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Stannis the Mannis

El Sargento Fraile

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El Camino de la Virtud

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Elegost o "Sargento Fraile"  como ahora se quería hacer llamar durante un mes entero; ahora debería llevar una vida monástica, al menos durante un tiempo, pero la mofa estaba hecha. Mofa ahora era llevada con orgullo, al igual que esa pesada túnica acolchada con partes de cuero curtido y que era tan cálida como cómoda -Al menos no eran harapos- 

No sería solo una clases de un mes para lograr -en palabras suyas- lanzar luces a la oscuridad, si no la oportunidad de educarse, de ser un soldado erudito capaz de hacer frente a la oscuridad venidera y de la cual el Imperio se veía rodeado. Seguiría siendo soldado, pero ya tendría más ases en la manga... además, podría llegar a ser mejor persona.

Mucho se ganaba con esfuerzo ¿Sería capaz de llegar al final y lograr algo? Quién sabe, como el propio Sargento Fraile dijo:

- Los caminos de la Luz son inescrutables

 

 

Spoiler

Línea de eventos ha raíz de lo de arriba. Aquí iré poniendo los roles relacionados a la educación de Elegost y lo relacionado con los susodichos aprendizajes. 

Herejes no admitidos. 

 

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¿Qué te dice tu corazón?

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Jared Miller, Escudero de la Mano de Plata; un hombre tenaz y bravo, quizá se dejaba influir con facilidad, pero sabía orientarte bien por la abadía y cuartel de la Mano de Plata, no en vano, llevaba ahí unos años ya. 

El Escudero había dado una corta charla al "Sargento Fraile" contándole el nacimiento de la Orden de la Mano de Plata y sobre la población de la Mano de Tyr. El pobre se levantó del banco de piedra que adornaban uno de los lados semi oscuros de la abadía, pensando que su receptor ya había quedado adormilado... pero no, el Sargento Fraile le escuchaba con atención y se levantó junto a él, camino a la biblioteca que era mucho más grande por dentro que por lo que se sospechaba por fuera.

Luego de una búsqueda por los niveles superior e inferior y conocer a otros miembros de la Mano, como a la joven Maria, Jared Miller ya tenía lo que buscaba: La guía para Elegost; Tres papiros que redactaban la idea intrincada y compleja de las tres virtudes.

En una ala anexa a la biblioteca, que todos usaban como gran sala de lectura y estudio, fue donde llegaron a parar los dos hermanos. Allí, Jared siguió con las enseñanzas. Elegost tenía muchas dudas, claramente estaba perdido y no tenía una idea clara, ni buscaba comprender la Luz... pero Jared empezó.

-Estos serán tu guía --Dijo entregando los papiros por la mesa-. Aunque pensemos que conocemos todo acerca de las virtudes, puedes ver que hay una gran tesis sobre cada una de ellas. La Luz, solo puede ser canalizada con Fe en lo que hacemos, en nuestro camino. Un recuerdo, cualquier impulso que proceda de tu alma pura, te concederá el "Don" y la capacidad de canalizar Luz.

Elegost y Jared prosiguieron, con debates sobre las diferentes órdenes y creencias... hasta que Jared preguntó algo que marcaría ya toda la sesión. 

-¿Tienes recuerdos... malos, verdad? --Jared le miraba sosegada y tanteando cauto.
-Todo hombre tiene recuerdos malos. --Le respondió Elegost, simple y sincero.
-¿Qué sientes cuando pasan por tu mente? ¿Qué siente tu corazón?

El hombre se sinceró con Jared, contándole un suceso que tuvo con cierta persona, con la cual tuvo muchos sentimientos encontrados.

-Es normal, son sentimientos de cualquier persona, lo único que nos diferencia es no caer en la duda, no caer en tu propia Oscuridad. Para ello, debes liberar tu mente, debes serenarte, ser uno con la Luz.  --Jared hablaba de forma ceremonial, desde la experiencia y el aprendizaje, él más que nadie, sabía cómo vivir así y no caer en la susodicha "Oscuridad" 
-¿Y qué debería hacer en esos casos? ¿Mantenerme estoico, hermano Escudero? --La mirada de Elegost vibraba, buscando algo en Jared, una respuesta, una facilidad--. Serenarme ... ¿Pero qué más? ¿Qué busco?
-¿Qué dice te dice tu corazón?  --Jared sonrío un poco, arrugando la comisura del labio y mirándole de forma superficial. Esto misma pregunta se la había dicho horas atrás.
-El corazón puede traicionarnos. Las emociones fuertes nacen ahí. ¿Deberíamos guiarnos solo por impulsos?  --Elegost frunció los labios y soltó aire por la narizota, visiblemente algo molesto por la vaga y alegórica pregunta.
-Debemos nutrirnos de estos sentimientos, sin que ellos nos nublen, por supuesto. El nuestro es un "Camino" duro, pero una vez que lo comienzas a recorrer, no queda otro sino seguir hacia adelante. 

Elegost tenía dudas, es solo un niño perdido que abandonó su monasterio, guiado sólo por el impulso del miedo, el odio y la pena de perder a una madre... No quería llegar a ese impulso de nuevo.

-Ahora que tienes los sentimientos y recuerdos a flor de piel... Cierra los ojos e intenta no caer en tu propia Oscuridad. Intenta serenarte sin dejar de sentir.  --Jared lo observó, con una leve sonrisa. Elegost aún con las dudas, lo hizo, quería demostrarse asi mismo, que podría concentrar sus emociones y controlarlas, quería dejar de ser el niño asustado, como había dejado de ser el montaraz huraño "Trancos"

Elegost inspiró hondo. Se concentró, los sentimientos nublaban su cabeza: Su Dama, su hija, su madre, sus compañeros que ahora se encontraban en el arrabal sin él... incluso de Érika. En un momento que para él le parecía haber caído en un sueño, su mente repasaba todos los recuerdos dolorosos: todas las vidas arrebatas, todo el daño a sus seres queridos... pero había algo, una cálida Luz al final, pero aún quedaba muy lejos. Su interior, su corazón mismo, se estremecía con cada sensación.

Impulsos en su trance tenía, el entrecejo se frunció.... La Oscuridad, le llamaba, la Luz se mantenía lejana mientras el vórtice amenazaba con sucumbirle de nuevo a la fría realidad. Pero entonces, recordó algo.. Las palabras de Jared resonarón en alguna parte de su ser, lejos de la Oscuridad, lejos de la luz:

-Recuerda que luchas para proteger a ambas... usa ese sentimiento dentro de ti. Úsalo para sacar todo lo que llevas dentro... y proyectarlo

Debía mantenerlo en equilibrio, no hundirse, pero tampoco avanzar sin más a la Luz, tenía que usar esos sentimientos para impulsarse, para controlarlo tenía que aceptarlos. Los pensamientos negativos fueron canalizados, no como un dique, sino como una presa que suelta antes de rebozar. Se notó más tranquilo. Y cuando llegó a la Luz, notó una calidez interna, algo que jamás había notado, una sensación única... Como si fuera capaz de controlar cada rincón de su propio ser.

