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diacono17

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  1. diacono17

    Decoradores

    me parece excelente la idea de @Psique, apoyo total.
  2. diacono17

    Yao Lee

    Nombre: Yao Lee Atributos6 Físico8 Destreza6 Inteligencia6 PercepciónValores de combate24 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa10 Ataque CC Sutil (Katana)10 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 Katana 1 Cabalgar 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 2 Sigilo 1 Tallar en Madera Inteligencia 1 Callejeo 1 Fauna 1 Navegar 1 Supervivencia/Cazar 1 Tradición/Historia Percepción 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Música 1 Rastrear 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones
  3. diacono17

    Yao Lee

    Nombre: Yao Lee Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 20 Altura: 1.75 Peso: 75 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Mercenario-Errante Historia completa Descripción física: Yao es un hombre atlético de 1.75 metros de alto y pesa 75 kilos, su piel es curtida por el trabajo físico y su andar errante, tiene ojos color negro y cabello negro largo algo desgreñado; su piel está llena de cicatrices por las heridas de las golpizas que recibía cuando robaba en su niñez, usa ropas ligeras, botas de cuero ligero y en sus brazos lleva vendas para protegerse al momento de luchar, usa abrigo con capucha. su rostro es de aspecto firme y tranquilo y sus manos son callosas. Descripción psíquica: Yao es de naturaleza calmada y calculadora, le gusta apreciar lo natural y preservar las costumbres, el honor y la palabra es algo fundamental en su vida y piensa que sin eso las personas no son nada, de igual manera le gusta apreciar el arte y cualquier expresión que simbolice las costumbres de los pueblos. Yao mantiene la mente abierta al aprendizaje y busca su lugar en el mundo. Historia El vagabundo Desde que tenía memoria el pequeño Yao Lee siempre estaba solo, no recuerda una familia a su lado ni nadie que lo cuidara, solo la mano de aquellos que se apiadaban de él y le regalaban alguna que otra cosa de comer para no morir de hambre. A sus tempranos 10 años, pasaba muchas necesidades como muchos otros huérfanos de la guerra contra aquellos seres verdes que habían querido destruir a los humanos. Refugiado en la ciudad de Lordaeron vivía Yao, solo recuerda aquella ciudad pues desde que tiene conocimiento habia vivido en ella; sin padres que le pusieran limites vagaba por toda la ciudad y conocía todos sus callejones y recovecos, pues un huérfano aprende cualquier cosa para sobrevivir. Cada día era una nueva aventura para Yao, nunca sabía que tendría que hacer para poder comer, ya fuera ayudar en algún trabajo o tener que robar. Cuando tenía la oportunidad de ayudar a algún mercader o dueño de alguna tienda lo recompensaban con una pieza de pan o alguna fruta, pero cuando las oportunidades de trabajar eran escasas, sus manitas agiles y pies veloces le eran de gran ayuda, muchas veces no lo descubrían pero cuando era descubierto conocer las calles le ayudaba a escapar, aunque otras veces era atrapado y luego de una fuerte golpiza duraba varios días sin poder levantarse; era un constante vaivén de emociones y adrenalina, así era la vida de un vagabundo. Un día, después de varios días de recibir una fuerte golpiza por haber robado unas manzanas de un mercader, Yao caminaba por las calles con la mirada baja y un fuerte dolor de estómago por el hambre que tenía, una lagrima pegada a su mejilla yacía inerte por el sucio de su piel, en ese instante escuchó una voz que lo llamaba, Yao volteo la mirada extrañado ya que pocas veces se dirigían a él, y si lo hacían era para insultarlo o para ponerlo a hacer algún trabajo, Yao se dirigió hacia la persona que lo llamaba, era un hombre grande y corpulento, se veía sucio pues trabajaba en una forja de metales, el hombre le preguntó cómo se llamaba, se quedó sin decir palabra por unos minutos, era la primera vez que le preguntaban su nombre y hasta ese momento ni el mismo sabia como se llamaba pues nunca había necesitado un nombre, el hombre ya comenzaba a mirarlo con extrañeza ya que no respondía su pregunta, para no hacerlo enojar dijo lo primero que se le vino a la mente, Yao Lee, esas fueron las palabras que pronunció, no sabía porque pero eso fue lo único que su mente le brindó, el hombre lo miró extrañado y le dijo que tenía un nombre muy raro, pero le restó importancia y lo hizo seguir, le explico que necesitaba un mandadero, un chico que entregara los pedidos de sus clientes ya que él tenía mucho trabajo y se le hacía imposible entregarlos a tiempo, si el aceptaba le daría un pequeño lugar en su taller para descansar en las noches y el alimento, Yao acepto sin dudarlo pues era lo mejor que le podía pasar en ese momento; desde aquel instante se convirtió en el mandadero del herrero. Había pasado algo menos de un año y Yao seguía trabajando con aquel herrero, hacía muy bien su trabajo y aquel hombre estaba feliz con su ayuda, mientras la vida pasaba normalmente entre lo cotidiano, algo más grande avanzaba hacia la ciudad, la gente por las calles corría con miedo y gritaban que los muertos se habían levantado, al escuchar aquel alboroto el herrero y Yao salieron a la calle encontrándose con aquella información que les heló los huesos, el herrero le dijo a Yao que ya había escuchado historias recientes de granjas cercanas donde habían visto tales cosas pero que se había negado a creer pues parecía algo imposible, pero ahora al ver tanta gente corriendo por su vida solo le tocaba aceptarlo, el herrero le dio unas monedas a Yao y le dijo que escapara, que si se quedaba correría peligro, el tomaría algunas armas que tenía y reuniría algunos hombres para poder combatir, Yao obedeció y con lágrimas en los ojos le dijo adiós a su buen amigo. Recordando los recovecos de la ciudad, Yao logró escapar y ponerse a salvo, más adelante afuera de la ciudad encontró una caravana que también escapaba y se unió a ellos. Durante un tiempo viajaron hasta que llegaron a una gran ciudad, Yao preguntó dónde estaban, y le dijeron que era la ciudad de Stromgarde, maravillado observaba la ciudad y la cantidad de soldados que cuidaban sus puertas, lentamente mucha gente entraba, todos refugiados por la guerra y por la plaga; de nuevo Yao estaba donde había empezado, sin hogar y solo en las calles, durante un tiempo permaneció en un orfanato, pero poco a poco los recursos se acababan y los niños más grandes tenían que irse, cuando cumplió 15 años su tiempo llegó, la mujer que cuidaba de los niños con la miraba baja le dijo que se tenía que ir, sin decir una palabra solo dio la vuelta y salió del lugar, por un largo tiempo había estado esperando ese momento así que no le importó, ya había visto salir a muchos por esas puertas. Luego de partir del orfanato comenzó a vagar por las calles y a realizar todo tipo de trabajos solo por la comida, desde trabajar con comerciantes hasta trabajos ilegales, todo por sobrevivir, también se unió a un grupo de mercenarios donde aprendió algo de combate y manejo de espadas, no le gustaba la violencia, pero sabía que esos conocimientos le serían útil en su vida para sobrevivir, ya que el mundo es un lugar agresivo, eso pensaba Yao, pero igual sabía que tenía mucho por mejorar, siempre hay alguien mejor, decía. así vive Yao, tratando de encontrar su lugar en el mundo cada día que pasa, respetando la vida y a lo natural; ahora ya todo un hombre con 20 años continúa vagando y aprendiendo, Yao piensa que la vida es como una hoja que floja en el viento, planeando sin rumbo fijo, esperando que el viento lo mueva hacia donde su corriente es más fuerte…
