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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 31/05/18 en todas las áreas

  1. 3 points
    Un tropezón no es caída El grupo estaba reunido, las pocas nubes en el cielo les auguraban un viaje tranquilo y el viento soplaba hacia el norte. Era difícil para Odriel imaginar una mejor situación que aquella y el entusiasmo por el viaje que les aguardaba se iba intensificando.Habían sido varios días de preparaciones y un sinfín de horas dedicadas a analizar cada minucia que pudiera afectarles la travesía.Finalmente la mañana del embarque había llegado y por un par de semanas de lo único que tendrían que preocuparse era de no obstaculizar ni entorpecer el trabajo de los marineros. Para fortuna del grupo de quel’dorei y la draenei, el clima se mostró favorable en la mayor parte del trayecto y llegaron a Costasur rondando la fecha prevista. El poblado les recibió con una visión deteriorada de la zona y sus habitantes, la mayoría afectados por una u otra causa a raíz del avance renegado. A medida que atravesaban el poblado el grupo recibió varias miradas que si bien no eran hostiles si denotaban la incomodidad ante la presencia de aquel grupo exclusivamente formado por elfos y una de esas criaturas de apariencia caprina. A raíz de esto fue que Odriel, pretendiendo ahorrarles alguna mala experiencia a sus compañeros, se aproximó a Auric, el más joven de ellos, y le consultó si sería capaz de guiarlos hasta el paso de las montañas. Auric era quel’dorei que había crecido en Quel’danil y, al oír la solicitud del mago que depositaba su confianza en él, quiso mostrarse seguro ante el resto de sus compañeros. Fue así que el joven aceptó guiarlos y el resto le siguió rumbo a la salida del poblado. El camino les aguardaba con la promesa de compartir con ellos largas horas de monotonía y los elfos no parecían dispuestos a perder segundo algunos, por lo que se lanzaron hacia él y emprendieron el viaje sin demorarse en hablar con la gente del pueblo. Cuando ya se había alejado un par de leguas y el sol ya se elevaba en el firmamento, oyeron que algo se acercaba por el camino. Feldrendil y Klamendor enseguida advirtieron el reflejo de armaduras metálicas a la lejanía y todos acordaron ocultarse por si se trataba de algún posible enemigo. Ya ocultos desde los arbustos que crecían a los lados del camino, pudieron ver un pequeño contingente de soldados humanos que marchaban rumbo a costasur. En las armaduras eran evidentes los golpes y las manchas de sangre, por lo que asumieron que más de uno estaba herido. Aunque Odriel por un instante pensó en salirles al encuentro para consultarles sobre el estado del camino que les aguardaba, creyó que aparecer por sorpresa podría alertarlos. No fue sino hasta que se alejaron por completo que los elfos salieron de su escondite y reanudaron la marcha. De haber hablado con los soldados o la gente del pueblo hubieran tomado conciencia del estado de la zona, pero las oportunidades solo se dan una vez y los elfos no supieron aprovecharlas. Auric continuó guiándoles y para cuando se percataron que el rumbo tomado les llevaba a zona renegada era demasiado tarde. Unas risas comenzaron a oirse a sus alrededores y para cuando quisieron darse cuenta estaban rodeados por una patrulla de no-muertos. A pesar de las burlas renegadas proferidas al encontrarlos perdidos en aquella zona, no estaban mucho más abiertos al diálogo y el combate fue inevitable. Al no encontrar un hueco por el que pudiesen huir, Klamendor, Feldrendil, Astrea, Auric y Odriel formaron un círculo cubriéndose las espaldas mutuamente. Al principio los golpes de ambos magos y el joven arquero les dieron una leve ventaja sobre los guerreros con espadas renegados, pero la respuesta también fue dura por parte del brujo que los dirigía y uno de los arqueros. Para cuando entablaron la lucha cuerpo a cuerpo, Astrea ya había sido herida por una flecha, Auric había quedado imposibilitado de usar su arco y Klamendor se había paralizado ante la visión del rostro del no-muerto que se le aproximaba. El combate fue cruento y de no haber sido por el sacrificio de Astrea, Klamendor tal vez no hubiese sobrevivido. Al final todo quedó en calma y en el campo de batalla solo quedaban los cadáveres renegados y un grupo de elfos agotados y malheridos. La que peor estaba era Astrea, quien había recibido un profundo corte en una de sus piernas y apenas podía mantenerse en pie. Con las últimas fuerzas que les quedaban, Odriel y Auric ayudaron a la draenei a andar mientras que Feldrendil daba una mano a Kalmendor. Sin voltear la vista atrás y con el murmullo de las risas renegadas zumbando en sus oídos, abandonaron la zona, regresando hacia el este donde finalmente se verían obligados a buscar un sitio donde hacer un alto y montar un campamento improvisado para tratar sus heridas.
