utilizaré para aumentar mi poder y ponerlo en beneficio de nuestra corte

    4- Iré en ayuda de a quien me ordenen y se merezca.

    5- Utilizaré mi poder para fortalecer nuestra orden, y destruiré aquellos que se oponen a nosotros. No tendré piedad con aquellos que se interpongan en nuestro camino o que amenacen a la orden y a sus objetivos.

    6- No buscaré el mal de los miembros de la corte, mis iguales, ni les daré muerte ni tomaré sus posesiones en contra de su voluntad. A no ser que así se me ordene por aquellos a los que debo sumisión.

    7-  No negociaré ni tendré trato con entidades que me pidan lealtad, ni mundanas ni sobrenaturales.

    8- Daré castigo necesario de aquellos que incumplan estas normas.

    9- Enseñaré estos principios a aquellos que vengan detrás.

    Que así sea, porque así me rijo, y a cambio obtendré lo que me merezco”

     

     

    De los miembros


                  Un título no es más que un reflejo de un hecho. En este caso, un hecho de poder

     

                Se reconocen los siguientes estatus dentro de la propia organización, siendo ellas depositarias de diferentes derechos y deberes. Para ascender por ellas es el simple hecho de rolear y producir rol, lo cuál se acotará conforme la hermandad avance:

     

    1 - Invitados: Gentes de paso, a la que se le permite el acceso en determinadas ocasiones. No pertenecen a la corte, pero se le pueden conceder o no determinados derechos dependiendo de la ocasión

    2 - Privilegiados: Son aliados, gente a la que se le concede los derechos básicos, más abajo descritos, pero no han jurado y por tanto no son miembros de derecho. Para ser considerado privilegiado has de ser invitado por un miembro de la corte.

    3 - Jurados: Miembros que han jurado y por tanto tienen, aparte de los derechos básicos, capacidad sobre gobierno y recursos de la corte.

    4- Maestros: Miembros que por su habilidad han alcanzado unos conocimientos a los que acompañan éxitos al beneficio de la corte. Alcanzas las cotas de mando superior y tienen mayor repartición sobre los recursos de la misma.

    5- Exarcas: Miembro con todos los derechos, forman ya unidades independientes del culto que pueden trabajar de forma autónoma sin supervisión. Forman parte del cuadro superior de mando.

    6- Primus: Puesto que se guarda para los fundadores

     

    Del gobierno

     

    “El ejercicio de la autoridad debe ser algo que afila, que se practica. Si el poder no es ejercido y experimentado más allá de la sumisión no se comprenderá jamás su naturaleza”

     

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    El poder en esta corte es ejercido con toda la soberanía por el primus, encargado de su gobierno y ductus. Sin embargo, se reconocen diferentes grados de mando dentro de la hermandad, que pueden actuar de forma independiente conforme a los deberes que se le atribuyan o los poderes que se le cedan. Así, los jurados quedan formados en un consejo que puede estar presidido o no por un maestro. Este consejo tiene una doble función. Por una parte, si se constituye sin un maestro presidiendo, tiene un carácter resolutivo. Se le pueden atribuir deberes que deben resolver a su criterio. En el caso de estar convocado por un maestro tiene un carácter consultivo. De igual manera puede crear proposiciones que de forma consensuada se ofrezcan a los superiores. Maestros y exarcas quedan constituidos en un segundo consejo de carácter gubernativo sobre los jurados y sobre sí mismos. Sobre ellos recae la tarea de gobernar la orden y sus recursos, presididos por el Primus, que mantiene un carácter de veto sobre las proposiciones de ambos consejos. Los exarcas tienen derecho a veto sobre las proposiciones de los maestros. 


     

    De los recursos poseídos

     

    “Los recursos son nada en sí mismos, sólo combustible que alimenta la grandeza”

     

    La corte establece su propiedad sobre lo obtenido por sus miembros en lo ejercido bajo su nombre, así como lo creado con sus recursos (artefactos y libros incluidos). La repartición será estipulada en los derechos de los miembros. El acceso a los recursos en primera instancia está dispuesto a los maestros y exarcas, así como el primus.

     

    De los derechos de los miembros

     

    El estatus es lo único que no puedes quitarle a un hombre sin que quiera venganza”

     

                Aquellos que formen parte de esta corte, desde privilegiados a miembros, disponen de los derechos básicos de proveerse de su biblioteca, así como el uso de sus salas para sus quehaceres tanto como para si mismos como para la corte en su conjunto. Además de ello, tienen derecho a cama y alimento, pudiendo poseer estancias privadas dentro de los dominios de la corte e inviolabilidad de ellas salvo resolución del consejo de Exarcas y maestros. Los maestros y exarcas además tendrán disposición de los recursos de la misma, salvo de lo guardado para el primus, con total libertad. Los invitados serán proveídos con lo acordado por sus servicios

     

    De los castigos

     

    “Hay personas que en vez de la zanahoria, elijen la vara”

     

    Los castigos serán impuestos a aquellos que rompan el juramento o contravengan como no jurados con intereses en contra de la orden. El castigo será impuesto por el consejo de exarcas y maestros, teniendo la última apelación el primus. Los castigos se aplicarán en base a la gravedad de sus actos.

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  3. 163f165f8bd742f87a2cdf52994ed489.jpg

    El viaje había sido largo, semanas de camino entre el bosque del Ocaso y Arathi. Las fronteras de los reinos fueron sucediéndose, primero a pie entre los negros bosques, luego por la llanura amarilla hasta llegar a la costa, y de ahí por el ancho mar hasta arribar a los puertos de Arathi. Cruzando como viajeros Strom, se adentraron en los bordes del país, iniciando la subida por caminos en la montaña que no habían sido pisados en decenas de años. El frío atenazaba, y las formaciones de nieve aumentaron conforme a la altura, tanto que hubo que despejarla. Ante sus ojos se abrió un valle, un bosque nevado. Atravesarlo no fue tarea sencilla, antiguos maleficios, ya algo caducos, hicieron a la compañía perderse en acertijos y tener que pagar un impuesto a un árbol que devoraba a quienes se atrevieran a pasar sin dar el debido impuesto. Con todo, la entrada al Monasterio de Ourobós estaba abierta ¿Qué misterios esconderían sus interiores?

    Spoiler

    Dos sesiones, habilidades y participantes:

    1ª sesión:
     @Focus Como Claudie
     @Rolf Como Maerwynn
     @Axl Como Morsov

    2ª sesión
      @Focus Como Claudie: Pendiente
      @Rolf    Como Maerwynn: Pendiente



     

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  4. Una habladuría se había ido extendiendo por los barrios bajos de Stromgarde. Lugares donde la gente corriente no se acerca, y los que lo hacen portan malas intenciones. Los objetos malditos se decía que pululaban, dispuestos a la compra por quien tuviese suficiente dinero para pagarlos. Un rumor se fue extendiendo por estos sitios, parecía una convocatoria, hecha para quien la entendiese. Desde luego el asunto no pasó desapercibido por la comunidad creada en aquel lugar, que trató de desentramar el escrito.

    "Los portadores de la llama han sido convocados por el guardián del umbral en el cruce de los ríos gemelos, en la noche de la última luna menguante esta os enseñará el camino. Tres veces tañaran las campanas a la llegada como tres son sus hijos, tres serán quienes puros de espíritu e inmaculados heredaran el nuevo amanecer. Siete veces despojado y siete serán sus deseos, siete que moldearan el mundo a su imagen y semejanza. Siete se volverán uno, y el uno lo será todo."

    ¿Qué querría decir este texto críptico?

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  5. Epílogo

    Con la aldea en llamas y todos sus habitantes muertos, los participantes habían sellado su pacto con las brujas. Unas gotas de sangre propia fueron suficientes para atarlos a las tierras de Drustvar, aunque las consecuencias de esto no podían preverlas. Al volver a embarcar en el puerto de Boralus un viejo libro hecho de piel humana les acompañaba. Parecía palpitarles entre las manos mientras surcaban de nuevo los mares hacia tierras conocidas.

