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Stannis the Mannis

Roler@
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Mensajes publicados por Stannis the Mannis


  1. Grimorio Oscuro

    884kyrF.jpg Detectar Almas: Nivel 2. PM 0. Difi 12

    Spoiler
    • Tipo: Rango
    • Descripción: El nigromante oscuro usa las energías del vacío para conectar con el mundo espiritual. A diferencia de los chamanes y sus encantamientos basados en el respeto y el equilibrio, el Nigromante Oscuro busca brechas o debilidades en la barrera que separa los planos, donde pueda desgarrar el fino velo que separa el mundo de los vivos y los muertos, para convocar a sus esclavos espirituales.
    • Efecto: El nigromante realiza una tirada para obtener información sobre las almas a su alrededor: Le permite detectar debilidades en el velo del mundo físico con el Mundo Sombrío, detectar fantasmas, espectros y espíritus, incluso si estos no son criaturas nigrománticas, así como rastrear hechizos de naturaleza espiritual recientemente realizados.
    • Dif 22 Hechizo - Dif 12 Detección  (Distancia Maxima de Detección 100m) (Criatura Mayor)
    • Dif 20 Hechizo - Dif 14 Detección (Distancia Maxima de Detección 100m) 
    • Dif 18 Hechizo - Dif 16 Detección (Distancia Maxima de Detección 50m) (Criatura Media)
    • Dif 16 Hechizo - Dif 18 Detección (Distancia Maxima de Detección 50m) 
    • Dif 14 Hechizo - Dif 20 Detección (Distancia Maxima de Detección 20m) (Criatura Menor)
    • Dif 12 Hechizo - Dif 22 Detección (Distancia Maxima de Detección 20m)


    kvAWMhS.jpg Descarga Espiritual: Nivel 2. PM 0. Difi 12

    Spoiler
    • Tipo: Rango
    • Descripción: Usando la magia oscura que controla, el Nigromante hace arder el alma de su enemigo, causando gran dolor.
    • Efecto: El objetivo del nigromante recibe 1d6 de daño directo. Este daño se ve modificado según el espíritu del objetivo:
    • 1-4 Espíritu: +2 daño
    • 5 Espíritu: +1 daño
    • 6-7 Espíritu: 0
    • 8 Espíritu: -1 daño
    • 9 Espíritu: -2 daño
    • 10 Espíritu: -3 daño
    • Defendible con: Defensa Mágica



    jxLqJgG.jpg Azote de Alma: Nivel 2. PM 1. Difi 14

    Spoiler
    • Tipo: Toque
    • Descripción: El nigromante araña el alma de su rival, causando un ardor interior capaz de hacer tambalearse al guerrero más valiente.
    • Efecto:  El objetivo del nigromante recibe 1d6+2 de daño directo. Este daño se ve modificado según el espíritu del objetivo:
    • 1-4 Espíritu: +2 daño
    • 5 Espíritu: +1 daño
    • 6-7 Espíritu: 0
    • 8 Espíritu: -1 daño
    • 9 Espíritu: -2 daño
    • 10 Espíritu: -3 daño
    • Defendible con: Defensa Mágica | Defensa


    B45EGm5.jpg Maldición de Agonía: Nivel 2. PM 1. Difi 14

    Spoiler
    • Tipo: Rango
    • Descripción: El nigromante maldice el espíritu de su rival, debilitándolo y volviéndolo extremadamente vulnerable a cualquier clase de ataque que reciba, pues qué es el alma, si no el motor del cuerpo.
    • Efecto: El objetivo del hechizo queda maldito durante tantos turnos como el nivel del hechizo.  Cada vez que reciba daño de cualquier fuente, este aumentará +2. Mientras esté maldito tendrá -1 a su Espíritu. (No reduce maná)
    • Defendible con: Defensa Mágica



    HS2wkq9.jpg Invocar Espectro Menor: Nivel 2. PM 1. Difi 14

    Spoiler
    • Tipo: Rango | Invocación Menor
    • Descripción: Expertos en doblegar almas errabundas, el nigromante oscuro convoca a una aparición menor vinculada a su voluntad. Extremadamente útil, pero poco poderosa.
    • Efecto: El nigromante  invoca un espectro menor. Este tiene las siguientes características:
    • Espectro menor: Es etéreo y sus ataques causan daño directo.
    • Salud: Físico x 3

     

     

     

    EVENTOS Y SUCESOS DE LA VIDA DE UN VIEJO

    Asistidos

    La Horda unida jamás será vencida


    Espadas y sandalias


    Cochinillos en la cochinera


    LA GRAN CUCHIPANDA OGRA


    --


    Mastreados

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  2. Atributos
    4 Físico
    5 Destreza
    10 Inteligencia
    10 Espíritu
    4 Percepción

    Valores de combate
    16 Puntos de vida
    40 Mana
    4 Iniciativa
    5 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    Destreza
    Inteligencia
    2 Leyes (Honor Orco)
    2 Religión (Chamanismo)
    2 Sanación/Hierbas
    2 Tortura
    2 Cirugía/Anatomía
    2 Conocimientos/Historia (Clanes Orcos)
    2 Conocimientos/Historia (Nigromancia)
    2 Conocimientos/Historia (Brujera Vil)
    2 Conocimientos/Historia (Magia Oscura)
    2 Conocimientos/Historia (Engendros del Vacío)
    2 Conocimientos/Historia (Draenei)
    2 Conocimientos/Historia (Imperio Goriano)
    Espíritu
    2 Voluntad
    2 Detectar Almas
    2 Descarga Espiritual
    2 Azote de almas
    2 Maldición de agonía
    2 Invocar espectro menor
    Percepción

     

    Escuelas/Especializaciones

    Nigromancia Oscura

     

    Nombre: [Ficha invocación] Espectro menor - Invocación Nazar'gul

     

    Atributos
    5 Físico
    5 Destreza
    2 Inteligencia
    3 Espíritu
    2 Percepción

    Valores de combate
    15 Puntos de vida
    8 Mana
    2 Iniciativa
    7 Ataque CC (Ataque CC)
    7 Defensa

     

     

    Físico
    2 Ataque CC
    Destreza
    2 Defensa
    Inteligencia
    Espíritu
    Percepción

     

    Escuelas/Especializaciones

     

     

     

     

     

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  3. Nombre: Nazar’Gul2ba619b690a4c554d99c772e96c4e210.jpg

    Edad: 43 añosAltura: 1,90 m

    Raza: Orco corrupto Sexo: Masculino

    Ocupación: Guía espiritual

     

    Lugar nacimiento: Valle Sombraluna-Draenor

     

     

    Descripción Física:

    Nazar’Gul aparenta más edad de la que tiene. Consumido por males artes y una vida de penurias. Su cuerpo está lleno de cicatrices y marcas de quemaduras entre otras. Lo primero que llama la atención es su ojo izquierdo, el cual tiene un corte vertical y la pupila está cortada muy sutilmente, dejándolo inservible. De piel verde claro y pelo rojizo. Con unos colmillos no muy abruptos y vanidosamente cuidados.

    Descripción Psicológica:

    Siempre con un buen consejo que dar. Siempre habilidoso con las palabras y servil con sus señores. Nazar’Gul siempre aparentara lealtad y servidumbre, pero oculta una gran ambición, un gran odio y ansias de sangre y venganza. Un firme seguidor del culto de las fuerzas oscuras y de las viejas costumbres de la Horda.



    Origen
     

    Spoiler


    Yo era un acolito del gran y majestuoso clan Sombraluna del más venerado, sabio y grandioso orco: Ner’Zhul. Pero aún no era más que un cachorro a los ojos de los demás, y no pude marchar hacia el nuevo mundo que se abría ante nosotros.

    yo solo era uno más de entre otros jóvenes orcos que no tenían pasado ni familia. Como animales éramos tratados. Entre rituales y sombras andantes que nos instruían. Se nos obligaba a pelear entre los jóvenes, para ver cual estaba más preparado y con duras pruebas se nos preparaba para los mayores desafíos, todo por la gloria del clan.   Tiempos turbulentos fueron, Ner’Zhul apartado y su aprendiz Gul’Dan ocupando su lugar. Pero para mí eso no importaba,

    Noticias fugaces llegaban a mis oídos en los campos del Valle Sombraluna. Rumores de victorias en el nuevo mundo, de grandes derrotas de parte de los seres que allí habitaban que lo único que sabían hacer era trabajar la tierra, y de fortunas y recompensas que pronto vendrían.

    Pero las victorias pronunciadas pronto se difamaron y comenzaron largas discusiones entre los clanes.

    El Consejo de las Sombras supervisaba nuestro entrenamiento junto a los brujos del Clan Sombraluna. Pero después de que Orgrim Martillomaldito asesinara a Puñonegro, el Apuñalador ocupó el puesto de Jefe de Guerra y hubo una profunda disputa entre los clanes, cosa que a nosotros los jóvenes acólitos y aprendices del Clan Sombraluna, nos afecto, ya que tuvimos que ser escondidos para salvaguardar ¨la creación¨ del Consejo de las Sombras y del propio Clan. Aunque yo no tuve la suerte de mis congéneres, y los enviados del clan Rocanegra a matar a todos los brujos leales a Gul’Dan, me encontraron.

    Creía que mi muerte estaba inminente, pero no iba a perder la vida tan miserablemente de una forma tan rápida, como era una ejecución con el hacha. Así pues me enfrente a los que quisieran enviarme al abismo. Aún con mi corta edad, había sido entrenado por una fiereza regla y normas que estos bebedores de leche de los Rocanegra no pensaban. Pero pese a todo consiguieron tumbarme y llevarme hasta un campamento de los Rocanegra.

    Los planes de los caciques del clan eran del todo inesperados, más allá de una muerte dolorosa por estar ligado al Consejo de las Sombras, se me perdono por así decirlo.

    -          La Horda necesita orcos que sepan luchar, me importa una mierda que hayas meado junto a brujos, eres un cachorro, igual que ellos te comieron el tarro, lo podre hacer yo.  Así que guarda tu lengua, cachorro. A menos que quieras que te la corte. No me importan tus divagaciones influidas por las Sombras ni las historias de los brujos

     

    Y eso dijo el cacique, y fue como pase a ser parte del Clan Rocanegra, aunque no de forma oficial, pues tenía que pasar ciertas pruebas para comprobar mi nueva lealtad al clan Rocanegra y la nueva Horda de Ogrim Martillomaldito.

    Me entere años después, que los supervivientes del Clan Sombraluna me habían dado por muerto y no sabían que suerte había corrido… una suerte para mí,  pues quizás se me hubiera ejecutado. Más no fui el único obligado a obedecer forzosamente al nuevo Jefe de Guerra.

    Ahora bien, pasado ya unos años, se me encomendó la tarea de partir al nuevo mundo que llamábamos: Azeroth.  Pues el Jefe de Guerra había lanzado una gran ofensiva y necesitaban a todos los clanes para ello.

     

     

    Capítulo I.

     

    Mareas de la Oscuridad.

     

    La Amarga Victoria

     

     

     

    La Segunda Guerra, continúo con un imparable avance de la Horda. Yo había avanzado junto a un nuevo contingente de refuerzos hacia Cumbre de Rocanegra, donde se estaba iniciando una ofensiva hacia el norte del continente. La fortaleza de la Montaña Roca Negra era el nuevo baluarte de la Horda en Azeroth. Allí se habían reunido a todas las fuerzas en un inmenso despliegue.

    Allí me encontré con uno de los jóvenes cachorros que habían estado conmigo en el Valle Sombraluna, el cual había sobrevivido al igual que yo, a las purgas de Orgrim Martillomaldito.

    -          Me sorprendería encontrarte aquí, bajo el estandarte de Rocanegra. Pero sé d propia mano que la Horda necesita carne de cañón en la campaña del Norte.

     

    -          Jum, nos envían a un suicidio, nos chocamos contra las puertas de Forjaz. Y luego están los llamados elfos en la lengua de los humanos … no creo que podamos seguir esta campaña, mientras las rutas cruzan todo el continente.