  2. 3 points
    Actualización con estado actuales para reflejar lo que se ha hecho o no hecho: Comida y agua: Alimento y bebida es lo más básico para sobrevivir. Ya sea cazando, comerciando (En Costasur o en otros sitios), saqueando bandidos, ayudando granjeros para que os recompense con lechugas y tomates o haciendo favores al posadero para que os de cerveza. Cualquier modo que se os ocurra de traer alimentos y bebida para el grupo, sabed que la Luz os lo agradece. Pero a quien se le ocurra tratar de sustituir el suministro de agua con un suministro constante de cerveza, juro que lo cuelgo desde la muralla de Costasur. Estado actual: Se posee comida en forma de pescado para un tiempo. Si no se encuentra variedad, se espera una racha de mucho estofado de pescado, sopa de pescado, pescado asado, pescado "a la brocheta" y toda dieta de pescado imaginable. Materiales de construcción: Tal y como suena. Desde piedra hasta madera y pasando por clavos y tornillos. Tenemos por delante la tarea de hacer de esta región un sitio seguro, y no es algo que se logre únicamente a base de buenas intenciones y de matar bandidos y renegados. Necesitamos estos materiales si queremos siquiera pensarnos en hacer los caminos más seguros y formar un campamento en condiciones sin recurrir a la generosidad de Costasur de dejarnos acampar dentro de sus murallas. (Os cuento un secreto: Su generosidad dudosamente sea eterna. En especial luego del discurso del escudero). Estado actual: Se posee una cantidad ínfima de madera recogida de los alrededores y bastantes clavos y algo de cuerda enviados por la Iglesia junto a la caravana, así como un par de algunas herramientas básicas de construcción pertenecientes a Elegost y Santiago. Se necesitan más suministros y herramientas para el resto del grupo. Dinero: Seamos realistas. No tenemos dinero. Ahora mismo, el dinero de este sitio se resume al sueldo de un cabo, un escudero y un capellán. El dinero sirve para todo, el dinero es la fuente de la vida en cualquier sitio; aquí y en la isla más recóndita del Imperio. Con el dinero se puede comprar comida y agua cuando nuestros esfuerzos por conseguir ambas cosas fallen. Con dinero se compran materiales de construcción cuando no hay ningún sitio de donde seguir rapiñando. Y más importante, con el dinero se consigue que cualquier persona esté dispuesta a ayudar, y carecemos de verdaderos constructores. Por lo que cualquier modo que se os ocurra (Por favor, LEGAL o juro que os mato) de conseguir dinero bienvenido sea. Tenemos un mercenario en el grupo, si alguien quiere saber cómo hacer dinero sin ser nada en la vida más que golpear cosas, él es el hombre al que preguntar. Si queréis buscar dinero de otras maneras (Es preferible), estoy seguro de que en muchos sitios podrán dar uso los habitantes de Trabalomas a todo tipo de habilidades. Estado actual: El grupo no posee dinero en lo absoluto más que los sueldos oficiales que a veces ni llegarán. Un campamento en condiciones: Si en algún momento rebosamos de materiales y estos sobran, sería muy bienvenido poder mudarnos fuera de las murallas de Costasur y poder alzar un puesto de control y mando más permanente en el bosque, pero por el amor a la Luz, si se os ocurre hacerlo, hacedlo lejos de los renegados. Aprended del pasado del norte. Un campamento en una zona segura evitará muchas muertes, incluso si no es tan épico como en las novelas con las que muchos hemos crecido. Estado actual: El campamento se movió fuera de Costasur hacia los bosques, en un sitio en donde la recolección de madera y agua es buena debido al río cercano y los abundantes bosques, así como contar con la defensa natural de varias colinas a los lados. Se han alzado tiendas y algunas defensas muy precarias, pero se necesita aún el alzamiento de defensas más duraderas que sean capaces de resistir algo de verdad. Gente: Finalmente, si conseguimos un campamento fuera de las murallas que podamos expandir libremente, necesitaremos gente. Gente de armas sobra en el mundo, gente de otros tipos es lo que necesitaremos. Constructores y, si la situación lo requiriese, gente capaz de cultivar (¿De verdad creéis que se puede alimentar un campamento a base de rapiñar comida?) Estado actual: El campamento cuenta con los voluntarios habituales así como las cinco novicias y el iniciado que la Iglesia ha enviado junto a la caravana, pero estos últimos no son ninguna clase de trabajadores experimentados, incluso si pueden hacer el apaño con la guía necesaria. Se necesita un modo de atraer gente, pero la situación actual del campamento hace completamente insostenible grandes poblaciones si no se toman medidas para garantizar un suministro de comida constante. No han habido cambios significativos respecto a las otras misiones ni nada lo suficientemente impactante como para alterar las dificultades, aunque se ha realizado una entrega de suministros a las fronteras (Que ni siquiera salió tan bien) que ha puesto al menos al grupo en la mirada de algunos pocos muertos de hambre.