Sargento Fraile entreabrió la boca, soltando un leve jadeo, casi un suspiro. La boca se le tornó en una leve sonrisa, hasta que se borró, quedando tranquilo, en una suma paz y dicha. 

- ¿Y bien? --Intervino Jared, agachando un poco la cabeza y sonriendo al ver el estado en el que había llegado Elegost.
- Lo siento... La Luz  --Murmuró tan bajo, que si no llega a ser por el ambiente sepultar del lugar, no se le habría escuchado--. Pero está lejos, aún así. 
- ¿Lo llegas a comprender un poco mejor ahora?
- Si...sí, no es suprimirlo, es mantenerme en la balanza, nutrirme de ella, pero sin olvidar ni sucumbir a la oscuridad --Elegost fue abriendo los ojos, quedando con una mirada perdida, cual ciego que vuelve a ver-- Un ¿Un equilibrio?  --Dijo con cierta duda, aunque parecía comprendedlo ya
- Asi es, un equilibrio entre mente, alma, corazón y cuerpo. Vaya... --Jared chasqueó la lengua, con cierta gracia y burla amistosa--. Aprendes rápido
- No debo confiarme, sé que esto es sólo raspar la superficie
. --Replicó Elegost, no quería actuar ahora arrogante
- Asi es, acabas de emprender el Camino

 

Y así fue como empezó la prima práctica de Elegost el "Sargento Fraile" y Jared Miller "El Maestro". Los dos hermanos siguieron hablando, hasta que la luz solar se retiró al igual que la mayoría de los que había en la sala de estudios, pues la hora de la cena estaba cerca.

Jared quedó ordenando la mesa y Elegost se retiró a su celda, a meditar e intentar por su cuenta volver al "Camino" antes de reunirse de nuevo en el refectorio para la cena.

 

 

 

Mastreado por: @Kario
Duración: 2/3 horas.

Habilidades usadas:

Religión (Iglesia de la Luz): Elegost / Jared Miller
Tradición/Historia: Jared Miller 
Buscar:
Elegost

Recursos:
Tres papiros sobre los Tres Virtudes

Avances:
Elegost logra "contactar" con la Luz con la ayuda de Jared. Un pequeño paso pero importante

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Siente. No pienses. Usa tus sentimientos

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El atardecer en Elwyyn había bañado la abadía con una luz anaranjada que calmaba el alma o hacía aflorar la melancolía... Como cada día, el hombre de Gilneas rezaba por los caídos y Jared Miller conversaba con él. Pronto serían hermanos compañeros y conocerse antes era un buen empiece. Al rato, se les unió el joven Július de la Mano de Plata, que instaba a su hermano Escudero a entrenar en el patio.. Pero hoy, Jared quería algo nuevo.

Jared quería poner a prueba tanto a Július como a Elegost, así que hoy daría un paso más con este úlimo; tocaría canalizar la Luz pura. 

Július le habló de cómo debia, pero Jared insistió en que comenzara Július con una demostración que claramente, fue un éxito.

Ahora era el turno de Elegost. Ayer había logrado llegar a la Luz, pero canalizarla era imposible.

-  Podéis hacerlo  Vuelve en ti, busca el equilibrio  Sientelo, y...llama a la Luz

-  Podéis hacerlo  --Dijo Július, dando más apoyo

-  Recuerda tu propósito, recuerda el porque lo haces  --Fue lo último que le dijo a Elegost, antes de que este comenzara su trance.

El Escudero Jared observó con cierta curiosidad a Elegost, pensando en la feroz lucha interna que tendría el soldado. Július en cambio, reconocía el esfuerzo, pues no era tan sencillo como decirlo. 

A Elegost no le resultó tan complicado llegar al "Camino", debía estar reciente la experiencia de ayer... Pero otra cosa es llegar de nuevo a la Luz y que entre él. El abismo de Oscuridad acechaba ¿Podría mantenerse?
Tuvo la misma sensación de ayer, notaba como era dueño de cada rincón de su cuerpo. Notaba la calidez de la Luz, pero sabia que aun le quedaba algo lejos, sólo debía esforzarse, rogar por ella, por su "Don" y la notaría en él.


Al Sargento le temblaba la mano que apenas estendia hacia adelante... Y bien por la capucha no se le vei el rostro surcado por gotas de sudor.
Július miró a Jared --¿Le doy un empujocinto?-. Parecía decirle con aquella mirada, pero Jared negó y Július bajó la mano que estaba alargando en dirección a Elegost.
Elegost estaba sufriendo, se le puede notar incluso en su rostro. Esta sudando, notaba como todo su cuerpo le pesaba, se notaba cansado, como si estuviera corriendo una maratón con todo su equipo, el mas pesado. Pero debía seguir...


- Sargento Fraile, no os conozco demasiado, pero puedo afirmar que vuestra lucha es feroz y llena de miedos y oscuridad. Cuales sean vuestros recuerdos oscuros, vuestras malas vivencias o vuestras dudas, debéis prevalecer. Porque si no lo hacéis vos, nadie lo hará. -- Darius no le conocía de nada, pero si de una o dos cosas sabia  de luchas internas.

Elegost se encontró con su mayor miedo en el Camino. Lo puede vivir intensamente y esto provocó que salga de su "trance". Se encontraba muy fatigado, mas que incluso realizar cualquier ejercicio físico.

Július extendió rápidamente las manos hacia Elegost, casi a distancia de tocarlo y reclamó a la Luz metiéndose en el y dándole la vitalidad que necesita para estar como nuevo

El Montaraz tardó un momento en reponerse. Una vez con el aliento recuperado le habló a Jared de lo que vio, y éste le indicó que debía serenarse, sacar lo mejor de si mismo, apartar la Oscuridad de su interior y abrazar la Luz; Le preguntó si estaba preparado para otro intento... Elegost respondió 

- Resistiré... o caeré, pero no puedo abandonar. No tengo tanto tiempo como otros. 
- Aun así Elegost, pensar de esa forma solo te llevara a realizar las cosas con imprudencia. Tómatelo con calma. Vacía tu mente y siente

Július se había marchado y dos nuevos observadores se acercaron a la zona: von Krauser y Elfidias, pero no intervinieron en las practicas de Elegost y Jared, sólo observaron o siguieron a sus cosas.

Elegost volvió a intentarlo. Se concentró, olvidó a los demás, las voces de trás de él, el canto de los pájaros, el ruido de las armaduras de los lumínicos armados, todo lo despegó de él.. y entró en el "Camino". Elegost esta vez intentó no alcanzar la Luz, ni tampoco dejarse llevar... Sólo sentir, no pensar... Sentir la Luz. 