     

    -          Ner’Zhul volverá y traerá la gloria a la Horda, pero primero tenemos que ser aparentemente fieles a Orgrim y sus Rocanegra.

     

    Dejé a mi compañero fanático, predicando en sus habladurías de la llegada profetizada de Ner’Zhul.

    Orgrim Martillomaldito- Jefe de guerra de las Hordas orcas – Ordenó que partiéramos en barcos hacia el continente de Lordaeron, desde las ruinas de Stormwind, hasta las islas de Zul’Dare, Tol Barad y Crestfall.

     

     

     Yo por mi parte, seguí siguiendo órdenes de los Rocanegra. Empezamos a fortalecer las zonas marítimas, hasta que nuestros espías informaron de que una banda de soldados humanos habían capturado una partida de guerrilleros trolls, dirigidas por el comandante Zul’jin y que habían sido llevados a una prisión secreta cerca de la ciudad de Trabalomas.

    Viendo una oportunidad de ganar nuevos guerreros, Martillomaldito envió a unidades para encontrarlos y rescatarlos. Además de causar una sorpresa y terror en los corazones de los humanos.

    Liberamos a los trolls, aunque algunos habían sido víctimas de torturas y vejaciones; cumplieron. Ayudé  a una joven troll de los bosques que estaba inconsciente, llevándola hasta el campamento troll.

    La troll era una criatura… peculiar. Era extraño, todo en este nuevo planeta lo era, pero más extraño era que decía haberla liberado y salvado la vida, por lo cual estaba en deuda conmigo. Por lo tanto me acompaño durante el asalto a Trabalomas. Todos los humanos que se interpusieron fueron masacrados de las formas más terribles y espantosas. Empalados, quemados, decapitados, despellejados… fue una de la mejor batalla en las que participe y la troll de nombre Valxis, la cual me acompaño durante todas las campañas, me ayudó en más de una ocasión, gracias a su gran maestría en la batalla, portando las terribles hachas trol.

    Ella tenía ahora una deuda de vida conmigo. Para ella, yo la había librado de su cautiverio. Para mí, ella resultaría una herramienta de gran utilidad además de una buena defensa personal.

    Martillomaldito ordenó que partiéramos hacia Tol Barad, para retomar Dun Modr y las tierras de Khaz Modan. Fue una dura campaña y puede que sin Valxis, no hubiera sobrevivido ante los feroces enanos. La trol mostraba su gran utilidad y prefería no ir sin ella a mí lado.

    En Grim Batol tuve con ella una conversación sobre mi pasado y como había llegado hasta donde estaba…

    -          ¿Por qué tú luchar con Rocanegra si tu no er de clan suyo?-  Ella que no podía entender los entresijos de la política de los clanes, mi miraba confusa, observándome con detalle como un animal asustadizo.

    -          Era luchar junto a ellos o morir junto a los míos. Y yo no iba a morir ese día. Prefería morir luchando que ejecutado sin más.

     

    -          Tu no libre, tu e’clavo, tu obediente, no poder elegir pó si solo.- Ella negaba, algo indignada. Yo por el contrario meditaba sus palabras. En parte tenía razón, pero no tenía otra alternativa.

    -          La voluntad del Jefe de Guerra es la voluntad de las Hordas, nosotros tenemos que ser un puño. El pensamiento de cada uno no importa… ¿Qué es la vida de un orco comparado con la de una Horda?  Bendice la mente demasiado pequeña para albergar dudas.

     

    Las campañas siguieron; La caída de Stromgarde, la Matanza de Mano de Tyr, la destrucción de Stratholme… toda gracias a que Gul’dan había logrado robar las piedras runas de los Altos Elfos, para usarlas para crear magos ogros. Incluso Ogrim Martillomaldito y Zul’Jin de los Trols de los Bosques, avanzaron hasta las tierras de Quel’Thalas, donde los Trol ansiaban conquistar las tierras que los elfos le robaron.

    Pero no avanzamos hacia la capital elfica, pues Orgrim tenía los ojos puestos en Losordaeron. Ahora bien, nuestros aliados trols, no compartían la visión de nuestro jefe de guerra. Por lo tanto, Zul’Jin se quedo en Quel’Thalas, mientras el grueso de la tropa de las Hordas, partió hacia Lordaeron. Y Valxis desapareció en mitad del caos del asedio. Asumí que había partido con los suyos y me centre enteramente en el asedio y posterior saqueo de la ciudad.

    Aniquilamos a la escoria de Alianza. Ejecutamos a los prisioneros, destripamos a los nobles y los supervivientes ajusticiados e incinerados como dictan los rituales.

    Pero Gul’Dan nos traiciono, Ogrim retiro parte de las fuerzas de Lordaeron para darle caza a él y los clanes rebeldes, así la Alianza quebranto nuestro asedio y tuvimos que darnos en retirada hacia el sur, mientras íbamos perdiendo todas nuestras bases principales en el Norte, hasta quedar solo Cumbre Rocanegra.

    Allí tuvimos una sangrienta lucha que se prolongo hasta el Portal Oscuro, donde las bajas se contaban a miles en nuestro bando. Al final, la alianza se puso en alza. Derrotando a Orgrim y el ejército prácticamente aniquilado, lograron cerrar el portal, pero unos cuantos habíamos quedado atrás…

     

     

     

     

    Capituló II

    Legado Ardiente

    Los Últimos de las Hordas

     

     

    Cuando desperté, me encontré en una mazmorra, atado y encadenado como un animal salvaje y herido. No sabía cuánto tiempo había pasado desde la batalla en el Portal, ni que había ocurrido con certeza, pero me encontraba débil, muy débil.

    Rápidamente supe donde estaba, pues unos humanos entraron abrutadamente en la celda, portando instrumentos de tortura. Cuchillos, hierros candentes, cadenas con pinchos y demás objetos.

    -          Vas a pagar por todas las vidas que has arrebato ¡monstruo, bestia inhumana! .-

    No sé cuánto tiempo estuvieron torturándome. Cuando caía inconsciente era sanado para no morir y volver a la tortura. Estuve en la sombra y la soledad muchísimo tiempo… y  una ira sangrienta recorría mi cuerpo cada vez que los humanos entraban, pero estaba débil y encadenado a la pared.

    -          Los Orcos adoran magias oscuras… tu celda es lo bastante oscura, pero no lo suficiente ¿No crees, apestoso orco? Yo creo que lo podemos hacer más oscuro.-

     

    El humano rió y cogiendo un cuchillo afilado, lo pasó por delante de mis ojos cansados, puso el cuchillo al rojo vivo y comenzó el dolor más horrible que haya sentido. Deslizó el cuchillo desde la ceja izquierda hasta cruzarlo verticalmente hasta el pómulo.  Manteniéndome los ojos abiertos mediante artilugios.

    Aún después de tantos años puede seguir sintiendo ese dolor, sintiendo el dolor de todas las heridas que me hicieron. El ojo derecho no lo llegó a tocar, pero el izquierdo quedó dañado. Un sutil corte, lento y agónico.

    -          ¿¡Qué es está tortura ¡? ¡Por orden de su majestad el Rey Terenas, estos orcos son prisioneros de guerra y deben ser tratados como tales!.- Dijo otro humano que abrió la puerta, interrumpiendo al torturador.

     

     


     Ahí quedó, como un recuerdo, un trofeo. Pero un día Orcos del clan Rocanegra, irrumpieron en la prisión, liberando a los presos, encontrándome a mí. Junto al remanente del clan Rocanegra esperamos hasta que al final Grom Gritoinfernal reunió parte de los clanes, para liberar los campos de prisioneros orcos.

    Para mi sorpresa, me encontré con Valxis la trol de los Bosques.  Herida y hecha prisionera en un campamento humano. La trol había estado escapando de los humanos durante los años y ahora después de tanto tiempo, volví a encontrármela. Aún que mi vista estaba atrofiada por la tortura, mi ojo derecho seguía parcialmente con una visión justa.

    -          Al final te he encontrado, Valxis. Durante años he esperado encontrarte. Ahora, partimos hacia un nuevo hogar donde ya no te voy a necesitar… me has fallado.-

     

    -          Na-Nazar’Gul…yo no iba a ser esclava tuya.. ni de los humanos ni tuya. ¡Valxis es libre para elegir!-

     

    -          ¡Yo soy Nazar’Gul del Clan Sombraluna. Todos servirán a mi propósito y tú has dejado de servirme! ¡Serás un sacrificio para las Sombras!-

     


     

     Epílogo

     

    Ojos Oscuros

     

    Renacer de las Sombras

     

     

     

    El orco se levantó de su asiento y ordenó al diablillo que parara lo que estaba haciendo, al mismo tiempo que lo dejaba atrás, con asco y desdén.

    -          Ya basta de escribir por hoy.- El brujo orco, que andaba con un bastón largo, salió al balcón que daban a una de las calles de Ogrimmar.

    -          ¿Ya basta, dices? ¡Pero si aún te queda la mejor parte! –El diablillo replicó con voz chillona, a lo cual el Orco, con un gruñido, se volvió adentro.

    -          ¡Esto es absurdo, escribir mis memorias como si fuera a morir en la cama!

     

    -          Oh no no. Morirás, pero no en la cama, eso sería fácil. El amo sólo quiere tu tormento, por eso te dejó con vida. Ahora cuenta lo que sigue, no ha terminado.

     

    -          Todos saben lo que ocurrió después. Es una historia que todos conocen.

     

     

     

    Apunto estaba el Orco, para destrozar con sus propias manos al pequeño ser ruin, pero sabía que era inútil. Lo había intentando con anterioridad. Ese diablillo estaba ahí, no podría “morir” por las manos del Orco.

    Nazar’Gul cometió un gran error de novato; no tratar con demonios cuando no los puedes controlar ni tienes algo con lo que negociar.

    Logró encontrar un lugar en Kalimdor, lejos allá en bosques olvidados donde demonios y seres oscuros habían estado antes. Él sabía de un ser que si lo liberaba, podría darle todo lo que pidiera, al cual después de mucho esfuerzo y tiempo; encontró.

    Liberado y renovado por las energías que Nazar’Gul le había entregado, el Demonio  no se quiso doblegarse ante el Brujo. En su arrogancia, el Orco pensó que podría llegar a un acuerdo con el Demonio, pero como todo acuerdo, cada parte tiene que dar algo a cambio y Nazar’Gul ya no tenía nada que dar.

     

     

    -          Insignificante Orco. Os mueve la codicia. Sin pensar, lo dais todo. ¡No aprendéis! ¡Me das tanta pena, tanta que no te destruiré, solo me quedaré con TODO lo que tienes y dejaré los restos; tu miserable vida! Mi perdón será tu maldición.

     

     

     

    Con una chillona risa se esfumó el diablillo, dejando al Orco en la soledad y volviendo del recuerdo de aquella vez. Aquella vez en que perdió parte de su poder y algo más. Nazar’Gul no tenía grandes conocimientos sobre los demonios ni un gran poder, pero después de ese encuentro con el demonio … sus poderes fueron mínimos.

    Furioso, herido en más de un sentido. La congoja le carcomía como un veneno de efecto lento. No iba a seguir de brazos cruzados esperando la muerte en una cama, como le dijo al diablillo. Nazar’Gul lo perdió todo Tendría que volver a empezar desde cero. Aún no era un viejo y, sus ansias de poder y grandeza eran latentes.

    Tenía conocimientos básicos de las sombras, algo de demonología. Debería usar su intelecto no su fuerza. Necesitaría encontrar a alguien para suplir carencias.

     Con el embozo de un vagabundo empezaría su nuevo viaje. Un viaje para volver a alzar a la Horda, para destruir a todo aquel el que se interponga en su camino.

