Saltar al contenido

Buscar en La Comunidad

Mostrando resultados para etiquetas 'historia'.

  • Buscar por Etiquetas

    Añade etiquetas separándolas con comas.
  • Buscar por Autor

Tipo de Contenido


Foros

  • Noticias y Normas
    • Novedades
  • Azeroth
    • Kalimdor
    • Reinos del Este
    • Rasganorte
    • Pandaria
    • Mensajería
    • Comercio
  • Archivo
    • Fichas
    • Historias
    • Guías
  • Parlamento
    • Sugerencias
  • Varios
    • Cajón de juguetes
    • Presentaciones y Despedidas
    • Arte y Novelas
    • Multiverso
    • Afiliados
  • Histórico
    • Noticias y Normas
    • Azeroth
    • Archivo
    • Parlamento
    • Varios

Buscar resultados en...

Buscar resultados que...


Fecha de Creación

  • Comienzo

    Fin


Última Actualización

  • Comienzo

    Fin


Filtrar por número de...

Registrado

  • Comienzo

    Fin


Grupo


About Me

Encontramos 34 resultados

  1. Nombre: Klamendor Daal'inar Raza: Quel'dorei Sexo: Hombre Edad: 84 Altura: 1,83 Peso: 78 Lugar de Nacimiento: Quel'thalas Ocupación: Ninguna de momento Historia completa Descripción física: De cabellos marrones claros, lleva una barba de mentón y cejas alargadas, klamendor es un elfo joven y apuesto aparentando unos 19 años humanos, tiene labios un tanto finos junto con una nariz delgada pero firme, goza de buena salud y físico teniendo una musculatura atlética, tiene un par de cicatrices en la espalda y hombro derecho. Descripción psíquica: Klamendor tiene una actitud un tanto rebelde, no suele dejarse pisotear por nadie, es alguien impulsivo que deja en claro que no se metan con él ni con sus amigos, si le importa alguien aun qué sea un poco lo defiende sin dudar, suele meterse en problemas por su actitud, particularmente con las autoridades, pero sabe cómo cuidar de sí mismo en ciertas situaciones, no siente respeto alguno por nadie a menos que lo merezca, sin embargo sabe callarse cuando es debido. Debido a su falta de memoria se sorprende por lo desconocido y tiende a curiosear bastante, quizas su actitud no sería la misma si tuviera sus recuerdos originales, pero es lo que aprendió a ser y es la actitud que se le acomodó segun las experiencias que tuvo. Historia La luna brillaba de tal manera esa noche en Quel’thalas, la lluvia calma pero duradera no dejaba un alma en las calles de la gloriosa ciudad, excepto un elfo que esperaba en los escalones de su hogar. Aquella noche Alvia estaba dando a luz a su futuro hijo, las horas pasaban y para el amanecer el niño había nacido. La puerta se abrió, recibiendo al hermano de Alvia el cual estaba fuera con sus pensamientos. -Pase señor- decía una quel’dorei que hacia el rol de partera. El joven espabilando se levanta del escalón y se dirige dentro para ver a su sobrino. Alvia cargaba al niño mirándolo con felicidad, al escuchar los pasos de su hermano le dirige la mirada y una sonrisa. -Lauren, ven saluda a Klamendor- el quel’dorei de roja cabellera se inclinaba para darle un vistazo al pequeño. -Klamendor… como nuestro abuelo- sonriendo un poco- bienvenido a la familia pequeño. El niño nacido en la familia Daal’inar, si bien era feliz con su madre, había crecido sin un padre ya que éste había caído en una escaramuza trol. A pesar de eso Lauren, el hermano de Alvia, hizo lo que pudo para darle lo más parecido a un padre, un hermano mayor, sin embargo él debía ocuparse de cosas importantes ya que era miembro de los forestales al igual que el esposo de su hermana, por lo que no tenía mucho tiempo para el pequeño. Lauren recordaba a su abuelo con mucho cariño, éste le contaba historias asombrosas de los misterios del mar y criaturas inimaginables, por lo cual decidió hacer lo mismo con el pequeño, a las noches le leía de un viejo libro de su abuelo. Klamendor era maravillado con esos relatos, él esperaba ansioso la siguiente noche ya que era de los momentos que mejor la pasaba con su “hermano mayor”, sin embargo cada vez se hacía menos frecuente la llegada de Lauren al pasar los años, ya que era de los soldados más valiosos y eficientes teniendo así responsabilidades cada vez más pesadas. El niño asistía a una Academia todos los días, no hacía muchos amigos pero era buen estudiante, durante un buen tiempo mantuvo esa actitud hasta que empezaron los problemas, constantemente era molestado por un grupo de niños, aprendió a ignorarlos hasta cierto punto, pero eso duró poco. Cuando Klamendor perdió la paciencia no supo otra manera de reaccionar más que a puñetazos agarrando al “líder” del grupo, la pelea no duró mucho ya que los separaron, pero a partir de entonces su actitud cambió completamente, cosa que le trajo más problemas. Una tarde volviendo a su casa, fue acorralado en pleno callejón para ser golpeado. -¡¿Y ahora que quieren?!-Les decía Klamendor. -Tu qué crees, darte lo que te mereces Daal’inar-Contestaba uno del grupo -¿Pensabas que no te devolvería el favor?- Contesta el “líder” Klamen aun que tenía miedo enfrentaba firme a los brabucones. -Entonces ven y pelea, no traigas a tu estúpida banda de subnormales- Decía con tono provocante -Jaj, ¡a darle chicos!