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Beretta

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Todo el contenido de Beretta

  1. La carta llega sellada con el símbolo del Alba Argenta, con el olor a barro y podredumbre de las tierras de la peste impregnado en el papel. La carta está escrita con letra un tanto tosca pero más entrenada que en sus anteriores misivas. A Eleandris Vertanas: Me ha sorprendido mucho encontrar esta carta esperándome a la vuelta de una expedición. No esperaba que me la enviarais, aunque es cierto que hemos tenido tiempo para pensar en tu ausencia. Habéis escuchado bien, pues al poco de marcharte la Vigilia fue casi arrasada por el azote. Por suerte conseguimos repeler el ataque, aunque a un alto coste. Es bueno saber que en Quel'danil tenemos un refugio, pese a que ahora lo que mas necesitamos aquí son soldados y víveres, aunque tal vez eso pueda arreglarse. Conocéis mejor que nadie ahí las necesidades de la Vigilia, así que si creeis que podéis ofrecernos algo, víveres, madera, hierro-...lo que sea, hacédmelo saber. Tal vez podamos conseguir mejorar mínimamente las condiciones aquí. Pd: Puede que Runa crea que hice cuanto pude, pero yo se que no hice suficiente. Agradezco sinceramente vuestra preocupación y esta Misiva,
  2. La carta pasa por muchas manos antes de ser enviada y entregada en mano en la Abadía. Sellada con el símbolo del Alba Argenta,en su interior se encuentran algunos pétalos de plantas medicinales, con intención de quitar el olor a podredumbre y barro que arrastra el paquete. La carta está escrita con letra un tanto tosca pero más entrenada que en sus anteriores misivas. A la atención de la Inquisidora Torreardiente : Supongo que le sorprenderá recibir esta carta. Hacía mucho que no le escribia-..y lamento el no haberlo hecho más a menudo. No nos engañemos, tampoco. Sé que su trato cordial se debía en gran parte a las circunstancias, aunque agradezco el esfuerzo y la confianza que depositó en mi. Me he unido a la senda Argenta... junto a mi padre adoptivo, el Escudero y Protector de la Vigilia de la Luz Thomas Benet. Sé que la hará feliz saber que he seguido el camino. Quizás incluso sonria un poco...es una pena no estar para verlo. No escandalice a Tenacidad. Las cosas aquí no están siendo sencillas, ni tranquilas. No esperaba que lo fueran-..pero no estaba preparada para que esta maldita tierra arrancara a Runa de mi lado. Me veo incapaz de enfrentarme a esto sola-...o de ver como mi padre se consume bajo el peso de las responsabilidades. Intento asegurarme de que vuelva de una pieza, no soportaría perderlo a él también. Espero que todos los asuntos en Ventobravo acabaran bien y que no le hayan dado muchos dolores de cabeza. He visto que sus agentes y algunos acólitos inquisidores han llegado a la Vigilia. Supongo que en algún momento, mas adelante, volverá a tener noticias mías. Que esta carta sirva como fe de vida, y espero que cuando volvamos a vernos tenga algo más feliz que relatarle. Pd : No me iría nada mal algún libro. Tenemos muy poca lectura para escoger aquí en la Vigilia de la Luz. Y ..dele recuerdos a Tenacidad de mi parte. Sé que tras ese casco oscuro y ese silencio perpetuo en el fondo de su corazón me aprecia. Asegúrese de leérselo tal cual, estoy segura de que se regocijará. Con la Luz, @Malcador
  3. A Edric, Va a ser difícil empezar esto. No pretendo darle muchas vueltas a cómo hacerlo, pero sé que no esperabas esta carta. Y yo,hace apenas unos días, no esperaba ir a escribirla nunca. Cuando apenas hace unos días Madlyn llegó a la Vigilia, no supe muy bien como reaccionar. Imagina: llevaba meses aquí, aislada en las tierras de la Peste, y de repente una cara tan conocida como la suya aparece por la Torre. No sabía que decir, así que preferí no decir nada, hasta que ella se acercó a mi. No han sido unos meses felices. Runa ha muerto, protegiéndome, y no hay noche en que no sueñe con ella. La siento cerca, como la sentí la noche en la tumba de Uther, esperándome o vigilandome. Igual solo esperando a que me reúna con ella. No sé cuanto queda para eso, pero cada día que paso aquí parece que queda un poco menos. La echo de menos más de lo que he echado nunca en falta a alguien y no puedo dejar de culparme por su muerte. Mi pareja también me ha abandonado. No puedo culparlo. Este lugar supera a muchos, y puedo entender que la miseria que vivimos a diario haya podido con él. Puede conmigo también, pero sospecho sé que si cedo Thomas caerá, y no puedo permitírmelo. No sé por qué te cuento todo esto, Edric. Igual por que se que sea como sea, no vas a ser capaz de juzgarme con el continente de distancia. Madlyn me ha insistido en ello, también. Supongo que como catarsis a todo lo que está ocurriendo aquí y porque insistía en que seguramente te alegrarías de saber que seguía viva. No os culpo por lo ocurrido, Ed, Ni os guardo rencor. Ojalá estuvieras aquí, con nosotras. @Murdoch @Gauss
  4. // I'm in! Posteo onrol en cuanto me entere bien de la movida en el rol.
  5. Parte III. La oscuridad Tapiaron con rapidez la bajada a los pasillos bajo la cripta, asegurandose de que nada pudiera adentrarse en la sagrada cripta. Lo que habían visto allí abajo-..y la oscuridad que los había envuelto les había hecho tomar una decisión drástica: Nadie más se adentraría en esos pasillos, cerrando así la posibilidad de llegar hasta la villa por un camino aparentemente más seguro que el exterior. La cabezonería de haber intentado avanzar por uno de los ramales casi había costado la vida de dos de los exploradores, y los caminos sin explorar permanecerían en silencio, ocultando sus secretos. Consecuencias: - Habéis descubierto algo que yace cerca de las criptas, capaz de realizar una poderosa magia de oscuridad. ¿Qué clase de criaturas se esconderán allí abajo? - Pese a todo, los pasillos parecían libres de cualquier otro tipo de criatura. - Algo se cuece en el interior de Arthur. Descubrirlo a tiempo puede ser una cuestión de supervivencia.
  6. El Poblado del Antiguo Camino I. La investigación II. El camino maldito III. La oscuridad
  7. Rondaba por ahí un addon para jugar al poker en la 3. 3.5 que ayudaba mucho en roles de este estilo. Creo que nunca lo han pasado a versiones más nuevas, pero igual hay alguno similar. La lástima es que estas cosas con dados se alargan mucho pero esto está guay para roles más casuales al resolverse tan rápido
  8. ¡ Holis! Vengo a hacer nigromancia - la tirada ha salido con éxito- y resucitar el post para añadir mas libros, ahora que por fin he conseguido retomar la lectura como el hábito saludable que es <3 El primero, para empezar fuertecitos-.... Os voy a ser sincera, no me lo he acabado aún. No es un tema baladí, porque son más de mil páginas y puede llegar a ser un tanto espeso en algunos momentos, pero ha merecido la pena todas y cada una de las horas invertidas en él. El título, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España es bastante auto-explicativo, el libro recoge lo que vienen siendo las memorias/relato de Bernal Díaz del Castillo, uno de los soldados que se adentró en México con Cortés. Muy interesante y sorprendentemente ameno. Y ahora, cambiando totalmente de registro-.... Nacidos de la Bruma, de Brandon Sanderson. No conocía a este señor ni había leido nada de lo que había hecho, y cayó en mis manos el primero -El Imperio Final- y ya no pude dejar de leer hasta el sexto (falta un séptimo y último como conclusión a la 2a trilogía, pero los libros son independientes). Totalmente recomendada, ameno de leer, no excesivamente complicado, con un sistema de magia muy interesante y unos personajes maravillosos.
  9. Beretta