     

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  4. Dominio de las artes sacras

    • CkKrgpe.jpeg Reprender esencia: Nivel 1. Difi 12. 0 PM
    Spoiler
    • Tipo: Rango
    • Descripción: La forma más básica de magia sagrada ofensiva, el hechicero sagrado arroja una punición débil de luz contra su oponente, débil contra los puros, pero quemando a los corruptos.
    • Efecto: El objetivo del hechicero sagrado recibe 1d3+1 de daño mágico, o 1d6+1 si es una criatura oscura (No-muertos, Demonios, Elementales Vil y Vacío)
    • Defendible con: Defensa Mágica

     

    • 13T2Wdg.jpeg Detectar Entes Malvados: Nivel 1. Difi 12. 0 PM
    Spoiler
    • Tipo: Personal
    • Descripción: Usando su conexión con la magia sagrada, el sacerdote puede hacer una comunión mágica con el entorno, buscando rastros de máculas oscuras a su alrededor, o de la presencia de sus siervos y convocaciones.
    • Efecto: El sacerdote realiza una tirada para rastrear energías oscuras en el entorno (Vil, Vacío, Magia Profana) así como sus criaturas. En entornos completamente saturados de esta clase de energía corrupta , sin embargo, no funciona.

                  ▪️ Dif 22 Hechizo - Dif 14 Detección  (Distancia Maxima de Detección 200m) (Criatura Mayor)
                  ▪️ Dif 20 Hechizo - Dif 16 Detección (Distancia Maxima de Detección 200m) 
                  ▪️ Dif 18 Hechizo - Dif 18 Detección (Distancia Maxima de Detección 100m) (Criatura Media)
                  ▪️ Dif 16 Hechizo - Dif 20 Detección (Distancia Maxima de Detección 100m) 
                  ▪️ Dif 14 Hechizo - Dif 22 Detección (Distancia Maxima de Detección 50m) (Criatura Menor)
                  ▪️ Dif 12 Hechizo - Dif 24 Detección (Distancia Maxima de Detección 50m)
    • 68wT45q.jpeg Toque de Luz: Nivel 1. Difi 14. 1 PM
    Spoiler
    • Tipo: Toque
    • Descripción: El guerrero sagrado lanza una rápida nova de energía sagrada a corta distancia contra un enemigo, purgando su carne y reduciéndolo a hueso calcinado si se trata de una criatura oscura.
    • Efecto: El objetivo del hechicero sagrado recibe 1d6+2 de daño mágico, o 2d6 si es una criatura oscura (No-muertos, Demonios, Elementales Vil y Vacío)
    • Defendible con: Defensa Mágica | Defensa

     

    • 5lz3xFR.jpeg Imbuir armaNivel 2. Difi 14. 1 PM
    Spoiler
    • Tipo: Toque | Instantáneo
    • Descripción: El luchador sagrado imbuye su propio arma o la de un aliado, envolviéndola en fuego sagrado que daña a sus enemigos con cada golpe.
    • Efecto: El arma imbuida recibe un bono de +1 al daño o +2 si es una criatura oscura (No-muertos, Demonios, Elementales Vil y Vacío). Permite usar el arma contra criaturas etéreas. Mantener el arma imbuida cuesta 1 punto de maná por turno a partir del primero, y puede mantenerse el arma imbuida tantos turnos como el nivel del hechizo. Un arma solo puede estar imbuida (O hechizo similar) con un efecto a la vez.

     

    • 9Sdr5Nv.jpeg Someter el Mal: Nivel 1. Difi 14. 1 PM
    Spoiler
    • Tipo: Rango
    • Descripción: El hechicero sagrado arroja una descarga de energía divina contra la conexión que ata a un ente oscuro al plano físico, debilitándolo momentáneamente y haciéndole perder la consciencia del lugar que ocupa y profana.
    • Efecto: El hechicero sagrado destierra a una criatura, aturdiendo a una criatura oscura tantos turnos como un tercio del nivel del hechizo redondeado al alza. El mismo objetivo solo puede ser desterrado una vez por combate. Solo funciona sobre criaturas menores y medias.
    • Defendible con: Defensa Mágica | Voluntad


     

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  5. XUxqisU.png

    Spoiler


    Nadie conoce a Imlerith. Realmente nadie sabe de dónde venía, cual era su historia, el por qué se había unido a la orden, si tenía familia, si la había perdido, si tenía conocidos ... Nada. Era impasible y desconfiado, o demasiado hermético y poco interesante así como borde como para que los demás compañeros mostraran un interés en él. 

    No se podía decir si siempre fue así, o si un trauma durante la caída del reino le volvió alguien tan retraído socialmente o áspero al tratar con los demás. Él era cumplidor con su deber, leal, muy leal y más con el nuevo cambio social del reino. Demasiado leal quizá, tanto que muchos lo consideraban fanático y con más razón no querían tratar o empatizar con él. ¿Quién iba a querer tratar con alguien así? Los jóvenes miembros de la orden como él no compaginaban sus ideas, los veteranos lo veían como un Don nadie. Realmente no tenía amigos, camaradas o nada que se le acercara. 

    Los altos rangos sabían más de él, como era normal. Pero los demás miembros... Sólo habían escuchado alguna que otra historia. Que antes de ingresar había estado sirviendo como guardia de la ciudad. Tareas menores como vigilar plazas o puertas, que cuando el caos con la primera invasión de la Plaga y caída del reino, éste se había comprometido totalmente, luchando como cualquier otro... Pero nada se sabía de qué le había pasado después. Sólo sabían de él porque lo habían visto a los pocos años de crearse la orden estar él ya ahí, en el bajo escalafón, sirviendo y cumpliendo. Pero eso eran tiempos pasados.

    Ahora compañeros suyos dudaban de los nuevos cambios, elfos que entraron en la orden cuando él, la habían abandonado ¿Pero Imlerith? Si se podía decir que era "feliz" lo era en estos momentos. Pese a todas las desgracias, pese a todas las supresiones de libertades, de pensamiento, de comodidad; él era extremadamente feliz. ¿Lo denotaba? Desde luego que no. Pero sus compañeros decían que lo era, porque lo veían como un elfo de lo peor, como si fuese otra cosa menos un elfo. Claro que cuando había que entrenar; él se ofrecía. Cuando había que viajar lejos a un sitio peligroso; él se ofrecía. Cuando algún hermano necesitaba algo; él se ofrecía. Lo hacía siempre a su modo; frío, serio, falto de empatía... Pero él se ofrecía, él cumplía, mantenía la mejor de las servidumbres con todos. Pero daba igual, era un elfo extraño, nadie sabía nada de él y él no quería compartir nada con los demás.

    Incluso el que menos conociera a Imlerith sabía por qué no ascendía en la Orden; Era un inadaptado. No cumplía en si con los estándares que Lady Liadrin había puesto, él cumplía con su reino, cumplía con la ley, era bastante ferviente en eso ¿Pero en todo lo demás? ¿Creencia en la Luz? ¿Empatía, bondad, caballerosidad...? Oh no, Imlerith repudiaba eso o al menos no parecía aplicarlo nunca. Cumplía, recitaba salmos, podía verse alguna vez rezando a la propia Luz, pero desde luego que cuando la purga en la Orden, Imlerith no fue acusado de seguir las órdenes de Liadrin. 

    Imlerith se volcó totalmente a la causa de buscar subversivos creyentes de la Luz, tomándoselo como algo personal, más incluso de los que practicaban a la Sombra, a los que veía como poco menos que animales sin razonamiento lógico, pues qué sentido tenía practicar esas artes, tenían que haber chupado almas o estar muy mal de la cabeza. Así que eran los seguidores de la Luz los que para él peor eran, pues eran convencidos creyentes que mal lograban la paz y la unidad espiritual o de pensamiento. ¿Y los filósofos? Vagos, mentirosos y parásitos. ¿Los del mundo del espectáculo? Peor que las prostitutas. Oh, y esa era otra, los que ofrecieran servicios así tan deleznables, esos sólo merecían pena capital. Ya si hablamos de aquellos elfos desviados que mantenían relaciones ¡Entre mismo sexo! No, todo eso era imperdonable para él. Así que estaba encantado con las nuevas leyes del reino. 

    Puede que Imlerith fuese de aquellos elfos, que no tan exagerados, veían más un colectivismo en vez de una individualidad que había sido la corriente de pensamiento luego de la caída del reino. O puede, que simplemente haya tenido una vida tan miserable que ahora tuviera esa conducta, y buscase hacer tanto dolor como fuese posible a gente que disfrutaba más de la vida. Y que al final, lo único que le quedase fuese un amor a una patria que no existía, y que ahora era remplazada con una voluntad férrea y él quisiera ser parte de eso, para verse como algo más, y no como una hoja mecida por el viento y olvidada. 

    Quién podría saberlo. Puede que nunca se sepa nada de Imlerith más allá de esa máscara fría que era su rostro, de esa crueldad que eran sus acciones, de esa voluntad de hierro que era su patriotismo, de ese férreo deber que eran sus actos. Que nadie supiera de la solitaria vida que tuviera Imlerith en esa remota isla de Tol’deith en la costa este del reino. De la falta de un padre que nunca volvió de las guerras con los trols, de una madre que marchita como las hojas de los bosques del sur se fue consumiendo y dejando al joven Imlerith sin nadie, sin ningún cariño, sin ningún abrazo, una guía para sus sentimientos y pensamientos. 

    Nadie sabría de cómo aquel joven Imlerith había partido para la ciudad, tan lleno de pena como de ilusiones por recorrer los pasos de su padre sirviendo un reino que sentía como si fuese el alma de su difunto padre: Alto, noble, hermoso, lleno de historias. Defender unas tierras con unos bosques siempre en flor, siempre en bellos colores que le recordaban la fragancia de su madre, la gracilidad de sus acciones como grácil eran los árboles. 

    Quién sabría cómo había quedado de destrozado el pobre Imlerith, cuando amigos y amores habían muerto al igual que muerto había quedado su reino, sus tierras, sus gentes. Y cómo todo se había deformado y pasado los años seguía igual de deforme, de decadente. Para él todo había sucumbido a la corrupción, todo lo que se había alzado sobre las ruinas era falso, no era un fénix, eran simples despojos cubiertos de hermosas sedas, sedas que cubrían el cadáver de un fénix que no terminaba por revivir. Y es por eso que cuando aparecieron los Bel'dorei; él se alegró.

    El Príncipe había vuelto, el pasado volvería, pero ésta vez no sería sobre las ruinas, ésta vez se reharía todo de nuevo. La sociedad cambiaria, la Orden cambiaría, la gente por fin avanzaría, él volvería a tener una nueva vida, no la anterior, algo nuevo; Entonces el fénix si se alzaría.

    Pero, quién podría saber todos esos pensamientos de Imlerith. 

    Por ahora, un nuevo día comenzaba. ¿Algo cambiaria al fin? ¿O sería el mismo tormento y estancamiento de día tras día? 

     

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  6. Imlerith Ker'zaer Veloë
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    ~Justicia para la causa. Sentencia rápida para el disidente~

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    Nombre: Imlerith Apellidos: Ker'zaer Veloë   4KcB3zO.jpg
    Raza: Sin’Dorei  Sexo: Sólo para engendrar

    Edad: 91 años 

    Altura: 1,90cm

    Peso: 88kg

    Lugar de nacimiento: Tol’deith (Isla de la Llama)

    Profesión: Miembro de la Orden de los Caballeros de Sangre


    Descripción física: 
    De gran estatura (1,90 cm) y extremidades largas. De rasgos faciales delicados, barbilla fina, mejillas algo hundidas y pómulos poco pronunciados. Se podría decir que está algo consumido de rostro y que mantiene siempre la misma expresión que le hace parecer que nunca ha sonreído ni sabe. Una cicatriz le parte el labio, y aunque podría haberlo mitigado o incluso hecho desaparecer con alquimia o magia no lo ha hecho.

    Pelo pelirrojo, largo que le llega hasta los hombros y ondulado.

    Tiene los músculos tonificados y es algo ancho de espaldas, pero sin perder la figura común de su raza. 




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    Descripción Psíquica

    Es un elfo orgulloso, duro, frio, maquiavélico, algo fanático en algunos sentidos como su patriotismo. Leal a su causa y a los compañeros que comparten sus ideas, aunque no dudara en castigar el mismo a los que lo traicionan a él o a sus ideales.

    Un férreo sentido de la justicia. Un fanatismo que no ocupa lugar en el seguimiento del "Camino Dorado". Él se ve y así quiere, como un mero instrumento, otro peón más de los planes de su autocrático monarca y sus consejeros. No hay dudas, ni temor, ni habrá paso atrás si le dicen que avance a un acantilado con los ojos cerrados.

