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Stannis the Mannis

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  1. Census Militaris Regnum Stromgarde Stromgarde Kuningrīhhi Nombre: Elegost Friederich Faler von Falver Lugar de nacimiento: Andorhal-Reino de Lordaeron Fecha de nacimiento: 16 - 3 - 6 a.p.o (antes de la apertura del Portal Oscuro) Fecha de alistamiento: 3-11-34 Lugar de acuartelamiento: Stromgarde capital Rango: Cabo Cuerpo: Exploradores Legión asignada: XIII División asignada: IX Anotaciones oficiales: Ascendido en persona por el Capitán Leontus Konstantin por sus esfuerzos en la campaña de Rosgith y por recomendación del Justicar de la Mano de Plata Jared Miller
  2. Dos sementales y una sacerdotisa -- -- Que a un noble purasangre de Lordaeron le tocara estar ahí en los establos, acinado, junto a otros de menor bajo linaje, era en parte despreciable como agotador. No bastaba eso, si no que tenía que aguantar las insolencias de en éste caso: soldados de la legión. Uno en especial era tan arrogante e insolente, creyéndose vencedor y ganador. Pero le enseñó una buena. Hombre que sí. Le había tocado aguantarle y encima quería usarlo para creerse más, pero en eso que cuando lo lanzó contra la tierra y le enseñó su sitio ... ahí fue cuando el soldado aprendió a apreciar al noble equino de Lordaeron. Porque Everard no había podido cabalgarle tanto como quisiera, o al menos no quedarse en la silla y acabar el circuito que Elegost había predicho. En todo caso fue Annalena la que lo acabaría y se llevaría las sorpresas de los soldados. Pero para Everard no acabó ahí la cosa, pues para decidir quién se llevaría el segundo lugar de la competición-entrenamiento de hoy, se batería en un duelo amistoso cuerpo a cuerpo con Elegost. Everard estaba seguro, creía que el viejo montaraz no era rival para él, que la juventud puede contra la experiencia, que su cabeza era la más dura, pero... de nuevo, para el soldado del sur todo fue acabar en el suelo. Lordaeron había vencido a Ventormenta por dos ocasiones. Aún así, los tres, tanto Annalena que los observaba fuera de la liza con la mayor curiosidad, acabaron alegres y contentos cenando tranquilamente. Y así habían pasado la tarde, cabalgando y abrazos con los pechos desnudos y ... Mh ¿Qué cosas habría estado escribiendo Annalena mientras les miraba tan atentamente? Era algo que ninguno de los dos se había parado a pensar. -- Entrenado por Everard y Elegost: Aptitud: Golpe Temerario Elegost: Equitación - Defensa - Atletismo - Reflejos - Fauna (Mamíferos) - Desarmado (Equilibrado) Entrenado: Aptitud diestra: Escurridizo Everard: Atletismo, Desarmado, Equitación, Fauna (Mamíferos), Reflejos, Sanación-Hierbas Entrenado: Desarmado (Equilibrado) Annalena: Equitación - Fauna (Mamíferos) - Reflejos @SwordsMaster @yune134
  3. Solo yo puedo decidir el futuro de mi vida --- Otra misión más. Otro día más. "Tú estás vivo, es lo único que importa" Le dije al pobre desgraciado de Midir. Luz, pobre hombre, cuánto ha sufrido, y sé que le dolía mucho más esos fallos con su magia que toda la larga marcha hasta Rosgith. Esa impotencia, esa desesperación, ese hombre no la ha vivido lo suficiente, pero yo sí. Vivir la derrota, una y otra, incluso las victorias han terminado siendo derrotas. Cuando llegué a Rosgith lo veía en muchas caras, la misma expresión que tenía Midir, no era dolor por el combate; era la impotencia del fracaso. Yo ya no sé qué sentir. Otra vez me enfrento a la muerte y vuelvo sin más. ¿Providencia, la Luz protegiéndome, las artes arcanas de la compañera de Midir? Antes solía creer que era la Luz, pero ahora creo que es una maldición. Mi maldición es tener que volver y ver todas esas caras, ver a compañeros como Everard retorciéndose de intenso dolor en una cama, saber que has fallado expectativas, no lograr lo mínimo que te han pedido. A veces envidio a Santiago. Jared me enseñó a resguardarme en los recuerdos positivos, vivencias a las que recurrir y que la Luz nos rindiera con su calidez por la bondad de esos actos. Cada día me cuesta más recordar esos momentos . . . A veces creo que no son reales ¿Realmente conocí a una elfa bardo, de cabellos plateados que me cantaba? ¿Bailé con aquella noble elfa de azulada melena a juego con su vestido vaporoso, que grácilmente se movía bajo la lluvia sin importarle? ¿Realmente tuve una hija a la que hubiera colmado de tesoros?. Desearía volver a zambullirme en aquel río de Trabalomas junto a aquella muchacha risueña, pero ya no puedo recordar nisiquiera su rostro. Lo único que puedo recordar es el fracaso y las batallas. Si cierro los ojos por unos segundos creo estar delante de todos esos horrores. Abro los ojos y no hay nada. Cuando me alejo del campo de batalla, desearía volver a él, y cuando estoy aquí, desearía volver junto a aquellas personas. Pero ya no están, y yo no las puedo recordar. Aquel no muerto tenía razón. Mi luz se apagará, la luz que me guía para no caer en el principio de la locura. En el momento que caiga, todo será oscuridad. Y ahora sólo puedo esperar a la siguiente misión. Al siguiente día. Y volver vivo, otra vez. Porque la guerra... La guerra no cambia nunca.