    Adhara

    Nombre del Personaje Adhara Raza Humano Sexo Mujer Edad 32 Altura 1,65 Peso 52 Lugar de Nacimiento Ciudad de Gilneas Ocupación Desconocido Descripción Física Una mujer de estatura media, vestida en prendas simples y sencillas. Su rostro refleja normalmente una expresión tranquila, si bien sus ojos, de una tonalidad oscura, reflejan un carácter peligrosamente anárquico y desafiante. Una media melena rojiza cuidadosamente peinada y arreglada enmarca sus facciones. Su voz, melosa y suave revelan una educación por encima de la media, pese a que no parece poco diestra en moverse en los arrabales. También así sus modales que - siempre y cuando considere que la persona con que habla es digna de merecerlos - revelan costumbres corteses y atentas. Adhara es pues una mujer de porte señorial, altanero, que pese a todo no oculta en ningún momento lo que es. Se sabe, no obstante, que su compañía y sus servicios no son un bien que venda de forma abierta, sino que tan sólo lo ofrece a quien ella considera oportuno, lo que puede dar a pensar que su trabajo responde más a sus caprichos personales que a la necesidad de contentar a alguien por encima suyo. Descripción Psíquica Adhara posee un carácter que a primera forma puede parecer tranquilo y apacible, si bien algunas de sus expresiones y su forma de dirigirse a la gente que la rodea puede revelar cierto tumulto interior. Sus sonrisas ocultan un carácter inestable que rara vez sale a la luz. Reservada con los asuntos que la atañen a sí misma, muestra un excesivo interés en obtener la información de la gente que la rodea, utilizando esa búsqueda de respuestas como divertimento personal, lo que puede llegar a convertirse en una obsesión peligrosa ya que disfruta jugando con el peligro -algo que, por otra parte, no oculta-. Ficha Rápida No (1000 palabras mínimo) Historia Un calambre recorrió su mano. El grito cercano de Gerard, uno de los vigías esa noche en el campamento, la hizo reaccionar. Lo primero que sintió fue el frío. Hacía ya varias horas que el sol se había ocultado tras las montañas, y iba vestida tan sólo con una camisa larga a la que daba uso de camisón. Le siguió el dolor. Sus ojos se desviaron en dirección a su mano,comprobando que sujetaba su arma con tanta fuerza que sus nudillos habían palidecido y las venas se marcaban de forma prominente, palpitando con fuerza a un ritmo frenético. Con un movimiento seco de la muñeca sacudió la daga, salpicando con una mezcla de sangre, pus y restos putrefactos el suelo frente a ella. Algunas gotas, aún tibias, resbalaron por su mano golpeando de forma rítmica el suelo, solapándose con el sonido con su respiración. Junto a ella, el hombre que se hacía llamar Joseph permanecía apoyado en uno de los árboles. Le devolvió la mirada un instante, centrando su atención después en su propia pierna, dónde había recibido un profundo zarpazo. Algunas gotas de sangre empañaban su rostro, entremezclándose con el sudor y los restos de grasa y polvo. Frente a él se encontraba uno de los cadáveres de las criaturas, que yacía en el suelo entre los restos de otros compañeros. También había restos de uno de sus compañeros allí. Pegó un respingo de sobresalto cuando un grito agudo de dolor y agonía sacudió el campamento. Identificó rápidamente la voz de Mieres. Ladeando la cabeza con cierto miedo observó en dirección al grito. En el suelo, junto a la pierna del hombre, yacía el más joven de sus hijos. Le habían cercenado un brazo de un mordisco en la liza y su cuerpo estaba doblado en una extraña postura, quebrado. Después solo hubo oscuridad. [...] Observó la tienda y el camastro, parpadeando. No sabía en que momento la habían llevado hasta allí. Las cosas seguían sucediendo a su alrededor, envueltas en una neblina de irrealidad ralentizada. Jackson estaba también con ella allí dentro. Escuchaba una voz afuera, dando órdenes y dirigiendo a los hombres para que levantaran de nuevo las defensas. Un grupo aquí, otro allí. Una patrulla de tres hombres, rápido hacia el sur por dónde había huido la manada. Que se llevaran un cuerno y lo hicieran sonar si se acercaban de nuevo. Ninguna heroicidad. Tres bajas, tres heridos. Jackson se habia vendado la pierna. Un herido. ¿Y los otros? Recordaba que se le había lanzado un encima. Se miró, estirando la pierna un poco, y una punzada de dolor la hizo palidecer. No recordaba haberse defendido. No. No tenia la daga entonces. Estaba en el suelo, porque al intentar sacarla de la vaina con prisa la habían golpeado y se le había caído. Recordaba haber levantado las manos frente a ella tratando de protegerse. ¿Lo había hecho? Si, seguro que si. Debía ser solo un golpe tonto. Tenía que haberse defendido porque no estaba herida del combate. Solo una caída. Seguro que era solo un golpetazo en la pierna, de esos tontos. El rifle de Jackson siempre lo acompañaba, y-..tampoco sería tan raro que lo llevara cargado como ahora-..no? Jackson la miró como si pudiera leer en su expresión su debate interno. No se fiaba de ella. Y ella no se había fiado nunca de él. Parecía esconder demasiadas cosas, observaba a su alrededor como un depredador a punto de saltar sobre su presa. El sonido de un disparo la hizo saltar del camastro. Los hombres permanecían ahora en silencio fuera, y parecía que todos estaban cumpliendo las órdenes lo más rápido que podían. Cuatro bajas, dos heridos. El hombre se acercó a ella, cogiéndola de la mano. Lo miró de forma interrogativa, sin saber a qué venia el gesto. Pero él no parecía siquiera estar mirándola a ella, así que tras la confusión inicial siguió su mirada. Continuaba con las manos cerradas con tanta fuerza que se había clavado las uñas en la piel hasta hacerla sangrar. Jackson deslizó sus manos por las de la muchacha para abrirselas, con firmeza, sin mediar ninguna palabra con ella. Mantuvo las manos extendidas mientras pasaba con cuidado un paño limpio por las manos, retirándole los restos de suciedad y sangre. Parecía estar haciéndolo con deliberada lentitud, como si no quisiera perturbar el sosiego que sentía la muchacha tras haber sobrevivido, casi por milagro, al ataque de aquél grupo de huargens. Pero la tragedia, parecia seguir en el ambiente. Y también el dolor en su pierna. Había sido muy mala idea internarse en el bosque, pero el hostigamiento de los soldados de Cringris apenas les había dado otra alternativa. Durante un tiempo se las habían apañado como habían podido, tratando de recordar que a pesar de la muerte de su líder, aún quedaban bastantes insurrectos como para rendirse. - Deberías descansar. No discutió. No merecía la pena. La decisión de qué hacer ahora pertenecía a otros. [...] Se revolvió sobre la superficie de piedra, arqueando el torso al incorporarse. Recordaba haber estado atada de pies y manos, la sensación del bozal y del hierro entre sus dientes. Siempre despertaba con esa sensación, últimamente. Seguían las noches en que la rabia se apoderaba de ella, encerrada entre barrotes de metal en aquél maldito barrio. Les daban aquel terrible brebaje para mantenerlos bajo control, después de haberlos tirado como animales a aquel lugar inmundo. Trataba de recordar cada noche cuanto había pasado entre que la habían mordido y había despertado allí, pero solo en sueños conseguía desentrañar retazos de sus memorias. Todo se había vuelto muy confuso bajo el influjo de la bestia, pero no podía decir que fueran todo malos recuerdos. El fervor por la sangre y la euforia era un refugio plácido en su mente al hastío que poco a poco había inundado su mente desde que había sido lanzada al ghetto. Su único consuelo es que sus compañeros no la hubieran matado como hicieron con el resto que habían seguido su destino. O tal vez, era una condena que algún día les haría pagar. Cada día que pasaba esa opción parecía más tentadora-....
  10. Beretta