    Un recuerdo fugaz, quizás, de lo que había costado obtenerlo, donde casi se jugaron la vida. Los que ya no volverían quedaron atados al albur de las brujas. Aquella aldea que les tendió la mano con confianza ahora yacía entre los cascotes de la destrucción. Los cazadores de brujas llegaron a los pocos días, cuando ya no quedaba nada. Albert Frauder, su capitán, se dispuso a dilucidar qué había ocurrido aquí y a perseguir a los causantes ¿Lo conseguiría? El tiempo lo dirá

    Participantes y habilidades

    Spoiler

    Rol de 14 sesiones

     

    @Focus Como Claudie (12 sesiones): Adv/notar, reflejos, atletismo, buscar, rastrear, supervivencia, enfermedad media, enfermedad debil, alquimia, levantar behemont, pistola chispa, levantar zombie, pudrir equipo


    @Miuw Como Luc Sinclair (9 sesiones): Pendiente


    - @Sucubxs Como Harrow Valentine (2 sesiones):


    - @Rolf Como Maerwynn Custov (14 sesiones): Adv/notar, reflejos, atletismo, buscar, rastrear, supervivencia, vigor de martir, estrangular, golpe letal, encantar arma: sanguijuela, regeneración oscura, esencia vital, detectar vitalidad, sigilo, voluntad, espada pesada, Rumores, descarga espiritual


    - @Dorito Como Karim Rodrerik (4 sesiones): Reflejos, atletismo, alzar zombie menor, alzar esqueleto, espadon, defensa, enfermedad débil, adv/notar, sigilo, voluntad, supervivencia, corroer hoja, pudrir sangre


    - @Catrine Como Perséfone (10 sesiones): Defensa, Adv/Notar, Atletismo, Supervivencia, Enfermedad media, Enfermedad Debil, Enfermedad Media, Misiles arcanos, Levantar Zombie, Detectar energía arcana, abjuración básica, voluntad


    @SpetznazsGandalf Como Cahir de Aguasturbias. (1 sesión)

     

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  6. Atributos
    8 Físico
    6 Destreza
    6 Inteligencia
    7 Espíritu
    6 Percepción

    Valores de combate
    32 Puntos de vida
    28 Mana
    6 Iniciativa
    10 Ataque CC (Espada pesada)
    10 Ataque CC (Maza de mano)
    >10 Ataque CC (Lanza pesada)
    7 Ataque a Distancia (Arco largo)
    7 Ataque CC Sutil (Daga)
    8 Defensa

     

     

    Habilidades

    Físico
    2 Espada pesada
    2 Maza de mano
    2 Lanza pesada
    Destreza
    1 Daga
    1 Bailar
    2 Equitación
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Lanzador
    1 Nadar
    1 Sigilo
    Inteligencia
    1 Leyes (Reinos Humanos)
    1 Religión (Luz Sagrada)
    1 Sanación/Hierbas
    1 Conocimientos/Historia (Reinos Humanos)
    Espíritu

    1 - Voluntad
    Percepción
    1 Arco largo
    1 Advertir/Notar
    1 Etiqueta
    1 Música

     

    Escuelas/Especializaciones


  7.  

    • Raza
      Humano
    • Sexo
      Hombre
    • Edad
      20
    • Altura
      1.83
    • Peso
      90kg
    • Lugar de Nacimiento
      Stromgarde
    • Ocupación
      Caballero errante
    • Descripción Física

      Joven de 20 años, con un buen físico por el ejercicio que ha llevado a cabo toda su vida. Es alto y apto para la guerra. De cabello castaño, al igual que sus ojos. Suele ir afeitado.

    • Descripción Psíquica

      Nacido como segundón de una familia hidalga, ha dedicado su vida desde los siete años al servicio de una casa noble superior. Es un hombre de su tiempo, centrado en el orden natural de las cosas, la nobleza y lo que implica. Siente reverencia por la Luz . Es de un caracter reflexivo, simpático, con un humor que se centra más en lo inocente. 

    • Ficha Rápida
      No (600 palabras mínimo)
    • Historia

      Hoy cumplo 20 años.

      Un muchacho, ya considerador hombre, se arrodillaba frente a un camastro de paja, entrada ya la noche. Unas ascuas daban los estertores últimos antes de apagarse a su derecha. El suelo de piedra le resultaba frío, pero él se había puesto una alfombra para cubrir sus rodillas. Realizaba sus oraciones en voz baja, pensando alto, intentando elevarse a través de la oscura noche que asomaba en la ventana. Apoyada en la cama se encontraba una espada desnuda. Él la miraba sumido en su murmullo, dejando navegar su mente a través del filo esperando encontrar en ello lo sacro, más se detuvo en varias mellas de las hoja, defectos otrora pasados por alto, pero que en aquel momento lo turbaron profundamente. Con un suspiro se metió en el jergón.

      Cuando los rallos de Sol alcanzaron la ventana, los jóvenes llevaban ya rato en sus quehaceres. La primera misa, aunque ya en la costumbre, era demoledora. Ahora mismo se encontraban ejercitando en el patio de armas, donde un sargento les hacía repetir una y otra vez distintos movimientos que ardían en sus brazos. Paradas, redobles, saltos, monta, tiro con arco. La mañana pasaba en una sucesión de entrenamientos para endurecerlos, tanto física como mentalmente. Garçes simplemente no estaba allí, por lo menos su cabeza. Repetía todo como un autómata, distraído. Su mente vagaba hacia otros mundos donde las preguntas se le agolpaban ¿Por qué estaba haciendo esto? ¿Cuál era el sentido? La respuesta era muy obvia claro, su vida, decían, mejoraría mucho desde una mejor posición como caballero al servicio de algún noble de más importancia. La lógica decía que ese era mejor camino, pero la realidad de lo que experimentaba se alejaba mucho de lo que decían. Él no hacía más que trabajar, constantemente, con un esfuerzo terrible. Una auténtica tortura para el cuerpo y la mente, siempre en tensión, sin tiempo para detenerse. Las jornadas duraban hasta prácticamente el anochecer donde caía rendido en la cama. Y todo esto para morir en el barro matado por alguna pedrada mal dada de un trol o un ballestazo fortuito en un castillo. Él lo había visto, había acompañado a su señor en alguna escaramuza, ya como escudero. No vio nada de honroso en lo que se presentaba a sus ojos. Hombres agónicos sangrando. Su señor los miraba con mucho respeto y reverencia ¿sería eso? Quizás algo que él no podía observar, un velo que él no era capaz de revelar. ¿Sería acaso la Luz? Los sacerdotes hablaban sobre el orden del mundo, aquello que estamos organizados para hacer. Le costaba creer, él quería creer a fe ciega. ¿Pero cómo se diferencia a los ojos de un mundano la Luz de la simple magia? Encontraba en esa pregunta un abismo insondable. Él sabía la verdad, claro, la Luz creadora, pero no sabía explicarlo, tenia una gran duda. Y con esa duda la existencia se volvía intrascendente ¿para qué esforzarse en todo lo que se le pedía? Cuando todo está tan a la vista es muy difícil discernir que cosas son verdaderas y cuales solo son relleno.  Admiraba a sus compañeros, no los veía en las mismas diatribas. Tan encaminados que llegarían al éxito. Pero él no podía hablar estos temas con ellos.

      Al llegar la noche se encontraba de nuevo arrodillado frente a su cama, pero esta vez no pudo dormir. Se levantó del camastro y anduvo en silencio por los pasillos del castillo, creyó escuchar aún un ruido en el salón. Al llegar vio aún la pira encendida y a un hombre ya entrado en años sentado en un sillón observando el fuego que reconoció al instante.

      -        Lo lamento señor, no sabía que había alguien aquí, no quise molestarle- dijo.

      El hombre no era más que el señor del castillo Sir Rodrerick, a quien otros llaman “el fuerte”. Ahora mismo se encontraba hundido en sofá, agarrando su espada envainada y con un rosario en la otra.

      -        No puedes dormir, yo tampoco – Lo miró un instante – Acompáñame entonces hasta que el sueño quiera alcanzarnos. –

      Garçés se acercó, respetuoso.

      -        Hay algo que te aflige – Dijo – Lo he visto en tu cara esta mañana en los ejercicios – Garçés mantuvo el silencio – ¿Se puede saber qué es? –

      -        La Luz no me responde señor, por más que rece no encuentro solución a mis pesares, ni una ayuda al alma que me permita llevarlos. No he sentido nada. – Se acongojó un poco al confesarlo.

      Tras un breve silencio, el señor contestó.

      -        Y por qué iba la Luz a hacer eso, eso es trabajo tuyo. – Garçés mostró duda en la cara – Cómo dice señor – Rodrerick se incorporó en el sillón, dejando ver la larga barba cana, antaño rojiza, que le llegaba hasta casi la tripa. – Te queda un año para hacer tu juramento hacia mi persona, y aún no sabes lo que es ser caballero. – Hizo una pausa – Es normal, no tanta gente se lo plantea, el año que viene juraré a muchos de los que hoy tengo a  mi cargo, más poco serán más que milites, tropas que han costado 14 años entrenar, algo que parece un caballero, pero que si escarbas un poco te das cuenta de que es solo eso, vacío, algo intrascendente. Aún no sabes lo que digo, pero el camino de la Luz es una lucha contra ti mismo, no todos gozamos de la gracia de la misma forma. Benditos sean los ignorantes, pues su fe en esencia vale como la nuestra, pues los que se platean las preguntas están llamados a pasar un camino difícil.

      -        Qué debo hace entonces – La voz quedaba acongojada – Cómo debo proceder –

      -        La decisión es tuya. Puedes vivir como el resto, fingir que nada de esto ha sucedido y la inercia, el pasar del tiempo simplemente borrará el recuerdo de la duda. O puedes iniciar tu búsqueda de lo que significa ser caballero, vestir el manto blanco y el escudo liso, y volver dentro de un año, a responderme tú mismo –

      A la mañana siguiente con sus armas y un palafrén viejo, cargó la lanza al hombro y salió del castillo con dirección a ninguna parte.

