Saltar al contenido

Psique

Roler@
  • Contenido

    525
  • Registrado

  • Days Won

    75

Todo el contenido de Psique

  1. La carta llega durante la mañana a la secretaría del Relicario. La fina caligrafía invita a ser leida, sutilmente perfumada con aroma de lirios y papel ornamentado. A la atención del Relicario Conociendo la actividad a la que se dedica tan loable empresa y viendo que responde a mis intereses profesionales, me pongo en contacto con quien competa para hacerle llegar mi interés por las actividades que se desarrollan en el Relicario ya que éstas encajan a la perfección con mi vocación profesional así como con mi ambición personal. Durante largos años, me formé en las ciencias arcanas como estudiante en la Academia del Ocaso hasta el desenlace de la guerra. Tras ello, mi atención se centró intrínsecamente en el aprendizaje genérico de nuestra historia así como de la universal a partes iguales con el objetivo de saciar mi ferviente sed de conocimiento, formándome bajo mi propia cuenta y riesgo. Tengo experiencia en el desciframiento de artefactos de índole arcana, así como puedo presumir de mis nociones básicas en los campos de la Adivinación y de la Ilusión. Me considero una persona inquieta, curiosa y por qué negarlo, ambiciosa, donde mi creatividad e ingenio me han servido más fielmente durante tantos años que la mejor de las espadas. Como ya he mencionado anteriormente, me encuentro interesada en el sector y la finalidad que os une bajo una misma causa, a la cual os pido me deis la oportunidad de aportar con lo que humildemente cuento. Sería un placer para mi extenderme en mi presentación personalmente y, de ser adecuado, de someterme a los exámenes pertinentes para tal finalidad. Adjunto a esta carta mi dirección y contacto, esperando impaciente vuestra respuesta. Magia y Conocimiento para los hijos del Sol. Atentamente, Lilthidel Drithel.
  2. //I WILL BE THERE FOR YOU, BRO
  3. Formato texto informe Notas de Drehin Contempló el brillo del bisturí con regodeo mientras el cuerpo permanecía tendido sobre la mesa de operaciones. Irma estaba inmersa en un profundo sueño, del que no despertaría en unas cuantas horas, por lo que podía ocuparse de lo que ella llamaba "carpintería" mientras Drihen se ocupaba de perforar su subconsciente a través de los sueños.La carne cedía con facilidad, revelando un amalgama de músculos, tendones y huesos que habían permanecido en buen estado salvo por la profunda incisión de quien al parecer, le dio muerte durante un frenesí de ultratumba. Seguía repasando mentalmente el relato que Irma había contado sobre su vida. Una niña desprovista de cariño y protección, pero a la que le dio tiempo a aprender a sobrevivir antes de morir, irónico, para continuar haciéndolo en la no-muerte. Yo veo a una superviviente, le había dicho a la renegada al no recibir respuestas que no fueran las adecuadas de acuerdo al protocolo de quienes sirven a la Dama Oscura, que ahora no servía más que para entorpecer su trabajo, una mujer modesta, una espiga silvestre que aprendió por las malas que este mundo es cruel, pero no mortal, si sabes cómo sobrevivir. Habéis cavado vuestra trinchera, os reserváis a vos misma vuestra parte más intima de vuestra psique. Vos sois vos pero sólo para vos misma. Metódica por fuera, tal vez endeble dentro. Tenía la esperanza puesta en que la maestra ilusionista pudiera perforar en esa testarudez y poder sacar a la luz quién era realmente la Renegada que estaba recostada sobre la mesa, indefensa, voluble, maleable como la arcilla. No podía esperar el momento de que despertase y la gurth'dore pudiera hablarle al respecto. Mientras tanto, comenzó el examen médico, comprobando que cada una de las partes que componían a ese cadáver funcionaban como debía. Continuó haciendo anotaciones mientras sus dos colaboradores hablaban por turnos. Primeramente, Silas, su maestro, quien se ocupó de la evaluación nigromántica de Irma. Al parecer no presentaba anomalías y fue una intervención breve. De cualquier forma, no esperaba advertir anomalías de ese tipo en ella. La había visto luchar, moverse, correr trepar. Sabía que su cuerpo presentaba las características idóneas para un alzamiento efectivo. Drihen se aventuró a hablar más tarde, con la mirada perdida posada sobre la oscuridad de la sala, una vez Feevere concluyó de leer su informe. -Lo ha hecho bien, no hizo nada que no esperásemos de acuerdo a las notas de campo que reunisteis, boticaria. -No esperaba menos de ella.