  4. -- -- Elegost había estado cerca de media hora, sino más, sentado en el tronco semipulido donde solía juntarse con Tristán o permanecía solo como era este el caso. La sorpresa de recibir una carta había pasado. Pero por unos momentos fue una sensación agradable, pues desde que había llegado a esos lares de nuevo, las sensaciones eran de todo menos placenteras. Pesadillas terribles de acontecimientos reales y ficticios devoraban su mente cada vez que intentaba descansar, era algo normal, ya había pasado y sabía que mientras la magia oscura estuviera presente sería habitual. Pero para él era más que eso. Cada vez más veía cosas que sabía no eran ciertas, como vigilando los muros ver la figura de su anterior compañero y amigo Law, que murió en el asedio de Scholomance hace años. Le vio como le vio en su día, a unos metros, intentando aferrarse para no caer, pero no, no era real, puede que las tres primeras veces que lo viera pensase que era real, e intentara, como no hizo cuando pasó hace años, el ayudarle. Pero daba igual. Law murió. Nada iba a cambiar. Esto era fruto de su mente enturbia, de los poderes oscuros. Al menos esta carta era real. Pues esta se quemaba hasta solo quedar cenizas, no se desvanecía luego de apartar la mirada. Aunque había alivio de que alguien por su acción lograse una nueva vida, también sabía que era mejor olvidar, que nadie supiera. Incluso algo bueno tenía que ser enterrado. Al final solo los viejos recuerdos terminaban escarbando hasta la superficie. -- @SwordsMaster
  5. Un poema --- --- "Yo soy el pobre soldado Que vuelve de la campaña, Sin un amor que me espere, Ni una sola esperanza, Sin una insignia que diga: Te queda tu padre, el Imperio Yo soy el pobre soldado Que vuelve de la campaña, Y mis hermanos ya han muerto Tanto el listo como el tuerto, Y también encuentro muerta En mi corazón a la patria." --- Este poema escrito por Elegost, fue encontrado entre sus cosas en el cuartel, posteriormente leído por un superior que declaró lo siguiente en un informe para la comandancia: Este soldado es un hombre que ha experimentado una gran pérdida en la guerra. Ha regresado a su hogar sin el amor de una esperanza, y siente que su vida es vacía. Ha perdido a sus compañeros de armas, incluyendo a aquellos que amaba, fuera o dentro de la institución armada, También siente que ha perdido su amor por su patria, por el Imperio, o cualquier forma política y nacional, y que su futuro yace muerto. Este soldado es probablemente un hombre solitario y aislado, que ha sido impactado emocionalmente por la guerra. Es posible que tenga trastornos de estrés postraumático y depresión debido a las difíciles experiencias que ha vivido. Es un hombre que probablemente ha perdido su sentido de identidad y propósito, y está buscando una forma de reconstruir su vida o, Luz no lo quiera, de buscar perderla para poner fin a todo su trauma y dolor. ---
  6. Elegost leyó en voz alta la carta para Duncan. -- Será mendrugo el niño, si encima fue él quien se marchó sin avisar. Es igual de cabezahueca que su padre. No estaba enfadado, no estaba molesto, estaba triste porque temía que le pasara algo a su sobrino, y también de que éste no se hubiera despedido de él. Pero era normal, estaba acostumbrado ya a que le olvidaran, lo cual agravó más su depresión, pero entonces empezó a cantar para que nadie sospechara. Acto seguido escribió una breve nota que tardó en llegar, porque la escribió luego y claro, tardaría 5 minutos más tarde. -- De Elegost Faler para Fergus Rollers Faler. Tú y yo tendremos unas palabras por ese lenguaje tuyo, a uno de los soldados ya he tenido que corregirle porque no paraba de decir improperios. Pero no hablaré de eso aquí, sino de que tengas cuidado. Abrígate bien porque donde hay muertos hay frío. Procura no meter un pie en un charco profundo. No te quites el casco. Haz caso de todo lo que te diga Ethan, pero no mucho, piensa por ti mismo a veces, pero lo justo. Yo te traeré un recuerdo de mi vista a ver ELFOS. Sí, nos vamos a ver elfos, y también a rapiñar a unos trols. Lo mismo te traigo una de esas calaveras suyas bañadas de oro. También te contaré como acabé espantando unos ogros cantando. Con cariño: Tu tío que te quiere. PD: ¿Por qué dibujas gente pegándose?
