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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 06/04/18 en todas las áreas

  1. 7 points
    Los rumores habían tardado en llegar a Puerto de Menethil, fruto de que, realmente, poca gente se aventura a la espesura de Los Humedales, más allá de alguna aldea o grupo de familias de enanos que por alguna razón hacen de las inmensas marismas su hogar, vendiendo pieles de crocolisco en el puerto de Menethil que normalmente visitan un par de veces al año. Fue en una de estas visitas cuando uno de esos enanos, Ubhert Montebabel, comentó en la posada del puerto algo que rápidamente se extendió entre los habitantes. Hacía un par de meses que una inmensa tormenta había sacudido la parte más al Noreste de los Humedales, parecía que el cielo mismo se estaba resquebrajando sobre sus cabezas. Aun que tanto él como su familia pasaron la tormenta refugiandose en su sólida casa enana, construido sobre uno de los pocos lugares con terreno firme de todos los Humedales, cuando todo pasó y abandonaron su casa dos días después, el terreno había cambiado totalmente. El pantano que rodeaba su hogar había desaparecido, y su hogar se había convertido prácticamente en una isla. De hecho, el propio Ubhert tuvo que construir una improvisada barca con tablones de madera que tenía en su casa para poder abandonarla y acabar llegando a Menethil. Tras un par de semanas de viaje, un par de guardias enviados por el propio Puerto para comprobar su relato, regresaron de su viaje acompañando al enano de los Montebabel. Efectivamente, toda la parte Noreste de los Humedales había sido anegada, y donde antes hubo kilómetros y kilómetros de marisma ahora había un gran lago de aguas verdosas hasta donde alcanzaba la vista. La noticia acabaría llegando al sur, pero realmente, a poca gente le resultó relevante. ¿Al final del día, a quién le importa que el nivel del agua de una marisma prácticamente deshabitada suba o baje? Más esta perturbación no pasó desapercibida, pues ciertos individuos, conectados al mundo elemental gracias a sus saberes chamánicos, no tardaron en acercarse a la zona para investigar las perturbaciones. Y, alterados, rápidamente regresaron a sus respectivos líderes, ya fuese en grandes fortalezas talladas con la forma de un grifo, o nevados bastiones entre heladas cordilleras.
  2. 3 points
    Llevaba semanas dándole vueltas al asunto, para él, supuso una derrota que nunca pudo olvidar y en su corazón aún tenía aquella responsabilidad, aún le pesaba haber dejado Costasur. Pero por aquél entonces solo era un Novicio, sin experiencia previa en este tipo de misiones y con muy pocos o casi ningún apoyo, se vio obligado a regresar a su tierra, a Elwynn. Elegost y Santiago, le habían contado acerca de la Muralla, acerca de Costasur y de cuál era la situación allí que por desdén no era muy favorable desde que se marchó, sumando además la cruenta batalla perdida por la Cruzada Escarlata, dónde además perdió no solo a un hermano de Fe, sino a un amigo que le dio unos buenos consejos cuando comenzó sus andaduras por los inescrutables Caminos de la Sagrada Luz. Tras meditarlo bien rezando varios días, decidió marchar hacia el pupitre donde solía estudiar, leer y escribir sus misivas en el Cuartel de la Mano de Plata. Allí cogió su pluma, su tintero y varias hojas. Cada palabra escrita era reflexionada, todo escrito con la mejor caligrafía que sabe hacer y con la esperanza de que todo llegue a buen puerto. Finalmente hizo dos misivas que entregó a un joven mensajero, de piernas ágiles y con cara pecosa, no sin antes darle unas monedas. Un