-Feevere se resignó entonces a aceptar que no había nada que hubiera ocultado, comenzando a tomar nota al respecto. -Sin embargo-intervino la gurth'dore deteniendo su escritura.-Mostró duda en el último momento. Su propia supervivencia, eso que la había empujado por el camino más sensato, lejos de la temeridad, pareció enfrentarse por un momento al destino que se le había fijado. Tenía un collar. -¿Un collar? -En él estaba impreso el símbolo de la Luz. -Cuan interesante... Tenemos la personalidad de una fiel renegada enfrentada con la de una bandolera pordiosera. Y aún así... -La voluntad de la Dama prevalece. -Sí... La clasificaré como el grupo de control referente. Gracias por vuestro trabajo. Vuestros esfuerzos significan la Eternidad para los Renegados y la Gloria para su Dama. //Sesión mastereada por @Psique Participantes: @Gauss Advertir/Disparo con arco Duración 3 horas
  4. Formato texto: En los sueños encontramos partes de nosotros que habíamos guardado bajo llave. Nos postramos, en un combate en desventaja. Nos recuerda la vida que nos hizo ser como somos. Nos recuerda quienes fuimos. // Sesión mastereada por @Psique Participante: @Axl como Gustaf Tiradas: Advertir/notar Duración aproximada: 4 h
  5. Alguno de ellos entra en conflicto con el juego tal y como lo veo recientemente. Estoy intentando dar con cual. Mientras tanto os recomiendo utilizar sólo el TotalRP y el Lphant, dado que por dichos problemas, ambos dejan de funcionar, se resetean o no guardan los datos. ¡Perdonad!
  6. Se preguntó cuantas veces había pensado en ello, esa frase resonaba en su cabeza con tanta fuerza que creía escuchar cómo se mezclaba con los ecos de la oscura sala que la rodeaba, adornada con bobinas, instrumental alquímico diverso, numerosas mesas de disección y otros tantos pergaminos acoplados a la pared donde se recitaban intrínsecos conocimientos médicos a modo de esquemas o figuras anatómicas. Eran jóvenes, tan sólo unos críos de avivada curiosidad e incansable sed de conocimiento, sin embargo, la frase no se equivocaba, eran niños dando pasos tras las huellas de los gigantes que los precedieron. Había tantas incógnitas encerradas en los mausoléos que eran sus propios cuerpos. Tanto por descubrir y descifrar. Eran la curiosidad y la iluminación encerradas en un mismo templo, pero sin llegar a coincidir para más que no fueran un par de miradas esquivas. Pero eso pronto cambiaría. Acudir a los conocimientos que había dejado la Plaga tras de sí, ya sea en tratados o a través de algún reconocido nigromante era algo a lo que todavía era demasiado pronto como para aspirar. Las tierras renegadas eran un caldo de inestabilidad, invasores vestidos de rojo y criaturas cada cual más retorcida que la anterior. Scholomance esperaba al este a ser invadida, pero no sería hoy, ni mañana. Feevere contempló sus anotaciones que descansaban en sus pequeños cuadernos de campo. Lo había percibido todo, y conservado después. Se encontraba sentada en la mesa central de la sala, al lado opuesto de otro asiento vacío. Quería ponerse en situación, repasando una y mil veces el modus operandi de su propio experimento. Abrió el cuaderno de notas, pasando las páginas sin detenerse en ninguna como un vago reflejo y después revisó los documentos firmados de quienes, con temeridad o entrega ciega habían accedido a someterse a dichos procedimientos. Serían sesiones largas e intentas que lo abarcarían todo, pero esperaba poder adquirir respuestas de al menos un par de individuos del grupo de control. Encontrar el origen de las taras, ya fueran psicológicas o anatómicas para después tomar notas al respecto podría servir a la hora de efectuar nuevos alzamientos, evitar errores, aumentar la tasa de éxito eligiendo pertinentemente los cadáveres más propicios y evitar así individuos sin actitudes para servir al Nuevo Orden. Y quien sabe, tal vez dotándoles de características determinadas prediseñadas a través de la magia o de arduos procedimientos médicos de selección anatómica. Se contentaría con que lo obtenido pudiera servir al menos para evaluar las maneras adecuadas para reparar a quienes sufrían dichos contratiempos. A pesar del suspense de no saber cuán revelador resultaría la conclusión, ansiaba que los métodos elegidos fueran los adecuados. Sin más espera, comenzó a designar el orden en el que accederían los voluntarios al experimento.
  7. Psique