  3. 2 points
  4. 2 points
    @Blazerunner ç Aqui vemos a un Miguel encarandose contra una banda de no-muertos. @Thorch
  5. 2 points
    Reconocimiento ¿no-letal? de la vieja torre No era ningún secreto ya para los miembros del campamento que no muy al noreste del asentamiento que habían alzado se encontraba una vieja torre abandonada y derruida, en desusos desde la gran guerra contra los orcos y que había sido maltratada por el tiempo. Era desconocido si la torre poseía o no gente ocupándola, si estos serían amistosos u hostiles o incluso podía estar siendo usada como una base secreta renegada. Hasta donde el grupo sabía, era un misterio. Y Elegost y Santiago sabían mejor que nadie que el desconocimiento era el primer paso de la perdición. Estaba lloviendo, así que se equiparon con sus capuchas y trajes de exploradores, preparándose para una misión de reconocimiento. Algo rápido, ir y volver sin ser vistos o reclamar el control de la torre si estaba desocupada. Arcos en mano comenzaron a avanzar fuera del Campamento de avanzada militar falverino de la Luz en dirección este. Por el camino Santiago y Elegost fueron discutiendo la estrategia para la misión de reconocimiento. El plan era simple: Mientras Santiago funcionaba como oteador cercano, Elegost buscaría un sitio elevado desde el que mantener vigilado a su compañero. Avanzaron cada uno por su lado. El Montaraz del norte avanzó en dirección norte, y encontrando un enorme árbol al oeste de la vieja torre comenzó a escalarlo. Para su fortuna llegó a la cima con una destreza increíble, y además logró mantenerse oculto a los ojos de la única persona visible en la entrada de la torre, una persona con una lanza y una hoguera protegida de la lluvia por una lona y cuatro palos. Simple, pero ingenioso. En la cima de la torre no logró divisar a nadie vigilando en ese momento, por lo que era imposible para el montaraz saber si habían más desde su posición. Santiago por otro lado escaló unas colinas también al oeste de la vieja torre, pero desde otro ángulo más cercano al frente que Elegost y desde bastante más cerca. Santiago logró mantenerse oculto de la vista del vigía frontal. Todo estaba bien y Santiago se mantenía vigilando, si todo seguía así en un rato podrían volver y poner puesta en común de lo que cada uno había visto. Pero obviamente las cosas no podían ser tan simples. Elegost pudo notar desde su árbol que los ocupantes de la vieja torre habían improvisado una plataforma de madera desde la que vigilar en la cima. Aunque ahora mismo no había nadie allí, pudo ver una improvisada escalera formada de sogas que llevaba a la plataforma sacudiéndose de un lado al otro. Alguien estaba subiendo y, lo que era peor, desde la cima de la torre sería excesivamente fácil descubrir a Santiago. Pero Santiago, estando en una zona inferior a Elegost, no tenía forma de saber que debía alejarse y ponerse a salvo si Elegost no encontraba el modo de llamar su atención, y el tiempo se agotaba. El montaraz intentó primero imitar el sonido de un ave típica de Elwynn, de manera que Santiago reconociera que era Elegost y se diese la vuelta. Pero debido a la lluvia camuflando el sonido y un desperfecto en la entonación del montaraz Santiago continuó completamente ignorante al sonido. Entonces fue cuando Elegost tomó la única decisión que creyó correcta: Lanzaría un pequeño golpe de Luz al cabo que no debería de hacerle, en teoría, una cantidad excesiva de daño más allá de una molestia. Pero que sorpresa para Elegost cuando la Luz, de entre todas las veces, decidió aquella en particular para acudir a su llamada con todas sus fuerzas, dirigiéndose en forma de un brillante destello hacia Santiago, que recibió el choque de Luz en el pecho y se dejó caer al suelo gritando de dolor ante las quemaduras. Y para mal de males, el vigía de la entrada también había visto el enorme destello de Luz viajando desde la posición de Elegost, ahora revelada, hasta la posición de Santiago, ahora también revelada. El dúo, sin embargo, había llegado en una misión de reconocimiento y no estaban dispuestos a entablar combate solo ellos dos contra un número de fuerzas desconocida, aunque luego lograría ver Elegost que se trataban de tres. En un comienzo, Santiago fue el primero en reaccionar luego del desastroso choque de Luz. Anteponiéndose al dolor y apenas manteniendo su conciencia el montaraz arcano emprendió una carrera hacia la espesura del bosque, en donde apenas desapareció del rango de visión del vigía decidió ocultarse, buscando arbustos y revolcándose entre el barro y la tierra para camuflar sus olores corporales. Elegost por otro lado decidió bajar del árbol, pero en el apuro de bajar deprisa antes de la llegada del vigía se apoyó con demasiada fuerza en la rama equivocada, que se rompió llevándose consigo al montaraz al suelo. El vigía comenzó a correr hacia el grupo y Elegost pudo ver a dos personas más salir de la torre. Tenía que salir de allí. Haciendo gala de su entrenamiento físico, el montaraz comenzó a correr por la espesura del bosque como si fuese su entorno natural, y en apenas una fracción de tiempo ya había perdido a sus persecutores y pudo llegar a salvo al río que daba con el campamento. Santiago por otro lado permaneció escondido. Al comienzo el vigía se quedó en la espesura para buscar y vigilar que nadie se hubiese quedado detrás, pero fue incapaz de encontrar a Santiago y tras desistir volvió a la torre. En el momento en el que Santiago al fin quedó solo en el bosque salió de su escondite y se dirigió también al Campamento de avanzada militar falverino de la Luz, en donde debería de ponerse al día con Elegost y pedir explicaciones por aquel aberrante ataque con Luz que le había propinado y que había puesto en riesgo toda la misión. Pero, al