Cuando el Montaraz abrió los ojos, nota algo extraño dentro de el y algo aun mas extraño en su mano. Una calidez, una bondad, todo lo bueno lo tiene Elegost en su mano. Aunque esta sensación solo le durara unos pocos de segundos.

Elegost No sabe qué vio, si eso era real o no, si sólo fue una ilusión de su mente cansada... No lo sabe, sólo movió los dedos de la mano y respondió afirmando a Jared, de si estaba bien. 

Jared le preguntó además si tenia dudas, pues era importante aclararas o esos sentimientos lo estancarían y no podría avanzar, o incluso sería más difícil entrar y sentir la Luz.

- Qué pasa si el mayor miedo está vinculado a la mayor motivación? Debería.... ¿buscar otra?  --Le preguntó al Escudero. Elegost. Su mayor miedo era perder a su Dama y su hija, las dos motivaciones por las que había hecho todo esto y la chispa cálida que intentaba alcanzar
-  Suele ser común, tener miedo a perder aquello que deseamos proteger o queremos.  Pero no, solo debemos ser fuertes, soportar tal carga y aceptar que no debemos rendirnos y seguir hacia delante. Superar ese temor y salir mas fortalecido

Luego de eso, Jared preguntó si había leído los papiros que le entregó sobre las virtudes, a lo que Elegost respondió que el de la Compasión y que claramente, al ser el más complicado, tenía muy incógnitas. 

--Jared asintió un poco y le preguntó--. ¿Tienes alguna duda respecto a ello?
-  No dudas... Sólo que está vinculado a aceptar esas emociones. La virtud de la Compasión es una eterna balanza, que a veces parece estar descompensada. Pero yo estoy más descompensado. Buenos actos hice, pero también viles. Es duro luchar contra ellos en el "Camino"
-  No debes cargar con mas peso del necesario, pues ya es suficiente el peso que cargaran tus hombros durante el Camino. No podemos hacer otra cosa, sino, como bien te dije ayer escuchar lo que dice nuestro corazón. Lo que creemos mas correcto, lo que no nos aleja de nuestro Camino. Lo que nos define como somos, sólo así, puedes mantenerte fiel a ti mismo y a la Luz. Y esto, no quiere decir que a veces sea siempre la mejor opción. Pero actuamos y tomamos la decisión en base a la información que poseemos. Así la Luz siempre estará contigo 

Jared había sentenciado la enseñanza y Elegost había afirmado comprendedlo, aunque le pidió que formulara en otra ocasión, unos ejemplos situaciones, así podría elegir y ver qué elecciones tomaba bajo unas presiones. A Jared le pareció buena idea y ese mismo instante ya estaba pensando en algunas.

Los dos quedaron en que sería en otra sesión, por ahora había quedado repasar lo aprendido y cenar, pues hoy según Jared: Había tarta de pera. 

 

 

Mastreado por: @Kario
Duración: 2 horas

Habilidades usadas: 
Elegost - Jared Miller:  Religión (Iglesia de la Luz)
Július: Sanación de Toque

Participantes: 
Elegost "Sargento Fraile" - Darius - Jared Miller:Július - Y otros espectadores como Kirstof
@SwordsMaster @ILUSDN @Barbas

Progresos de Elegost:
Logrado su primera leve canalización de la Luz. Al segundo intento, habiéndole costado mucho y ayudado en parte por Július

 

Regalo offtopic
 

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Editado por Stannis the Mannis
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¿Quieres una mano con ello?

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Todo comenzó con una petición: Elegost había estado en el día de hoy, en la tranquilidad de la iglesia de la Plaza del Feriado, ayudando al Padre con las misas y el mantenimiento. Llegado un punto, Elegost preguntó qué necesitaba hacer antes de marchar, a lo que el Padre respondió:

-Limpie las vidrieras, hermano. --¡Ay la Luz, que le tenía a Elegost una prueba mayor donde las Tres Virtudes tendrían su lugar!

Al Sargento Fraile le dieron cuatro cosas: Una maltrecha escalera, una brocha de hilos finos, un paño y un cubo. Con todo eso, salió de la iglesia, ante los rayos de la tarde y una Oda a su Dama en la boca. Y justamente, su hermosa Dama pasaba por ahí, con una mochila al hombro y silbando distraída hasta que escuchó la voz de Elegost.

Alay se ofreció con un  --¿Quieres una mano con ello?

Ah, la joven ya se había ligado, pero Elegost no quería dejarle todo a ella. Le ofreció el empezar quitando el polvo de una de las muchas vidrieras de los lados de la iglesia, mientras él iba a llenar el cubo con agua del pozo cercano. Alay empezó firme, aunque la maltrecha escalera jugaba malas pasadas... incluso los niños de la villa, que eran un incordio pero Alay lo supone manejar

Alay tenía un corazón y bondad que no le cabía en su pequeño cuerpo. Ella resistia estóica las preguntas y mofas del niño, ella le explicaba ante las dudas del mozo ¿Por qué un "Duende" creía en la Luz, si no era una mujer como lo era su madre? La elfa le explicó que todos eran iguales ante la Luz: Humano, Elfo o Enano, todos creían en al Luz, todos seguian las virtudes, independientemente de qué raza fueran.

Incluso cuando la elfa cayó de la escalera y el niño se rió de ella, Alay fue bondadosa y complaciente, algo que el niño no comprendía. Incluso Alay quiso compartir su comida con él.

¿Por qué un "Duende", un ser malvado y extraño, quería compartir su comida o ser amistoso con él? ¿Por qué no le trataba como los otros humanos decían ser tratados? ¿Era una trampa? ¿O lo que sus padres y vecinos le habían contado, no eran más que patrañas y como la Elfa decía: todos eramos iguales ante la Luz? El mozo corrió, cayó y siguió corriendo... Las verdaderas podían dolor y confundir más que una mentira.

Entonces llegó Elegost, al final con el cubo de agua y así es como prosiguió él con la limpieza, hasta que "Pecas" la moza menuda que el hombre había conocido hace unos días, apareció, dispuesta a compartir su comida con el; unos bocadillo de jamón y queso con buen aspecto. Pero Elegost no se fiaba y no los aceptó, ni quería que Alay los aceptara, aunque la elfa parecía estar hambrienta y ansiaba la comida... Una lástima que Elegost cayera de la escalera e hiciera caer el bocadillo a "Pecas" Pero tenía muchos más en un canasto... el cual Elegost arrebató y se lo entregó al Padre, como donación.

La moza se ofreció a ayudar a Elegost por algún motivo el cual él no comprendía, alguna cosa habría hecho algún día. Sea como sea, Elegost les entregó dos cubos vacíos y le pidió a la niña y la elfa, que fueran a por más agua para él, mientras se mantenía en la escalera, esperando. 
Así se montó un trió de mujeres cuando la Elfa y la chica se encontraron con Alondra y su perra. Y una vez llegado al pozo -Gracias a Pecas, que sabía el camino- tuvieron problemas, pues una de las varias mujeres que estaban ahí recogiendo agua, se molestó por la presencia de la Elfa, y otra por la perra de Alondra. 

