El viejo Kroko Loko

[Nathan 226]

Hace muchos años, en la era de los grandes bosques, donde sus señores gobernaban a su gusto y la selva cambiaba con su voluntad, el arte caza se forjó para su agrado y exhibición. La caza era el principio de la supervivencia, ponía en marcha el fuego de la vida y la muerte y solo los más fuertes tenían el honor de sobrevivir. De todos ellos El Gran Tigre, El Rey de la Selva, El Orgulloso Cazador era el  mejor. Él que adora las demostraciones de fuerza y perseguir a presas que no rivalizan con su poder. Nadie le iguala físicamente en el espeso bosque del que provienen los Loas y por eso representa el poder, la fuerza y la realeza. Era envidia y temor de sus hermanos de la anciana selva donde toda sangre que cayera al suelo reclamaba como suya.  Sus grandes zarpas alcanzaban a toda bestia tan estúpida como para tratar huir de el y podía atrapar a las criaturas voladoras de los arboles con un salto gracias a sus poderosas patas. Su miraba paralizaba a su presa y helaba el aire quien expectante esperaba ver una matanza y demostración de fuerza, pero este descubrió que dentro del poder del tigre había también elegancia y que no cazaba más allá de lo que necesitaba. Era el espíritu de la caza que mueve el mundo y equilibra la naturaleza.

Un día convocó a sus hermanos del bosque primigenio para declarar con una prueba quien era el mejor de todos. SU rugido hizo salir a la pantera, la serpiente, la araña e incluso al sabio murciélago de su cueva. Todos se reunieron, todos a la vista, menos uno. El resentido escorpión escuchaba bajo tierra ensuciando su espíritu con el veneno oscuro de la envidia. Deseaba más que nadie dar una lección al rey pero el no era bienvenido en la superficie. Marcaba a sus presas con veneno que las hacía enfermar durante días y llenar la selva con bramidos de dolor, marcando a todas las posibles y acaparandolas para si, nunca dando la cara, ganándose el desprecio del Rey y la confrontación con la Madre Tejedora quien le reprendía por el uso excesivo e irresponsable de la ponzoña.  Antes del día de la gran caza para vengarse y saciar su sed de crueldad marcó a casi todos los animales destinados a ser presas.  Cuando la reina pantera salió de su manto de sombras y se abalanzó sobre la espalda del capibara saboreó en su paladar el veneno en la sangre de este. La gran reptadora al asir  con su cuerpo constrictor al tucán sintió a traves de sus antiguas escamas como este estaba débil y enfermo. Los señores de la selva estaban consternados pues alguien había mancillado aquella gran caza y temieron por la ira del Rey Tigre. El señor de la caza, quien veía la muerte y la vida a través de sus ojos, contuvo su ira real  y dijo a sus hermanos del bosque que el escorpión traidor caería por su ofensa y por mancillar la cacería con la cobardía de sus actos, pero no sería bajo sus zarpas ni en aquellos bosques. 

 

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Una hoguera de comportamiento impredecible separaban al viejo Kroko Loko de Raeg, quien escuchaba el relato del anciano. El final de su historia llegó y con ello el fuego pareció tranquilizarse pero eran ahora los ojos del anciano cazador los que se movian nerviosos y abiertos, como si un rumor de fatalidad acechara en cada sombra. Caminó con saltos y pasos supersticiosos hasta la vera del chamán orco para mirarlo fijamente y escudriñar en su semblante si podía confiar en él. Raeg contempló su rostro nervudo y afilado, con arrugas marcadas pero sujetas como la hiedra centenaria que crece aferrandose a su sustrato, en el que sobresalía el colmillo roto y se sentía en su rostro como si hubiera perdido una extremidad irreemplazable.  

 

- Tu ´olo no podráh hamá - movió su rostro hacia el fuego y se irguió mostrando a la luz un cuerpo trabajado que luchaba contra la edad y que pese a su regia curvatura seguía con aquel porte de guerrero tribal - Mi´ antepahado´ dicen qu´es  mahico y ´u caza traerá properidah, pero la verdáh eque  ehtá embrujao.

 

- ¿Embrujado? - pronunció Raeg entre la incredulidad y la prudencia -

 

- Trae a túh amigoh, eha ´erá otra hitoría.

 

 

// El evento está pensado para durar 2 o 3 días. Podemos empezar maña por la tarde si estáis de acuerdo. puedo estar hasta las 00:00, así que sería recomendable empezar sobre las 20:00 si esperamos que cada sesión dure 4 horas aprox. Sin embargo si a alguien no le importa empezar antes, digamos por la tarde a las 18:00, también estaré abierto a esta posibilidad.