    Baal

    Nombre: Baal Atributos8 Físico6 Destreza7 Inteligencia5 PercepciónValores de combate32 Puntos de vida21 Mana5 Iniciativa10 Ataque CC (Hacha de una mano) 10 Ataque CC (Hacha de dos manos)7 Ataque CC Sutil (Bastón)8 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 2 Hacha de una mano 2 Hacha de dos manos Destreza 1 Bastón 2 Defensa 1 Nadar 1 Escalar Inteligencia 2 Fauna 4 Sanación/Hierbas 2 Supervivencia 3 Tradición/Historia 3 Restauración Natural 2 Comunicación Natural 2 Bendición de lo Salvaje 1 Guarda Natural Percepción 2 Advertir/Notar 4 Música 2 Rastrear Escuelas/Especializaciones Restauración
  11. Beretta

    Baal

    ''Cuando Baal crecía en el albo seno de su madre, ya era el cielo tan lívido, tan sereno y tan grande, tan joven y desnudo, tan raro y singular como lo amó Baal cuando nació Baal.'' Coral del Gran Baal, por Bertolt Brecht, cancionero de Villaespejada Nacido en el corazón de la inmensa espesura, hijo de las dos grandes Lunas, con el corazón de un oso el pecho y habilidoso tejedor de hechizos y mentiras, capaz de agriar la leche de toda una villa y tan vengativo que hacía morir a sus enemigos en sus propios sueños, sin ni siquiera dignarse a ofrecerles una muerte justa o digna. Todo esto y mucho más era lo que se comentaba sobre Baal en cuchicheos, siempre en voz baja y alejados del gigantesco hombre. Por supuesto, lo cierto es que poco o nada era verdad de lo que es rumoreaba sobre el druida, al que conocían simplemente por el sobrenombre de Baal por su afición a entonar la conocida tonadilla. Su verdadero nombre hacía mucho que había dejado de ser pronunciado en voz alta, y sólo los más mayores recordaban ya como se había llamado. Todos estos chismes eran por supuesto conocidos por él, que había dejado que crecieran y se propagaran a su alrededor. Esto era, a fin de cuentas, comprendía casi algo fundamental y parte de la tradición, y por supuesto era una buena forma de evitar más visitas de las deseadas. Como decían las gentes de la villa ‘más valía solo que mal acompañado’, y pese a que rara vez coincidía con ellos, encontraba ese dicho especialmente adecuado. No siempre había sido así, claro. Hubo una época en que, como todo joven que se preciara, se rebeló en contra de lo establecido, lanzándose a la desobediencia y transgrediendo los límites de las tradiciones de su gente para adentrarse con brío -y ganas de aventura - entre las gentes de las villas. Habituados a comerciar y tratar de tanto en tanto con estas gentes extrañas -pues aunque muchos en su ignorancia así lo pensaban, alimentarse y vestirse del musgo acababa siendo mal asunto- el muchacho no había tardado en hacer amigos entre ellos. Mucho se hablaba aún de aquellos extraños encuentros que se habían producido a la luz de las lunas y las estrellas, entre chanzas y risas y con la música de un laúd de fondo. Maldo y Oksana, los dos hijos de los Valfort habían sido los que habían trazado un lazo más estrecho con él, fascinados en el fondo por lo mismo que impulsaba al joven muchacho. Las miradas y las palabras se habían tornado mucho más hostiles y agrias cuando la sospecha de que estas reuniones ocultaban actos mucho más indecorosos y blasfemos habían empezado a propagarse como la pólvora. La chispa se encendió cuando descubrieron la marca en el hombro de la joven. Aún en carne viva porque no había pasado suficiente tiempo, una cuerda trenzada entorno a un árbol y bajo él un oso y el cuervo. Un símbolo de amistad y de buenos deseos, un símbolo familiar que pretendía significar una promesa, muy similar a aquellos que adornaban el cuerpo del joven, pero entendido como un terrible hechizo que iba a condenar a la muchacha a los ojos de la Iglesia. Todo lo que había ocurrido después había quedado tan grabado en su memoria como sus tatuajes lo estaban en su piel. Estúpidos y jóvenes como eran habían decidido mantenerse en su rebeldía, escapándose y adentrándose en el bosque. No iba a ser difícil establecerse los tres, sabiendo como sabían ya del bosque y de sus secretos, y los druidas no harían preguntas mientras protegieran e hicieran lo que debía hacerse. Cuando ahora pensaba en Oksana, algo provocaba que su cabello negruzco fuera lo primero que le viniera a la cabeza. Si cualquier otra persona hubiera tratado de recordarla, ese habría sido quizás uno de las últimas cosas que habría dicho, pues la muchacha tenía cualidades de sobra para ser recalcadas, y si hablara de ese cabello negro, rara vez lo haría con el mismo significado con el que Baal lo evocaba. El cabello de Oksana se dejaba acariciar por sus dedos la noche en que todo había ocurrido. Una noche en la que muchas cosas deberían haber sido, pero ninguna fue. Era una fría, de viento tranquilo y neblina alzada. Su mano cogía con fuerza la de su hermano, que caminaba junto a ella con paso veloz, guiándose tras el druida que sentía el bosque frente a sí como un hogar acogedor que lo instaba a adentrarse cada vez más. La paz los envolvía y el olor a bosque impregnaba cada rincón, ofreciendo bocanadas frescas de aire a sus pulmones. Los buscadores habían confundido sus siluetas y tratando de abatir al druida, enloquecidos por el fervor que los acuciaba a deshacerse de lo extraño, habían disparado sin miramientos. Dos gritos habían rasgado después la tranquilidad de la noche, como una sinfonía que cerraba la traca. Maldo había muerto en brazos de su hermana, con el pecho abierto a la fríaldad nocturna y la mirada perdida hacia las lunas, allá en el cielo. El druida sujetaba con fuerza el costado de su cara, donde una de las astillas de uno de los disparos lo había desprovisto de su vista. Cuando los cazadores habían llegado hasta ellos todo se había tornado confuso, y el dolor mantenía ahí difuso el recuerdo. La mirada de rencor de ella, que acababa de perder a su preciado hermano por él. Los gritos de desprecio de ellos, que no apartaban sus armas mientras la sangre manchaba el suelo. Las voces que se alzaron entre el bosque, cuando su propia gente vino a socorrerlo, tratando de que no lo mataran por un error que ya se había cobrado su sangre y la vida de otro joven. La vuelta a la espesura había sido tan abrupta como fría. Los meses pasaron, mientras Baal se recuperaba entre los suyos. Oksana se fue de la villa con su familia, tratando de dejar atrás la vergüenza de lo ocurrido y el amargo precio que les había costado, y su cabello negro desapareció con ella. Sus manos aprendieron las artes más antiguas de los suyos, y poco a poco, recordando cuánto había aprendido de Maldo, aprendió a rasgar el laud y arrancar de él las notas que quería, recuperando las tonadillas que el muchacho y la joven le habían cantado en los claros. Los años habían pasado y, aunque su talante y su humor se habían agriado y la soledad cada vez era más tentadora, había aprendido a perdonar la ignorancia de las gentes. Era una debilidad que a menudo emponzoñaba el alma, pero no existía más remedio que el conocimiento. Baal tomó asiento en un viejo tocón, observando en silencio un árbol de aspecto anciano cuyas raíces se extendían hacia su dirección como abrazando a su hijo caído bajo la mano del leñador. Cerca de la base, y medio oculto entre el musgo, aún se percibía la marca que habían dejado en su corteza, el árbol con el oso y el cuervo. Una marca cada vez más tenue por las inclemencias del tiempo, pero que aún permanecía como los recuerdos de aquellas noches. Tras unos instantes de meditación, el hombre sacó el laúd, tocando algunas notas mientras lo afinaba antes de alzar su voz acompañando a una triste melodía que apenas ya nadie recordaba en la villa. ''Cuando Baal crecía en el albo seno de su madre, ya era el cielo tan lívido, tan sereno y tan grande, tan joven y desnudo, tan raro y singular como lo amó Baal cuando nació Baal. Y el cielo seguía siendo alegría y tristeza aunque Baal durmiera feliz y no lo viera, aunque ebrio Baal, violeta era de noche, y aunque piadoso al alba, era de albaricoque. Entre el bullir de pecadores vergonzosos desnudo, Baal se revolcaba en paz, y sólo y siempre el cielo poderoso la desnudez cubría de Baal. Es bueno todo vicio para algo y también, dice Baal, quien lo practica. Vicios son, ya se sabe, lo que se quiere. Elegíos dos vicios, porque uno es demasiado. No seáis vagos e indolentes pues, por Dios, que no es fácil el gozar. Hace falta experiencia y miembros fuertes: la tripa puede a veces molestar. Parpadea Baal a los orondos buitres que en el cielo estrellado su cadáver esperan. A veces se hace el muerto Baal. Desciende un buitre, y en silencio Baal un buitre cena. En el valle de lágrimas, bajo lúgubres astros, chasqueando la lengua, pace campos Baal. Canta y trota Baal, cuando los ha agotado, por los bosques eternos yendo el sueño a buscar. Cuando a Baal le atrae el oscuro seno, ¿qué es ya para Baal el mundo? Está saturado. Y guarda tanto cielo Baal bajo los párpados que incluso muerto tiene suficiente cielo. Cuando Baal se pudría de la tierra en el oscuro seno, ya era el cielo tan grande, tan lívido y sereno, tan joven y desnudo, tan raro y singular como lo amó Baal cuando vivía Baal.''
  12. Beretta