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  8.                                                                                                 623df7feb5d760394258157528c592bc.jpg

    El amanecer se abre paso en la aldea de Barald. Los débiles rallos de la aurora intentan abrirse paso entre los bancos de niebla salidos del bosque hacia las casas de los lugareños, que se desperezan de sus camastros. Norbert se levanta, recogiendo su hábito, como siempre, de la silla donde lo había dejado al acostarse. Su mujer se ha levantado antes y está preparando algo de tocino para el trabajo del campo, como siempre. Se siente aún cansado, no ha pasado bien la noche atormentado por pesadillas de diversa índole que no recuerda con claridad. Sale a la entrada de la casa, desde dónde observa con ojos legañosos las casas de sus vecinos, que humean por las glorias de las chimeneas inundando de un agradable olor a leña quemada el ambiente, como siempre. Decir ir a la fuente del pueblo a por algo de agua por lo que coge la cuba y se dirige, casi sin saber donde va. La luz aún no ha iluminado del todo la pequeña plaza que forman las casas, por lo que no se ve del todo bien. Pero se ve suficiente para intuir la mole de piedra donde se coloca una cruz de hierro sobre un pedestal de piedra más alto que dos hombres.
    El agua está congelada, así que mientras el alba rompe Norbert pica el hielo, como siempre. Pero se da cuenta de que hay algo extraño en el reflejo de la cruz cuando se alcanza a ver algo. Alzando la vista lo primero que se le viene a la boca es un "por la luz" mientras cae de espaldas ante el horror que presencia.

    Un día más en Drustvar, como siempre.  

     

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  9.  

     

    Atributos
    6 Físico
    7 Destreza
    7 Inteligencia
    6 Espíritu
    7 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    28 Mana
    8 Iniciativa
    9 Ataque a Distancia (Rifle)
    9 Ataque a Distancia (Pistola de chispa)
    8 Ataque CC Sutil (Espada ligera)
    8 Defensa

     

     

    Habilidades

    Físico
    1 Atletismo
    Destreza
    1 Espada ligera
    1 Bailar
    1 Defensa
    1 Nadar
    1 Sigilo
    Inteligencia
    1 Leyes (Reinos Humanos)
    1 Religión (Luz Sagrada)
    1 Sanación/Hierbas
    1 Cirugía/Anatomía
    1 Supervivencia
    1 Conocimientos/Historia (Reinos Humanos)
    1 Conocimiento magia oscura
    1 Criptografía
    1 Historia imperios troll
    Espíritu
    1 Voluntad
    Percepción
    2 Rifle
    2 Pistola de chispa
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Comercio
    1 Disfraz
    1 Etiqueta
    1 Rastrear
    1 Reflejos
    1 Rumores

     

    Escuelas/Especializaciones


    • Descripción Física

      Un hombre de mediana estatura, andar recto. Tiene el pelo ceniciento y los ojos verdes. Su cara es seria, de rasgos afilados. Presenta alguna cicatriz en la cara. Lleva la barba bien recortada con un bigote cuidado. Pelo corto. Se le ve un hombre entrenado aunque no excesivamente fuerte.

    • Descripción Psíquica

      Un hombre curioso, habido de conocimiento, leído en diversos temas. Es simpático y vivo, intenta no tener vicios, aunque le puede algo la avaricia.

    • Ficha Rápida
      No (600 palabras mínimo)
    • Historia

      Apunte de diario, día 1º de nuestra expedición.

      Hemos cargado todos los materiales en los bueyes; provisiones, armas, tiendas de campaña, mapas… Todo está listo para partir a las selvas de Tuercespina este mismo día. He estado limpiando los rifles a conciencia, casi obsesivamente. El capitán ha dado todo por correcto y las 50 almas partiremos al unísono. Quizás me hacen falta otro par de botas.

      Apunte de diario, día 5º de nuestra expedición

      El viaje ha transcurrido sin más incidentes que la rueda de un carro roto al paso del río al entrar a Páramos de Poniente. Estuvimos ahí unas cuantas horas parados. He encontrado en la expedición varios personajes pintorescos. Un simpático estudioso llamado Tomás, he compartido con él algunas conversaciones de diversa índole, un hombre bien formado en filosofía y otras ciencias como la astronomía y la alquimia. Hay una guardia de bonitos cabellos, llamada Diana. Me rechazó con mucha delicadeza.

      Apunte de diario, día 14º de nuestra expedición

      Lewis el cocinero ha muerto. No asaltaron unos bandidos a mitad de camino, antes del cruce de las montañas. Fue fulminante y no le fue doloroso. Lo enterramos a un lado del camino.

      Apunte de diario, día 23º de nuestra expedición.

      El cruce por las montañas está siendo más complejo de lo que parecía, la búsqueda de una ruta directa a Tuercespina fuera de los pasos tradicionales se ha saldado con la cuenta de otros tantos despeñados junto a un carro donde iba gran parte de nuestra ropa de recambio.

      Apunte de diario, día 30º de nuestra expedición.

      Hemos entrado a la jungla. El golpe de humedad ha sido terrible. Tomás me explicaba los diferentes tipos de plantas, de las que iba recogiendo. Para él esto es como un cambo botánico, tiene de todo. Las noches son apabullantes, el sonido de los cientos de animales que viven en la nocturnidad no te deja pegar ojo. Lo peor son los mósquitos, enormes, amanecemos con los cuerpos llenos de picaduras. Tengo la sensación de que nos vigilan. Debemos darnos prisa para llegar a la ruina troll, de donde volveremos todos ricos.

      Apunte de diario, día 50º y largos de la expedición.

      Diana ha muerto. Una serpiente se cobró su parte al caer de un árbol. La enterramos profundo, con los cabellos atados para que no la sacaran las alimañas. No creo que lo vayamos a conseguir pero intentarlo es al menos un consuelo. Tomás farfulla por lo bajo, esta muerte le ha afectado más de lo que se admite a reconocer, para mi viene siendo en estos dos meses ya casi un habitual. Hemos recibido algunos ataques de los trolls nativos, que se intensifican conforme avanzamos hacia la ruina.

      Apunte de diario, día alrededor del 70

      La espesura de la selva se ha vuelto tal que soy incapaz de discernir cuando pasan los días. Empiezo a contarlos a través del sueño, que cada vez es menos habitual por lo que los días son más largos. La lluvia torrencial ha vuelto un lodazal el terreno por lo que hemos tenido que abandonar los carros y cargar con lo que pudimos a la espalda. Quedamos alrededor de 20 almas. Empiezo a vislumbrar una gran cantidad de escombros. Debemos estar cerca de las ruinas.

      Apunte de diario, vuelta a casa.

      Escribo ya esto como último apunte, dispuesto a presentar el informe que verán nuestros promotores como único superviviente. La llegada a las ruinas Gurubasi fue un auténtico infierno. Las vimos abriendo un claro, imponentes y vacías. Acampamos esa noche a los límites de la linde. Tomás desapareció esa misma noche, decían que lo habían visto avanzar solo en la penumbra hacia las ruinas. Nunca más vimos el cuerpo, por lo que supongo que ha murió esa misma noche. Su locura se había acrecentado, nombrando a dioses que le hablaban en sueños. A la mañana avanzamos sobre la pirámide…

      Hernán levantó la pluma un momento del relato y apoyó la espalda contra la silla, mirando el techo de su habitación en una posada de Ventormenta ¿Debería escribir lo que de verdad pasó o una mentira? Mojó en la tinta reiteradas ocasiones, con un escalofrío, disponiéndose a acabar el escrito.

      … Nos adentramos en sus numerosas catacumbas, todo parecía saqueado, no había nada de valor. Si lo había no nos dio tiempo a juzgarlo tampoco, a las pocas horas fuimos atacados por una gran horda de nativos, las flechas abatieron a la mayoría y los que pudimos huir corrimos campo a través a adentrarnos en la jungla. No sé que sería de los otros, por mi parte pude llegar hacia los carros y de ahí huir hasta el puesto más cercano en Bahía del botín, donde cogí un barco a donde me encuentro.

      Tras las recomendaciones pertinentes, Hernán cerró el escrito. De mientras acariciaba con la mano un amuleto de oro, que formaba la cabeza de una serpiente.

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  10.                                                                                                e0f31658870e5cda1db516cc74b2ac17.jpg                                                                               

    La noticia se corrió por los puertos traída de la boca de los mercaderes. La costa de Gilneas no era segura. Un barco fantasma atacaba sin previo aviso por las rutas navegables sin que nadie le pudiese hacer frente, dejando más que cascarones vacíos a la zozobra. Los pocos supervivientes que llegaban a costa contaban como les habían atacado desde la nada, dando fuego a los cañones sin previo aviso y sin tan siquiera verlos. Las rutas habían disminuido su tráfico con el consiguiente perjuicio para la guerra.

    Era por todos sabido que la falta de marineros era una falta acuciante y muchos echaron la culpa a esto mismo de los continuos ataques. Faltaba gente, de todo tipo, desde armadores, veleros, artilleros, incluso mozos para fregar la cubierta. La armada no pasaba por su mejor momento y había abierto las puertas a numerosos corsarios, privados dados al botín y a la guerra, haciendo presa del enemigo del imperio. Si bien alguno llevaba por bandera la defensa y las buenas intenciones otros no eran más que piratas reformados sin mucha estofa contentos de poder robar legalmente. No era el caso de la tripulación de “La fortuna” comandada por el intachable Gayo Silje, capitán conocido y respetado. Por todos los puertos se fue corriendo la voz de que el capitán estaba falto de hombres y que estaba dispuesto a cazar a este supuesto barco fantasma. Pagaría bien a cualquier valiente que pusiese rumbo norte con él.


     

    Spoiler

    // Este rol está pensado a la vieja usanza, aventura con tintes de capa y espada dispuesto a asaltar cubiertas enemigas. La trama va a durar varias sesiones, por lo que haremos parones para los grumetes de aguas dulces que no quieran estar demasiado en un barco. Tenía pensado comenzar este Sábado. Si os queréis unir reaccionad por aquí o habladme al discord para que nos pongamos todos en orden.

