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Thorch

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Todo el contenido de Thorch

  1. Bienvenido seas, como suelo mencionar yo también arribé como nuevo en esta modalidad de wow, y voy aprendiendo de buena manera gracias a mis colegas y el staff. Te deseo disfrutes tanto como yo de esta actividad. Y cualquier duda no te cortes en exponerla, con mucho gusto y paciencia serán atendidas (te lo dice un pesao preguntón con todas las letras )
  2. // Siendo fin de semana cuenta con alguno de mis pjs. De confirmarse charlamos por privado los detalles.
  3. // Estoy interesado, pero excepto que sea un fin de semana lamentablemente no creo poder estar. De todas formas suerte con el evento
  4. Pues bienvenido seas, yo también soy nuevo en esto y te aseguro se aprende rápido con la ayuda de los colegas aquí. Cualquier duda no dudes en exponerla.
  5. Thorch

    [Ficha] Pablo Arteaga

    Atributos9 Físico6 Destreza6 Inteligencia5 PercepciónValores de combate36 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa11 Ataque CC (Lanza pesada)8 Ataque a Distancia (Pistola Chispa)8 Ataque CC Sutil (Espada ligera)8 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 2 Lanza pesada Destreza 2 Pistola Chispa 2 Espada ligera 2 Escalar 2 Defensa 2 Nadar Inteligencia 2 Leyes 2 Religión 2 Supervivencia/Cazar 2 Tradición/Historia Percepción 2 Advertir/Notar 2 Reflejos 2 Rumores Escuelas/Especializaciones
  6. Thorch

    Pablo Arteaga

    Nombre: Pablo Arteaga Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 20 Altura: 1.82 Peso: 85 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Militar Historia completa Descripción física: Cabellos cortos y rubios, no presenta bello facial. Ojos grandes y azules. Complexión física atlética. Cutis Blanco sin cicatrices. Dientes blancos y labios gruesos. Descripción psíquica: Es un joven patriota a su modo, practico y soñador. De carácter simpático y sonrisa afable, le agrada defender al mas débil. Disfruta en familia y amigos. En resumen una persona de bien, bastante normal. El resto descúbrase onrol. Historia Don José Arteaga había dedicado sus mejores años al ejército de Lordaeron, luego supo servir en filas del ejército de Ventormenta, y finalmente pasó a retiro con honores en la guardia imperial. Jubilado optó por invertir parte de sus ahorros y establecer una armería en Villadorada. Gracias a sus antiguos contactos y amistades, el negocio que solo vendía a aquellos que servían a la ley, prosperaba. Un arma de repuesto, un uniforme extra, o simplemente alguna insignia de grado, resultaban objetos útiles para todo militar. Pablo su hijo colaboraba en las ventas e inventario. Mientras Adela su esposa, aportaba algunos objetos de sastrería que ella misma tejía con sus manos. A su manera, sin lujos pero sin pesares, eran felices aquellas gentes. Pablo Arteaga ya era un joven fuerte e independiente, cuando la guerra Gnoll llegó a Villadorada. Su padre José quien siempre había aspirado a que su hijo siguiera el ejemplo, y fuese parte del ejército. Vio con buenos ojos cuando su hijo decidió acudir al ayuntamiento, y formar parte de las milicias voluntarias. El idealista y soñador muchacho no era un militar vocacional, pero recordando las prácticas en armas con su padre, y sintiéndose apto para luchar en defensa de la patria, no dudó en cumplir con su deber. El capitán Marco Valerio un guerrero curtido, antiguo colega de Don José Arteaga, estaba a cargo de entrenar las milicias. Afortunadamente no parecía reconocer a Pablo, quien recibió el mismo trato que el resto de voluntarios. Fueron entrenados por los propios oficiales y sub oficiales del ejército imperial, en el uso básico de armas y defensa. Destacando el joven Arteaga en el uso de lanzas pesadas y espadas ligeras. Rápidamente fue enviado con el grupo cabeza de lanza hacia el Este del bosque de Elwynn. Allí saboreó las primeras mieles de la victoria inicialmente, y conoció la amarga hiel de la derrota al replegarse hacia Villadorada. Los tambores de guerra Gnoll no cesaban en su repiqueteo, la maquinaria de asedio cumplía su cometido y tras imparable pedrea, las puertas del Este y el Suroeste caían. El suelo comenzó a temblar, al tiempo que unos fieros gritos que parecían provenir