Increíblemente, aunque apenas conocieran a Alay: Alondra y Pecas la defendieron, eso sí, a su modo, con más insultos a la mujer, en cambio Alay permanecía serena, elegante y educada. La Elfa estaba claro que no se iba a rebajar al nivel del vulgo humano y sus nuevas amigas no iban a dejar que la mujer entrada en carnes se librara de esa mala conducta y soberbia. Pero al final todo acabó bien y las tres volvieron con dos cubos bien llenos de agua.

Y ahí arriba estaba Elegost, esperando, firme en la Virtud de la Tenacidad, confiando en que no le dejarían ahí.. cosa que no hicieron.

Minutos y minutos eran llenados por las fábulas de Pecas, que hablaba con Alay, una vez que Alondra se marchó y Elegost seguía limpiando. Decir que el hombre ya estaba más que cansado de tanto caerse de la escalera maltrecha y de limpiar las grandes vidrieras.

Pecas acabó también cansada y se marchó, aprovechando que Alay fue a por más agua para Elegost. Aunque Pecas se había ofrecido varias veces, Elegost se negaba, para él, era su prueba y tarea, aunque la moza le dijo que le ayudaría más adelante en alguna nueva aventura... Quedaba Elegost, ante más vidrieras, todo magullado y cansado. Alay era ya la única compañía.

La Elfa velaba por él y cuando lo vio en tan pésimo estado, volvió a insistir en ayudarle... a lo que Elegost acabó aceptando, pero ya era tarde. Justo cuando el Sargento Fraile empezaba a bajar, la escalera cedió, quedando en trozos de madera podrida y astillas tendidas por la hierba, así como Elegost inconsciente, ya sea por el golpe o el cansancio.

Alayratiel tuvo un vuelco en el corazón y corrió presta ante su Montaraz, sacudiéndola y llamándolo... pero nada, no había respuesta. La elfa lo dejó ahí y fue a la iglesia, a pedir ayuda, la cual fue respondida por el Padre de la capilla, el cual había dado la tarea a Elegost.

Elegost había aprendido algo: La Compasión de otros tenía que ser aceptada, la ayuda prestada con voluntad y sin dobles intenciones era beneficiosa y justa, Elegost no tenía que mostrarse tan orgulloso, eso iba contra la Virtud del Respeto. La Tenacidad la había moldeado hasta convertirla en orgullosa soberbia al creer que podría solo y no aceptar la ayuda de las mujeres... ahora lo entendía.

El Padre de la iglesia curó y cuidó de Elegost durante toda la noche, sabiendo que ahora, el Sargento Fraile había aprendido algo de esta prueba camuflada.

 

 

Mastreado por: @Stannis the Mannis
Participantes: Alayratiel @Rupphire Pecas @Blues Alondra y su Perra @Beretta Y Elegost -yo mismo-
Habilidades usadas:
Alay-Pecas-Elegost: Escalar
Pecas: Callejero.

 

Progresos de Elegost:

Mejor comprensión de las Tres Virtudes.

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¿Estás preparado?

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La pequeña iglesia de la Plaza del Feriado estaba en calma... salvo por el escándalo que había en sus puertas, pues parece ser que todos se habían concentrado ahí. ¿sería porque pronto sería la misa voluntaria de la pasada media noche? Según Jared, se oficiaba una misa especial a esa hora, la cual era dirigida por un hermano de la iglesia con rango menor a un sacerdote, una especie de prueba de contacto. La misa consistía en un velatorio por los que ya no estaban, una protección a los que deambulaban a esas horas y una protección a la noche que venía por delante

Cuando Jared le ofreció a Elegost "El Sargento Fraile" oficiar la misa.. tardó poco en aceptar e irse a preparar.

Alayratiel, que tenía su primer día como Novicia, se debatía entre el sueño... pero la Luz, la iluminó. -O quizá fue ella misma, o las palabras de Elegost que retumbaban por la iglesia-

Jared se sentía orgullo de que su amigo estuviera tan decidido y por poco no se emociona, ya que él lloraba para adentro.

Por otro lado, Darius, futuro hermano de la Orden de La Mano de Plata, se mantuvo estoico, elogiando luego a Elegost, aunque a su modo: Ni bien ni mal -le dijo luego.

Luego de tal grado de confianza que Elegost obtuvo, quería más, así que le pidió "algo diferente" que hacer a Jared. Al Escudero se le ocurrido algo, algo muy gracioso para él, pero doloroso para los demás. Unos no lo tenían claro, como Alay, que no quería que su montaraz se dañara, Darius en cambio era adulto y maduro, no quería que fuera nada "fuera de la norma" pero Elegost los convenció a todos ... y la "Prueba" como así la llamaba Jared, se hizo.

Una vez en la abadía de la villa, Jared nombró las normas: Se atarían las muñecas, se vendería y debería cumplir un circuito. Todo en nombre la prueba de la Virtud de la Tenacidad.

Elegost empezó, pero en vez de correr como un loco, se tomó su tiempo, sintió, escuchó... y logró detectar la primera trampa a la mitad, así que la esquivó, pero si no fuera por Alay, Elegost ahora estaría metido en la bañera de algún vecino.

Pero ese hombre tenía virtud, un amor absoluto por su Dama y una devoción abrumadora que rivalizaba con todo... así que él siguió, incluso cuando acabó embarrado y fueron Darius y Jared a por él, él se alejó rodando, embarrándose más. Luego quedó bocaarriba, sin poder levantarse y aún con todo, siguió hasta ponerse en pie.

La final estaba cercan, sólo debía seguir .... se orientaba por su Dama, que a veces decía algo, sino era por ella, era por sus sentidos. Los sentidos del montaraz eran tan fuertes como su devoción por Alay, así que los seguía firme... y los siguió, hasta sentir cómo algo se aproximaba a él, algo grande, algo que atraía el viento pero era devuelto. ¡Un tronco enorme venía directo hacia él!

-¡CUERPO A TIERRA! -Gritó Elegost, que al momento lo hizo. Ese hombre había vivido una guerra, asaltos a Ocaso, misiones secretas... el asedio a Villadorada. Ese hombre sabía de cosas

Y ya estaba, la prueba la tenia casi finalizada, sólo debía reptar por el suelo cual gusano cubierto de barro y ... Oh, una roca en medio, un chichón en la cabeza que le recordaría su tozudez. 