    Descargas

    Una vez envías la ficha e historia y son aceptadas, la opción de descarga se te mostrará arriba junto a la pestaña de formularios.
  8. Créditos: elfa de http://exellero.deviantart.com/ Emblema de http://kinggainer.deviantart.com/
  9. Atributos 6 Físico 7 Destreza 7 Inteligencia 6 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 21 Mana 7 Iniciativa 9 Ataque CC Sutil (Espada ligera) 9 Defensa Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 2 Espada ligera 2 Defensa 1 Robar bolsillos 1 Sigilo 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Comercio 1 Leyes 2 Tradición/Historia 2 Evocación Básica 1 Detectar energía 3 Visión Lejana Arcana 1 Ilusión básica 1 Encantamiento básico 2 Eliminar Ilusión 1 Compendium Arcano 1 Geolocalización Arcana 2 Abjuración Básica 1 Mimetizar Imagen 2 Oscuridad Visual 2 ArcanoKinesis Percepción 1 Advertir/Notar 4 Bailar 2 Buscar 2 Música (Canto) 1 Rastrear 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones Magia Arcana Arcano Adivinación Ilusionismo Hechizos: Adivinación Arcana Dificultad 14 Geolocalización arcana: El adivinador se concentra en las energías mágicas que fluyen y recorren todo Azeroth en forma de canales arcanos, conocidos como Lineas Ley, con el fin de localizar aproximadamente su situación geográfica, así como de orientarse cardinalmente.
  10. En eso estaba pensando... Realmente las clases híbridas ya se regulan solas, porque los puntos que no metes en hechizos los tienes que poner en armas. Igual lo sensato sería subir la dificultad sólo en ciertos tipos de "clases" (que aqui no hay, pero igualmente afectan en su rol de cómo desempeñan su labor). Los paladines han aprendido a dominar las disciplinas de luz al mismo tiempo que combaten cuerpo a cuerpo. Igual la cosa sería que esa dificultad añadida se plasmase de mallas hacia arriba, que ya el estorbo es mayor. Un -1 se nota, pero como digo, sólo cuando el peso es más sustancial. Del mismo modo sería planteable que ese penalizador desapareciera si llegases a tener algún hechizo de una rama concreta a 3, que ya serías un entendido y no un penco con varita en... evocación por ejemplo. Pdt: La ropa acolchada mola.
  11. No podría alargar mucho la explicación porque aun hay partes del sistema que no dominio, pero si la cosa va de ponerles problemas a los magos y sacerdotes a la hora de que usen hechizos portando armaduras pesadas, este es el enfoque que yo tengo al respecto: ¿Por qué aumentar la dificultad en vez de subir el coste de maná? Porque el wow no es D&D donde tu conexión arcana, luz o natural deba verse perjudicada por lo que lleves o no puesto. Pero todos entendemos que es difícil andar, gesticular y manipular magia si tienes 20 o 30 kg de peso añadido encima. No te mueves con tanta soltura. Propongo entonces que se añada a la tabla un +1 como dificultad añadida para realizar hechizos, que aumente de manera progresiva conforme subamos de tipo de armadura, pero no desde la ropa acolchada, si no del cuero en adelante. ¿Qué pasa con esto? Que un novato notaría la diferencia si por ejemplo tiene un valor de 1 para realizar el hechizo, pero alguien con mayor nivel y dominio como un 5, no notaría tanto ese penalizador. Esto refleja el entrenamiento que ha podido tener de cara a realizar "su trabajo" con armadura o sin ella, bajo distracciones o problemas de estímulos externos. Digamos que el conocimiento sobre el hechizo engloba todo. Y esa es mi opinión. No me se el sistema en profundidad asi que no se que tan válido sería. Como dice Malcador, para un novato las tiradas de dificultad son bastante bestias.
  12. ¿Por qué no en vez de aumentar el coste de maná, aumenta en 1 la dificultad? No creo que esto sea D&D donde el equipo altere la conexión mágica, pero sí podria entender que gesticular el hechizo y canalizarlo sea más complejo si llevas 40 kilos encima. Es mi humilde opinión^^
  13. ¡Wooolas! Un placer conocerte^^ Te doy una cálida bienvenida y lo que dice Axl más arriba. Pásate por el discord! somos majos y un poco ruidosos pero sin dudas podremos ayudarte en lo que necesites. Aquí tienes tus dados nuevos *pone un par de dados 10 y un dado 6 en tu mano que después cierra y se aleja dando saltitos*
  14. //Estaré, tal vez no puntual pero estaré.
  15. Psique

    Sombras del Sur

    //Yo seguramente iré también, aun que aún tengo un rol pendiente por cerrar con los BK. Mi disponibilidad es casi absoluta salvo el domingo por la tarde hasta las 7 aprox.
  16. //Juajaja estaré, a ese bicho lo quiero ver
  17. ¡Bienvenido a Rol Errante! Me alegra ver que al final te has decidido a entrar^^ Espero que te guste, que rolees largo y tendido y que cuando seas mayor y tengas nietos, les cuentes tus andanzas por Elwynn (?) Cualquier duda puedes resolverla en su respectivo subforo o unirte a Discord para respuestas inmediatas y personalizadas al gusto del consumidor. ¡Nos vemos dentro!
  18. Psique