    Todo aquel que no comparta sus ideas con él, es un enemigo de la patria y por ende de él mismo. Todo aquel que no se incline ante las ideas de los Bel'dorei será para él un traidor. Pero, si tiene que guardarse ese asco para mantener la apariencia y dañar cuando más pueda... lo hará.

    En el trato es seco pero sin ser irrespetuoso. Fácil de cabrear pero intenta mantener la serenidad. Poco empático y mucho menos se podría decir que cariñoso. La camaradería justa y la bondad escasa. 
     

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  7. Atributos
    8 Físico
    6 Destreza
    6 Inteligencia
    7 Espíritu
    6 Percepción

    Valores de combate
    32 Puntos de vida
    28 Mana
    8 Iniciativa
    10 Ataque CC (Espadón pesado)
    9 Ataque CC (Lanza ligera)
    9 Ataque CC (Espada pesada)
    8 Defensa

     

     

    Físico
    2 Atletismo
    2 Espadón pesado
    1 Lanza ligera
    1 Espada pesada
    Destreza
    1 Equitación
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Nadar
    Inteligencia
    2 Leyes (Justicia Thalassiana)
    1 Religión (Luz Sagrada)
    2 Tortura
    2 Conocimientos/Historia (El Alto Reino Élfico)
    2 Conocimientos (Magia Arcana)
    2 Conocimientos (Brujería Vil)
    2 Conocimientos (Magia Oscura)
    Espíritu
    2 Voluntad
    1 Reprender esencia
    1 Detectar Entes Malvados
    1 Someter el Mal
    1 Toque de Luz
    2 Imbuir arma
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Callejeo
    2 Etiqueta
    2 Reflejos

     

    Escuelas/Especializaciones

    Represión

     

     

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  8. Vivencias, aventuras,desventuras e historias
     

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    Eventos asistidos

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    Solo un trabajo imperial más - Detective Faler - 1 sesión

    (Atletismo, Buscar, Religión (Luz Sagrada), Conocimientos/Historia (Reinos Humanos), Advertir/Notar)

    Solo un trabajo imperial más - El burro y la dama - 2 sesión

    (Conocimientos/Historia (Reinos humanos), Leyes (Reinos humanos), Advertir/Notar, Etiqueta, Música (Canto))

     

    De Nuestros Huesos las Colinas. VII. El Túmulo de Okran

     (Defensa - Reflejos - Espada Larga - Atletismo- advertir- sigilo - Supervivencia - Sanación/Hierbas)

     

    [Tierras del Interior] La Sociedad de los Buscadores - I. El Viaje

    (Buscar - Atletismo - Advertir/Notar - Canto - Nadar - Conocimiento/Historia (Reinos Humanos) - Religión (Iglesia de la Luz) - Fauna (Mamíferos) - Supervivencia - Sanación/Hierbas - Conocimiento/Historia (Magia Arcana) -Conocimientos/Historia (El Alto Reino Élfico)- Sigilo - Rumores - Voluntad - Escalar - Defensa - Combate desarmado (equilibrado). - Arco Largo)

    II. La Tumba de Urk'kek

    (Atletismo - Defensa - Fauna (Mamíferos) - Sanación/Hierbas - Reflejos - Sigilo - Buscar - Voluntad  - Buscar - Advertir/Notar - Trampas/Cerraduras - Arco Largo - Supervivencia - Defensa - Nadar - Escalar)

     

    Los Suministros Perdidos: Sir Godfrey

    (Adv/Notar, Sigilo, Rastrear, Trampas/Cerraduras, Escalar, Combate Desarmado (Equilibrado), Conocimiento/Historia (Reinos Humanos), Atletismo, Supervivencia, Reflejos, Voluntad)

     

    [Ruinas de Rosgith] La guerra no cambia nunca

    ( Desarmado (Equilibrado) - Atletismo - Espada Pesada - Arco Largo - Sigilo - Reflejos - Adv/Notar )

     

    El regreso de Tristán

    ( Religión (Luz Sagrada) -  Etiqueta )

     

    Ronda dos: Operación Reiger. Fase de reunión de operativos

    ( Atletismo - Escalar -  Advertir/Notar - Buscar -  Conocimiento/Historia (Magia arcana) - Reflejos - Etiqueta )

     


    -

     

    Entrenamientos

    Ranas y espadas

    ((Leyes (Reinos Humanos) - Reflejos - Fauna (Aves) - Advertir/Notar - Sigilo - Arco Largo - Atletismo))

    La sierra perdida

    (Carpintería)
     

    Entrenamiento Imperial Doble-Élite

    (Atletismo,  Baile, Música (Canto), Voluntad. Entrenado: Provocar - Lanzar)
     

    Dos sementales y una sacerdotisa

    Equitación - Defensa - Atletismo - Reflejos - Fauna (Mamíferos) - Desarmado (Equilibrado) 
    Entrenado: Aptitud diestra: Escurridizo 


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    Eventos dirigidos

    Una mañana de viejas historias y magia

    Entre pociones y cartas

    La semilla del mal

    ¿Qué diferencia hace si vivo o muero?

    Siguiendo las migajas de pan - Día I Las setas estaban ricas/Sesión 1
    [Atletismo-Buscar-Advertir/Notar-Leyes (Reinos Humanos) - Supervivencia]
    Siguiendo las migajas de pan - Día II Con armaduras y a lo loco/Sesión 2
    [Leyes (Reinos Humanos) - Etiqueta - Reflejos -Advertir/Notar]
    Siguiendo las migajas de pan - Día II -Mediodía- ¿Te sientes ya un héroe?/Sesión 3

    Siguiendo las migajas de pan - Día II -Noche- Nos marchamos/Sesión 4
    [Defensa]


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    Cuántos misteriosos trofeos de aventuras tenía a su disposición Jeremy Still. Ese Stromgardiano tan famoso que tenía en su haber unos mil doscientos viajes. Tuercespina, las cordilleras de Alterac, las Tierras del Interior tan salvajes como llenas de trolls... etc etc. Un aventurero y cazatrols, tan valiente como osado... Pero algo había cambiado en su última aventura. A comienzos de año partió a una simple aventura en su tierra natal en Arathi y cuando volvió había envejecido unos veinte o treinta años. Su casa se mantuvo cerrado durante meses, sacerdotes y magos vinieron a visitarlo. ¿Qué le había pasado? Nadie del exterior lo sabía.

    Aquí es donde entran en fortuna tres personas; Un mago de la academia, su compinche y una espada del alquiler que había sido pagada para asegurarse de que los dos primeros hombres cumplían su labor sin problemas. ¿Y cual era su labor? Pues fácil, tenían que analizar el artefacto que Jeremy Still se había traído de su última aventura; Un simple orbe con un rojizo interior inamovible. No parecía más que una joya robada por trols que por su forma y características mantenían con cierto cariño, pero era más que eso, pues era el troll que dejó a Jeremy en ese estado el que ostentaba el orbe y según el propio Jeremy, podría asegurar que lo usaba para sus extraños rituales y magias. 

     

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    El ayudante del mago de la academia pudo sentir cierta presencia cuando se encontró por primera vez con ese orbe, pero fue algo tan tenue, tan lánguido, podría haber sido su salud de la mala vida que había tenido estos días ... Pero no, él estaba seguro, era algo mágico, o algo igual de metafísico. Luego Midir había visto algo, algo dentro del orbe, algo que le aseguraba que eso no era una joya, ni que el poder que tuviera estaba latente, simplemente dormía, esperaba el momento para prenderse ¿Pero cuándo sería?. Por último Calandria; la mujer pagada para vigilar todo el intercambio. Ella observaba en silencio, los demás no supieron nada, pero ella observó y analizó... En parte más tranquila, en parte más angustiada, ella no dudó en afirmar que eso estaba maldito. Algo que los demás al momento aceptaron, aunque con las dudas propias de las mentes estudiosas de la magia, siempre intentando no darlo por sentado, pero estaban incómodos, y más viendo al pobre Jeremy, antes fuerte y joven, ahora un viejo decrépito. 

     

    No había más que hablar, ni más que hacer. Midir presto y con sus conocimientos arcanos, aseguró el orbe, lo guardó y decidieron partir cuanto antes a la academia para entregarlo y que mentes más habilidosas lo estudiaran. 

     

    Olvidando parte de la aventura de la mañana del grupo; Como perderse varias veces por las antiguas calles del barrio, asustar a vecinos, volver a perderse, discutir y desayunar plácidamente... La aventura no tuvo más contratiempos y el orbe cayó en las manos de los expertos. 

    Ahora ¿Qué pasaría luego de eso? ¿Qué misterio encerraría esa joya tan curiosa? ¿De verdad era producto de trolls? ¿Quizás un objeto robado y profanado? El misterio se mantendría en el aire, y sus participantes volverían a sus quehaceres. Hasta que el destino les vuelve a llamar... si tienen el infortunio.
     



    Consecuencias:
     

    Spoiler

    -- Santiago es repudiado en el barrio. Una mácula que le quedará durante unas semanas. La gente le verá como un bandido que asustó a mujeres y que iba ensangrentado portando hachas, buscando a quien robar.

    -- Midir gana cierta reputación, pero solamente en los escalafones más bajos como el de un mago curioso que trajo algo inusual. Lo mismo le ayuda a que no se rían de él durante las comidas cuando le vean servir en las mesas.

    -- Calandria consigue unos diez cobres para sus gastos. 

    -- Jeremy Still fallece al día siguiente. Sus propiedades son subastadas en una gran fiesta en su honor. Academia, nobles, burgueses y demás gente pudiente (y secreta) se hace con sus trofeos más exóticos y raros.

    -- El orbe permanece bajo cuidado de las autoridades arcanas. Se descubre que es de origen ogro y que responde a actividad mágica directa. Sólo miembros con más rango saben más detalles. La historia se olvida a las pocas semanas. (Al menos para los magos novatos)


    Habilidades usadas y participantes:
    Protagonistas
    @SwordsMaster como Santiago: Conocimientos/Historia (Reinos humanos), Detectar energía arcana, Advertir/Notar
    @Beretta como Calandria: Callejeo, Conocimiento de nigromancia, Advertir/Notar, Historia (Reinos humanos) , Abjuración básica, etiqueta
    @Focus como Midir: Conocimiento/historia (Reinos humanos), Armadura elemental, Advertir/notar

    Yo con Elegost como director y guionista

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  10. La plaza militar se encontraba con un ir y venir de gente. Era hora de comer, la gente se marchaba de sus trabajos a llenar la panza en sus casas o en los mesones. El cadalso permanecía vacío, un hermoso recuerdo de la justicia del reino, la justicia imperial. Y Elegost lo observaba penetrante...

    El cuartel y torre se erguían orgullosos. Los pendones rojos del reino mecidos por el viento y tras ellos el fondo azul del cielo. Era como una mancha de sangre en el puro manantial, algo que Elegost pensaba, algo que le aterraba. Que violencia, cuanta muerte, no tendría paz nunca, pues era un guerrero, un soldado, al final sólo podría conocer esto.

    A medida que pasaba el rato, la plaza quedó desierta. Pero ahí seguía ese hombre solitario mirando el cadalso. Vestía vulgarmente austero. Tenía cara de haber estado días durmiendo fatal y todas sus pertenencias estaban en un zurrón que llevaba a su espalda. Era un pobre vagabundo; y ese era Elegost. 

    En unos pocos días su vida de nuevo había dado vueltas caóticas: Aventuras con mercenarios, la matanza del torneo de hacía escasos días... Luz, él, que quería una vida normal, ahora estaba dándole vueltas a eso último: ¿Quién o quienes estaban detrás de tal matanza? Una matanza que casi se cobra con su vida, con la de sus compañeros, con la de gente que tuvo que ver cómo morían y que dejó morir. No, no podía quitárselo de la cabeza.