del mismo averno inundaban el aire. El espectáculo era dantesco, una turba impresionante de hombres perro mutilaba sin piedad todo ser vivo a su paso. Blandían con furia sus armas destrozando tanto las armaduras de los guerreros que caían cercenados, como los cuerpos de inocentes ciudadanos por igual. -Voluntario Arteaga tome una pica y forme junto a los piqueros imperiales, no tenemos otra opción. Debemos cubrir las bajas profesionales con milicianos y voluntarios. Si toman la calle principal, Villadorada caerá sin remedio. - El capitán imperial ordenaba a los ciudadanos en pie de guerra, ante la falta de tropas. -De inmediato capitán.- Pablo se disponía a marchar hacia su hogar ubicado a pocas calles, pero ante el pedido del militar, no dudó en tomar la pica y unirse a la improvisada formación. Avanzaron por las sendas, hombro con hombro, cerrando filas, picas en ristre, constituyendo un letal muro de lanzas. Lo hombres perro eran traspasados y pisoteados sin piedad, mientras huían en desbandada. Los valientes ciudadanos armados como podían y unidos en espontáneos grupos, repelían a las bestias pagando un precio extremadamente alto. Pablo vio yacer en las polvorientas callejuelas teñidas de rojo ese día, a muchos amigos, vecinos, niños e inocentes. El intenso combate llegaba a su punto culmine, las fuerzas invasoras habían sido repelidas y dispersas huían en retirada. Los extenuados defensores no festejaban, solo buscaban a sus seres queridos desaparecidos entre las pilas de cadáveres. El joven Arteaga soltó su lanza ensangrentada, y haciendo acopio de lo último de las fuerzas corrió hacia su hogar. Al llegar no quedaban más que escombros, fuego y humo. Con el corazón golpeando su pecho violentamente, busco entre los muertos a sus padres. Finalmente se dejó caer de rodillas frente a la que había sido su casa, derrotado rompió en un intenso y desgarrador llanto. Permanecía caído sobre la tierra, cuando sintió como unos brazos fuertes tiraban de él. El veterano Don José Arteaga, herido pero de pie espada en mano, verificaba la respiración de Pablo. Junto a él Doña Adela, no cesaba de agradecer a la luz sagrada, mientras estrujaba las manos de su hijo, y le besaba sin cesar la frente. La familia Arteaga había sobrevivido, sin embargo lo habían perdido todo. Sin techo ni sustento, sus posibilidades eran escasas en una zona devastada. Inicialmente aceptaron la ayuda dispensada, durmiendo en casa de familiares y amigos. Comiendo lo que les ofrecía la iglesia, y vistiendo lo que podían. Sin embargo la dignidad no debía perderse, y decidieron hacer lo más honorable que podían. Don José Arteaga volvió a las filas del ejército, ya no como guerrero, sino como ayudante residente en la intendencia. Doña Adela de Arteaga marchó a la abadía de Villanorte, y como novicia voluntaria permaneció allí al servicio de la sagrada luz. Por su parte el joven Pablo Arteaga decidió seguir los consejos de su padre, y solicitar ingreso en el ejército imperial. Quizás de esta forma, no volvería a ser sorprendido en inferioridad por parte del enemigo. Aún quedaba mucho trabajo por delante, los Gnolls dominaban amplias zonas de Elwynn que debían ser reconquistadas. Un memorial en el centro de Villadorada recordaba que el heroico sacrificio de sus ciudadanos no debía ser en vano. Y lo peor de todo, tras la invasión la miseria y desigualdad habían crecido en forma alarmante. Como consecuencia la pobreza alentaba al delito, sirviendo de caldo de cultivo. Diversos grupos de malvivientes sin escrúpulos, oportunistas, y pícaros dominaban regiones enteras. El orden debía ser reestablecido cuanto antes, en los territorios perdidos a manos de Gnolls y delincuentes. Lograr recuperados, asegurarlos y protegerlos era imperioso. La apertura de las rutas de abastecimiento , las granjas reactivadas, y un sinfín de labores, que solo mediante las armas se podían lograr. Pablo Arteaga no era el clásico militar vocacional, ni tampoco de los que buscaban solo un sueldo fijo. Era un joven pionero, patriota y soñador dispuesto a luchar por un mejor porvenir para su pueblo. Y el ejército imperial era el camino adecuado, como su padre siempre le había dicho.
  7. Bienvenido Strauzz, seguro te lo pasas bien aquí. Cualquier cosa que necesites, solo dilo.
  8. Thorch

