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IsildurJenkins

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  1. El día se presentaba menos malo que de costumbre. Los densos vapores y gases que llenan la atmósfera de Tierras de la Peste estaban ligeramente más disipados ese día, permitiendo que algo más la luz del sol llegase hasta el impío suelo, hecho bienvenido pues hacía bastante frío. Sería aproximadamente mediodía, y el ambiente estaba algo húmedo. No es que fuese a llover, pero el aire tal vez haya traído consigo la humedad de otra parte. Los alrededores de Vigilia de la Luz se encontraban en un silencio sepulcra a veces roto por algún ser oscuro deambulando por la zona. Nada nuevo. Vaya, parece que ese día iba a ser tranquilo. Ya era hora... El pequeño gnomo que muchos confundían con un niño ese día estaba bastante mal. La angustia y la ansiedad sufridas a causa de las pesadillas del lugar perturbaban su mente, y la ayuda de Miguel Cruz se hizo necesaria para poder superar los traumas. A pesar de ello, su cerebro inquieto se percató de que había gran cantidad de materiales abandonados en un campo de batalla muerto, a poco más de media hora a paso rápido desde Vigilia de la Luz, al norte. Esos materiales se podrían reutilizar, y el gnomo era conocido por saber reciclar todo cuanto le trajeran. Haciendo de tripas corazón, avergonzado por sentirse así tras los horrores vividos y nervioso por si le comandaban salir fuera de las supuestamente seguras puertas de Vigilia de la Luz, propuso el plan a Thomas Benet, quien accedió a que el gnomo se quedase con el padre Miguel mientras informase debidamente a un grupo para recoger cuanto fuese posible de aquel cementerio sin enterrar. Al final, un grupo integrado por un enviado de Thomas y los compañeros de Vigilia de la Luz Alondra, Jared, Olwen y Rick siguieron las instrucciones de Talflink para llegar a aquel campo de batalla abandonado, muerto y corroído. Al norte había que viajar, y dos puntos habían llamado extremadamente la atención de Talflink cuando pasó por allí cerca días atrás: dos restos de caravanas de recursos separadas por una distancia de unos trescientos metros aproximadamente, una al noroeste y otra al noreste. El gnomo les avisó de los posibles peligros que se podían encontrar y de cómo superarlos. Según lo que recordaba, lo que había allí eran pequeños seres de su tamaño con grandes papadas que no parecían un problema importante. Además, les comentó que si uno pasaba por allí guardando la suficiente distancia, los enemigos seguramente ni atacarían, pues están entretenidos en un festival de carne pútrida y sangre seca de los restos que yacían ahí, malditos. El grupo marchó a paso tranquilo, atento a lo que le rodeaba. Algunos seres de los mencionados aparecieron durante el camino, pero no iniciaron combate. Simplemente chillaban y corrían. Cuando llegaron, se extendía ante ellos una gran planicie que hacía de cama para los restos que descansaban sobre ella. Multitud de cadáveres se descomponían en esa tierra maldita mientras el sonido de unas aves extrañas daban ambiente al lugar. Varios restos de cajas y de cargamento en general llenaban los huecos de ese campo muerto, pero la mayoría eran recursos inútiles, demasiado afectados por pesadillas del lugar, aunque la mayoría de los cadáveres de los soldados aún poseían sus armas y armaduras. Había varios puntos de interés en aquel campo de batalla muerto, restos de caravanas en los que seguramente habría algo reutilizable de valor. Ciertamente, cualquier recurso era útil para Vigilia de la Luz; cualquier cosa que los pudiera sacar de mínimos era bienvenida. Pero en estas tierras nada es fácil ni gratuito. Siempre hay que pagar. A veces, se paga con la vida. Otras veces, con heridas y sustos. ¿Qué sería hoy? Lo más cercano que tenía el grupo eran los restos de unas cajas rodeadas por varios seres de los descritos con papada enredando con el cadáver de un humano. Parecían distraídos, y la distancia que los separaba de los otros focos de seres impíos era la suficiente como para poder andar sin preocuparse por hacer demasiado ruido. El problema podría llegar si uno se acercaba demasiado, pues entonces ni la Luz sabría qué podría suceder... Con cautela, el grupo de Vigilia de la Luz se fue acercando, derivando al final en un breve combate en el que dos de aquellos seres cayeron rápidamente y el resto huyeron, unos corriendo y otros por el suelo. Fue entonces cuando cerraron distancia para ver qué había en esos restos, y fue cuando recordaron las palabras de Talflink: "evitad el suelo blando". Una manada de aquellos seres salieron del suelo por unos túneles, agarrando y atacando al grupo con fiereza y sed de sangre. A cada uno que caía, el resto gritaba y atacaba más ferozmente. El combate en sí no fue duro, pero el miedo por los chillidos y los aullidos de respuesta... eso fue otra cosa. Tras el combate, rebuscaron entre los restos. No había nada. Solo un trozo de un espejo con el que Jesús se cortó en la muñeca. Y menos mal que Jared le curó... Aquella infección podría haberlo matado en cuestión de minutos. Decidieron irse de ahí cuanto antes y dirigirse al siguiente punto de interés, evitando unos extraños seres similares a necrófagos deformes que iban a cuatro patas y tenían huesos saliéndoles de la espalda, para llegar a un sitio en el que una caja metálica relativamente grande captaba toda la atención de una especie de demonio, un ser humanoide en carne viva con la piel tirante, tensa; un ser hinchado de un miasma tóxico que liberó en cuanto Jared lo golpeó con su mazo y que los intoxicó tanto a él como a Olwen, provocando más adelante vómitos verdosos y debilitándolos con el tiempo. Rick se salvó por los pelos. Se quedó rezagado contemplando el campo de batalla y eso le valió para evitar inhalar aquellos gases tóxicos. Pero el ruido del cuerpo explotando en esa nube de gas llamó la atención de los necrófagos que iban a cuatro patas, quienes salieron a toda velocidad a cazar al grupo amenazando con sus huesos astillados que rompían su carne y sus rugidos y aullidos. Jared fue capaz de hacer frente a uno por su cuenta, pero el otro que se lanzó sobre el resto del grupo —que había aprovechado para huir bajo las órdenes del escudero— no dudó en saltar sobre los miembros de Vigilia de la Luz. En un ataque, Alondra, se clavó parte de los huesos de este ser impío, pero fue la colaboración y la Luz lo que acabó con aquella bestia. Asustados, decidieron volver a "casa" sin revisar el resto de puntos de interés. Era peligroso y había que estudiar más aquella zona. Aunque una cosa sí estaba clara: se podían recuperar bastantes cosas de allí. ¿Por qué a nadie se le ocurrió coger armaduras y armas, aunque fuesen fragmentos, del suelo? Nadie lo sabe.
  2. Sé que se menciona que no todas las razas ofrecen la misma capacidad de añadirles raciales, pero creo que habría cabida para añadir y modificar algunas. En el caso de los gnomos, por la misma razón que tienen una bonificación para el atletismo en esos casos, tiene la misma lógica, si no más, una bonificación para la defensa traducida en esquivar. Además, debido a su capacidad mental, deberían tener también alguna ventaja en términos mágicos. Las bonificaciones de sigilo de los elfos de la noche me parecen una burrada. Creo que habría que rebajarlos más. Ya se tiene en cuenta a la hora de mastear algo que la noche y la cobertura facilita el sigilo, así que pienso que no harían falta unos números tan grandes. Además, ¿no hay ninguna bonificación o ventaja relacionada con el druidismo o la afinidad con la naturaleza? Los draenei deberían tener alguna bonificación de Luz, al igual que los elfos la tienen con las energías arcanas. Aunque sea algo suave, pero creo que es lo más lógico. El sistema tanto de huargens como de orcos me parece algo complejo. No sabría decir cómo mejorarlo porque tampoco tengo mucha idea, pero comparto la opinión de que no concuerda con esas bases sencillas de PyE. Los trol son también grandes cazadores, así como los tauren. ¿No deberían tener alguna ventaja en lo relacionado con la caza o el empleo de armas a distancia? Los Renegados, aparte de ser vulnerables a la Luz, son resistentes y afines al Vacío, cosa que habría de tenerse en cuenta en forma de algún bonificador, ya que el penalizador de Luz es bastante importante. No digo que haya que rebajar el de Luz. Al contrario, tiene todo el sentido del mundo. Pero al igual que se aceptan esas afinidades mágicas y raciales de otras razas, los Renegados deberían tener algo relacionado con el Vacío también. Los goblins son grandes comerciantes. Creo que deberían tener algo relacionado con el comercio y el dinero. Es un atributo que los define. Incluso me arriesgaría a decir que alguna clase de resistencia a las explosiones. Además, son maestros alquimistas, aunque no siempre les salga bien y haya demasiados efectos secundarios o mutaciones.