Lo hago con intención de mover algo la zona. Menciono a los jugadores que hasta ahora he visto moviendose por los Baldios para conseguir maxima difusion, pero cualquier otro es bienvenido.

Postead vuestras preferencias encuanto a horarios. 

@Curly @Elireth @Stannis the Mannis @SwordsMaster  @Imperator @diacono17 @Haldaron

 

 

Editado January 27, 2019 por Nathan

[SwordsMaster 1.027]

 // A mi desde las 20 me viene bien. Desde las 18 podría quizás, realmente no tengo idea.

En cuanto a días..... Debería de estar siempre a no ser que surja algo.

Editado September 9, 2017 por SwordsMaster

[Imperator 766]

las 20:00 me parece buena hora

[Nathan 226]

Sesión Pre-evento

 

La Ponzoña bajo tierra

 

Kroko Loko tomó a Raeg, Drakar y Zajani y fueron hacia el oeste dejando atrás el polvo y el movimiento del Cruce para adentrarse en el seco y basto paraje de los Baldios. Llevaba día siguiendo un grupo de cebras que avanzaban desde el sur hasta el noroeste y el siguiente punto de paso era cerca de los Baldios. Zajani fue astuta y observó como no era ni el lugar ni la fecha indicada para esos movimientos inusuales en las cebras, lo que llamó la atención de Kroko Loko y dio brillo a sus ojos. Concedió que aquellas cebras huían ¿de qué y por qué? una historia en el fuego les respondería mejor si la caza gratificaba a los loa.

Llegaron a un paso estrecho entre dos colinas rocosas que acaba en una zona amplia y llana de pasto. Al final del paso una colina pequeña y poco abrupta que dividía el paso mayor en dos menores en forma de V. El viejo cazador troll les dijo que este sería el destino de las cebras como el rey de la selva le enseño a leer, pero ellos debían de aprender por su cuenta a partir de ese momento. Les dejó solos y se ocultó.

El grupo al principio perdido discutió que opciones tomar. Sin preparativos ni información previa recabaron cuanto pudieron. Zajani tomó la iniciativa planteando moverse hasta la cima de la pequeña colina donde sería la comunicación entre ambos orcos, quienes avanzarían por los pasos y rastrearían con ayuda de sus huargos por qué vía avanzaban las cebras. Tras identificar el lugar de paso plantearían una emboscada, o al menos ese era el plan inicial.

Raeg hizo avanzar a Kossar y después rastrear el olor de las cebras gracias a un resto de cuero que Drakar había conseguido días anteriores, pero no parecía encontrar nada. Drakar insistió varias veces a Garra para que olfateara sin hacerlo avanzar hasta que este respondió con nerviosismo y afirmación a las peticiones de su amo: las cebras se aproximaban por su camino. Mandó señales con los brazos a Zajani quien desde o alto de la colina estaba cegada por la luz de cara del atardecer del sol. La falta de despues de la cazadora se tradujo en una insistencia mayor de los movimientos de Drakar con las hachas, cegando con destellos regulares a Zajani y los interpretó como la señal, así que silbó a Raeg y descendió la colina a medida que el chamán también retrocedía junto con su huargo. Sin embargo Drakar no interpretó la bajada de Zajani como una señal para desistir y tomar posiciones por lo que insistió en sus señales con las hachas mientras sus compañeros se escondía entre la maleza y el rocaje, preparando y afilando sus armas.

El temblor de un grupo de 9 cebras encabezadas por el macho alfa corrían a un ritmo inusual, asustadas, tanto que al llegar a la altura de Drakar y percibir su figura y la del huargo junto con el destello viraron hacia colina de forma abrupta, tanto que dos de ellas se separaron del grupo rpesas del pánico más primitivo y arramblaron por la ladera de la colina golpeando a Zajani y despeñándose al otro lado de esta. Drakkar ante el repentino movimiento mandó a Garra tras el grupo de cebras al igual que Raeg ordenó a Kossar avanzar hacia ellos para interceptar a alguna y con la presencia de ambos lobos lograron reconducir la manada alocada mientras que Zajani se recomponía de su caída por la ladera y acababa con la vida de unas cebras agonizantes e invalidas. Ambos huargos se aprovecharon de la emboscada y la lateralidad para saltar sobre los cuartos traseros de dos cebras y forcejear con ellas en el suelo para que después sus dueños acabaran rápidamente con sus vidas.

 

Kroko Loko volvió cuando la nube de polvo pasó y la manada estaba ya suficientemente lejos. Les espetó al grupo la falta de destreza, la suerte que había caido sobre ellos y la ausencia de majestuosidad en el ejercicio de su caza, pero sus reprimendas tomaron menos relevo por un hecho mayor: algunas cebras presentaban picaduras donde el olor a veneno y sangre seca rezumaban. Kroko Loko envió al grupo al Cruce donde les daría su historia al día siguiente; mientras tanto él tenía el deber de quemar aquellos cuerpos y extraer la ponzoña del Gran Colorao.