nuevo horizonte se presentaba y ahora sabía a quienes acudir y que hacer. Con la Luz, maestro. Se que ahora estaréis ocupado y por ello paso a escribiros esta carta. Bien es sabido por ti, que una vez estuve en el Norte y que no cumplí con las expectativas que yo tenía puestas en mi mismo. Aún siento en el fondo de mi corazón que los dejé a su suerte, bien es cierto, que yo solo soy un hombre y un solo hombre no puede decantar la balanza para ganar esta guerra. Pero considero que debemos hacer algo, no podemos dejar las cosas como están, Costasur, Stromgarde, tal y como dije en el pasado serán la última resistencia. Es nuestra retaguardia, debemos defenderlos, debemos fortalecer más esa posición, debemos llevar toda la Luz y con ella, toda la Esperanza y Fe posible antes de que el Norte sea engullido por la Oscuridad. Conozco miembros del Ejército Imperial que me seguirían fielmente. Estoy dispuesto a viajar al Norte, al reino de Stromgarde, hablar con las autoridades eclesiásticas y de nobles allí para establecer un orden, para intentar unir a un Reino que poco a poco se fractura, y creo que eso entra en nuestro deber. Si estamos unidos, podremos resistir. Es por ello, que le solicito ayuda y consejo, para emprender tal desafío, esperaré su respuesta para comenzar a preparar la marcha. Que la Luz sea con usted, Sir Wilhelm. P.d.: Tengo pensado llevarme al Novicio Elegost Faler, pues él ha estado en Costasur, tiene experiencia y creo que tal y como me sucedió a mí, el Norte puede ser una buena prueba para mostrar su Fe para con la Luz. Jared Miller, Escudero de la Mano de Plata. Otra carta llegaría a los Cuarteles Imperiales del Ejército en Villadorada. Esta misiva es mucho más formal y en definitiva va más al grano. Iría sellada con el símbolo de la Mano de Plata. Con la Luz, escribo esta misiva a la autoridad que corresponda en la Legión XIII de Villadorada: En primer lugar me presentaré. Soy Jared Miller, Escudero de la Mano de Plata del Paladín Sir Wilhelm. Os escribo con la esperanza de que podamos reunirnos, pues hay algunos asuntos que me gustaría hablar y creo que será mejor hacerlo en persona, que simplemente escribirlo aquí. Pues no sé ni a quién dirigirme exactamente. No le tomaré mucho tiempo, será algo breve. Aunque puedo decirle por aquí que se trata sobre el Norte. Concretamente el Reino de Stromgarde. Sin más, este humilde servidor de la Luz se despide. Que la sagrada Luz ilumine vuestros pasos por siempre. Jared Miller, Escudero de la Mano de Plata. @Malcador @El errante
  3. 2 points
    Tambien me paso por aqui a dejar este libro que salvando las imposibilidades, deja entrever un poco del estilo de vida de las sociedades americanas, narrado de manera amena pero también cruda. ¿Cómo sería el mundo si la Conquista de América no hubiera sido como creemos que fue? Quetza, el más brillante de los hijos de Tenochtitlan, intuía que había un continente por descubrir al otro lado del océano. Para demostrarlo se hizo a la mar con una nave construida con sus propias manos y un puñado de hombres. Así, adelantándose a los grandes viajeros, es el primero que logrará realizar el viaje a una nueva tierra: Europa.Federico Andahazi nos sorprende con una historia audaz, una crónica apasionada de los tiempos en que el mundo tuvo la oportunidad de ser otro. @Blues
  4. 1 point
    Bienvenido colega, pasa y sirvete del viejo chichi del arrabal, ahí todos somos majos
  5. 1 point
    Me parece correcto, y en base a su propuesta, si lo desea, le doy via libre para que usted y los que deseen ayudarla se ocupen de tal tarea. Muchas gracias por el ofrecimiento.