-Respondía el líder El chico esquivaba y golpeaba como podía, algo había aprendido de su “hermano mayor”, pero no era suficiente, luego de ser golpeado un par de veces se ve tirado en el suelo con esperanza de que paren. -Y.. eh..¿a qué te sabe el suelo?-Decía el líder entre un par de jadeos por la pelea. Y en ese momento Klamen ve entre las piernas del chico a alguien que se acerca, y es entonces cuando ese alguien ya está detrás del “líder”. -Eh?, quie..*paf!*- el chico sale disparado contra una pared de una patada que lo deja en el suelo tratando de asimilar que pasó. Los demás se mueven rápido e intentan levantar a su amigo, mientras que Klamendor en el suelo mira un poco hacia arriba esperando ver el rostro de su “salvador”, siendo obstruido por los rayos del sol. -Quien…ah, quien está ahí?- preguntaba el pobre de Klamen tratando de levantarse. -Descansa, yo me encargo- decía con una voz femenina mientras que se dirigía al grupo. -¡Qué demonios!- decía el líder mientras se levantaba para devolverle el favor al que le golpeó. En ese momento Klamen ve como rápidamente rodean a la elfa de blancos cabellos, pero la chica les hacía frente para defenderlo, un espectáculo de puñetazos bien dados por parte de ella se ve hasta que la logran agarrar. -¡Ya la tenemos!-Exclamaba uno de los brabucones cansado por la pelea. Klamendor sin quedarse atrás se levanta y la ayuda tirando al elfo que la tenía, ahora trabajando en equipo para enfrentarlos. -¡Mierda, venga nos largamos de aquí!- decía el líder con miedo. -¡Imbeciles!- Klamen intentaba perseguirlos, pero es detenido por la chica. -Ya suficiente, les hemos dado una buena- decía ella sonriéndole un poco. -Querras decir tú…¿Quién eres, por qué me ayudaste?-dice él. -Oyee, ¿¿y el gracias por salvarme??- dice la chica cruzándose de brazos. -Yo hubiera podido con ellos…- dice él quitándose el polvo de la ropa. -Claaaro, y por eso estabas en el suelo ¿no?- dice ella con cierta ironía entre risas. -¡Calla, me atacaron entre cuatro no es nada justo!- dice él tratando de excusarse. -Ya ya, *ríe un poco* ¿Cómo te llamas?- Pregunta la chica -Klamendor…Klamendor Daal’inar, gracias supongo.. ya sabes, por venir- Contesta, ya un poco más tranquilo. -No agradezcas*le sonríe y le golpea el hombro amistosamente* Klamendor eh, yo soy Lirya, un gusto- -Igual- Klamendor contesta sonriente. -¿Sabes?, te queda mejor Klamen, te diré así de ahora en adelante- -Claro- concluye él Y asi el joven Klamendor conoció a su primer gran amiga, Lirya era un poco mayor que él, pero se entendían bien. Al cabo de unos años ella ya era instruida para ser forestal, lo cual despertó en Klamen cierta curiosidad, por lo que decidio hablar con Lauren a cerca de eso. Klamendor nunca había mostrado interés alguno por lo militar, ni había tocado una espada o arco en su vida, pero si quería ser parte de los forestales debía ser entrenado pronto, cosa que Lauren facilitó al joven elfo, él dio su firma y recomendación para que entrenara junto con su maestro, cosa que no fue fácil de conseguir, pero era un Daal’inar… ser forestal corría por sus venas, por lo que fue aceptado en poco tiempo. El entrenamiento era duro, pero efectivo . . . pronto el joven indefenso que era Klamendor se convertiría en un fuerte miembro de las filas de Quel’thalas, su destreza con el arco dejaba un poco que desear, no era lo más preciso que había pero con su espada lo compensaba, rápidamente fue ganando una buena maestría en el combate cuerpo a cuerpo, por lo que debía trabajar un poco más en el arco si quería ser aceptado. Cosa que logro con esfuerzo y dedicación, sin embargo Klamendor aún era muy joven, su fortaleza no era tan apreciada en los forestales, por lo que se sentía desanimado. A pesar de eso llegó el día, iría en una misión con Lauren, al fin saldría a la acción verdadera que tanto ansiaba. . . pero lo que encontró allí no fue lo que esperaba. Los cadáveres de sus compatriotas forestales, algunos decapitados, otros cercenados hasta la muerte, poquísimos eran los sobrevivientes y aún más pocos eran los que hablaban, pero el que hablo dijo algo que hizo recorrer un escalofrío por todos los forestales. -E..Es..Una em..emboscada… Ya..vienen- El elfo moribundo y sangrando hablaba entre balbuceos, pero se oía bien lo que dijo. -Forestales! Formación 4 ya!- Se escuchaba la orden del capitán de escuadrón. Lamentablemente ese día eran pocos los del escuadrón, no se esperaban lo que venía. De repente un buen grupo de trols Amani se enfrentaban ferozmente a los elfos que bien organizados se defendían como podían, pero no era suficiente . . . Klamendor en el fervor de la batalla combatía junto a Lauren protegiéndose el uno al otro, ellos dos junto con otros 5 se defendían ante el ataque trol. Lauren se aleja un poco sin notarlo entre que era atacado por tres trols y no es asistido como se debería, Klamendor al notarlo ataca con más furia tratando de alcanzar a su hermano, pero ya era tarde habían atravezado a Lauren con una lanza en el abdomen. -¡¡¡Noooooooooo!!!, ¡!Hermano!!