Jared y Alay lo felicitaron, la última con... bueno, palabras bonitas y un "Yo no lo apruebo pero si tú eres feliz.." el cual resume lo que dijo. ¿Y ya está? Pues no, aunque Elegost se había marchado a quitarse todo el barro que tenía encima, Darius se preparaba para cumplir él también la "Prueba"

 

 

Mastreado por: @Kario y un poco @Stannis the Mannis

Participantes: @Kario como Jared - @SwordsMaster como Darius - @Rupphire como Alayratiel - @Stannis the Mannis como Elegost

Habilidades usadas: 
Elegost: Atletismo - Advertir/Notar - Reflejos - Religión (Iglesia de la Luz) - Etiqueta 

Alayratiel: Religión (Iglesia de la Luz)

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¿Está en tu corazón?

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La tarde de la incipiente primavera calentaba los corazones de los honestos y justos que en la abadía de la Mano de Plata se encontraban. 

Entre charlas filosóficas del uso de determinas armas en base a las virtudes, nuestros héroes se encontraban afanados, hasta que Elegost se retiró a la biblioteca a seguir sus estudios, Alayratiel a limpiar y repasar las santas figuras, Darius a preguntarle sobre ellas y Jared a orar por su sobrino que había nacido no hace mucho.

Elegost en la biblioteca buscaba sabiduría, pero lo que encontró fue una misión: Marchar a Torreviva e investigar un caso de sucesos metafísicos. Según el Padre Sammuel, el anciano hombre que guiado por los rumores e historias que contaban sobre Elegost, le había relatado que espectros y otros seres antinaturales habían sido vistos en una casa encantada. Elegost, un hombre racional y de temperamento sereno, no creía ni creía hasta no haberlo visto. El Padre Sammuel le entregó las autorizaciones para una misión oficial, una prueba tanto para el joven novicio, como para los compañeros que le siguieran. Así fue como se formó el santo grupo -y una niña de diez años-

La marcha hacía Torreviva les llevaría toda una tarde, pero a caballo como iban, recortarían bastante de lo que sería a pie. La sacra marcha estaba formado por dos miembros directos de la Iglesia: Alayratiel Aureaster y Elegost Faler -ambos novicios- Y dos Manos de Plata: Jared Miller -Escudero- y Darius Rollers -Novicio- Además de la infantil compañía del hijo del dúo inicial nombrado, una niña rubia y de ojos verdes llamada Lylia, que quería con vigor acompañar a sus padres en una aventura.

No se habían alejado aún mucho de la Comarca Dorada cuando un grupo de soldados de la vigila Imperial se topó con el grupo -El cual, salvo Elegost y Jared había desenfundando las armas, pues antes de verlo escucharon ruidos metálicos sobre piedra- Los soldados hablaron con Elegost, el cual les fue preguntando sobre la situación del camino y la Aldea Torreviva. Estos soldados respondieron y advirtieron de la mala situación que la aldea se encontraba y que el camino era seguro, salvo por los peligros naturales que habían. Al final las preguntas, se dieron las bienaventuras y así siguieron la marcha la Sacra Compaña.

La Aldea Torreviva no estaba lejos del río que nacía en el Lago Hito y cuando pasaron sobre el río y localizaron el camino hacia la aldea, decidieron parar, pues la hora del té ya había pasado; era mejor recobrar fuerzas antes de seguir la marcha pesada.

Madre e hija -Alay y Lylia- quedaron cerca de los caballos, merendando, mientras que los hombres fueron metros más allá para llenar los pellejos de agua en el río rápido que purificaba el agua con su brío. En la tranquilidad de la tarde todo parecía que iba a cambiar, Elegost contaba historias y Jared afirmaba o reía a ratos, mientras Darius dejaba al caballo beber... Pero para las mujeres no fue igual. Unos pordioseros bellacos salieron del camino directo  a ellas, entre mofas y malas intenciones.

Alay sacó la espada, pues era notable que esos bellacos iban a hacer con ellas lo que se les antojara... y antes de que Alay ordenara a Lylia correr en busca de Elegost, ella ya había gritado a pleno pulmón la ayuda, lo que alertó a los menesterosos que pronto se vieron encarados por Darius a caballo y Elegost corriendo a velocidad inapta

Darius y Alay, con buenas intenciones y palabras bellas pero autoritarias, ordenaban a los hombres el deponerse y marchar sin mayor problema. Uno de los tres bellacos, al reconocer los tabardos, imploró perdón y antes de que los otros dos, tanto por venganza al sufrir el ataque de Alay; cual loba que protege a su manada, y el otro bellaco que se sentía insultado por Darius, marchó corriendo por el camino, dejando a los otros dos bellacos solos ante el final.

Pero qué eran dos simples asalta caminos para tal Sacra Compañía: Darius con su caballo logró rendir a uno de los bellacos, aunque éste se había cobrado sangre al herir de forma superficial a Alay, pero bien había quedado inconsciente y malherido. En cuanto al otro, herido por Elegost y de forma casí mortal por Alay, tuvo su final de la espada del primero, que según su ver, quería darle una muerte piadosa y no alargar el sufrimiento... Pero bien era porque no iba a perdonar a aquellos que habían dañado a sus seres queridos. 

Con la corta batalla acaba, el recuento era un bandido muerto, otro malherido y tratada por Jared... y Alay, que también fue tratado por el Plata. Luego reanudándose la marcha, salieron del Camino Real y tiraron por la senda de tierra, donde gracias a Elegost se pudo llegar bien hasta la frontera con la Aldea, donde Darius logró dar con una señal que indicaba mejor el camino a seguir, luego prosiguiendo el Montaraz, al cabo de unos minutos, lograron llegar a la Aldea Torreviva.

En el camino se habían escuchado animales o alguna otra cosa... Pero Elegost había asegurado que los lobos y osos no les atacarían, pues no estaba en su naturaleza asaltar a los hombres, eso era cosa de otros hombres. Aún así, no estaba del todo seguro, pues conocía la magia Gnoll -al menos de una forma subjetiva en base a sus experiencias- y sabía que esta magia corrompía cualquier alma y nublaba la mente... más incluso a seres de voluntad inferior.

Ya con la noche caída, la Sacro Compañía llegó  a la Aldea y fueron tomado por un guardia de la milicia, temeroso y cansado por otros filibusteros que habían dado promesas de acabar con el mar, pero lo único que habían hecho era robar a las pobres personas. Alayratiel, que tenía más paciencia y buen tratar, fue el que dialogó con el hombre... pero ay, la incultura y racismo de los que habitan en las zonas remotas y no ven mundo, hizo que no se fiara de la elfa, por lo que Jared y Darius nombraron los anillos de plata, que Elegost y Alay portaban. 

El hombre se calmó al ver anillos, colgante de Plata y de nuevo releer las ordenanzas que el Padre Sammuel le entregó a Elegost y estaban ahora en manos de Alay. El pobre guardia miliciano pidió mil veces perdón por tratar a los juntos compañeros con malas palabras, ayudó con los caballos y les indicó donde pasar la noche sin tener que pagar ni un cobre. 

