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Showing content with the highest reputation on 13/05/18 en todas las áreas

  1. 3 points
    Friederick escalaba los escarpados salientes con cierta dificultad. Sus huesudas manos envueltas en guanteletes de cuero se agarraban a las rocas sin la firmeza de sus compañeros Mortacechadores. Aunque sus hermanos le restaban importancia, él sabía que algo debía de haber fallado en su alzamiento, pues el entumecimiento inicial que con las semanas desapareces, a él le duraba ya meses. Poco recordaba de su vida previa en el Bosque de Argénteos. Recordaba los graves aullidos que surgieron del gran Castillo, en la época donde las hordas no-muertas del príncipe Traidor lo arrasaban todo. Recordaba el como huyó de su familia, primero huyendo de los alzados, para luego huir de otras cosas mucho peores. Cuando los renegados le encontraron en su avance hacia el sur, era poco más que un animal, viviendo, medio enloquecido, en una cueva en las montañas, embadurnado en su propia mugre. Sentía la sensación, en el fondo de su espíritu, que no fueron los huarguen los que acabaron con su mujer e hijo, y que los huesos en su cueva no eran todos de animales. Pero prefería no pensar demasiado en eso. Los renegados le dieron otra oportunidad. Le devolvieron su mente, le devolvieron su cuerpo, y le dieron un nuevo objetivo. Sus divagaciones se vieron interrumpidas cuando al fin llegó a la cima y su superior, la Sargento Magret le ahincó a aproximarse a sus compañeros. Sus órdenes eran claras, tanto ellos como otra docena de grupos de Mortacechadores debían de inspeccionar las costas al Oeste de las Laderas de Trabalomas, por pequeña que fuese la cala, y el difícil acceso que tuviese, para prepararse para posibles desembarcos Imperiales que intentasen atrapar por la retaguardia el grueso renegado. Y parecía que a su grupo le había tocado la zona más escarpada de todas. Cuando se agazapó junto a su sargento y sus otros dos compañeros, no se esperaba lo que veía. A unas dos docenas de metros más abajo, había una cala, pequeña, pero lo suficiente grande para que varias barcas desembarcasen en ella. Aun así, las afiladas rocas que se extendían hacia el mar volvían casi imposible que los navíos humanos se acercasen lo suficiente, salvo que el mar estuviese en calma suficiente para poder ver las afiladas rocas que se ocultaban bajo la superficie. ¿Entonces, porqué había dos grandes navíos en la arena? No eran nada como lo que Friederick hubiese visto nunca, aunque para ser honestos, había muchas cosas que Friederick no había visto en su vida. Pero su sargento si tenía más experiencia, y ella parecía igualmente asombrada. Empezaron a contar las figuras que parecían estar desembarcando equipo de los dos grandes navíos. Pese a la distancia, se veían sorprendentemente grandes. ¿Tal vez los ojos de Friederick estaban fallándole también? Contaba diez, veinte, cuarenta... no contó más, porque un silbido después, su sargento salió volando con una flecha, más parecida al proyectil de una balista, clavada en su pecho, perdiéndose en las afiladas rocas a sus espaldas. Los tres mortacechadores llevaron las manos a sus armas, dispuestos a huir e informar, pero un agudo chillido que descendía sobre sus cabezas les dejó claro que esa no iba a ser una posibilidad. Friederick pensó que, tal vez habría sido mejor que los renegados le hubiesen dejado en su cueva. //El 20 de Junio habrá más información.