-Grita con furia y tristeza dejándose llevar tratando de alcanzarlo -¡¡Recluta dos no se aleje!!-Ordena el jefe de escuadron. -¡Pero Lauren..!-Contesta Klamen siendo callado. -¡Ya ha muerto!, ¡¡¡Retirada!!!- Por miedo o cobardía el jefe de escuadrón ordena la retirada dejando a 3 de sus hombres atrás junto con Klamendor. -¡Demonios!, ¡Aaaagh!-Carga sin dudar contra los trols que tienen a Lauren matando a 2 en el proceso. Klamendor trata de quitar la lanza del cuerpo de su “hermano” pero éste dice algo antes. -Aaagh, no Klamen ya es tarde para mí, no hagas que tu madre llore por los dos-Contesta como puede a su “hermano menor”. -Hermano, no, ¡no te mueras! ¡te sacaré de aquí como sea!- Desesperado trata de levantar a Lauren -P..por favor, vete- Lauren dice sus últimas palabras intentando salvar el futuro de su sobrino -Lauren…!Lauren!, no.. ¡¡Nooo!!-En un último grito de dolor hace honor a su hermano tratando de matar a sus asesinos, pero un elfo no puede hacer nada contra un grupo de seis trols. Klamendor cae de rodillas al suelo después de un gran tajo en su espalda, el trol que asesta el golpe final se toma su tiempo para tomar a Klamen de la cabellera, pues éste iba a decapitarlo. -Este es el final, asi moriré- Pensaba Klamendor, cuando de repente una flecha atraviesa el cráneo de su captor, desplomándose en el suelo y Klamen cayendo finalmente preguntándose que habrá pasado. -¡¡Klamen!!- se oía una voz familiar, mientras que también se podían escuchar los gritos de dolor de varios trols. -A..Alguien dijo mi nombre…-Pensaba el agotado Klamendor, al oir ese grito abre lentamente los ojos, su vista borrosa no dejaba ver a quien estaba encima suyo ahora pero poco a poco se aclaraba la imagen. -¡Despierta por favor!- Era nada más y nada menos que Lirya, salvándolo una vez más junto con el tercer grupo de reconocimiento. -Li…Lirya… ¿E..Eres tú?- Decía con vos baja y temblorosa, había perdido mucha sangre. -Sí… tranquilo, te curaremos, e… ¡estaras bien Klamen!- Decía la asustada Lirya entre lágrimas. -O..otra vez, me s..salvas. Li…- Dejando escapar un suspiro y cerrando sus ojos, Klamen a simple vista parecía muerto, pero estaba inconsciente. -No, ¡no mueras!, hay tanto que quiero decirte, no… ¡Aaaaagh!-La elfa de blancos cabellos recayendo en el pecho de Klamendor lloraba desesperada por su supuesta muerte. -¡Busquen supervivientes y traiganlos!- Ordenaba el jefe del escuadrón tres. -Lirya levanta, déjame ver su pulso- Decía una quel’dorei con cierta habilidad médica. -Sí, está vivo, llévenselo con los demás- Lirya al escuchar esas palabras lo lleva rápidamente para poder sanarlo, su estado era delicado pero Klamendor pudo salvarse ese día, tuvo un gran golpe de suerte que no olvidaría, pero también sufrió una gran pérdida, tal como su padre Lauren cayó en nombre de Quel’thalas y su muerte, como la de los demás quel’doreis, fue honrada entre los miembros de los forestales. Unos días después Klamendor despierta en cama, lo que fue una simple escaramuza para los demás, fue el infierno para él . . . esa no era la vida que quería vivir, y haría algo al respecto. Luego de vestirse baja las escaleras de su habitación cuidadosamente, y antes de que se diera cuenta ya lo estaban “atacando”. -¡Klamen!- Lirya salta a abrazarlo- Que bien que estés mejor. -No si sigues apretando tanto-dice él entre risas. Ella sin embargo no deja de abrazarlo, esto extrañaba al joven elfo. -Oye, ¿estás bien?- dice Klamendor. -Sentí tanto miedo… tenía miedo de que murieras…tenía miedo…de perderte- Una lagrima cae de su ojo. Klamendor la abraza también- Tranquila, sé que fue duro, pero ya estoy aquí… a tu lado- En ese momento Lirya lo besa dejando en claro sus sentimientos por él. -Y yo nunca me separaré del tuyo- Dice ella en una pausa- Te amo. Ambos terminan besándose, para Klamendor ese momento fue el que despejó sus dudas acerca de lo que sentía por ella, la amaba pero no sabía que hacer ahora, ser forestal era el sueño de Lirya, ¿seguir como forestal para poder protegerse el uno al otro? O dejar eso atrás y esperar cada día por ella hasta que la matasen. . . la respuesta estaba clara, lo haría todo por ella. Pasaron años, todo seguía su curso, la paz que Quel’thalas gozaba era sublime, pero por desgracia todo tiene un final. Aquello que venía a atormentar a los altos elfos era la plaga de no-muertos de Arthas el príncipe traidor, con su gran legión de no-muertos arrasaba todo a su paso, poco podían hacer los quel’doreis que aun aguantaban contra aquella plaga, entre ellos Klamendor y Lirya guíando a los que pudieran para que huyeran seguros. -¡Klamen, allá!- Lirya señalaba a un par de no-muertos que venían a por los demás. -Demonios..!Lirya cúbreme con el arco!