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Axl

Roler@
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  1. Axl

    Gustaf

    "Tiene su desafío hallar la belleza en las cosas, pero no te preocupes. Voy a tomarme el tiempo necesario para hacer de ti algo hermoso." Nombre: Wolfgang Gustaf Mikelovitch Raza: Renegado Sexo: Hombre Edad: 31 Altura: 1,79 Peso: 41 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Servidor de la Real Sociedad de Boticarios Sonata: Descripción física: Su aspecto le hace justicia a su condición, en constante estado de putrefacción solo retenida por los químicos que le impregnan y evitan que se caiga a trozos, la mayor parte de sus órganos se han ido retirando lo que le ha convertido en un efectivo ágil y ligero. Su piel de un tono pálido y verdoso como un moho joven es áspera, rasposa y en algunos puntos rodeada de estigmas, minúsculas pústulas e implantes metálicos para sostener las partes frágiles de su cuerpo después de que queden inutilizables tras sus diversas tareas. Su rostro es una máscara icónica del renegado, con ojos lechosos de un color casi ámbar y carentes de energía alguna mas allá de la que le mantiene en pié. A pesar de todo, su rostro parece todavía estar apenas conservado, con una dentadura amarillenta que apenas se sostiene y se cobija dentro de unos labios podridos y resecos. Sus gestos no suelen ser bruscos y sin mucha premeditación, es de un andar tosco rozando lo extraño y por lo general se encuentra en un estado de letargo voluntario o larga habladuría. Descripción psíquica: Con cada batalla, cada golpe y cada movimiento; una pieza más del engranaje empieza a moverse. Sus adicciones pasadas y fetiches culposos todavía le siguen aun después de su renacer, al igual que sus recuerdos del pasado. Aunque estos últimos se encuentran bien fragmentados y guardados en los agujeros mas profundos de su mente, donde por su propio bien es mejor no encontrarlos. Por lo general se muestra su forma de actuar como la de una persona aún viva, claro, esa es su actitud. Mantiene los modales de alguien que habría pertenecido a una corte noble y por lo general es amable, dócil y letrado. No intenta intimidar o al menos no parece querer intentarlo, la mayoría de sus acciones no son muy premeditadas y eso suele generar incongruencias en sus objetivos o errores en sus tareas mundanas. Un poco apegado a sus viejas costumbres, amante de la música y el arte aunque a primera instancia parezca un bruto sin cerebro, se considera a si mismo un "director de operas", y a sus asesinatos y pruebas les suele atribuir el nombre de "muestras de teatral talento". Obsesionado con las bellas artes y la perfección. Cosa que contrasta bastante bien con su manera de actuar algo tosca y descarriada. Es bastante servicial y fiel como un can, por lo que la única resistencia que puede oponer a una orden son un par de dudas y una negación no bastante segura de si misma. Por lo que ha resultado un aliado bastante considerable para cualquiera que tenga que trabajar con él. Es vicioso y extraño, el único sentimiento fuerte que le ha acompañado mas allá de la tumba es el que le tiene a su fetiche con las manos ajenas, femeninas, tratándolas como a su dueño después de removerlas y quedárselas para él mismo, la única forma de verdaderamente ver su lado afectuoso... y defectuoso. Viaje mental Un destello se le apareció cuando escuchó otro golpeteo en sus sienes, y la oscuridad seguía rodeando el lugar. —Otra vez está pasando.