     

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  11. Nombre: Svenk Völundr

     

    Atributos
    8 Físico
    7 Destreza
    6 Inteligencia
    6 Espíritu
    6 Percepción

    Valores de combate
    32 Puntos de vida
    24 Mana
    7 Iniciativa
    9 Ataque CC (Espada pesada)
    9 Ataque CC (Hacha de mano)
    >10 Ataque CC (Lanza ligera)
    7 Ataque a Distancia (Ballesta pesada)
    7 Ataque a Distancia (Rifle )
    8 Ataque CC Sutil (Ballesta pesada)
    9 Defensa

     

     

    Habilidades

    Físico
    2 Atletismo
    1 Espada pesada
    1 Hacha de mano
    2 Lanza ligera
    2 Martillo ligero
    1 Martillo de guerra
    1 Combate sin armas equilibrado
    Destreza
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Lanzador
    Inteligencia
    1 Arquitectura (poliorcética) 
    1 Leyes (Honor Enano)
    1 Supervivencia
    1 Conocimientos/Historia (Clanes Enanos)
    Espíritu
    2 Voluntad
    Percepción
    1 Ballesta pesada
    1 Rifle
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Reflejos

     

    Escuelas/Especializaciones


    • Nombre del Personaje
      Svenk Völundr
    • Raza
      Enano
    • Sexo
      Hombre
    • Edad
      87
    • Altura
      145 cm
    • Peso
      100 kg
    • Lugar de Nacimiento
      Dun Garok
    • Ocupación
      Guerrero de clan
    • Descripción Física

      Es un enano corpulento sin llegar a ser un gigante, fibroso por el ejercicio. De pelo negro, Está rapado con una barba trenzada, portando abalorios con runas y símbolos familiares. Tiene los ojos de color marrón, con unas cejas caídas que le dan una apariencia más anciana de lo que en verdad es.

    • Descripción Psíquica

      Es muy meticuloso, obsesionado casi al punto de hacer todas las cosas bien, lo que lo deja un tanto irresolutivo en algunas ocasiones. Tiene un carácter afable y bondadoso, sentado en la realidad de saber con quién se la juega. Su adiestramiento marcial le hace pensar en posibles salidas para todas las cuestiones que se le presenten, intentando adelantarse a ellas, aunque no siempre acierte. Valora la familia por encima de todas las cosas, y el traer honor a ella.

    • Ficha Rápida
      No (600 palabras mínimo)
    • Historia

      El escudo reventó sobre la cara del barbilampiño enano, que cayó redondo al suelo con un gemido seco.

      -          Otra vez- Dijo la voz

      Con resignación y las piernas temblando cogía el hacha de madera, casi el doble de pesada que una normal, y apoyándose en el umbo trataba de levantarse a duras penas con las piernas temblando.

      -          En guardia, tienes que hacer el paso más largo-

      El enano pisó un círculo marcado en la piedra, cogiendo una posición con el escudo en oblicuo, mostrando levemente el hacha. El otro lo imitó, de piernas más separadas, de hacha más baja. Los golpes se sucedieron a los pocos segundos, el enano mayor dio medio paso al frente provocando que el menor lo atacase de forma descendente. El maestro no se hizo esperar, acabó el paso para colocar el umbo en la muñeca del hacha del aprendiz mientras cambiaba la guardia al pie izquierdo, quedado totalmente a la derecha de su contrincante que poco pudo hacer mientras recibía otro golpe en la espalda y caía al suelo.

      -          Suficiente por hoy, no estás concentrado- Posó las armas

      El joven, exhausto, exhaló un último suspiro antes de ponerse en pie. Miró a su maestro, un venerable ya entrado en años, con algún tatuaje, aún con el vigor intacto, se movía como un gato por toda la sala. Era un sitio particular, lleno de enanos practicando las armas, decorado profusamente con motivos guerreros. Se entraba por un pasillo estrecho donde se encontraban estatuas de grandes enanos, participantes en guerras, que habían comenzado su andadura en esta misma sala. Todos ellos gloriosos. Tal como quería él. Desde pequeño la obsesión de la guerra había sido su acompañante. El conflicto formaba parte de todos nosotros, era inevitable, estar atento frente a él era una necesidad, enseñar a los demás a moverse en él un gusto y defender a quien no pudiese hacerlo un deber.

      Recogió sus armas y saludó al maestro poniéndolas frente su cara e inclinándose en una reverencia. Todo tenía su simbología aquí, un respeto para con la muerte que lo impregnaba todo de un halo de importancia. No era solo el aprender a matar sino el guardarte de hacerlo. Convertirse en alguien capaz de ser un monstruo era la primera parte del aprendizaje, el ser capaz de hacer todo el daño posible a otro ser viviente. – Verás – decía el maestro. – Ponte a pensar. Imagina estar en una taberna, altas horas, ya recogiendo para ir a tu casa. Alguien más borracho que tu se te presenta cuando intentas salir por la puerta, comentando lo que sea, no importa, pero con firme intención de hacerte daño- Paró un momento - ¿qué haces? ¿entiendes lo que te quiero decir? ¿cuál es la solución para evitar el conflicto? – Quedó Svenk pensativo leves instantes – Pues podría calmarlo o irme- El maestro sonrió – Ese es tu error, no puedes evitarlo, ambas opciones que has elegido son en base a algo que está existente, la pelea. Si huyes te has rendido, si hablas intentas evitarla. En ambos casos has jugado a lo que te han propuesto, no has hecho desaparecer nada – Svenk respondió – Pero él puede ser más fuerte que yo, puede hacerme más daño- El maestro continuó – En ese caso debes estar preparado para ejercer tanta cantidad de daño o más que quien te ataca. Siempre es en escalada, no hay normas, el que más daño haga se lo lleva. Pero si te ha intentado atacar es porque ha visto que puede, le ha parecido seguro el riesgo, estás atado a él. Lo mejor que puedes hacer es acabarlo rápido. Si, es inteligente a veces huir, pero no tomarlo como la primera opción. Siempre tienes que estar preparado por si él no te deja –

      Bajo este pensamiento Svenk prosperaba en su forma, física o mental, prepararse para el conflicto y para alcanzar la gloria para su familia.

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  12. Nombre: Harlon Radolf

     

    Atributos
    6 Físico
    6 Destreza
    6 Inteligencia
    8 Espíritu
    7 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    32 Mana
    7 Iniciativa
    9 Ataque a Distancia (Rifle)
    9 Ataque a Distancia (Pistola de chispa)
    8 Ataque CC Sutil (espada ligera)
    8 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    Destreza
    2 espada ligera
    2 Defensa
    2 Nadar
    2 Sigilo
    Inteligencia
    2 Navegar
    2 Supervivencia
    1 Conocimientos/Historia (Reinos humanos)
    Espíritu
    2 Voluntad
    Percepción
    2 Rifle
    2 Pistola de chispa
    2 Advertir/Notar
    2 Buscar
    1 Callejeo
    2 Comercio

     

    Escuelas/Especializaciones


    • Nombre del Personaje
      Harlon Radolf
    • Raza
      Humano
    • Sexo
      Hombre
    • Edad
      34
    • Altura
      1.77m
    • Peso
      75 kg
    • Lugar de Nacimiento
      Boralus
    • Ocupación
      Marinero
    • Descripción Física

      Descripción

      Harlon es un hombre de campo, un jornalero cualquiera que ha pasado su vida arando los campos cerca de Boralus. Como cualquier kulthiriense que se precie ha tratado con la mar, por lo que su piel está algo gastada por las inclemencias del Sol, haciéndole parecer con una carga de años superior a la que tiene. De ojos verdes, tiene un cuerpo acostumbrado a la carga de trabajo, nada fuera de lo común. Acompaña su cara con una barba frondosa que le cubre en gran parte y el pelo recogido.

       

       

       

    • Descripción Psíquica

      Es una persona de carácter fuerte, centrado en aquello que se propone hacer, quizás sin mucho escrúpulo. Comprende dentro de una sabiduría pueblerina que el bien no se acerca tanto a lo que pone en los libros morales. Matar a un perro enfermo puede salvar a la camada. De naturaleza curiosa, su pasado como un cualquier le ha impedido tener una educación clara, es por ello que siempre está atento a aprender algo nuevo y aplicarlo en su vida cotidiana. Aquellos que lo observen pueden ver a una persona metódica y cuidada, que se guarda bien de mantener sus prendas en perfecto estado, aunque vista harapos

       

       

    • Ficha Rápida
      No (1000 palabras mínimo)
    • Historia

      Historia

      Harlon Radolf encendió la pipa mirando a lo lejos sobre un acantilado las idas y venidas de los barcos que iban a parar a Boralus. El humo le nubló un poco el atardecer que se estaba produciendo, levantando una leve brisa que le acariciaba las barbas desde el mar. Tenía al lado su viejo mosquete de caza, cargado, y un sable envainado, que conforme el cielo iba ensangrentando la mar se colgó al cinto. La oscuridad se cernió al dar el Sol su último estertor y la noche abrió camino. Era luna nueva, por lo que la negrura envolvió toda la zona. A él no le importaba, conocía bien este monte. Golpeó la pipa contra la piedra, esparciendo las cenizas, recogió el fusil y fue descendiendo la cuesta del acantilado, hacia la costa. Conforme avanzaba por el camino, angosto en algún tramo, pequeñas luces rompían el manto que había impuesto el ocaso. Era un pueblo, uno de tantos pequeños pueblos costeros que abastecían a la capital con su pesca y el sudor de su agricultura. Harlon esperó, aún se veía a las madres encerrar a los ojos disponiendo la cena en la mesa, aguardando la llegada del padre que de mañana había partido a la mar. Harlon lo sabía pues había pasado mucho tiempo en aquella zona, compartiendo la mesa con estas personas, a las que ahora observaba de lejos. Tapó las partes metálicas del fusil con algo de barro y se sentó al amparo de la vegetación, comiendo algo de cecina. Al pasar de las horas las luces se fueron apagando, dejando tan solo el rastro de los remanentes de los fuegos, en forma del humo blanco que salía por la chimenea.