  7. Mientras la noche estaba encima y el carro iba con lentitud por el camino de tierra rumbo a la Muralla de Thoradim... Elegost pensaba, no podía dormir. La aventura del día habían sido tales que muchos sucesos. Además el carro era incómodo y alguien estaba rocando. Así pues sacó su farol e improvisó tinta de un pepino (que había rapiñado de una granja hace unas horas) y empezó a escribir una nota para su compañero de aventuras Everard De Elegost Faler para Everard de los Campos, Querido compañero, no te conozco apenas, pero este día me ha ayudado a valorarte como un compañero y amigo en el que confiar. Aunque hemos tenido nuestros roces y diferencias, esto no tendría que hacer mella en lo que es el comienzo de una gran amistad. Con honor y lealtad: Elegost. -- Toma Everard. Y se la pasó a su compañero que estaba delante suya en el carro. Luego se hizo una bola en un rincón y durmió más tranquilo. @SwordsMaster
  8. Que nos quedamos sin madera - Una obra no muy bien hecha- --- La pequeña serraría de los hermanos Flintong era conocida por tener una sierra que llevaba con la familia generaciones. Generaciones de leñadores habían llevado los robles y pinares a esa serraría, y buena madera había salido de ellas. Pero ahora eso no sería así, pues la sierra se había ido a la puñeta. El eje reventado, la sierra maltratada, un estropicio, y alguien dejó la palanca trastocada. En fin, la reparación tomaría días o semanas. ¿Cómo se había estropeado tanto? Pues primero fue una negligencia, luego, fue... mala voluntad. Lo bueno es que un hombre había aprendido hoy los estresijos de la maquinaría avanzada humana. Todo bondades, la Luz les recompensaría con sabiduría. --- Habilidades aprendidas y usadas: ---
  9. -Ranas y espadas. Entrenamiento de una mañana de invierno- --- --- Menudo frío hacía esa mañana en Stromgarde. Como siempre, todo empezaba en el patio del cadalso, o el patíbulo, o la plaza de las ejecuciones. Ahí habían dos hombres desayunando, luego apareció una elfa, luego una niña, luego un héroe... un soldado... Bueno, se formó un buen grupo. ¿Y qué haría este grupo? ¿Ir de aventuras? ¿Salvar el reino de una amenaza oscura? ¿Defender el imperio y ganar la gloria? Pues no. Salieron corriendo como niños -o puede que persiguieran a un hombre rubio- y ya fuera de la ciudad, ante una charca tranquila, observaron los patos, las ranas, la paz. Y así es como pasaron la mañana. Con risas, juegos, marchando detrás de ranas, o disparando el arco con una diana improvisada. También hubo tiempo a entrenarse con el brazo y la espada. O para hacer o forzar amistades. Una mañana bien aprovechada, una mañana de paz y tranquilidad. Uno de esos momentos que vale la pena recordar. --- Habilidades usadas y aprendidas: ---
  10. Elegost había dejado a sus compañeros con una rapidez pasmosa mientras cantaba ... Luz sabe qué cantaba. ¿Pero a dónde había marchado? Se metió en unos juncos y volvió tiempo después... ¿Tan importante era esa carta? Pues, bueno, había leido cosas interesantes, su compañero Midir le necesitaba, Quel'Danil LE NECESITABA - Se compró ropa o más bien ¡La improvisó! Tomó un peto de metal que tenían en la armería, unas correas, unos pantalones y unos guantes. ¡Y su bicornio! Tomó pluma y tinta, empezó a redactar la respuesta:
  11. Día 2 -Noche- Nos marchamos --- Se acabó. No habían cuerpos que entregar. Ni pertenencias. Ni recuerdos. Los asesinos héroes volvieron a la ciudad de Stromgarde con la noche ya encima. Unos heridos, otros heridos en un sentido más allá de la superficie. Alguno podría que durmiera bien, o directamente no durmiera. Qué había pasado en esa maldita villa. Su misión era sencilla; Encontrar algo que ayudase a la búsqueda de cuatro soldados desaparecidos. Nada más. No tenían que hacer más nada que buscar... Pero, en cambio, lo que lograron fue mucho peor. Algunos muertos, otros heridos, traumas y daños. Un anciano muerto por un infarto, un mercenario cercenado, un hombre desnucado, una joven que se quitaba la vida luego de perderlo todo, una mujer en cama malherida durante días. Etc No se había logrado más que decir que se habían encontrado dos hombres enterrados, que apenas se sabía dónde estaban, realmente, nadie lo sabía. Así que nadie pudo corroborar esa información. El único soldado que se pudo encontrar fue uno que se perdió justamente mientras investigaban. La misión había sido un fracaso. El peaje nunca más fue retomado, cayó en desudo. La "Condesa" perdió sus tierras y un señor feudal las tomó, ahora la libertad del pueblo se terminaba. En pocos años quedó abandonado, la mitad de su población se tornó al bandolerismo, otras erraron y vagabundearon. El causante de todo quedó libre. Los héroes hicieron más mal que bien. ¿Pero quién fue el causante de todo? ¿Quién era ese Konrad del que hablaban las cartas? ¿Qué relación tenía Cintia con todo? ¿Dónde estaban los dos cuerpos que faltaban en la fosa que el Escudero encontró? No se sabría, nada se sabría. La misión había sido un fracaso. Nadie era un héroe. No eres un héroe. ---- Habilidades ---- Agradecimientos a todos los que han participado. Perdón a aquellos que he rechazado cuando me han pedido unirse. Y también perdón a los que se lo han perdido ya estado en el evento. La próxima intentaré que el evento no dure tantos días para que todos puedan aprovechar y que no sea tan lioso para los implicados (y para mi mismo). Gracias y nos vemos en la próxima. ----
  12. Día 2 -Mediodía- ¿Te sientes ya un héroe? ---- Cómo dolía. Un golpe seco y para el suelo, sin más. Tan fácil como eso, golpe en la nuca. ¿Sería así como se sentían los peces cuando los mamporrean contra algo para matarlos? La diferencia es que pese al dolor... no estaba muerto, sólo dormido, aturdido, inconsciente. Elegost había dejado que sus compañeros se valieran por su cuenta, además él no tenía más autoridad que la misma que los otros, así que ¿Qué podia decirles? Estaría con ellos y les daría apoyo, aunque qué apoyo das cuando tienes alguien como Duncan que asusta hasta a los Ogros. Al menos había gente sensata como Lina o Kelrina. O con un temperamento más estable como Erwina o Fergus. Pero oh, lo que habían pasado en unas pocas horas. El anciano del pueblo había fallecido de un ataque y la inmensa ayuda que les podría ofrecer al grupo ya no se podía dar. Elegost desaparecido, otro soldado más añadido a los 4 de la misión. ¿Quién se lo había llevado? ¿Por