— Se removió un poco y escuchó un tintinear en la distancia, un cosquilleo en su cabeza, éxtasis ante la sensación de ser nuevamente impregnado por los medios necesarios para mantenerlo atado al mundo y una sensación de júbilo al sentir de nuevo cómo todo empezaba a cobrar sentido, había caído otra vez. No, no por primera vez, ya vendría siendo la tercera, la cuarta o la décima. De nuevo había quedado casi inutilizable en su misión. —Pero es la única forma de alcanzar el verdadero progreso, la perfección. — No se sentía culpable. No sentía en lo absoluto a decir verdad, parpadeó una vez y se encontraba lúcido en un campo de batalla. ¿Cuando había cambiado todo tan rápido? Se sentía como un espectador de si mismo, como en un sueño que no puedes detener y solo puedes observar cómo se va repitiendo la escena una y otra vez. Ahí estaba él. —Bastante atractivo a decir verdad—. Rió un poco, avergonzado de sí mismo. Se encontraba ataviado con armaduras ligeras, una escolta y un tabardo impecable, sus cabellos ondeaban al viento pero en su rostro se paseaba una mueca de desagrado, odio y una pizca de horror. —No era un guerrero, era un parásito—. Estaba en un campo de batalla. —Tiene cierto aspecto pintoresco el ambiente, los vivos cargan contra la amenaza, como una trágica comedia. — Pensó para si mismo, antes de volver al recuerdo. Cargaba con un caballo hacia una horda enorme de sombras, las sombras alzaban picas de horripilante aspecto y anormal longitud, tenían un aspecto de garras o brazos enormes rodeados de bocas hambrientas. El caballo irrumpió entre creando una cicatriz de muerte, y junto a él una tropa entera de caballería. —Parecía un hombre de mucho poder, sí. — El noble combatió con la valentía y la fiereza de un león, pero a pesar de todo, no era su campo. Tenía desgana, otros propósitos, otras metas más que combatir una lucha perdida. Vio como una enorme y punzante extremidad de color negro le atravesaba el pecho y caía al suelo, un golpeteo retumbó en su cabeza y todo volvió a ser oscuridad. Una oscuridad que le engullía e iba consumiendo el cielo, la tierra, los rostros borrosos que eran diezmados por las criaturas del recuerdo. Todo desaparecía como el sol ocultándose en el ocaso. Daba una sensación melancólica. Se sentía incomodo, nadando a oscuras en un océano de incertidumbre, otra luz se mostró ante él. Estaba en una enorme casa solariega, parecía estar a solas, observando por una ventana. Parecía de noche, una noche eterna que había engullido el exterior, algo acariciaba y aferraba con cariño, era una mano, la de una mujer. ¿Pero dónde estaba ella?. Goteaba aún y se sentía cálida al tacto, era un sentimiento reconfortante y placentero. Se giró para observar su cama, era enorme y en ella yacía una bella mujer. Parecía descansar y estaba bien arropada, era la dueña de la mano que ahora el sostiene con añoro. —Es una figura hermosa, una muestra de artística belleza. Trágico, romántico, puro. — Su vida no estaba destinada a las batallas, el más joven de los tres hijos de un Lord dueño de unas pocas tierras, no obstante, el favorito. Participó en las cortes nobles y asistió a innumerables festines, estudió en academias que solo él podía costear y disfrutaba de la vida llena de privilegios, pero eso no le importaba, era incapaz de encontrar el verdadero amor, era tan momentáneo, tan dependiente del entendimiento de una pareja. No podía soportarlo, siempre se vio atraído por las manos femeninas, las tersas, suaves, pequeñas y delicadas manos de una hermosa dama, solo atesorándolas podía realmente conservar la esencia más pura de una mujer, el recuerdo más hermoso de una duradera compañera, pero aún así, el tiempo terminaba llevándoselas a pesar de sus esfuerzos por embalsamarlas. No le molestaba demasiado eso, siempre podía encontrar más amores, hay muchos peces en el mar. La puerta se batió con un golpe y solo pudo oírse a si mismo exclamar con incomodidad frustrada que se espere a que esté listo. La puerta dejó de batirse con la orden, y solo pudo observar por unos segundos más a la bella mujer, pero no se centró en ella. —No, ella no fue siempre la misma, pero todavía te conservo, conservo lo mejor de ti. Tu tacto amoroso.