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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 18/09/19 en todas las áreas

  1. 3 points
    Con la partida del escuadrón de veinte hombres y mujeres, se esperaba una lucha fácil y sencilla, con heridos, pero eran solo diez no-muertos, no podía ser tan complicado, pero la presencia de una figura de negra armadura frustó la formación de los escarlatas, descolocandolos y haciendo que estuviesen en desventaja, y por ello, la batalla fue un caos, bajas en ambos bandos, aunque eran 1 a 2, los no-muertos pudieron acabar con gran parte de los soldados de la llama roja, pero gracias a las sanaciones y la habilidad de los guerreros y el sargento, pudieron acabar con gran grueso de las caballería no-muerta, más no pudieron matar a dos de los soldados restantes que huyeron junto al hombre de negra armadura. Si bien la "Camarilla" había sido parada, volvería, o eso parecía por las acciones del caballero negro.
  2. 3 points
    Una delgada linea dividía la osadía de la estupidez, y el grupo de elfos estaba llegando al límite. La marcha forzada comenzaba a pasar factura incluso en los forestales más veteranos y aun así no se detuvieron. Aquel día su ataque debería ser veloz, imprevisible, certero, pero no todo salió tal cual lo planeado. Uno de los exploradores que habían adelantado fue capturado y el plan comenzó a torcerse. Ugluk el Doctrinador comandaba las fuerzas de los trols en aquella zona. Su mano dura e impiedad le granjearon aquel apodo entre los niños que entrenaba y los prisioneros que usaba como carnaza. Al pobre Auric, que había caído en sus manos, le esperaba una muerte dolorosa y cruel. Y hubiese sido así de no ser por la oportuna llegada del cuerpo principal de forestales. Guiados por Liondyl, que había hallado un punto vulnerable en las defensas enemigas, habían ingresado al campamento y repartían el caos entre las filas de los trols. Otra sangrienta batalla se libraba a las afueras, donde un grupo de elfos enfrentaba a los cazadores salvajes, que habían salido a su encuentro tras descubrir su presencia. Aquel amanecer estaba teñido de rojo, tanto en el cielo como en la tierra. Los elfos resultaron victoriosos si, pero las bajas eran importantes. Un par de forestales experimentados había encontrado su final allí y más de la mitad se encontraba en lamentable estado, incapacitados de continuar. Y aun así, la atalaya aguardaba, debían seguir adelante.
  3. 2 points
    Buenas noches Taendris. Respecto a su primera duda, cada demonio es un mundo, e incluso demonios dentro de un mismo "tipo", pueden ser vinculados de formas distintas. Demonios más inteligentes como Súcubos o Diablillos normalmente son vinculados mediante pactos y contratos donde ambas partes vinculantes obtienen beneficios, normalmente el Demonólogo la servidumbre del demonio, y el demonio el acceso al mundo físico, obteniendo energía y almas en el proceso. Otros demonios, más salvajes como los canes Manáfagos, o mucho más "directos" como los guardias viles, son subyugados mediante pura fuerza de voluntad, ya sea subyugandolos y "educandolos" como los animales que son en los canes manáfagos, o demostrando que el brujo es más fuerte que el demonio, como en el caso de los guardias viles. Los demonios pueden ser invocados de manera indefinida, efectivamente, ya sea para combate, para otras acciones o de manera constante en el rol. Obviamente los demonios son hornos de energía vil con patas y su presencia es fácilmente detectable (Con excepciones como los Diablillos y su impronta mágica tan pequeña que les permite cambiar entre planos de manera instantánea y constante para mantenerse ocultos, o súcubos u otros demonios hechiceros con habilidades especiales de ocultamiento mágico), por lo tanto tenerlo siempre invocado es un peligro, sobre todo en razas donde esto está perseguido (De las razas normalmente jugables, solo los renegados permiten tener demonios en el mundo físico de manera regular e indefinida, siempre que se tenga la autorización y/o permisos adecuados del Nuevo Orden, pues los demonios son siempre peligrosos y el convocador ha de hacerse responsable de su invocación) Sobre el Infernal, los Nucleos Infernales son las "balizas" que la Legión Ardiente usaba para señalizar el lugar donde "arrojar" a los Infernales. Hay que recordar que los Infernales no son demonios, si no básicamente constructos elementales de energía vil usados como artillería viviente por la Legión Ardiente. Los Nucleos Infernales que hay en Azeroth son reliquias de la Tercera Guerra, pocos, la mayoría bien protegidos ya sea por autoridades "benignas" o entes malignos, y obtenerlos ha de hacerse mediante supervisión maestre o de narrador. Espero que esto haya resuelto sus dudas, y si le ha generado más, como siempre le animo a realizarlas.