  6. 1 point
    ¡Aventureros de Elwynn, vuestras plegarias han sido Benetsadas! ¡THOMAS Benetsadas! ¿Que pensarían de un Escudero que posee Embajada propia, Caballo Propio? ¡Ese es Thomas Benet! Thomas lo hace todo elegantemente. Ya sea matar necrófagos en Bosque del Ocaso, o limpiar las cuadras de su Orden, Así que si están hartos de servir a las mismas Ordenes de siempre... ¡Thomas Benet! (Cortesía de @Galas...no podía dejar que esto se perdiera como lágrimas en la lluvia. Es demasiado bueno xD)
  7. 1 point
    Bueno, yo quiero poner mi granito de arena. Esta es mi Biblia, la adoro, la amo y obligo a mis victimas a que la lean al menos una vez. Va enfocado más a la aplicación cinematográfica pero funciona también para otras cosas, y ya que el hobbie que nos une a todos aquí es, justamente, un ejercicio narrativo, quizás a mas de uno le interese un poco de teoría Los amo <3 https://manualesdecine.files.wordpress.com/2010/03/syd-field-el-manual-del-guionista.pdf
  8. 1 point
    Índice: Historia Eventos asistidos: Eventos masteados: Mensajería: Nombre: Sharinay de la Casa Crestargenta Raza: Kaldorei Sexo: Femenino Edad: 137 años Lugar de nacimiento: Eldre'thalas, Feralas Ocupación: Restaurar el legado de su pueblo. Descripción física: Joven elfa que recientemente ha alcanzado la madurez física. Su ascendencia altonato se caracteriza en un físico menos corpulento y asalvajado que sus coetaneos. Su rostro, de rasgos suaves, no solo destacaba por mantenerse impoluto libre de toda marca facial, si no por mantener una permanente apariencia ligeramente aniñada impropia de una kaldorei de su edad y madurez física. Una melena media de color turquesa , normalmente recogida en una ancha trenza, desciende por su espalda, la cual si bien fina, comienza a demostrar los esfuerzos físicos a los que se somete Sharinay desde su salida de Eldre'thalas. Siguiendo el ideal físico que persiguen las Centinelas, para disgusto tanto de los otros Shen'dralar como de aquellos kaldorei a los que intenta imitar, su cuerpo delicado ha ido abandonando la fragilidad propia de su gente para, en su sutileza, acercarse más a la corriente Kaldorei tradicional. Sus manos, antaño suaves, han reflejado el entrenamiento por el que pasa la Altonato en busca de mantener un físico apto. Sin llegar a las callosas manos de un artesano que lleva siglos trabajando su arte, cada vez sus dedos reflejan menos a la Shen'drelar y más a la guerrera que busca ser. Sus ojos de un intenso brillo plateado y levemente rasgados, reflejan siempre una viveza en su movimiento para captar todos los detalles del entorno. Sendas cejas pobladas como cualquier otro kaldorei que comparten el color de su melena enmarcan sus ojos adornados con largas pestañas curvas en sus extremos. Pese a todo, con un peso estándar, mantiene una estatura baja para lo que sería un Kaldorei, alzándose de la verde hierba a escasos 2,03m del suelo. Descripción Psiquica: Siempre curiosa, siempre haciendo preguntas que no venia respondidas en los libros de Eldre'thalas. De carácter respetuoso, ama con una profundidad sin igual a su madre, a sus compañeros Shen'dralar y al legado de los Altonato. Los verdaderos, aquellos que lucharon junto al pueblo Kaldorei por proteger el mundo y el arte arcana pura, no la mal versión demoníaca que tanto mal ha causado a su pueblo. En su carácter abierto, en contraste con la cerradez de su progenitora, la apertura del mundo real para ella ha supuesto un mazazo a todas sus concepciones del mundo. En Elune ha encontrado una figura que ha opacado totalmente a lo Arcano como objeto de veneración. Sus Sacerdotisas, las Centinelas, incluso los Druidas, todos representan una pureza existencial y de ideales que aun a día de hoy fascina a la joven Altonato. Introspectiva, mantiene una barrera forjada en base al respeto y la inseguridad por lo desconocido en su trato con los demás. La une un lazo de profundo afecto con sus