- Klamendor en un intento por ayudar a su gente se lanza para mantener a raya a los no-muertos junto con otros quel’doreis. La batalla no iba nada bien, los elfos morían, incluso el líder de los altos elfos ya lo había hecho. Habían perdido toda esperanza de salvar su ciudad, pero ya era tarde para huir… el grupo de Klamendor se veía rodeado de no-muertos, aun asi se mantenían fuertes ante tal amenaza. Sin embargo Lirya corría peligro, una gran abominación logró colarse por una casa alcanzando a la quel’dorei, ella con gran valentía enfrentaba al monstruo tratando de distraerlo del grupo, pero era muy grande para solo un elfo. -Li.. Aaagh*da un tajo mortal a un muerto* ¡Lirya, huye!.. Hgaa*otro espadazo*- Klamendor tratando de advertir a su amada mientras peleaba. Sin embargo Lirya sabía que si hacía eso la abominación iría a por él y los demás, por lo que siguió haciéndole frente por un tiempo, hasta que la derribó. -¡Lirya!-grita entre espadazos tratando de avanzar hacia ella, olvidándose de sus compañeros. -¡¡Aaaagh!!-corta todo los muertos que puede desesperadamente para llegar a ella, pues la abominación está alzando su arma hacia Lirya. En ese momento Klamendor estaba siendo muy lastimado, pero no importaba, si no hacía algo la mataría ese monstruo, por lo que rápidamente salta hacia el mismo. -¡¡Muere engendro!!- Clavando su espada en el cráneo de la abominación-¡Aaaaagh!- separando su cabeza de su cuerpo de un tajo muy forzado. El monstruo cae al suelo dejando un líquido violeta en el suelo. -¡Lirya huyamos, ya no queda nada por lo que pelear!- dice Klamendor extendiendo su mano para levantarla Ella viendo a todos morir y como rápidamente caía la ciudad en la que paso toda su vida y la ciudad que defendió no tuvo otra opción que huir para seguir viva, así como Klamendor. Ambos escaparon por el bosque, con algo de suerte encontraron a otro grupo de sobrevivientes, un día muy oscuro para los altos elfos que caminaban en silencio hacia su incierto destino. Despues de días caminando por las montañas, el grupo llegó a un risco el cual debían cruzar para llegar a la Avanzada Quel’danil, cuidadosamente cruzaron por el estrecho camino que les ofrecía el risco, Klamendor sin embargo estaba algo distraído, sentía culpa por aquellos a los que abandono a su suerte para salvar a Lirya. Quizá por afán del destino, él dio un paso en un punto del risco que era frágil, el pequeño trozo de suelo se desmoronó, tirando a Klamendor por falta de equilibrio, sin embargo él aún se aferraba al risco con su mano derecha. -¡Aagh!- Sentía como los dedos poco a poco le resbalaban, el suelo era un tanto húmedo por lo cual no duraría mucho. -¡Klamen!- gritaba Lirya ofreciéndole su brazo- ¡Toma mi mano!- los demás elfos se ofrecieron a sostener a la joven para evitar que ambos sucumbieran a la caída. Klamendor en un movimiento rápido alcanza a Lirya con su otra mano, pero la mano que sostenía el suelo hizo que también se desmoronara este trozo, poco a poco subían a Klamen, pero sus manos se resbalaban por la lluvia que hace minutos azotaba a la montaña. -Lirya no podré- Klamendor notaba como el suelo que pisaba ella también se iba desmoronando- Sueltame- -¡No!, ¡moriras!- Lirya observaba como se resbalaban sus manos, ya casi sucumbía a la caída- -Tranquila, volveré a por ti, te lo juro- Aunque sabía que no lo haría, tuvo que calmarla de algún modo- Lirya al darse cuenta de la situación con un brazo coge su collar y lo arranca de su cuello, entregándoselo como una promesa de que volverían a estar juntos- Por favor… vuelve- Sus manos finalmente dejan de sostenerse-¡¡Klamen!!-grita su nombre por ultima vez. Klamendor cae viendo a su amada a los ojos y colocándose el collar en el cuello.Cuando finalmente la caída llega a su punto de meta, cae al fondo de un arroyo, en parte el agua amortigua su caída dejándolo consciente por cierto tiempo, pero al ser llevado por la corriente con tal fuerza se golpea la cabeza con una roca de tamaño considerable, dejando su inconsciente cuerpo a merced de la corriente. Parecía que el futuro del joven elfo acabaría allí, en el mar flotando boca arriba cual cadáver . . . pero nuevamente, quizá por afán de la suerte o el destino, no fue así. -¡¡Hombre al agua!!- se oía un hombre de gruesa voz alertando a su tripulación. Pronto al Quel’dorei lo subieron al barco, aunque seguía inconsciente eso no duraría mucho. La Capitán sale de su camarote para revisar que sucede con su tripulación. Ella es una mujer de cabellos rojizos, piel blanca y buen cuerpo con porte fuerte. -¡¿Qué está pasando ahora?!, ¡sigan con su labor hombres!-Imponiendo autoridad entre aquellos que rodean al elfo. -Mi Capitán disculpe la molestia, hemos encontrado a un náufrago proveniente de estribor- decía el segundo al mando. -¡¿Qué?! Un náufrago por estos mares… ¿Y que hay con él?- preguntando intrigada. -¡Es un elfo!- contesta extrañado un hombre que ayudaba a subirlo. -Que estará haciendo un elfo por aquí… ¡Despertadlo!, quiero respuestas- Ordena La Capitán. A Klamendor lo despiertan de manera bruta, como es de esperarse de este tipo de gente. -¡Cof, cof!*tose* ¡Qué demo!.. ¿dónde estoy?-Dice el joven elfo espabilando. -Aquí las preguntas las hago yo extranjero… Bien, empecemos por tu nombre- Se acerca algo intimidante al elfo, mirándolo a sus azules ojos. -¿M..mi nombre?... no lo sé…-Intentando recordar sin éxito, al parecer ese golpe dejó algo más que un dolor de cabeza. -Que no lo sabes… ahá..!Regresadlo al mar!