  4. Nombre: Thalanor Runator Atributos6 Físico7 Destreza7 Inteligencia6 PercepciónValores de combate24 Puntos de vida21 Mana7 Iniciativa9 Ataque CC Sutil (Arma Sutil)9 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 Espada de una mano 1 Cabalgar 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar Inteligencia 1 Sanación/Hierbas 1 Tradición/Historia 1 Alquimia 1 Venenos 2 Evocación Básica 2 Toque de Energía Percepción 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Rastrear 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones Evocación
  5. Nombre: Thalanor Runator Raza: Sin'dorei Sexo: Hombre Edad: 250 Altura: 1.85 Peso: 80 Lugar de Nacimiento: Quelthalas Ocupación: Herborista-Alquimista Historia completa Descripción física: Thalanor mide 1 metro 95 centímetros y pesa 85 kilogramos, su cabello es largo y negro, de piel pálida pero áspera debido a su andar errante y algo descuidado, sus ojos tienen una tonalidad verde brillante, de rasgos fuertes y marcados; tiene una cicatriz en su pómulo derecho, al parecer ocasionada por un corte de arma blanca en alguna practica de esgrima con su padre. Descripción psíquica: Thalanor es reservado y poco expresivo, aunque cuando alguien gana su confianza, lo cual es difícil, puede ser sociable y hasta bromista, pero de una forma algo cruel lo cual le ha costado mucho en su vida social, por lo cual la mayoría del tiempo se mantiene alejado y en soledad; la mayoría del tiempo es taciturno ya que carga con una gran tristeza en relación a todas sus experiencias adversas; es calculador y reflexivo, y si es traicionado o atacado se torna vengativo hasta conseguir su objetivo. Historia Thalanor nació en una familia, cuyos antepasados siguieron el camino de la magia, su destino estaba escrito desde antes de nacer, su padre, el padre de su padre y el padre de este, desde que el tiempo tiene memoria fueron magos y era lo que le esperaba a Thalanor. Unos instantes después de nacer y sin tener conciencia de lo que pasaba, la tragedia llego a su vida, su madre sin razón aparente perdió la vida, su energía se fue, la chispa de la vida partió de ella sin explicación, sin sentido, algo que lleno de ira al padre de Thalanor, ya que aquella Elfa era su gran amor, de alguna forma sintió que Thalanor había tomado la vida de su amada, lo cual lo hizo mirar a su hijo con rabia, pero debía ocultarlo, era sangre de su sangre y su primogénito, su heredero en los conocimientos arcanos, era mejor guardar silencio o eso pensó en aquel momento. Thalanor fue creciendo sin el amor de una madre y con el odio silencioso de su padre, aunque no se lo decía, Thalanor lo sentía en su mirada y en cada gesto que desaprobaba cada cosa que hacía, sin recibir ninguna muestra de cariño de su padre se fue haciendo solitario y taciturno, debido a esto y para encontrar un refugio al rechazo, comenzó a estudiar las plantas en los bosques de Quelthalas, tanta diversidad y belleza lo llenaron de curiosidad, por lo cual se interesó en saber mucho más de las plantas, en la biblioteca de su padre encontró un libro sobre la clasificación de plantas de aquel bosque y desde ese momento sus estudios se volvieron su escape. Desde pequeño Thalanor fue entrenado por su padre Hiterion Runator, en los caminos de la magia, aunque Thalanor nunca fue un gran aprendiz como lo fueron sus antepasados, cosa que molestaba aún más a su padre; para calmar su enojo también entrenaba a Thalanor en el arte de la espada, en la cual era un poco mejor pero no lo suficiente para las expectativas de su padre, por lo cual simplemente lo dejaba solo, y en silencio partía, cosa que causaba más dolor en el alma de Thalanor. En las ausencias de su padre, Thalanor seguía con sus estudios de plantas, alguna que otra vez practicaba con la espada y ojeaba algún libro de magia, quizá la falta de genialidad se podía compensar con estudio y esfuerzo, eso pensaba, pero en realidad su confianza no era tan grande. Había pasado el tiempo y las cosas seguían igual, Thalanor era adulto, pero la monotonía de la vida en Quelthalas hacían que los días parecieran no pasar, solo que ese día acabaría el sueño eterno; oleadas de no muertos atacaron Qulethalas, todo era una confusión, magos y forestales se esforzaban por repeler a aquellas criaturas nefastas, pero parecía imposible, los aliados que caían bajo sus garras se volvían enemigos y las perdidas eran más grandes aún. Thalanor sin saber qué hacer y sabiendo que sus fuerzas no serían suficientes para combatir, guio a algunos compatriotas desesperados y se ocultaron en un refugio en los bosques, que Thalanor había construido cuando hacia sus investigaciones sobre plantas. En aquel refugio improvisado permanecieron ocultos un tiempo mientras suponían que la amenaza había pasado, se alimentaban con frutas que encontraban por el lugar para no perder la energía por si tenían que actuar. Cuando creyeron que había pasado un tiempo prudente, Thalanor y los refugiados decidieron regresar a la ciudad para encontrar solo desolación y destrucción, las calles llenas de ciudadanos muertos y algunos sobrevivientes que salían solo para encontrase con la cruda realidad, Thalanor impactado ante aquella imagen, se hundía más en la tristeza y dolor que habitaba en su corazón; al poco tiempo su padre regreso de uno de sus viajes a los reinos humanos y se encontró con aquella desgracia, se pudo reunir con su hijo y con alivio saber que se encontraba bien, un gesto de amor que surgió de la adversidad, quizá dentro de el habitaba un poco de amor, en ese momento comprendió que Thalanor era el único recuerdo que le quedaba de su madre y le dio un abrazo, al cual Thalanor no supo cómo responder y solo entrar en confusión ya que era la primera muestra de afecto de su padre desde que tenía memoria; luego de compartir un momento con su padre y ponerse al corriente, el padre de Thalanor le dice que partirá con algunos sobrevivientes a reinos humanos donde se refugiaran, Thalanor guarda silencio un momento, luego de pensarlo le responde a su padre que no viajara con él, se quedara para ayudar a reconstruir su hogar y su reino, no puede partir del único hogar que conoce, después de esto y con decisiones divididas padre e hijo se despiden y desean lo mejor para cada uno, quizá el tiempo y el destino algún día los vuelva a unir.
  6. buenas a todos! la presente es para dejar algunas propuestas de decoración que me parecen interesantes y algo necesarias al momento del rol. la diligencia seria muy interesante al momento del rol si un personaje desea realizar algún viaje y busca la manera de llegar a dicho lugar contratando el servicio de alguna diligencia o carruaje en el lugar. también seria importante un barco o algún tipo de balsa para roles marítimos o de viajes por alta mar. algunos elementos decorativos como camas, estantes o bibliotecas para ambientar mas algún rol dentro de alguna casa. de igual manera seria importante dentro de lo posible npc decorativos como los otros objetos que se puedan poner al momento de un rol en el cual no se tengan npc a la mano, o para enfrentamientos, podrían utilizarse npc de las razas jugables y quizá algunos para enemigos, como no muertos, ladrones y criaturas salvajes.
  7. diacono17