menos, la parte de "reconocimiento" había sido una especie de éxito precario... Incluso si les había costado enfadar a sus vecinos. Y solo la Luz sabía que consecuencias podría acarrear eso. // Rol corto como preparación para investigar a los moradores que habitan una torre derruida y abandonada al noreste del Campamento de avanzada militar falverino de la Luz. El éxito de la misión respecto al reconocimiento ha sido positivo, pero con el efecto secundario de haber abierto las hostilidades con los vecinos del campamento, lo cual puede traer consecuencias hacia todo el campamento y todos quienes habitan el campamento. Participantes/Habilidades usadas: @Stannis the Mannis como Elegost Faler: Escalar - Atletismo - Reprender esencia - Sigilo - Advertir/Notar - Esencia sagrada - Reflejos @SwordsMaster como Santiago de Sveri: Escalar - Atletismo - Sigilo - Advertir/Notar - Reflejos
  6. 2 points
    Una pesca común y corriente sin nada fuera de lo habitual ni locuras delirantes -Vamos a pescar- Es lo que había dicho el Montaraz del Norte hacía unos minutos. Dirigirse a pescar era lo que hacían ahora. Se estaban quedando sin comida y, si nadie daba un paso al frente para conseguirla luego del fracaso de caza de Elegost, ellos dos tendrían que hacer algo. Dirigiéndose a la orilla del río cercano al Campamento de avanzada militar falverino de la Luz, ambos montaraces comenzaron las preparaciones. Mientras Santiago se dedicaba a buscar un buen banco de peces, Elegost se dedicó a buscar carnada. Cuando ambos habían localizado lo que necesitaba, siguió la realización de algo para pescar. Caminaron hasta un enorme árbol caído cerca del que buscaron y rapiñaron buenas ramas y madera, la cual aunque Elegost obtuvo con facilidad Santiago tuvo que dedicarse un buen rato a ello ya que el hacha no dejaba de quedarse enterrada en la madera, siendo incapaz varias veces de desatorarla. Mientras tanto, Elegost se fabricó una excelente caña de pescar junto con un anzuelo que poseía en su mochila de explorador, y Santiago le siguió con una caña de una calidad algo inferior pero utilizable. Con eso dicho, comenzaron a pescar. Se dirigieron hacia el banco de peces que Santiago había localizado, colocaron la carnada y arrojaron los anzuelos al agua. Al comienzo la espera se hizo larga. Elegost acabó sucumbiendo y se durmió en el sitio. En cierto momento algo picó en la caña de Santiago... Demasiado pesado para sus endebles brazos. Para cuando Elegost despertó Santiago ya no se encontraba allí, pero Elegost no pareció notarlo quien creyó que su compañero simplemente seguía por ahí. Con paciencia continuó su pesca. Su primera captura fue un pequeño pescado del tamaño de una mano. El Montaraz luego de esa pesca, que al menos había sido algo, continuó. Durante uno o dos intentos solo se dedicó a perder más carnada. Sin embargo fue entonces cuando el GRAN MONSTRUO del río se desveló ante los ojos del montaraz. La caña jaló y se retorció, pero su calidad de construcción resistió. Los músculos del hombre se tensaron, peros su brazos resistieron. Comenzó a retroceder, paso a paso y de manera lenta mientras luchaba con lo que fuese que aferraba su caña de pescar, amenazando con arrastrarlo y hundirlo al fondo del agua si por un solo momento cedía en sus esfuerzos. Otro paso. Las manos le sudaban. Otro paso. Los músculos le ardían. Otro paso. Y otro. Y otro. Y finalmente, logró sacar a tierra aquello que había sido aferrado por el anzuelo. Se trataba de nada más ni nada menos que un gigantesco pez del tamaño de un hombre del cual era imposible explicarse cómo había siquiera llegado en primer lugar al río. Pero Elegost no se detuvo a hacerse esas preguntas, su primer instinto fue aferrar su hacha y correr para tratar de darle al pez y evitar que este volviese al agua. Pero no solo falló, pues el enorme monstruo se encontraba dando saltos y retorciéndose en su desesperación por volver a respirar. Si no que además recibió un coletazo en la cara que casi le hizo caer. El montaraz estaba determinado a no permitir que ese pez se escapase a como diese lugar. Arrojó el hacha a un lado y se arrojó a propinarle un puñetazo al pez.... Una idea que solo a Elegost en toda su insensatez se le habría ocurrido. Luego de un breve intercambio de golpes y coletazos, el pescado acabó demasiado cerca de la costa e, impulsándose de un salto y con una maravillosa voltereta en el aire, volvió al agua salpicando completamente al estupefacto montaraz. Luego de eso, mientras Elegost aún se encontraba congelado observando el agua a donde su enorme presa se había escapado, Santiago salió de entre el agua luchando con un pequeño múrloc que le llegaba a las rodillas en altura al cabo. Aparentemente había sido arrastrado dentro del agua por el pequeño ser infernal mientras pescaba y recién ahora lograba escapar. Agotado remató al pequeño múrloc (Quizás una cría abandonada) y se tomó un segundo para recuperar el aliento ignorando su estupefacto compañero, pues ambos habían sufrido experiencias increíbles y dolorosas a su propia manera. En ese momento llegó Pecas, quien comiendo bayas tranquilamente se dedicó a observar al par. Santiago luego de aquella experiencia con el múrloc decidió que no pescaría más ese día, pero Elegost siguió adelante desalentado completamente por la pérdida del gran monstruo del r- Y entonces, volvió a picar. ELEGOST LO SINTIÓ, Y VOLVIÓ A INCORPORARSE LLENO DE VIGOR. Comenzó a jalar de la caña y visto como el agotado Montaraz no se las arreglaba tan bien esta vez, Santiago corrió a echarle una mano. Entre ambos aferraron la caña y comenzaron a retroceder, acercando al gran monstruo a la costa. Y finalmente allí estaba de nuevo para dar guerra a Elegost. Pecas y Santiago se mantuvieron al margen sin estar seguros si el pez