- Indignada por su respuesta La Capitán presiona al elfo. -¡Oye, espera!-Contesta alarmado Klamendor. -Hm, ¿acaso ya recuerdas tu maldito nombre?- Esperando por la respuesta del elfo. -. . . .- él deja un silencio meditando. -Ya veo, entonces no hay nada más que hablar- Le da la espalda. -Kla..-Por alguna razón recuerda un grito- ¡Klamen!.... ¡Klamendor Daal’inar!- Luego recuerda su nombre completo. La Capitán se da vuelta- Ves, no era tan difícil*se acerca* ¿Y bien, nada más?-Esperando respuestas. -No, no recuerdo nada…-Atormentado por sus pensamientos sin sentido mira al suelo sin poder darle respuestas a su captor. -Hmm…- se queda mirándolo un tiempo, notando un fuerte físico por parte del elfo- De algo servirás supongo. Maestre Hansel dadle lo básico para trabajar, y elfo…-Lo mira de nuevo. Klamendor la mira esperando que hable. -No cuestiones mis órdenes y seguirás vivo- se da vuelta y se dirige a su camarote con una sonrisa en su rostro. -Vale, levanta el culo compadre… te queda un largo día de trabajo- Le decía el tal Hansel Y a partir de entonces el joven elfo era parte de la tripulación, si bien era un trabajo duro el que hacía por alguna razón era lo que disfrutaba, el navegar por los mares era posiblemente uno de sus anhelos antes de perder la memoria, tantas cosas había olvidado y tantas pocas pudo recordar, lo más intrigante fue su collar que por algún motivo lo seguía llevando, él sólo sentía que era importante y que debía llevarlo con él. No se llevaba muy bien con los miembros de la tripulación los cuales eran la mayoría ladrones, estafadores, o mercenarios que por algún motivo no lo miraban con buenos ojos, con quien si se llevaba bien era con Hansel el segundo al mando. Los días pasaron, no habían hecho nada de mucha importancia era una embarcación de esas ilegales, hacían contrabando, tráfico de armas, etcétera. Pero nada como el premio gordo del que hablaba Hansel que cada vez se acercaba más. Un día fueron a parar a un puerto por alguna razón… -Chico, ¿ves ese barco de allí?- señalaba Hansel -¿Ese? Si lo he visto un par de veces… ¿Qué tiene de especial?- preguntaba intrigado el elfo. -Bueno, el barco nada en especial, pero lo que contiene… es artesanía de gran calidad, llevamos siguiéndolo por un tiempo, pronto llegará el momento de saquear- miraba con codicia el barco, aquello que le tenían planeado no era nada bueno. -Ya veo supongo que habrá que pelear- dice Klamendor. -¿Sabes usarla?-Han le alcanza una espada. -E..eso creo- dice el elfo inseguro. -Bueno espero que sepas que hacer cuando llegue el momento- después de darle la espalda se retira. -Descuida-Klamendor enfunda la espada y se retira también. Aquella noche fue de las más tensas para él, pensaba en que pasaría y el peligro que afrontaban, pero sobre todo ¿sería capaz de empuñar el espadón que Han le había obsequiado? Mañana lo averiguaría. Despertaron a primera hora de la mañana, todo pasó quizás demasiado rápido y antes de notarlo los demás y Klamendor ya estaban zarpando, tenían que seguirle el paso o tendrían que esperar aún más y esa no era una idea que a la capitana le agradara. El clima no era algo que ayudara del todo, llovía y no poco las nubes tan negras como el carbón y las olas azotaban a ambos barcos, poco a poco la batalla se acercaba. -¡¡Preparaos para abordar!!- Gritaba el segundo al mando siguiendo las órdenes de la capitana. Rápidamente Klamendor se pone en posición de abordaje junto a los demas, esperando así el momento para asaltar. -¡¡Listos… Ya!!- Los barcos casi pegados y aguantando dicha marea, el momento perfecto para abordar. Varios hombres saltan hacia el barco enemigo, preparando sus espadas se enfrentan a la guardia contratada que presentaba el barco, aquella era una escena que Klamendor ya había vivido, de algún modo que no sabe explicar se movía como si siguiera un patrón especifico y efectivo por lo que se veía. -¡Demonios el chico sabe lo que hace!-Exclamaba Hansel hacia su capitán. -Así parece- Contestaba esta con cierta sonrisa. Disparos y espadazos se escuchaban en el fervor de la batalla, ambos bandos estaban parejos sin embargo se veían superados los del barco enemigo, Klamendor seguía con el mismo ritmo parecía tener un porte de esgrima tal que no dejaba tregua a su contrincante. Cuando la batalla dió su punto final varios de los guardias se habían rendido ante la fuerza pirata que los embestía dejando así a la tripulación pase libre al saqueo. ¡Se arrepentirán! ¡Ya nos las veremos de nuevo! ¡Esto no acabará aquí! Varios decían mientras veían como se llevaban dicho botín de su barco. Sin embargo no todo quedo ahí, la capitana quizá se excedió pero decidió llevarse prisioneros, cosa que a Klamendor no le agradó demasiado. -¡Capitán son solo personas con un trabajo y familia! ¿por qué no las dejamos ir?- Exclamaba indignado por la situación ya que no era necesario. A lo que la capitán responde- ¡Así es la vida del pirata elfo, si no estás dispuesto a ensuciarte las manos no la lleves!