    Drakar

    Nombre: Drakar de los lobo gélido Atributos6 Físico8 Destreza6 Inteligencia6 PercepciónValores de combate24 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa10 Ataque CC Sutil (Combate desarmado)10 Ataque CC Sutil (Hachas de una mano)10 Defensa Físico2 AtletismoDestreza2 Combate desarmado2 Hachas de una mano1 Cabalgar1 Escalar2 Defensa1 Nadar1 Trampas/Cerraduras1 Cría de huargosInteligencia1 Comercio1 Fauna1 Supervivencia/Cazar1 Desuello1 PeleteríaPercepción1 Advertir/Notar1 Buscar1 Rastrear1 Reflejos Escuelas/Especializaciones
  8. diacono17

    Drakar

    Nombre: Drakar de los lobo gélido Raza: Orco Sexo: Hombre Edad: 21 Altura: 2.15 Peso: 190 Lugar de Nacimiento: Reinos del este-campo de concentración Ocupación: Criador de huargos Historia completa Descripción física: Drakar es un orco fuerte y de musculatura notoria por su formación en el combate y una vida de trabajo físico, sus colmillos son medianos, ojos de tonalidad amarilla, mirada fiera y expresión seria, tiene pendientes en las orejas y cabello largo negro, su piel es de tonalidad verde oscura algo opaca, viste con pieles de cuero y lleva dos hachas de una mano. Descripción psíquica: Drakar solo expresa su opinión cuando es necesario y se requiere, no se desgasta en palabrería, a pesar de ser un orco es de temperamento calmado y solo combate cuando es necesario, aunque si lo hacen perder la paciencia su hacha hablara por él, mantiene buenas relaciones con las razas aliadas y con los seres de la naturaleza. Historia Dragar y Egrall, orcos del clan Lobogelido, marchaban por las tierras del norte de Azeroth para encontrar un refugio luego de hacerse a un lado y negarse a participar en aquella matanza que la antigua horda había dirigido sobre Azeroth. En aquel viaje desconocido y peligroso por tierras que los consideraban enemigos mortales, avanzaban decididos y llenos de valor, algo natural en los orcos, sin esperarlo la pareja de orcos fue descubierta por soldados humanos del norte y puestos en cautiverio en campos de concentración para los orcos capturados. En aquella condena la pareja de orcos tuvo a un hijo al que llamarían Drakar, uno de los primeros entre muchos otros niños orcos que nacerían en ese nuevo planeta, su nuevo hogar, aunque sonara irónico. 10 años pasaron desde aquella cruel guerra que se desato sobre Azeroth y los reinos humanos, Drakar aún era un niño, pero los duros tratos de los humanos hacia los orcos capturados en aquel lugar, lo hicieron asumir la vida con dureza desde su niñez, aunque para un orco esto no era algo nuevo. De sus padres, Drakar aprendió su idioma, y gran parte de su herencia como orco, en los momentos en que no hacían trabajar a sus padres, podían convivir como familia y escuchar sus historias sobre Draenor, su cultura, sus especies, los huargos que eran sus compañeros y sus hermanos del clan, con los cuales alguna vez fueron felices, antes de que la corrupción demoniaca tocara sus vidas y cambiara todo, hasta el color de su piel. Los padres de Drakar habían aceptado con tristeza su terrible destino, cada día que pasaba perdían cada vez más las esperanzas de poder ser libres, pero Drakar no, siempre se imaginaba en las tierras que sus padres le describían, corriendo con un huargo amigo y apreciando lo natural como un regalo de sus ancestros y hermanos. Un día paso lo que creían imposible, orcos que habían estado escondidos en aquellas montañas del norte habían aparecido ahora guiados por un joven orco llamado Trall, el cual había escapado de un campo de concentración y ahora estaban liberando a todos los orcos cautivos bajo el estandarte de una nueva horda; el campo de concentración donde se encontraba Drakar y sus padres no tardó en ser ataco por los orcos y liberando a todos sus hermanos que se encontraban allí, incluyendo a Drakar y su familia. Ahora libres, con un destino incierto, pero guiados de la mano de un nuevo líder, decidieron que en aquellos reinos no tendrían ningún futuro, aquel nuevo líder, los guio a encontrar su lugar atravesando el océano, los orcos se dirigieron a cruzar el Mare Magnun con la esperanza de encontrar un lugar al cual podrían llamar hogar; robaron barcos de los humanos y emprendieron su camino a su nuevo destino. En uno de esos barcos iban Drakar y sus padres, temerosos por lo desconocido, pero confiando en que encontrarían por fin su destino. Varias semanas pasaron en alta mar, el barco en el que iba Drakar y su familia se separó del resto de barcos durante el viaje, temiendo lo peor y pensando que nunca llegarían con vida a tierra firme, sucedió el milagro, lograron divisar tierra y desembarcar en lo que sería en un futuro las costas de Durotar. Aquella familia de orcos junto con los demás hermanos de raza que venían en aquel barco, tomaron lo poco que tenían, algunas partes del barco y tierras más arriba lograron construir un pequeño campamento mientras lograban reunirse con los demás orcos que