    Así que ese hombre observaba el cadalso. Pensando en todo, pensando en que otra vez volvía a esa vida, la vida castrense. Era una vida que conocía, vaya, habían sido años buenos, estaba centrado en algo y hacía más bien que mal. Se había dicho que ésta vez sería diferente, pero estaba volviendo a repetirse; Ésta vez será diferente. Eso es lo que se decía mientras avanzaba hasta la puerta del cuartel y cruzaba el umbral. Ésta vez será diferente... ¿Lo sería?


    -- Mi nombre es Elegost Faler. Vengo a enrolarme en la guardia de la ciudad y servir al Reino de Stromgarde.



    //Por motivos de situación del personaje no puede mandar una carta y veo con más sentido en que se presentase. Que se tome como un pie a una réplica oficial offrol para futuro rol o situación que tenga que tomar. 


    Pd: por los viejos tiempos:

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  11. El humilde trabajador de rostro apenado contempló el cartel con rapidez... Ésto le recordaba a algo que ya hizo en su momento en Ventormeta, allá en Villadorada. Salvo que en aquel entonces él era de los que asaltaban la caravana y casi incendia la capilla. 

    Esto no era algo que ocurriera sin motivo, era la Luz quien le estaba diciendo: Elegost, debes arreglar tu mal, ésta es tu oportunidad. 

    Lo tenía decidido, aunque sólo pudiera aportar su propio ser, defendería con su vida a quienes cargaban la esperanza para los menos afortunados. Aunque él mismo fuera un menos afortunado.

     

    //El Protegido te bendice con su presencia

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  12. Atributos
    8 Físico
    8 Destreza
    6 Inteligencia
    5 Espíritu
    6 Percepción

    Valores de combate
    32 Puntos de vida
    24 Mana
    7 Iniciativa
    8 Ataque a Distancia (Rifle de chispa)
    10 Ataque CC Sutil (Espada ligera (Estoque))
    9 Ataque CC Sutil (Cuchillo)
    9 Defensa

     

     

    Habilidades

    Físico
    1 Atletismo
    1 Estilo CC Ofensivo
    Destreza
    2 Espada ligera (Estoque)
    1 Cuchillo
    1 Bailar
    1 Equitación
    1 Escalar
    1 Defensa
    1 Nadar
    Inteligencia
    1 Fauna (Mamíferos)
    1 Religión (Luz Sagrada)
    1 Supervivencia
    2 Cocina (De picoteo)
    Espíritu
    Percepción
    2 Rifle de chispa
    1 Advertir/Notar
    1 Etiqueta
    1 Reflejos
    1 Música (Canto)

     

    • Aptitudes de combate:
      ·Aptitudes físicas:
      - Golpe temerario
      ·Aptitudes diestras:
      - Apuntado diestro

     

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  13. Los dos hermanos Mosquehuargen

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    Jules Claudes Valdamir Rapière D'Angoulême

     

    ¡Quiero ser Guardia Real!

    Spoiler

    Y esa es su motivación. Jules, da igual que seas un maldito -en muchos términos de la palabra- y que ahora estés viviendo como y con las ratas, o vistas como un pobre, o mil cosas y motivos que harían que alguien se matara por el canal y se ahogara en desechos. No importa, porque tú, Jules, jajaja, tú eres más que eso.

    Porque Jules Claudes Valdamir Rapière D'Angoulême nunca fue un hombre de humildes deseos y objetivos, no, él quería llegar a lo más alto. Incluso en aquel pueblo de gangosos, él hacía cosas mundanas pero las volvía en trepidantes aventuras. Ejemplos es de cómo pasaban las vallas de las granjas vecinales para espantar el ganado con la excusa de liberarlas de su opresión, o pescar junto a su hermana mayor y señor padre, argumentando que habría algún tesoro escondido bajo el agua y que si pescaban a todos los peces, el agua bajaría y encontrarían tal tesoro.

    Puede que él, no fuera tan avispado, ducho y diligente que su hermana, pero tenía la mayor celeridad, la ardiente pasión y la visión de que todo era mucho mejor de lo que aparentaba ser. Y una imaginación y excentricidades... ¡Una noche, ideó el concurso de partir nueces con los bíceps! O ver quién podía comer más caracoles y esculpirlos más lejos. Jules siempre buscaba la forma de celebrar competiciones y fiestas, un ideal sinvergüenza para unas cosas pero muy noble y aplicado para otras. 

    Eran ya adolescentes cuando estando con su hermana se metían en más de una pelea bien por temas que ninguno de los dos recordarán, pero que ellos defendían con tal brío que podían acabar molidos a palos y ensangrentados, que si habían lucho por lo que ellos creían, a casa volverían felices. Eso sí, luego su madre les daría otra buena. 

     

    Claramente un hombre como él al final, no tendría mucho destino en un pueblo como era el que vivía, o se quedaría a plantar, tratar ganado y ver prosperar el campo. Jules podría ayudar a su señor padre a todo eso con gusto, porque era así de cortés, pero en el fondo él lo tenía claro: A la mínima se iria, a unirse a las milicias, a ganar tan renombre que acabaría en las compañías señoriales y luego más allá hasta guardia del propio rey. 

    Así fue que la rebelión contra el rey fue para él la mejor oportunidad, aunque esa oportunidad también le hervía  la sangre, pues quien eran aquellos que se rebelaban contra su rey, contra el que era el padre de todos, el que por esfuerzo y sangre tenía la corona. Qué sabrían todos aquellos de cómo gobernar o qué era lo mejor para el reino, si promovían el verter la sangre para llegar a la conclusión de sus fines. 

     

    Pero ay de cuanto la noche de las bestias cayó sobre el reino. Ay de cómo el destino maldijo a aquel hombre, que con tanto esfuerzo quería abrirse hasta llegar a ser alguien, un leal servidor de la corona, un hombre que defendiera los ideales de su rey, los colores de su bandera, un hombre que con su vida protegería tanto a quien era el padre de todos, como al hogar de sus congéneres, sin pedir más que el servir. 

    Bestias con forma humana, aberraciones, algo que pondría a prueba la fe, la voluntad y la determinación. Y para más, él, había quedado maldito también, como muchos de sus conocidos, entre ellos, su querida hermana. ¿Cómo podría un hombre soportar tanta carga? ¿Cómo podría, alguien, defender aún lo que creía luego de que el destino, le diera tal zarpazo? Era el final, la aceptación de su nueva condición, de cómo los sueños se quebrarían, de que lo que él quería no estaba a su alcance, de que las ilusiones o el creer en algo no bastan, pues el destino les mueve a todos y nadie es dueño del suyo propio.

     

    ¡Jules escupió a esos pensamientos!

    Él se fortaleció en la inmundicia, se recuperó de lo que habría hecho ¿Ahora era una bestia salvaje sedienta de sangre? Si claro, quién no. ¿Cual era el peligro? ¿Cual era el miedo superior? ¿Perder el control? JÁ. Jules rió cuando esas cosas pasaron por su cabeza. ¿Que tenía que beber un brebaje y era complicado de obtener? ¡Mayor el gusto de beberlo! ¿Que ahora vivía en un gueto? ¿En un charco de orín y ratas? ¡Pues cuando salga, lo que disfrutará de la vida!

    Jules se repuso, se alzaría en la adversidad. El mundo podría arder pero él estaría caliente. Además como podría sucumbir a la depresión, a la oscuridad, a esa malucha adversidad de la felicidad que todos parecían tener a su alrededor... Bah, él no sería como ellos, él sería el ardiente fuego que renace de entre las ascuas, él sería como siempre quiso ser: Un Guardia Real. Un MOSQUEHUARGEN.

    Ahora más que nunca, Jules era un fiel y orgulloso partidario real, porque su Rey era claramente mejor que todo lo demás. ¿O es que acaso, el coletas de Crowley era mejor? ¿Ese bastardo que lloraba porque le quitaron un puñado de tierras? ¡Que mal vasallo, que mal compatriota que antepuso sus bienes a la seguridad de la nación! ¿Iba Jules a defender eso? ¡Nunca! ¿Por qué iba a defender, lo que otros decían que si rey opresor? Que tonterías, podía ser mejor o peor, pero era el que los había mantenido seguros hasta ahora y ahora es cuando el pueblo debería defender a su rey, no intentar derrocar todo lo que ha creado.

    Además, el brebaje ¿Quién lo daba? Exacto, los alquimistas reales. ¡Nunca, nunca, Jules pondría su espada contra su rey o un representante o partidario real! Pero ay de aquellos, que intenten ir contra él. 

     

    Hermano y hermana lo tenían claro, daba igual donde estuvieran, da igual lo que les pasara, su objetivo estaba claro, y siempre irían a ese rumbo, defendiendo con brío y valor la causa justa, la causa de Gilneas, la causa real, la causa del pueblo honesto. 

    ¡Gilneas una y todos para una!

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    (Los dos hermanos. Posible imagen no oficial)

     

    Eventos

    Asistidos

    Licor en sangre

    Mastreados
    ---

     

  14. El Mosquehuargen al servicio de su Majestad
    ~

    ~

    Jules Claudes Valdamir Rapière D'Angoulême

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    ¡Por Gilneas! ¡Por el Rey! ¡Por la justicia! ¡Uno para todos y todos para uno! 
    ~

    Raza: Furro Huargen / Gilneano de pro - Labor: MOSQUEHUARGEN - Fidelidad: ¡Por el Rey Genn Cringris! - Familia/Allegados: Su hermana Julie Chloé Rapière D'Angoulême
    Lugar de nacimiento: Pueblo de Angoulême. Oeste de Gilneas (Conocido por sus cenas de picoteo)
    Altura: 1,86 de estilazo rococó - Peso: 74 kg arriba abajo - Edad: 28 añazos

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    Apariencia física:


    Cabellos rizados rojos como el vino tinto derramo bajo la luz solar. Ojos color esmeralda. Nariz curva, alargada, estrecha: Una nariz de cuervo para que nos entendamos. Una tez blanca pero morena, aunque siendo de Gilneas, el moreno es relativo. 

    Ancho de espaldas, pero más largo de proporciones que robusto. De pecho amplio, de piernas y brazos largos. 

    Amplia frente. Labios finos siendo el inferior más sobresaliente, lo que le da un toque de estar con una especie de sonrisa o gesto burlón. 

    Como Huargen es una cosa con pelos, garras y cosas así monstruosas feas. 

     

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    Personalidad:
     

    Alegre, optimista, amigo de sus amigos y enemigo jurado de aquellos desleales, deshonestos, hipócritas, injustos... y todo lo que vaya contra el código ético de un verdadero caballero Gilneanos.

    Es un ferviente defensor del rey, porque no por nada quería formar parte de la Guardia Real desde niño. Siendo tan idealista de su propia vida desde siempre, tiene un gran orgullo, que roza con la vanidad, pero siendo amable y caritativo, pues se compaginan ambas que parece más una especie de pantomima de cuento que una verdadera personalidad. 

    Y puede, que Jules sea eso: Un personaje de cuento, un personaje que se cree que es tal cosa, que ha intentando emularlo. Así que, es bastante teatral, dramático y exagerado. Melancólico también y un romancero picaresco porque, bueno, al bueno de Jules le gusta la buena vida

    Detesta sucumbir a la fiereza irracional de su forma salvaje maldita, incluso cuando esta aún en un rango que puede controlar, pero lo ha aceptado como algo que debe cargar, algo que además le da un plus de majestuosidad porque esa carga que ve como divina, lo considera las cadenas que debe romper o aceptar y que le volverán algo superior: El caballero perfecto que domina o sucumbe a las emociones para llegar a la perfección.

     

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  15.  