    A primera sangre

    Aquellos grandes salones eran los dominios del indómito fénix que, con el vuelo alzado sobre campo azabache vigilaba como sus jóvenes crías hacían sus primeros esfuerzos por alzar su primer vuelo. Los adeptos acudían junto a sus maestros y parecía que la ceremonia empezaba en ese momento, pues aquel día no se trataban de aprender, si no de demostrar. El ambiente se imprimía por un aire de falsa quietud ante tal grado de ceremoniosidad. Rael comenzó a subir por las escaleras laterales hasta llegar a la grada tan pronto como pudo ver la figura de su mentor, aquel ave con el porte más regio que había visto en mucho tiempo. Su mirada siempre vigilante y siempre soberbia se posó sobre sus dos adeptos, que se encontraron al final de cada escalera. Sus miradas se cruzaron, entendiendo que a partir de ese momento las dificultades que pasarían en solitario como aprendices las pasarían juntos. Eran dos elfos muy distintos entre sí, dos polluelos de distinto manto y distintas facultades que aspiraban al mismo propósito. - Iniciado Rael, este es tu nuevo hermano. El iniciado Feldraren Elladan.-Dijo Thalael con una mirada voraz escrita en su único ojo descubierto y después dirigió su mirada al arco del fondo. -El es Rael Asthros, un iniciado como tú. Los magister también estaban en el templo aquel día. Algo los había llamado hasta allí. Se encaminaron hacia el salón inferior, descendiendo las escaleras, casi pudiendo percibir el pulso del corazón de la mismísima sede. Se había hablado de tanto durante tantos años, y podría jurar que debajo de las emanaciones de magia de los complejos hechizos de los magister, aún había un canto prófugo impreso en aquel lugar, donde la crueldad y la benevolencia danzaban cogidas de la mano. La luz del sol fue quedando atrás conforme avanzaban por el largo pasillo, quedando al amparo de las dispersas luces repartidas por todo el trayecto. Finalmente alcanzaron la puerta, custodiada por dos guardias ataviados en sus armaduras negras y rojas. Thalael avanzó decidido, no necesitaba presentación y fue entonces cuando comenzó a plantearse lo mucho o lo poco que sabía sobre su propio maestro. El danzar de las espadas golpeaban sus tímpanos, la celebración había empezado y muchos de ellos ya habían sacado a relucir sus capacidades. En el centro del círculo se alzaba una figura invicta y en segundo plano, los cuerpos de los iniciados derrotados estaban tendidos en el suelo, al borde de la extenuación. Es posible que uno de los Caballeros desee probar a su iniciado contra vosotros, como vereis, la competencia sana es algo que refuerza nuestros lazos de hermandad. Por eso voy a pediros que lo veais como lo que es; una competencia. No dejeis de pensar que estais siendo probados en todo momento. Alzó la mirada, contemplando aquellos que apostados en las almenas, tomaban nota y evaluaban hasta el último de los suspiros de los adeptos. Los sacerdotes se aventuraron a respaldar a los que habían caido, y comenzaron a tratarles en un lugar apartado tras la conclusión del combate. Esto va en serio, no es un combate con espadas de madera, es real. Rael entornó los ojos pensativo mientras una de las figuras que había en torno al círculo, abriendo los brazos, dando la bienvenida a su maestro. - Y veo que después de tanto tiempo por fín aceptas a dos nuevos Iniciados para seguirte los pasos. De verdad un movimiento curioso. - El legado es una de las cosas que uno no puede dejar a un lado tan a la ligera. Duyash le sonrió gélido. No necesitaba oir su nombre para reconocerle. En el ejército era un hito, un importante militar en las guerras pasadas cuyo nombre no brillaba por su paciencia, si no ensombrecido por la crueldad de sus acciones. - En ese caso sentíos libre de hallar lugar en el círculo, estamos todos deseosos de proseguir con las prácticas. Thalael les dedidó un último vistazo a ambos antes de descender por las escaleras. - Es el momento. Descendieron tras él, incorporándose a quienes reposaban entorno al círculo. La magistrix alzó la cabeza contemplando las nuevas incorporaciones. De su cuerpo emanaba una energía extraña y a su lado, un sacerdote tomaba nota de cada palabra y cada acción. - ¿Por qué no nos muestras a todos lo que son capaces de hacer tus nuevos Iniciados?. Estoy segura de que están tan deseosos de ser probados como cualquier otro. - Tan desprendida como siempre. Erembia. Acepto a cualquier caballero que desee probar a sus iniciados contra los míos. El silencio embargó el lugar, como si el temor que despertase la idea de enfrentarse a Thalael se imprimiera también sobre sus adeptos, como si fueran sus armas o extensiones de sí mismo. Rael esperó en silencio, repasando a todos los que había allí dispuestos a mostrar su valía. De repente una voz rompió el silencio. - Maestro Thalael, deseo probar a mis dos alumnos contra los tuyos.-Dijo el elfo que portaba consigo una espada prendida en fuego, inmune a él tanto como hacía vulnerables a sus enemigos. No le reconoció en un primer momento. - Y yo acepto tu desafío.