aún permanecían en altamar. En aquel campamento improvisado, Drakar, sus padres y sus compatriotas se fueron adaptando conforme pasaron los días, comenzaron a explorar sin alejarse mucho, con la esperanza de encontrar a los demás orcos que partieron junto a ellos de los reinos del este, mientras esto pasaba, comenzaron a cazar e identificar las especies nativas de aquellas zonas, en algunas ocasiones tuvieron enfrentamientos con unos seres a los cuales llamaron hombres perros, pero viéndose superados en número prefirieron retroceder y esperar reunirse con los demás orcos que aún no aparecían desde que subieron a aquellos barcos en busca de su destino. Paso un tiempo y cuando imaginaban que habían quedado solos en aquel nuevo lugar desconocido para ellos, pudieron encontrarse de manera sorpresiva con los demás orcos, incluyendo a aquel llamado Trall que los lideraba y caminaba ahora al lado de otras razas, los cuales serían sus aliados en su nuevo hogar. Trall los guio hasta el lugar donde fundarían su nueva ciudad, en el cual se establecerían y llamarían Orgrimmar, en aquella nueva tierra que llevaría por nombre Durotar, en honor al padre de Trall llamado Durotan. Pasaron los años y el padre de Drakar lo fue formando y guiando cada día en el arte de la guerra, paso por paso fue aprendiendo como manejar un hacha y asestar golpes que pudieran acabar con sus enemigos, el camino no era fácil y cada día era más duro que el anterior, pero Drakar no se rendia y seguía firme para poder servir a los suyos con honor. Drakar al cumplir los 20 años, su padre le obsequio una cría de huargo de los que habían viajado con ellos desde Draenor y también los acompañaron fieles en todo su viaje hasta Kalimdor, desde ese momento el huargo se convertiría en su fiel compañero y seria como su hermano, Drakar le dio el nombre de Garra de acero, ya que sus garras sobresalían bastante y eran duras. Al cumplir los 21 años, Drakar se separó de sus padres y dejo la ciudad de Ogrimmar, dirigiéndose a un asentamiento orco a las afueras de Durotar llamado el Cruce, quizá en ese lugar encontraría la forma de hacerse de un nombre y llenarse del honor por el cual todos los orcos viven; junto a su compañero Garra de acero, contemplaba la idea de convertirse en un criador de huargos y encontrar un destino honorable.
  9. Nombre: Dante Leblanc Atributos6 Físico8 Destreza6 Inteligencia6 PercepciónValores de combate24 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa10 Ataque CC Sutil (Espada de una mano)10 Defensa Físico1 AtletismoDestreza2 Espada de una mano1 Cabalgar1 Escalar2 Defensa1 Nadar2 Sigilo 1 Venenos1 Trampas/CerradurasInteligencia1 Callejeo1 Comercio1 Supervivencia/Cazar1 Herbolaria1 AlquimiaPercepción1 Advertir/Notar1 Buscar1 Disfraz1 Rastrear1 Reflejos1 Rumores Escuelas/Especializaciones
  10. Nombre: Dante Leblanc Raza: Renegado Sexo: Hombre Edad: 30 Altura: 1.85 Peso: 75 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Alquimista Historia completa Descripción física: Dante conserva el cabello largo como lo tenía en vida, pero por la muerte a perdido su brillo y color negro, pasando a un purpura toxico, su piel tiene un color azul pálido, signo de la ausencia de sangre y vida en su cuerpo, los ojos completamente blancos, en sus brazos y piernas se puede ver como sobresalen los huesos por la descomposición del cuerpo, a pesar de esto su rostro no tiene heridas y signos de podredumbre, pero si una rigidez por la muerte, lo cual genera que sus gestos sean algo macabros. Descripción psíquica: Dante odia a todo ser vivo profundamente, solo mantiene relaciones estrictas con los aliados de los renegados, pero no muestra simpatía ni gestos cordiales con los que se relaciona a menos que sea otro renegado los cuales considera su familia por estar condenados al mismo destino, solo se limita a relacionarse de manera superficial por negocios o alguna orden estricta de la reina Sylvanas a la cual sigue sin cuestionarla. No es alguien en quien debería confiar alguien vivo ya que cuando lo crea necesario o guiado por sus intereses lo traicionara, pero puede fingir lealtad muy fácilmente para que otros bajen la guardia. Historia Era un día normal en el reino de Lordaeron, como cada día, Dante Leblanc, un hombre de unos 21 años trabajaba en el cementerio, la situación en el reino no era la mejor, con todas las necesidades que se vivían en el reino, aquel trabajo era el único que había podido conseguir. Dante vivía solo, sus padres habían sido asesinados por aquella amenaza de orcos de piel verde que trataron de destruir los reinos humanos, aquella perdida fue un duro golpe que había tenido que ocultar con una falsa sonrisa, ya que no tenía amigos con los cuales desahogar el dolor que sentía. Los vínculos afectivos no eran lo suyo, prefería estar solo, pensaba que si se encariñaba con alguien volvería a sufrir como lo hizo cuando sus padres murieron, pero realmente su corazón estaba muerto