-Dando por terminada la discusión. -Bien, así será*murmura para sí mismo Klamendor*- Aquella noche mientras todos celebraban con cerveza y disparos, el joven elfo tenía otros planes aquel día de batalla y saqueo sería el último para él en aquella tripulación pirata, sin que nadie se diera cuenta tomó prestado el bote y lo hizo zarpar hacia donde el destino le llevase, esa habrá sido la noche en que más se sintió libre de su olvidada vida. Varios días habían pasado, con la poca provisión que tenía no duraría mucho más, pero nuevamente un golpe de suerte le salvaría la vida aquella embarcación que se veía en el horizonte era ni más ni menos que una embarcación imperial, por suerte para él decidieron llevárselo rescatándolo de su naufragio. -¿Dígame que hacía un elfo como usted en alta mar?- Preguntaba el bucanero curioso. -No mucho, tratando de ir a mejores tierras- Contestaba el joven elfo. -Ya veo, bueno tuvo suerte de acabar aquí, iremos a Ventormenta- Decía el bucanero -Ventormenta eh, tiene buen nombre, ¿y que se supone que es para ustedes humanos?-Decía el intrigado Klamendor. -Vaya, usted estuvo muy alejado de la sociedad elfo, es la capital del imperio humano- Contestaba el bucanero. -Entonces será interesante ir allí- Decía el elfo mirando a su futuro destino. Y así el joven elfo proveniente de la caída Quel’thalas arribó en tierras humanas, su travesía estuvo llena de complicaciones, sin embargo aún le esperan más. Luego de asaltar el barco de artesanías a Klamendor se le repartió su parte de lo ganado, por lo que sus inicios en las tierras humanas no se vieron tan ajetreados, al joven Klamen aún le espera un largo camino y su memoria deberá darle algún indicio de ésta búsqueda por conocerse y desenterrar las partes del rompecabezas.
  2. Nombre: Finnick Tuercarrota Raza: Gnomo Sexo: Hombre Edad: 26 Altura: 85 Peso: 35 Lugar de Nacimiento: Gnomeregan Ocupación: Aprendiz ingeniero Historia rápida Descripción física: Finnick es un joven Gnomo con un pelo negro bien peinado y una barba frondosa del mismo color, de tez pálida debido a su escaso encuentro con el sol y ojos claros, tan solo tiene una pequeña cicatriz en el hombro derecho fruto de una trampa de su propia invención. Descripción psíquica: Finnick es un Gnomo muy inteligente y alegre, obsesionado con sus inventos, explota en júbilo cada vez que crea alguno con éxito llevándose por delante a todo el mundo en un torbellino de risas y emoción. Intenta ganarse la confianza de los demás porque teme que le puedan maltratar de alguna forma debido a su baja estatura, sin embargo este rasgo lo aprovecha también para realizar acciones en el borde de la legalidad, con el fin de conseguir recursos para sus inventos. Historia Un día nevado, en un pequeño despacho en una vivienda de Gnomeregan, se encontraba Finnick Tuercarrota dormido sobre una montaña de planos e instrucciones encima de su escritorio en el cual pasaba horas y horas diseñando, creando y perfeccionando sus inventos. La biblioteca le había proporcionado los conocimientos suficientes como para crear elementos básicos que le ayudaban en su día a día, sin embargo, la práctica a la larga, le haría perfeccionar estos inventos, los cuales aún daban demasiados fallos como para comercializar, o utilizar en su favor. Sobre las nueve de la noche, un reloj-despertador fabricado por él mismo, le propinó una descarga mientras dormía, tan fuerte, que lo hizo levantarse de su taburete de un respingo, mirando el reloj con una sonrisa de oreja a oreja, y tirando este a un rincón de la habitación, donde se encontró con todos los modelos anteriores de despertador que había realizado, todos descartados por los fallos técnicos mencionados. Finnick era un joven inquieto, deseaba saber más de todo lo que le rodeaba, quería progresar en su labor como ingeniero, probaba y probaba nuevas combinaciones, juntar esto con aquello, aquello con lo otro, sin embargo, siempre llegaba un punto en el que no podía usar nuevos materiales, ni reutilizar los viejos que ya no servían, y a penas sus inventos le reportaban ganancias como para poder comprar los materiales necesarios, así que solo restaba una forma. Robarlos. Con el tiempo Finnick había desarrollado un cierto gusto por esta actividad, así como también una gran habilidad para realizarla, tomaba ventaja de los chispazos de sus aparatos para inutilizar posibles sistemas de seguridad gnómicos, y por si acaso, siempre iba acompañado de un par de dagas, por lo que pudiera pasar. Cierto día, tras mucho tiempo investigando y planeando lo que sería el robo de su vida, entró en la tienda de los gnomos Roscatrueque, con la mala suerte de que Craig, el hermano mayor de estos estaba vigilando cada paso que dio Finnick desde que entró en el local, con un golpe de garrote, dejó a nuestro gnomo inconsciente, lo metió en una bolsa y con ayuda de sus hermanos lo llevó hacia en tranvía subterráneo, sin inventos, sin planos, sin dinero, sin dagas... Tan solo dejaron una nota junto a la bolsa que decía: "Elwynn". Ahora será problema de los humanos...
  3. C0rt3x