  3. Unos dientes castañean desde la oscuridad. Un chasquido de ultratumba suena de fondo en las sombras. Un ligero gorgoteo de una garganta muerta que lleva tiempo sin pronunciar palabra alguna rompe el aire: —Caarne fresssca.... ************************************** Bienvenido, @Hechicero. Como ya te dijeron antes, tienes las guías y el Archivium, además del canal de Discord, para cualquier duda que tengas. Si me permites decirlo, los Renegados buscamos nuevos usuarios, y viendo tu nombre, entiendo que te gusta la magia. Así que ¿qué mejor plan que un no-muerto mago que puede dedicar su existencia a las artes arcanas sin perder el tiempo en necesidades mortales y en compañía de otro como él? Somos un foco relativamente activo aunque seamos pocos. Si al final decides hacer un gnomo, ten en cuenta que no es un foco que se mueva demasiado—es más, creo que soy el único gnomo activo—, pero si sigues queriendo, avísame y montamos aventuras que nos queden grandes. Y, cómo no:
  4. Ficha de Isabella Barlow Atributos 5 Físico 6 Destreza 9 Inteligencia 6 Percepción Habilidades Físico Destreza 2 Daga 2 Cabalgar 2 Defensa 2 Nadar 2 Sigilo Inteligencia 2 Fauna 2 Leyes 1 Navegar 2 Religión 2 Sanación/Hierbas 2 Tradición/Historia 2 Dibujo 2 Detectar almas 2 Invocar espectro menor (Esencia de Arné) 2 Embozo de almas 2 Golpe espiritual Percepción 2 Advertir/Notar 2 Callejeo 2 Comercio 2 Bailar 2 Buscar 2 Disfraz 2 Etiqueta 2 Música 2 Reflejos 2 Rumores Valores de combate 20 Puntos de vida 27 Puntos de maná 8 Iniciativa 8 Ataque CC sutil (Daga) 8 Defensa Escuelas/Especializaciones Nigromancia oscura (Vacío) Ficha de Esencia de Arné (espectro menor vinculado) Atributos 4 Físico 4 Destreza 7 Inteligencia 6 Percepción Habilidades Físico Destreza 2 Defensa Inteligencia 2 Dolor del alma 2 Protección espectral 2 Detectar vida Percepción 2 Advertir/Notar 2 Buscar 2 Rastrear 2 Reflejos Valores de combate 16 Puntos de vida 21 Puntos de maná 8 Iniciativa 6 Defensa Tipo Invocación menor (Nigromancia oscura) Hechizos (Isabella Barlow) Condena (Vacío) Dificultad 12 Golpe espiritual: (Rango, 1 punto de maná) Convoca el poder de un alma para azotar a un objetivo, inflingiendo 1d6 de daño mágico. Impenitencia (Vacío) Dificultad 12 Embozo de almas: (Personal, 1 punto de maná) Permite emplear la energía espiritual para protegerse de los hechizos y habilidades de los enemigos. El nivel de este hechizo se sumará a la defensa mágica (Inteligencia + Embozo de almas + 1d10). Nigromancia oscura (Vacío) Dificultad 12 Detectar almas: (Rango, 1 punto de maná) La nigromante manipula las energías del Vacío para detectar las almas errantes y perdidas que deambulan por el mundo físico, aunque estas se mantengan ajenas a los ojos mortales, y contactar con ellas. También permite detectar los lugares de conexión con las Tierras de las Sombras, donde poder traer al plano físico almas desde el otro lado. Dificultad 14 Invocar espectro menor: (Rango, Invocación menor, 2 puntos de maná) La nigromante alza o invoca el espectro de un enemigo recién caído o o previamente vinculado. El espectro es una invocación menor. Puede mantenerse de manera indefinida. Si es destruido, podrá ser traído de vuelta de las Tierras Sombrías tras un día para que se reforme. Hechizos (Esencia de Arné) Dificultad 12 Dolor del alma: (Rango, 1 punto de maná) Un golpe espectral que aflige directamente al alma del objetivo, inflingiendo 1d6 de daño mágico. Protección espectral: (Personal, 1 punto de maná) Permite emplear la esencia mágica del espectro para protegerse de los hechizos y habilidades de los enemigos. El nivel de este hechizo se sumará a la defensa mágica (Inteligencia + Protección espectral + 1d10) Dificultad 14 Detectar vida: (Personal, 2 puntos de maná) Permite al espectro detectar la esencia vital de lo que le rodea a una distancia máxima de tantos turnos como nivel de habilidad.
  5. IsildurJenkins

    Isabella Barlow

    · Nombre · Isabella Barlow · Raza · Humana · Sexo · Mujer · Edad · 22 años · Altura · 1,75 m · Peso · 55 kg · Lugar de nacimiento · Grand Hamlet · Ocupación · ninguna · Música de ambiente· Cierra los ojos y piensa, imagina, crea con tu mente la figura que te voy a describir. Parte de la nada. ¿De la nada? Sí, de la nada. Ahora recuerda los andares de aquella noble que viste el otro día. Ese paso tranquilo, imponente, elegante y, a la vez, clásico. ¿Lo tienes? Perfecto. Los pasos vienen de alguien con piernas, ¿verdad? Estupendo. Lleva tu mente al taller de aquel escultor de mármol, evoca la suavidad al tacto de esa piedra recién trabajada. Intenta agarrarla, deslizarte por lo que parecen kilómetros… Sí, esas son las piernas, sus piernas, que nada tienen que envidiar a las columnas torneadas por los maestros artistas. Rápidamente junta en tu mente esa fruta verde, suave, curvada y dulce que sale del árbol con el flujo del agua por los campos, y tendrás esa dulzura de pera y arroyo a la que llaman mentón. ¿Recuerdas a la panadera de esta mañana? ¿Aquella que ponía miel en los bollitos para los niños? Bien, porque te hará falta rememorar esa dulzura para hacerte una vaga idea de cómo el rostro que sostienes de esta bella mujer discurre entre tus dedos con absoluta suavidad. ¿Y qué es una preciosidad como esta sin unos rasgos finos y elegantes? Olvida los rostros a los que estás acostumbrado. Ella no es así. Ella no es como alguien que conozcas. La elegancia de sus detalles no es común, y no es algo que olvides. Cómo esas granadas con rubor de soles inspiran tanto no es usual. ¿Qué? ¿Tienes prisa? La belleza es algo que se forma con el transcurso de los años, y tú lo estás haciendo en cuestión de minutos en tu cabeza. Pero está bien, adelantemos cómo su cuello de gacela porta uno de los rostros más dulces y tiernos que hayas visto, con la sombra ondeando por encima, su pelo negro invitando a las caricias del aire, y sus sensibles azabaches invitándote al deseo. Una cara preciosa, ¿verdad? Continuemos desde aquí. Imagina la suave seda de las cortinas de esa mansión que visitaste. Recuerda cómo las curvas se formaban en ella con finura y de forma equilibrada al compás del aire, y tendrás el cuerpo de esta mujer, esbelta, pero con todas y cada una de sus dotes marcadas. Adelante, pasa tus dedos por su figura con delicadeza, y notarás cómo discurres por un largo y suave camino que abraza y recoge en un mismo viaje todas las bellezas que existen en la naturaleza; un cuerpo suave como un amanecer, un cuerpo delicado como un anochecer. Todo en perfecto equilibrio, recuerda. No seas lascivo, no seas predecible. Cíñete a mis palabras y serás capaz de retratar a Isabella Barlow, una mujer que nada tiene que envidiar a las musas de los artistas más célebres, pues ella es su propia definición de belleza. La mente de las personas, lo que viene a ser su forma de ser, su perfil psicológico, la convergencia entre personalidad, temperamento y carácter, es algo tan volátil, tan delicado… No es estático, es cambiante; ha de adaptarse constantemente para sobrevivir, aun manteniendo la esencia que la define. Los entresijos del alma de las personas, sus caprichos, son complejos de definir, pues las fronteras entre un rasgo y otro son tan difusas como la niebla y tan convenidas como la fina línea que justifica lo que está bien y lo que está mal. Pocas cosas hay seguras sobre Isabella Barlow, pues no suele abrirse con la gente. No por timidez, al contrario, ella es de todo menos insegura. No siente ni el más mínimo ápice de vergüenza en sí misma. Su mente es clara y mansa como los lagos que adornan los cuentos de los niños. No rechazará una charla, pero tampoco dará la espalda a un sosegado descanso a la luz de una tierna llama en soledad. Reservada y cerrada, no le gusta que la conozcan. Prefiere ser una caja de sorpresas, impredecible. Pero esto no afecta en lo más mínimo al concepto que tiene la gente de ella: una joven amistosa, agradable, casi extrovertida, que saluda y charla un rato contigo con una bella sonrisa en la cara. Lejos de lo que podrían pensar los demás si supiesen que maneja las artes del Vacío —la tacharían de malvada, de hereje, de monstruo—, es una persona buena, atenta y una inconfundible apasionada del arte y la belleza, inquietudes que manifiesta sin duda con la música y la pintura, entre otras formas. No le cuesta hacer de hombro sobre el que llorar, nadie le tiene que pedir un abrazo, nunca alguien se ha podido quejar de quedarse con las ganas de una sonrisa con ella, pues es empática y cariñosa, atenta y afectiva. Pero la separación entre “bueno” y “tonto” es muy inestable, y antes que pisar un terreno