— Acarició la mano ajena de la dama una última vez y el éxtasis fue casi instantáneo. Cuando la dejó sobre la cama y se acercó a la puerta otro estruendoso golpeteo irrumpió en su cabeza, la visión se tornó roja por un defecto en la ilusión y de un momento a otro solo había oscuridad. Se removió con un espasmo y volvió a si mismo. Se encontraba sobre una tabla, con los brazos y piernas bien sujetos, mientras que dos boticarios le iban retirando mangueras y uniendo sus partes con piezas de negruzco metal. Escuchó una congratulación de su maestro, resulta que la prueba de los venenos en la última misión que le fue encomendada fue todo un éxito, y eso era algo bueno. Un agujero algo pequeño fue taponado en su cabeza y reemplazado con un remache de metal algo oxidado. Cuando le dejaron libre se levantó y miró sus manos. — ¿Cuánto tiempo llevo en este estado? No. La verdadera pregunta es si eso acaso importa. — Se dijo a si mismo mientras iba pertrechándose para continuar su servidumbre. Un par de dagas enormes, una guerrera que cubría bien su costillar y el resto de ropajes eran necesarios, se puso varios cinturones con botellas y cuchillos. Cortesía de sus tan apreciados maestros y compañeros. Él era una herramienta, una extensión más del inmenso poder de los renegados, de la Dama Oscura, no se encontraba disgustado por ello. De hecho, lo adoraba. Desde que fue alzado se mostró como un leal servidor a la Real Sociedad de Boticarios, quienes vieron en él una oportunidad para hacer progresos en cuanto al área alquímica se refiere, en los casos más extremos se le propinan tareas de búsqueda, captura o asesinato. Todo por el avance de las obras de sus maestros y de la Dama Oscura. Además de que servía como apoyo y buen ayudante para los boticarios expertos y los neófitos aspirantes. Solo ahí, en la no-muerte, tiene el tiempo suficiente para cumplir todos sus placeres. Solo en la no-muerte puede hallar el verdadero significado de la servidumbre, de una causa muchísimo más grande que todas las demás.
  2. ¡Bienvenido a la comunidad, Vengerberg! Uno siempre termina volviendo una vez que ya ha probado el rol, es como el colacao por primera vez... o el nesquik. Si tienes dudas no te lo pienses mucho y pásate por el discord, ahí te darán una buena acogida y te ayudarán en lo que necesites. También puedes consultar el Archivium si necesitas respuestas mas concretas. ¡Un saludo!
  3. ¡Una calurosa bienvenida para tí, Tinker! Necesitamos mas enanos y mas gnomos por estos lados, y aunque odie con todo mi corazón a esos tramposos magos ((Cómo el elfo dos comentarios arriba)) puedo hacer una excepción con un compatriota de Dun Morogh. Pasate por el Discord, ahí te resolverán al momento las dudas que tengas, o en el Archivium puedes buscar información ya guardada. ¡Un saludo!
  4. Axl

    [Bosque del Ocaso] Matazombis

    Las piernas dolían y temblaban, su pulso daba a entender que tenía el corazón a punto de explotar, el semblante estaba pálido y perlado de sudor y apenas soportaba las ganas de expulsar el almuerzo con la presencia de ese nauseabundo olor que se le entrometía en la nariz, con cada instante que pasaba la presión que sentía en el pecho era cada vez mas fuerte. Aun así, tenía que seguir luchando por su vida. Tuvo que resistirse a la acometida de sus fauces, a la saliva negra que pendía y salía disparada con cada amenazante gemido de insaciable y voraz hambre, a la fuerza sobrenatural que cada uno de sus golpes ejercían, dando la impresión de que sus extremidades estaban hechas de roca. Era un ciclo sin fin, rebanar a uno, que aparezca otro a ocupar su lugar, miraba por el rabillo del ojo cada instante que pasaba en dirección al enano, un achaparrado guerrero de aspecto no menos amenazante que las criaturas a las que se enfrentaban, y aún así, le faltaba bastante para igualarse a ellas en cuanto a lucir atemorizador se refiere. Luchaba con la misma presteza lunática de siempre, se sintió sorprendido por su bravuconería al lanzarse de lleno al combate. «Aunque tampoco es que se hayan percatado de su presencia cuando se lanzó al combate...» Pensó para si mismo y negó con la cabeza, mientras