    Adolph Krieger

    Nombre: Adolph Krieger Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 32 Altura: 186 Peso: 85 Lugar de Nacimiento: Kul Tiras Ocupación: Buscavidas Historia rápida Descripción física: Adolph es un hombre alto y fuerte, de tez morena, sin ser de color. Tiene una cicatriz en la ceja izquierda, y varias repartidas por todo el cuerpo. El pelo dorado, de longitud media y una barba descuidada. Descripción psíquica: Adolph es un misógino bebedor que disfruta fumando puros mientras espera otra pelea. De carácter rudo, no es fácil llevarse bien con él. Suele moverse en solitario y si algo aprecia es el dinero, en especial el que no procede de sus propios bolsillos. Historia Y se escuchó un ultimo sollozo de dolor de parte de aquel borracho noble pendenciero, perteneciente a un grupo de hijos de aristócratas que se aventuraron en una posada para emborracharse y como es debido iniciar una gresca para sentirse como hombres. Para cuando el tercero tenía los dedos fracturados por el aplastamiento de una jarra de barato grog los dos primeros se sacudían en el suelo, protegiendo sus partes intimas en espamos repletos de dolor. Uno se ha llevado un golpe en el abdomen que hizo que su estomago expulsase todos los alimentos que había consumido esa noche. Y para cuando todos se habían dado cuenta de lo que estaba ocurriendo, ya el había terminado de encender en paz un cigarro mientras se retiraba. Ya era la tercera vez en la casa de Ivan, un sanador local al que le había depositado total confianza, tras una explicación no muy larga se recostó en un catre y el hombre cumplió con su deber... ¿Quien se iba a pensar que soportaría el viaje con los vidrios de una botella rota en su costado y esa cantidad de moratones?. Adolph no le mostraba importancia en absoluto, mientras pudiese seguir luchando un día mas no se arrepentiría de haberle dado a esos jóvenes nobles una lección bien merecida. Pues, en parte, era una forma reconfortante de hacer burla de su pasado. Poco se sabe mas allá de que su familia noble, cuya decadencia les había dejado como única propiedad la casa en la que habitaban, se desmoronó por un evento catastrófico que de alguna manera Adolph se esfuerza en no olvidar, aunque nunca lo ha dicho a gentes con quien no comparta la misma confianza... y odia que se indague mucho en su pasado. Ahora vaga por las tierras de los hombres, luchando por sobrevivir, luchando para redimirse y olvidar su tortuoso pasado, cada día lucha más para intentar hacer parecer que no le importa.
  4. Nuvalia