-Dijo Thalael pendenciero dibujando una sonrisa en su rostro. Los aprendices se encaminaron al círculo ante la orden y se presentaron, desprovistos de títulos o de renombre. Sus nombres eran poco más que un número burocrático para determinarlos como individuos, al menos por el momento mientras continuasen siendo los bastardos de figuras cuya sombra se proyectaba sobre ellos. Finrod Sunstreader y Valanor Dawnblade eran los dos contrincantes respectivamente. Tras aquello, la profunda voz de Duyash comenzó a enumerar las normas del encuentro. - A quien teneis de frente es vuestro rival, derrotadle y vuestra prueba llegará a su fin. Si vuestro hermano cae, no importa el numero. Seguireis luchando hasta caer con el.-Hizo una breve pausa ante la siguiente norma, jugando con la expectativa.- Vuestro maestro se reserva el derecho de decidir que hacer con vuestros rivales derrotados para finalizar el combate. El elfo contra quien se debía batir Rael era un joven de cabello plateado, cuerpo vagamente pulido y portador de una cimitarra. A simple vista, Rael resultaba mucho más indómito, alto, y portando una pesada lanza que podría hacer destrozos en el menudo cuerpo del elfo. Por otro lado, Feldraren se enfrentaría contra un elfo cuyo odio se desprendía del fulgor de sus cuencas mientras examinaba a su contrincante, ambos portaban una espada en la diestra. Rael enarboló una floritura con la pesada lanza, como si en sus manos no pesase ni la mitad de lo que ocupaba. El viento silbó con los arcos y cuando concluyó, fue el primero en arrojarse contra su enemigo cuando el combate dio comienzo con una presuntuosa sonrisa. Rael acabó pronto con su enemigo viéndose este incapaz de mitigar sus brutales arremetidas y extrabagantes arcos, superado en fuerza y destreza. Cuando tan solo le restaba la resistencia para soportar un último golpe, la cimitarra cayó con fuerza contra la rodilla de Rael, intentando desesperadamente hacer que perdiera el equilibrio. La herida ardía, pero la magia del círculo inscrita por los magister pronto mitigó aquello. Tomó su lanza con fuerza y la llevó hacia atrás, con ambas manos. - No debiste acudir hoy.-Le dijo, con el rostro enfermo de esfuerzo y fatiga, describiendo un embate que sajó la cintura del elfo y lo hizo caer al suelo de manera estrepitosa. Feldraren continuaba en un duelo de resistencia contra su enemigo, sin flaquear. Su contrincante ni siquiera se giró para ver a su compañero. - Derríbalo, iniciado mio. -Dijo tajante Thalael. Rael apartó la cimitarra de una patada, dejándola lejos de su portador y posó su pesada bota sobre el pecho jadeante del elfo, quien apartó ligeramente la cabeza al sentir el gélido filo de la lanza posarse en su garganta. Rael no asistió en el combate a su compañero. Confiaba en su capacidad, por algún motivo. Se quedó en esa posición respetando el duelo personal, mirando al derrotado a los ojos, quien no paraba de parpadear, agotado, débil, sin poder devolverle la mirada. Rael vio en él un recuerdo perdido en su memoria de si mismo, confinado en una vida en comuna junto a aquellos niños que no tenían más que la vaga esperanza de poder salir del recinto de la mano de alguien con el corazón blando y las expectativas altas para un niño de linaje extinto. Casi pudo sentir el ardor de sus viejas heridas mientras practicaba en su juventud con aquel que le tendió la mano y le sacó de la desdicha, aquel oficial cuyo nombre era poco menos que una oba de adoración y gratitud infinita. Aquel chiquillo no tenía experiencia. En absoluto. Poco podía hacer contra alguien que había batallado tanto, sangrado tanto y visto ir a muchos una y otra vez. Feldraren finalmente consiguió derrotar a su enemigo. Ante la orden de Thalael procedió a inmovilizarlo, manteniéndolo de rodillas con la espada pegada a la yugular, esperando la orden. - Este combate ha termino.-Sentenció Duyash. Una retorcida sonrisa complice se dibujó en el rostro del elfo mirando al mentor de los vencedores. Rael comenzó a retirar la bota del elfo con cuidado, sin necesidad de abusar de su posición.-El Maestro de los Iniciados victoriosos ahora tiene derecho a elegir el destino de los perdedores. Rael quedó rígido ante aquello y mantuvo el filo de la lanza contra el cuello del iniciado. Thalael se aventuró al centro del círculo a paso lento, con los brazos alzados y una sonrisa jactanciosa. - Ha sido sin dudas un combate impecable. Una muestra de poderío que solo es presente en los verdaderos portadores de nuestros tabardos. Mis neófitos aquí presentes. Feldraren Elladan y Rael Asthros han demostrado la fiereza necesaria para ser un Caballero de Sangre. Para aplastar a nuestros enemigos. Pero... ahora una pregunta bate en mi cabeza. Compañero Maestro. ¿Qué debemos hacer con los débiles? ¿Con los indignos? No podemos permitir mostrar como ejemplo a aquellos que se derrotan con tal facilidad. No serás capaz… Pensó Rael con los ojos entornados, mirando el cuello del elfo que tragaba saliva con dificultad y el miedo recorriendo su frente en forma de sudor. - El pueblo no nos daría su confianza, no nos apoyarían. Si algo define al Caballero de Sangre es su sacrificio, y no veo sacrificio alguno en tus iniciados. Propongo un castigo acorde. Comenzaron a discutir sobre el método de castigo para aquellos que habían sido derrotados con tal facilidad. Entornó la mirada, compasivo, y le tendió la mano. Nadie merecía tal castigo por su excasa experiencia razonó. El elfo abrió los ojos cuando notó que la lanza se alejaba de su garganta, confuso y encontró la mano de Rael tendida para ayudarle a alzarse. Fue entonces cuando una pesada mano enguantada en placas se cerró con fuerza entorno a ella, con la suficiente fuerza como para hacer repicar el acero contra el acero en mudo gesto de desaprobación. Rael miró sobre su hombro dando con la mirada implacable de su mentor. - Acaba con él. -Sus ojos se abrieron como platos ante el espanto de tener que ejercer de tal manera. Miró al novicio a los ojos, quien con el terror en la cara y el sudor en la frente quedó mudo.