Así fue, como la Sacra Compaña, con algún torcer y mal camino, llegó sin más problema a su destino... Pero sólo la Luz sabría qué deparaba en este oscuro lugar, donde mancillada había quedado la tierra y los hombres temían guardarla. 

 

 

Mastreado por: @Kario

Participantes:
@Kario como el Escudero Jared Miller. @SwordsMaster como el "Joven" Rollers. @Rupphire como la bella y paciente Alayratiel Aureaster. @Stannis the Mannis como el Montaraz de la Luz Elegost Faler y la la hija adoptada de estos últimos: Lylia

Habilidades usadas:
Jared Miller: Cabalgar - Esencia sagrada - Advertir/Notar

DariusCabalgar - Advertir/Notar - Buscar - Rastrear - Maza - Defensa

Alayratiel: Cabalgar - Cocina - Advertir/Notar -Espada ligera - Defensa 

Elegost: Cabalgar - Atletismo - Sanación/Hierbas - Advertir/Notar - Rastrear - Buscar - Espada pesada - Defensa

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¿Hasta dónde llegaras?

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- Ve con la Luz .... -Elegost movió la espada, propinando un corte en el cuello del corpulento hombre calvo, que rendido y de rodillas estaba sobre el camino de tierra de la aldea. La sangre brotó, una expresión de alivio se formó en el rostro que caía sobre el barro. Una oración por su alma fue todo lo que dijo Elegost luego de salir corriendo rumbo a la posada, para poner a salvo a su hija.

¿Cómo habían pasado a tener toda una aldea en su contra? Elegost corría y recordaba cómo empezó todo... con el amanecer.

 

Las luces teñían una aldea moribunda: no habían voces alegres de niños, ni jovenes labreros, todos eran hombres curtidos o desesperados, con los rostros desencajados. La Sacra Compañía habló con algunos aldeanos, pues no vino el miliciano de la noche pasada que decía ponerles al corriente a la mañana siguiente.

Alay entonces descubrió que el líder y anciano de la aldea: el señor Dickens, estaba enfermo por un extraño malestar y que Sophie, la que luego descubririeran que era su mujer, era la nueva sabia de la aldea.

En aquella casa descubrieron varias cosas... pero Elegost quedó en la planta baja, junto a su hija, la cual prefería tener cerca. Darius, Miller y Alay subieron a la planta superior, a ver al enfermo Dickens, Elegost mientras hablaba con la mujer, que se mostraba esquiva, desganada y molesta por la presencia de la Sacra Compañía.

Elegost acabó sabiendo por la boca de Sophie, que una familia de brujos; los Hawke, habían habitado la casa encantada en la cual Dickens había irrumpido no hace mucho y sólo él salió; enfermo, demente, poseído.  Sophie había confesado que epxulsó a todos los jovenes de la aldea y que esperaban el justo castigo por sus pecados de no haber confesado en su día... Ah, pero había más, Darius y Elegost sabían que había más pero ella no lo comentaba.

Lo que arriba hicieron Alay y Miller, sólo ellos lo saben, pues Elegost apenas escuchaba gritos y gritos... Sophie acabó subiendo y ordenó que los lumínicos se marcharan de la casa.

Jared afirmó que habían liberado de cualquier yugo oscuro a Dickens, Darius por su parte se encontraba molesto de dejar a Sophie con él, Alay además decía que sintió una presencia en esa, un poder oscuro.  Al final quedaron en nada, pues no podían hacer mucho por ahora, así que optaron por volver a la posada, ya que el mediodía estaba cerca y bien merecían comer algo.

Mientras Elegost pensaba, Darius iba preguntando a los hombres de la vacía posada... Algo supo, pues comentó luego que habían quedado con alguien en las afueras de la aldea. 

El Montaraz no estaba agusto con todo y les sugirió a Darius y Jared el ver si los caballos se encontraban a salvo, por si debían marcharse de ahí como la luz en el crepúsculo. Así mientras ellos dos iban a fuera, Elegost pedía una comida para todos... Y no tardaron mucho en volver y traer buenas noticias: los caballos estaban bien.

Y en todo esto, había una pregunta que muchos se repetían: ¿Quién era Samanatha? El nombre fue pronunciado por Dickens en su demencia, pero nadie sabía quién era, nadie recordaba a ninguna mujer con ese nombre.

Darius había nombrado que antes de dividirse o verse con el campesino con el que se habían citado al mediodía, tenían que ver si Dickens estaba a salvo... y así, es como tiró de nuevo de Jared. Aunque volvieron al momento, diciendo que habían apostado milicianos en la casa y no les dejaban entrar. Miller, según Darius, aconsejó que Elegost se infiltrara en la casa, pues era el más indicado para esas actividades.

Elegost se mostró al comienzo reacio, no entendía bien el objetivo ... pero acabó aceptando, era mejor ver si Sophie tenía buenas o malas intenciones y si su miedo por ellos era por una razón oscura. Se quedó en que se encontrarían en las afueras el pueblo, para verse con el aldeano antes del mediodía...Pero Elegost no llegó. 

Los milicianos decían estar bajo las órdenes de un tal Jack: Líder de la milicia local. Elegost intentó persuadir a los guardias, pero nada logró salvo hacer que los dos milicianos entraran, para ver si Dickens estaba bien. Sólo salió uno, el grande, el cual dijo que todo estaba en orden. Elegost volvió a insistir, intentando convencerle... pero de nuevo, no logró nada.

El fraile ya estaba harto, no iba a lograr nada con palabras. En lo que los dos milicianos se volvian a encontrar en la puerta hablando, Elegost, con más discreción que la misma Garona cuando mató a los reyes de Ventormenta, se coló en la casa, pasando furtivamente detrás de los milicianos; Miller eligió bien en dedicarle esta tarea.

Ya dentro de la casa, Elegost descubrió más secretos: Notas sobre la mesilla de Dickens, las cuales se repetían con un mismo mensaje "A la medianoche. S" O una habitación completamente vacía y un pentagrama de cinco puntas pintado en una pared. También nombrar que Elegost no lo tuvo fácil, que si no llega a ser por su gran destreza y capacidad para mantener la sangre fría, seguramente lo habrían encontrado. Cosa que pasó.

Elegost había tomado el pelo a los milicianos, se había hecho pasar por fantasma... Pero al final, quiso el destino, que lo pillaran con medio cuerpo fuera de una ventana, en un intento por abandonar la casa.

Sophie, al verlo, que sabía que alguien se encontraba dentro... se puso histérica, ordenó que lo matan por Elegost empezaba a saber demasiado. ¿Y nuestro Montaraz? Pues él se coló por la ventana y cayó en la calle, ni bien ni mal, pero eso no lo detendría... Y ahí, es cuando volvemos al comienzo.