  4. 1 point
    Nuevos comienzos Ilustrado por SirNoir Desde los mares del sur llegaba a la costa oeste de Páramos de Poniente el Réquiem, el pequeño barco capitaneado por Kord Roderick. No les hizo falta atracar, pues nada más estar lo suficientemente cercanos a la costa soltaron uno de los botes, llevado por el mismo capitán y un marinero: Benedict Garthside. Ese hombre de carácter extraño venía con un plan, uno que se llevaría a cabo más allá al este; en Bosque del Ocaso, pero antes de llegar tenía una serie de tareas pendientes por la zona. Se venían cosas grandes, o al menos eso creía Benedict.
  5. 1 point
    El Orbe misterioso Tras el estudio de la tablilla de piedra que encontró Eliel junto Alyra, inicio una investigación para descubrir su significado. Llegando a la conclusión, de que ele dibujo que aparecía en la tablilla, eran dos formas humanoides alabando algún tipo de objeto. Así que enseguida, Eliel comenzó una ardua investigación de nuevo, buscando en los diarios de algunos exploradores de Quel´danil, algunos libros, y simplemente preguntando. Llegando a crear una pequeña hipótesis de donde se encontraba este objeto, aunque no con gran certeza. Usando esa hipotesis, llamo a todo su grupo de amigos, proponiendo la expedición para conseguir ese orbe, todos aceptaron. Así que se dispusieron a prepararse conociendo el clima. No paso mucho rato después, en el que el grupo comenzó su viaje, hasta las montañas del norte de Quel´danil. Una en especial, que era algo mas alta que el resto. Al principio era un camino allanado en el que hacia algo de frió conforme mas subías. Pero mas adelante, se convirtió en un frió camino en forma de una subida infinita hasta lo alto de la montaña, en al que, el cambio de no haber nada, a estar todo completamente nevado, era bastante evidente, Todo iba bien, hasta un cierto punto que se consideró, cerca del objeto,que los integrantes del grupo, comenzaron a ver algunas cosas extrañas. Pero al menos, Eliel, no le dio mucha importancia, dando como excusa el cambio de temperatura, y la altura, ya que había falta de oxigeno. Una hora y media mas tarde, casi al final de la trayectoria, Los presentes, ahora si tenían visiones bastante claras de cosas a lo que le temían, comenzando a sentir lo mismo que veían. Pero Eliel, la vista de Eliel, se centro delante. Y algunos segundos mas tarde, llamó a su madre, y a paso ligero, siguió algo en plena tormenta de nieve. Una tormenta de nieve repentina, bastante fuerte. Eliel acabó desapareciendo en medio de la tormenta, dejando al grupo preocupados por ella. El grupo, se encamino hacia delante, siguiendo un tipo de ilusiones "Guía" acabando en la cueva, que mencionó Eliel antes de salir al viaje. No tardaron mucho al entrar, y en volver a notar esas extrañas ilusiones, se adentraron mas, ignorando estas. Y en un cierto punto, de los tres que estaban dentro, dos desaparecieron: Alyra y Lynnete. Dejando a Eleandris a solas, el cual, investigando la cueva, y siguiendo el sonido de una especie de canticos, llego al origen de todo. Un troll adorando una especie de orbe, y justo encima del orbe, Eliel, Alyra y Lynnete, flotando en el aire como si ignoraran toda física. Sin embargo, Eliel, Alyra y Lynnete, están sumidas en unas ilusiones basadas en lo que mas temen. Eleandris, después de acabar con el trol que casi no puso nada de resistencia, consiguió destruir el orbe, liberando al grupo. La mas afectada, fue Eliel. tuviendo que ser llevada a Quel´danil insconciente. Duracion: 5 horas. Habilidades: @Izuriel como Eleandris Verthanas: Supervivencia, Espada pesada, Encantar arma, Adv/Notar, Defensa, Atletismo, Navegación. Arco Largo, sigilo, Rastreo. @Leia como Alyra Silverdawn: Evocación Básica, ballesta ligera, atletismo, supervivencia, nadar Adv/notar. @Zora como Lynnete : Ilusión Básica,Navegación , atletismo, supervivencia, Adv/notar,Rastreo. @Shirochan como Eliel Valenis: Navegación, atletismo, supervivencia, adv/notar, arqueología, defensa. @Akross como Ilaren : Navegación, atletismo, supervivencia, adv/notar,