-El enemigo al que nos enfrentamos no merece perdón alguno, y el no merece un destino diferente al suyo.-La presa de Thalael se soltó, como un águila aflojando la llave de sus garras para que fuera su polluelo quien hiciera el trabajo. Para que aprendiera. Rael quedó en esa posición unos segundos y soltó su lanza con su pertinente estallido metálico. Dejó la cabeza inclinada, los ojos entornados. - Es un hermano, no un enemigo.-Dijo escuetamente. - Oh... es todo un patriota. Me recuerda mucho a alguien. - Maestro Thalael. El combate ha acabado. Termine con él y abandone el círculo con sus iniciados.-Intervino Duyash el Cruel. La sombra de su maestro se movió a su derecha y de un seco golpe de puntapié, dejó al elfo inconsciente y con una contusión que le recordaría su ineptitud de por vida. Rael apartó la mirada, dejando que el sonido del metal de la bota y la carne y el hueso ilustrasen en su mente la escena, sin interés por ser parte del espectáculo. Incapaz y fuera de lugar se sentía Rael ante la idea de haberlo detenido. - Si me hubieseis dado la mano a mi, iniciado, os la hubiera cortado.-Thalael dejó caer todo el peso de su mirada sobre Rael, quien se la sostuvo en silencio antes de apartarla secamente. Apretó los puños y se viró, tomando su lanza del suelo. Los tres se retiraron tras la conclusión y se encaminaron por el largo pasillo hacia la salida. El sol volvía a rozar sus cuerpos fatigados, dándoles la bienvenida a la Plaza del Errante. Thalael se detuvo en seco frente a la puerta de la sede y miró a ambos. - Nos retiramos. Ya habéis probado lo suficiente. Nada mal.-Medio sonrió por un instante antes de inmacular su rostro con inexpresividad.- No obstante, puedo notar como si tuvieses la necesidad de decirme algo.-Rael miró hacia su costado, con el ceño fruncido mientras que Feldraen se mantuvo en silencio, en pose marcial.- ¿O es acaso que estoy desvariando?-Nnguno se pronunció.-Eso supuse. No hay cabida para los débiles entre los nuestros, iniciados mios.-El rostro de Rael se fue amargando al escuchar las palabras siguientes, no podía leer ni una pizca de compasión en su discurso como tampoco la hubo en sus acciones. Parecía intentar convencerle de que era lo justo, como quien programa un arma para su modus operandi.-No obstante, el perdón forma parte de nuestras virtudes. Dejar inutilizable a una promesa sería tan necio como ayudar a el enemigo de ahí fuera. Un castigo justo, para un fallo de tal magnitud. - ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera matado?-Interrumpió finalmente, con voz hastiada. - La Magistrix lo habría evitado. El círculo de pruebas estaba rodeado de hechizos protectores y potenciadores. Me sorprende que esa traviesa mujer no os haya hecho volar por los aires en celebración.-Le sostuvo la mirada un breve lapso de tiempo, relajando tan solo un poco su expresión. - Si me permitis,-intervino Feldraren-creo que la deshonra de fracasar, la decepcion de haber caido y quedar fuera, es un castigo severo. - Es un castigo que se olvida con el tiempo. Iniciado mio. Estaba cansado de frases pomposas y enrevesados discursos. Estaba agotado de oirlas, pues no eran más que excusas de aires magnámicos que hacía que muchos perdieran de vista la realidad y sólo pudieran pensar en el sentido trascendental de algo que carecía de ello. La guerra era cruenta, no entendía por qué esa necesidad de inflar los oídos y los corazones de quienes pelean en ellas o aspiran a hacerlo, no entendía por qué debían llevar una venda en los ojos para pelear con más determinación, creyendo que la gloria es la recompensa de quienes se sacrifican, aunque deban ser ellos. Rael sacó aquella conversación de su cabeza como el cuerpo que rechaza un órgano implantado con expresión de asqueo. - Para nosotros, el fracaso. Se marca a fuego. -Su voz era áspera como el pedernal. - Lo dudo, mi señor. De haber fallado, os juro que no me lo perdonaría, en toda la vida. -Thalael posó el pesado guantelete en el hombro de Feldraren. - Y por eso os he elegido como aprendiz, joven Feldraren. A tí y a Rael. No quiero sobreestimaros. Pero... como vosotros, hay uno entre mil. Espero que comprendas lo que quiero decir. - En ese caso, confiad en que no os decepcionaré, y si lo hago, será como usted dice, marcado a fuego.-La determinación de Feldraren se extendía por todo su ser. Thalael asintió complacido por la respuesta, retirándose hacia las escaleras. - Sois libres por el momento. Os reclamaré nuevamente cuando sea necesario.-Feldraren se despidió metódico, pero Rael no podía más que mirar con fijeza la espalda de su maestro.-Y tú…-Se giró para ver a Rael, clavándole la mirada.-Quizás a ti te llame antes de eso.-Sentenció con frialdad, sin recibir respuesta alguna.-Pasad una buena noche, aprendices míos. Duración del evento: 1:35 aprox Master: @Cernunnos Participantes: @Shiva @Psique
  19. Psique