El grandote miliciano de nombre Big le perseguía, aún con lo grande que era lo alcanzó, pues Elegost aún estaba dolorido de la caída. El fraile intentó convencerlo, intentó hablar con él, hacerle cambiar de opinión, pero nada logró y las espadas fueron las únicas que sentenciaron el asunto

Una vez liberado de sus perseguidores, Elegost acabó en la posada, tomando a su hija y encerrándose en una de las habitaciones que le habían entregado anoche. Justo en ese momento, Darius,Jared y Alay, habían llegado con nuevas revelaciones.

Jared se había quedado fuera, revisando el cuerpo del miliciano, mientras tanto Alay buscaba desesperada a su hija, ahora con sumo terror pues había descubierto algo horrible, Darius de igual forma le ayudaba... y por los gritos que profesaban, Elegost supo quienes eran y les advirtió de que entraran rápido a la habitación. 

Darius volvió a insistir en que había sido una idea nefasta la de llevar a Lylia aquí, pues había sabido que Sophie y Dickens sacrificaban niños a un ente que habitaba la casa maldita. Elegost no se arrepentía, él era seguro de si mismo, pero Alay estaba consternada y sólo ver a Lylia envuelta en las sábanas de la cama la calmó.

Al momento llegó Jared y entonces es cuando pasaron al plan... El gran plan. Habían varias opciones. Estaba ya claro que toda la aldea se había vuelto loca, que sus líderes estaban corrompidos y que la casa de los Hawke -los Brujos del pueblo- estaba embrujada por el espíritu de una de las victimas. ¿Qué harían algo? Jared propuso el usar a Elegost de cebo, ya que en palabras del último, sería a él a quien más buscaran luego de su incursión en la casa de Sophie.

Todo quedó en un plan seguro pero nefasto si alguno cometía un fallo: Elegost se entregaría a Jack, el líder de la milicia. Suponían que sería llevado ante Sophie, a su casa y luego a la medianoche lo sacrificarían en la casa de los Hawke, sólo para encontrar que ésta estaba ya purgada de todo mal. Darius, Jared y Alay deberían ser los purificadores, luchar contra la oscuridad y liberar la aldea. Elegost claramente, aceptó, confiaba en sus compañeros.

Así fue, como Elegost, desarmado y bajo la lluvia de la tarde, recorría las calles esperando ser capturado... y quiso la Luz que así fuera: Jack el corpulento y robusto líder de la milicia, se había tomado la molestia de ir solo a por él. Elegost se dejó capturar, golpeado y pinchado fue a parar a la casa de Sophie... donde encontró que ésta tenía planes para él. 

Elegost había demostrado quizá, tener cierta virtud y capacidad, algo que Sophie quería utilizar. La mujer, corrompida por las artes oscuras, hablaba de una Luz real, una Luz más poderosa, la cual alzaría a Elegost como su Paladín... el cual llenaría el vacío de la mujer en las noches solitarias: Por toda la eternidad.

Sophie intentó con palabras, que Elegost tomara un líquido el cual Elegost con obviedad, tomaba por una especie de bebida que le controlara de forma natural, como suponía que otros en la aldea habían caído. El Montaraz puso a prueba sus artes de hombre con la mujer... Mantuvo el pulso con ella, con seducción y bellas palabras, caricias y suspiros, besos y romances. 

Jack volvió a aparecer, alarmado por el silencio y el tiempo pasado, pero en vez de ser apoyado, fue defenestrado. Sophie ya tenía un elegido para su acto de la media noche y no sería Jack, como él pensaba, sino que sería Elegost. Jack, con toda la mala sangre y rabia, tuvo que soportar las mofas de Elegost. Se apartó, dejó pasar a su ama y a Elegost, y cerró la puerta tras ellos.

Elegost quedaba libre de las ataduras y amenazado con que moriría en sus manos, pero Elegost era un hombre que había visto la muerte demasiadas veces, alguien a quien habían intentado matar pero nunca lo lograban... un hombre, que ahora se encaminaba al cuarto de Sophie, donde sólo ella y él se encontraban. 

El hombre tocó el marco de la puerta, encontrando la visión desnuda de la mujer, que dejaba caer la túnica al suelo.

 - Como te decía, aun tenemos tiempo antes de ir a la casa. -Dijo Sophie, mirándolo por encima del hombro, con una sonrisa más insinuadora que su cuerpo desnudo

Elegost fue entrando lentamente, cerrando la puerta tras de él... Y sólo la Luz sabe qué pasó en esa habitación, cuando las luces del día se iban extinguiendo.

 

 

Mastreado por: @Kario

Participantes:
@SwordsMaster como el "Joven" Darius. @Kario como Jared Miller. @Rupphire como la encantadora Alayratiel. @Stannis the Mannis
 como Elegost el suertudo y Lylia.

Habilidades usadas:
Elegost: Escalar - Sigilo - Defensa - Reflejos - Atletismo - Espada pesada - Etiqueta - Advertir/Notar - Buscar

Duración del evento:

8-9 horas. Por lo que es normal que no ponga TODO, o me queden cosas fueras. Eso si, horas bien invertidas.

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¿Hasta dónde llegaras?

Capitulo paralelo

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...

Alayratiel miraba a Dickens con cierta pesadumbre, el hombre había caído bajo una extraña enfermedad. Repetía las mismas palabras una y otra vez "Dickens...Samantha...¡LA PUERTA!..." . Mientras Elegost y Darius hablaban con su mujer, que mas tarde descubrirían que se trataba de Sophie.

Jared sugirió a Alay, que registrara la zona de cualquier energía oscura, la elfa le pidió ayuda para hacerlo, el Escudero accedió y le explico como hacerlo. Tras un buen rato, la elfa consiguió encontrar la Luz y buscar la oscuridad en el lugar, que, para su sorpresa era tan grande que resultó demasiado abrumadora para su mente, dejándola mareada y sin aliento.

Cuando Alay se recupero de aquél revés Jared de nuevo le pidió ayuda para tratar al hombre, mientras él usaba la Esencia Sagrada para restablecerlo, ella debía darle a beber un vial de Agua Bendita. Tras varios minutos de agonía para el hombre, el cual gritaba como si le arrancaran unas sanguijuelas, consiguieron expulsar ambos el mal que atosigaba a Dickens. Aunque quedaría inconsciente y según aseguraba Jared, no despertaría en dos o tres días. Sophie estaba hecha una furia y echó de su casa a los miembros de la Compañía Sacra.

*****

Era lo acordado. Jared confiaba en Elegost, confiaba en las habilidades del Montaraz. Por ello, fue con su hermano de Orden Darius y Alay a reunirse con el hombre que aseguraba tener cierta información y quería compartirla con ellos. El grupo llegó antes que el último mencionado, hablaron entre ellos y se temieron lo peor, una trampa. Justo cuando Darius preguntaba si había alguien en el lugar. Un hombre, que respondía a nombre de Robin, salió de detrás de un enorme árbol, con los brazos alzados en son de paz.