en vida, desde el día que perdió a su familia, no se volvió a dibujar una sonrisa en su rostro, sentía que vivía sin propósito, solo por inercia, aquella sensación que solo por instinto lo llevaba a sobrevivir. Algunos días para mejorar sus ingresos, Dante iba al mercado y vendía algunas pócimas y elixires, los cuales tenían propiedades para aliviar algún dolor simple o alguna intoxicación por alimentos, las cuales preparaba con plantas que encontraba cerca del cementerio, ya que sus padres habían sido alquimistas del reino y le habían enseñado cosas básicas sobre la alquimia. Los días pasaban con normalidad en el reino, Dante continuaba con su trabajo en el cementerio, cada día se acostumbraba más a los muertos, pensaba que la muerte era la única forma de descanso para todas las adversidades de la vida. Cada día en su trabajo podía observar como la muerte no discriminaba, al niño, al adulto, al viejo, hombre, mujer, rico o pobre, todos tenían el mismo final, aquella situación lo hacía reflexionar y pensar cada día en la muerte como una bendición, como aquella fuerza que trataba a todos por igual sin importar la condición de las personas que en ella caían; a veces hasta llegaba a pensar que él era aliado de la muerte, o lo debían ser todos los sepultureros del mundo, ya que ayudaban a la muerte a enviar el cuerpo a su descanso eterno, por lo menos si no era aliado era alguna especie de ayudante o algo por el estilo, cavar tumbas era algo pesado y un trabajo importante, por lo menos para él, si no fuera así, los cuerpos quedarían a la vista de todos y sería un gran problema, por primera vez salía de su rostro una sonrisa algo macabra resultado de aquellos pensamientos. A medida que se refugiaba más en su trabajo, fue perdiendo ese toque social que antes le quedaba, ya no saludaba a nadie ni por cortesía, su mirada se tornó más oscura y parecía que no tuviera sentimientos, lo cual hacia que las personas se alejaran cuando se lo encontraban, muchos niños en el reino se burlaban de él, y hacían bromas imitando como usaba la pala pero de una manera más graciosa la cual lo hacía ver como un bufón, Dante no decía una palabra ante estos insultos pero un odio hacia todas las personas crecía cada día en su corazón. Un día sin previo aviso, la muerte llego al reino de Lordaeron, hordas de no muertos acabaron con la vida de las personas del reino, incluyendo la de Dante, antes de morir pensó que se liberaría de esa existencia tan triste y sin sentido que llevaba, pero esa no sería su realidad, Dante se levantó después de morir, sin voluntad sobre su nueva existencia lastimera y maldita, caminaba destruyendo todo a su paso y obedeciendo sin conciencia a un amo que no conocía, así existió durante mucho tiempo hasta que fue liberado por una elfa no muerta que se hacía llamar Sylvanas, esa elfa había luchado con la persona que lo controlaba o lo que fuera ese ser, al parecer era un príncipe llamado Arthas o lo fue algún día, hoy solo era un cuerpo frio sin sentimientos y lleno de odio. Sylvanas había obtenido la victoria con una herida que hizo que aquel príncipe maldito escapara, liberando a todos los que como Dante, eran esclavos en la muerte; desde aquel día Dante se unió a los renegados y juro lealtad a aquella elfa, la cual sería su nueva reina, al fin y al cabo, era lo más cercano a una familia que podía tener en ese momento (viéndolo de manera retorcida) pues pensaba que solo aquellos que habían compartido su destino eran dignos de confianza, una persona viva no comprendería nunca el dolor por el cual le toco pasar, pues si nadie lo comprendía en vida ¿por qué lo harían en la muerte?, tenía la esperanza que quizá aquella elfa podría hacer que se reuniera de nuevo con su familia o por lo menos eso pensaba ingenuamente, aunque más que ingenuidad se podría decir que era codicia, codicia por sacarle ventaja a su nuevo estado y si sus padres podían volver como lo había hecho el, podría usarlos de manera descarada y sin escrúpulos. Dante al recuperar su conciencia, recordó todos los actos despreciables y muertes que había causado, asqueado por su nueva forma física y los pecados que cargaba, se liberó de la poca humanidad que le quedaba, asesinando a un grupo de humanos que se escondían de los no muertos en aquellas tierras malditas, cortando el cuello de una de las personas que había atacado, vio como salía la sangre oscura y brillante, algo que en su cuerpo ya no había, sin pensarlo, bebió de aquella sangre y el calor que brotaba de ella por estar fresca lo hacía sentir como si estuviera vivo de nuevo, como si aquella sangre le diera la fuerza del alma que había tomado, o por lo menos en su retorcida mente eso pensaba. Desde ese día caminaría con odio hacia los vivos y siempre que pudiera, bebería un poco de sangre de sus víctimas para sentir el calor de la vida una vez más, desde ese día olvidaría su apellido humano y se haría llamar Dante el Rojo.
  11. diacono17