qué? Kelrina no vio pinstas que condujeran a ninguna casa en concreto, o la mansión de Cintia; la rica pomposa del lugar, que habiéndose enviudado se quedó con la fortuna del terrateniente local más rico, que era además hermano del anciano del pueblo. La situación era peliaguda, desquiciante, normal que Duncan guiado por el ímpetu de Fergus hacía una casa cercana al rastro dejado por los raptores; cometiera una horrible imprudencia, al echar abajo la puerta y llevarse consigo a una pobre madre inocente. Entre llantos, curas y rezos, los héroes abandonaron el lugar. La madre sobreviviera, pero el daño estaba hecho. La amargura, el odio, la desesperación aumentó. Cintia. Ella lo hizo, todo. Fergus lo tenía claro y la llama escarlata ardía como una tormenta flamígera. Y por poco no acaba en un baño de sangre en la misma plaza del pueblo. Nuestros héroes a este paso ya eran visto por la mitad de la gente como todo menos héroes. Más bien alborotadores, peores que los corruptos guardias del peaje, que cobraban tasas elevadas a los viajeros o comerciantes que salían del pueblo llevando sus mercancías a la capital. ¿Realmente estos eran los que iban a salvar al pueblo? Realmente... ¿Iban a salvarlos? Ellos sólo venían a por unos desaparecidos, desaparecidos que a ese gente no les importaba, es más, se alegraban de que se fueran, pues les hacían la vida imposible. Ahora el grupo quería saber dónde habían ido a parar y para ellos sólo Cintia sabría las respuestas. Pero ella no parecía saberlo ¿Era sólo otro peón? ¿Una aprovechada que jugaba a un juego mayor que lo que ella pensaba? La misión era rescatar o localizar unos desaparecidos. Ahora, parecía ser que la misión era sobrevivir. ---- Habilidades: ----
  13. Día 2 Con armaduras y a lo loco --- -- Hay soldados por las calles -Decía el hombre mirando discretamente por entremedias de la puerta de la contraventana, observando el variopinto grupo que entraba en el pueblo tranquilo. A esas horas y época del año no es que se saliera mucho, pero con esa gente por ahí había menos ganas -- Serán los que buscan a los del peaje. -Le respondió su mujer con cierto tono calmado pero a la vez inquieto -No lo creo, vienen otros con ellos, parecen mercenarios, y llevan a una niña. Por otro lado, las dos doncellas que cuidaban la casa de la llamada "Condesa" que no era más que la acaudalada viuda del terrateniente más rico de la zona: se miraban la una a la otra, viendo al grupo hablar con su señora, preguntándose qué hacían ahí y por qué se veían tan dispares. Y así, todo el pueblo se fue enterando de la llegada del grupo variopinto que empezó a causar cierto revuelo, como cuatro campesinos que salían malhumorados de haberse tomado el desayuno. --Te lo puedes creer, ese enlatado, que nos dicen eso, malpuerco que lo ha parido --Hombre Fermín, pero tómalo con calma --Su repuerca madre. Aguantamos a los otros cuatro bastante, y ahora viene todo el ejército. Si tenían hasta una elfa de esas --Hablemos con el anciano, debe saber qué está pasando --Hideoputa... E incluso cuando el grupo salió de la tasca, las miradas de los que aún seguían en el interior tomando el desayuno se volcaron en el exterior. Y mientras comían se pegaban al cristal empañado, viendo como las figuras en armadura gritaban o discutian, o Luz sabe qué. --Mira, los dos grandes parece que se van a matar. --¿Pero estos realmente han venido a por los desaparecidos o ... planean cobrarse una venganza? --No digais tonterías, nosotros no tenemos nada que ver --¡Eh eh! Parece que el del parche va a reventar al del casco --Naaaad se ha parado delante, le tenía que haber metido una hostia a mano abierta --Esperar, se acerca el de la manta en el hombro rara. --Creo que nos está mirando... Que grima. Y así, el mediodía se acercaba pero para éste excéntrico grupo... el día acababa de comenzar. --- Habilidades: ---
  14. Día I Las setas estaban ricas Elegost y Duncan contemplan el alba mientras piensan que se ven bastante imperiales - - ------ Cuando Elegost vio como el Circo del Sol había llegado al tablón de anuncios del cuartel supo que el día iba a ser apasionante. Cinco horas después y el día había sido de todo menos apasionante, pero ya sabía que era ir con gente no ducha en la foresta, pero qué iba a decir él. El grupo tenía la misión de investigar qué había pasado con el puesto de peaje del Cruce de Amalgama, linde del Bosque Inforeste y la Granja del Viejo BIll, y el pueblecito de Utrech de Ribera. Sus 4 miembros habían desaparecido, la patrulla de relevo con la misma se volvió al cuartel de la ciudad y ahora nadie permanece vigilante hasta que se esclarezca lo sucedido. En el peaje se encontraron no muchas cosas, utensilios de cocina, algunas mantas, los sacos de dormir, dos tiendas y una cabaña cual parcialmente el techo se había venido abajo, seguramente por alguna nevada o torrencial lluvia. Pero lo importante eran varias notas dejadas por el campamento. Entre ellas la única firmada por uno de los desaparecidos el soldado: Felix Lope Ludolph Snellix Gabriel de la Torre que decía lo siguiente: "Estaremos preparados para cuando toque tomarlo y pararlo como dijiste, pero éste será el último acto. Los demás ya no quieren saber nada y salvo Leandros que es más joven, quiere dejarlo. Yo no me atrevo a seguir haciéndolo y la cosa no puede ir a mayores. Las cuentas están más que saldadas, y si no es así, ésta es la última nota. Me iré bien lejos y se acabó todo esto, Konrad está loco si planea hacer lo que se pretende. Lo de Trabalomas no acabó bien y yo no voy a ir al Vacío junto a ellos" Las otras dos notas encontradas en las tiendas exteriores eran mucho más escuetas "En la tasca La Luna Torcida" "Las cajas en el establo" "No te mojes buscando" Todas las notas acabarían siendo leidas por los miembros del Circo akka: Grupo de rescate. Por este día descansarían en el campamento abandonado, ahora algo más ... recogido. ¿Mañana? Pues gracias a la información de una elfa y una niña escarlata, todo parecía indicarles que el pueblo sería el paradero al que acabar, y que ese bosque entre medias de ellos y la ciudad podría albergar alguna sorpresa. ----- Habilidades: --- Gracias por acudir a esta primera sesión. En los próximos días se reanudará camino al pueblo vecino. Estaremos en contacto. -----