      Pasó de largo del pueblo, sus conocidos no tenían que ver con esto, encaminó hacia las afueras, una casa a lo lejos de un forastero venido de tierras lejanas. Nunca había cruzado una palabra con él, tampoco lo iba a hacer en lo que le quedase de vida. Llegó a la casa conteniendo la respiración, apretando con fuerza su arma, sintiendo la madera. Se escuchaban unos ronquidos, por la ventana de la casa se veía a una persona tirada en la cama con la cobija a medio calzar. No se había molestado ni en cerrarla, por lo que Harlon se coló fácilmente por ella y se puso a los pies de la cama. Observó al hombre. Tenía más menos su edad, quizás, menos gastado y menos trabajado. Dormía plácidamente, inconsciente de lo que le venía encima, inocente. Harlon no se lo pensó en exceso, amartilló su arma con la suficiente paciencia para que no se escuchara y puso el cañón directamente en su cara, y disparó.
      Un sonido seco salió de la boca del arma acompañado de una leve humareda. Harlon no se quedó al ver el resultado, un simple vistazo le bastó. Salió por donde había venido y se echó el rifle al hombro mientras cargaba la pipa de tabaco.

      ¿Lo conocía? No ¿Merecía la pena matarlo? Desde luego. Eran razones que llevaba dentro en su pensamiento mientras llegaba al puerto de Boralus. Tenía las horas justas antes de conocer su ausencia.

      El ajetreo del puerto lo mezcló entre la muchedumbre que descargaba los grandes portazgos de las naves mancas que llegaban. Los gritos, el olor a especias y la mar se juntaban para dar la sensación de una gran colonia de hormigas. Harlon bajaba el puerto, tenía su mirada puesta en el fondo, donde se anclaban los barcos de mar y guerra. Allí estaban los soldados, algunos apostando a las cartas, otros con la mirada puesta en gastar la paga después de meses encerrado en un barco metiéndose en algún burdel para no ver la luz en tres días.

      Él se quedó puesto frente a una mesa. En la silla regentaba un hombre de aspecto fiero. Fiero en el comer por una panza que sobresalía a una camisa blanca, de la marina, donde los botones dorados no alcanzaban a esconder la buena vida de su dueño. Acompañaban a este hombre una pluma, tintero y papeles, junto a un cartel que ponía “Stromgarde”.

      - Aquí veo un hombre dispuesto a coger la vida por donde se debe y alcanzar la…- Escanciaba una jarra con furia sin acabar la frase – Bueno ya sabes como va el discurso. La paga es hasta la llegada a Stromgarde, allí ya te apeas o sigues, a tu gusto. Necesitamos marinos que hagan el trabajo sucio ¿no te importará no? La paga es lo que es, pero te damos de comer todos los días- Harlon paseaba sus ojos por la embarcación, un galeón de guerra, a tres veas. Bien dispuesto. Alguna marca de los numerosos viajes que habría realizado, alguna abolladura en la madera de alguna carga gileana. Sabía lo que le esperaba allí ¿estaba dispuesto a jugárselo todo?, volvió de nuevo la mirada hacia su interlocutor expectante – Me vale - Sin mediar más palabra estampó su firma en el documento “Harlon Radolf” y subió el tablón que separaba Boralus de la guerra. Un buen ataúd flotante, pensó apretando los dientes. Los marineros al verlo llegar se apresuraron a presentarse con efusividad. Unos cuantos nombres que intentó recordar para los próximos meses. Le enseñaron las dependencias del barco, paseándolo entre las cañoneras. Allí es donde se colocaban los camastros para la tropa en 3 turnos diarios. Nunca había cogido costumbre de dormir con el arrullo de las olas, más bien un mareo. De todas formas respiraba tranquilo al pensarse ya fuera de allí. Bajó hasta el tercer piso, las bodegas, donde se transportaba en grandes fardos de paja toda la munición que habían podido cargar. Por lo que les habían dicho la guerra seguí igual de cruda por el frente. Los marineros mostraban ya desagrado, algunos habían hecho el viaje en 5 ocasiones.

      A la mañana siguiente todo parecía en orden en la partida. Los cañones habían sido enfundados y la cubierta estaba limpia. Alguna muchedumbre se aglomeraba para ver salir a los barcos. Llantos y vítores por los jóvenes valientes que partían llegaban hasta las cubiertas, donde los oficiales ordenaban a la tropa. Harlon se mantenía en su puesto con la mirada clavada en su contramaestre, que hacía revista mientras se izaban las velas y se ponía rumbo al este, con la salida del Sol. Boralus se fue empequeñeciendo en el horizonte mientras Harlon, subido ya a las jarcias, pensaba con qué se encontraría.

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  13. Dos hombres, bien engalanados y con alabardas, plantaron  una mesa y una bandera con el grifo imperial hondeando, y los colores de los 4 reinos. La gente bien sabía a que venían tan gallardos señores soldados. Al poco rato, en la plaza se dio uno de tantos bandos que se habían visto estos últimos tres años

     

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    Se hace saber que el capitán Bernal Vencejo ha recibido licencia por parte del consejo de guerra y, por tanto,
    se le comanda a formar una bandera de 200 hombres de compañía, de cualquier tipo, que sirva como mixta en el 
    frente de Gilneas al mando de la XIII legión. La paga es buena y hay disposición de dar armas y paños a quien se le precise,
    no siendo faltos en esto. A quienes traigan sus propias armas se les dará la primera paga completa ante de ir al reino de Gilneas.

    ¡La emperatriz os necesita! Los rebeldes gilneanos comandados por el tirano Cingris están ejecutando indiscriminadamente a nuestros hombres,
    a pesar de las quejas de la población, que nos tiene en alta estima ¡Somos recibidos con comida y cama! Por la hermandad de los humanos, 
    hijos de Arathor yo os llamo a la guerra. Que ningún disidente impida los humanos volver a la comunidad que nos precedió. ¡Los tiranos de gilneas arrancan
    el pan de las manos de las madres leales al imperio! Que tal perjurio no quede impune, y que todo aquel que tenga valor de dar un paso al frente que lo de 
    conmigo. Juntos iremos a llevar la bandera imperial al mismo castillo del tirano Cingris.

                                                               Firma, Capitán Bernal Vencejo a día 27 del séptimo mes del año 32
               


    Información offrol

     

    Spoiler

    La compañía se va a crear para que todos los que queramos irnos preparando para gilneas tengamos una forma de reunirnos. La intención es ir haciendo roles de entrenamiento y tipo militar, relacionados con la guerra. Todo el mundo es bienvenido, pero en este caso los firmantes en la compañía entrarían como soldados para esta campaña. Voluntariosos, eso si. Todos los interesados me tenéis por discord y por mp.

     

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  14. Nombre: Ricardo Sierra de Villanueva

     

    Atributos
    7 Físico
    7 Destreza
    6 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    28 Puntos de vida
    18 Mana
    7 Iniciativa
    9 Ataque CC (Espada pesada)
    9 Ataque CC (Espada Ligera)
    >8 Ataque CC (Lanza pesada)
    9 Ataque a Distancia (Pistola de chispa)
    9 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    2 Atletismo
    2 Espada pesada
    2 Espada Ligera
    1 Lanza pesada
    Destreza
    2 Pistola de chispa
    1 Cabalgar
    2 Defensa
    Inteligencia
    1 Comercio
    1 Leyes
    1 Supervivencia/Cazar
    1 Tradición/Historia
    Percepción
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    Escuelas/Especializaciones

     

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    • Nombre: Ricardo Sierra de Villanueva
    • Raza: Humano
    • Sexo: Hombre
    • Edad: 34
    • Altura: 177cm
    • Peso: 78
    • Lugar de Nacimiento: Ventormenta
    • Ocupación: Exmercenario
    • Historia completa

     

    Descripción física:

    Ricardo sierra es un hombre al que todavía podemos encuadrar dentro de la juventud a sus 34 años de edad.
    De apariencia robusta, mide un metro setentaisiete centímetros., ojos marrones claros, con bigote y perilla. Su cara destaca por poseer algunas cicatrices y estar algo delgada, debido al cansancio y a una vida de penurias y carencias.

     

     

     

    Descripción psíquica:

    Tiene un carácter muy noble y un gran sentido del honor que le hará mediar en cualquier reyerta que atente contra este. Además posee unos estudios medianamente cuidados y unos grandes conocimientos militares.