    Vladimir Rosencoff

    Nombre: Vladimir Rosencoff Raza: Renegado Sexo: Hombre Edad: 28 Altura: 1.68 Peso: 55 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Guardia de la muerte Historia Completa Descripción física: Es un renegado de aspecto horrendo, sus pútridas carnes presentan pústulas verdes, y sus rojizos ojos producen una visión pavorosa. Su postura suele ser muy inclinada, y la débil contextura física (aún para un no muerto) lo convierten en un ente sigiloso. Una lengua excesivamente larga pende entre sus negras quijadas, y la voz chillona que emite resulta hiriente al oído vivo. Suele cubrir todo su cuerpo con togas negras, y su rostro del mismo modo con capuchas. Descripción psíquica: Con un perverso sentido del humor, y mucha sapiencia. Es un ser sanguinario, malvado y sin escrúpulos. Disfruta al causar dolor y sufrimiento, atacando sin piedad a cualquiera que perciba como una amenaza o demuestre debilidad. Ansía el poder y la supremacía, a través de la nigromancia. Historia Siempre había sido débil físicamente, su frágil salud lo convirtió en un niño frustrado. Mientras otros corrían por los bosques y soñaban con ser caballeros, él debía asomarse con cuidado a la ventana de la recamara y soñar estar allí. Los antiguos pobladores murmuraban sobre el chico bestia. Muchos decían que pagaba el precio por los pecados antiguos, de una dinastía que en el pasado unía en matrimonio hermanos para mantener la sangre. El extremo parecido físico entre sus progenitores no colaboraba en acallar las voces, y comentarios mordaces. Lo cierto era que los Rosencoff actuales se trataban de gente devota, fervientes seguidores de la luz. Todos excepto el joven Vladimir, quien no entendía como esa fuerza sagrada y pura, permitía la injusticia de su cruel tormento. Los años fueron pasando, el otrora frágil niño se había dedicado a cultivar sus conocimientos. Sus padres no escatimaron esfuerzos para darle algo de felicidad, por lo que jamás se oponían en proporcionarle libros e instructores. Tampoco se atrevieron a oponerse a sus fugaces salidas nocturnas, ni se ocuparon en investigar las transformaciones físicas y mentales que dejaba en evidencia poco a poco. Ya siendo mayor de edad ingresó en la academia de ciencias arcanas del condado regente, como noble de una casa banderiza no tuvo impedimento alguno a pesar de su siniestro aspecto. Nadie ponía objeción al verle vistiendo ropas oscuras y a rostro cubierto, por ‘'razones médicas’’. Nadie excepto Deimon Adelgrieff, aquel joven oscuro e inteligente, que parecía hacerle sombra a cada paso que daba por las sendas del conocimiento. Primero fue rivalidad, poco a poco se transformó en un visceral odio. Tanta era la competencia entre ellos, que a nadie le pareció sorprendente cuando ambos fueron expulsados de la academia. Los motivos simples fueron convenientemente ocultados: internarse en la búsqueda del conocimiento prohibido. Cada cual tomó su senda, más Vladimir encontró otras opciones de fuerza que nunca había siquiera imaginado, u tenido en cuenta en su tortuoso pasado. Quien necesitaba de un cuerpo fornido, cuando podía dominar a miles y obligarles a obedecer su voluntad?. El poder que tanto ansiaba a cambio de recoger cadáveres, el sabor de la dominación resultaba un néctar demasiado tentador. Se entregó en cuerpo y alma a las artes nigrománticas, los rincones oscuros del arrabal pasaron a ser su centro de operaciones. Profanación de tumbas, secuestros, asesinatos, despojos rituales, entre un sinfín de actos despiadados, pasaron a ser su obsesión. La sed de muerte se acrecentaba cada día más en su ser. No obstante la mayor de sus funestas ambiciones y metas seguía siendo la de destruir por completo a su eterno rival Déimon. El reino Lordaeron caía a pedazos, los cuerpos destrozados de los defensores se apilaban por un lado, mientras por el otro levantaban sus despojos, para unirse a la turba de no muertos que crecía sin cesar. Sin embargo a Vladimir y Déimon no parecía importarles la situación, el momento de la anhelada batalla definitiva entre ambos, por fin había llegado. En medio del horror sin afectarles siquiera el desfile de icor y sangre a sus pies, se midieron frente a frente en singular demostración de maldad y prodigios. La balanza no parecía equilibrarse para ningún lado, y la plaga no estaba dispuesta a esperar por ellos… Actualidad. Todo era confuso, quien soy, que hago aquí? El no muerto Vladimir no recordaba su pasado, tampoco era consciente de su presente, pero algo no paraba de resonar en su cabeza: Déimon, Déimon, esto no ha terminado. 'Quien busque el poder debe ser tenaz sin abandonar la sutileza. Detrás de lo simple se esconde lo complejo, no existen verdades absolutas, solo medias verdades''. Durante mis solitarias exploraciones entre ruinas y tumbas, descubrí algunos elementos que me resultaron útiles para la observación de las sombras. Unos lienzos y tintas por un lado, y una especie de catalejo por el otro, resultaron ser herramientas valiosas. Traté de encontrar alguien dispuesto a posar para mi trabajo. Afortunadamente una hermana recientemente liberada, no tenía nada mejor que hacer. Pacientemente al disponer de tiempo y saber que no sería interrumpido, decidí buscar un recinto oscuro y sereno. Hallé con facilidad una cripta en Camposanto propicia para el ensayo. No fue complicado instalar una lámpara, de manera que un lado de la cara de quien posaba quedara iluminada por una luz fuerte, con sombras oscuras y marcadas en el otro lado. El lienzo que disponía no era todo lo blanco deseado, pero de todas formas servía. Por el contrario la negra tinta hallada en un vetusto caserío, resultaba ser de buena calidad. Así comencé a pintar las sombras que cubrían el rostro de mi modelo, contemplar sus formas en detalle y percibir sus tonalidades. Después de terminar sentí cierta sorpresa al contemplar el retrato. Varias formas no parecen significar nada, hasta que logras distinguir la imagen que muestran las sombras. Contemplé las Lunas con el viejo telescopio, día tras día, noche tras noche. Hasta que al enfocarlo hacia la región que separaba la parte brillante de la oscura, descubrí un paisaje de luces y sombras muy distinto, a la superficie perfectamente lisa que les suelen atribuir los ignorantes. Pero no solo eso logré percibir, a lo largo de mis múltiples observaciones. En el firmamento, vi como las sombras lograban cubrir por completo, las lunas y el sol. En ocasiones logré ver algo oscuro, borroso tal vez como una sombra, en donde instantes después no había nada. Creí que era solo alguna anomalía en principio, pero desde ese momento me siento observado. Hasta puedo ver cada tanto, como se yergue frente a mí una sombra negra, como si fuese un hoyo o un pedazo de oscuridad. Las sombras nos ocultan las cosas, pero al mismo tiempo nos permiten comprender el universo. Parecen esconderse de los profanos, y mostrase a quien las quiera ver. La mayoría de especies han evolucionado en un mundo de luces y sombras, desarrollando un sistema de visión que no funcionaría sin ellas. Se puede comprobar fácilmente que en un día encapotado los paisajes tienen un aspecto plano y sin relieve. Del mismo modo, un rostro cubierto con luz muy tenue, incapaz de proyectar sombras, parece achatado y desprovisto de rasgos. En ambos casos, el cerebro echa de menos las sombras, que le permiten interpretar la forma y el volumen de los objetos y los espacios. El funcionamiento de la mente llega al extremo de que cuando miramos un cuadro en el que las sombras están mal construidas, lo vemos bien sólo porque nuestro cerebro es capaz de reconstruir la imagen como debería ser en la realidad. La concepción de la sombra cambia a medida que evolucionamos, las crías apenas pueden asociar las sombras con los objetos que las crean, pero aun así las perciben como una sustancia que emana de las cosas. Es frecuente observar a los seres poco inteligentes jugar con su propia sombra, tratando de despegarla de los pies o de cubrirla con arena, para esconderla. En general, hasta la madurez o desarrollo mental, aprendemos a reconocer las sombras como la ausencia de luz, y descubrimos entonces que, para crearlas, hacen falta una fuente luminosa y un cuerpo que se interponga en el camino de los rayos que emite. Sin embargo detrás de los fenómenos naturales y físicos, parecen existir otras leyes ocultas. Reservadas para aquellos, dispuestos a recorrer la senda del conocimiento en forma extraordinaria.
  9. Thorch