tan inseguro, Isabella prefiere mantenerse al margen. Tiene las ideas muy claras y no va a arriesgarse por nada ni nadie. Ya conoció a alguien en su pasado por el que lo hizo, por quien se sacrificó. Y ha aprendido de los errores. Pese a todo esto, tal vez tropiece dos, tres veces con la misma piedra. Tal vez se entretenga más en una deliciosa conversación agradable que en otras tareas. Es posible que prefiera asistir a una fiesta o festín antes que atender a sus responsabilidades. Porque es humana, y por condición de humana peca de lo que algunos llaman defectos, pero que ella denomina características. Si algo más queda por decir sobre Isabella es que ha ido cambiando por culpa del destino y de lo extraño. Ha tenido que adaptarse en esta jungla que es la vida para no ser la presa, sino la depredadora. Si está convencida de que tiene que hacer algo, lo hará de la manera que crea más adecuada. Es una persona de equilibrios, de escalas de grises, nada de extremos. No es estricta, pero tampoco esperes que sea sumisa. No es mala, pero no dudará en serlo si la situación lo exige. No es egocéntrica, pero tampoco te quedes esperando un acto altruista desinteresado. Isabella Barlow es eso, una balanza que se inclina levemente a un lado o a otro en función de lo que alimentes. Shhh… no llores, no ahogues la belleza de tu rostro con esas lágrimas de desesperación. Ilumínalo con una radiante sonrisa, así aclararás tus ideas. La gente vive feliz ignorando lo que se esconde más allá de su percepción. Bueno, al menos a este otro lado tampoco estamos solos, ¿verdad, Arné? Míralos en sus galantes festines, vestidos con la ropa de la mentira y maquillados y arreglados con la hipocresía. No son más que fachadas que esconden miedos u oscuras intenciones. Rápido, vamos, me muero por ir a este festival de máscaras. Dime, Arné, ¿por qué la gente solo se fija en el retrato de un cuerpo y una cara cuando tienen el modelo, el alma, al lado? Solo es en el arte donde uno puede manifestarse tal y como es sin sugerir prejuicios, sin ser víctima de los estereotipos. Es en la pintura donde se muestran las visiones de la mente, y es en la música donde encontramos las razones de la gente. Mira, escucha y no interrumpas. Así te darás cuenta de quién te habla y qué quiere de ti. ¿Que si tengo sueños? ¡Claro que sí! Pero no te los voy a contar, no me gustaría silenciar a alguien que me puede dar conversación. Me encantan los bailes y las reuniones de los ricos y los que tienen títulos. Es todo como un escenario en el que tú eres la protagonista y el resto es el público. Sientes cómo tu corazón se acelera, te sientes viva de verdad, pues o cumples las expectativas de los demás o se acabó tu carrera. ¿No te parece emocionante? Por supuesto que me gusta que me miren. Cuanto más creen ver, más ciegos se vuelven. Una mirada, cariño, una mirada y eres capaz de matar al invencible y de dar vida al vencido. Me encantan sus caras cuando se quedan sin palabras. Es tan gracioso verles titubear cuando dices algo que no se esperan… —Sabes ya mucho de nosotros, Isabella, pero tú sigues siendo un misterio —¿Y para qué quieres que deje de serlo, Charles? —contestó la mujer de forma simpática con una agradable sonrisa. —Tenemos curiosidad, ¿verdad? —preguntó al resto de acompañantes. —La verdad es que sí, me gustaría saber con quién comparto mi cena y mi techo. —Son muchos meses juntos, Isabella. Deja de hacerte la interesante, venga —la gente trataba de animar a la joven para que hablase, la cual sonreía como si le diera vergüenza, pero bien era sabido que no era así. —Si os cuento mi vida, tendría que mataros —contestó con una sonrisa la mujer. —Venga, fantasma, habla —respondió uno de los presentes entre risas. —¿Alguien me ha llamado? —un espíritu se manifestó entre las personas que charlaban alrededor de una hoguera. —¡La madre que te parió, Arné! —espetó un hombre, sobresaltado por la aparición—. No me vuelvas a dar esos sustos, joder —añadió entre risas. —Un día de estos vas a matar a Robert de un susto —comentó Isabella con risa y cariño. Todos los presentes se reían del momento. Nadie parecía intranquilo con la presencia de un alma tan cerca—. Está bien, os contaré un poco sobre mí. Y así comenzó el principio de un relato a la luz de una hoguera, bajo un cielo estrellado de primavera, durante el cual Isabella narraba la historia de su hermano y ella, historias que fueron unidas por fortuitos hechos que han llevado a la joven a condenar su existencia. Isabella Barlow nació con los fríos de febrero en Grand Hamlet, también conocido como Villaoscura, en el año 9 d.P.O. Arné era su hermano pequeño, que nació 7 años después. Su padre, Ewald Barlow, era un comerciante que había tenido éxito en la vida con el comercio de telas caras para los nobles, mientras que su madre, Viollete Barlow, se dedicaba al estudio de las artes. Para qué engañarnos, era una familia burguesa. Tenían dinero y eso les gustaba. No tendrían títulos nobiliarios ni sangre noble, pero, debido a su posición y economía, eran invitados de vez en cuando a reuniones como festines y bailes. A pesar de ser incluidos en ese fragmento de la sociedad, los nobles solían mirar con superioridad a la familia Barlow. Ewald tenía el sueño de poder convertirse en noble. La compra de un título parecía viable, pero no otorgaba el prestigio que ansiaba. Otra opción era el matrimonio, para lo que Isabella formaba una parte esencial. Debido al deseo de su padre, Isabella vivió más tiempo bajo el techo que bajo el sol para que su piel se mantuviese blanca como la de los nobles. Además, varios tutores pasaron por la casa de los Barlow para enseñar a la joven, desde muy temprana edad, los conocimientos que le servirían para llamar la atención de un noble, como historia, etiqueta, pintura, canto, literatura, escritura, etc. Los años pasaron hasta algo después del nacimiento de Arné, quien iba a ser instruido para continuar el trabajo de su padre, donde las cosas cambiaron un poco. Isabella había entrado en una época rebelde. Tenía 11 años y quería salir a la calle para relacionarse, reírse, hablar y divertirse como ella quisiera, y no siguiendo lo que ella veía como estúpidas normas de protocolo. Debido a ello, sus padres decidieron darle algo más de libertad siempre y cuando siguiese con sus estudios, pues su formación era de gran importancia. Fue en este momento de su vida cuando conoció a una de sus mejores amigas, Aurora, una chica que con el paso del tiempo se volvería dura, rebelde y engatusadora. Pero la vida la volvió así. A pesar de todo, ambas eran inseparables, y lo que le faltaba a una le sobraba a la otra. No se recomendaba acercarse mucho a ellas, pues disfrutaban siendo crueles de cuando en cuando con los jóvenes ignorantes que se acercaban a ellas. Siguió pasando el tiempo, y la vida de lujos, reuniones sociales y enseñanzas transcurrió dulcemente. Isabella tenía ya 16 años. Era toda una mujer de clase que había aprendido las bases de la etiqueta y del comportamiento social. De apariencia parecía noble, pues vestía con las sedas que su padre vendía a los miembros de estamentos superiores, tenía la piel clara y no había trabajado nunca. Toda historia o relato que se precie no puede tratar solo de cosas buenas. La vida no es blanca o negra, es una escala de grises que nos moldean, y lo mismo pasa con Isabella. Su vida, a pesar de ser feliz y buena, transcurría en una región que cada vez estaba más maldita. Y fue en el año 25, con sus 16 años de edad, cuando la gota colmó el vaso. Con la aparición de los huargen en la región, la familia Barlow vendió todo lo que tenía y se mudó a la ciudad de Ventormenta. Perdieron mucho dinero con la mudanza. Entre pagos de carros para transportar las cosas, contratos de guardaespaldas, sobornos a bandidos y la compra tanto de una casa como de un local para continuar el negocio, la familia de Isabella se vio en un momento económico desconocido para ellos. Ya no había ostentosas decoraciones ni platos exquisitos. Ahora, tanto las telas buenas como malas eran para la venta, y ellos se tenían que conformar con las sobras. A pesar de todo, Isabella se abrazó a sus vestidos y trató de no ver la situación real. Ella quería seguir en su vida pasada, y vio en los festines y ceremonias su oportunidad. El Imperio se estaba fundando, y había gran cantidad de festines y ceremonias que no escondían más que escaramuzas políticas. La joven de los Barlow aprovechó esta situación para aprender, y comenzó a ir a todas las fiestas que podía. Si bien es cierto que no tenía ni título ni dinero, su apariencia y su mente lo compensaban, y