    Feldran Vientofuria

    Nombre: Feldran Vientofuria Atributos6 Físico8 Destreza6 Inteligencia6 PercepciónValores de combate24 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa10 Ataque CC Sutil (Combate desarmado)10 Ataque CC Sutil (Bastón corto)10 Defensa Físico2 AtletismoDestreza2 Combate desarmado2 Bastón corto1 Cabalgar1 Escalar2 Defensa1 Nadar1 Sigilo1 Trampas/CerradurasInteligencia1 Fauna1 Navegar1 Sanación/Hierbas1 Supervivencia/Cazar1 HerbolariaPercepción1 Advertir/Notar1 Buscar1 Rastrear1 Reflejos Escuelas/Especializaciones
  12. diacono17

    Feldran Vientofuria

    Nombre: Feldran Vientofuria Raza: Kaldorei Sexo: Hombre Edad: 250 Altura: 2.10 Peso: 110 Lugar de Nacimiento: Vallefresno Ocupación: Herborista Historia completa Descripción física: Feldran es un kaldorei de 250 años, joven para los de su raza, su imagen física representa unos 25 años humanos, mide 2 metros 10 centímetros y pesa 110 kg lo cual lo hace ver atlético y bien formado, creando una armonía en su figura, lo cual es algo normal en los de su raza; Feldran tiene los ojos color plateado, su rostro tiene facciones fuertes, barba poblada, cabello largo color azul oscuro y piel clara, su piel esta endurecida y callosa por su vida salvaje en los bosques. Descripción psicológica: Feldran al igual que los de su raza ha creado una afinidad inmensa con lo natural, respetando y cuidando lo que Elune ha creado, siempre firme en la fe por Elune y venerando a los ancestros, Feldran se muestra optimista ante el futuro de los suyos, Feldran es tranquilo, reflexivo y muchas veces nostálgico, pero cuando se trata de defender la creación de Elune y la naturaleza, muestra su furia y es mejor no hacerlo enojar. Feldran posee conocimientos y habilidades en la caza, la fauna y la flora, como la identificación de plantas y animales salvajes, es un buen guía en zonas boscosas. Historia: Feldran recorría ese día como de costumbre los bosques de Vallefresno, aunque conocía como la palma de la mano esas tierras, no dejaba de asombrarse con cada creación natural, admiraba cada árbol y cada planta como si fuera la primera vez que las viera, aquel día en particular había despertado más melancólico que de costumbre, la noche anterior había soñado con sus padres ya fallecidos y no podía sacarse de la cabeza aquel sueño. En su hombro izquierdo reposaba un pequeño búho que encontró herido, una de sus alas se había roto y con un vendaje improvisado entablillo el ala con una rama que encontró en el camino; las horas pasaban y con su nuevo compañero a su lado, recorrían cada senda del bosque, inspeccionando la fauna y flora, y verificando que la naturaleza se abriera camino, desde hace mucho tiempo se dedicaba al estudio de plantas y hacia lo que estaba a su alcance para ayudar a preservar el bosque que tanto amaba. De un momento a otro sus pensamientos lo llevaron a la época de su niñez, había pasado mucho tiempo, pero por alguna razón todas esas memorias estaban intactas en su mente. Los recuerdos llegaron tan vivos como la realidad…La senda de lo natural…las palabras sonaban lejanas para Feldran, siempre parecía tener la cabeza en otra parte, con un pequeño golpe en la frente, su padre lo saco de las nubes en las que nadaba su mente y lo aterrizo en la realidad, si quería sobrevivir en aquellos bosques tendría que tener sus sentidos alerta y dejar de soñar tanto, su padre hizo un chiste con el sueño esmeralda pero Feldran poco y nada entendía de eso, solo era un niño en esa época, lo único que podía hacer era abrir los ojos de par en par y tratar de seguir a su padre para comprender al máximo sus enseñanzas, extrañaba estar con su madre y escuchar sus historia sobre Elune, en esos momentos si podía hacer volar su mente y soñar todo lo que quisiera. Las horas de entrenamiento con su padre eran duras, solo se escuchaba el rechinar del choque de espadas y correcciones de cómo debía hacerlo, Feldran odiaba pelear pero su padre decía que era necesario, que en algún momento tendría la obligación de pelear por los suyos, negaba en su mente cada palabra de su padre, pensaba que si algún día le tocaba pelear encontraría la manera de solucionarlo pacíficamente, le parecía algo imposible pero alguna manera hallaría; a pesar de esto la vida le mostraría que estaba equivocado, para defender algo siempre había que empuñar un arma…por lo menos así era en ese mundo hostil y cargado de furia. Los días pasaban y los entrenamientos y enseñanzas continuaban, Feldran parecía adaptarse a su destino, cuando terminaban de practicar, aprovechaba para escapar de la mirada vigilante de su padre y familiarizarse con la fauna que tanto amaba, con el paso del tiempo fue conociendo las plantas y aprendiendo de sus distintas propiedades de manera básica, de igual forma le pidió a su madre que le tallara un bastón de madera con el cual practicaba en secreto las enseñanzas que su padre le daba en el combate, pero aplicadas al bastón, siempre le costaba gran trabajo, un bastón no era igual que una espada, pero su naturaleza no era la de dañar a otros, los filos de las espadas no eran lo suyo. Otro recuerdo mucho más significativo llegaba a la mente de Feldran, era mediados del año 21 d.p, un Feldran ya adulto pero aun inexperto, veía partir a sus padres a una cruel guerra contra no muertos que trataban de exterminar toda vida sobre el planeta y en ese momento invadían el monte Hyjal, muchas razas se unieron para combatir esta gran amenaza, sus padres partieron a la guerra con el deber de proteger lo que tanto amaban, Feldran intento acompañarlos pero estos se negaron, le recordaron que aún era inexperto y odiaba pelear, si acudía a la guerra seguramente moriría, afrontando la realidad en las palabras de sus padres solo le quedo obedecer y servir de apoyo desde la seguridad de su hogar. Al terminar la guerra y con la victoria de todas las razas que se unieron en aquella batalla por Azeroth, recibió la triste noticia por sus hermanos de raza que volvieron de la guerra, sus padres habían muerto, aquella noticia lo devasto por completo…lo que más amaba había sido arrebatado de su vida… Una presencia inesperada saca a Feldran de sus recuerdos, un grupo de orcos que se encontraba por la zona se topa de frente con Feldran, por unos segundos, los orcos y el kaldorei se observan como si se estudiaran, los orcos sostienen firmemente sus hachas, mientras Feldran sostiene su bastón, lentamente deja en el suelo al búho que había encontrado herido, y retoma su posición defensiva, de repente uno de los orcos lanza un grito de guerra y así lo siguen los demás rompiendo el silencio de aquel bosque, el primer orco que había soltado el grito, se lanza contra Feldran, y este por su agilidad lo esquiva fácilmente, con el bastón le propina algunos golpes en zonas vulnerables del cuerpo, pero eso no es suficiente para detener a un orco, aceptando que está superado y con todas las de perder, Feldran se mueve velozmente, toma al pequeño búho y emprende la huida, los orcos tratan de seguirlo, pero en aquel bosque Feldran tiene la ventaja, logra desaparecer en la espesura del bosque, con un nuevo día llegaría la revancha…
  13. que bueno tenerlo de nuevo por acá, yo soy el que mas lo molesto jajajaja
  14. diacono17