sería de la clase "Come-hombres". Pero Elegost en su determinación infranqueable por conseguir esa suculenta fuente de alimento y en una casi muestra de locura se lanzó con los puños contra el gran monstruo. Por un segundo intercambió un par de golpes y un coletazo. Pero esta vez, cuando el gran monstruo se acercó a la costa preparándose para huir de nuevo Elegost lo tomó de la cola con fuerza y comenzó a jalar, arrastrándolo más y más lejos. Luego se le arrojó encima para inmovilizarlo e, increíblemente, lo logró. Inmovilizada la enorme monstruosidad solo fue mantenerla en ese estado hasta que finalmente murió de asfixia. Elegost se había hecho con el Monstruo del río. Luego de eso el montaraz trató de seguir pescando, pero cuando una vez más se encontró con una extraña criatura marítima jalando con fuerza de su caña, decidió que era mejor soltar la caña y olvidar lo de la pesca. Ya tenía un pez gigante. Era suficiente. No necesitaba más. Los tres charlaron por un rato. Pecas comentó a Santiago de un extraño comerciante en ropajes blancos y con acento extranjero que había pasado por el campamento junto a dos guardaespaldas hacía rato, afirmando que quería hablar con "el líder del campamento" y que se estaría hospedando en la posada de Costasur. Santiago interrogó durante un par de minutos a la muchacha sobre el mercader, antes de acabar afirmando que tendría que dirigirse a Costasur cuando tuviese tiempo. Finalmente entre charlas, enfados y otras cosas diversas el grupo se dirigió de nuevo al campamento, en donde el agotado cabo acabaría recurriendo a una de las poticosmos de Elegost para aliviar su dolor y armando un alboroto en el campamento, haciendo volar varios de los estandartes de Lordaeron y asustando a las novicias. Un día común y corriente sin nada fuera de lo habitual ni locuras delirantes. // Rol de una tarde para obtener comida. Gracias a la racha de dieces y la perseverancia de Elegost ahora se cuenta con un enorme pescado del tamaño de una persona entre los suministros de comida y dos pescados más pequeños del tamaño de una mano. Además Pecas ahora odia a Santiago. Master: @SwordsMaster Participantes/Habilidades usadas: @Stannis the Mannis como Elegost Faler: Supervivencia - Buscar - Carpintería - Reflejos - Combate desarmado - Defensa - Pesca - Alquimia (Poticosmos) - Esencia sagrada @SwordsMaster como Santiago de Sveri: Supervivencia - Buscar - Carpintería - Reflejos - Pesca - Nadar - Arcanokinesis - Defensa @Blues como Audrey "Pecas" Lee: Esencia sagrada - Defensa
  7. 1 point
    Una reunión inusual El rasgido de una pluma era lo único que cortaba el silencio que se extendía por aquella habitación en penumbras. Sobre una mesa de madera oscura y refinada una vela se consumía poco a poco. La luz que proporcionaba a duras penas iluminaba la figura de un quel’dorei de cabellos plateados. El individuo se encontraba inclinado sobre un trozo de pergamino y realizaba continuos trazos con la pluma con cierto nerviosismo. Cuando finalizó su escrito, alzó el pergamino y observo el resultado, de cierta manera, conforme. Días después casi todas las posadas de Villadorada y unas pocas en Ventormenta mostraban carteles en letras thalassianas que llamaban a una reunión en casa de Odriel Feathersun. Cuando el día de la reunión llegó, Odriel no esperaba encontrarse con demasiada gente pero aun así se llevó una sorpresa cuando el número fue incluso menor de lo que había supuesto. Tres elfos llamaron a la puerta aquel día. El primero fue Loresh, un muchacho confiado que delataba a simple vista que se dedicaba a la magia ya que llevaba consigo una moneda que envolvía en llamas cada vez que la arrojaba hacia arriba. Aunque Odriel le permitió entrar en la biblioteca, no se quedó tranquilo hasta que esa moneda hubiese ocupado su lugar apropiado dentro del bolsillo del mago. Después de Loresh llegó Klamendor, un robusto elfo al que Odriel conocía bien y al cual había ayudado en anteriores ocasiones. Por desgracia Klamen padecía de una severa amnesia por lo que no recordaba gran parte de su pasado entre los Quel’doreis y su motivación estaba centrada en recuperar esos recuerdos. Por último llegó Auric el más joven de todos y a quien el bibliotecario conocía desde hacía pocos días cuando le ayudó a colocar los carteles de la reunión. Auric era un muchacho entusiasta y decidido, por lo que al oir la propuesta de Odriel había aceptado con gusto. Ahora al bibliotecario solo le restaba convencer a los otros dos, pero no estaba preocupado ya que confiaba completamente en la causa que defendía. Fue así que les habló sobre libertad e independencia y también habló sobre la oportunidad de ayudar a los suyos. Porque por años habían devuelto el favor a los humanos de haberles permitido acceder a sus territorios, pero todo tenía un límite y la ayuda prestada excedía a ojos del mago lo que podía llamarse un intercambio justo. Odriel creía que ya no eran aquel pueblo debilitado y sin rumbo que se había visto obligado a buscar un nuevo hogar entre los humanos. El exilio les había cambiado, sí, pero también les había dado nuevas herramientas con las que podrían hacer renacer la antigua gloria quel’dorei. Con estas ideas y la intención de forjar un nuevo hogar, donde cada quel’dorei pudiese tener mejores oportunidades que en las ciudades imperiales, fue que el mago les habló de viajar a Quel’danil. Allí intentarían poner el futuro y el destino de la nación de nuevo en sus propias manos
  8. 1 point