    Vladimir Rosencoff

    Atributos5 Físico6 Destreza9 Inteligencia6 PercepciónValores de combate20 Puntos de vida27 Mana6 Iniciativa8 Defensa Habilidades Físico Destreza 2 Defensa 2 Sigilo 2 Ingeniería Inteligencia 1 Fauna 1 Leyes 2 Religión 1 Tradición/Historia 2 Llamada de lo Profano 3 Levantar Zombi 4 Toque Profano 2 Enfermedad Débil 2 Abjuración básica 2 Someter No-muerto menor 1 Detección de lo Profano Percepción 2 Advertir/Notar 2 Buscar 1 Rastrear Escuela Nigromancia Profana
  10. Bienvenido seas, espero que la pases muy bien aquí con nosotros. Si tienes cualquier tipo duda, no te cortes (te lo dice un pesado preguntón) que con mucho gusto te serán evacuadas por los que saben .
  11. Cambié la foto de perfil, pero sigo teniendo alma de enanín.

    1. Axl

      Axl

      ¡Odinus se estremece con tu traición!

    2. Thorch

      Thorch

      Hey estoy de incógnito, en realidad ando disfrazado de humano, no ves que conservo la barba?. 

  12. Bienvenido/a seas, hay mucho rol iluminado, no importa tanto la raza sino que sea Alianza y quiera rolear en Elwynn y adyacencias. Dispones de la iglesia, la mano de plata, el alba argenta y la cruzada escarlata. Por otra parte hace un par de días con un colega enviamos dos historias de no muertos, así que no estará sola tu renegada.
  13. Bienvenido sea usted buen hombre, es grato ver gente experiente de la que se puede aprender, integrándose al servidor.
  14. Thorch

    [Muerto] Ismael Cruz

    Un cruzado no mendiga, elige. Esas palabras resonaban en su mente, cuando se disponía a marchar para proseguir con su misión. Justo en ese momento el hermano Bourn apareció en escena. Su labia, la necesidad de apoyo, tantos proyectos justos y necesarios, al fin y al cabo conmovían el espíritu del recluta cruzado. Sus acciones y sentir eran puros e iluminados, más allá de su expresión corporal impasible adquirida en el norte. Quien ve el horror tan cercano a diario, quien siquiera tiene el consuelo de poder visitar una fría tumba para llorar al ser amado, quien toca fondo como él, se endurece o se pierde. El prefirió lo primero, y la Cruzada Escarlata fue su único apoyo. Ahora ante él se encontraba un soñador, un tenaz Gnomo con proyectos de fe. No era perfecto, hablaba demasiado, pero quien era él para ver los defectos en otros. Decidió apoyarle. Caminó junto al él hasta la abadía de villanorte, impartió justicia iluminada y colaboró para obtener apoyo. Lo siguió durante ese largo día, buscando materiales, voluntarios y simpatías para la capilla de la rectitud. En el proceso investigó junto a Odriel y Bodvar. Purificó con oraciones sagradas allí donde la oscuridad persistía. Y hasta intentó ayudar a la guardia imperial por intermedio de Elegost, aunque en el sur no parecían tan efectivos los métodos norteños. Quedaba mucho trabajo y obras por delante, más la luz parecía indicar que su presencia en la zona era parte de un plan sagrado, no daría la espalda a Villadorada.
  15. Un cruzado no mendiga, elige. Esas palabras resonaban en su mente, cuando se disponía a marchar para proseguir con su misión. Justo en ese momento el hermano Bourn apareció en escena. Su labia, la necesidad de apoyo, tantos proyectos justos y necesarios, al fin y al cabo conmovían el espíritu del recluta cruzado. Sus acciones y sentir eran puros e iluminados, más allá de su expresión corporal impasible adquirida en el norte. Quien ve el horror tan cercano a diario, quien siquiera tiene el consuelo de poder visitar una fría tumba para llorar al ser amado, quien toca fondo como él, se endurece o se pierde. El prefirió lo primero, y la Cruzada Escarlata fue su único apoyo. Ahora ante él se encontraba un soñador, un tenaz Gnomo con proyectos de fe. No era perfecto, hablaba demasiado, pero quien era él para ver los defectos en otros. Decidió apoyarle. Caminó junto al él hasta la abadía de villanorte, impartió justicia iluminada y colaboró para obtener apoyo. Lo siguió durante ese largo día, buscando materiales, voluntarios y simpatías para la capilla de la rectitud. En el proceso investigó junto a Odriel y Bodvar. Purificó con oraciones sagradas allí donde la oscuridad persistía. Y hasta intentó ayudar a la guardia imperial por intermedio de Elegost, aunque en el sur no parecían tan efectivos los métodos norteños. Quedaba mucho trabajo y obras por delante, más la luz parecía indicar que su presencia en la zona era parte de un plan sagrado, no daría la espalda a Villadorada.
  16. Ciertos rumores difundidos en Villaoscura por parte del ciudadano Dieter Greiham, y algunos habitantes del casco antiguo de Villadorada. Apuntan a que un escarlata de nombre Ismael Cruz, conmovido por la situación en Ocaso y el miedo que sienten sus gentes de bien. Se encontraría dispuesto a brindar gratuitamente entrenamiento básico de milicia, especialmente en defensa personal contra no muertos. A todo aquel seguidor de la luz, que se sienta con fuerzas suficientes para levantar un arma. Dicho cruzado se le puede encontrar custodiando la entrada de la derruida capilla en los barrios bajos de Villadorada, previo a su reconstrucción.
  17. Thorch