conseguía colarse en la mayoría de estos encuentros sociales. En uno de estos conoció a Bernat Abascal, el hijo mediano de la familia Abascal, una familia noble de gran poder por el momento. Coincidieron en numerosos festines y bailes y no pudieron evitar enamorarse. Una pena, pues Bernat estaba prometido con la hija de otra familia noble por orden del déspota de su padre. A pesar de ello, mantuvieron una relación en secreto a espaldas de padres y nobles. Llega entonces el año 28 d.P.O. Bernat e Isabella llevaban varios meses juntos y todo había salido bien entre ellos, pero llegó un momento en el que la situación fue insostenible. Bernat consiguió evadir todos los intentos de matrimonio que le imponía su padre, y esto levantó sospechas. Al final, Tomás Abascal, el padre, se enteró de lo que ocurría y amenazó a los Barlow de difundir falsos rumores y calumnias que desacreditasen tanto a Isabella como a ellos, lo cual los habría puesto entre la espada y la pared, pues el negocio tendría que cerrar y la familia sería vista con muy malos ojos en la sociedad. El estrés y la tensión se podían tocar en el aire. Ewald consiguió llegar a un trato con Tomás en el que, claramente, la familia Barlow salía perdiendo, pero era lo mejor que podían hacer. A cambio de no desacreditar y difamar en contra de su familia, Ewald accedía a que Isabella y Arné se fueran a una de las fincas que tenían los Abascal en Elwynn para sabía la Luz qué. Aunque Tomás aseguró que los dos hijos de los Barlow estarían bien, nada más llegar a la finca fueron despojados de todo lo que tenían, humillados y tratados de esclavos. Mientras Arné era obligado a trabajar sin descanso, Tomás disfrutaba humillando y violando a la hermosa Isabella, pasando por varios hombres cada vez que terminaba alguna fiesta en la finca de los Abascal. Isabella confiaba en que Bernat la sacaría de allí al poco de entrar, pero qué sorpresa se llevó cuando, tan solo una semana después, el joven ya estaba compartiendo su amor con otra mujer. Había sido traicionada y despojada de todo lo que era, de todo lo que tenía. El odio y la oscuridad comenzaban a aflorar en el interior de la joven. El tiempo pasaba y nadie los reclamaba, seguían encerrados en esa finca como esclavos. No sabían nada de sus padres y, mientras que Arné seguía siendo obligado a trabajar bajo unas condiciones deplorables, Isabella disfrutaba de algo más de libertad, pues las continuas escaramuzas contra las gnoll habían alejado a la mayoría de hombres de la finca. Pero los gnoll no se detuvieron, y comenzaron a avanzar con fuerza y contundencia contra Elwynn, estallando así la Segunda Guerra Gnoll. El ambiente era inestable y cargado, todos en la finca vivían con inseguridad, pues era incierto si iban a atacar los gnoll o no. Debido a esta situación, Arné era obligado a trabajar más, tanto que acabó desfalleciendo y muriendo por puro agotamiento. Desamparada, sin su amado hermano, siendo usada como una herramienta más, Isabella no tenía más ganas de vivir. Intentó quitarse la vida, pero un grito de alarma por un ataque gnoll iluminó su mente, y vio la oportunidad perfecta para poder escapar sin rumbo fijo. Comenzó a andar intentando recordar las clases de geografía de cuando era pequeña. Pero el invierno es duro y no perdona. Tenía tanto frío que creía que el infierno se estaría congelando con esas bajas temperaturas, pero sobrevivió. Se vio obligada a ello. Su determinación apareció como un pequeño candil en una ventisca. Pudo sobrevivir gracias a la caridad y a vender su cuerpo, cosas de las que no estaba muy orgullosa, pero tenía que hacerlo. No tenía rumbo, pero sus pies la llevaron a casa, a Ocaso. No habría durado ni un solo minuto en esta tierra maldita de no ser porque se encontró con Jasón Valentine, un viejo amigo de su padre. Quien sabe cuál sería la motivación de aquel viejo, pero le salvó la vida a Isabella. Y lo más importante de todo: le dio la oportunidad para poder vivir otra. Pasó el tiempo, e Isabella conoció a Dieter Greiham, un nigromante oscuro. Atraída por las promesas de la nigromancia y destrozada en su interior, la joven decidió condenarse y abrazar estas artes. En un principio su única motivación era poder volver a estar con su familia en vida, y si bien es cierto que no fue capaz de convocar el alma de sus padres, si consiguió traer el alma de su hermano pequeño. Cambiada, Isabella Barlow había evolucionado. Consiguió volver a lo poco que quedaba de su casa en Ocaso y recuperar algunas cosas de su pasado. Volvió a llevar esas telas elegantes, pudo recuperar sus caballetes y las recetas de sus pinturas, algunos libros y un par de partituras. Pudo volver a su vida normal en el abrazo salvador de La Corte de los Mendigos, donde se pudo reunir con su vieja amiga Aurora un tiempo después. Recuperada de su sufrimiento, con la compañía y la protección de su hermano, con un nuevo poder que se entretejía por sus dedos, la hija mayor de los Barlow pasó a ser realmente una mujer, aunque con unas intenciones nunca claras. Sí, es bella. Sí, es atractiva. Sí, es cariñosa. E incluso parece buena. Pero pobre el hombre que se fije en ella, pobre el perdido que se tope con ella, pues las rosas tienen espinas, y una rosa negra con espinas venenosas es Isabella Barlow, la nana de las almas.
  6. Un bosque, la fragancia de las flores, el sonido del río, la calma de la naturaleza, una buena hoguera y un delicioso trozo de carne asándose a fuego lento: ingredientes para un momento clásico de tranquilidad y descanso. Aquel al que algunos llaman «El Brujo» disfrutaba de este momento de paz tras una noche de encuentros y sorpresas, pero no duraría demasiado. La calma se puede romper fácilmente, y en este caso solo hicieron falta que se presentaran tres personas en el campamento improvisado de Alexander. Reunidos alrededor de la hoguera, charlaban sobre temas banales con sosiego: Judith intentaba llamar la atención de Alexander, Darío trataba de conocer mejor a Faye y Alexander solo se preocupaba por descansar y comer relajado. Todo iba bien, hasta que una flecha rompió el aire y la calma. Unos bandidos atacaron el pequeño campamento tratando de llevarse por la fuerza a Alexander, a quien se dirigían únicamente por su seudónimo. Resultaron ser ocho maleantes, todos ellos con un tatuaje de una salamandra negra, que venían siguiéndole desde Arathi por motivos desconocidos. De estar solo, habría sido capturado, pero gracias a la compañía que tenía, se consiguió hacer frente al grupo de enemigos. Cinco arqueros disparaban desde la copa de los árboles mientras tres guerreros desafiaban en combate cuerpo a cuerpo al grupo. Darío, aguantando la vanguardia, trataba de abrirle oportunidades a Judith mientras Alexander galopaba a lomos de su montura a toda velocidad con Faye en la grupa y su mandoble preparado. Nada más en la primera acometida, el jinete consiguió llevarse por delante la cabeza de uno separándola de los hombros, y Faye consiguió desgarrar la espalda de otro saltando desde la montura con destreza. Esto, por desgracia, encolerizó a otro de los guerreros, haciendo que este sacase su pistola cargada y disparase a quemarropa a Darío quien, de no ser por la mala calidad del arma y la integridad de su armadura, habría muerto de un disparo en el pecho. El enfrentamiento continuó con Darío en el suelo y Judith cubriéndole hasta que los tres guerreros bandidos cayeron, momento en el que los cuatro compañeros alzaron la mirada a los árboles para bajarlos de ahí. Aunque la intención de Faye y Judith era tirarlos a base de violencia, la ilusión de Alexander se apresuró en hacer que estos cinco bandidos restantes saltasen de los árboles como si las ramas y las hojas estuvieran ardiendo. Ya en el suelo, intimidados por la superior habilidad de sus adversarios y por los efectos visuales del elixir que había tomado Alexander, hincaron la rodilla, no sin antes ofrecer algo de resistencia, dejando el costado de Faye sangrando por una punzada de espada. Con la pelea finalizada, Judith se quedó a vigilar a los derrotados mientras Alexander trataba las heridas de Darío y Faye. Apresaron a los bandidos, ya que siempre se puede sacar algo de dinero por una captura de criminales, y trataron de reponer fuerzas durante el resto del día. No fue hasta que todos se quedaron dormidos cuando Alexander viajó a caballo hasta Ventormenta para conseguir algo de recompensa por los tres cadáveres de bandidos y las cinco capturas vivas. Aunque... ¿quiénes eran exactamente esos bandidos? ¿Por qué perseguían a Alexander desde Arathi? Y lo más importante de todo, ¿qué significaba ese tatuaje?