    Baal

    BAAL FICHA DEL PERSONAJE Nombre: ''Baal'' Raza: Humano gilneano Edad: 42 años Altura: 1 metro y 90 + centímetros Peso: 95 kilos Lugar de nacimiento: La espesura de los bosques de Gilneas Ocupación: Brujo de la cosecha, Errante. Un hombre de elevada estatura y de aspecto fiero, con tatuajes que asoman entre los pelajes y la ropa que cubren su piel. Siempre ataviado con una piel al hombro y el hacha al cinto, su aspecto le ha granjeado en más de una ocasión el apelativo de 'oso'. Lleva la melena recogida en una coleta, con hebras ya plateadas que descubren su edad y rompen la monotonía de su cabello de color parduzco. De expresión calmada pero facciones marcadas y cuadradas, su rostro refleja una tranquilidad interior y un carácter apacible, que rara vez se ve truncado por las circunstancias.Lleva siempre el ojo derecho tapado, ocultando la cicatriz que dejó la pérdida de su ojo. Fiel defensor y seguidor de las antiguas tradiciones, aún sigue manteniendo ciertos vínculos con las gentes de los villorios, aunque sus experiencias lo han hecho más distante en el trato. Suele entonar canciones cuando camina por el bosque, y siente una cierta pasión especialmente por los poemas y tonadas que hablan tanto de la inmensidad del mundo como los misterios de la tierra.
  13. A la atención de quien corresponda, Mi nombre es Valera Lenz, humilde alquimista voluntaria en las dependencias destinadas a los marcados. Les escribo esta carta con cierto carácter de urgencia, pues aunque mi voluntad de ayudar en la paliación del sufrimiento de los que están contagiados por este terrible mal, las dificultades se imponen en forma de falta de suministros y materiales para poder desempeñar siquiera una pequeña ayuda. Les pido de forma humilde una audiencia para expresar mis preocupaciones y necesidades, así como para tratar otros asuntos que les pueden ser de interés. Que la luz les guarde, Valera Lenz [ La carta está destinada a los representantes de las dos organizaciones tanto en el interior como en el exterior del guetto ] @Malcador @Vagabundo
  14. Beretta

    Valera Lenz

    Atributos5 Físico6 Destreza8 Inteligencia7 PercepciónValores de combate20 Puntos de vida24 Mana8 Iniciativa8 Ataque a Distancia (Ballesta)8 Ataque a Distancia (Pistola de chispa)7 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 Ballesta 2 Pistola de chispa 1 Defensa Inteligencia 1 Fauna 1 Leyes 1 Religión 2 Sanación/Hierbas 1 Supervivencia 2 Tradición/Historia 1 Alquimia Poción de Salud débil Poción de Agilidad débil Poción de Concentración Débil Calmante suave 1 Anatomía/Cirugía Percepción 1 Bailar 1 Etiqueta 1 Comercio 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones Alquimia: Aprendiz: Poción de Salud Débil: Regenera 1d6 PdV en combate. Solo puede sanar daño leve (Por encima del umbral de herido) Poción de Agilidad débil: Otorga +1 a las tiradas de Destreza durante tantos turnos/minutos como nivel de alquimia del creador. Tras acabar el efecto otorga -2 de destreza durante lo que queda de día. Poción de Concentración débil: Otorga +1 a las tiradas de de Inteligencia durante tantos turnos/minutos como nivel de alquimia del creador. Tras acabar el efecto otorga -2 de Inteligencia durante lo que queda de día. Calmante Suave: Una pócima que hace que los sentidos del objetivo se abotarguen, sin llegar adormirlo, pero calmando los nervios y reduciendo los niveles de estrés. Dura un par de horas, antes de que los efectos comiencen a disiparse lentamente.
  15. Beretta