    [Muerto] Ismael Cruz

    Gracias a las bendiciones de la luz, poco a poco las cosas van cambiando. Sin embargo a medida que encuentro aliados, también son mayores los frentes de combate. Por ese motivo he decidido llevar estos apuntes sobre la información que recibo, y las personas que me voy cruzando a lo largo del camino. PERSONAS Bourn: Thomas: Aleister: Autoproclamado Paladín Errante que ha desaparecido misteriosamente, y del que casi todos hablan mal. Jared: Margot: Elegost: Dieter: Guía de Cerro del Cuervo, busca ayuda para combatir a un nigromante que se apoderó del cementerio de la zona. Joshep: Bodvar: Lógan: Aldebarán: Novicio de la Mano de Plata nativo de Stromgarde. Nicholas: Odriel: INFORMACIÓN DE INTERÉS. Enemigos mencionados en diferentes investigaciones. Banda de salteadores incendiarios, operarían en la zona de Poniente. Nigromante y al menos un cementerio completo de No Muertos. Operaría en Cerro del Cuervo. COMPLETADA Gnolls en todas sus versiones, desde oscuros y encapuchados, hasta Hogger. Operan en todo Bosque Elwynn. Orcos Rocanegra. Operarían en las montañas norteñas. Delincuentes luchan por el control de los barrios bajos (casco antiguo de Villadorada).
  18. Thorch

    [Muerto] Ismael Cruz

    Ismael Cruz marchaba hacia la abadía en Villadorada, para reportarse ante la Iglesia y la Mano de Plata, cuando de camino fue interceptado por un sigiloso mensajero. La escueta nota proponía un encuentro en la capilla derruida del casco antiguo. Nada más, nada menos, solo se leía que alguien quería verle allí, y el recluta cruzado no dudó en ir. En su fuero interno pensó en una emboscada, un acto a traición por parte de aquellos de la taberna que tanto le despreciaban. Pero no sintió temor alguno, por el contrario quizás era la hora definitiva en que la luz juzgara las ofensas a su causa. No esperaba en modo alguno, encontrar en el lugar un sacerdote Gnomo portando las insignias de La Sagrada Iglesia de la Luz, pero así fue. Y tal cual designio sagrado, por fin se mostraba ante él alguien que de verdad buscaba hacer de Azeroth un mundo mejor. El novicio Bourn estaba dispuesto a reconstruir aquel bastión de la luz, y establecer un centro de operaciones para la lucha contra los innumerables males que acechaban. Para ello nuevamente Ismael sería invitado a custodiar las ruinas de la capilla (pues antes ya lo había solicitado el desaparecido''paladín errante'' Aleister), tarea que no dudó en asumir con la absoluta entrega y dedicación propias de un cruzado. Entre esas ruinas no había lugar donde descansar, ni comodidad alguna. Pero el recluta cruzado permanecía allí, comiendo alimañas, improvisando fogatas con lo que encontraba, para no caer en hipotermia durante su vigía nocturna, y mal durmiendo con un ojo abierto cuando podía. De todas formas resistiría con tenacidad, pues el sacrificio era una de las virtudes de los escarlatas. No en vano fueron quienes permanecieron luchando en Lordaeron, mientras otros huían.
  19. Thorch