     

     

     

     

    Historia

     

    Me desperté por el calor del Sol sin saber dónde me encontraba, aturdido a más no poder y con un sabor en la boca mezcla del acero, la pólvora y la sangre. El polvo se arremolinaba a mí alrededor causándome una sensación de ahogamiento que se agarraba a mis pulmones, necesitaba aire y a duras penas me levanté. Nada mas hacer el esfuerzo de apoyar mi brazo derecho sentí un dolor atroz que me hizo caer de nuevo al suelo, estrellándome contra la arena. Mi brazo, mi brazo bueno joder, con el que me ganaba el pan estaba en las últimas, totalmente destrozado. Pues nada, había que levantarse y había que hacerlo ya si no quería morir en la tierra, cosa poco honrosa para un capitán de La Compañía Vieja, si hay que morir se muere de pie, y si no, no se muere, hostia. 
    Al final a duras penas acabe levantando un palmo del suelo y poniéndome de rodilla, el panorama era dantesco, cientos de muertos cubrían como espigas la llanura, y lo peor es que los conocía a todos. Un castillo ardiendo finalizaba aquel cuadro tan pintoresco y lleno de colores, parecía que los tenia todos, rojo, amarillo, sobre todo rojo.
    Me levanté finalmente sobre lo que creía que eran mis dos piernas, pues no las sentía, y pude vislumbrar al lado de mis pies el rubor de un rubí. Era mi vieja espada, con la que compartía más sangre mía que incluso con mi padre. Sonreí y la recogí con mi brazo izquierdo, después la enfundé y decidí caminar por aquel campo de muerte, como quien camina a recoger el pan, vaya.
    Las caras conocidas poblaban mi camino hacia el castillo, casi todas en un rictus de dolor y algunas incluso no tenían cabeza. Un desastre, un auténtico desastre promovido por un estúpido (incluir cargo alto de la hermandad) que buscaba mas gloria para el que para la supervivencia de todos, no debimos salir a campo abierto…
    Finalmente llegué a las puertas del castillo
    -¡Hola!- grité a los cuatro vientos –¡Hay alguien!.
    Tan solo recibí de respuesta el silencio por respuesta.
    Entré por la puerta principal, toda llena de muertos. Al parecer aquí se había llevado a cabo la lucha final. El estandarte que coronaba la torre más alta no estaba, había caído junto a aquellos que la defendían. Llegué dentro de la puerta principal y atravesé aquella torre que había sido mi casa tantos año, ahora perdidos en un mar de sangre y pólvora. Años de sacrificio para nada ¿Cómo podía hacer llegado a esto? Recuerdo cuando era solo un muchacho, alejado de los problemas y pensando solo en las correrías que iba a hacer al día siguiente.
    Mi infancia fue una infancia de bastante trabajo, mi padre, un pequeño terrateniente de un pueblo al norte de Ventormenta, trabajabas unas tierras de tipo agrícola y manejaba una red de comercio que nos daba para vivir bastante holgadamente. Claro está que mi aburridísimo padre me quería endilgar todo aquello para que yo lo trabajara y siguiera con la tradición familiar de explotar aquellas tierras
    Mi madre era distinta, muy distinta. Me decía que yo no pintaba nada ahí, que me fuera lejos y me buscara la vida para traer fama, gloria y honra a nuestra casa. A los seis años me regaló mi primera espada hecha a mi media. Evidentemente a un niño le atrae más la idea de ser un soldado e imagina la guerra como algo bonito. Quizás me debería haber quedado cuidando tierras.
    Mi aprendizaje fue muy duro y no paraba quieto en ningún lado: Contabilidad, matemáticas… todo lo necesario para llevar el negocio me lo enseñaba los tutores contratados por mi padre en la mañana, mientras que por la tarde las clases de esgrima nunca faltaban en la lista, acababa siempre reventado y molido a palos por un espadachín, mi profesor, que más parecía un borracho de taberna que un soldado, uno de esos que llevan la botella en una mano y la espada en otra.
    Pero a mi me gustaba, me encantaba batirme con mi acero y oír el sonido de las dos espadas entrechocando. No me separaba de ella, era para mi como un familiar que había que cuidar con el mayor de los respetos. Claro está que al final empecé a darle más importancia a estas últimas clases que a las primeras, que no llevaba mal tampoco, pero nada en comparación a los conocimientos que aprendí respecto a armas y guerra. Mi padre por supuesto se echaba las manos a la cabeza cuando me veía volver lleno de moratones a casa, pero más se las hecho cuando a mis 16 años le dije que la hacienda se la comía él, que yo me iba a ver mundo.
    Ni corto ni perezoso hice el petate a la mañana siguiente y me despedí de mis padres, que aunque no lo acababan de aceptar comprendían que yo no estaba hecho para una vida en el campo y que hacía ya muchas generaciones que no se tenía a alguien que trajera honor a la familia, por lo que me dejaron marchar.
    Esa última idea era la que bullía con más intensidad en mi cabeza por lo que apresuré el paso hacia un pequeño puerto al sur de mi pueblo, a unos dos días de marcha donde tenía de oídas que se iba a montar una expedición contra una especie de bandidos que pululaban allende estas tierras. Entonces no sabía dónde, luego más de mayor supe que me dirigí hacia la vega de Tuercespina.
    Llegué al pueblo en poco tiempo, no estaba muy lejos, y me dirigí de inmediato al puerto. Me sorprendió en sobremanera la cantidad de olores y vistas que se me ofrecían, así como personas extrañas y ojos rehusores que se unían a mi caminar hacia donde se cogían reclutas para la expedición. Me perdí muchas veces andando por esas calles hasta dar con algo que parecía una taberna. Digo parecía por lo sucia que estaba. Al fondo del humo y del vicio había un soldado con su anteriormente brillante armadura. No se anduvo con preámbulos y preguntó nombre apellidos y si traía algo de equipo, le dije que solo llevaba una espada y me dio el visto bueno para subir al barco que a la mañana siguiente nos llevaría a nuestro destino.
    Papeles y a andar, muchacho. Con la alegría en la cara me imaginaba gloria y dinero a la mañana siguiente, todo felicidad y divertimiento, me dirigí al susodicho barco, un imponente galeón a mi juventud que de más mayor he pensado como podía mantenerse a flote. Al subir la escalerilla me encontré a ojos que me miraron al pasar
    -Vaya, tenemos carne fresa en la manada. Tiene la edad justa de cuanto maté a mi primer hombre. Un rubio muy alto, aunque era una maricona, en eso se parecía a ti. Estaba asustado por el tronar de los cañones.- Dijo un veterano desdentado.
    -No te asustes hijo, ven aquí y siéntate con nosotros- Dijo otro algo más joven.
    Me senté con estos soldados que llevaban en la cara cicatrices de mil batallas, me contaron que eran mercenarios, que se ganaban la vida peleando por unas monedas. Me contaron historias de asedios y de expediciones magistrales contra razas que nunca había oído hablar. También me contaron que esta expedición era la peor montada de cuantas habían estado.
    Me fui a acostar con la congoja en el cuerpo y el corazón intranquilo y amanecí más o menos del mismo modo. Formamos en proa y el capitán del barco salió a darnos unas palabras de lo que quiso que fueran ánimos, el cielo despuntaba gris, esto no era tan bonito como me lo había imaginado.
    Plantamos las espadas en tierras un poco después, al final de es playa cristalina se podía observar un gran bosque, lleno de bruma, en el que no se veía ni un ápice de supuestos enemigos.
    Avanzamos en un grupo cerrado por ese bosque maldito durante horas, sin saber dónde íbamos o que buscábamos, a veces se oía un murmullo de pájaros o el chapoteo de las botas en las hojas mojadas… aparte de eso no se oía nada, el grupo miraba a todos lados preguntándose donde estaba en supuesto campamento de esos malditos saqueadores, hasta que lo vimos aparecer en un claro. Un pequeño campamento hecho con cabañas de madera aparecía ante nosotros, que avanzábamos intentando vislumbrar algún signo de vida hasta que entramos de lleno en la entrada del campamento, sin restos de movimiento ninguno.
    Las tiendas estaban vacías, las “murallas de madera” estaban desiertas y los útiles para vivir parecían abandonados.
    Esto no me gustaba un pelo, me apresuré a juntarme lo mas que podía al grupo, como si ellos me fueran a salvar de una bala perdida.
    -Esto esta muert…- Un virote atravesó la cabeza del que iba a hablar, y lo siguieron decenas más.
    -¡Arriba los escudos, arriba los escudo!- el capitán se desgañitaba por imponer orden en las filas.
    -¡Vamos vamos, avanzar hacia donde sales los virotes, los virotes!- El suelo se abrió ante nuestros ojos dejando ver una turba de salvajes muy bien vestidos y armados corriendo hacia nosotros con un brío mortal, en la primera oleada perdimos casi la mitad de hombres mientras los virotes procedentes de los árboles seguían lloviendo y chapoteando contra nuestra armaduras.
    Yo andaba más perdido que un ciego en una casa de espejos y meneaba la espada como si fuera un palo intentando dar cortes por todos lados.
    -¡Retirada!- Se oyó en mi grupo -¡Retirada!- Eso fue bastante para que corriéramos como almas que lleva el diablo hacia donde se supone que estaba la puerta, la maldita puerta que estaba cerrada, nos habían arrinconado como a perros. Eso si que no, si iba a morir vendería cara mi vida.
    Me dispuse a saltar frente al primer cabrón que viera a tiro cuando un sonido celestial rasco el suelo de la trifulca. Pum, pum, pum, el sonido de 10 cañones barrio la muralla delante nuestra, la contraria a la puerta, de ese hueco surgió una turba de hombres barbados armados con picas y rodelas, soltando maldiciones y cagándose en todo lo cagable de los muertos de esos bandidos.
    Repentinamente recibí un golpe de cachiporra de uno de los bandidos y caí inconsciente al suelo.
    Un gran ojo me observaba al despertar, me asusté e intente moverme, pero estaba atado de pies, manos y cabeza, tapándome la boca con un paño húmedo.
    -Vaya, te has despertado en el peor momento, muchacho- El gran ojo resultó ser una lupa que sujetaba un hombre bigotudo, con un porte elegante y un visturí en la mano.
    - Ummfff umfff- Me movía como podía intentando escapar de una disección más que probable.
    -Chaval, tienes el parietal roto, para entendernos, el hueso de la cabeza. Si no te lo quito te dará en el cerebro y morirás, sirviendo para poco mi esfuerzo de traerte hasta aquí. Llevas dos días inconsciente y pronto partiremos de nuevo hacia nuestro castillete, todavía quedan algunos días más de marcha.- se acercaba peligrosamente a mi cabeza. –A ver para que te despiertas- Me clavó el bisturí en la cabeza, sentí un enorme dolor y volví a caer sin sentido.
    El médico miraba el trozo de hueso roto sacado mientras cogía una moneda preparada, la metía en el hueco hecho y cosía la herida.
    Se anunciaba el ocaso cuando me desperté en la camilla, tenía la cabeza vendada y estaba echado en un jergón, donde más gente se aglutinaba a mí alrededor en parecidas condiciones.
    Puse los dos pies en el suelo y con paso lento pero seguro que dirigí hacia la salida de esa nave, hacía buen tiempo fuera.
    Pequeñas fogatas se arremolinaban en un mar de tiendas donde soldados paseaban como hormigas y miraban mi marcha como la de un fantasma, y en verdad lo parecía tapado con una manta y vendada mi cabeza,
    El camino se extendía hacia una pequeña muralla de madera que daba fin al campamento, encima de ella una persona con los brazos cruzados a la espalda miraba la muerte de la luz, como pude subí a acompañarle.
    -Parece que ya has despertado, chaval- Me dijo el extraño, un hombre entrado ya en años con una barba gris y una espada al cinto. Llevaba una banda con la bandera que coronaba el campamento en su pecho. Su mirada solo se dirigía hacia el infinito.
    -Si- logré balbucear-
    -Me llamo Mario de Molina, soy el Maestre de Campo de La Compañía Vieja.
    -¿Compañía Vieja?-¿qué diantres era eso?
    - La Compañía Vieja es nuestra pequeña hermandad, un pequeño ejercito que protege a todo el mundo que puede, y a todo el que nos pague. Poseemos un pequeño domino aposentado en un castillete, en arati. Somos unos profesionales
    Silencio por mi parte.
    - Chaval, vamos mal de soldados y ya que te hemos salvado la vida quizás deberías devolvernos el favor. Ser soldado de la compañía es un vida dura, pero llena de honor y oro.
    Recordando esto sentado en las piedras del castillo sonreía un poco, la verdad es que oro vi poco, y plata la justa.