    Nombre del Personaje Ayane Hanabira Raza Pandaren Sexo Mujer Edad 16 Altura 1.97mts Peso 150kg Lugar de Nacimiento Tajin-Espesuras Krasarang Ocupación Acólita Shado-pan. Descripción Física Hanabira se caracteriza por ser discreta, usar siempre una capucha, y si no es posible, usar la bufanda para cubrir la parte baja del rostro. Procura siempre llevar una imagen pulcra, tanto de su aseo como de su ropa. Su cuerpo es delgado y ágil, producto de un entrenamiento enfocado a la velocidad y resistencia antes que a la fuerza. Tiene algunos mechones de color lila en su cabello y su pelaje es negro azabache con un blanco claro. sus ojos son de color verde claro. Descripción Psíquica Hanabira es callada, reservada y prefiere hablar solamente cuando es puntual, sin embargo, dista mucho de ser de carácter templado. Puede que no hable demasiado, pero es rápida y temeraria en la toma de decisiones. Su paciencia es corta, según las observaciones de sus maestros, es justamente ese rasgo de su personalidad (La poca paciencia y querer resolver los problemas de la forma más directa posible) la que ha frenado mucho su entrenamiento. Suele tener buen desempeño en las actividades físicas, y problemas con las cuestiones espirituales. Una buena manera de pensar en ella es como una persona que vive el momento de manera rápida, contundente, y nunca se detiene a ver el pasado, o el futuro, y por ende no sabe donde esta parada con mucha frecuencia. Sin embargo, es disciplinada con sus entrenamientos. Correcta en sus formas, tiene problemas para entablar amistades o incluso conversaciones con otros pandaren, incluso dentro del mismo monasterio. Los demás acólitos han aprendido a adaptarse a su personalidad reservada e introvertida y simplemente la dejan a sus anchas. Su actitud es consecuencia de experiencias muy intensas vividas antes de su vida en el shadopan, de lo poco que ha compartido se sabe que proviene de una muy pequeña aldea en las espesuras, y que no recuerda demasiado como era su vida antes de unirse a la orden. Tampoco nadie ha preguntado más a profundidad, solamente sus maestros conocen el trasfondo de la historia completa. Dentro de sus aspiraciones en el Shado-pan, desea unirse a la disciplina del Wu Kao, sin embargo, su actitud impussiva y directa la han mantenido alejada de esta meta. Ficha Rápida No (1000 palabras mínimo) Historia El incesante viento volvió a soplar con un adolorido aullido sobre las tejas negras del techo nevado de la pagoda central, como un susurro, se infiltró agonizante a través de los arcos de piedra que marcaban con sublime autoridad la entrada y salida al patio de entrenamiento principal. Se escuchó como una voz helada que venía espectralmente desde el corazón de la montaña, cargando consigo la fuerza suficiente para levantar endebles y pequeñas ramas muertas; abandonadas, marchitas. Se habían caído del árbol, sucumbido al frío y regresado a la tierra, solamente para morir arrastradas por la ventisca. Había apenas tres sobre el patio pavimentado con piedra negra de la montaña. El frio atravesaba a través de capas de color negro y blanco, con el viento como su aliado, hacían ondear a su ritmo, dos bufandas blancas y una roja que actuaba como juez y mentor. -De nuevo-Tosió desde adentro del edificio. Su voz era áspera, arrastraba las últimas sílabas de las palabras que decía. Raspaba en su garganta una leve tos, que pese a lo molesta que fuera, no evitaría que el anciano veterano vigilara de cerca el entrenamiento. Apenas sus labios habían terminado de dictar cuando el viento fue cortado por el filo de una lanza en manos de un joven pandaren. La elegante arma dibujó un refinado movimiento circular hacia arriba, el sol se reflejó en el filo del arma e iluminó por instantes un montículo de nieve cerca del pórtico de la pagoda. La ejecución del movimiento fue más que sublime, pero, aunque bien realizado había sido demasiado lento. Solamente encontró vacío y frio mientras cortaba el aire donde hasta hace apenas unos instantes se encontraba la victima del ataque. El joven acólito, quien apenas se había dado cuenta de su ataque fallido, tuvo que confiar en su instinto, retrayendo sus brazos para después girar su arma frente a él, haciendo rebotar tres proyectiles con forma de cuchillos alargados que había lanzado la oponente quién hace poco había intentado atacar. Apenas hubo tiempo de contemplación entre ambos alumnos, quienes rápidos como el aleteo de un colibrí, tomaron sus respectivas armas para enfrascarse cada uno en intentar superar al otro. Los golpes fueron bloqueados, cada movimiento de ataque, había sido anticipado, prevenido y contestado con una ágil respuesta que terminaba en la conclusión de una nueva defensa no prevista por el rival. Ambos acólitos, danzaron en una demostración de saltos, agresiones por lo alto, lo bajo y a los costados. Atrapados en una lucha más que igualada entre ambos. E irremediablemente terminaron en el mismo resultado. Empate. El viento volvió a aullar, herido por los ataques que no encontraron objetivo. Su lamento, era solamente acompañado por la respiración agitada de ambos acólitos, quienes habían terminado en una íntima pero mortal pose: Ella, con el extremo filoso de la lanza cercana a su yugular; y él, con apenas margen para moverse y no cortar su cuello con la punta de las armas de su contrincante. Se miraron el uno al otro a los ojos, la batalla había terminado en el plano físico, pero dentro de ellos, aún existía el intercambio del metal contra el metal, el sonido de las armas, dibujando trazos en el viento y produciendo la música de la batalla. Pero el anciano de bufanda roja había juzgado, su decisión, ya estaba tomada. Solo hizo falta que se pusiera de pie para que la pareja desistiera de su batalla. Ambos se separaron e inclinaron en perfecta sintonía hacia el venerable. -Un pétalo, si cae en el momento indicado, con la delicadeza necesaria, puede provocar una avalancha.- Recitó el anciano, su andar ya era pesado; El aliento, olía al té de cardenal enrizado que bebía constantemente para aliviar sus reumas. -Temple, tranquilidad, paz.