que por los pelos evitaba la mordida de uno de sus agresores, el hediondo aliento le hizo sentir un mareo. Volvió a repasar en el enano a la vez que intentaba conjurar un hechizo ofensivo para seccionar al enemigo. Al menos una docena de heridas menores se abrían dentro de su coraza, moratones y cortes en su mayoría, seguramente la sangre manaba debajo de sus gruesas vestiduras y aun estaba ahí, luchando sin parar, con la locura de un buscador de oro que acababa de saltar a una piscina de monedas del mismo material. Se sintió agradecido de estar a su lado, pues siendo franco, sus posibilidades de sobrevivir en estos momentos aumentaban conforme a menor distancia fuese la que le separa del enano. Aun así, se sentía terrible, el ambiente lo azoraba y sus enemigos no le ayudaban a sentirse mejor, sentía como si una terrible enfermedad le estuviese raspando los pulmones, como si sus pies pesaran una tonelada, como si su sudor fuese almizcle y como si su boca se hubiera secado por el sobreesfuerzo, aun así, seguía luchando a la par del enano. Y no mostraba signos de detenerse. Mientras que el combate se desarrollaba una pregunta afloró en su desesperada mente: ¿Cómo se habían metido en una situación así... otra vez? La mañana había iniciado como cualquier otra, estaba en la biblioteca ordenando unos libros, quizás repasando la posibilidad de no volver a dejar entrar a ese erudito de la abadía, siempre dejaba un desorden y se iba sin devolver los libros a su lugar, la incógnita de lo ocurrido más al sur, en el Bosque del Ocaso, le oscilaba en la cabeza como si fuese un péndulo. ¿Y si todavía quedaban sobrevivientes?. Tenía la certeza de que era posible, pues habrían mas aldeas dispersas en ese bosque y haría falta tiempo para dejar esa arboleda totalmente desolada, sabía que el populacho no era como un rebaño de ovejas esperando a que el lobo feroz les atacase para devorarlas, eran gentes que conocían bien su situación en uno de los lugares menos amigables para la vida en el Imperio y tenían sus métodos para soportar penurias, tan catastróficas que fuesen. Pasó la tarde y estaba leyendo en las calles principales de Villadorada, las personas a su alrededor seguían hablando acerca del tema, cosa que no le ayudaba mucho a dejar de pensar en el, cuando vio a Bodvar, su cerebro empezó a maquinar. Recordó cuando se negó a la propuesta del enano, era disparatada y sin sentido, solo quería ir a encontrar cosas que matar. «Y morir en el intento si era necesario...». Cuando se lo propuso pensó que eran las palabras de un perfecto idiota, pero ahora mismo y después de pensarlo durante todo el día supuso que no sería tan mala idea al menos el visitar ese lugar y descubrir que pasaba realmente, con un poco de suerte rescatarían a uno o dos sobrevivientes, y eso para el era suficiente. El enano no tardó en aceptar su propuesta como si nunca antes se le hubiese ocurrido antes, y decidieron acercarse por el río que desembocaba mas al sur, en los Paramos de Poniente. No tardaron mucho en llegar al bosque negro, donde empezaron su búsqueda. Al principio tuvieron que descifrar bien donde estaban, pero el joven elfo estaba bien preparado, con un mapa de la zona indicó las aldeas de la zona, y tras descartar las que muy posiblemente habrían sido arrasadas con el avance de los no-muertos decidió seguir la ruta hasta una de las mas cercanas: Reindhof El camino hacia la aldea no era muy placentero, una niebla espesa rodeaba el ambiente, el cual estaba bastante cargado para ser al aire libre, daba la sensación de que el enano y el elfo se habían metido a pasear dentro de la boca de un colosal depredador que respiraba con ellos dentro, el enano no paraba de fardar acerca de lo molesto que era el viaje, acerca de como iba a matar a sus enemigos y cuantos serían, ambos callaron cuando un sonido bastante desconcertante se clavó en la escena como un cuchillo sobre un jamón curado. Era un sonido melodioso, pero para