    Valera Lenz

    // En cuanto tenga un ratito la pongo bonica. Descripción: Una mujer joven, de aspecto tranquilo y plácido que luce siempre su melena concienzudamente peinada y que cae con suavidad sobre sus hombros y su espalda. Ataviada con ropajes humildes y un capote echado sobre los hombros para protegerse del hollín y la ceniza que desprenden los ingenios impulsados por vapor. De complexión escuálida y estatura mediana, su presencia no destacaría entre el gentío. Su piel muestra un aspecto un tanto pálido, fruto de las enfermedades que la mantuvieron encamada durante su infancia, y parece aún más blanquecina por el contraste con su melena, de color ébano. Historia Hija única de cierta familia adinerada de la noble capital de Gilneas, de joven sufrió de varias enfermedades y dolencias que la mantuvieron encamada y recluida en el hogar. Esto no fue sino un aliciente para que su padre dedicara gran parte de la fortuna familiar a formarla en las más variopintas doctrinas. Libros de historia, ciencias naturales, tratados sobre la virtud y la fe y -sus favoritos- libros de literatura clásica y poesía a menudo yacían desperdigados alrededor de su mesa o su cama. Solía compartir sus inquietudes con algunos de sus sirvientes, especialmente con el secretario y contable de su padre, Abraham. Su padre consentía todas sus ansias de lectura y entretenimiento, y la tutelaba siempre que le era posible. Con una pequeña fortuna creada gracias al mercado armamentístico que se movía entorno al ejército y al feudo de su señor, su vida orbitaba entorno a las altas esferas, consiguiendo de tanto en tanto establecer algunos pequeños tratos con las Grandes casas que veían en la familia Lenz un proveedor que iba creciendo en renombre y al que su propio señor avalaba. Creció pues en un entorno tranquilo, y a medida que su cuerpo se libraba de sus dolencias fue poco a poco empezando a hacer sus primeras apariciones públicas, acompañando a sus padres a bailes y festejos. Siendo hija única, el interés de su familia sería casarla, tarde o temprano, con algún burgués adinerado o- si llegaba a ser posible- tratar de subir en el escalafón social gracias a conseguir un mejor pretendiente. Sin embargo, siendo este el menor de los intereses de la joven, su tiempo a menudo era desviado a seguir entreteniéndose entre libros y relatos, y empezando a interesarse cada vez más por las habilidades medicinales de las plantas y otros compuestos. Su situación enfermiza le había dado una perspectiva algo más amplia, y pese a que su sanación era en gran medida gracias a los miembros de la Iglesia que diligentemente se habían hecho cargo de ella en sus momentos más críticos, había sentido el alivio de las hierbas y el bienestar que otorgaban ciertas sustancias, despertando un interés mucho más profundo en ella. A fin de cuentas, los siervos de la fe eran limitados en su alcance, pero las plantas podían cultivarse y recogerse, estableciendo una forma mucho más eficaz de extender un remedio. Fue Abraham quien hizo de intermediario entre este deseo de la joven y su padre, que finalmente accedió a que la muchacha empezara sus estudios con un alquimista que pudiera enseñarle con precisión los misterios de la alquimia. Sahid era, no solo un alquimista experimentado, sino todo un erudito en el arte de transmitir conocimientos. No tardaron en hacer buenas migas, pese a que el tiempo de estudio del que disponía era limitado debido a los otros compromisos que le imponía su padre en compensanción. Resuelta a aprender cuanto fuera posible, pasó todo el tiempo que pudo entre viales y matraces, destilando y cristalizando, envuelta una y otra vez en delicadas operaciones que poco a poco se le antojaban cada vez más sencillas y banales. Compartía lecciones con otro muchacho, un joven que Sahid había rescatado de las calles para que fuera su aprendiz. Soltero y en una edad ya avanzada, no se veía con paciencia o dedicación para formar una familia, y había visto en el joven un destello de inteligencia suficiente como para confiar en que seria capaz de aprender de él todo cuanto le transmitiera. Agradecido por este gesto, que el joven bien sabía lo habia liberado de una vida insignificante en los campos, se entregaba a las lecciones con avidez. Rob era su nombre, y aunque superaba en edad a la joven en más de cinco años pronto estableció con ella una relación entre iguales. Los últimos años de la guerra lo cambiaron todo. Asesinado por la pugna entre las diferentes facciones su señor había caído, y su humilde distribución pronto se vió cada vez más relegada a un segundo plano, con la entrada en el mercado de otros grandes distribuidores de armas, que podían ofrecer mucho más por una suma inferior. Sin nadie que los avalara, el negocio de los Lenz amenazaba con dejarlos en la bancarrota en cualquier momento. Val tenía apenas quince años cuando los rumores de que los hombres lobo se empezaban a internar en la urbe empezaron a circular. Ignorarlos fue un error. Una noche no particularmente cerrada sus padres abandonaron el hogar, dejando a una indispuesta Val tras de sí mientras se dirigían a una cena de compromiso. Jamás volvió a verlos con vida y apenas pudieron identificar sus cuerpos por las pertenencias que llevaban encima. Abraham, junto con otros sirvientes, abandonó el hogar familiar para establecerse con otra casa, pese a que visitaba a menudo a la joven para comprobar como se encontraba. La instaba, en esos días, a tratar de establecer