    [Muerto] Ismael Cruz

    Documentos públicos de un cruzado. Gran Cruzado Johansenn: Le informo que me encuentro constituido en Villadorada como me fue ordenado. Lamentablemente la hostilidad manifiesta del propietario de la posada ''La Capital’’ hacia la causa cruzada, me obligó a alojarme en la posada céntrica, lugar lujoso y poco adecuado para la tarea que me fue encomendada. Ya que los pobres y necesitados se encuentran trabajando en los barrios bajos precisamente, no seguros y cómodos tras murallas como me veo obligado a estar yo. Sinceramente aún estoy dilucidando si se trata de simpatía hacia los no muertos y herejía, u simplemente poca cabeza lo que lleva a estas gentes necesitadas de ayuda, a cerrar las puertas de quien les tiende una mano. El tiempo dirá, pues nada se esconde a la mirada escrutadora de la luz. Lo cierto es que fui expulsado sin más por ese posadero, que hasta insinuó alguna que otra blasfemia sobre mi persona, cuando por poco no aseguró públicamente que los escarlatas somos una panda de mentirosos y asesinos. Para colmo de males, tal cual lucha de emblemas y colores propios de justa deportiva, y no de la guerra contra Elwynn a la que nos enfrentamos. No solo manifestaron que dicha zona simpatizaba con el alba argenta, sino que el hermano Thomas de esa orden (quien sí se mostró respetuoso y digno a pesar de todo) respondió literalmente ante mi ofrecimiento de colaboración: ''consultaré a mi superior a ver si me autoriza a trabajar con usted’’. Aún aguardo su respuesta, espero que cuando me reporte ante los hermanos de la órden de ''La mano de plata'' no sea todo tan lento y entorpecedor. Evidentemente o no son conscientes de la situación crítica en la que se encuentran, o de estrategia marcial saben bien poco, cuando ponen por delante sus egos personales por sobre la unión contra un enemigo en común. Por ahora no puedo hacer mas que orar con fervor a la sagrada luz, suplicando ilumine la razón de estas gentes y me permitan proseguir con mi misión. No son las mejores noticias, pero al menos ya tiene la información sobre mi paradero y donde enviar la manutención correspondiente. Lo mantendré al tanto de las novedades surgidas, que la luz os bendiga. Ismael Cruz
  20. Ismael Cruz marchaba hacia la abadía en Villadorada, para reportarse ante la Iglesia y la Mano de Plata, cuando de camino fue interceptado por un sigiloso mensajero. La escueta nota proponía un encuentro en la capilla derruida del casco antiguo. Nada más, nada menos, solo se leía que alguien quería verle allí, y el recluta cruzado no dudó en ir. En su fuero interno pensó en una emboscada, un acto a traición por parte de aquellos de la taberna que tanto le despreciaban. Pero no sintió temor alguno, por el contrario quizás era la hora definitiva en que la luz juzgara las ofensas a su causa. No esperaba en modo alguno, encontrar en el lugar un sacerdote Gnomo portando las insignias de La Sagrada Iglesia de la Luz, pero así fue. Y tal cual designio sagrado, por fin se mostraba ante él alguien que de verdad buscaba hacer de Azeroth un mundo mejor. El novicio Bourn estaba dispuesto a reconstruir aquel bastión de la luz, y establecer un centro de operaciones para la lucha contra los innumerables males que acechaban. Para ello nuevamente Ismael sería invitado a custodiar las ruinas de la capilla (pues antes ya lo había solicitado el desaparecido''paladín errante'' Aleister), tarea que no dudó en asumir con la absoluta entrega y dedicación propias de un cruzado. Entre esas ruinas no había lugar donde descansar, ni comodidad alguna. Pero el recluta cruzado permanecía allí, comiendo alimañas, improvisando fogatas con lo que encontraba, para no caer en hipotermia durante su vigía nocturna, y mal durmiendo con un ojo abierto cuando podía. De todas formas resistiría con tenacidad, pues el sacrificio era una de las virtudes de los escarlatas. No en vano fueron quienes permanecieron luchando en Lordaeron, mientras otros huían. // Como suelo conectar tarde entre semana o directamente solo los fines de semana, agradecería tengan en cuenta que onrol este pj permanecería siempre en la zona de la capilla del casco antiguo custodiando. Aunque es un ser humano y puede ausentarse para ir al baño, dormir, comer, etc.
  21. Hola, como siempre yo consultando por este medio, espero no ser pesado pero creo que ciertas dudas es mejor exponerlas aquí así de paso aprendemos todos. He investigado los métodos de lucha de la cruzada escarlata y los encuentro sorprendentemente similares a los de los templarios, que como sabían nadie pagaría rescate por ellos, usualmente luchaban hasta la muerte sin abandonar la plaza. Sin embargo como nuestro lore difiere del original expondré la información recabada, y agradecería enormemente se explicara que es lo que aplica y lo que no. Desde ya gracias: Estrategias militares de la Cruzada Escarlata (fuente wowpedia) La Cruzada Escarlata sigue una estructura militar. Los miembros de la Cruzada nunca desfallecen, cambian de lado o se retiran. La Cruzada Escarlata lucha directamente y pelea hasta la muerte. Varias