  2. 2 points
    ¿Qué ha cambiado en ti? Los campos de las Tierras Altas de Arathi permanecían bañadas por el rocío del alba, el frío húmedo calaba en los huesos como la mordida de un gato. El sol aún no calentaba la tierra y pocos eran los que transitaban las calzadas, de no ser por algún pastor y dos figuras encapuchadas vistiendo colores pardos. Las dos figuras dejaron la ciudad orgullosa de Stromgarde atrás, transitando los campos de hierba alta hasta llegar a unas pequeñas colinas, allí quedaron durante media hora, en silencio, con la vista en el oscuro oeste y el sol dándoles en las nucas. Elegost había llevado de buen o mal grado a Audrey hasta ese lugar, habían dejado las no tan confortables camas de la casa comunal de la capital, para pasar frío en alguna prueba o enseñanza que el Montaraz quería enseñarle a la chica. -NIÑA! ¡Deja de mirar la nada con cara de embobada y baja de la colina! La pobre muchacha bajó deslizándose y llegando torpemente al suelo llano. Mientras, Elegost seguía soltando su discurso sobre dónde tenía Audrey los pensamientos. La joven, que no disfrutaba del paseo matinal, preguntó que qué hacían ahí, con el frío que hacia y sin hacer nada más que permanecer en silencio. El Montaraz era así, si una mañana se le ocurría algo, lo hacía, aunque no tuviera sentido, el sentido se lo encontraba a medida que pasara la mañana. Este fue el caso. Le respondió que estaban ahí para que ella "Aprendiera a comprender" y con eso ya pensaba tenerlo todo hecho. La conversación terminó divagando en métodos para entrar en calor: Audrey decía de correr, Elegost le replicó que eso levantaría polvo y los Trols vendrían... Y eso a la chica le asustó, pues no había recordado a los trols. Al final, el hombre la mandó a hacer abdominales (Que era idea de ella para calentarse) y una vez terminado, Elegost le dio una larga enseñanza de historia tradicional humana. Audrey no entendía por qué los Trols odiaban tanto a los hombres y les profesaban tantas calamidades si tenían ocasión. Elegost le explicó el origen de la humanidad en Arathi, un resumen de las guerras trols y la ayuda de los magos. Lo que más le sorprendió a Audrey, fue el que los magos habían sido la clave de la victoria, pues para ella, los magos eran en su mayoría: malvados. Entre medias de la historia, se comentaban el no juzgar a todo un colectivo por las acciones individuales, el que no hacía falta tener un poder exótico para ser un peligro y que los más insignificantes podían ser igual de peligrosos que un aventajado brujo. Acabo el temario de historia, comenzó otro más intenso que simplemente escuchar a Elegost hablar. Audrey le había dejado la nariz tocada a Jared el otro día, al parecer en una prueba de auto-defensa,. Elegost iría a más y le pediría que le intentara pinchar con un cuchillo. Era algo que siempre hacía con pupilos, reclutas o gente que le pedía entrenamiento. El sentido de la prueba podía variar, en Audrey era ver si sería capaz de hacerlo sin mayor duda, o si por el contrario se negaría en rotundo a herir a otra persona sin motivo. Pero Elegost le daría motivos. Elegost sabía bien, que la gente era incapaz de cambiar, que no podían dejar de ser lo que habían sido en el pasado, que negar el YO anterior era un peligro para quienes seguían el camino de la Luz. Elegost quería enseñarle a Audrey a que aceptara su Yo pasado, que se dejara llevar por los sentimientos fuertes y así, una vez llegado al límite, pudiera entenderse mejor para controlar esos sentimientos, darles forma y llegar a la conexión con la Luz. La prueba del cuchillo potenciaba la situación extrema y daba a los sentimientos a flor de piel. Audrey no parecía muy acorde a apuñalar a Elegost, pero éste incentivaba que dejara salir su rabia en este momento, aprovechando su posible única posibilidad de desfogarse. La joven acabó por aceptar que sí que tenia mucha rabia contenida, que situaciones vividas en Elwynn le habían dejado con ira y molestia. Elegost siguió picando, increpándola de que la habían usado en el pasado, que no era más que un trapo viejo que limpiaba manchas de la gente y luego era olvidada. Que