-Continuó, acercándose a la altura del hombro de la acólita, estiró su zarpa derecha y tomó apenas un trozo de tela que se había roto como resultado del enfrentamiento de hace apenas unos segundos. Cuando removió el pedazo de prenda, notó el leve color rojo de una herida que lloraba sangre. -Tienes aún demasiado que aprender Ayane.-dijo mientras se acercaba al segundo acólito, bastó con una leve palmada sobre su hombro derecho para indicarle que ya podía retirarse, y así lo hizo. -…Estaba demasiado cerca Maestro Hadoka.- Replicó la estudiante. La empuñadura de sus armas resintió la presión de las zarpas contenidas con frustración. -Cerca no es suficiente. Ni siquiera es aceptable.-Continuó el veterano, ya acostumbrado al temperamento de la acólita. –Muchos han muerto por un “cerca”, harías bien en recordarlo.- Concluyó, y le dio la espalda a la acólita, luego alzó la vista hacia las ramas largas que se extendían como trazos sobre el cielo gris, esta noche caerá una nevada sobre el monasterio. La acolita no dijo nada, subió la bufanda blanca y acomodó el esbozo negro que siempre cargaba puesto. Su hombro apenas dolía. -Aún veo demasiado desequilibrio en ti-Dijo el anciano maestro, mientras recorría con pasos cortos el patio ligeramente nevado. Por un momento, el viento dio una tregua y calmó su ira. -Su entrenamiento me ha hecho fuerte, Mis habilidades son…-Dijo la acólita, como respuesta, recibió una grave mirada del veterano pandaren. Supo entonces, que de nuevo se había precipitado con sus palabras. -Nunca dije que no tuvieras las habilidades, niña. Dije que aun veo demasiado desequilibro en ti.- Con un suspiro pesado el anciano retomó su lugar dentro de la pagoda, lejos de la nieve y protegido del frío que volvía a soplar contra la montaña. La acólita le siguió en silencio. -Equilibrio niña, Eso es algo Que yo no puedo enseñarte. Tú debes buscarlo por ti misma.-Dijo mientras observaba el rostro de la joven acólita, podía oler la pregunta mucho antes que se articulara de sus labios. Antes de que ella pudiera replicar alguna otra cosa, él habló primero. -Quizás puedas hacerme un par de favores, mientras buscas tu equilibrio.- El veterano alzo su brazo, señalando a una estantería cercana, sobre esta se encontraba una pila de cartas atadas con un hilo rojo. La acolita, entendiendo el gesto de su maestro, comenzó a revisar aquel paquete. -Estos son muchos nombres…Yo no… ¿Cómo voy a encontrarlos?- Preguntó la Acólita, con un evidente tono de confusión. Con un calmado aire el maestro Hadoka del Shadopan tomo una buena bocanada de aire, el té había hecho maravillas para destapar su nariz, y ahora se sentía mucho mejor, con un sutil movimiento, se puso de pie nuevamente, después miró a su estudiante. No hubo palabras, solo tranquilidad. No sopló el viento aullante, solo hubo brisa tenue. No hubo dolor, solamente aprendizaje -Encuentra las respuestas por ti misma, y quizás, te cruces con lo que de verdad necesitas-
  9. 1 point
    Recuerda la Luz //La Luz quema a Santiago. No tirar Luz a Santiago. @SwordsMaster
  10. 1 point
    Aclaraciones sobre el Rol Pandaren Aquí se explica el como rolear algunas de las cosas que pueden generar dudas para los desconocidos al rol pandaren o el como los gestionaremos en la comunidad. Como siempre, pese a esta guía, estaremos los maestres abiertos a resolver cualquier duda más concreta que haya podido quedar sin responder. Sacerdotes: La Luz y el Vacío en Pandaria. En el videojuego de World of Warcraft, los pandaren tienen acceso a la clase de sacerdote, siendo capaces de manipular tanto la Luz como el Vacío. Tras una investigación del Lore, hemos visto que no hay lore alguno que justifique el uso de estas energías. Incluso si buscásemos crear ese Lore de 0, como sí se ha hecho con los Chamanes, en Pandaria la Luz es simplemente inexistente, siendo el Vacío una energía que solo los Sha llegan a usar en Pandaria, e incluso los Mántides no manipulan esta energía oscura. Es por esto que los sacerdotes de la Luz y del Vacío pandaren no existen en el servidor. Sin embargo, a nivel de rol, si que existiría el término de sacerdote. Los Sacerdotes de los Augustos Celestiales no son si no monjes que usando los poderes y bendiciones de los Cuatro Espíritus, deciden centrarse en un estudio más místico y teológico de estos Dioses, en vez de mezclarlo y equilibrarlo con las artes de los monjes. A nivel de rol, tanto monjes como sacerdotes pertenecen al grupo espiritual que rige y ordena la sociedad pandaren, como se ha explicado en la guía, y no hay diferencias entre ellos a nivel social o político, simplemente en como reflejan los poderes de los Augustos, y las labores a las que se dedican dentro de los distintos monasterios y templos de Pandaria. Shado-Pan: Como formar parte de él. Como se explica en la guía, el acceder al Shado-Pan se hace de niño-adolescente. En la comunidad no permitimos rolear niños, y los adolescentes solo hasta cierta edad. Por esto, todo personaje que desee pertenecer al Shado-Pan habrá de hacerlo por historia, habiendo pasado ya en esta las pruebas descritas en la guía. Empezarán su rol como acólitos del Shado-Pan, luciendo su bufanda blanca. La edad no es un factor, pues se ha especificado que incluso pandaren maduros pueden seguir siendo acólitos del Shado-Pan. Puede ser posible acceder al Shado-Pan onrol, pero esto es muy difícil, tanto por el hecho de que el personaje tiene que ser seleccionado individualmente, como por el hecho de que las pruebas ocurren una vez cada 7 estaciones. Es decir, cada 20 meses. Como nota aclaratoria, pese a que todo miembro del Shado-Pan es considerado un monje, pues son una orden monástica, esto no hace referencia a que todos conozcan la disciplina de la clase offrol conocida como "monje". Como