un matrimonio antes de que su situación se tornara del todo insostenible, pero hacía tiempo que ese momento había pasado ya. Los ingresos apenas daban para mantener los impuestos, y la casa cada vez se encontraba más vacía. Sus tíos habían empezado con los trámites para vender sus posesiones y que la joven se trasladara con ellos, pero se resistía a abandonar la humilde mansión. Rob se presentó en su casa, semanas tras la tragedia. Sahíd había sido llamado por la Hermandad Real de Alquimistas y él había permanecido en el laboratorio. Preocupado por el bienestar de la joven y habiendo escuchado rumores de lo ocurrido había acudido en cuanto había podido. Le ofreció una salida que, aunque cobarde, le permitiría seguir siendo libre : Podía establecerse con él en la casa del laboratorio, tratar de abrirse camino en la Hermandad y valerse por sí misma, sin depender de sus tíos o de casarse. Aceptó sin pensarselo, recogiendo cuanto libro cabía en su talega antes de abandonar para siempre la mansión. Continuó con sus estudios, ayudando eventualmente con algunas de las investigaciones que se desarrollaban entorno a la fisionomía de los hombres lobo, aprendiendo con curiosidad sobre sus anatomía y el funcionamiento de sus tejidos. Rob y ella se amaron durante un corto tiempo, aunque Val siempre lo recordó después como algo duradero. Supo que lo había perdido cuando, tratando de realizar un estudio con un sujeto vivo, éste consiguió liberarse y atacar al hombre con saña antes de caer de un perdigonazo de los guardias que se presentaron con el revuelo. Lloró amargamente mientras la infección se extendía en él, incapaz de impedir que los guardias se lo llevaran. Ahora sería uno de ellos, y no podían permitir que se transformara allí. No volvió a saber de él. De nuevo sola en el Laboratorio, no pasó mucho tiempo hasta que se anunció el descubrimiento de el brebaje. Vio con esperanza la creación de la comunidad huargen, donde quizás encontraría de nuevo a Rob, allí entre las caras desconocidas de los que habían sido lobos, así que, como no podía ser de otra forma, no dudó en alistarse para ayudar en forma de colaboradora a los alquimistas de la Hermandad.
  16. A la atención de la autoridad eclesiástica pertinente de los asuntos de la fe en las tierras de Villadorada: Yo, Roldán Vargas de Orestes, humilde soldado errante dispongo esta carta en un primer acto de contrición, deseando poner mi alma en disposición de la voluntad de la sagrada Luz: Que en su conocimiento quiero poner mis actos, pues ciertos hechos hasta ahora ocultados por mi persona me atormentan, siendo que en acto de cobardía e impiedad abandonara el servicio de la sagrada Orden de la Mano de Plata, mas no abandonando nunca la sagrada Luz ni su camino. Encuéntrome dispuesto a contar mi Historia y como y cuando y de qué manera esto ocurriera y a aceptar el juicio de la Luz. Humilde en mis propósitos me pongo a su disposición, hallándome afincado en la posada aledaña a la Iglesia de Villadorada conocida con el nombre de 'El Orgullo del León'. Fdo. Roldán Vargas de Orestes,
  17. ''Pero Alondra, porqué posteas ahora si llevas casi un mes ausente'' ...ya. Bueno. No asustarse. Se me ha juntado un mix de final de curso (muchos trabajos por corregir), finiquitar trabajos y mudanza, pero a partir de la semana que viene ya estaré -por fin- en mi nuevo hogar. Intentaré ir dejando constancia de si consigo o no internete -eeehehehehe- que se supone que si y que está to bien, y espero que la torre resista el viaje. La voy a poner entre algodones. Nos vemos en breves ingame!
  18. La letra, que no es ni elegante ni refinada denota un ritmo de escritura se nota tenso, pausado, con la tinta desvaneciéndose cada pocas palabras. Como si hubiera estado unas cuantas horas para escribirla, pensando bien en qué y cómo decirlo. A la atención de la Inquisidora Torreardiente: Hemos vuelto ya de la misión que se nos encomendó. Junto con esta carta se ha entregado a su autoridad a una mujer y dos hombres, María, la sacerdotisa del pueblo, el alguacil Rogers y un pobre desgraciado del que desconocemos el nombre, de los que esperamos, se haga justicia con todos, con cada uno la que merece, tras escuchar lo que ocurrió en el poblado conocido como Ventobravo: Llegamos al poblado hace un par de noches, encontrando en el camino cuanto se nos había advertido. Había cadáveres colgados en los árboles hacia la entrada del mismo, desnudos, clavados en alto de manos y pies y con un tajo del cuello a la ingle que exponía todas sus entrañas dejando que se desparramaran frente a ellos. Notamos también que tenían el símbolo de la luz -invertido -grabado en el rostro, y unas palabras al pie del tocón. No hay compasión para los Corruptos, rezaba. Empezamos nuestras pesquisas en el poblado, extrañados de que todo el mundo tomara aquello ya como algo natural, que simplemente ocurría y que no les concernía. Dimos con un cobertizo en el bosque, cerca del pueblo, donde debían encerrar a sus víctimas antes de darles justicia. Estaba toda la ropa de los que habían ido ajusticiando. Los ayudantes del alguacil nos encontraron allí, tomándonos por los asesinos. Hablando con el mismo, después -uno de los acusados que entregamos, el alguacil Rogers - lo ‘convencimos’ de que no éramos culpables, y de que podíamos ayudar. Nos explicó también porqué el destino de aquellas gentes no parecía importar a los aldeanos. Meses atrás, cuando se habían recuperado por fin del ataque gnoll y