    Atributos
    6 Físico
    6 Destreza
    8 Inteligencia
    7 Espíritu
    6 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    32 Mana
    8 Iniciativa
    8 Ataque a Distancia (Rifle de chispa)
    8 Ataque CC Sutil (Espada ligera)
    8 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    2 Atletismo
    Destreza
    2 Espada ligera
    2 Bailar
    2 Equitación
    2 Defensa
    2 Nadar
    Inteligencia
    2 Leyes (Reinos Humanos)
    2 Religión (Luz Sagrada)
    2 Sanación/Hierbas
    2 Cirugía/Anatomía
    2 Conocimientos/Historia (Folklore Gilnea)
    2 Conocimientos/Historia Magia Arcana
    2 Conocimientos/Historia (Reinos Humanos)
    2 Conocimientos/Historia (Nigromancia)
    2 Conocimientos/Historia (Magia Oscura) 
    2 Transmutación básica
    2 Detección de lo profano
    2 Evocación básica
    2 Alquimia
    Espíritu
    2 Voluntad
    Percepción
    2 Rifle de chispa
    2 Advertir/Notar
    2 Callejeo
    2 Comercio
    2 Etiqueta
    2 Reflejos

     

    Escuelas/Especializaciones

     

     

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  16. Diario de Sebastian



    Confesiones de un médico

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    Spoiler

    Mi nombre es Sebastian Blackwater. Está es mi historia, mi viaje… Escribo esto pues quiero y tengo que dejar constancia de mi vida y mis experiencias. Desde mi punto de vista, relato mis vivencias.

    Nací en el seno de una familia acomodada del Reino de Gilneas. Mi padre era Alexander Blackwater. Un Doctor y Mago de Stromgarde. El cual había recorrido todas las tierras Civilizadas de los Reinos del Este.

    Sus estudios entrelazaban la medicina y la magia. Un respetado médico al que sus pasos le llevaron al sombrío Reino de Gilneas, cuando la infame Horda de orcos llego a Stromgarde, justo antes de la declaración de cierre del reino. Terminó casándose con la hija de unos alquimistas y comerciantes, y con la que sería mi madre; Lucy Westenra.

    Pudo entrar pero no pudo salir, pues después de terminar la Segunda Guerra contra la Horda, la Muralla de Cringris fue levantada. Definitivamente terminó por asentarse en el reino, dando clases en la Universidad de Gilneas sobre medicina.

    Una infancia aburrida y monótona en Gilneas. Rodeado de una sobriedad que un niño no puede aguantar. Pero no me gustaba jugar con los demás niños y perder el tiempo. Yo por mi parte prefería pasar el tiempo en la biblioteca de la casa, rodeado de libros sobre magia y medicina. Aún qué para mi corta edad, solo me fijaba en los dibujos. Esos dibujos de cuerpos detallados hasta el más pequeño detalle o las runas mágicas de colores de los libros.

    Fue así cómo mi futuro se escribió. Seguí los pasos de mi padre y comencé los estudios de medicina. Pero no solo me sumergí en la medicina, sino también en la magia… sus artes capaces de alterar y manipular el tiempo o el espacio, eran absolutamente intrigantes.

    Mi padre se convirtió en mi maestro. Las artes arcanas en mi tiempo libre, mientras todo lo demás lo consumía en la Universidad. Pero no despreciaba las fiestas de la alta sociedad, con la cual me codeaba gracias a la reputación de mi progenitor.

     

    Anotación I

    Primera nevada en la Puerta Norte

     

    La Tercera Guerra no afectó a Gilneas de forma directa, pero si de una forma moral. Habíamos abandonado a nuestros aliados dos veces, y está última, sería la más determinante.

    El descontento al principio era un murmullo de voces de gente que tenía vínculos con los exteriores. Yo por mi parte no tenía una preocupación por el destino de los de fuera de la muralla. Pero el hecho de seguir encerrado me hacía sentir que desperdiciaba mis conocimientos y no me dejaban ampliarlos. Por lo cual, en mi adolescencia, me uní a compañeros de estudio, hijos de familias burguesas que, a expensas de las trifulcas al norte, buscaba algo con lo que sentirse vivos.

    Eran simples reuniones de clubs sociales de jóvenes, todo a imitación de los que hacían nuestros señores padres: a veces se trataba filosofía, a ratos socializad, economía e incluso artes arcanas y algunas más concretas. Siempre había alguien que conocía a otro alguien, que tenía ciertos conocimientos esotéricos… y enseñaba según que cosa, hasta que claro, como todo secreto, se termina por desvelar, parcial o enteramente.

    Muchos éramos jóvenes que no sabían bien que hacían y algunos fueron encerrados en correccionales por brujería. Para mí fue un asombro descubrir tales magias y verdades prohibidas…. Fue en esas reuniones cuando comencé a pensar en la combinación de la magia y la medicina. Pero yo no iba a ser tan estúpido cómo para abalanzarme a las artes oscuras de esta forma. Aún era joven y necesitaba más conocimientos médicos prácticos. Dejé de asistir a estas reuniones cuando llegué a la edad adulta y las repercusiones hubieran sido más elevadas.

    Al finalizar la Tercera Guerra, con ello no trajo la paz al reino. Las tensiones entre el Rey Genn Cringris y Darius Crowley llegaron a un punto culminante. Y aunque muchos jóvenes se habían unido a la rebelión de Crowley con la esperanza de abrir la puerta de la muralla, yo me había quedado neutral (Leal al rey más bien).

    Cuando los combates empezaron a llegar al corazón de la ciudad, las cosas se pusieron más peligrosas. Asaltos y batallas en barricadas en las calles eran lo normal por esos tiempos. Empezaron los toques de queda. Los asaltos de hombres del Rey a las casas de aquellos que se consideraban traidores.

     

    La tragedia llegó cuando madre fue mortalmente herida en uno de los combates urbanos que dirigía la hija de Lord Crowley por la ciudad. Una tragedia que acabó con la poca unión que había en mi familia, ya de por si segmentada por los problemas del antaño, fruto de la unión de mis progenitores, lo cual no había sido aceptado en un origen.

    Junto a compañeros y amigos, nos unimos a grupos de la milicia real. Por si volvía a ocurrir algo cómo la rebelión de Northgate, al menos tendríamos entrenamiento y estaríamos preparados. Por no decir que todos teníamos algo por lo que luchar o vengar, ya que éramos pudientes jóvenes, más afines a las ideas de Lord Goldfrey.

     

     

    Anotación II

    Las nubes oscuras del amanecer carmesí

     

    Pasaron unos años después de la rebelión principal, aún con combates que se alargaban ya por años. Una noche, en la que volvía tarde a casa, me encontré con una brigada de milicianos alrededor de la casa.

    -          ¡Alexander Blackwater, por instancias del alguacil y en decreto del Rey Grenn Cingris, se le condena por brujería y asesinato! ¡Quedáis arrestado!-

    El sargento miliciano metió a mi padre en una carroza negra con barrotes en las ventas. Yo, sorprendido, fui a hablar con ellos.

    -          ¿Qué ocurre aquí? ¿Qué es está fantochada?  Respondo en su nombre de que los cargos que se le acusan son irreales y faltos de verdad.-

    -          ¡Hombres del Rey, prenderlo y llevarlo a prisión junto al padre. Por conspiración y apoyo encubierto! Se le interrogará sobre esto…

    Pase días en un calabozo oscuro y sombrío. Maldiciendo la hipocresía que me condenaba. Yo, un lea siervo de la corona. Que había ayudada al reino, estaba siendo deshonrado.

    Pasados una semana, donde no me hicieron ninguna pregunta, me dejaron marchar, pero antes me pude entrevistar con mi padre.

    -          No tienen pruebas… no hay nada sostenible para acusarme de tales sombrías fechorías. Siento que te hayan arrastrado hasta aquí.

    Estábamos los dos solos en una pequeña sala con una sola puerta, muy mal iluminada. Era posible que nos escucharan, por lo cual hablábamos en susurros como las ratas.

    -          ¿Qué es todo esto, padre? ¿Qué son esas calumnias de las que te acusan y dices que no tienen pruebas?

    -          Hijo… lo qué hago, lo hago por el bien del Reino. Piensa un momento en lo que hay fuera de estos muros. No estaremos siempre encerrados como perros enjaulados. Saldremos… y fuera solo hay muerte y pestilencia.

    -          Cuéntame en que has trabajado. Que experimentos han hecho a mis espaldas-

    -          Intento encontrar un remedio para todas las enfermedades. Una forma de que nuestro pueblo no muera por un resfriado común. Que resista los estragos de lo que está aconteciendo fuera de la ciudad… Sebastian, tienes que saber, que hay un gran mal en los bosques, un terror feroz que se abalanzara sobre nosotros. Tenemos que estar preparados.

     

    Yo volví a casa. La conversación con mi padre me había revelado cuestiones oscuras y nuevos objetivos. Sus palabras eran nutridas por los rumores cada vez más notables, los cuales se hicieron realidad cuando tiempo después acabó la rebelión y se decretaron las nuevas normas sobre armas… y sobre las cacerías.

    Pasado un tiempo, lo soltaron. Cómo él decía, no tenían pruebas. O más bien la necesidad de encontrar una cura a las viles criaturas, la desesperación, o sobornos, hizo que acabara libre y sus delitos olvidados por ahora.

    Antes del fin de la Gran Purga, padre desapareció. ¿A dónde? ¿Por qué? Lo desconozco. Lo último que se supo es que estaba en unas aldeas al norte, cerca de la gran muralla, tratando a los huargen marcados. No he ido, no sé bien cual aldea era, he revisado sus notas, he esperado, he hablado con sus colegas de la universidad … Pero no hay respuesta, o no quieren, o no deben, o sencillamente no saben qué ha ocurrido. Es más la curiosidad, como siempre, lo que me mueve a saber de su paradero, más que el afín cognación de la sangre.

     

     

    Anotación III

    La Cacería Salvaje

     

    Los aullidos helaban la sangre, más que el propio clima de los bosques del norte. Las ballestas y armas de fuego preparadas, dispuestas a tumbar a cualquier Huargen que se cruzada, aunque el propósito era encontrarlos… Esta era mi quinta cacería. Aún tenía miedo, aún me temblaba el pulso al sostener el arma, aún latía con fuerza mi corazón al ver los ojos de los “Marcados” que usábamos para rastrear. Lo peor, es que todos, incluso los más experimentados, sentían el mismo pánico que yo.

    Como estudiante de medicina, especializado en la anatomía patológica, estar en una caza como esta para tomar muestras de los infectados en su estado bestial, era una oportunidad única. Nuestros profesores nos instaban, entre patriotismo, deber cívico y algo de estudio mórbido, a formar parte de los grupos de caza. Peligrosidad y estudio, algo que un joven no se perdería… salvo claro, cuando no se cazan alimañas, si no bestias antes humanas.

     

    Éramos grupos variopintos: Mercenarios, burgueses, nobles, campesinos… todos armados, todos ociosos, todos temerosos, pero todos dispuestos. ¿Pero por qué? ¿Por qué dar su vida? ¿Por deber? ¿Lealtad? ¿Simple afán inmoral por la cacería, el impulso por acabar con otra vida? Bueno, francamente, soy alguien que debería desvincularse de esto último, ya que estudio como ayudar a los vivos, no acabar con ellos ¿Pero acaso, estas bestias no son inhumanas? Claro que, en el fondo, no lo son.

    Los huargen, no son más que una aberración interna de nosotros, una exposición de nuestro interior. Nadie sabe el origen, nadie sabe por qué aquí… Algunos tachan de cruel destino, charlatanes no faltan, pero yo, al menos, veo más humanidad en ellos, que en nosotros mismos. Mi interés, es meramente didáctico.

    Mi quinta cacería. De ochenta que éramos, veinte eran compañeros de estudio mío. Sólo tres volvimos. Quedamos ya tan pocos.

     

     

    AnotaciónIV

    El Ocaso del Reino Sombrío

     

    Estamos al borde del precipicio. Nuestro reino está amenazado con de nuevo, desmoronarse y sumirse en el baño de sangre. Otra vez, toca elegir bando.

    Hay tantas posibles ¿Pero qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Me guio por el instinto? No, el instinto es lo que nos separa de los marcados, de los huargen, de las bestias. El instinto no es propio de un ser civilizado. El instinto, debe ser relegado.