fuerzas militares combaten de forma conservadora y acumulan miembros, pero los cruzados ni se preocupan por sus propias vidas. Cargan a la batalla con fanático fervor hasta que perecen o exterminan a todos sus enemigos. Solo el respaldo de los sacerdotes y paladines mantienen a la orden viva, literalmente y de manera figurada. Los discursos apasionados y el carismático liderazgo de los sanadores de la orden motivan a sus tropas en la batalla y su magia curadora mantiene a los zelotes enteros. El entrenamiento militar de los paladines de la orden sirve bien a la cruzada, ya que estos instruyen a los miembros en formaciones básica y estrategias simples para incrementar sus posibilidades de supervivencia. Generalmente, los miembros de la Cruzada Escarlata no se molestan flanqueando a sus enemigos, ya que están acostumbrados a enfrentar a los no-muertos que son lentos y fáciles de atacar e inmunes a puñaladas. Las unidades luchan en formaciones cerradas, formando círculos cuando es posible manteniéndose hombro con hombre de tal manera que no se vean rodeados por una arrastrante turba de muertos vivientes. Si se ven obligados a dispersarse, tratan de emparejarse y pelean espalda con espalda. Los paladines y sacerdotes se sienten libres para sanar y lanzar hechizos en combate, no solo para abastecer a sus tropas de salud, sino también para causar estragos en el bando contrario. Tratan de evitar el hechizo de ahuyentar no-muertos pues su meta es destruir y no asustar y dispersar. Si son sobrepasados en número, los comandantes invocan su poder sagrado, confiados en su habilidad para destruir a los no-muertos cercanos con un intento a la vez. Al enfrentar a oponentes vivos, la Cruzada cambia su táctica ligeramente. Raramente se enfrenta a hordas de enemigos vivos pero cuando enfrentan a los vivos por lo general son pequeños grupos. No utilizan maniobras de flanqueo y se preocupan más por evitar que escapen pues se mueven más rápido que los no-muertos y generalmente con pánico. Los caballeros montados los persiguen mientras los soldados a pie se quedan atrás para atacar objetivos más lentos. Estos últimos también disparan a sus objetivos para evitar que estos huyan.
  22. Nombre del arma: Hoja Furia de Sol ID del arma: 30394 Tipo de arma: Espada de dos manos Nombre del arma: Gloria de Tiradores ID del arma: 43918 Tipo de arma: Ballesta Nombre del arma: Daga de Sufrimiento ID del arma: 67160 Tipo de arma: Daga Nombre del arma: Escudo de Lacayo Discolo ID del arma: 31200 Tipo de arma: Escudo
  23. Gran Cruzado Johansenn: Le informo que me encuentro constituido en Villadorada como me fue ordenado. Lamentablemente la hostilidad manifiesta del propietario de la posada ''La Capital’’ hacia la causa cruzada, me obligó a alojarme en la posada céntrica, lugar lujoso y poco adecuado para la tarea que me fue encomendada. Ya que los pobres y necesitados se encuentran trabajando en los barrios bajos precisamente, no seguros y cómodos tras murallas como me veo obligado a estar yo. Sinceramente aún estoy dilucidando si se trata de simpatía hacia los no muertos y herejía, u simplemente poca cabeza lo que lleva a estas gentes necesitadas de ayuda, a cerrar las puertas de quien les tiende una mano. El tiempo dirá, pues nada se esconde a la mirada escrutadora de la luz. Lo cierto es que fui expulsado sin más por ese posadero, que hasta insinuó alguna que otra blasfemia sobre mi persona, cuando por poco no aseguró públicamente que los escarlatas somos una panda de mentirosos y asesinos. Para colmo de males, tal cual lucha de emblemas y colores propios de justa deportiva, y no de la guerra contra Elwynn a la que nos enfrentamos. No solo manifestaron que dicha zona simpatizaba con el alba argenta, sino que el hermano Thomas de esa orden (quien sí se mostró respetuoso y digno a pesar de todo) respondió literalmente ante mi ofrecimiento de colaboración: ''consultaré a mi superior a ver si me autoriza a trabajar con usted’’. Aún aguardo su respuesta, espero que cuando me reporte ante los hermanos de la órden de ''La mano de plata'' no sea todo tan lento y entorpecedor. Evidentemente o no son conscientes de la situación crítica en la que se encuentran, o de estrategia marcial saben bien poco, cuando ponen por delante sus egos personales por sobre la unión contra un enemigo en común. Por ahora no puedo hacer mas que orar con fervor a la sagrada luz, suplicando ilumine la razón de estas gentes y me permitan proseguir con mi misión. No son las mejores noticias, pero al menos ya tiene la información sobre mi paradero y donde enviar la manutención correspondiente. Lo mantendré al tanto de las novedades surgidas, que la luz os bendiga. Ismael Cruz
  24. Bienvenido Kario. Te comento que al igual que tu soy nuevo tanto en el server como en el mundillo del rol, y sinceramente la experiencia en este lugar viene siendo excelente. También roleo un humano paladín, así que seguro tendremos divertidos roles en común. Cualquier duda que tengas pregunta, seguro los miembros del staff y/o roleros veteranos te ayudarán con gusto.
  25. Thorch