    - Ten podemos enseñar a encararte con la vida, a manejar una espada en condiciones y si eres bueno, incluso a llevar a tus hombres a la victoria. También puede ser que encuentres la muerte en una estocada o un disparo, entonces se dispondrá todo para enterrarte con todos los honores posibles en virtud a tu honra en vida que distes a la compañía, y entraras en los nombres de caídos por la hermandad, mayor virtud que podrás obtener en muerte.
    La oferta por supuesto que ya estaba aceptada, era lo que iba buscando toda mi azarosa vida, pero me hice un poco el remolón para hacerme el interesante-

    -Acepto- Salió sin pensar de mis labios.
    -Pués ves al armero soldado y vístase como es debido, aquí no queremos parias, a partir de ahora me tratareis de comandante ¿Lo has entendido?
    - Si, mi comandante-
    - Pues marcha.
    Con paso ligero corrí hacia la armería, donde un mastodonte con la cara llena de hollín me vió llegar con mi sabana y mi cabeza vendada.
    - Pero si es el accidentado- Me dijo- ¿ya vienes de ver a tu abuelita?-
    - Vengo de parte del comandante, quiere que ingrese en la compañía
    - ¿Tu en la compañía?- Reía- Dudo mucho que llegues a com, pero si es verdad que no vamos sobrados de soldados. Por cierto, aquí tienes tu espada, la he retocado un poco, estaba doblada y mal calibrada. Y coge piezas de ahí, la pica te la dará el carpintero, pero no te recomendaría que tocaras nada hasta que se te cure la cabeza.

    No me acordaba ni de las heridas ni de la espada.
    -¿Pica?-
    - Que quieres ¿entrar de general o algo así? Coge lo que te he dicho y apártate de mí vista.
    Cogí lo que me dijo, un morrión y una coraza, equipo básico, si quería más me lo tenía que comprar yo. Después fui al carpintero y me dio una pica, enorme lanza de cinco metros y medio, y después a guardar cama.

    Pasaron dos semanas hasta que el médico consideró que estaba en condiciones para empezar a empuñar armas, cosa que hice con presteza y agilidad propias de mi edad
    La armadura pesaba lo que no está escrito, y eso que no llevaba parte inferior, o quizás fuera que no estaba acostumbrado a llevarla, da igual.
    El caso es que me dirigí hacia el lugar indicado, un patio de armas fuera del campamento provisional donde los soldados se dirigían a hacer sus maniobras. Al llegar me mandaron con los noveles de la compañía, al fondo de todo el regimiento.
    Cogí carrerilla porque veía que el veterano que dirigía la columna ya me estaba mirando de reojo y me coloque al final de la fila.
    Los siguientes meses fueron de pura instrucción militar, nuestro veterano era un sargento llamado Cristino, encargado de velar por la compañía de un capitán, jefe supremo de esta que solía contar con unos 50 hombres. Además de un capitán solía haber un alférez encargado de portar la bandera de la compañía y de protegerla con su vida. Por debajo del alférez se encontraba el propio sargento y mas debajo de el los cabos de la tropa.

    La técnica de combate de la Compañía Vieja era simple según lo aprendí. El sistema consistía en bloques muy compactos de infantería de picas rasas, que mantenían al enemigo a raya, unidas a combatientes con espada y rodela, además de arcabuceros que proporcionaban daño a distancia. El sistema era muy útil para acabar con formaciones dispersas de infantería o cargas de caballería.
    La práctica no fue tan fácil, nos hacían marchar diariamente con todo el equipo a cuestas para después formar en maniobras que duraban hasta la noche, cuando volvíamos al campamento, en donde nos esperaba una tienda que había de compartir con otras diez personas a las que al final acabé queriendo como mis hermanos. La disciplina era esencial, si fallaba algún mecanismo todo el engranaje se venía abajo. También debíamos aprender a manejarnos con soltura en otras armas como pistolas de pedernal y yesca o espada. De esta última yo estaba muy vanagloriado de mi manejo, aunque pronto aprendí que era un simple patán al lado de esta gente que no le costaba nada desarmarme con su espada y una daga que les colgaba detrás del cinto.

    Ricardo Sierra se levantó de su apoyo en el castillo recordando todo esto, habían ya pasado demasiados años, demasiadas peleas... Bueno, nunca son demasiadas. La vida era feliz entonces, todo parecía marchar sobre ruedas, era un chico capaz que aprendía rápido y con ganas, absorbiendo como una esponja todo lo que observaba. La gente pronto empezó a fijarse en el, pero nunca le dieron ánimos, no vaya a ser que luego la pifie.

    Recuerdo la primera vez que entré en combate con mi compañía, dirigida por el capitán Hernandez, en campo abierto. Yo había pasado de la pica, era evidente que eso no era lo mio y me había apostatado con una rodela y una espada, la mía El sonido de los pífanos marcaban la marcha de toda la hermandad al combate, llevábamos bastante tiempo siguiendo a un gran número de bandidos que había estado asolando unas cuantas aldeas de un valle y se posicionaban nerviosos a nuestra presencia. Los destacados allí no deberíamos ser mas de trescientos incluidas dos baterías de cañones de unos 16 mm, tiro raso y balas de piedra, el cobre estaba caro. Me movía nervioso desde la tercera linea, esperando a chocar con el enemigo, las picas estaban altas como los ánimos y el día estaba claro anunciando una victoria merecida y fácil, como acabó siendo. El “ejército” enemigo contaría con algo mas de 500 hombres 200 de los cuales eran caballería ligera.
    El ritmo de los tambores paró, junto a toda la columna.

    -¡AAAALTOOO!- se oyó al capitán, repetido por algunos cabos y el sargento.
    -¡COMPAÑÏA, PICAS ABAJO!- el mar de madera se posicionó con las puntas a los cuatro costados como un erizo.
    En tanto el enemigo no se había quedado quito y avanzaba con rapidez hacia nosotros, unos 800 metros los separaban.
    -¡MOSQUETEROS!- grito- ¡PASO AL FRENTE!- Una nube de mosqueteros surgío de entre las picas y posicionó los mosquetes en las horquillas, esperando que estuviera el enemigo a tiro, sobre los cuatrocientos metros.
    -¡ESPERAD!- El trote era ya plausible.
    -¡ESPERAD!- se vislumbraban los brillos
    -¡FUEGO!- una nube de niebla producida por la pólvora negra surgió acompañada de un estruendo enorme, no se veía un carajo por ella pero la escena era imaginable. Gente ufana a galope llevándose las manos al pecho preguntándose como narices había llegado a parar ese trozo de plomo allí mientras caballos volaban libres literalmente por el impacto de las balas de cañón.