Tras una charla con él, Robin les confesó que tanto Sophia como Dickens, eran los causante de la desaparición de los jóvenes, todos sacrificados y entregados a la casa encantada de los Hawke, Robin, también aseguró que tanto los Dickens, como los Hawke, eran brujos y que quería vengar a su hermana pequeña Sara, sacrificada en aquella maldita casa también.

Finalmente, se despidieron y regresaron a la posada, todos menos Jared. Allí se reencontrarían y más tarde aparecería el Escudero. Compartirían la información obtenida y prepararían otro plan.

*****

Nuevamente, el plan acordado dejaba a Elegost en una posición delicada, pero sin duda en este nuevo plan, eran ellos tres quienes no podían fallar, debían purificar el lugar fuese como fuese, Elegost le daría el tiempo justo al grupo para acabar con el mal de la casa. Solo debían encontrar el objeto que mantenía al espíritu atado en este mundo y destruirlo. Teóricamente suena fácil.

Mientras iban hacia la casa Jared dedicaba una oración para el Montaraz y otra para el grupo que iba encaminándose hacia liberar aquella casa de la misma oscuridad.

Al llegar, pudieron observar un lugar derruido, y el edificio presentaba algunos agujeros notables en las paredes de madera, el jardín dejado y mal cuidado, donde los malos hierbajos habían conquistado todo el suelo. El grupo estudiaba todo con cautela y sumo silencio, el cual rompió Jared, aconsejando a sus compañeros que no entraran dentro del edificio ni hiciera caso a voces o luces extrañas.

Finalmente el Escudero se alejó buscando algún artefacto extraño y fue entonces cuando Darius y Alay quedaron asolas en busca también de algo más fuera de lo común. El hombre comenzó observando la casa, el lugar, miraba los agujeros de las paredes algo curioso...hasta que finalmente decidió observar por el agujero y vio algunos muebles, pero nada fuera de lo común. En ese mismo instante el señor Rollers, pudo escuchar como Alay hablaba en alto, hablaba con una voz de su cabeza, la elfa tenía una lucha interna en su cabeza, era la voz de Samantha y la de su padre. Era una prueba dura para la elfa, pero consiguió resistir y ayudó a Samantha en la lucha con su padre. Por otro lado Darius comenzó también a sufrir estas voces en su cabeza, sin dudarlo fue a buscar a Jared.

Alay seguía intentando hablar con Samantha, intentaba buscar la manera de acabar con todo y fue cuando la puerta de la casa se abrió para Jared y Darius. El señor Rollers no se lo pensó dos veces y entró, desafortunadamente, tal y como entró en el hogar, una silla voló en su dirección, golpeándole, pero gracias a la Luz, casi todo el impacto fue a parar en el escudo del hombre. Fue ahí cuando Darius vio una horrible visión, todos sus miedos hechos realidad. Dejó mal al hombre y le costaba recuperarse, Jared acudió a él con Luz y el señor Rollers pudo volver en si. Alay seguía atormentada por las voces de su cabeza, intentaba hablar con Samantha, intentaba la manera de ayudarla, de acabar con el sufrimiento, mientras que Darius y Jared avanzaban por la casa. Poco después el espectro apareció ante ellos, una sombra de ojos rojos con forma de mujer, aparecía y desaparecía a placer para luego caer encima de su presa y arrancarle el alma. No iba a ser tarea fácil Jared imbuyó su arma en Luz, de nuevo estaba en una situación muy poco favorable. 

Darius sabía que aún todo esto quedaba lejos para él, comenzó a buscar en la casa dicho objeto, pero todo fue en vano, solo recibió golpes de muebles y sillas que volaban hacia él, que por suerte y habilidad, podía detenerlos en mayor medida gracias a su escudo. Fue en ese instante cuando el espectro se lanzó a por el Escudero con un chillido agudo y feroz, Jared pudo bloquear el golpe. El combate había comenzado.

Alay seguía luchando en su interior, pero todo era demasiado, el espectro, las voces, estaba acongojada, su cuerpo no le respondía... Fue entonces cuando Samantha le mostró una visión, le mostró donde escondió el colgante que aún la mantenía en este mundo. Alay sabía donde era, pero, el miedo y el cansancio hacia que su cuerpo no respondiera, estaba bloqueada.

Jared trató de golpear al espectro, pero desapareció justo cuando el mazo iba a alcanzarle y apareció justo enfrente de Darius le soltó un chillido aterrador, pero, el señor Rollers, cerro los ojos se mantuvo sereno y buscó la fuente de oscuridad, no tenía mucha practica en ello, pero había escuchado a Jared hablar sobre ello, incluso lo había visto hacer. Con toda la esperanza y fe de Azeroth cerró los ojos y descubrió que detrás de la casa había una extraña presencia y allí comenzó su carrera.

El espectro seguía chillando, desapareciendo y apareciendo mientras Jared bloqueaba dichos ataques. Fue entonces cuando el espectro comenzó a cargar energía, Jared aprovechó la ocasión para golpearle y darle fin. El golpe fue todo un éxito, pero no suficiente para acabar con la existencia de tal ente, el cual, le lanzó un conjuro potente de Vacio al Escudero en mitad del pecho. Salió volando unos metros y cayó cerca de Alay. La cual al ver ahí a su compañero mal herido volvió en si misma, sacudió la cabeza y al fin era dueña de su cuerpo, salió en busca de la visión que le había mostrado Samantha para acabar con todo de una vez por todas.

Jared cuando pudo recuperarse del golpe, volvió a la carga y se lanzó nuevamente contra el ente. Debía darle tiempo a sus compañeros, no sabía que estaban haciendo, pero confiaba en ellos. Fue entonces cuando Alay exclamo a Darius que le siguiera, el hombre no opuso mayor resistencia y la siguió, allí cavaron donde indicó Alay y finalmente lo encontraron, encontraron el colgante y Darius lo destruyó dándole fin a todo. 

El espectro tras unos gritos de agonía se desvaneció justo enfrente de Jared, el cual estaba agotado y tenía todos sus músculos al límite...

El plan, había salido bien en este lado. "¿Lo habrá conseguido Elegost?". Fue el primer pensamiento que se le cruzó a Jared, que por desgracia aún está por descubrir...

 

Información offrol.

Master @Kario

Participantes

@SwordsMaster -> Como Darius: Maza de una mano, Defensa, Reflejos, Advertir/Notar, Religión, Atletismo, Detectar entes malvados, Buscar.

@Rupphire -> Como Alayratiel: Religión, Advertir/Notar, Atletismo, Reflejos, Detectar entes malvados, Buscar.

@Kario -> Como Jared: Maza de dos manos, Defensa, Reflejos, Imbuir arma, Esencia Sagrada, Detectar entes malvados, Proteger Esencia.

Duración. 8 o 9 horas aprox. (Lo dicho arriba, imposible poner TODO.)

Editado por Kario
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