  15. El joven miembro de la Cruzada Escarlata yacía en la cama tamaño humano que los enanos le habían provisto, para que convaleciente como estaba descansara. Pero para un alma y cuerpo torturados no hay descanso. Su compañero de cama era su tio adoptivo, que no es que estuviera mucho mejor. Entre los momentos que se mantenía despierto alcanzaba a escucharle hablar en sueños, removerse y lamentarse. Elegost pensó que se trataba de pesadillas fruto de las heridas, pero la verdad era mucho peor. El joven miembro de la Cruzada Escarlata. El inocente niño. El alma torturada. Sólo un pobre niño a la que le habían arrebatado la infancia y arrojado a la madurez desde temprano, despojado de familias y amor, mantenía la fachada inocente y alegre, pero lo que su corazón escondía era un vacío negro como la noche sin lunas. Y en sus pesadillas, sueños lúcidos y momentos de vigilia tenía su lucha interna en la que se enfrentaba a sus propios demonios. Pero no podía vencerlos. Encerrado sobre si mismo en sus máscaras, la llama roja palidecía, su cordura se rompía, su cuerpo físico maltrecho por el combate se resentía y los recuerdos del pasado le bombardeaban constantemente. Pobre Fergus. Se mantuvo días inconsciente, algunos se temían lo peor. Pocos o ninguno podían imaginarse lo que era la lucha en su cabeza, cómo intentaba volver a la luz, un hombre... no, un joven, que dudaba de la propia Luz, dedicado a ella y dudaba, dudaba de todo pero sobretodo de si mismo. Sin padre, sin madre, sin hogar, sin hermanos. Solo compañeros cuyos rostros olvidaría al poco tiempo. Espadas que se cruzaban con la suya. Todo cenizas. Pobre Fergus. Era igual que su padre. Roleito onírico. Así que los detalles son vagos y su naturaleza misma confusa. Habilidades usadas @SwordsMaster Fergus Rollers: Voluntad-Atletismo
  16. Se acabó el buen rollito. Es hora de las tortas.

  17. - -Ya deberían haber llegado. La neblina de la mañana era tan densa como los bigotes del fornido soldado que hablaba y contemplaba el muro gris. Apoyado en su alabarda y acompañado por su compañero de turno, que era más joven pero igual de serio que él. -Con esta neblina es normal que se tomen más tiempo en volver. -No. Estos son perros viejos como yo, sabrían como volver incluso si fueran ciegos. Ambos guardias quedaron un rato en silencio. Al lado de su garita donde hacía las veces de refugio para la lluvia mientras mantenían vigilado el cruce de caminos. Colocado en una colina, tenía buena vista de los pastos no muy lejos de la capital, pero con esa neblina sólo se lograba ver los picos de la accidentada Arathi. Se supone que estarían ahí una semana, yendo y viniendo de ese puesto a las aldeas de los alrededores, para tener mejor control de los caminos. No era un mal puesto ya que al estar cerca de la capital tampoco pasaba nada de gravedad. Lo mismo algún cabrero se le perdían las ovejas estando borracho, o algún mozo se perdía y había que buscarlo, cosas mundanas... Pero el bigotudo guardia viejo se olía algo peor. Y no estaba equivocado. El Sargento Valente, en la ciudad de Stromgarde, recibía la noticia de que sus hombres del cruce no habían vuelto a su puesto para el relevo. Cuatro hombres, los cuales al menos a dos conocía muy bien personalmente... habían desaparecido, sin más, sin dejar rastro. Sus esposas o padres no sabían nada. ¿Desertar? imposible ¿Asesinados? ¿Por quién? ¿Por qué? ¿Se habrían perdido? Ni se le pasaba por la cabeza. El pobre Sargento no tenía pelo, pero de tenerlo ya se le habría caído durante los cuatro días que estuvo dándole vueltas. No había querido mandar a nadie más a investigar a fondo, tan solo se mandó a una pareja para revisar el puesto del cruce y no encontraron nada relevante. No podía ser que desaparecieran ahora guardias de los puestos sin ton ni son, eso no era bueno para la seguridad de las caravanas, ni para los señores regionales que veían auspiciados que pudieran ejercer ellos poder en los peajes con más mano larga, ni para el poder central de Stromgarde que veía lo de antes peor porque no podían ser ellos los que cobraran cuando la caravana llegase a la ciudad. Así que Valente estaba desesperado y optó por la vía rápida. - Faler, redacte una petición de ayuda y recompensa por la desaparición de la patrulla del cruce. Aplique sello y póngalo en la plaza del cadalso. Optó por ver si otros le solucionaban el enrollo. Así que el soldado ordenado empezó a escribir y redactar un mensaje que se leía así para todo aquel que supiera leer y pasara por delante del gran tablón de anuncios oficiales y recompensas que ofrecía el alguacil u otros estamentos legales de la ciudad: Por la presente ordenanza del Sargento Alguacil se ofrece una recompensa y se piden los servicios de todo aquel voluntario y/o cazarrecompensas, espada a sueldo, tudesco o soldado del reino que tenga información o se preste en la búsqueda de los guardias desaparecidos en el Cruce de Amalgama sucedido hace una semana. Los desaparecidos son: Victorio Marcus de Rigoberta - Alto, robusto, calvo, bigote bien cuidado y pronunciado, ojos azules y tez pálida. Cerca de la cincuentena. Leandros Guilberto Corvus - Joven menudo de cabello largo marrón claro, ojos marrones, cicatriz larga que le recorre el mentón. No debe pasar los treinta. Hector Estacada - Estatura media. Se le reconoce por sus cabellos rojizos y ojos verdes. Felix Lope Ludolph Snellix Gabriel de la Torre - Sin detalles. Debe tener un adorno de oro en la oreja derecha. Toda información prestada y servicios en su búsqueda serán recompensados. Si sabe algo o quiere formar parte de la búsqueda preséntese en _______ entre las horas X-Y. (Así como si quiere más información) *Firmado con el sello del Sargento Alguacil* A Elegost le pareció que había quedado fetén. Ahora solo faltaba que se presentara alguien o serían otros cuatro pobres almas que ni entierran tendrán. //Ideaca que tengo de una serie de sesiones, roles, como lo queráis llamar, de temática investigadora, lo mismo hay combate si os gusta ese rollo. No hay límite de personajes, ni está cerrado, se puede unir quien quiera. Se empezará en la ciudad de Stromgarde y se buscará ir hacía otros lados fuera de la ciudad. No tengo plan de empezar ningún día concreto, quien quiera rolear algo de esto me lo dice y se hace, sin prisas ni obligaciones (Por ahora, luego si se pondrán fechas) Pero los primeros roles quiero que sean distendidos. Para todo lo demás me tenéis en Discord. PD: Por favor tened paciencia conmigo, llevo un año sin rolear no sé cómo funciona esto.