    El señor Lewison me ha citado e intuyo qué es lo que quiere. Una visita al gueto. No sé si el señor Lewison es de los que se rigen por el instinto o planteamiento frío... Son ya años trabajando juntos como asociados de la Compañía BlackWison y el emporio "Luna Roja". Pero aún así, sigo sin saber qué le motiva. ¿Por qué el gueto? ¿Busca lo mismo que yo? ¿El conocimiento y control de las maldiciones y pestes? ¿O no busca el cuidado sino algo más, podríamos decir, menos altruista y oscuro? Esas almas no tienen nada que ofrecernos salvo sus cuerpos y defectos para nuestros trabajos, pero claro, siguen siendo conciudadanos. De tercera. 

    Pero la guerra sigue, no termina, los bandos alzan barreras más altas que el muro. Y yo me siento encerrado, encerrado y frustrado. Pero debo mantenerme con la mente fría. Necesito un estimulante, liberar la mente. En la esquina sigue estando ese repugnante vagabundo, quizá debería limpiar la calle antes de verme con Lewison, quizá debería...

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  17. Nombre y Apellidos: Sebastian Blackwater  gRtiUUY.png

    Etnia: Gilneano – Lugar de nacimiento: Gilneas capital

    Ocupación actual: Estudiante de anatomía patológica y metafísica.

    Edad: 31 años – Altura: 1.88m – Peso: 70 kg
     

    ~La hora de la cacería~ 


    Dinastía Blackwater:
     

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    Escudo de la dinastía: Zorro blanco en fondo de campo de gules

    Originarios de los acantilados de las tierras verdes de Arathi. Los Blackwater no resaltan en nada y buscar información sobre el linaje es complicado, por no decir ya imposible.
    La poca información del linaje es de escritos polvorientos sacados de un priorato ya en ruinas, también en Arathi, que eran lo único junto al escudo que mantenía la dinastía para avalar cierto origen noble.

    Según los escritos del priorato; la dinastía se formó en las desconocidas épocas de "Las Guerras Corsarias" hace cinco siglos, que no
    son más que unas cuantas escaramuzas de piratas que se vendían a las naciones de la zona entre Stromgarde, Kul Tiras,
    Gilneas y Lordaeron, luchando y asaltando a los enanos de Dun Garok. 

    Todo comienza con un capitán de armada bajo bandera desconocida, se presupone que de Strom, el cual se cobró unas victorias
    decisivas que le granjearon el favor real y la posibilidad de establecerse en la Cala de Faldir, instalando una pequeña hacienda y puerto
    que le valía para defender la zona de piratas y contrabandistas. Por desgracia nada queda de eso, bien por el tiempo al pasar siglos, bien
    por algún factor desconocido. Los Blackwater de unas dos generaciones antes que Sebastian, se habían mudado a Stromgarde y habían empezado a estudiar artes arcanas y medicina, muy alejado de las carreras militares de sus antepasados en la marina del reino.

    El valor nobiliario original podría haber sido el de barón o pequeño señorío, pero ahora sin tierras ni prestigio, olvidado y perdido. 
    Es posible que la dinastía perdiera su estatus al comenzar lo que debían acabar: el contrabando, por lo cual perderían el favor real y quedarían relegados a burgueses de bajo corte en la capital.

    Por ahora queda ver lo que hace el último de ellos: Sebastian, el cual no tiene mayor relevancia por ahora, ni prestigio que ostentar
     

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    Descripción Física

    De ojos color avellana y pelo largo y ondulado de color caoba. Tez rosada. Alto que no corpulento. Cara alargada y estrecha, la piel tensa y poco carnosa le confiere un aspecto desnutrido, aunque no tenga un físico demacrado, pero puede que esté bajo unas malas condiciones por la situación en la que se encuentra el reino. Labios pequeños y finos de un rosado intenso. Alberga un cierto acento, más bien una forma de hablar más propia de los ciudadanos de Strom, que de Gilneas.

     

     

    Descripción Psíquica

    Su personalidad es en realidad una amalgama compuesta de dos facetas que habitualmente él manifiesta de manera alternada, según la situación: Por un lado (el que más frecuentemente muestra en público) es un hombre culto, refinado, de modales exquisitos y buen comportamiento, además de amante del arte, la música clásica y la buena cocina.

    El alter-ego de ese aspecto suyo (que se permite manifestar en instancias más privadas) es un comportamiento cínico, manipulador y con cierta tendencia a castigar con una severidad variable lo que él estima como "malos modos".

     

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  18. Nombre: Elegost Faler

     

    Atributos
    7 Físico
    7 Destreza
    6 Inteligencia
    6 Espíritu
    7 Percepción

    Valores de combate
    28 Puntos de vida
    24 Mana
    10 Iniciativa
    11 Ataque CC (Espada pesada)
    9 Ataque CC (Combate Des. Eq.)

    11 Ataque a Distancia (Arco largo)
    11 Defensa

     

     

    Habilidades

    Físico
    4 Atletismo
    4 Espada pesada
    2 Estilo CC Equilibrado
    Destreza
    2 Bailar
    2 Equitación
    2 Escalar
    4 Defensa
    2 Nadar
    4 Sigilo
    2 Trampas/Cerraduras
    Inteligencia
    2 Fauna (Mamíferos)
    4 Leyes (Reinos Humanos)
    2 Religión (Luz Sagrada)
    2 Sanación/Hierbas
    4 Supervivencia
    2 Conocimientos/Historia (El Alto Reino Élfico)
    2 Conoc./Historia. Lordaeron
    2 Conocimientos/Historia (Magia Arcana)
    2 Fauna (Aves)
    Espíritu
    2 Voluntad
    Percepción
    4 Arco largo
    4 Advertir/Notar
    3 Buscar
    2 Etiqueta
    2 Rastrear
    3 Reflejos
    2 Rumores
    3 Música (Canto)

     

    Especializaciones: 
     

    • Aptitudes de combate: 
    • Aptitudes diestras 
      Apuntado diestro.

     

     

     

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  19. De entre tiempos pasados y futuros·



    Su historia:

     

    Spoiler

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    El alba rompía el muro de oscuridad, abriéndose el astro entre las nubes oscuras e iluminando los elevados muros de madera del fortín que se alzaba entre las bajas colinas verdes que con la naranja luz del amanecer creaban una hermosa estampa, en contraste con la oscura madera de los muros y el gris apagado de las rocas que servían como base de las murallas que iban de colina en colina. 

    Las bajas colinas servían como propios muros naturales para los edificios interiores: tiendas, casetas austeras, un foso donde muñecos y demás utilería de entrenamiento marcial se disponía a los habitantes del lugar, unos establos, un pequeño botánico, un edificio pequeño semi enterrado de piedra que hacía de armería y lo más importante que era la torre y fortificación más resistente del lugar; La torre del Montaraz.

    La torre otrora viejo puesto de Lordaeron que servía para vigilar el paso de la zona en las cercanías de un campo de internamiento orco. Luego en desudo hasta la ruina, hasta que un grupo de rufianes se apoderó de ella. Aunque apoderarse sería una palabra muy grande, más bien es como  el cangrejo ermitaño que se hace su casa en una concha. La cuestión es que en esta torre habitaban muchos cangrejos, pero uno de ellos era el más grande, el jefe, el señor de la torre, y no sólo de la torre sino de las colinas circundantes, y no sólo las colinas sino las tierras que el sol estaba bañando... Y más.

    Los rayos iluminaban bien toda la torre, desde las banderas negras con las estrellas de plata en su atalaya, como las pequeñas ranuras que actuaban de vistas defensivas, así como la única entrada; una puerta doble de madera oscura como las murallas del fortín. El interior yacía en silencio aunque hombres ataviados de marrón pardo, verde y gris deambulaban de arriba abajo, pero todos sin entablar conversación, sin emitir una palabra o un quejido. Pero todos se paraban y se golpeaban el pecho cuando veían a un hombre de anchos hombros con capa de piel de oso -pues el frío del otoño y el amanecer era bastante notable- espesa barba rubia así como largos cabellos dorados sin brillo se les pasaba cerca. 

    Era éste hombre el que los rufianes que habitaban en ese fortín trataban como su señor, ese hombre de mirada altiva pero rostro desazonado que llevaba años siendo el amo de unas tierras desiertas, al que unas gentes más allá de sus hombres armados veían como protector, un hombre cansado no sólo por la edad, sino cansado de la vida. 

    El viento frío no afectó al hombre, que parecía estar acostumbrado, ni la cálida luz mejoró su aspecto, pero aún así mantenía su caminar de largos pasos dejando atrás a los que le saludaban y decían en voz baja: Comandante Electo. 

    Subido sobre el corcel que su sumiller le tenía preparado, dejó el hombre escapar un largo suspiro, su faz desazonada quedó atrás y un brillo de juvenil brío surgió en él. Cerró los ojos y dejó que el caballo fuese al trote, seguido por sus hombres... Una aldea bajo su protección había sido atacada por las hordas de los No-Muertos, y otra vez, habría que hacerles frente.


    En otro tiempo, en otro lugar...

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     -- Ah. Al fin has despertado -Dijo una voz, una jovial voz alegre en una oscuridad profundad. -Poco a poco, no hay prisa. La Luz ha querido velar por ti, no esperaba... 

    La voz se materializó poco a poco de la oscuridad a la penumbra, de la penumbra a la bruma y al final a la claridad de un joven humano de rostro blanquecido, ojos verdes, cabellos oscuros y sonrisa amable que sentado en una silla al lado de la cama donde reposaba el hombre al que se refería daba a él la bienvenida del nuevo día

    -- Un sueño... todo un sueño. -Murmuró con cierta angustia y confusión el hombre recostado. Un hombre demacrado, más blanco que el joven, pálido como si toda la energía se le hubiera drenado, más esqueleto que carne y con mechones dorados descoloridos pegados a la sudorosa frente

    -- ¿Sueño? Ha tenido que soñar mucho, lleva mucho tiempo durmiendo. Que milagro de la Luz que despertara. ¿Recuerda algo? No del sueño, si no... algo anterior a ello. -Preguntó con presura pero calma, se notaba que el joven tenía mucha curiosidad y preocupación, más el otro hombre no era capaz de pronunciar palabras con sentido. Por lo que el joven le dio tiempo, dejándolo a solas en esa pequeña habitación.

    El sol ya debería llevar unas horas alzado, pero aún era pronto, de alguna forma el hombre lastimoso lo sabía. Pero lo que no sabía era lo más importante ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía allí? Y lo más importante... ¿Quién era? No recordaba quién era, o qué pasaba y por qué se sentía tan débil y herido pese a que no tenía ninguna venda o herida en su cuerpo.

    -- Estás en el Muro de Thoradin. Hace unos meses, cerca de aquí hubo una gran batalla. En los despojos de la batalla te encontraron, al borde de la Oscuridad... Pero, vivo. ¿En serio no recuerdas nada? Algo dejaron los carroñeros, un anillo con un nombre grabado ¿Te dice algo?

    Insistía el joven preguntando lo mismo día tras día. Pero el desconocido negaba sin emitir muchas palabras. Ni siquiera cuando miraba ese anillo y veía el nombre y la fecha grabados le decían algo ¿Era su nombre? Si lo llevaba sería por eso. Pero él no tenía memoria. -- Quizás el aire puro y conocer a los demás te devuelva los recuerdos que ahora yacen escondidos. Pero no temas, verás que más tarde como pronto vuestra merced recordará todo. - Y con ayuda del joven salió al exterior, a la imponente pero maltrecha y semi abandonada muralla de Thoradin. 

    Recorrió y miró cuanto quiso el desconocido hombre, observando los bosques aledaños al oeste, y las praderas y colinas al este. ¿Las recordaba? Él de nuevo para pena del joven no decía nada, sólo observaba con rostro apenado y ojos cansados. Y esa fue la costumbre durante semanas.

    Al final el desconocido hombre pudo valerse por su cuenta y recorrer limitadas zonas de la muralla, observando a los ojos los entrenamientos marciales de los guardias del reino de Stromgarde. Practicando tiro al arco, luchando con las manos desnudas o montados a caballo yendo y viniendo por los caminos... eran hombres de virtud castrense y eso no sabía por qué pero el hombre desconocido lo apreciaba, como si viese algo que le diera cierta calidez ¿Un recuerdo? Si, podía recordarse haciendo eso... ¿Pero era realmente él? ¿O era un reflejo de suposición de su imagen a un suceso? Como el que intenta recordar un sueño pero a más lo piensa más olvidable queda y ya sólo lo puede imaginar.