nada tranquilizador. Junto al enano se acercó para observar, con la cautela de un gato y un perro que aguantaba las ganas de no ladrar, detrás de los arboles pudieron ver algo que hizo trizas todo signo de esperanza. Un hombre algo encorvado y rodeado de túnicas negras como la brea, y un sombrero que cubría la totalidad de su rostro caminaba incansable y con un paso firme por los caminos de piedra mohosa, tocando una flauta blanca como el marfil, que daba la impresión de estar hecha de algún hueso alargado, detrás de él estaba su público que le seguía a todas partes. Una turba de alzados, hombres, mujeres y niños que fueron víctimas del peor de los destinos, la no-muerte. La carne se les caía a jirones, la piel se mezclaba con el podrido y ennegrecido musculo, hilos negros de saliva iban cayendo de sus bocas abiertas y desgarradas, que mas bien parecían las fauces de una criatura abominable. Todos seguían bobalicones al siniestro músico, quien parecía un lunático artífice de una obra que le hacía justicia a su estado mental, el enano tuvo que soportar las ganas de no cargar en su contra, y el elfo agradeció que no lo haya hecho; tenía la certeza de que si lo hacía, no iban a sobrevivir. Era un espectáculo extraño, pues los no-muertos parecían dispuestos a atacar al hombre en cualquier momento, de hecho, más bien parecía que estaban persiguiéndole a su paso lento pero imparable... pero el aeromante no vio a ninguno saltar ni esforzarse demasiado en atacarle por la espalda, parecían un montón de lobos que perseguían a un ciervo rodeado de murallas impenetrables e invisibles, eso solo llenaba mas de intriga al mago y de confusa rabia al guerrero. Cuando el músico finalmente desapareció junto con su melodía y la turba de podridos, avanzaron sin pararse ni un momento, tuvieron que encargarse de un par de esas criaturas pestilentes, aunque no supusieron un verdadero desafío para el par. No obstante, el bosque estaba impregnado de estas bestias antinaturales, y se iban acercando con el ajetreo, cosa que no le gusto a ninguno ni un poco... resumieron su marcha hasta llegar a Reindhof. Donde no les recibieron con un trato muy amable, de hecho, tuvieron suerte de pasar sin recibir los impactos de un virote en sus cabezas... eso fue un punto a favor para el manejo del elfo en el léxico y la convicción. Al entrar el elfo se llevó una desagradable visión del lugar, era una aldea miserable y las gentes parecían mal cuidadas y alimentadas, quienes se ocultaban en sus pequeños hogares. Los jóvenes guardias picados de viruela parecían nerviosos y solo por la orden de el jefe de la guardia evitaban cargar contra los desconocidos, era un hombre alto y grueso con una mirada fija y serena, aunque muy malhumorada, se negó instantáneamente cuando el elfo le ofreció la posibilidad de escapar a Villadorada, aunque lograron convencerle de solo llevarse a los incapaces, los que sean demasiado jóvenes para coger un arma, a las mujeres y ancianos. Eso en parte tocó el corazón de ese hombre, quien accedió con la condición de que asegurasen los caminos antes de empezar el viaje, cosa que el elfo y el enano aceptaron sin muchos problemas. La caminata era extenuante, no por lo larga que era, si no por el sepulcral silencio que invitaba a la mente a pensar que una emboscada podría estallar en el peor momento, y con razón, este se había convertido en uno de los lugares más peligrosos del Imperio y solo habían pasado unos pocos días desde que se tuvo certeza total de ello. Avanzaron durante unas eternas decenas de minutos, hasta que vieron en la mitad del camino a una enorme agrupación de cabezas roídas por la gangrena. El enano y el elfo se subieron a una colina cercana para poder pensar en una estrategia, parecían más de una veintena y a pesar de ello ese número era tan amenazador como un grupo de caza orco bien equipado, primero pensaron en hallar una forma de alejarles del camino el tiempo suficiente para dejar pasar