  18. - En la concurrida cantina de la puerta de ese lado de la ciudad de Boralus se hizo de pronto el silencio mortuorio, digno de un cementerio al atardecer. Soldados, guardias de la puerta, labreros de los canales, todos comían en altas voces, con el ruido de los cubiertos y el mover de las sillas. Pero todo eso acabó, apagado como una vela soplada por una repentina brisa que se cuela por la ventana. Un hombre solitario en una mesa vacía dejó exhalar un suspiro, bajando la carta hasta la mesa, al lado de un plato vacío ya. Se recostó en la silla y se quedó mirando un punto fijo del techo de oscura madera. Los minutos pasaron y el hombre salió de su hechizado estado para doblar la carta con cuidado, dejarla a un lado y tomar una caja de madera, bien tallada. De ella empezó a sacar papeles, tomándose su tiempo. Su semblante impasible, frío y serio. Pero a más viejos papeles repasaba, más se iba desplomando sobre la mesa. Apoyaba un codo y se pasaba unos dedos por los labios, mirando ceñudo. Se frotaba el entrecejo, los ojos le picaban, sería la falta de luz ya que se estaba poniendo el sol. Volvía a inspirar hondo y exhalar, cansado por el día. Volvía a pedir algo al cantinero y seguía leyendo hasta que acabó y todo volvió a la caja de madera. Salvo la banda de tela, roja, o negra, quién sabe, tenía años y estaba muy desmejorada. El hombre se levantó y se marchó a la penumbra nocturna que imperaba fuera. Se acabó. Soy el último que queda. No hay palabras de despedida. No hay última aventura. No hay una última mirada. No hay más canciones. No hay más bailes. No hay más. Otro más que cae. Ya no habrán Sumillers que cabalguen conmigo. No más soldados leales que luchen sin vacilar. No más guerreros santos que nos inspiren. Ni más jóvenes a las que guiar buscando redención. Cenizas a las cenizas. Polvo mecido por el viento, olvidado por todos. Un recuerdo que ya sólo recordaré yo, hasta que también deje de caminar por esta tierra. A través de ti busqué que vivieras la vida que yo no pude, que no cometieras mis errores. Que fueras un superviviente. Que tuvieras un legado, un mañana. Pero ese no era tu destino, nunca fue el de nadie de vosotros. Os enseñé, os guíe y cuando más me necesitabais... yo no estuve ahí. He sido mal padre, mal hermano, mal compañero y mal maestro. Ahora yo estoy solo, mientras vosotros descansáis juntos, al fin, en paz. Pero sé que la Luz no me recogerá en su seno. Incluso tú, hermano, te habrás redimido y habrás hecho las paces contigo mismo, al fin. Estoy orgulloso de ti. Y... Lo siento mucho. El hombre se descubrió la cabeza, dejando que el viento revolviera sus dorados cabellos. El sol apenas llegaba ya a ese lugar en el bosque. Los pájaros ya no piaban y el único ruido era el riachuelo a su espalda que corría con fuerza y las hojas de los árboles mecidas por el viento. Delante del hombre yacía el pequeño monumento funerario. El último recuerdo de que ese lugar fuera importante. Dejó doblado la banda de tela que había llevado consigo desde Kul Tiras y encima de ella una piedra, una curiosa piedra verdosa. Retrocedió unos pasos, se colocó firme de cara al monumento y saludó firme, colocando su puño diestro sobre el lado zurdo del pecho. El último adiós a su sumiller. Por último y antes de abandonar por siempre ese lugar, cavó un pequeño hoyo con sus manos al lado del monumento y dejó doblado un viejo papel amarillento. Vuestro servicio ha terminado Falverinos. Descansar en vuestro hogar. El viejo papel enterrado.