  7. Me gusta la propuesta. En su momento, eché en falta descripciones más profundas de algunos oficios y especializaciones, y puede ir siendo hora de ampliar esas descripciones. En otros campos no puedo por desconocimiento, pero me puedo encargar tanto de la inscripción como de la ingeniería (a la que le veo algunas faltas de detalles) y la conjuración. A fin de cuentas, creo que soy el único con personajes cuyas habilidades principales son esas, y me he informado mucho sobre ellas para poder desarrollarlas acorde al nivel que las tengo actualmente. En alquimia también podría aportar un poco, pero tampoco la conozco tanto como las otras.
  8. A raíz de una conversación en el canal general de Discord con @Archibald.
  9. Bienvenido a la comunidad @Crowlord. Si ya has andado por el Discord, seguro que te habrán comentado que te pases por el Archivium o que preguntes cualquier duda que tengas sobre rol o sistema en el canal que tenemos para ello. De todas formas, aqui estamos los jugadores para que también preguntes si alguna duda te inquieta. No puedo evitar recomendarte que te pases al lado oscuro del Nuevo Orden con un Renegado psicótico. Harías buenas migas con mi demente hechicero jajajajaja. Mi rol favorito es el del mago sin barreras que ansía el poder sobre todas las cosas, que planea cada uno de sus pasos para culminar su obra completa a modo de telaraña, donde todo está unido y todo tiene un porqué. Para lo de la pizza... qué mejor manera de responder que con un meme: Y no me puedo identificar con una sola frase, lo siento. Mis personajes las tienen, pero yo no jajajaja. Un saludo, y espero verte por el Nuevo Orden. Cómo sea el saludo dependerá del bando en el que te encuentres. Nos vemos dentro.
  10. Y la población local lloraba y temblaba ante la imagen de las primeras luces de la mañana... —Luz... por qué permites que ocurra esto... —Los monstruos han vuelto esta noche. —Santa Luz, quién haría semejante atrocidad... —Si los guardias no están a salvo, ¿qué vamos a hacer nosotros? ¡Solo somos campesinos! —¿Qué está pasando? ¡¿Qué narices está pasando?! —La Sombra se cierne sobre nosotros mientras la Luz nos abandona... —No... Mi Anthony... Mi querido Anthony... No solo se derramaban las lágrimas de la gente. También la sangre de los brazos, de las piernas, de los torsos y de las cabezas de los colgados rompían el poco silencio que quedaba entre llantos de pena y los vómitos por imágenes tan grotescas... Los primeros albores de un cielo lleno de cuervos despertaron a la gente este día. Costasur estaba como loca, y en los pequeños asentamientos humanos de Trabalomas la gente volvió aterrorizada a sus casas en cuanto pisaron la vía principal que cruza la provincia de este a oeste. La guardia intentaba que la población no viese los resultados de un crimen sin nombre ni autor, un crimen firmado por el horror, la demencia y la ausencia absoluta de moral y empatía... Y es que cinco son las encrucijadas principales de ese camino, cinco son los carteles que señalizan y orientan a través de estas, y cinco son los árboles de los que cuelgan las extremidades de varias patrullas que salieron por la noche en una rutina de trabajo. Esto no era obra de uno solo. Era imposible que una sola persona —o ser— fuese capaz de acabar con varias patrullas a la vez en medio de la noche sin que saltase ninguna alarma. Los guardias tienen instrucciones de avisar a las patrullas cercanas en caso de peligro, y no hubo aviso alguno desde que el Sol se puso hasta que relevó a la Luna para mostrar a casi todos los integrantes de esas patrullas seccionados, con los brazos, las piernas y las cabezas separados de sus torsos, y con todas estas "piezas" colgando de los árboles en esos cinco cruces de caminos que hay con la vía principal de Trabalomas. Los pocos que no fueron seccionados y colgados por partes sufrieron otro destino: relevar a los postes con las señales. Sus dedos muertos y agarrotados, duros por la muerte, señalaban los caminos con los carteles clavados en los brazos, y con su expresión sin vida, tras una clara muerte agónica, miraban con mirada vacía a cualquiera que buscase orientación en esas encrucijadas. Se mantenían ahí, erguidos de la manera más extravagante posible, con clavos y madera atravesándoles para mantenerlos en esas posturas grotescas, con las armaduras destrozadas y los tabardos rasgados. Los cuervos no callan mientras Trabalomas intenta limpiar y olvidar lo visto durante el día, pero los rumores no se pueden silenciar. Para acallar un rumor, has de matarlo de raíz, pero...
  11. Una granja de gitanos está siendo quemada hasta los cimientos. Un fuego que lleva desde la madrugada encendido no cesa de engullir la modesta y humilde morada que se encontraba en un pequeño claro de los frondosos bosques de Trabalomas. Es como si ese fuego infernal no tuviese fuente alguna. No, ese fuego no es normal... Los habitantes de aquella granja de gitanos han desaparecido, al igual que todos los animales. Es como si se hubiesen desvanecido por completo. No hay rastro alguno de a dónde han podido ir. Se han encontrado los cadáveres degollados de los cinco gitanos colgados de las farolas a lo largo de uno de los caminos principales más transitados de Trabalomas. Cada uno presenta heridas mortales más desagradables que el anterior, y están todos colgados bocabajo. Los cuervos han llegado como signo de mal agüero y pican los cadáveres que gotean sangre, tripas y sesos, entre otros restos... Se han encontrado a los animales descuartizados a lo largo del mismo camino entre las farolas donde los gitanos estaban colgados. Gallinas en su mayoría, un par de cerdos y algo de lo que parece ser una vaca se encuentran esparcidos a un lado del camino uniendo las farolas de las que cuelgan los cadáveres gitanos. Esa vía se ha convertido en una senda de olor putrefacto y muerte. Los rumores los han extendido gente que ha afirmado ver el camino, comerciantes, viajeros y campesinos en su mayoría. La población local está empezando a hablar. Y a temblar. Por si fuera poco, hace poco un campamento de refugiados fue masacrado en una noche, y solo han quedado los restos calcinados de hombres, mujeres y niños.