  6. 1 point
    Nombre: Rudra Drakkigson Raza: Enano Sexo: Mujer Edad: 90 Altura: 1.25 Peso: 75 Lugar de Nacimiento: Forjas Ocupación: Guerrera - Peletera Historia completa Descripción física: Se le puede describir como una bestia compacta, la mayoría de humanos y enanos que han tenido contacto con ella suelen describirla de distintas formas. Para los primeros, una bestia compacta particularmente fea, para los enanos suele ser una bestia que quizá con una buena barba seria digna de matrimonio. Lo cierto es que Rudra roza el umbral de altura para una mujer de su raza, sus brazos son fuertes y anchos como troncos y su espalda podría partir en dos a un oso. Como buena Drakkigson tiene un físico entrenado desde muy joven. El lado izquierdo de su cuerpo está cubierto por una serie de tatuajes tribales de color azul que van desde el hombro hasta la pierna y su rostro en el lado derecho tiene las mismas marcas. Parece que estas cubren una gran multitud de cicatrices y marcas de peleas antiguas, pero no parece preocuparse en absoluto por ocultarlas si no al contrario, las lleva con orgullo. Su cabello es de un pelirrojo zanahoria que lleva corto y con varias trenzas o bien algunas veces suelto del todo y sus ojos de un color azul intenso, su piel por otro lado es blancuzca, algo tostada. Suele mantener una mirada que asustaría a cualquiera, aunque no así con sus conocidos y familiares. Historia En un pozo oscuro, sin ayuda ni soporte, Rudra se aferraba a las pobres salientes de piedra y tierra con las uñas, empujando con sus jóvenes brazos y tirando con sus piernas. A los lados otros jóvenes como ella lo intentaban, empujaban con fuerza, se golpeaban entre si compitiendo por llegar arriba, incluso pasando sobre otros. Rudra no se inmutaba al respecto, estaba demasiado concentrada en llegar arriba, uno de sus primos le empujó para usarla de impulso y con la furia de tal atrevimiento la enana le tomo de la pierna y lo tiró abajo, impulsándose a si misma hasta que finalmente puso la mano en la saliente. Empujó con fuerza, gruñó, su cuerpo estaba golpeado y sucio, lleno de moretones. Sus uñas estaban rotas, sus manos sangraban. Jadeante en el suelo, observó hacia el vacio de donde había venido y sintió una gran satisfacción, observó hacia el frente y su padre le aferro para ponerla en pie. Había pasado su primera prueba, y había demostrado tener madera para ser una guerrera del clan. La joven enana era la hija de Torick Drakkigson y Elsa de los Barbabronce, el primero un guerrero destacado del clan y la segunda una hábil peletera. Tras la tragedia que puso al clan en una situación de cuasi extinción ambos padres decidieron trabajar por mantener los valores y costumbres del clan. Rudra fue tratada con todas las ceremonias de su edad, la prueba del foso, la unión con los guerreros de clan y las pruebas respectivas. Fue una vida dura, llena de violencia, combates y amor. Sí, amor, porque sus padres la amaban y su clan la apreciaba como todos los de la camada. Ya desde joven se destacaba en el combate, peleaba como cualquier otro pero curiosamente aprendía como pocos, y es que su padre se había empeñado en enseñarle sobre la guerra, sobre el combate y sobre la diplomacia. Por aquel entonces le decía que muchas veces se gana más por la pluma que por la espada, por