    Velkan Vladius

    Nombre: Velkan Vladius Atributos 6 Físico 8 Destreza 6 Inteligencia 6 Percepción Valores de combate 28 Puntos de vida 18 Mana 7 Iniciativa 10 Ataque CC Sutil (espada de una mano) 10 Ataque CC Sutil (combate desarmado) 10 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 espada de una mano 2 combate desarmado 1 Cabalgar 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 2 Enfurecerse 1 Herrería 1 Minería Inteligencia 1 Callejeo 1 Comercio 1 Supervivencia/Cazar Percepción 1 Advertir/Notar 1 Rastrear 1 Reflejos
  15. diacono17

    Velkan Vladius

    Nombre: Velkan Vladius Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 25 Altura: 1.90 Peso: 85 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Herrero - Guerrero Historia completa Descripción física: Velkan es un hombre atlético y con musculatura notoria por su vida de trabajo físico, de igual manera tiene manos ásperas y gruesas, brazos con algunas quemaduras y cicatrices producto de la forja de metales, es de piel blanca y áspera, cabello rubio largo y algo desgreñado, sus ojos son color verde con mirada nostálgica, tiene un rostro de aspecto rígido y fuerte ya que rara vez sonríe, viste con una armadura de placas ligera, una espada de una mano forjada por su mentor Larius Blatter; también lleva un morral de cuero con algunas herramientas de herrería. Descripción psíquica: Velkan es un hombre reservado y de personalidad algo triste por su pasado adverso, la mayoría del tiempo se muestra pensativo y concentrado en sus ideas; su temperamento es fuerte y generalmente actúa malhumorado y agresivo frente a otros, se le dificulta establecer vínculos afectivos profundos, pero de igual manera se relaciona con la gente de manera superficial, manteniendo conversaciones o simplemente hablando de cosas que despejen su mente; las personas pueden ganar la confianza y amistad de Velkan si demuestran que son sinceros y mostrándose tal como son, aunque esto requiere tiempo y paciencia. De igual manera Velkan es apasionado por los combates desde que aprendió el arte de la espada y la defensa personal, pues cuando tiene que combatir y defender sus ideales lo hace con fiereza. Velkan odia profundamente a los no muertos y sueña con enfrentarlos y devolverlos a la muerte a la cual pertenecen no sin antes causarles el mayor daño posible y sufrimiento, si es que esto es posible. Historia: Avanzaba el año 20, los reinos humanos se recuperaban poco a poco después de una cruel guerra con aquellos seres verdes llenos de ira y odio que trataron de destruir todo a su paso; en el reino de Lordaeron se respiraba una supuesta paz, la cual no duraría mucho; rumores de enfermedades en los reinos del norte se escuchaban en Lordaeron, pero no era algo de lo cual la gente común tendría que preocuparse por el momento, ya que las autoridades superiores en el reino tomarían la riendas del asunto, pero esto significaría que las cosas serían para bien. Mientras todo esto ocurría, una de las tantas historias del reino se desarrollaba; la familia Vladius vivía felizmente en el reino de Lordaeron el padre cabeza de hogar llamado Ignacio Vladius y su esposa Lorein Strauss, tenían dos hijos, Velkan Vladius de 16 años y Gregor Vladius de 10 años; los 4 sobrevivían gracias al oficio de su padre el cual era la herrería, ya que este les daba para las cosas básicas, mientras la mujer se dedicaba al cuidado del hogar y las labores domésticas; los niños siempre ayudaban a su padre en el trabajo, una mano aunque pequeña, siempre aminoraban las cargas, de igual forma, eso los prepararía para que un día siguieran los pasos de su padre y se encargaran del negocio; por eso Ignacio les enseñaba todo lo que sabía con respecto a la herrería y la metalurgia, oficio que los niños aprendían de buena manera y con entusiasmo. La situación de la familia Vladius era difícil, ya que solo contaban con los recursos para sobrevivir, a pesar de esto su ánimo siempre era positivo y la unidad familiar nunca se debilitaba, ya que siempre educaron a sus hijos con la idea de que la familia siempre sería lo más importante, que no importaba lo que pasara, siempre debían permanecer juntos. Velkan y Gregor siempre fueron muy unidos, Velkan siempre defendía a su hermano menor de los niños que trataban de molestarlo; nunca perdían una oportunidad para escapar de casa y jugar a los soldados, improvisando espadas con viejas ramas de árboles se sumergían en la ilusión de la guerra, Gregor siempre se enojaba porque perdía ante su hermano que lo superaba en fuerza por su edad, pero la rabia desaparecía cuando su hermano comenzaba a bromear y a poner caras chistosas cuando dejaba que Gregor le ganara, guiados por su inocencia, desconocían la magnitud de aquellos juegos que se volvían reales para quienes combatían por proteger aquellas tierras. El tiempo pasaba y llego el día que la paz del reino de Lordaeron acabo, hordas enteras de no muertos arrasaron con el reino; todo era caos y desesperación; mientras todo era destruido, Ignacio Vladius se encontraba en un gran predicamento, su esposa unos días atrás había caído enferma, yacía en cama con mucha fiebre y sin fuerzas para escapar de aquel horror que atacaba el reino, no viendo otra salida, le dice a sus hijos que escapen, les recuerda que siempre deben permanecer juntos y apoyarse en todo momento, él se quedaría con su esposa ya que no la dejaría sola ante aquella desgracia, Velkan y Gregor con lágrimas