  12. Dicen que el conocimiento se almacena en los libros y tomos que llenan las bibliotecas y estanterías del mundo, pero no todo lo que se sabe equivale a todo lo que se escribe. Esa información expira, pierde validez conforme pasa el tiempo por causas que escapan de nuestro control, y es deber de algunos cerciorarse de que lo que se esconde entre pergaminos, tinta y hojas no es ninguna mentira. Era de noche y lloviznaba, y el hechicero de la Guardia de la Muerte Danforth Harrison se quedaba sin tiempo. En un rincón de la biblioteca del Barrio de la Magia ojeaba los tomos que alcanzaba. Varios libros levitaban alrededor suya para, de un vistazo, comprobarlos todos a la vez mientras tomaba notas en distintos cuadernos y protestaba contra las líneas escritas en esos tratados sobre la magia de Azeroth. Mientras el criomante arrojaba los libros con desprecio y se enfurecía en una tarea que le superaba cada vez más, dos Renegados se acercaban a su rincón en la biblioteca: Logan Heshef y el no-muerto que Danforth envió para que trajera a ese mercenario, ya que quería tener una pequeña charla con él. Básicamente necesitaba comprobar la información que había recogido acerca de los puntos donde las Líneas Ley eran más poderosas en la zona, pero él tenía que hacer una labor de investigación. Necesitaba manos y ojos que hicieran el trabajo de campo por él. La charla fue breve. Prácticamente no hubo ni saludos, sino que fueron al grano mientras Danforth trataba de mantener a raya la demencia, aunque fuese por unos minutos. Durante lo que podía señarlase como entrevista, apareció Irma King. El mago solicitó un voluntario a los Mortacechadores para esta labor de campo, y estos mandaron nada más ni nada menos que a la que hace más de medio año apresó y encerró a Danforth a causa de un brote psicótico que el hechicero experimentó. Se podría decir que son casualidades de la vida, pero se dice que las casualidades, y la vida no es que abunde precisamente en Tirisfal. Dejando un poco el pasado y la locura de lado, Danforth les proporcionó a ambos un mapa con innumerables notas, garabatos y señales entre las que se encontraban remarcadas las zonas que había que investigar y un artefacto que indicaría al grupo la potencia de las Líneas Ley en ellas: una cuchara cuyo brillo era proporcional al de la intensidad de la magia del lugar. Un poco escépticos por el hecho de tener que ir agitando una cuchara por los Claros de Tirisfal bajo una llovizna en plena noche de abril, marcharon directamente a Hacienda Balnir para comprobar esa primera localización, dejando en la biblioteca a Danforth con su cabreo y su locura para que se hicieran compañía. Hacienda Balnir era uno de los sitios marcados entre los que se encontraban también el Camposanto, los molinos de Agamand, el lago Aguasclaras, los Jardines de los Susurros, Molino Ámbar, El Campo Muerto y El Sepulcro. Era obvio que en lo que quedaba de noche no iban a ser capaces de terminar la tarea, pero intentaron finalizarla cuanto antes desde el primer momento. Adanael Brisapura, un compañero de investigación de Danforth, también acudió a la llamada del mago, quién le envió con los otros dos Renegados. Gracias al barro y a la suave lluvia, seguir el rastro no fue complicado para el Sin'Dorei, quien alcanzó a Irma y a Logan justo cuando dejaban ese campo lleno de almas que era Hacienda Balnir. No había gran cosa que llamara la atención, y un pequeño grupo escarlata en la lejanía se enfrentaba a algunas de estas almas en pena, así que no había motivo para quedarse. El siguiente punto que visitaron fue el mayor lago de todo Tirisfal: el lago Aguasclaras. La cuchara brillaba con una intensidad levemente mayor que en la Hacienda Balnir, y Adanael notaba cómo las fluctuaciones de las energías arcanas derivaban al centro del lago, a ese pequeño islote en el que muchas cosas han pasado y muchas tienen aún que pasar. Pero el grupo no tenía intención de perder mucho tiempo, así que marcharon a través de los caminos hacia los Jardines de los Susurros, un sitio peligrosamente cerca del Monasterio Escarlata. Podían haber pasado de largo, dejar el lugar antes de que la cosa se torciera, pero quién sabe qué les motivó a quedarse en una zona frecuentada por los miembros de la Cruzada Escarlata. Muchas veces se ha maldecido ese momento o decisión, pues cuando el grupo se quiso dar cuenta, seis miembros de la Cruzada Escarlata los estaban rodeando. El grupo enviado por Danforth trató de escapar usando la ladera a su favor, pero parecía que Adanael tenía hambre, ya que tragó más suelo y barro que saliva en ese momento. Por suerte o por desgracia no asistió a ese almuerzo él solo, ya que Logan Heshef le hizo compañía posteriormente. Quién iba a decir que la hierba y el barro de Tirisfal eran tan populares. Aún con la posibilidad de huir y dejar a los dos tirados en manos de los Escarlata, Irma decidió quedarse en la distancia y ayudar en lo que fue un combate de tres contra seis. Tras la larga pelea en la que milagrosamente pudieron vencer a esos fervientes extremistas de la Luz, que combatieron con el lema de "victoria o muerte" en sus gritos, tuvieron que volver a duras penas a Rémol, el emplazamiento más cercano en el que podían recibir tratamiento, pues Logan había caído inconsciente a causa de las espadas y un golpe de Luz que le quemó la espalda e Irma había perdido su mano derecha y estaba a punto de perder también la consciencia. Consiguieron llegar a Rémol, donde recibieron un rápido tratamiento que les permitió alcanzar Entrañas junto a una patrulla de la Guardia de la Muerte que se dirigía a la capital. Una vez allí, Adanael dejó al grupo y fue a dar parte a Danforth, quien no mostró más que su demente enfado a viva voz. Fue ahí cuando Danforth decidió tratar el tema él mismo. "Si quieres que algo se haga bien, tienes que hacerlo tú" reprochaba a Adanael con una expresión contraria, pues los ojos le brillaban con ira y furia y la boca sonreía como la de un lunático. Dejó a Adanael en pleno Barrio de la Magia y se marchó, saben la Luz y el Vacío a qué. Información sobre la sesión
  13. La carta llegaría a los dedos sin vida del criomante de la Guardia de la Muerte en su domicilio, ya que no se encontraba en el cuartel en el momento en que llegó esta. —Hmph Ya podría tener tanta devoción hacia mí como la tiene por el reino... Rebusca entre sus pertenencias y saca un pergamino y una pluma para contestar la misiva A ver qué le escribo a este... A la atención del sargento Dareth Donnovan de la X Legión A día 28 de abril del año 31 D.P.O. yo, Danforth Harrison, hechicero de la Guardia de la Muerte, comunico que he recibido esta carta y firmo con mi seña para corroborar que soy yo el redactor de esta respuesta. He de zanjar unos asuntos que me atan a nuestras muertas tierras. Partiré hacia donde tu campamento se encuentre levantado en cuanto finalice mis quehaceres. Dudo mucho que cualquiera de los que han compartido misión o trabajo con nosotros quiera viajar conmigo hacia Trabalomas. El único que realmente estaría interesado se encuentra ocupado en tierras de los Sin'Dorei. De todas formas, trataré de llevar conmigo a tantos efectivos como sea posible, aunque sé de sobra que con tenerme al lado te es más que suficiente. No recibirás notificación alguna de mi partida. No serviría para nada. Sabes que viajo ligero, y un emisario no tardaría menos que yo en llegar. Hechicero de la X Legión de la Guardia de la Muerte Danforth Harrison La respuesta sería enviada cerrada y lacrada con el símbolo de la Guardia de la Muerte y tendría el sello mágico característico de Danforth. El papel y la caligrafía son las típicas de un escriba ya formado: letra cuidada, trazos limpios y ligeros, etc.
  14. La verdad es que queda genial. No sabía que la interfaz de WoW podía quedar así jajajaja. Pero me surge una duda: ¿sería posible que subieras un fichero con tus carpetas de los addons? La configuración que tengas se guarda ahí, y para algunos puede resultar más cómodo. Y, cómo no, muchas gracias por el aporte.
  15. Era una noche como cualquier otra en un lugar como cualquier otro, a excepción del aire cargado de muerte y de los cadáveres que paseaban a sus anchas, que trabajaban y que, en definitiva, "vivían" en esas muertas tierras a las que llaman Tirisfal. A una hora incierta, un conjunto de carros cargados con distintos artículos provenientes de las arcanas tierras Sin'Dorei que se hallan en la eterna primavera del norte se dirigía hacia la capital del Nuevo Orden, Entrañas. No era más que un viaje nocturno por los seguros pasos que unían el puerto del norte con la antigua capital de Lordaeron al sur, o eso pensaban los cuerpos "vivientes" que los llevaban, puesto que una partida de la Cruzada Escarlata, acérrima enemiga de todo lo no-vivo, aprovechó una oportunidad única para asaltar el convoy y secuestrar un carro de altísimo valor cultural —aparte del económico—, pues llevaba en su interior docenas de libros y tratados para la biblioteca de Entrañas. La noticia, si es que se puede llamar a este suceso como tal, corrió más veloz que el viento, llegando hasta los oídos del cuartel de la Guardia de la Muerte. Allí se encontraban los miembros de esta en cuanto llegó a sus oídos el reporte del secuestro. No hubo Renegados secuestrados, solo unos pocos que cayeron inconscientes, nada que los sacerdotes oscuros no puediesen arreglar, pero el alto valor de ese carro hizo que el general que se encontraba en ese momento en el cuartel, Colin Lankester, mandase de inmediato un pequeño destacamento para recuperar los