    RÉQUIEM

    //Asistiré^^
  20. Psique

    Sueños de paz

    //Gabrielle va! *Le quita el polvo a la ficha* Estaré, pero no se si seré puntual al 100%.
  21. Psique

    Gabrielle O'Connor

    Historia La corrupción se extiende a través de la tierra, volviendo infértiles los campos y cobrándose las vidas de quienes permanecen para defenderlos. No hay restos, ni cadáveres que añorar. Todo se vuelve cenizas en lasmanos. Las cuentas del rosario repicaban entre sus dedos con inquietud, pues resultaba ardua la tarea de rezar entre la marea de ruido de un ejército a punto de partir hacia la batalla. Aun entonces, su corazón latía con miedo y sus manos flaqueaban de debilidad ante el peso de una espada. Y aún así, su fervor no le permitía otra cosa que armarse con todo el valor que podía encontrar en su ser, e intentarlo. Ella no era una guerrera, ni tampoco un sacerdote. Era una niña arrancada de los brazos de su hogar para pelear en una guerra injusta y desesperada. Una guerra atroz contra lo que no tenía cabida en este mundo. Y aun sin tratarse de la típica imagen de caballero justiciero, ella luchó por su mundo. Porque, aun que no quisiera, aun que se rindiera, ya no había hogar al que volver. Los rostros de su familia, claros como una mañana despejada habían ido mermando y cediendo con cada atrocidad que veía. A veces, cuando pensaba en su hermano jugando en el jardín trasero de su hacienda, su rostro se derretía y cedía ante el peso de la podredumbre. Aquellos meses fueron duros e inmisericordes con ella pero la idea de sentirse desdichada era algo inconcebible. Estaba segura de que si estaba allí, si así debía ser su vida, que así fuera, pues no había más que virtud en la determinación de sentirse a prueba por designio divino. En cada herida, en cada batalla, ella la sentía refulgir en su interior. Y obró en consecuencia. Su cuerpo se hizo fuerte, y su fe creció más allá del límite que marcaba su cuerpo. Se encontró abanderando una causa, una poderosa llama por la que estaría dispuesta a dar la vida. Cuando todo había terminado y no quedó más que la quietud de las ruinas de lo que antes fue un glorioso reino, volvió a su hogar sintiendo un enorme sentimiento de realización. Pero al volver a ver aquellos rostros sonrientes incluso ante la peor de las situaciones, entendió que no había vuelto a su hogar, si no a su pasado. Un pasado donde no quería volver, pues no era su camino. Y entonces tiró de las riendas, volteando su caballo, alejándose ante las miradas desconcertadas de sus más allegados. Estaba segura de que el mundo no había sido salvado todavía, de que aún el hedor de lo retorcido y lo herético seguía suspendido en el aire. No podía volver a ser quien era, pues al igual que el mundo, ella se había transformado, y aquello era ahora su vida. Las altas murallas y majestuosas torres del santuario de Tyr le daban la bienvenida. Las banderas de la Llama Carmesí se mecían suavemente en el aire infesto, y aún así, a pesar de todo, el hogar irradiaba un aura sacra que aplacaba el temor en todos los corazones. Afianzó su carga en la espalda y ascendió por la cuesta, sintiendo la brisa marina a sus espaldas. Allí fue donde se preparó a conciencia. Tomó su espada y aprendí a blandirla con precisión y contundencia, hasta que sus manos pudieron sostenerla con fuerza con la seguridad de no volver a fallar un sólo golpe. También entrenó su fe con tantos otros novicios que deseaban dedicar su vida a los designios de la Luz. Hubo quienes cedieron en su empeño, y hubo quienes destacaron. Ella adoptó rápidamente sus costumbres y rutinas hasta cometerlas con perfección y puntualidad. Hasta que llegó la hora de partir. La expedición hacia el interior prometía ser extenuante. Alertados por la presencia de una horda perdida de no-muertos entre los bosques, se adentraron como patrulla