hermanos Shen'dralar, pero la presión que genera el buscar la aprobación de otros Kaldorei, consciente de los prejuicios existentes hacia ella, tienden a generar una ansiedad que camufla con un protocolo estricto. Desconoce lo que es odiar algo o incluso amar algo, pero ha leido mucho en libro sobre todas esas cosas. Aun así, en su pecho late un corazón idealista y bondadoso que solo busca el bien para sus semejantes y los demás, si estos son capaces de demostrar la misma pasión por una causa noble y justa. En su ignorancia, con la humildad de conocerse como una ignorante en un mundo de titanes, desea desde el interior de su ser poder unir las concepciones del pueblo Kaldorei. Aishara de la Casa Crestargenta, madre de Sharinay
  9. 1 point
    Historia La pequeña polilla revoloteaba pacíficamente. Sus alas recubiertas de pelusa plateada brillaban en contraste con la tenue luz lunar que se filtraba por las vidrieras opacadas por el paso de los milenios y el polvo acumulado en ellas. El insecto, ajeno del lugar donde se encontraba, se daba leves golpes contra el desgastado cristal, buscando ,no , ansiando, una libertad que le había sido privada sin razón. Ni siquiera había visto lo que la esperaba fuera, pues como todo lo que moraba entre esos muros, había nacido en la oscuridad, entre el polvo y la sombra, ajena al exterior. Pero el insecto, ignorante de la futilidad de su esfuerzo, luchaba heroicamente para atravesar el cristal. Valiente cruzado, tenaz en una batalla que no podía ganar. ¿Y para qué? ¿Porqué ansiaba con tanto ahínco como para dañarse a si mismo el salir al exterior, un lugar que no conocía? ¿Que no comprendía? ¿Que ni siquiera sabía si existía? ¿Acaso sentía en su pecho ese mismo ardor? ¿El ansía por conocer, el ansia por extender? ¿Por dar un paso más, por liberarse de los yugos y las cadenas impuestos sin motivos, solo por el mero hecho de limitar su potencial? Un golpe. Otro golpe. Uno tercero, pero nunca llegó el cuarto. Las alas de dibujos sinuosos de la polilla se encendieron en un brillo violáceo y se consumieron en un ápice de segundo. Donde antes revoloteaba el pequeño insecto, solo quedaron unas motas arcanas que desaparecieron en breves. La joven elfa parpadeó, sorprendida y saliendo de su ensimismamiento. Tragando saliva, giró el rostro, incorporándose en la pequeña mesa ante la cual estaba sentada, para observar el gesto severo y adusto de la elfa de la noche de rostro maduro e irritado que se plantaba ante ella, delante de una gran pizarra de color oscuro como la noche sobre la cual resplandecían numerosas runas de colores que bailaban del blanco al violeta pasando por azul y rojo. Las pequeñas velas arcanas que flotaban en la sala fueron intensificando su brillo, según la furia se iba acentuando en la altonato adulta. Su larga sombra se extendió, mientras su figura parecía crecer por segundos mientras la de la joven sentada frente a ella se encogía sobre si misma, rezando a lo arcano adquirir la capacidad que había leído en los libros que tenían ciertos reptiles con caparazón, escondiéndose en si mismos para huir de la furia de su progenitora. Cuando habló, no hubo gritos, ni salidas de tonos. Ni siquiera el gesto adusto y gélido de finos rasgos élficos de su madre se rasgó más allá de la fina linea dibujada por sus delicados labios violáceos. Su tono, frío y cortante, hizo desear a Sharinay que se hubiese puesto a gritar y a balbucear. -Es la quinta vez esta semana, Sharinay, que te distraes en nuestras prácticas y repasos de la conjuración abjuracional teórica al antiguo estilo Suramaritano. ¿Es que acaso he de asumir por tus constantes pérdidas de atención, que no te interesan los temas que estamos dando? ¿O acaso es que soy mala instructora? -¡N-no madre! Solo... solo estaba mirando a una polilla y me... distraje... -Balbuceó la joven elfa, cuyo pelo turquesa descendia en una coleta por su espalda, agachando la cara hacia