  19. El Cruzado Escarlata que guardaba la puerta de Don Guillermo de Sugglerf ahora difunto, observaba al variopinto grupo marcharse. Unos magos, un agente inquisitorial con escolta, una alquimista... Habían ido a investigar el misterio de los símbolos del sótano de la casa. ¿Habían descubierto qué era, qué producian, cual era su origen? Seguramente no, el Cruzado lo sabía, sabía la única verdad; Nadie sabia nada. Pero puede que uno del grupo si supiera algo, y no era Midir que atemorizado y enfermo no había podido ver los símbolos, o la investigadora eclesiástica que buscaba todo rincón, o la alquimista novata... No no, fue el menos indicado, el mago bárbaro. Él había visto algo. O mejor dicho, había escuchado que le llamaban. Conclusiones: Se encuentra el diario personal de Guillermo de Sugglerf, uno de los cocineros reales de Stromgarde. El diario está en posesión de Saadia para investigarlo. La casa es purgada por la Cruzada Escarlata. Todo rastro de los símbolos y su corrupción desaparecen. Aún quedan dos casas más corrompidas que pronto correrán la misma suerte. Los últimos días de Guillermo demuestran indicios de paranoia y locura ¿Frutos de la enfermedad que sentía por las marcas del sótano? Guillermo y su mujer han fallecido hace días por la enfermedad producida por ¿Los símbolos? Obedece. Habilidades: Saadia: @Rolf Voluntad, buscar, adv/notar, etiqueta, callejeo, conoc./historia (magia oscura) Calandria: @Beretta Voluntad, conocimientos de nigro, adv/notar, Buscar, callejeo Rogan: @MontalbaVoluntad, Etiqueta, adv/notar. (habilidad entrenada callejeo) Santiago: @SwordsMaster Voluntad, visión arcana, adv/notar Midir: @Focus Voluntad, etiqueta, callejeo
  20. En la pequeña y apacible villa de "Pueblo del Pinar-Dorado" habían sido 56 personas el anterior año. Las malas cosechas y enfermedades lo dejaron en unas 34. Para el siguiente año, la población quedó reducida a 0. Lo que las fuerzas eclesiásticas encontraron luego del aviso fue... No, mejor no saber lo que ocurrieron. Otro asalto troll, sí, eso se dijo. Con viles artes los trols habían maldecido sus campos, secuestrado a sus hijos para rituales oscuros y al final habían asaltado la villa, exterminado de horribles formas a sus habitantes y quemando sus casas. Claro, todo quemado por culpa de los trols. Las grandes piras de ratas, humanos y enseres, fue culpa de los trols. Malditos sean los trols y que la Luz brinde a nuestros héroes con mayores triunfos. Porque tú... ¿Ya te sientes un héroe? Consecuencias: Habilidades usadas
  21. Después de una tarde de aventuras típicas, Santiago descansó en la casa de su amada, ahora vacía por la falta de ésta. Santiago durmió plácidamente, como de costumbre; agobiado por pesadillas del pasado, otras inventadas por su maltrecha imaginación, y otras nuevas, las cuales a la mañana siguiente no recordaba, pero le dejaban mal cuerpo y la mente atrofiada. La mañana era especialmente gélida o el ambiente en el exterior estaba muerto como un cementerio. O quizá decir eso ya no sería ajustado teniendo en cuenta lo que ocurría en los cementerios de kilómetros más al oeste... La cuestión es que con el venir y devenir de sus deberes matinales, cuando Santiago puso rumbo a abandonar la casa, algo se encontró justo en el umbral. Una carta, no tenía sello pero venía en un sobre normal, de papel amarillento como si estuviese desgastado. Olía olía extraño, como humedad, pero era un papel corriente no un papiro que absorbe y conserva más el olor. Es curioso, que siempre llevando guantes y en ese preciso momento no los tenía puesto, una pena porque descuidadamente se hizo un corto en la yema de un dedo y manchó el mensaje del interior del sobre... Que molesto. Santiago se chupó el dedo y enfadado leyó la estúpida nota, más por el enfado que la curiosidad. En otro caso la hubiera arrojado al fuego, pero en su dentro también estaba el hecho de que ayer mismo había leído un extraño sobre, y ... se sentía con ganar de leer esto: PRIMARIS EL GRAN MAESTRO LLAMA OBEDECE PUES ÉL VIENE @SwordsMaster
  22. Desde mi ventana veo la calle, tan tranquila en estas fechas. Pero leo -¡y leo mucho!- muy bien gracias a la luz de la tarde. Pero un día, cuando mamá estaba con sus amigas y yo en casa sola, desde mi ventana vi a dos hombres extraños, haciendo cosas mágicas. Algo tenían que no paraba de hacer ruido y luces de muchos colores. Y así empezó una extraña aventura cuando intrépida fui a ver qué hacían, mientras mamá estaba fuera. Aunque al volver se enfadó mucho y ahora no podré volver de aventuras con mis dos amigos magos. Que aventura tan extraña y peculiar tuvo la niñita. Encontrándose en compañías tan dispares, una mujer de lejanas tierras, magos peculiares con asuntos mundanos pero actitudes tan alocadas, misteriosa mujer de apariencia simple pero labor oculta, u hombres variopintos de sitios recónditos para la pequeña. Y quién diría que la aventura de la niña acabaría con un pobre alquimista inconsciente en su botica, con alguna que otra cosa sustraída y una misteriosa carta ahora hecha polvo. Todo comenzaba con Santiago siendo mandado por un jardinero arcano gnomo a entregar una carta a un tal Rufus Calehon; un reputado maestro alquimista de la torre de Stromgarde. De ahí se unió Midir, luego una niñita curiosa, después Saadia del Desierto -otra incipiente alquimista-. Y así más personas hasta que en la pomposa botica del alquimista habían cinco o seis personas todas intentando saber qué ponía la misteriosa y segura carta, pues en un arcano-fracaso ésta había quedado vaporizada. Pero la alquimia es un arte profundo e infravalorado... y ésta hizo recuperar lo perdido. La carta, la cual sólo Saadia y Santiago pudieron saber qué ponía, decía lo siguiente en letras de caligrafía