libros. Y al mando de estos no tuvo otra opción que poner al hechicero de la Guardia de la Muerte Danforth Harrison. Por suerte o por desgracia, con el frente de Tierras de la Peste, el frente de Gilneas y las incesantes escaramuzas, en ese momento no había otro "mejor" para la tarea. Acompañado por cinco guardas de la Guardia de la Muerte, tres mortacechadores, dos sacerdotes oscuros y un Renegado recién levantado del cual tenía que dar parte después, Danforth marchó raudo como cabecilla autoritario y dictatorial de la partida. No había que ser muy avispado para percatarse de que se relamía con el sabor del control sobre los demás. Pero el tamaño de esa pequeña compañía no quedó en doce Renegados. Danforth se encontró con un no-muerto que se hacía llamar Lógan y que ya había trabajado con su compañero de legión, Dareth Donnovan. Y si trece no-muertos organizados del Nuevo Orden no era suficiente, un Sin'Dorei llamado Adanael Brisapura se unió a la partida de quien ha sido su compañero en numerosas ocasiones, el criomante Danforth. Aunque los mortacechadores y los guardas no estaban lo que uno llamaría "contentos" con el inestable Danforth Harrison al mando, las órdenes dejaban muy claras quién estaba a la cabeza de ese pequeño grupo. Las emergencias exigen medidas repentinas que luego pueden dar lugar a muchos sucesos interesantes. Con los mortacechadores adelantados reconociendo el terreno, la partida improvisada dio con el carro abandonado en medio del camino. Sin lugar a dudas, era un cebo bastante obvio: el objetivo que se quiere recuperar en mitad de un camino con bosque a ambos lados en plena noche. Y por si fuera poco, los crujidos de ramas y los "sshhh" que salían de los arbustos borraban cualquier mota de duda. Preparados y en formación, el intento de emboscada de la Cruzada Escarlata seguramente no salió tal y como lo habrían planeado, pero desde luego hubo un enfrentamiento entre ambas fuerzas. La Luz contra los siervos del Vacío, la vida contra la muerte, una orquesta de metal, flechas, dolor y agonía. Y todo ello no era más que el primer movimiento de la composición que sonaría aquella noche. El combate estuvo muy igualado. Una fuerza de cinco exploradores, tres soldados, dos canes adiestrados, un sacerdote y un cruzado de la Cruzada Escarlata llamado Lucien Prescott fue capaz de mantener a raya a la partida que fue a recuperar los libros. Como bien es sabido, la Luz provoca el más atroz de los dolores en las putrefactas carnes y mentes de los levantados Renegados, pero los siervos de la Luz tienen una debilidad: su mente no está preparada para afrontar los más puros horrores que se esconden tras el velo del Vacío. Solo hizo falta una mirada a las sombras de estos terrores para que la voluntad de los vivos flaquease. A sus ojos, la Luz se apagaba mientras las cortinas de la Sombra caían sobre ellos y los ahogaban. Mucha suerte tuvieron los exploradores, pues consiguieron escapar de esa partida de la Guardia de la Muerte, pero no fue tanta la que tuvo el resto: el cazador fue cazado y el cebo fue recuperado. Un paso en falso más para la lista de errores de la Cruzada Escarlata, aunque este dejó inconscientes a dos guardas de la Guardia de la Muerte y bastante heridos a los dos Renegados que se sumaron a la partida. Mientras terminaban de preparar a los prisioneros para llevarlos a Entrañas, Danforth se acercó a revisar el carro. Quería averiguar los secretos que se escondían entre los textos. Libros sobre magia, sobre historia, mapas, tratados de distintas ramas del conocimiento, de la botánica, de la fauna, de mitos y leyendas. Las temáticas eran muy variadas, pero un tomo en concreto fue el que llamó más la atención del Renegado, pues la portada estaba escrita en Thalassiano y sus hojas tenían imágenes de bestias muy poco comunes. "Tratado sobre la fauna exótica", tradujo el Sin'Dorei Adanael para Danforth. Con su ayuda, en un breve lapso de tiempo, el elfo tradujo al hechicero algunas notas acerca de una criatura llamada hidra. Sin lugar a dudas le llamó la atención al Renegado. Esa criatura era majestuosa, poderosa y, como él mismo sentenció, sublime, digna de un estudio en profundidad. Se apresuraron a volver a Entrañas. Una vez allí, seguirían el protocolo establecido: entrega del carro, recompensa a los voluntarios presentes, elaboración de los informes y reportes, interrogatorio a los prisioneros... Era el modus operandi. Pero muchas eran las ideas que galopaban por la inquieta mente en podredumbre del mago de camino a la capital del Nuevo Orden, y aquellos más cercanos a Danforth saben que eso no suele ser bueno para los demás. Casi nunca lo es. Información sobre la sesión
  16. Vuestra asquerosa Luz en Tirisfal no sirve más que para crear las sombras que os devorarán - Danforth, 21 de abril del 31 D.P.O.

  17. Bienvenido. Pásate por Tirisfal, tenemos galletitas y muchos rojos que matar.
  18. El pequeño jefe de ingenieros, Talflink Clickbang, se veía saturado desde la vuelta del ataque al zigurat. Con Eleandris herido de gravedad, toda la dirección recaía sobre él. No podía permitirse cometer ni un solo fallo. Todo debía funcionar tan suavemente como un sistema de reloj gnómico. Había que mantener ocupadas las mentes de los miembros de la Cruzada Escarlata y los voluntarios que se encontraban allí en Cruce de Corin. Organizando los turnos, patrullas y gestión del campamento montado en Cruce de Corin, Talflink consiguió darse a sí mismo el tiempo suficiente como para hacer la última prueba que faltaba del proyecto A.G.U.A. Previamente mandó a sus seis exploradores y ayudantes de confianza —Mace, Easton, Elliot, Konrad, Elfred y Kain— a que ultimasen los preparativos para la última prueba que faltaba. La máquina era segura, funcionaba bien y daba agua limpia, incluso si el origen de esta era de las letrinas. Solo faltaba probar el módulo de caldera para la segunda fase y realizar una cata general de agua con el proyecto a pleno rendimiento. Eleandris se encontraba esa tarde en la plaza de Cruce de Corin junto a Talflink, que trataba de separarse lo menos posible de su lado por si el elfo necesitaba su ayuda. Fue durante la conversación que tenían en el momento cuando el gnomo le invitó a acercarse al taller para realizar esta última prueba del proyecto A.G.U.A. antes de poder escribir en las notas del proyecto la palabra "completado", algo de lo que varios estaban ansiosos ya. Fueron al taller al ritmo que el paso del debilitado Eleandris permitía. Una vez allí, se encontró a los seis exploradores de Talflink trabajando de manera hasta casi organizada. Recibiéndoles con un saludo, rápidamente se pusieron manos a la obra para dar comienzo a la última prueba bajo las directrices del gnomo, mientras que Eleandris tomaba asiento pesadamente. Con los módulos cambiados, los filtros preparados, los compuestos químicos colocados y las juntas apretadas, Mace comenzó vertiendo el agua en la entrada del primer módulo mientras que el resto se encargaba de supervisar el resto del proceso: Easton del paso del primer al segundo módulo, Elliot de la segunda fase al completo, Konrad de la fase tres, Elfred de la fase de purificación y Kain de la salida del agua. Como era de esperar en un prototipo, hubo fallos, y estos pudieron reventar el ingenio completo de no ser por la rápida reacción del gnomo quien, con sus herramientas y su llave de tuerca en mano, se puso a revisar e intentar arreglar el primero de los problemas: una mala junta entre los módulos de filtración y evaporación con caldera. Aprovechando el aumento de temperatura —que dilata el metal—, consiguió aflojar lo suficiente las uniones para que encajasen debidamente y suguiese circulando el agua, dando pie a un éxito en las tres primeras fases. El problema vino con el final. Debido a una mala preparación de los compuestos químicos, el agua que salió al final estaba contaminada por un exceso de pirolusita y, seguramente, de salfumán. Revisando todo el proyecto, Talflink y Elfred se dieron cuenta del problema en el último módulo: los compuestos estaban contaminado el agua. La purificación se hacía empleando el cloro gaseoso desprendido de la reacción, y no provocando la reacción dentro del agua. Por suerte, y con unos buenos pulmones que permitiesen aguantar la respiración lo suficiente, se arregló este fallo. Teóricamente la máquina ya estaba lista para otra prueba. Esta vez no debería ocurrir nada fuera de los cálculos previstos. Pero surgía una duda en la mente del gnomo a raíz de una pregunta de Eleandris: ¿se podría purificar ese agua contaminada químicamente? Arriesgándose, y sin mucha confianza, dio pie a la potabilización del agua obtenida anteriormente. Se escuchaba como circulaba, caía, hervía, etc. Todos tenían los dedos cruzados deseando con todas sus fuerzas que funcionase. Y cuando empezó a caer el primer hilo de agua se dieron cuenta de que así era. El proyecto A.G.U.A. funcionaba. Tremendamente contentos procedieron a hacer una cata de agua mayor, con la máquina a pleno rendimiento. Diez litros de agua sucia fueron purificados y repartidos entre los miembros del campamento de Cruce de Corin. Estos, con asombro, probaron el agua. Sí, era cierto, no sabía exactamente igual que estaban acostumbrados a tomar —debido a que el cloro da un poco de sabor—, pero estaba buena. Con una potabilizadora de agua en el campamento se solucionaban muchos de los problemas que Eleandris tenía previstos. Era hora de dar parte a los altos cargos de la Cruzada Escarlata. Este invento, además de estar en Cruce de Corin, debía de difundirse en nombre de la Cruzada Escarlata entre todos aquellos que lo necesitasen. Se podrían salvar y mejorar así una gran cantidad de vidas, sin importar razas. Talflink no distinguía entre razas, y tampoco quería que sus inventos lo hiciesen. Información sobre la sesión