empezaban a reinstalarse y recuperar sus casas, reconstruyendo el pueblo, unos asaltantes se habían lanzado a por ellos, en mayor cantidad y mejor armados, matando a casi treinta de los suyos. Cuando por fin habian conseguido reducirlos, habían mutilado a aquellos que habían prestado resistencia a los bandidos. Desfigurado a la posadera con fuego, cortado la mano del alguacil-..y desfigurado y violado a la sacerdotisa, Maria. No fueron los únicos que fueron mutilados ese día, y cuando los bandidos se fueron dejaron a unas gentes con el ánimo completamente roto. Los hombres y mujeres que había colgados fuera de su pueblo eran esos mismos que habían saqueado, asesinado, mutilado y violado a los suyos, una justicia retorcidamente cruel pero efectiva. Nuestras sospechas por supuesto dieron a topar con la sacerdotisa del pueblo, de la que robamos el diario que es entregado, junto a esta carta, como prueba. También supimos que en sus sermones no mencionaba la Compasión, un proceso de desapego que puede entenderse leyendo ese mismo escrito. No sabía nada, no obstante, de lo que sucedía, pero esa misma noche pudimos ver como los aldeanos dejaban atrás el poblado, adentrándose en el bosque. Temimos lo peor y nos adelantamos, siguiéndolos hasta un claro donde estaban con su siguiente víctima, el muchacho que entregamos. Descubrimos allí lo que realmente pasaba: Más de una treintena de aldeanos, liderados por Clotys, la posadera con la cara quemada, eran quienes estaban ajusticiando a los ladrones,que habían estado buscando durante semanas para asegurarse de que ninguno escapaba. Habían santificado la figura de María, como una reencarnación de la propia Mara Fordragón, una figura de inspiración que los guiaba a asesinar a esos a quienes llamaban los corruptos sin alma, gentes con tales pecados que ya no tenían expiación posible. Si bien de todo esto la propia Sacerdotisa no sabía nada, pues en cuanto apareció los reprendió a todos y atajó lo que estaba ocurriendo, entregándose a nosotros como supuesta culpable de todo lo sucedido. La villa ha quedado defendida -y vigilada - por hombres del Alba, en caso de que se quiera traer a justicia a Clotys también. La situación ya era lo suficientemente tensa cuando Maria decidió venirse con nosotros como para sugerir esto, si bien hay muchas cosas a considerar entremedio. No creo que esto sea un asunto fácil de valorar. Aunque la forma en que ajusticiaron a esa gente era extremadamente cruel, lo que ellos hicieron habría enloquecido de dolor a cualquiera. Esas gentes están intentando recuperar la vida que el ataque de los gnolls les arrebató, algunos habiendo perdido demasiado, como María que perdió a su padre. Perdieron también a su guía espiritual y en cuanto intentaron reponerse fueron atacados, humillados y torturados por esas gentes. Puedo entender perfectamente el tipo de desprecio que sienten hacia ellos, si tan solo hubieran escogido hacer lo mismo tan sólo dándoles una muerte rápida y limpia, no estaríamos hablando de este asunto hoy aquí. María se siente culpable de lo ocurrido, de en su dolor haber eliminado una de las virtudes de sus sermones, si bien nadie hizo nada para intentar aliviar su dolor con la muerte de su padre y , peor aún, tras el ataque de los bandidos. Necesita ayuda para salir de esto, pero no es una mujer cruel o herética. Atajó todo esto en cuanto se dió cuenta de lo que realmente estaba ocurriendo. Necesita vuestra ayuda, Torreardiente, para recomponerse y ser la guía que necesita su pueblo. Creo que aún puede hacer mucho bien por su comunidad, habiendo pasado por lo que ha pasado. Es capaz de entender el dolor de todos, y será capaz de guiarlos en cuanto ella misma se recomponga de su dolor. Creo que ayudarla en ese proceso es responsabilidad de la Iglesia. Los necesita más que nunca. En cuanto al Alguacil Rogers, nos mintió y trató de apartarnos del asunto. Su responsabilidad era velar por la ley, y al contrario que María él sí sabía todo lo que estaba sucediendo y era uno de los que organizaba lo que ocurría. Que la ley sea justa con él. Sin embargo el poblado se queda así desprovisto de alguacil, y los dos ayudantes que tenía no parecían saber distinguir su zapato de una ardilla. En el caso de que Rogers no vuelva, alguien debería ser enviado allí. Un hombre compasivo y tranquilo a poder ser. Van a necesitar a alguien más que vele por ellos. Del tercero desconocemos su nombre. Sabemos, no obstante, que es uno de los muchachos que entró en el poblado, asesinando a sus habitantes y mutilando y violando a la sacerdotisa y a tantos otros. Esperamos que la justicia sea rápida con él, es más de lo que merece. Me gustaría hablar con la sacerdotisa María y con usted. Creo que en esta carta tal vez quedan un tanto difusas algunas de las cosas que han ocurrido, y no quisiera que esa mujer fuera juzgada con más dureza de la que merece. Añado en esta carta la firma de Thomas Benet, dando testimonio y apoyando las declaraciones que aquí se adjuntan. Os adjunto también una lista de cuantos han ayudado en esta misión: James Hoat, Nora Folch, Varno Mardole, Doyran, el soldado Janos Smith, el escudero Thomas Benet y Víktor Kruber. Éste último creo que tiene algunos asuntos que tratar con usted. Alondra. Thomas Benet. @Malcador @Murdoch @Imperator @ElCapitan @Akross @Montalba @Nora Folch
  19. Bienvenida oficial wiii <3 un placer tenerte por aquí. Mas Inquisidores es bien! Solo-...no persigas a Alondra. Por favor. <3 <3 <3
  20. Beretta