a los aldeanos, cosa que no sería muy beneficiosa a la larga. Finalmente el joven Odriel pensó en poner en práctica un hechizo que recientemente había aprendido, y hasta ahora era uno de los más potentes y complicados... tomó asiento mientras que el enano miraba impasible a los podridos apelotonados, y necesitó varios intentos para finalmente conjurar el hechizo, un enorme relámpago cayó sobre las cabezas y el dulzón hedor de la carne quemada colmó la escena, extremidades chamuscadas salieron volando y aun así no se había movido un centímetro, solo cuando se dieron cuenta de la presencia de la desafortunada pareja. Para cuando tuvieron tiempo de reaccionar ya tenían a la iracunda y hambrienta turba frente a ellos, fue una situación bastante desesperada, el enano rugía desafíos mientras que golpeaba su escudo con el enorme martillo, y cargaba sin pensárselo mucho hacia el hervidero de fauces abiertas. Eso en parte llenó de una extraña inspiración al elfo, quien se arrojó también a la refriega más bien por compromiso que por deseo propio, para cuando se dio cuenta de que el infierno pestilente marchaba hacia él, ya era demasiado tarde. El combate era agotador y exasperante, el junto al enano luchaban con una determinación solo visible en los regimientos más prestigiosos de la guardia Imperial. «Quizás en parte, porque estábamos luchando por nuestras propias vidas más que por las vidas de los aldeanos sobrevivientes.» Volvió a si mismo, estaba viviendo el ahora, un ahora con segundos que parecían años, donde cada golpe cada vez era más pesado y débil, ya había matado al menos a unos cinco y de alguna forma seguían apareciendo, el enano gruñía y rugía, cada movimiento era un golpe que causaba sangrado, pero aun así no se detenía, luchaba como un lobo acorralado, y tenía la preocupación de que en cualquier momento pudiera atacarle a él también en su furia ciega. Los zombis nunca paraban de abalanzarse sobre ellos, era la determinación de un ejército que no tenía nada que perder, de un ejército que lo había perdido todo y arremetía contra sus enemigos con la furia contenida con la que murieron, eran como animales, si es que tenían algún mínimo parentesco con ellos. Siguieron luchando sin pararse ni un instante, hasta que la ultima cabeza rodó por el suelo y los sesos cayeron esparcidos por los suelos con un último golpe de martillo y un tajo bien asestado por la magia del elfo. Se sentía como si necesitase vomitar, pero no había nada que expulsar, estaba enfermo, herido, cansado y aun así se mantenía de pié, una sonrisa afloró su rostro, no una victoriosa, si no la que alguien suele mostrar cuando por los pelos se escapa de una situación, se quedó observando al enano, estaba quieto observando con bobalicona expresión la masacre que había llevado a cabo, se acomodaba los despeinados cabellos en una coleta mientras que se limpiaba los entremezclados líquidos que cubrían su cuerpo entero, se volteó para mirar al elfo y una conversación corta y queda se llevó a cabo. —Es hora de volver con los humanos y sacarles de aquí. — Dijo el enano mientras jadeaba como un can. —Así es, el tramo por aquí está bien oculto y si pasamos cerca de Poniente dudo que encontremos problemas. — A pesar de todo, el joven elfo intentaba recuperar su característico tono calmo y analítico. — ¿Sabes una cosa, elfo?— Dijo el enano mientras echaba a andar, y dejaba el enorme martillo reposando sobre su hombro. — Toda esta situación me dejó muy hambriento. Y de nuevo, como en muchas otras ocasiones, el aeromante se puso a pensar el cómo y el por qué había siquiera considerado el conocer y volverse amigo de un lunático como Bodvar. Participantes/Habilidades usadas: Odriel Feathersun @ILUSDN [Toque de Energía - Espadas - Defensa - Reflejos -Explosión mágica y Proyectil Mágico] Bodvar @Axl [Defensa - Advertir/Notar - Maza (CC) - Reflejos] //Duración de 4 horas y media //Master: @ILUSDN //dont worry, be happy
  5. Axl

    Hey!