  19. Estoy y no estoy a favor. La propuesta de tener una manera adicional de protección frente a la magia, si se trabaja adecuadamente, puede ser interesante, pero no estoy de acuerdo a la forma en la que la has expuesto @Thorch. Veo la implementación de algún objeto que pueda aportar una defensa mágica o una absorción mágica, pero que fuese de uso único o extremadamente limitado. A fin de cuentas, estás aplicando una bonificación bastante grande y debes dar algo a cambio. Por ejemplo, un colgante consagrado que otorga al portador un +1 de absorción mágica contra el Vacío, pero que luego deja vulnerable a este usuario durante un tiempo a la misma magia, haciendo que reciba +1 de daño en caso de crítico o algún similar. En resumen: sí a una implementación de ítems de uso extremadamente limitado como defensa contra una escuela en concreto —bien como absorción, bien como defensa mágica— y que aplique una desventaja una vez usada (como ocurre con varios elixires y pociones de alquima) para evitar el abuso. no a la propuesta tal y como está formulada. Me parece demasiado "tocho" cómo está planteada esa tabla de bonus de defensa mágica y estorbo. De todas formas, ya existen formas alternativas de defensa contra la magia. Creo que aquí la gente se está olvidando de esta gran ignorada receta de inscripción:
  20. En las muertas Tierras de la Peste del Oeste escuchar cómo media docena de hombres salen corriendo de un taller del que salen arcos voltaicos no suele ser lo común, ni suele ser la mejor forma de empezar una tarde. Corría el rumor en Cruce de Corin de que el pequeño gnomo, Talflink Clickbang, había sido capaz de montar un prototipo funcional de Proyecto A.G.U.A., la purificadora que desde hace meses llevaba intentando desarrollar, pero los miembros de la Cruzada Escarlata se mostraban algo escépticos ante el invento. Pocos confiaban en el ingenio del gnomo, a excepción del grupo que siempre le seguía, que fue el que le echó una mano al jefe de ingenieros para montar el prototipo. Los sonidos metálicos y el chisporroteo de la electricidad llamaron la atención del explorador de primera clase Eleandris Verthanas, uno de los pocos que sí confiaba en el gnomo —o eso aparentaba—. Preocupado, lo primero que hizo tras acercarse al pequeño ingeniero fue dudar de la seguridad del prototipo. Parece ser que uno de sus hombres no había seguido algunas instrucciones y por eso se desató aquel arco voltaico que, según afirmaban los otros cinco hombres, podía haberlos freído a todos por igual. Cuando las descargas cesaron por el agotamiento de la batería, el gnomo invitó al resto a entrar. Era hora de demostrar que su invento sí funcionaba —aunque todo apuntaba a que no iba a ser capaz ni de encenderse—. Coordinando a sus hombres, Talflink les ordenó que fuesen moviéndose hacia unos puestos que denominaba "módulos", tal vez por la apariencia modular del prototipo, el cual medía un metro de altura y ocupaba gran parte del taller. Empezaron a colocar cosas. Uno de ellos insertó en lo que parecía el primer módulo una bandeja extraña y gruesa, la cual colocó a media altura. Otro empezó a abrir algunas válvulas que chirriaban, mientras que el resto montaba unas manivelas y calibraba el resto de las partes que formaban el prototipo. Al final, con todo aparentemente montado, Talflink invitó a Eleandris a que girara una manivela, que no era más que una dinamo que cargaba el sistema. El principio parecía que funcionaba. La primera de las cuatro fases, la de filtración, fue un éxito, pero la cosa se complicó en la segunda fase, la de evaporación. El agua no llegaba bien, la manivela estaba demasiado dura y el peligro que acarreaba un fallo en esa parte podría haber reventado el prototipo entero. Talflink, en un intento de salvar su "pequeño" invento, se lanzó dentro de uno de los módulos. Solo se escucharon sonidos metálicos, tornillos y tuercas apretándose y aflojándose y algunas quejas del gnomo, posiblemente por algún calambrazo que sufrió. Pero el ingeniero demostró una habilidad impresionante. Un problema que de seguro era complicado fue capaz de solucionarlo en apenas cinco minutos. Una vez fuera del módulo, Eleandris notó que la manivela estaba mucho más suave, y se escuchaba perfectamente cómo circulaba el agua por las tuberías improvisadas del prototipo. Una voz confirmó lo que Talflink deseaba: la fase dos había sido completada, y a esta la siguió la tercera con otro éxito. El problema vino con la más complicada de todas: la fase de desintoxicación del agua. El empleo de cloro podía ser peligroso, es un gas que puede provocar serios daños si es respirado en grandes concentraciones, y todo el taller comenzó a oler a cloro de manera fuerte. El gnomo, asustado, empezó a hablar con uno de sus hombres. Al final, abriendo unas válvulas de emergencia y un sistema de ventilación que había instalado por si acaso, el agua comenzó a fluir otra vez. Al final, un problema tras otro, y una solución tras otra, unas gotas comenzaron a caer del tramo final del prototipo, el cual se asemejaba a un grifo. La cara de Talflink se fue iluminando hasta estallar en júbilo acompañado de saltos de alegría cuando el chorro de agua comenzó a fluir y a llenar un cubo. Los seis hombres que acompañaban al gnomo se felicitaban, se abrazaban y mostraban sus caras de alegría. Uno de ellos fue a darle la enhorabuena a Talflink, pero no lo tocó —y menos mal, estaba cargado de electricidad estática y aún se seguía descargando—. El prototipo probó que funcionaba, pero ¿lo hizo correctamente? El gnomo intentó calmarse y dio paso a una cata de agua. El cubo, acompañado de un pequeño cazo, fue circulando entre los seis hombres y el gnomo, quienes probaron el agua. Tenía un sabor distinto al agua normal debido a la cloración y desintoxicación del agua, y estaba caliente como una sopa, pero estaba buena y, lo más importante de todo, estaba limpia. Evitando saber el origen del agua que habían empleado —la última vez fue agua de letrinas. A saber qué agua había empleado el pequeño gnomo en esta prueba—, Eleandris probó el agua y, tras sorprenderse ligeramente, dirigió una cara de alegría y de felicitación al gnomo. El primer prototipo ha funcionado. Ya queda menos para que el Proyecto A.G.U.A. esté listo. Solo queda probar el módulo de caldera y hacer una cata de agua que implique a más gente para probar si tiene efectos secundarios. Información sobre la sesión
  21. Voto por la propuesta de @Curly. Pluma y Espada me parece un gran nombre.
  22. Un poquito de salfumán, una pizca de pirolusita, algo de calor, una capa gruesa y agua de las letrinas. ¿Qué podría salir mal de esa combinación? Tras días de estudio y experimentación, el proyecto A.G.U.A. ya estaba diseñado. La teoría debía funcionar, todos los cálculos eran correctos. Ahora solo faltaba hacer las últimas pruebas para disfrutar de agua potable. El pequeño gnomo estaba trabajando en el taller que dirigía en Cruce de Corin ultimando los diseños de las piezas de la máquina cuando Eleandris llegó para comprobar los avances del jefe de ingenieros. No entendía nada de lo escrito en los papeles que se hallaban sobre la pequeña mesa de Talflink, así que optó por preguntar directamente. En un intento de explicar lo que estaba haciendo, Talflink sonrió con una brillante idea en mente: hacer la primera prueba en miniatura. No hacía falta esperar más. Mejor que fallase en ese momento a que reventase un prototipo por un aumento de presión de la caldera. O peor aún, un soldado electrocutado por la versión basada en el uso de electricidad. Con ayuda de Eleandris el gnomo encendió una fogata. Un cacito con agua sucia, una olla limpia, una plancha gruesa rara con carbón, arena y algodón, dos cuencos grandes, un vial de un líquido transparente y otro con un polvo metálico. Eso, el tiempo y la capa de Eleandris hicieron que el pobre Conrad, recién nombrado conejillo de indias, pudiese disfrutar de un delicioso y casi insípido trago de agua limpia de letrina sin efectos secundarios —más allá del ligero sabor extraño del agua—. El gnomo comenzó por filtrar el agua del cacito vertiéndola en la olla al fuego, dejando el líquido sorprendentemente limpio. Tras esperar a que hirviese el agua, la retiró del fuego y comenzó con la "magia": unas gotas de salfumán por aquí, un pellizco de pirolusita por allá, el agua hervida por acá y la capa de Eleandris para envolver el cuenco durante casi media hora que duró la espera. Mientras el gnomo mezclaba los componentes, un olor picantón salía del cuenco: el cloro. Por culpa de ese olor, las fosas nasales de Talflink se irritaron y casi derrama todo el vial en el suelo. Pero eso es irrelevante. Habiendo esperado lo suficiente, usando la propia capa como filtro, Eleandris vertió el agua sobre otro cuenco. Sorprendentemente —al menos así lo era a ojos de Conrad y del Quel'Dorei— el agua era cristalina. Contento como nunca, Talflink cogió el cuenco con el agua limpia y se lo pasó a Conrad, quien cató el líquido. No sentía nada raro, solo un ligero sabor en el agua que, según el gnomo, era causado por el cloro. La primera de las cuatro pruebas definitivas había concluido en un glorioso sobresaliente. Ya solo faltan tres pasos más para culminar el proyecto A.G.U.A. Información sobre la sesión
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