    Un encargo singular

    La Carta Releyó la carta un par de veces, esperando encontrar -quizás- algo mas de información entre las palabras, como si quisiera desentrañar el misterio antes incluso de entender la pregunta. Una suave brisa se adentraba en la posada, que mantenía las puertas abiertas al barrizal en que se había convertido el Arrabal. Tras toda la noche lloviendo y con las flatulencias de Caleb de aquí para allá, abrir se había convertido casi en un acto de liberación para el alma. Y para el olfato. Le dolía aún claro. Las palabras que había intercambiado con ELLA la última vez no habían sido precisamente amistosas, pero esperaba que aquel encargo pudiera cambiar las cosas. Confiaba en ella, a fin de cuentas, y ¿Qué había mas importante en aquel mundo de mierda que la confianza compartida? El dinero iba y venía, y no iban a pagar precisamente poco, pero le importaba aún mas lo que aquello significaba. Las monedas, a fin de cuentas, era más probable que terminaran sirviendo a un fondo común en el Chichi, para tratar de bajar las exigencias de Bedlam o Brandon o quien fuera que mandara a aquellos muchachos desaliñados la mañana siguiente. Contaba con Thomas para esto. La tunda del día anterior aún le dolía, pero aún mas lo hacía el que él creyera que aun no estaba preparada. Quizás fuera forma de demostrarle que se equivocaba. Varno entraría en cuanto escuchara sonar la plata. Y Hoat. A Dickon no tenía ni que preguntárselo. Un par de nombres más rondaban su mente, pero no podía arriesgarse a que las cosas se torcieran. Algo le decía que aquello iba a estar salpicado de vísceras y cosas tan o más terribles que aquella criatura de sombras. Aquella, almenos por el momento, había dejado de aparecerse pero esto podía tornarse en algo mucho más siniestro. Y tangible. Iban a tener que ir con pies de plomo. @Murdoch @ElCapitan @Akross @Imperator
  21. Nnnngh-...*le peta la cabeza*
  22. Me acabo de dar cuenta de que tenia este post y no he actualizado nada. Así que-..ahí va
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