supuesto que para ella por aquel entonces eso no tenía sentido, la habían entrenado para luchar y matar, para traerle glorias al clan, pasarían muchos años, y muchas cicatrices para que comprendiera el verdadero alcance de esas palabras. Su madre por otro lado le daba el amor tierno que solo una madre podía dar y le enseñaba un oficio para su futuro, y para gloria del clan. La peletería se volvió una artesanía en lo que poco a poco se iba haciendo mejor, su madre sabia como enseñarle y le mostraba las bondades de aprender tales cosas. Durante muchos años vivió como una guerrera del clan, entrenando, vigilando y luchando, pero a medida que pasaba el tiempo veía como el clan parecía estancarse. Se preguntaba si quizá algo estaba yendo mal, quizá… las historias sobre aquella montaña que se había perdido fuera la razón de todo ello. Pasó tiempo meditándolo, pero no tenía la respuesta y no la conseguiría viviendo como los demás, debía hacer algo respecto, ganar experiencia y conocimientos tal como su padre le había enseñado. Un día tomo sus bártulos y se preparó para partir, se despidió de su madre y de su padre, luego de los guerreros del clan, algunos algo molestos pero todos dándole las buenas, obsequios y demás cosas que la ayudaran en su viaje, y partió en la búsqueda de ese algo que faltaba. Quizá… algún día podría regresar con la respuesta o quizá moriría por el camino. El futuro era ciertamente incierto. Los años pasaban, y las experiencias de Rudra se hacían mayores. Durante algún tiempo luchó para el ejercito de algunos thanes contra los trols de hielo, otros años más los paso ayudando a una compañía de mercenarios “blancos” humanos, y otros tantos fue por libre. Al final de estas experiencia habia aprendido sobre ciertas cosas, pero no las cosas que necesitaba. Una noche se encontraba sentada sobre una roca en alas frias montañas de Arathi, casualmente tenia una visiónm espectacular de la ciudad de Stromgarde a la distancia. Veia las luces de las gentes que alli se movian, y la nostalgia la atrapaba. Cubierta por una frondosa capa de piel de lobo, fumaba su pipa ornamentada, regalada por su padre mientras dejaba que la belleza del cielo estrellado hiciera de fondo perfecto con la blancura nevada del sitio y las luces titilantes de la ciudad. Pensó que quiza esa era la cuestión, su hogar, su verdadero hogar. Las raices de su clan llamaban con desespero, necesitaban uno verdadero al que acudir. Pero necesitaban conocimiento, más sofisticacion. Los meros guerreros eran buenos, pero no era suficiente para que el clan tuviera futuro. Obsevro hacia las cientos de carpas de aquella compañia mercenaria, y se dió cuenta del orden que tenia, de la disciplina y el honor que destilaban en su intento por hacerse una fuerza de orden entre tantas compañias de mercenarios sin honor. Una empresa bastante dificil para aquellos humanos. Los humanos nunca lograrian impresionarla con su arquitectura o sus artes marciales, pero sin duda se parecian a los enanos en lo cabezotas. Rudra sonrió. Al siguiente día se despidio de sus compañeros de armas y partió hacia el corazon del imperio. Las cartas que habia enviado le remitieron hacia un primo que se encontraba por esas tierras buscando a otros familiares distantes, quiza él habia dado con lo necesario para recuperar aquella vieja fortaleza o quiza habia muerto. Sea como fuere, era el unico que parecia dispuesto a intentar algo, Bodvar se llamaba. Un nombre curioso teniendo en cuenta de quien era hijo. Pero eso no importaba, si habia ganado renombre o no para ser digno hijo de su padre eso ya se veria. Pronto Rudra le haria una visita.
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