artificial: El Gran Maestro llama. Esa carta, enviada con el sello de la academia, a Rufus, sólo ponía esa línea en todo el centro de la carta. Tantos problemas y mareos, para sólo una línea. Bueno, Santiago tuvo la idea de llevársela a la inquisición, pero antes llevaría a la niñita de vuelta a su casa. El problema era el siguiente. Lo que la alquimia soluciona, lo hace de forma temporal, así pues la carta cuando Santiago se acordó de ella... volvía a ser polvo, y en una ráfaga de aire éste se perdió en la noche fría de Stromgarde, una ráfaga proveniente del este, del oscuro este que traía malas nuevas. PD: La academia no tiene arcano-jardineros gnomos de pelo rosa como el que vio Santiago y Midir Consecuencias: Alverold consigue una poción de maná. Saadia consigue algunos suministros alquímicos, páginas con conocimientos para hacer un incensario y una receta para curar la gripe común. El grupo salvo Alverold, tienen prohibida la entrada a la botica y laboratorio de Rufus. Y si alguno se presenta tendrá problemas con la ley. Santiago recibe otra carta a la mañana siguiente. De una forma u otra. Además Saadia le da una poción de piel de foca, o roca, no sé porque no me acuerdo y mangas tampoco jaja. Además la niñita recibe una poción con sabor a limón, que seguramente su madre le quite por temor. Una niña en Stromgarde es ahora más intrépida e interesada en la magia. ¿Futura maga de renombre? ¡Quién sabe! Habilidades Saadia: Sanación/hierbas, buscar, reflejos, alquimia @Rolf Alverold: Advertir/notar, Buscar, romper gafas -Adquisición de una poción de mana- @Brahen Santiago de Sveri: Sigilo, Conjuración básica, Visión nocturna arcana, Buscar, Reflejos @SwordsMaster Calandria: Supresión arcana, adv/notar, buscar, reflejos y sus disculpas por irse tan apresuradamente lo cual no es una habilidad pero se aceptan las disculpas. @Beretta Midir: Todas. @Focus pero realmente solo: Supresión arcana, reflejos y callejeo. Mastreado con el pj: Elegost Faler. Onrol el pobre se quedó esperando a su amigo Santiago para pasar las fiestas, pero ahora está solo, sin nadie. Como siempre.
  23. Ya llevaban unas semanas de nevadas en Stromgarde, aunque la nieve no se amontonaba en la ciudad, pero el frío era horrendo por las mañana. Gente había caído enferma por el tiempo o la mala comida fruto de cosecha infructíferas, falta de buena comida, o carencia de ésta. Pero era extraño que uno de los cocineros de la corte como era el caso de Don Guillermo de Sugglerf cayera enfermo por aparentemente una enfermedad gastronterítica, si alguien sabría de comer bien sería uno de esos reputados cocineros. Su mujer; la señora Fermina de Sugglerf, tan preocupado porque en sus despensas algo estuviera malo, pues fue a dedicar una de esas frías mañanas a comprobarlo todo. Su marido estaba tan mal, tan profundamente mal, que temía porque no pasara el invierno, así que ocupar su mente en revisar la despensa era lo mejor. Ay de ella. Ay de ella porque cuando bajó al sótano casi vomita el desayuno. ¡Pero qué horrendo hedor! ¿Una rata muerta? ¡Seguro que eso es lo que había puesto malo a su marido! Tuvo que perfumar uno de sus pañuelos y taparse media cara para poder avanzar. Alumbrando con un farolillo de aceite, la mujer al final encontró detrás de un estante -que no estaba donde debía estar colocado- el origen del profundo hedor putrefacto: Unos símbolos. Cómo podía unos símbolos rojizos desprender hedor. Esos extraños símbolos que apenas distinguía en la penumbra, pero que relucían en rojizo tono cuando la luz naranjada del farol alumbraba. La pobre mujer tuvo que mover más el estante, casi se le viene encima por unos momentos... y entonces ya si pudo ver mejor los símbolos. Esto no era una rata muerta, ni unos dibujos hechos por unos niños con algún producto alquímico oloroso. No, esto incluso para alguien irrelevante en temas místicos, era algo claramente oscuro. La mujer se presignó varias veces cuando su mente al final lo entendió. Pero aún tenía la curiosidad, la curiosidad junto al miedo de ¿Por qué olia tan mal eso? Así que hizo lo que nunca se debe hacer: Tocarlo. Don Guillermo de Sugglerf ahora no se encontraba solo en los salones de sanación de la Cruzada Escarlata, ahora también tenía a su esposa, a la cual le habían tenido que extirpar el brazo derecho por debajo del codo. Éste tema lo sabían unas pocas autoridades, se había mantenido en secreto y sólo la Cruzada Escarlata estaba totalmente a cargo de ésto, pero luego la cosa vino a más, pues más casos de macabros símbolos se encontraron en casas del mismo barrio. Aparte del cocinero real, ahora también estaba afectada el sótano de un filántropo excéntrico de la cultura chamánica de diferentes razas, así como la de un sacerdote de una pudiente familia, que daba su casa para impartir enseñanzas a los niños de la zona. Todos con los mismos síntomas, fiebres, dolores estomacales, caída del pelo, diarrea, tos con sangre, ampollas con pústulas... Estos casos hicieron que el rumor se propagaran, y más cuando se vieron a miembros de las tres órdenes eclesiásticas yendo por las casas del vecindario; que estaba realmente pegado al barrio de la torre de magos, por lo tanto éstos también estarían al corriente de los extraños sucesos. Por ahora era un vago rumor del que las autoridades y miembros del clero habían hecho bien reteniéndolo, pero éste rumor carcomía poco a poco, como un gusano que va desplazándose bajo tierra... // Contexto para unos roles e ideas que se me han ocurrido para ir montando por Stromgarde. Interesados habladme por discord: Kevan. Todo pj es bienvenido, pero a ser posible mejor personajes vinculados al clero, órdenes o autoridades de Stromgarde. Magos también valen.
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