 

// empezamos a las 20:00, sin embargo si pueden estar media hora antes para calentar y evitar los posteriores retrasos del inicio del rol mejor. Hasta entoces.

Dejo aquí la invitación al chat de Discord para el evento: https://discord.gg/Pd8Zcf

Duración: 4 horas aprox.

Participantes y habilidades:

@Curly como Zajani: Atletismo/ Advertir-notar

@diacono17 como Drakar: Atletismo + Garra: Atletismo / Rastrear/ Zarpazo

@Nathan como Raeg: Lanza 1M / Atletismo + Kossar: Rastrear / Zarpazo

Editado September 10, 2017 por Nathan

[Nathan 226]

Parte 1 - La rata verde que presenta al escorpión rojo

Pupilas dilatadas, lengua azul, un mono que deseaba meter el denge en el kraku de Akoni: todo apuntaba a una Baya Juju de las islas tropicales más allá del hogar de los trol. ¿Como había llegado hasta ella? no parecía la clase de orco que experimentaba con las visiones, y por otro lado solo conocía a un trol en el Cruce capaz de poseer este manjar que conecta con el mundo espiritual. Akoni clamaba tener una misión, la revelación de cazar al Gran Colorao, es Escórpido Rojo Gigante. Sin embargo en su camino se topó con orcos de garfio y tridentes en mano en las madrigueras del norte y tomaron sus armas y equipo. Mal asunto, una desgarradora faucedraco era un botín excelente que añadir a la colección de extremidades intercambiables de un Mano Destrozada. Partieron en su búsqueda de forma que Kossar hacía de lazarillo de una Akoni aún traspuesta (pese al pelo de raíz de pezuña de Yorn que Raeg le había hecho tragar) a la vez que rastreaba aunque su olfato se viera superado por la cantidad de esencias que había en el aire polvoriento y cargado del Cruce en plena mañana productiva.

 Al encontrarlos finalmente Raeg mando a Kossar rodear las madrigueras de los dos ladrones, y haciéndose pasar por otro traspuesto en medio de una revelación, usó su capuchón de lobo para dar ordenes a Kossar mientras tristraía a unos Mano Destrozada que se burlaban de ellos. Una ultima afrenta colmó la paciencia de Akoni, pero para entoces Kossar había recuperado sus pertenencia y Raeg la convenció para desistir y proseguir con el destino de su revelación.

*****

Parte 2 - Los dos corredores de las llanuras

Kroko Loko movía su sonajero de hueso y piel mientras daba saltos ritualisticos ante el caldero. No hizo falta que el Lobo Gélido y la Faucedraco pronunciaran ni una palabra. El viejo lanza negra los estaba esperando, aunque le sorprendió que aparecieran tan pronto. Lo que sabía así como lo que sus palabras ocultaban llevaron a Akoni a buscar respuestas al caldero donde Kroko Loko echó una gota de veneno que contenía un vial verde. En las burbujas y su movimiento la joven cazadora viajó a través de imágenes y emociones que remontaban a los primeros días de Azeroth, y el vapor que aspiró le mostró la forma y el por qué del Gran Colorao. Para hacerle aparecer y emboscarlo, decía Kroko Loko, tenían que marcar una pieza con su ponzoña. Una prueba les esperaba: antes de cazar al depredador hay que conocer a la presa. Krangan hizo acto de presencia, aunque realmente llevaba un tiempo observando las parafernalias del trol.

Juntos fueron hacia un corral a las afueras, junto al mar de tiendas a los pies de los muros de la fortaleza-ciudad. Dentro un majestuoso zancudo, de cuerpo pequeño pero patas extremadamente largas. El zancudo observó a los tres y al viejo conocido trol. Mientras entraban y posicionaban el zancudo se situó sobre una pata con aire altanero y orgullo, graznando a todos. Un Krangan directo y dispuesto a terminar pronto se aproximó pero el ave de las llanuras le arrojó tierra a la cara con su pata libre. El resto del rodeo consistió en Akoni y Kossar avanzando hacia el zancudo, haciendo retroceder su posición, hasta que se perfiló frente a Krangan. Cuando el tauren arrambló en carrera contra él un viejo miedo en la sangre se despertó haciéndole saltar, o almenos intentándolo, pues Krangan lo interceptó y retuvo contra uno de los postes del corral. Akoni lo ató habilmente y Kroko Loko lo anestesió con la ponzoña del Gran Colorao. La presa estaba lista y débil, el depredador rojo que espera bajo tierra no se contendría ante tal oportunidad.