    [Muerto] Ismael Cruz

    Nombre: Ismael Cruz Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 38 Altura: 1.80 Peso: 85 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Guerrero Sagrado Historia completa Descripción física: Piel blanca cubierta por varias cicatrices en todo el cuerpo. Físico acorde al de un soldado entrenado. Aspecto descuidado, con cabello y barbas largas color castaño. Ojos marrones claros como su pelo. Podría pasar por un asaltante o mercenario de baja estirpe si no vistiera uniforme. Descripción psíquica: Hombre de pocas palabras, que evita los grandes discursos iluminados. No obstante a ello, su fe en la sagrada luz es lo que lo mantiene vivo. Ha recibido educación, por lo que si debe mostrar cultura obligado por las circunstancias, sabrá como comportarse. En líneas generales no suele demostrar el fanatismo propio de sus hermanos escarlatas, al menos en el trato con los que no son miembros de la orden. Se trata de una persona curtida por el batallar y sufrimiento. Lo cual lo exime por completo de ese aire santurrón que rodea a algunos guerreros iluminados. Sus ideales, motivaciones y objetivos se podrían resumir de esta forma: Erradicar a los no muertos y herejes. Restituir la antigua gloria de Lordaeron y la humanidad en general. Impartir justicia iluminada o no, allí donde sea necesario. Vengar a sus seres queridos caídos en desgracia. Vivir y morir con honor, en nombre de la sagrada luz. Historia Como no sentir odio por esos dantescos engendros, si su pavorosa visión representa el reflejo de nuestros mayores temores. El final de nuestra existencia, la extinción de la llama de la vida y la putrefacción de nuestros cuerpos. Como no perseguirlos, si su mera presencia es contraria a la luz. Inmundas creaciones oscuras, cuya existencia no implica más que destrucción y sufrimiento. Como no exterminarlos, si destrozaron nuestro hogar, torturaron a nuestros seres queridos. Nos arrebataron hasta la santa muerte, nuestra tierra destruyeron, borrando nuestro linaje casi por completo. No es posible tener compasión con quien no siente, piedad con quien no vive, ni demostrar honor ante abominaciones. La sagrada luz sigue siendo nuestro estandarte, la fe el verdadero poder, y la pureza nuestro sustento. Más contra la oscuridad, no existe otro camino que el de la purificación. Sin compasión, ni remordimiento alguno en la lucha contra herejes y no muertos. No obstante a ello, la práctica activa de las virtudes que la luz nos enseña: Tenacidad, Respeto y Compasión, no deben ser abandonadas jamás. La justicia debe prevalecer, amor para los vivos, fuego para los no muertos. Nací hace 38 años en el Reino de Lordaeron, vi morir a mi familia a manos de no muertos. También fui espectador de cómo algunos de mis seres queridos se levantaban convertidos, y hasta debí salpicar mi espada con el icor que emanaba de algún maldito cuerpo putrefacto que en vida acaricié. A causa de estos males, y que me había quedado sin empleo cuando las tierras de mi señor cayeron. Decidí acudir al llamado de los que para mí eran por ese entonces ''esos misteriosos y fieros guerreros escarlatas’’. Inicialmente dudé, pues un joven soldado sin ejército al que servir, no parecía el candidato más indicado para una orden clerical. Pero ante la insistencia de los pregoneros rojos, en busca de ''guerreros fuertes’’, y las nulas posibilidades de supervivencia en solitario por aquellas tierras muertas, casi que no tuve otra opción. Los inicios no fueron fáciles, ni siquiera para alguien como yo. Ni bien llegar me pusieron en cuarentena, permanecí recluido e incomunicado durante un mes. Fui sometido a ''curas’’ de luz sagrada, e interrogatorios sistemáticos durante mi estancia en la celda… La exigua estancia se encontraba en penumbras, mientras el silencio absoluto reinaba en el ambiente. Un camastro de paja, una vetusta mesa de madera, y el texto sagrado sobre la misma, constituían todo el mobiliario del lugar. Hacía ya varias lunas que me encontraba en cautiverio, interrumpiendo mi soledad el silencioso vigía a la hora de cada comida, o el inquisidor cuando se le venía en gana. Del alimento poco podía quejarme, siempre el mismo caldo aguado en almuerzo y cena, un bollo de pan entre las horas. Al menos hambre no pasaba. La bebida era otra historia, nada de alcohol resultaba duro. Sobre todo en las noches, donde sin aguamiel el insomnio se apoderaba de mí. Visiones oscuras y recuerdos del pasado invadían mi mente, pero el inquisidor aconsejaba orar con fervor para apartar los malos pensamientos. Ciertamente funcionaban los rezos, ya sea por obra de la luz o el cansancio que producía repetir sin parar las mismas frases sagradas. Debía acostumbrarme a esa vida, solo los iluminados habían demostrado poseer el don de vencer a los no muertos, no cabía duda alguna que esa era la senda correcta al menos para los vivos. Sin embargo costaba apartarse de las viejas costumbres, la vida del guerrero al servicio de un lord no se parecía en nada al sacrificio de un cruzado. Ni paga, putas o juego, solo la senda de las virtudes y el amor por destruir herejes para hacer de este un mundo mejor. Allí me encontraba perdido en mis pensamientos, cuando el anciano de barba entrecana ingresó a la estancia. Su hábito blanco y escarlata era el propio de los inquisidores, portaba en sus manos libro y báculo como era habitual entre los de su clase. Sea la luz tu guía aspirante, cómo te llamas?- Dijo el anciano en forma solemne Ismael Cruz es mi nombre anciano- Respondió el guerrero rápidamente Porque estás aquí?- Inquirió el inquisidor Quiero servir a la cruzada escarlata- Contestó en forma fría Y con qué fin pondrías tu vida al servicio de esta orden ?.- El anciano escrutaba con su mirada pertinaz, al aspirante. Luchar contra el hereje en nombre de la sagrada luz, recuperar el reino de Lordaeron, hacer justicia contra esos malditos impíos no muertos- Golpeó la mesa sin ocultar su furia hacia el enemigo Comprendo…- el anciano permaneció dubitativo por un instante -pero lo dices todo muy metódicamente, como aprendido de memoria… quien te ordenó venir a aquí ?- La expresión del inquisidor se tornaba desafiante. Nadie mi señor, soy un hombre libre y estoy aquí por voluntad propia. Podrías besar el báculo portador de la luz, y este texto sagrado sin temor alguno? - Extendía sus manos hacia el guerrero, como quien presentaba sus armas previo al combate. Por supuesto padre- Se inclinó en forma respetuosa y aproximó sus labios a los objetos en forma alternada, mas no besó. En nombre de la luz, yo te someto a su juicio sagrado y purifico!- Inquirió el anciano, mientras un fulgor resplandeciente emanaba de los objetos, impactando violentamente contra el pecho de Ismael. El aspirante sintió que la paz invadía su ser profundamente, los dolores y pesares habían desaparecido por completo, al tiempo una lánguida sonrisa se plantaba en su rostro- Gracias padre, bendiciones para usted. El inquisidor apartó los objetos sagrados de Ismael, y con expresión impasible asintió despacio- Benditos aquellos que busquen la senda iluminada, porque la luz prevalecerá eternamente- Acto seguido giró sobre sus pasos y sin mirar atrás, desapareció entre las sombras más allá de la celda. Fueron varias las veces que volvería a ver al anciano en mi celda, y sus interrogatorios no cesaron hasta que salí de allí. Era joven e inmaduro por aquel entonces, quizás por eso ilusamente creí que al salir de mi celda, asistiría a una ceremonia, recibiría equipo y armas de buena hechura. Nada más lejos de la realidad, recibí elementos de aseo para limpiar letrinas y obligaciones de sirviente. Ni siquiera el rango de soldado me sería reconocido, había que iniciar desde abajo allí, y aprender que la vida de quien lucha contra los hombres, no se parece en nada a la de aquel que vive y muere enfrentando a las tinieblas.
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