    Pasaste fuera de mi radar con esta presentación, aunque no me preocupo por que ya he roleado contigo. Un gusto tenerte entre nosotros, piernas de elfo, pásate por el discord un día de estos. Saludo!
  6. No volver a asistir a un evento de Margot, jamás
  7. Ya te vi pasarte por el discord, pero como soy una persona de buenos valores aprovecharé para darte la bienvenida por aquí. Cualquier duda que tengas no te lo pienses mucho, puedes visitar el Archivium donde serás respondido o en el mismo discord donde la comunidad puede ayudarte, ya pronto nos veremos las caras, espero. ¡Un saludo!
  8. Bienvenido a la familia, no te puedo decir nada que esta gente no te haya dicho. ¡Pasate por el discord...! Ya sabes cómo será tu acogida.
  9. ¡Una bienvenida para ti! Para cualquier duda siempre puedes pasarte por el discord. También tienes el Archivium, pero en el anterior dicho hay mayor velocidad de respuesta. ¡Nos vemos dentro!
  10. Ya nos veremos las caras dentro, un saludo y bienvenido. Para cualquier duda estamos en el discord.
  11. Bienvenida sea Olivia a Popeye donde lo has dejado? No te diré nada que ya te haya dicho el tio que está arriba, si tienes cualquier tipo de duda siempre puedes echarle una ojeada al archivium o preguntar rapidamente en Discord Un saludo!
  12. Los pocos gremios de Karak-Medun llevarán los restos de tu unidad a Ekorund, para que sean preservados apropiadamente y estudiados con la esperanza de crear a un Narrador tan eficiente como lo fuiste tu. Quizás a sabiendas, de que no será posible eso. Buena caza, Faris.
  13. Tengo un enano que sigue esa misma tarea (Se encarga de recuperar artefactos perdidos por su clan). Tampoco he profundizado mucho en el tema pero por lo visto está bastante abierto a una interpretación libre y comoda, de todas formas siempre puedes preguntar a algún Maestre y solucionar tus dudas. ¡El Archivium es bastante util en estos casos!
  14. Grimnir se enorgullece de tu llegada, mediano. Si algún dia nos cruzamos será interesante el escuchar las historias de un envejecido maestro de las forjas.
  15. Asuntos diplomáticos Bodvar y Margot miraban expectantes la inquebrantable defensa del bastión enano, una horda de hombres bestia impregnados de maléficas enfermedades, pústulas, carne putrefacta que se caía a jirones de sus cuerpos y espumosas babas rojizas que se les escapaban de los hediondos hocicos. No estaban organizados y atacaban por desesperación a la fortaleza. — Necios, no lograrían entrar ni en el primero de sus salones ni hoy ni en mil años. — Mencionó Bodvar con irritación ante la embestida de los gnolls. Los cuales eran repelidos por los escudos de los defensores principales del portón. Alejándolos lo suficiente para que la artillería, los virotes, el plomo y las balas de cañón cayeran sobre ellos como una terrible lluvia de muerte. Los gnolls con la moral por los suelos optaron por la huida, apelotonados escapaban hacia la seguridad de las malezas. No sería suficiente. La boca de un enorme mortero se alzaba en la frente de la colosal entrada a la fortaleza. El sonido de un chasquido se escuchó incluso desde la distancia y por un segundo el silencio reinó. Margot se tapó los oídos y Bodvar le ayudó poniendo ambas manos sobre las suyas, pues existía la posibilidad de quedarse sordo ante tal estruendo provocado por el mortero, el cual como un dios que rugía con ira escupió una gigantesca esfera, negra como la brea y rodeada de llamas la cual cayó sin piedad sobre los gnolls en huida, un estallido terrible sacudió la tierra y los pocos que sobrevivieron se ocultaron tras la seguridad de la