    Imaginar, suponer y soñar es lo que el hombre desconocido podía hacer. El joven se refería a él por el nombre que vio en el anillo que encontraron en su dedo; Elegost Faler. Elegost Faler esto, Elegost Faler aquello, el joven le hablaba y hablaba de sucesos, historias, de aquello y lo otro intentando que eso despertara familiaridad con su nombre y situación, pero no parecía funcionar.

    Para pena del joven, tenía pronto que partir. Era un novicio del sacerdocio y su maestra; una altiva y refinada Alta Elfa, pedía que marcharan pronto, pues ya habían hecho todo lo que debía hacerse.

    El joven y el desconocido se despidieron a las puertas de la inmensa muralla. Y esa fue la primera y última vez que el desconocido vio a la elfa, y la última a la que vio al joven. Pero fue la elfa, en la que de algún modo llamó su atención y sus recuerdos...

    -- De mundos totalmente diferentes... -Se dijo mientras la elfa ni parecía percatarse de él, pese a ser una sacerdotisa el orgullo de su raza le era más. Y el hombre no apartaba mirada de esa mujer mientras se marchaba, preguntándose ¿No lo habría visto antes? Le era increíblemente familiar. Del mismo modo que el joven se le había hecho familiar, pero no en un sentido de acostumbrarse, si no de haber visto antes alguien parecido, otro joven alto, escuálido, pensativo y curioso. Ahora con esta criatura resultaba lo mismo

    ¿Elfas? Pero cómo era posible... Elfas, elfos, el Alto Reino. ¿No había leído de ellos? ¿No los había visto? ¿No había reído, soñado, luchado y comido con ellos? Sí, sí, recordaba historias, historias de viejos libros en una gran biblioteca cuando era un niño. Historias de su eterno rey, de su reino mágico. Increíblemente recordar eso le confería alegría y paz. Pero le crecía la duda pues ¿Qué elfos había conocido? ¿No había visto e incluso bailado con una hermosa y orgullosa elfa. O acaso no eran todas hermosas y orgullosas. Y todos los elfos machos eran magos, nobles y refinados. De pelos blancos, o rubios, e incluso azules. Sí, eso no se podía olvidar.

    El desconocido hombre leyó lo que pudo leer, pocos libros habían en una fortaleza. Ahora era poco menos que una mascota, un ermitaño que ayudaba en lo que podía mientras le dejasen. Los libros que encontraba o le prestaban le traían recuerdos. Incluso los libros más complejos como las listas de leyes o reyes de éste y otro reino. ¿Acaso no había él repasado esas mismas leyes? ¿O jurado en nombre de alguno de esos reyes? Sí, eso no se podía olvidar.

    Y mientras ayudaba de aquí para allá en el transcurso de los días, se topó con un hombre que le llamaba, claro que lo hacía en un nombre que él no recordaba, y si no fuese por la férrea mano del hombre tosco y grande, él se hubiera marchado.

    -- Pater ¿Pero no se acuerda de mi? No le veo herido de ojos y oídos, no puede estar ciego y sordo. -Le espetó el hombre grandullón, que por su parte si estaba herido, con una muleta y la pierna desnuda salvo por las apretadas vendas. 

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    -- Por muy absurdo que parezca, ni de vos ni de mi mismo me acuerdo. Ni de cómo llegué aquí o cómo estoy en esta situación. He aquí de mi infortunio, sólo soy poco menos que un espectro de carne y hueso. -Le respondió el desconocido, con humor, aunque su tono no lo aparentaba. Y el otro hombre se sintió tan apenado que tuvo que negar y aflojar la mano aferrada a él

    -- No diga eso, un hombre como vos, de la Luz. ¿Pero de veras que no recuerda nada? Yo le vi antes de mi golpe fatal. Creo saber qué le pasó, sí. Fue aquella abominación, aquel oscuro brujo no-muerto, le señaló y le fulminó en un instante. Usted abrió la marcha pero aquel ser... -El hombre paró, apesumbrado, incluso atemorizado podría decirse. -- Usted nos ayudó a escapar de Costasur, cuando ellos vinieron ¿No lo recuerda?. -El hombre insistía e insistía. Si, eso no se podía olvidar.

    -- Costasur... creo... recuerdo, creo que podría decir que recuerdo el nombre y haber estado. Pero. - Mucho le costaba reconocer al desconocido. Era lo máximo que podía decir, por lo que sólo escuchaba. Escuchó la narración del tosco hombre, desde cual era el nombre de él como del desconocido, cómo hacía referencia al anillo, cómo llegó a reunirse a ellos y dirigir a los más capaces a la gran batalla que se iba a librar. Si, eso no se podía olvidar. Pero él lo olvidó todo, incluso su nombre.

    La charla duró mucho, tanto que la noche les alcanzó. Hablaron de mucho, pero el tosco hombre no pudo responder a preguntas más allá de tiempo atrás a aquella batalla. Pero fue lo suficiente como para que el desconocido hombre se pasara toda la noche en vela dándole vueltas a todo eso. Sí era ese tal Elegost Faler, si de verdad era como según le dijo el hombre, un servidor de la Luz ni más ni menos... ¿Cómo es que estaba en esa situación? Lo encontraron sin nada de valor salvo ese anillo, nada de lo que el hombre narró que llevara lo tenía ahora. ¿De verdad era ese tal Elegost? ¿Ese Elegost era el mismo joven que leía libros sobre los Elfos Nobles? ¿O sobre la historia de Lordaeron? ¿De sus leyes, de sus reyes, de sus batallas? ¿Era el mismo que veía marchar a aquel otro joven con tristeza hacía un barco que zarpaba al norte? ¿Era el mismo Elegost que luchaba contra criaturas de terror? ¿O seres anfibios? 

    ¿Era el mismo que esgrimiendo una simple pala, expulsaba arañas gigantescas? ¿O remaba en un lago de muertos y fuego? ¿El que reía y cantaba en tabernas con rostro que ya no recuerda? ¿Que se revolvía por los bosques que ahora contemplaba con extrañes a orillas de la muralla? Pero también habían otras cosas que recordaba de ese Elegost; Muerte, sangre, dolor, pérdida. Amigos que morían delante suya, de cómo un hombre de bigote, fuerte como un tauren caía hacía un abismo de fuego, de cómo un anciano en armadura era embestido una y otra vez por flechas negras, de cómo un hermano caía sobre el lodo pidiendo ayuda, de cómo mujeres que amaba se perdían en mares de bruma y sufrimiento... 

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    ¿Todo eso era su vida? ¿En un torbellino de tristeza y guerra, con ciertos momentos de paz? Elegost había perecido en esa batalla contra el enemigo antítesis. Elegost había caído en la oscuridad del olvido tanto para si mismo como para los demás. Era un nota a pie de página con el nombre de "aquellos caídos por la gloria de la Luz". Sí, eso no se podía olvidar, y no lo olvidó. Nada olvidó. Sólo había escondido todo aquello. El cómo abandonó Falveri, cómo huyó a refugiarse en un ejército que también abandonó por un capricho personal, en cómo nada había terminado y todo quedaba sin terminar, en todos esos que había dejado atrás. Normal que dijera que no lo recordaba, pues no quería recordarlo.

    A la mañana siguiente en la celda que habitaba ya no quedaba nada que demostrara que antes fue habitada por alguien, sólo un detalle; un anillo con una fecha, una cruz de la Iglesia de la Luz y el nombre grabado de Elegost Faler.

    El alba rompía el muro de oscuridad, abriéndose el astro entre las nubes oscuras e iluminando los elevados muros de la inmensa muralla. Y pensar que ahí había estado tanto tiempo, no ahora, si no tiempo atrás... era casi una segunda casa, tantos sitios eran una segunda casa para él. Pero ahora, otra casa que dejaba atrás.

    -- ¿A dónde irás? Stromgarde es un reino grande, demasiado para una persona tan desvalida, llena de peligros. Es mejor que esperes a una caravana... Además ¿A qué sitio vas a marchar? No has dicho de dónde venias ¿Acaso vuelves a casa?. -El guardia embutido en mallas con telas blancas y rojas le preguntaba con confianza, ya se había familiarizado con el hombre, extrañamente para no ser un soldado o milicia parecía estar acostumbrado a ese sitio. O eso pensaba el guardia.

    Elegost contempló el largo camino, el horizonte bañándose de la luz del oriente. Allá a lo lejos estaría la capital del reino... Más allá ogros, trols, bandidos y la fauna salvaje hostil. 

    -- Iré a donde me lleve el camino. Volver a empezar. Quizás ésta vez sea diferente. 

    Y con la perplejidad del guardia y las enigmáticas palabras en el aire, el hombre se marchó hasta que llegado un punto desapareció en el horizonte. 

    -- Se lo van a comer con patatas. -Se dijo el guardia stromgardiano. 

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    Spoiler

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  20. Mangas_Faramir_as_a_Soldier_of_Lordaeron

    Nombre completo: Elegost Friederich Faler von Falveri

    Raza: Hombre de Lordaeron

    Lugar de nacimiento: Andorhal - Reino de Lordaeron

    Edad: 44 años (Nacimiento 19 de marzo)

    Altura: 1.78cm

    Peso: 74kg

    Ocupación actual: Cabo Imperial
    del cuerpo de exploradores








    Descripción física:

    De largas extremidades, hombros y espalda ancha, al igual que ancha tiene la mandíbula o la nariz que sobresale en su faz al ser denotable en un tamaño peculiar. De rostro serio o más bien tirando a una belleza "burda" pues si no fuera por llevar barba recortada parecería un salvaje de las montañas de Alterac.

    En general se le podría considerar como una persona mundana o alguien del campo si no fuese por la tez blanca-rosada y los cabellos dorados que suele llevar largos hasta pasados unos centímetros los anchos hombros.

    De penetrantes ojos azul celeste que se podría considerar lo más atractivo del hombre; y éstos son siempre altivos, quedándose con todo a su alrededor como la vista de un águila. 
     
    Sus facciones toscas le confieren un aire vulgar y rural, pero cuando la situación lo requiera puede lograr cierto porte señorial. Quizá fruto de la herencia cultural de su extinta nación, quizá por propia fachada o quizá porque las cosas no son siempre como aparentan.


     

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    Descripción moral y psíquica:

    Aunque de apariencia fría, seria, distante y huraña, puede demostrar la simpatía, camaradería y bulla del mejor de los anfitriones. Pero raro es que el hombre de primeras muestre como es en verdad, reservándose para la mejor situación o la persona ideal. Pero realmente es bastante confiado con las personas, no siendo juicioso con ellas aunque se muestre desconfiado, pero como todo en éste hombre... Es pura apariencia

    Se podría decir que es justo, o más bien él se declarará justo, pero en si es lo que él cree que es justo, justificando toda acción con su propia tabla moral siendo ésta mejor que las de los demás. Mintiendo sin mentir, alegando que lo que cuenta es una verdad a medias, pero defendiendo que nunca mentiría ni a un orco. 

    Como tal su moralidad y legalidad para muchos podría ser cuestionable, pero para él... para él es una legalidad neutral, sirviéndose en valores de honor y situación, más que en las premisas de opinión de la gente. 

     

     

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     ~Recuerda Falveri~

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  21. Hola soy Stannis the Mannis y vamos a partir la caja, ya veréis que sí

    No, en serio, ahora sí, ahora sí que sí que seguro que ésta vez es la definitiva no os lo podéis perder

    Quizá me recuerden por éxitos como... Bueno da igual sois todos demasiado jóvenes y novatos como para saberlo. ¿Sabéis que el origen de éste servidor se remonta a cuando aún se usaba Skype?

    Bueno. He vuelto. Y mi legendario Jerórimo también conocido como Faramir Elegost también, para disgusto de muchos y disfrute de pocos

    Espero que lo pasemos en verdad bien y nos echemos unas risas, unas lágrimas y unos roles de dudosa moralidad (algunos, yo no, yo vengo a llenar la ficha)

    Saludos y likes para todos

    Fin.

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