    Llegados a este punto el galope de los caballos era atronador y los mosqueteros empezaban a recular para atrás, dejando que los caballos se estrellaran contra las picas. El choque fue espectacular, algunas lanzas se rompieron por al virulencia del ataque, pero la linea aguanto el envite y puso a ralla su carga. Había llegado mi momento. Junto a mis compañeros avanzamos en la linea y nos pusimos a merodear y a bajar caballero que se acercaban demasiado a la formación. Los arcabuceros, cuyas armas tenían menos alcance que los mosquetes, estaban en su salsa disparando a caballos y los mosqueteros subían a una colina cercana para plantarse allí y seguir dando candela
    El combate duró poco mas y los pocos supervivientes corrían hacia la protección de su infantería, que se veía menos dispuesta a cargarnos y aguantaba como podía el ataque de los mosquetes y la artillería, que se cebaba con ellos.

    -¡AVANZAD!- se oyó entre la niebla
    -¡CIERRA, CIERRA!- La orden estaba clara, había que cargar contra la linea de indeseables.

    La acción fue rápida y brutal, no eran soldados ni tenían formación militar y cayeron como moscas.
    -¡VICTORIA!-

    Los recuerdos se cerraron, había llegado al comedor, donde todas las banderas de las compañías adornaban la sala, incluida la suya.

    Después de esa batalla se sucedieron muchas mas, algunas fáciles, otras difíciles. Siempre salíamos victoriosos de ellas y nos íbamos a los pueblos a gastarnos lo ganado en bebida y mujeres cuando podíamos. Era una vida dura, y vivir un día mas siempre es de agradecer. Trece años transcurrieron desde aquél combate y como sobrevivía me iban ascendiendo poco a poco. Con 20 era cabo, con 25 alférez (como pesaba la banderita), con 27 era sargento de mi compañía y con 29....
    Con 29 murió el capitán Hernandez, un salvaje le dejó la sonrisa perpetua de oreja a oreja, mandándolo contento para el otro barrio. Allí mismo frente a su cadáver me nombraron capitán, desde entonces no volvió a ser lo mismo. Tuvimos un año de trabajos fáciles, nada importante. Mis capacidades en la capitanía parecieron notables y contaba entre mis mandos con Salvatierra, un buen soldado.

    De repente todo se fue al traste.

    Nos salió un competidor que nos superaba en número de efectivos. Cada vez se hacía más difícil reclutar voluntarios y nuestras fuerzas se iban mermando más y más. Las emboscadas se repetían una y otra vez y las batallas se ganaban por muy pocas bajas, haciendo parecer que éramos nosotros quien habíamos perdido y no ellos.

    Hasta que al final, pasó.

    De esto hace una semana. Se nos presentaron en la mismísima puerta de casa, el castillo desde donde se dirigía todo, mismísimamente en Arati, en nuestra llanura, quedábamos pocos, muy pocos. No había nada que hacer. Todas las noches el repiquetear de la artillería chocaba con nuestras almenas y la puerta nos aguantó hasta la tercera noche, después no quedó mas puerta que los escudos rotos y los corazones valerosos.

    Finalmente se aceptó lo inevitable, pero había una posibilidad de ganar si los pillábamos en campo abierto. Se formó a los que quedaban y salimos por la puerta, lo último que recuerdo es un cañonazo estrellándose contra mi columna.

    Vuelvo a la realidad, todo se acabó. La hermandad perdida junto a sus valores de honra y honor destrozados por unos viciosos que no respetan nada. Me toco el brazo, sigue sangrando y como puedo tapono la hería, a ver cómo me recupero de esto si ya difícilmente voy a volver a mover la espada como antes, y si lo hago me va a costar a horrores

    No sé si queda nadie vivo, me dirigiré al sur, hacia Ventormenta, quizás allí pueda rehacer esto de nuevo y vengar la muerte de mis amigos, mis hermanos... La cosa no se va a quedar así.

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  15. La lluvia caía de forma continua entre los árboles tupidos, de tal forma que estos parecían descargar su pena al sombrero de Dieter, que chorreaba apostado en un saliente montado en un caballo huesudo mientras intentaba leer la carta sin que se mojase. 

    50 platas por su cabeza, en su vida había visto tal cantidad de dinero junta y no creía valerlas. Guardó la carta con cuidado dentro de las ropas y encaminó el caballo hacia su guarida. Era tiempo de ponerse de nuevo en marcha.

    La cueva yacía algo abandonada. El esqueleto que hacía la guardia desvencijado. Dieter encendió un fuego y con el calor de las llamas comenzó a escribir misivas para varias personas. Algo escueto que dio a cuervos para que los repartieran.

    Reuníos conmigo en nuestro sitio, id viniendo sin tiempo fijo

                                                                           D.G.

     


    @Archibald @Nathan @Focus @Janorey @Cacik @Thorch

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  16. El bosque negro se convirtió en una miasma de descastados en cuanto los resquicios de civilización cayeron. En tierra de nadie, los males que ya habitaban allí se regozijaron de la libertad que ahora poseían, y los nuevos vieron la oportunidade cumplir sus más bajos deseos. La aldea de Brien se convirtió en un punto sobre el que adentrarse en el bosque negro, y allí se congregaron de forma temporal numerosas bandas, gentes débiles, puesto que los fuertes no necesitaban sitio en el común de los mortales al valerse por si mismos.

    Dispuesto, se llamo a concilio para que cada uno cogiese su parte del botín y no empezar a matarse antes de tiempo. Pocas cosas en el Imperio se habrían visto iguales ¿cuánto duraría la paz entre aquellas gentes?

     

    // Serie de roles que voy a hacer con los interesados de ocaso. Iré poniendo los días de las sesiones. No importa mucho el número de asistestes puesto que no es una trama lineal. Voy a ir poniendo la situación de cada sitio y su avance según lo que hagan los implicados de la trama.

     

    El concilio:

    Cuando la luna fue llena, los representantes de cada facción reunida dispusieron sus intereses en medio de una paz tensa, las dagas volaban y entre los susurros salían los tratos que después serían utilizados contra a otros. Con el asesinato de un traidor y un leve conflcito, cada cual tomó su camino y se adentró en el bosque. Nadie sabe a donde fueron cada uno, tan solo se empezaron a conocer sus nombres:


    La compañía hueca: Una serie de honrados caballeros, si eso les cabe en el nombre, que se presentaron formalmente con un pendón de 3 calaveras en forma de trébol. Su líder, un enorme esqueleto armadurado, se presentó como un superviviente de la primera guerra Gnoll, y dijo servir al rey de aquel entonces.

    El culto de los malditos: Escisiones del extinto rey exánime, traen la corrupción a esta tierra para traer la ruina a los reinos de los hombres. Su lider Lord Sveri, un nigromante de rango desconocido, dice llevar la voluntad de su gente a traer un mundo mejor en esta decadencia mundial, no parece muy afectado por los hechos que llevaron a la ruina a su organización.

    La Iglesia del muñeco de paja: De un coro espectral, surgieron unos encapuchados descalzos portando un altar a un muñeco raido, con velas y hojas a modo de ofrenda. El muñeco portaba una extraña presencia que hacia removerse en las entrañas a todo el que le mirara, y eso teniendo en cuenta que no te devolviese la mirada. El cabeza de esta casa se hace llamar padre Johan.

    Colmillo Sangrante: Una banda de guerreros, si se les puede llamar de alguna forma, semidesnudos, pintados de guerra con escudos viejos, hachas y espadas. Les distinguía un olor característico. Un hombre enjuto los guiaba, al que todos guardaban gran respeto.

    Círculo de la llama: Una serie de seguidores demoníacos, ataviados de un rojo que insultaba a la vista. Su lider se escondía en grandes capas de tela y caminaba encorvado.

    Alrededor de todos ellos, se encontraba una especie de mediador, un juez elegido para dirimir conflictos, ajeno a ellos, se llamaba, o hacía llamar Testa de Ciervo. Hombre de apariencia vieja, ataviado con una túnica de pieles, con la cara pintada de negro y una calavera de un ciervo cubriendole la misma, nadie sabe de sus intenciones. Se quedó en una pequeña cabaña, a la vista de todos

     

     

    //

    Roles de una duración en sesiones de 3 días, 4 horas cada una donde se dirimieron las partes a repartir del bosque entre estos distintos grupos. Participantes:

    @Nathan, @Psique, @Maw, @Focus, @Beretta, @Archibald, @ILUSDN

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  17. En los lugares más sordidos de Villadorada y Ventormenta, un leve rumor corre entre los desposeidos y los malditos. Nuevos y oscuros poderes se retuercen de nuevo en ocaso, una pelea por los restos de lo que dejó atrás el Gran Nigromante. En voz baja se dice que fuerzas se están reuniendo en la antigua aldea, ahora abandonada, de Brien, uno de los emplazamientos antes habitados de ocaso.

    No era de extrañar que todos los herejes del reino que se preciasen intentasen coger una parte del pastel, y la villa de Brien podía ser buen comienzo.

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