había sido una rata callejera, una mentirosa, una cruel persona, que siempre sería eso y no había cambiado La chica empezó a molestarse, a dudar y alzar la voz. Ella no era la Audrey del pasado, era alguien nuevo.... ¿Pero lo tenía claro? Elegost siguió bombardeando por ahí, recalcando y reafirmando que no había cambiado y era la misma persona. Ella acabó explotando, pero no usó el cuchillo, sino que usó las propias manos para golpearle, cegada por la ira de una comparación odiosa con otra persona igual o peor que ella. El golpe no llegó a nada y Elegost la pudo parar, la soltó y le sugirió usar le cuchillo. Durante minutos estuvieron lanzándose golpes que no llegaron a nada. Ella le gritaba, Elegost seguía dándole vueltas al qué le impedía a Audrey atacarle y enterar el cuchillo en su carne. Ella rabiaba, gritaba, Elegost le mareaba y no comprendía a dónde quería llegar. Sin más, Elegost intentó golpearla... y siguieron los intentos de golpearse mutuamente. Al final, Audrey acabó cansada y lagrimando, golpeando los brazos de Elegost en su intento de defenderse de la chica. - ¡Y eso que mierda?! ¿D qué me sirve? Mi vida siempre fue una mierda porque siempre creí que podia resolver todo a la mala! -Gritaba Audrey, poco antes de dejar de golpearle.-¡De qué me sirve ahora! - Tu vida era una mierda porque tomaste malas acciones... Ahora puedes cambiar, pero no olvidar lo que hiciste. ¿Quieres una dura verdad? Nadie puede cambiar, siguen siendo lo que son.. Siempre habrá alguien que lo recuerden, así que, siguen siendo lo que han sido... Pero puedes elegir qué hacer a continuación. Tú querías empezar de cero, como si nada hubiera pasado y eso es imposible. Elegost se frotó los brazos amasados por los golpes de Audrey, mientras esta se apartaba, cabizbajada y frotándose los ojos. La bola de rabia ciega que era había acabado, seguía enfadada con él, pero en su enfado, parecía entender y comprender las palabras de Elegost. - Puedes hacer dos cosas: Seguir como hasta ahora, siguiendo la ruta de Jared... o puedes afrontar el pasado, aceptar los sentimientos y que esto te ayude a futuro. - Pues si...-Respondió Audrey sonriendo con sorna -...Siempre voy a ser esa rata ¡Y eso esta bien! -Le reafirmó a Elegost, mientras se limpiaba las lágrimas rebeldes con el antebrazo. - Lo que hemos sido, nos marca y nos guía: Jared era una granjero y su sueño es acabar con la maldad en el mundo -El pobre Jared debería dolerle estas palabras, aunque Elegost no las decía con malicia, pues la gente tenía metas y orígenes diferentes -Jared es simple, así que su meta es simple... Pero hay gente compleja, con problemas, los cuales no es tan simple su meta Elegost se tornó en seriedad, su rostro pétreo acompañaba sus palabras, pero se acercó a Audrey, puso la diestra sobre su hombro y le dijo -Pero pase lo que pase, no te voy a abandonar, niña. Siempre estaré ahí. Audrey dejó de verse molesta en el momento en el que Elegost colocó la mano en en su hombro. El sentimiento que ella tuviera sería cosa suya y pronto cambió, cuando el Capellán se alejó de ella. De pronto su vista enojada, confundida y sobretodo, cansada, desaparece y no sabe bien que ha pasado. No sabía si sonrerir o hacer una mueca mientras el capellan se alejaba. Ella quería responderlo ante tanto de lo dicho por él, pero mejor no dice nada. Se limita a seguir al capellan. Nisiquiera recogió sus cuchillos tirados en la tierra. - Vamos a comer algo. -Acabó por decir Elegost, a medida que se alejaba del lugar. - Que no sean habas... -Negó con la cabeza, trotando detrás de él - Lo que encontremos ¿Te gustan los gusanos? -Le esperaban una bonita y agradable mañana por delante. Audrey empezó a preguntarse si valía la pena ser paladín. Mastreado por: @Stannis the Mannis Participantes: @Blues como Lee -Audrey- @Stannis the Mannis como Elegost Faler Habilidades usadas: @Blues Lee: Defensar - Atletismo - Arte Marcial - Religión (Iglesia de la Luz) - Tradición/Historia @Stannis the Mannis Elegost: Defensa - Arte Ofensivo - Religión (Iglesia de la Luz) - Tradición/Historia
  3. 2 points
    ¡La Luz que todo lo cura, porque es limpia y pura!