de reconocimiento. Ella y cinco más, un grupo pequeño que avanzaba con cautela entre los tocones pustulantes y la tierra putrefacta con el fin de advertir el número, la posición y, de ser posible, su procedencia. Alzó la mirada encarando el norte, donde las nubes se arremolinaban. Stratholme yace ahí, pensó al ver muy desde lejos las altas torres de la ciudad masacrada acuchillando las densas nubes. Despertó de su ensimismamiento cuando se encontraban delante de un camino entre dos altas lomas a cada lado. Alertada, miró al líder de la comitiva confusa. Aquel lugar era perfecto para sufrir una emboscada, sumada a la densa niebla que se arremolinaba resultaban una presa fácil. Quiso inquirir sobre ello, pero entonces ya fue tarde y todo ocurrió muy deprisa. Los estaban esperando. Las espadas danzaban sajando la débil carne de las aberraciones que arremetían contra ellos. Ninguno dudó en desenfundar las armas, algunos ya con experiencia en batalla contra esos seres, otros, no tanto. Y por fácil que resultase derrotar a un enemigo, su número era significativamente inferior. Uno por uno fueron cayendo hasta que sólo quedó ella en pie. No todos estaban muertos, algunos peleaban por volver a alzarse y luchar. Quería ayudarles, protegerles. Alzó su espada apoyando el pesado filo en su antebrazo, contemplando como poco a poco, las distancias se estrechaban. No quedaban muchos de aquella horda, y no fue ella quien les dio muerte a todos como una heroína. Tan solo fue el verdugo que dio el último golpe a la mayoría. Sus rodillas que hincaron en el suelo, herida y presa del agotamiento. Todo había terminado, ¿pero a qué precio? se preguntó mirando los cadáveres de sus compañeros, ¿y por quién? guiados por un líder recién ascendido y potencialmente incompetente. Sus piernas comenzaron a fallar en cuanto la adrenalina empezó a huir de sus venas. Un brutal tajo le había perforado la pierna y no tardaría en infectarse. La estiró y alargó la mano hacia ella, y una suave luz comenzó a sanar la herida como zarcillos divinos. Estaba a salvo. -¿H-a... terminado?-La voz temblorosa la alertó, y no era otra que la de quien los había mandado a una innecesaria y estúpida muerte. Gabrielle cogió fuerzas de donde pudo y volvió a alzarse, caminando pesadamente hacia él. El hombre le tendió la mano para que le ayudase a levantarse. Y ella no deseó otra cosa que dejarle ahí abandonado. Aquello había sido culpa suya, no quiso escuchar y su soberbia le cegó. Merecía morir. Los dedos se cerraron entorno a la decrépita mano y le ayudó a levantarse. -Que la Luz te perdone por tus actos. Serás juzgado por ellos. Los ojos del cruzado se abrieron de par en par escuchando la fría voz que emergía de debajo del casco. No dijo nada al respecto, sólo bajó la mirada y dejó que le ayudase a subirse al caballo, en dirección a Mano de Tyr.
  22. A la atención de la Orden de Caballeros de Sangre. Me dirijo a ustedes con la solicitud de formar parte de vuestras loadas filas. Los tiempos son aciagos y mi voluntad no es otra que la de servir a mis compatriotas y a mi reino junto aquellos que abanderan la sacra causa y la determinación de ejercer con justicia allá donde la oscuridad nuble el juicio y el respeto por la vida. En la actualidad formo parte del honorable Ejército de Quel'Thalas, donde he adquirido conocimientos militares y destreza en diversas disciplinas de combate. Sin embargo mi pasado estuvo amparado por la Luz y deseo retomar ese camino. Poseo pues la determinación de ostentar tal puesto a falta de vuestro consentimiento. Sin más que añadir, se despide Rael Asthros, soldado del Ejército del Sol.
  23. Ay porras vi lo de newbie pero no lo de narrador *silva fingiendo que no ha dicho nada* Muchos ánimos con el nuevo curro, espero impaciente que hagas llover sangre sobre los humanos!
×
×
  • Crear Nuevo...