se explica en su apartado, hay toda clase de Pandaren dentro del Shado-Pan. Chamanes Pandaren: Su Trasfondo. Como describe la guía, se ha dado a los chamanes Pandaren un lore más acorde a una raza mística como los Pandaren, separandolos del tribalismo propio de orcos, tauren, etc... Los distintos templos donde se enseñan las artes de los Danzarines de los Elementos Pandaren son numerosos en Pandaria. Lo normal es que estos se dediquen a un solo elemento, y obtengan sus poderes de la comunión con los espiritus y elementales de Pandaria, no con los Espíritus Elementales de Azeroth. Esto no significa que no puedan manipular otros elementos, pero esto seria una rareza, fruto de la gran dificultad y tiempo que requiere dominar estos estilos, y el poco aprecio que tienen los elementales de Pandaria por compartir "chamán" con otros elementales. De la misma manera, los chamanes de Pandaria a diferencia de chamanes como orcos, Tauren, etc... no tienen conocimientos y no son capaces de conectar con el Mundo Espiritual. Esto significa que todo hechizo de naturaleza espiritual de los chamanes no está disponible para los Pandaren. Aventureros y Guerreros pandaren: Aunque los Pandaren son una raza de naturaleza pacífica, la inclusión de lore custom como los Ashigaru se hizo con la razón de dar motivos a los personajes Pandaren para recorrer Pandaria con libertad, con cientos de motivos distintos, ya sean luchadores, monjes errantes, alquimistas, cientificos, poetas, cerveceros, cocineros, campesinos, etc... Como entrenar a tu Dragón Nimbo: Pese a que por lore ingresar a la Orden del Dragón Nimbo no es algo increiblemente difícil, si que es cierto que lo que implica el tener un Dragón Nimbo en el servidor se saldría de las gráficas de las cosas que permitimos en base a nuestros principios de humildad. Es por esto que no está abierta la Orden del Dragón Nimbo a los jugadores. Su acceso puede concedersele a jugadores fruto de un gran camino que los avale como motores de rol, si así lo desean, y siempre bajo supervisión y criterio maestre. El Estado actual de Pandaria: Pandaria se encuentra, como antes del Cataclismo en el Lore oficial, aislada. Toda contaminación de los Sha que pueda verse en el videojuego no estaria presente, así como todo edificio, campamento, etc... de Horda y Alianza. De la misma manera, el Valle de la Flor Eterna está cerrado y no es posible acceder, y la Isla Intemporal no se ha manifestado. Como siempre, ante las dudas, animamos a preguntar.
  11. 1 point
    Es un test muy interesante y entretenido que no tomará más de 10 minutos... Bueno, eso depende de que tanto te comas la cabeza con las preguntas. Hubieron algunas que de verdad me hicieron replantearme cosas como el origen del universo entre otras... Puedo decir con seguridad que pasado de conocer a mi personaje; un homicida con problemas para la bebida a... ¡un homicida con problemas para la bebida, a quien le gusta el haggis! Jamás me sentí tan completo en la vida.
  12. 0 points
    Santiago observaba a la nada en su tienda, con una vela encendida iluminando levemente el interior. Se había consumido ya media vela sin que hubiese escrito nada en el papel, su mirada perdida. Había sido un día especialmente revelador, y el hecho de que un simple conjuro de Luz hubiese sido capaz de infligirle tanto daño no lograba tranquilizar sus pensamientos. ¿Tan mal había actuado en su vida, que era castigado de ese modo? ¿Tan malas decisiones había tomado, que incluso la Luz era capaz de despreciarlo, a él que aún caminaba entre los vivos? Una parte de él quería creer que había sido una única vez excepcional, una canalización exótica de Elegost que solo había dado la casualidad de haber sido especialmente dañina. ¿Pero cómo podía contentarse a creer eso, que un golpe de mala suerte había sido el único factor responsable de tal dolor? ¿Como podía no creer... Que finalmente lo único que le faltaba por darle la espalda, lo había hecho? ¿Cómo iba a hacer las paces con la Luz? Y entonces, como si de una chispa de inspiración divina se tratase, comenzó a escribir. El peso del mundo La esperanza ya no está En la esencia de mi ser Y el cielo... Ha perdido su color Mientras se para el tiempo Y el silencio hace eco Mi dolor... Carece de valor Dime, Luz ¿Me... Estás, condenando? ¿Es este el precio a pagar Por mis errores? Te ruego por redención Te necesito Para seguir ¿Puedes oírme aún? Porque lo gritaré en alto Incluso si mi palabra No importa Es como si cargase El peso del mundo Desearía de algún modo Ser capaz salvarnos a todos Pero un chico es todo lo que en verdad soy Quizás si sigo creyendo... Mis sueños se cumplirán... Cumplirán... Luego de cada batalla... Toda vida muerta ya Puedo aún sentir la brisa en mí No importa cuanto lo intente Siempre es el mismo final La vida vuelta mi enemiga Dime, Luz ¿Me... Estás, condenando? ¿Es este el precio a pagar Por mis errores? Te ruego por redención Te necesito Para seguir ¿Puedes oírme aún? Porque lo gritaré en alto Incluso si mi palabra No importa Es como si cargase El peso del mundo Desearía de algún modo Ser capaz salvarnos a todos Pero un chico es todo lo que en verdad soy Quizás si sigo creyendo... Mis sueños se cumplirán... Cumplirán... Pienso gritarlo en alto Aunque sé que mi palabra No importa Como si cargase El peso del mundo... Desearía de algún modo Ser capaz salvarnos a todos Pero un chico es todo lo que en verdad soy Aún así gritaré en alto Incluso si mi palabra No importa Es como si cargase El peso del mundo Espero de algún modo Poder salvarnos a todos Pero un chico es todo lo que en verdad soy Quizás si sigo creyendo... Mis sueños se cumplirán... Cumplirán... Esto es culpa de @Stannis the Mannis que me rompe el personaje.
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