  4. 2 points
  5. 2 points
  6. 2 points
    Los preparativos estaban listos, la ruta había sido marcada, los suministros reunidos, el barco contratado y las misivas enviadas, así pues el grupo de exploración se reunió a la hora que se les indicó, muy temprano en la mañana, y a pesar de que el Sol ni siquiera llevase brillando sobre el firmemente un par de horas, la actividad en el puerto era bullente. Barcos que llegaban y empezaban a descargar, barcos que se cargan en preparación para los viajes, incluso un barco mercante orco pudieron divisar entre la belleza de los muelles elficos. Mientras Lil'thidel respondía preguntas sobre la ruta que debían de seguir y temas del mismo cariz, Yáriel, que se había negado a aceptar las condiciones que el Relicario imponía a los voluntarios había conseguido averiguar cual era el barco que se iba a usar para llevarles hasta la capital orca, Orgrimmar, y usando los últimos resquicios de la noche, su astucia y sigilo, consiguió colarse en el barco y esconderse en la bodega como polizón. El grupo accedió al barco tras hacer las pertinentes presentaciones con el capitán, un miembro de la tripulación les hizo una pequeña guia por el barco, mostrando les donde dormirían, donde podrían encontrar al capitán en caso de ser necesario y donde estaba la bodega, y tras escuchar como el grupo había embarcado, Yáriel aprovecho la oportunidad y se unió a ellos, fingiendo formar parte de manera oficial de la expedición aludiendo un posible traspapelo. El tiempo en alta mar parece transcurrir mas lentamente, y lejos del influjo del hechizo que mantiene la primavera Eterna en el Alto Reino, hasta las suaves temperaturas marinas se convierten en una molestia, el hastió hacia presa y mella en todos, agua, agua y más agua, era lo unico que veían, y cada cual encontraba diversión en lo que mejor le parecía, desde contar historias hasta jugar a las cartas, cualquier cosa resulta más interesante que mirar el mismo mar durante días seguidos. Finalmente divisaron algo que llamó la atención, un barco Orco, hondeando bandera blanca y haciendo señales de S.O.S, el barco se encontraba dañado y en su interior solo se veían tres Orcos heridos, con intención de ayudar se acercaron al mismo. Los Orcos no parecían contentos de encontrar quien pudiera ayudarles, su actitud dejaba claro que algo iba mal, y para cuando el navío elfico detectó el peligro ya era demasiado tarde, del barco orco surgieron los piratas que lo habían tomado, formados en su mayoría por humanos, algunos gnomos e incluso algún goblin, saltaron al navío elfico tratando de impedir que separasen los cabos, la batalla fue cruenta, todos tuvieron que combatir con fiereza para repeler el ataque de los piratas, y su mayor experiencia en combate comenzó a resultar decisiva. Yáriel consiguió colarse sin ser vista en el barco orco con intención de liberar a los orcos presos, sin embargo cuando llegó a ellos, estos se habían liberado del goblin que los vigilaba y se habían unido a la revuelta en el barco elfico. Con los orcos combatiendo del lado elfico, las tornas volvieron a cambiar, consiguieron repeler y atrincherar a los piratas supervivientes, y fue el capitán orco quien ejecutó al Capitan de los piratas a pesar de haber depuesto las armas. El grupo consiguió sobrevivir, pero no sin pagar el precio del combate con las vidas de dos de los marineros. Hubo quien increpó a los Orcos y les culpó de la muertes de los tripulantes elficos, y puede que tuvieran razón, sin embargo los orcos ofrecieron su agradecimiento y su ayuda, prometiendo que ahora tendrían amigos en Orgrimmar en caso de necesidad, y con esta promesa, ambos capitan se reunieron y hablaron durante horas antes de, finalmente, retomar el rumbo hacia la capital orca. Habilidades Usadas: Thindi'rel (Master, @Thala): Arco corto, espada pesada, reflejos, defensa Lil'thidel ( @Psique ) : Evocación básica, Ilusión básica, espada ligera, reflejos, defensa, visión lejana Yáriel ( @Curly ) : Sigilo, escalar, atletismo Vindirel ( @Barbas ) : Desarmar, defensa, reflejos, arco, ilusión básica
  7. 1 point
    Atributos8 Físico6 Destreza6 Inteligencia6 PercepciónValores de combate32 Puntos de vida18 Mana8 Iniciativa10 Ataque CC (Espada pesada (1M))8 Defensa Físico1 Atletismo2 Espada pesada (1M)Destreza1 Escalar2 Defensa1 NadarInteligencia1 Fauna1 Leyes1 Supervivencia/Cazar1 Tradición/Historia2 Detectar magia2 Abjuacion básicaPercepción2 Advertir/Notar1 Buscar1 Etiqueta2 Reflejos1 Rumores
  8. 1 point
    Venga, otros cuantos más. Como siempre, sin acritud.
  9. 1 point
  10. 1 point
    Una coña que estuvo rondando por la comunidad hace un tiempo.