*****

Parte 3 - El Gran Escórpido Carmesí

El camino dio lugar a la vereda y la vereda al campo abierto. Kroko Loko los llevaba hacia el sur, muy hacia el sur, donde sus visiones le habían indicado el lugar en el que el Gran Colorao caería. La tarde caía y el calor no cesaba, pero tampoco el ímpetu de los cazadores. Los huesos y bestias muertas anunciaban el paso del escorpión. En el horizonte dos montículos de piedra y tierra se divisaban, aquel era el lugar. Kroko Loko les mostró un mural pintado sobre la roca tiempo hace. En él, una montaña con cuernos plantaba cara al escorpión mientras dos Lobos sujetaban su aguijón. Sobre el lomo de pintura roja una joven con alas de membrana (serpiente alada, murciélago o dragón) daba fin a la existencia de aquel ser que insultaba a Shirvalla y mancillaba la caza. Krangan, que cargaba con un dócil zancudo, lo plantó en la depresión entre ambos montículos mientras Kroko Loko bendecía las armas de Akoni para que fueran capaces de romper el caparazón. El tiempo corría, la tierra bajo ellos comenzaba a temblar, el polvo se levantaba, y a través de sus pies sentían los crujidos que emitía el escorpión. Kroko Loko ascendió por uno de los montículos y comenzó a clamar al cielo y movía su sonajero a un ritmo que aceleraba los corazones.

La tierra de la depresión se hundió, medio zancudo desapareció en el movimiento, unas pinzas retorcidas y afiladas emergieron levantando polvo y piedra, también una cola colorada y ancha que golpeó a tauren y lobo gélido. La bestia se alzaba con el traqueteo de sus patas inquietas y se sacudió la tierra acumulada sobre él. El Gran Colarao chilló al cielo, apuntando hacia Akoni que le retaba desde lo alto de un montículo. Los golpes parecían no afectarle, ni si quiera los del mazo de guerra del poderoso tauren, solo cuando la cazadora hija de los Nelghor-Shomash saltó sobre su chepa y clavó su desgarradora la bestia roja comenzó a peligrar y así lo mostraba en sus incesantes movimientos y ataques. Saltó y giró sobre si misma arramblando con su cola, clavó su aguijón e inyectó su ponzoña en el cuerpo de la faucedraco, pero nada le separaba de su trofeo mientras tuviera fuerzas para sujetar su desgarradora clavada en la quitina y para golpear con su hacha. El mazo de Krangan amenazó la integridad de sus pinzas y el ser, inteligente, se lo arrebató, pero el bravo corredor de los Baldios no dudó en usar sus manos desnudas para golpear la "cara" del Gran Colorao aún exponiéndose a la ponzoña.

Kroko Loko invocó retorcidas raices puntiaguas que atraparon al escorpión, Akoni cayó pero se levantó y luchó hasta el punto de romper una de sus piernas con el tajo súbito de ambas armas, los elementos descendían sobre la apertura en el caparazón de la bestia. Rodeada, atrapada y coja expulsó su ponzoña por todos los espacios de su armadura, quemando la piel y corroyendo las armaduras. El viejo lanza negra saltó sobre el escórpido muy a pesar de Akoni que reclamaba la gloria del golpe final. El escorpión no dejo ese honor a su viejo amigo trol, trató de lanzarle fuera de su caparazón, y se expuso lo suficiente para que el encantamiento de las armas de Akoni quebraran sus placas de quitina. Vapor y ponzoña empezó a emanar, siendo llevados por el viendo y tragados por la tierra: la bestia estaba hueca. El viejo Kroko Loko se postró con emociones encontradas, despidiéndose de su viejo amigo pero obligado a celebrarlo. 

 

 

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Duración: 7 horas

Participantes y habilidades

@Galas como Akoni. Habilidades usadas: reflejos - defensa - escalar - atletismo - desgarradora faucedraco (maza 1m) - hacha de mano 

@Maw como Krangan. Habilidades usadas: reflejos - defensa - atletismo - martillo de guerra (maza 2m) - CC desarmado (equilibrado) - arma lengua de fuego

@Nathan como Raeg. Habilidades usadas: reflejos - defensa - CC Garras (equilibrado) - llamar elemento -protección elemental - toque elemental - sanación/hierbas - adv/notar + Kossar: atletismo - sigilo - rastrear - defensa

 

Consecuencias:

- Vuelve la paz y la salud mental para muchos de los habitantes del Cruce

 

Botín: buenas piezas de quitina. 

Editado February 9, 2019 por Nathan