adelante con una inclinación de sus largas y violetas pálidas, casi grisáceas orejas, en una pose de sumisión absoluta. -¿Te distrajiste? Ya veo. Los pasos de su madre resonaron con el ruido de sus estilizados zapatos mientras esta se acercaba a la vidriera opaca donde hace un minuto estaba la atención de su hija centrada. Posando sus delicados dedos de largas uñas sobre el cristal que impedía ver el exterior de Eldre'thalas, comenzó a bajarlos lentamente, haciendo un ruido extremadamente agudo que causó que Sharinay se encogiese sobre si misma con expresión de dolor. -¿Crees que no lo he visto, hija mía? ¿Crees que no lo he notado? ¿Tus miradas hacia los largos pasillos protegidos que conducen al exterior? ¿A la muerte? ¿Tu también quieres irte? ¿Tu también quieres morir ahí fuera, donde solo existen demonios, donde solo espera tu final? -¡No madre, no es eso! ¡Pero... no puede estar todo tan mal como dec...! - No acabó su frase, pues su madre se apartó del ventanal con un golpe de toga y capa de larga seda púrpura, mientras se encaminaba hacia la puerta. -¡Harás como tu padre, su sangre maldita corre por tus venas, siempre lo ha hecho y siempre lo hará! ¡Saldrás al exterior y morirás, dejándome sola! ¡Cuanta deshonra ha de afrontar Aishara de la Casa Crestargenta antes de que los pecados de mis antepasados queden saldados! ¡Azshara me dea paciencia y un saco para llev...! - Los barboteos de la elfa madura se cortaron de golpe cuando la puerta de madera crujió con un seco portazo al salir airada de la polvorienta sala de estudio. El golpe de la puerta fue seguido con el apagón de todas las velas que mágicamente iluminaban tenuemente la sala. En la penumbra, Sharinay desvió la vista hacia los leves rayos de luz que apenas conseguían filtrarse por las polvorientas cristaleras. Levantándose en silencio, apoyó las suaves yemas de sus dedos sobre los vidrios de colores opacos y deslizó los dedos con lentitud dejando sendos surcos donde su piel apartaba la espesa capa de polvo que los había recubierto. Aun así, el exterior permanecía oculto tras una barrera de grueso cristal colorido. No podía romperlo, lo había intentado ya hacía décadas, su madre se había encargado de evitar posibles fugas, traumatizada en secreto por la marcha de su progenitor antes siquiera de nacer ella. Apoyó la frente contra el frío cristal, cerrando los ojos. En su mente, vislumbró a una pequeña polilla, de alas brillantes y violetas, alzándose hacia el infinito cielo nocturno, lejos, lejos de esa prisión de polvo, roca, y libros. ***** Bajo la plateada luz de la gran Dama Blanca, cuya presencia iluminaba el firmamento y los corazones de los hijos de las Estrellas que hacían sus tareas bajo su protectora vigilia, una joven elfa caminaba con aires animados y embobados, observando su entorno con fascinación absoluta. Alguna mirada se desviaba hacia ella, los ojos más suspicaces percatándose realmente de su herencia y mostrando sendas expresiones de desagrado, pero gracias al bien pensado acierto de adquirir una toga más humilde de manufactura Kaldorei, Sharinay pasaba desapercibida bajo la apariencia de una elfa joven, pues un rostro impoluto libre de marcas y un rostro y rasgos más suaves e infantiles que lo normal para elfas de su edad ayudaban a atenuar su contraste. Observaba los ríos, observaba los lagos, observaba los canales que como venas recorrían la verde ciudad llenándola de frescor, llenándola de vida, llenándola incluso de curiosos seres que vivían en el liquido elemento, respirando agua como ella respiraba aire. Escurridizos y asustadizos, se movían en su terreno con suma agilidad y velocidad. Las casas y edificaciones que en armonía abrazaban en espiral los árboles sobre los que se asentaba rezumaban vida. Estandartes de vivaces colores, violetas, azulados, plateados, verdosos, ondeaban bajo el fresco viento que silbaba entre los altos edificios. En ellos los elfos reían, los elfos