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    Finalmente, la travesía condujo a Orgrimmar, al calor sofocante del desierto de Durotar, a las moles de hierro, piedra y madera que los orcos llaman edificios, sin embargo, era relajante tener al final tierra firme bajo sus pies. Se comenzó a descargar todas las provisiones necesarias para el viaje hacia Aszhara, y el capitán de los Orcos rescatados ofreció al grupo un viejo Kodo de carga, fuerte y manso, como agradecimiento por la ayuda recibida, el podría tirar del carro sin problemas e incluso llevar a los que quisieran subirse en el, sin embargo solo Thindi'rel parecía animado con la idea de subirse a la bestia. Atravesaron la ciudad bajo la atenta mirada de los ciudadanos orcos hasta que se internaron en el Bastión Grito de Guerra en Vallefresno, y si la capital parecía un entorno hostil para los elfos, aquel bastión parecería un campo de batalla, no eran bienvenidos en ese lugar, en el territorio del Clan Grito de Guerra, una zona en guerra constante con los Elfos de la noche. El grupo trató de no llamar la atención ni de hacer nada que pudiera provocar la ira de los orcos, e hicieron bien, patrullas de orcos montadas en enormes lobos vigilaban los caminos, y hasta consiguieron divisar un batallón que marchaba hacia el frente de batalla al ritmo brutal de sus tambores, casi fue de agradecer cuando el bosque comenzó dar lugar a Aszhara... Una vez allí, comenzaron a divisar la ciudad en ruinas a los lejos, así como varias casas mas cercanas, Thindi'rel insistió en querer inspeccionar la mas cercana, sin embargo Azálea se negó, podía resultar peligroso, mas ante la insistencia del elfo, la caballero de sangre envió a Seina y Yáriel a inspeccionar y asegurarse de que no había peligros en la zona. Tras la vuelta de las elfas y confirmar que la casa, parecía segura, Thindi'rel y Lil'thidel se encaminaron hacia ella, seguidos de cerca por Seina, la cual se les unió en la casa. El elfo se encaramó por las escaleras derruidas para inspeccionar el segundo piso, mientras que las elfas investigaron las habitaciones de la planta baja, encontrando una pequeña cajita que contenía un colgante, en el que aun había un rastro arcano, acompañado por una nota. Thindi por su parte, bajó con un Baul lleno de ropa que aun estaba en un estado.. digamos asumible como para al menos comprobar que tipo de vestimenta usaban sus antepasados. Sin pararse a comprobar e inspeccionar con detalle sus descubrimiento, partieron de nuevo a reunirse con Azálea y Yáriel. Continuaron avanzando hacia internarse en las ruinas y encontrar un buen lugar en el que montar el campamento, y cuando la noche ya casi estaba cayendo encontraron dos edificios que parecían poder cubrir las necesidades del grupo, así pues Yáriel y Seina inspeccionaron uno, mientras que Azálea y Thindi'rel aseguraban el restante. Thindi y Azálea encontraron un edificio enorme, parecía un lugar de reunión mas que una casa, perfecto para guarnecer tanto al grupo, como al Kodo y todo el equipamiento y comida, sin embargo, en la sala idonea para tal propósito, un felino parecido a los linces de Quel'thalas había hecho ahí su nido y cuidaba de dos crías, Thindi insistió en eliminar al animal, sin embargo Azálea no estaba dispuesta a tomar riesgos inecesarios, conocedora de lo peligroso que puede resultar un animal acorralado defendiendo a su camada, así pues volvieron junto a Lil'thidel para informarla. Por su parte, Seina y Yáriel encontraron una casa en buen estado, pero demasiado pequeña para acoger a Cresilda (Nombre que Thindi había dado al Kodo) y la mercancía, investigaron la casa, ahuyentando a un par de lechuzas en el proceso, en el comedor parecían poder caber todos, además, Yáriel encontró en un tocador una pequeña caja de metal, y Seina descubrió un rastro de energía arcana en el dormitorio, sin embargo la noche caía y no había tiempo de investigar, había que decidir donde montar el campamento y hacerlo, así que volvieron junto al resto. Una vez reunidos, y tras una discusión sobre cual era el mejor lugar y que debían hacer con el felino, decidieron que no lo matarían, sino que lo ahuyentarían, Yáriel se mostró en desacuerdo, pero el plan estaba decidido, así pues Thindi'rel escondió a Cresilda y el carro mientras Lil'thidel y Azálea se dirigían hacia una de las ventanas trasera con intención de usar su ilusionismo para asustar al animal. A pesar de un pequeño percance en el primer intento del encantamiento, Lil'thidel consiguió finalmente realizarlo, y el felino huyó llevándose a sus crías consigo, ya habían conseguido despejar el edificio, solo quedó meter todo dentro y montar el campamento de una vez por todas Lista de miembros y Habilidades usadas. Thindi'rel (Master, @Thala) :Escalar, buscar, Advertir/notar, tradición/historia Azálea ( @Galas ) Tradición/Historia, Fauna, Advertir/notar, Atletismo Lil'thidel ( @Psique ) : Atletismo,Tradición/Historia,Detectar energía, advertir/notar/Ilusión básica/ encantamiento básico, Buscar Yáriel ( @Curly )Advertir/notar, Buscar, Atletismo, Tradición/historia Seina ( @Blues ) : Advertir/notar, Crear Luz, Buscar, Atletismo, tradición/historia
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