en los ojos se despiden de sus padres y emprenden la huida que logran milagrosamente ya que en el camino encuentran un grupo de personas que también trataban de huir de aquel horror, aquellas personas los ayudan desinteresadamente. Con aquel grupo, Velkan y Gregor emprenden un largo viaje hasta Stromgarde, escapando de aquellas tierras llenas de muerte y oscuridad, mientras viajan, el recuerdo de sus padres se hace presente en sus pensamientos, agradeciendo todo lo que hicieron por ellos y con la esperanza de que algún día los volverían a ver, pero muy en el fondo sabían que eso sería imposible. Al llegar a Stromgarde las personas que viajaban con Velkan y Gregor se dispersan, dejando a los niños solos y llenos de miedo en aquella ciudad desconocida, por un tiempo los niños vagaron por la calles como mendigos, viviendo de la caridad de algunas personas, pero entendiendo que si seguían así seguramente morirían, decidieron buscar alguna institución que los pudiera ayudar, después de tanto buscar y preguntar, encontraron un orfanato, al entrar el lugar se encontraba repleto y una mujer de mediana edad los atendió, aquella mujer era muy dulce y les explico que solo tendrían refugio para Gregor que era más pequeño, ya que Velkan tenía 16 años y era imposible tenerlo en aquel lugar, Velkan pensando en el bienestar de su hermano decide dejarlo en aquel lugar con la promesa de que volvería algún día por él, cuándo consiguiera los recursos necesarios, los hermanos se despiden entre lágrimas y Velkan se marcha sin mirar atrás. Llegada la noche, Velkan llega al puerto de Stromgarde y sin ser visto sube a un barco y se oculta sin saber cuál sería su destino, solo espera que este lo lleve a un lugar mejor por el bien suyo y de su hermano. Aquel barco llega a su destino, frente a los ojos de Velkan se encuentra el puerto de Ventormenta y otra ciudad desconocida para él, pero en el fondo sabía que allí encontraría su destino; durante un tiempo vivió nuevamente de la caridad en las calles pero sin perder las esperanzas y recordando la promesa que hizo a su hermano, luego de recorrer la ciudad por zonas que no conocía, se encontró con una herrería donde un hombre trabajaba sin descanso, luego de ver esto, recordó los días en que le ayudaba a su padre y lo que le enseño, sin pensarlo dos veces se dirigió al hombre y le dijo que le diera trabajo, ya que su padre era herrero y le había enseñado algunas cosas que quizá le servirían para ayudarlo, el hombre lo rechazo y siguió con su trabajo, pero Velkan no se doblegaba y seguía insistiendo casi con lágrimas en los ojos, el hombre al ver la voluntad del joven decide probarlo, Velkan siguió las instrucciones del hombre y realizo lo que dijo con dificultad, pero esforzándose, el hombre al ver que el joven tenía pocos conocimientos, pero una disposición positiva para aprender y mejorar, decide contratarlo, Velkan le agradece y comienza a trabajar esperanzado que un día lograra reunirse con su hermano. El tiempo pasaba y Velkan mejoraba en su conocimiento en la herrería y la metalurgia, de igual manera continuaba trabajando con aquel herrero que lo recibió, su nombre era Larius Blatter, era un hombre de mediana edad y había pertenecido al ejército, era diestro con la espada y luego de un tiempo pidió su baja y comenzó a trabajar tranquilamente como herrero, estaba cansado de la violencia y quería pasar sus últimos años en paz, o al menos eso decía, pues realmente extrañaba empuñar una espada, por lo cual practicaba todas las noches después del trabajo, un día Velkan al darse cuenta de las habilidades de Larius, le pidió que le enseñara, que tenía alguien importante al cual proteger, Larius lo miro algo asombrado, en ese momento pensó, que quizá no sería malo pasarle sus conocimientos a alguien, pues nunca había tenido hijos y le había tomado aprecio al muchacho; desde ese día Larius lo comenzó a entrenar y a formarlo en el arte de la guerra. Nueve años pasaron y Velkan se hizo mayor, ahora con 25 años era todo un hombre, lo cual le otorgaba responsabilidad sobre su vida y las decisiones a las cuales se enfrentaría, hasta ese momento su maestro lo había guiado en el aprendizaje de la herrería y el combate, con lo cual había adquirido conocimientos básicos en dichas habilidades, por lo cual le faltaba mucho camino por recorrer en su aprendizaje. Velkan prácticamente había construido su vida en Ventormenta, pero sin olvidar a su hermano, era su única familia y debía cumplir su promesa, un día mientras trabajaba en la herrería al lado de su mentor y amigo Larius, le comento de su pasado y de todo lo que vivió en su niñez, de cosas que prefirió callar para no sufrir, le hablo de aquella promesa a su hermano y que el sentía que había llegado el momento de cumplirla, Larius solo le dijo que debía hacer lo que su corazón le mostrara y que si ese era su destino, él lo apoyaba, dicho esto, Velkan tomo sus cosas y se despidió de su mentor sin antes agradecerle todo lo que había hecho por él y que nunca lo olvidaría, que el regresaría a pagar su deuda, pero Larius le dice que no hay nada que pagar, su amistad le devolvió algo de felicidad a su vida. Con la decisión tomada, Velkan decide partir hacia Stromgarde, el último lugar donde estuvo con su hermano, si seguía allí lo encontraría, y si no, buscaría información de su paradero, nada estaba escrito, el destino se forjaría con sus actos.
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