arboleda. Fue otra victoria para los defensores enanos, otra mas para el gran montón. Cuando Bodvar y Margot se adentraron en la fortaleza reptaron entre los salones hasta encontrarse con aquel de mayor cargo entre ellos, al principio sus solicitudes fueron negadas con rapidez, para ellos enviar hombres a una pelea que no era la suya era un total desperdicio, el señor de la fortaleza se negaba y se negaba, su aspecto sombrío ocultaba mucho mas que estrés por manejar la aguerrida guarida enana. De por sí el enano estaba bastante ocupado, conversaba con ancianos y hombres de armas acerca de la manutención y los próximos movimientos que se llevarían a cabo, aunque a decir verdad, estaban estancados en su fortaleza como un lobo acorralado por cazadores. De algún modo Bodvar descubrió que se trataba del hijo de aquel enano, quien enfermo estaba debido a los embates dirigidos hacia los no-muertos, muy pocos sobrevivieron y se llevaron consigo una terrible enfermedad que aunque no era contagiosa, era terriblemente mortal para aquel que la contraía, rápidamente Margot entró en acción y realizó todos los esfuerzos posibles para que el joven enano viviese para luchar otra batalla mas. Lo logró, al menos por el momento aquel joven enfermizo recuperó sus colores y dejaba de retorcerse entre lamentos... su padre lo reconoció y dirigió una respetuosa mirada a la mujer. Solo había una cosa que el enano y la humana pudieran pedirles. Y todo guerrero dispuesto a luchar o morir por defender la empresa de estos humanos sería bienvenido. Participantes/Habilidades usadas: Margot @Nuvalia [Sanación/hierbas - Toque de sanación] Bodvar @Axl //un masteo ligero para conseguir refuerzos
  16. Para la pareja mas repudiada de todo el imperio
  17. Axl

    ¡Ya viene tocando viciar hombre! ¡Que ya es fin de semana!

  18. Acércate, acércate. Disfruta del banquete. ¿Por qué no le das un vistazo también a estos ecos? Son ecos de épocas distantes, momentos importantes, quizá ignorados también en el tiempo. Quizás tengas suerte y reconozcas algún que otro rostro familiar. Es raro... algunos todavía no se accionan... quizás deberías esperar un poco más hasta que puedas encontrar algo con lo que familiarizarte. Ah, recuerdo este... déjame aclarar un poco mi garganta. << Una lucha sin tregua, dos terribles y sanguinarios guerreros se enfrentaban a un par de sus eternos enemigos, el enano, de aspecto recio y aguerrido, acompañado de aquel iluminado y obstinado caballero sacro, cuya espada impartía la cólera de la mismísima Luz divina. Fue un descarnado combate, el humano estuvo a punto de caer, no obstante. Un ultimo esfuerzo alejó al enemigo lo suficiente como para que no usase su primitiva arma para segar su vida, cayó al suelo y dejó al enano acabar con sus dos malheridos contrincantes. >> El resto, es historia. //sentíos libres de comentar vuestras opiniones //con un poco de suerte se añadirán mas ecos!
  19. Axl

    Buenas

    Tu descuida, aquí estamos para ayudarte a mejorar mientras que lo pasamos bien. Que nadie nace letrado como dicen por ahí. Ya te he visto antes el foro, asi que supongo que no te vendría mal una charla. ¡Pásate por el discord hombre! Un saludo
  20. Otro mas? Estamos de suerte entonces. ¡Pasate por el discord, seguro que nos echamos unas risas y nos conocemos! ¡Un saludo!
  21. ¿Así que un Deku, eh? Bueno, supongo que puedes servir como una silla cómoda. Fuera de carpinterías, espero que te lo pases bien en este nuevo mundo de rol, seguro que con tu experiencia te irá como la seda. ¡Hasta entonces, un saludo!
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