cantaban, elfos que traian las artesanías hechas con sus propias manos para ser cambiadas por otros bienes útiles, eran elfos felices, elfos vivos. Eran elfos libres. Sin quererlo, los pasos la condujeron por encima de los pétreos puentes que se alzaban sobre el frescor de las aguas que bañaban la capital y se fusionaban como nacidas del mismo suelo verdoso que recubría todo. Al fondo observaba un inmenso edificio, de belleza plateada. No sabía porqué había superado el miedo, el temor de acercarse a tal lugar, pues su impresionante estructura encogía el corazón con solo mirarlo, pero en el fondo de su alma, una breve llama iluminaba, instándola a avanzar, a acercarse. A posteriori sabría que se trataba de el Templo de la Luna, pero ignorante de a donde se dirigía, no podía más que maravillarse según se alzaba en todo su tamaño ante ella. Donde el mármol y la roca de Eldre'thalas era opaco, era gris, polvoriento, era el olvido, era la muerte, la pálida y plateada roca del templo brillaba, pura, hermosa, instándola a acercarse, instándola a entrar. Un conglomerado de Kaldorei de todo tipo iban acercándose al edificio, con calma y manteniendo un silencio ceremonioso bajo la atenta mirada de las disciplinadas guardianas Kaldorei. Por un momento, el miedo de mezclarse con semejante numero de Kaldorei atenazó su corazón ,pero esta presión fue rápidamente sustituida. Desde el fondo de su corazón, unas alas golpeaban contra una vidriera, instando a su cerebro a avanzar, a seguir hacia adelante. Con paso acelerado, con cuidado de no chocar con nadie, avanzó lentamente entrando en el inmenso edificio. Según entraba, deslizándose entre elfos y elfas, el ruido calmo empezó a sonar en sus largas orejas. Era una voz, pura, que inflamaba el alma, henchía el corazón. La escuchaba baja al principio, pero cuando asomó por bajo el brazo de un corpulento macho, pudo ver una belleza que opacaba todas las maravillas que había experimentado desde su salida de la ciudad perdida de Feralas. Una gran poza, de blancas aguas que emanaban una energía que hasta ella notaba, y en el medio, con el agua blanquecina hasta las rodillas, una figura femenina. Bella y solitaria, con nada más que una vaporosa toga blanca recubriendo su cuerpo. Una larga melena de color azulado se deslizaba por su espalda, sin ningun adorno, sin ninguna fruslería. Y aun ante la carencia de joyerías y cualquier tipo de adorno u orfebrería, era más bella, más digna, más imponente, que su madre aun engalanándose en sus mejores ropajes. Su voz, potente como una cascada brava, sedosa y suave como la brisa del viento que mece las hojas bajo el son de la mañana, se alzaba primero leve, como una marea de emociones que asciende y se intensifica, para ser acompañada luego ,paulatinamente, poco a poco, como escenificando un alba, por medio centenar de sacerdotisas que sentadas, en ropajes tan hermosos y a la vez tan simples como los de la Suma Sacerdotisa , rodeaban en semicírculos la poza lunar donde Tyrande cantaba en un idioma cuyo significado se escapaba para Sharinay. Bajo la intensa luz de Elune que se deslizaba a través de los cristales de la inmensa vidriera en el centro de la bóveda de mármol blanco, cientos de kaldorei escuchaban en silencio respetuoso y ceremonial, el hermoso canto de la suma sacerdotisa. Y entre toda la muchedumbre, entre toda esa maravilla y magnificencia, una joven altonato lloraba, con sendos goterones descendiendo por sus impolutas mejillas, incapaz de entender como tal belleza podía existir en el mundo.
  10. 0 points
    En unos días me iré del país y dudo mucho poder seguir conectando. No se si volveré o no y la verdad no me atrevo a descartar ni a asegurar nada. Intentare dejar todo resuelto antes de así que cualquier cosa que crean esta pendiente conmigo me la comentan por discord antes del sábado o callen para siempre. Con amor <3 Jano.
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