    Irwin Russell Tanner

    Nombre: Irwin R. Tanner Raza: Humano Sexo: Varon Edad: 32 Altura: 1,90 Peso: 80 Lugar de Nacimiento: Ventormenta Ocupación: Marineria Hijo primogénito de acaudalados curtidores de Ventormenta, inicialmente sus padres pagaron su ingreso en una institución religiosa para que fuera educado como paladín. (…) *** Abadía de Villanorte, año 10 de la apertura del Portal Oscuro *** - ¿Qué os ha pasado hermano Bernabé? – Charles, el maestro de novicios, vio una figura llena de una substancia pegajosa y maloliente entrar renqueando por la puerta del refectorio – ¡Luz santa, parecéis una bestia de pantano!, oh... – el fraile se llevó un paño a la nariz - y ese olor? Bernabé buscó a tientas el cubo de lavazas que siempre estaba al lado de la puerta del refectorio y se limpió la cara. – Hermano Charles… ¡los demonios de la Legión viven dentro de ese niño! Para disciplinarlo le he dicho que alimente a los cerdos. ¿Sabéis que ha hecho?, ha colocado un cubo con deshechos en la puerta del establo, para que cuando yo la abriera…en fin, ya veis el resultado. - La sagrada nos asista – el maestro de novicios suspiró pesadamente – ¿Otra vez ese Tanner? Fue así, a la edad de 10 años, después de pasar escasos nueve meses que Irwin Tanner finalizó sus estudios eclesiásticos, siendo expulsado de la abadía. (…) Viendo que el chico no tenía vocación para la vida monástica sus padres le asignaron un tutor, que resultó ser un viejo paladín. veterano de Lordaeron: Jaques Duvenant. Con rapidez, el veterano y su alumno hicieron buenas migas. El viejo paladín resultó ser una buena influencia para Irwin, fue instruido no solo en las ciencias básicas sino en disciplinas de aspecto más práctico: La lucha cuerpo a cuerpo, tácticas militares, etc. Jaques, además, era un excelente narrador. Las historias de batallas en el norte fascinaron e hicieron mella en la mente del joven Irwin, despertando un carácter aventurero y fantasioso en la, ya de por si activa, mente del chico. (…) *** Puerto de Ventormenta, año 15 de la apertura del Portal Oscuro *** Simón Tanner estaba sentado con su hijo en un vetusto noray de los muchos que ofrecen reverencia ganchuda a las naves que trafican entre la capital del imperio y el resto de Azeroth. - ¡Vamos Irwin!, Jaques ya estaba mayor, es ley de vida. No me gusta que estés triste – el peletero miró a su hijo con ojos conciliadores, era consciente de la pérdida que suponía para el joven la muerte de su tutor. Señaló a una da las carracas atracadas en un muelle cercano – Esa es el ‘Cormorán blanco, en breve partirá hacia Kalimdor, nos traerá cincuenta quintales de piel de kodo, resistente y barata. ¡Un negocio redondo! El chico permanecía en un mutismo obstinado, difícilmente podría adivinársele algún tipo de reacción ante la terrible noticia: Jaques Dunevant, el que fuera su tutor por cinco años, había muerto de pulmonía la noche anterior. Simón miró a su hijo, por alguna razón inexplicable siempre le había costado conectar con Irwin, él era un hombre practico, siempre pensando en minimizar los costes y maximizar los beneficios, todo por un buen negocio. Sin embargo, el chico… ¡a saber en qué pensaba!, parecía siempre en las nubes ¿Cómo, siendo mi hijo, somos tan distintos? - Hijo, te dejaré solo para que puedas llorar tranquilamente – Simón se levantó – No tardes, madre ha hecho sopa de quijaforte de los baldíos para la cena, todo un manjar – Irwin miraba fijamente el gran barco mercante. Aquella noche un frio plato de sopa de quijaforte quedó sin comer en la cocina de los Tanner y una de las carracas mercantes rumbo a Trinquete llevaba un ligero sobrepeso. (…) El devenir de los años llevo a Irwin, ya convertido en marinero, a la tercera guerra, donde participó en diversas acciones contra la plaga y presenciando toda clase de atrocidades. Aquel hecho marcaría fuertemente el carácter de Irwin. Desilusionado con la vida, volvió a trabajar en los barcos mercantes, bien como marinero bien como escolta de cargamentos y protección contra los piratas. No importaba el destino, no importaba el cargamento ni la licitación del mismo. No importaba ya nada, solo existir. (…) *** Bahia del Botin, año 30 de la apertura del Portal Oscuro *** El barril de grog barato se hizo añicos con un estruendo que resonó en toda la taberna, sobre él una figura humana luchaba por ponerse en pie. - ¡Cinco cobres por el humano! – multitud de goblins formaba un amplio círculo en cuyo centro un elfo quel’dorei y un humano resolvían diferencias con algo más que palabras. Irwin se desembarazo de las maderas de lo que fuera el barril de grog y arremetió contra el estómago del elfo tomándolo por sorpresa y derribándolo. El quel’dorei no tardó en reaccionar, poniéndose de pie de un salto Ambos contendientes se enzarzaron entonces en un intercambio de puñetazos, la pelea se presentaba igualada… No lo vieron llegar. Como surgidos de la nada un par de férreos puños descargaron con furia en ambas cabezas, aturdidos notaron como unas tremendas garras loas atenazaban por la espalda y los hacían volar hacia el frio suelo del callejón trasero, lleno de inmundicia. - ¡Fuera de mi taberna! ¡No quiero ya más destrozos en mi casa! – El fornido tauren giro sobre sus talones sacudiéndose las manos como si acabará de tirar el saco de desperdicios. Aturdido en parte por los golpes, en parte por el grog ingerido, Irwin Russell Tanner, incapaz de incorporarse, se quedó tumbado en el suelo lleno de inmundicias de aquel sórdido callejón, no tardó en quedarse dormido. Estaba ya alto el sol en aquella villa marinera cuando Irwin abrió los ojos, sacudiéndose de encima a una gaviota que, con toda probabilidad, esperaba a que su posible cena dejara de respirar. Sintió una nausea, y allí mismo, junto a aquella pared de madera que olía a orines, vació el grog que, horas antes, su cuerpo no había podido asimilar. Entre espasmos, con ojos vidriosos, contemplo como se aprestaba una carraca, ‘El cormorán blanco’. Cálidos recuerdos de tiempos mejores volaron por su mente. Aquella misma tarde, Irwin Russell Tanner, a bordo del ‘Cormorán blanco’ volvía a su ciudad natal, 15 años después, el futuro se presentaba incierto…
  5. konstantine

    Deimon Adelgrieff

    Nombre: Deimon Adelgrieff Raza: Renegado Sexo: Hombre Edad: 29 Altura: 1.75 Peso: 58 Lugar de Nacimiento: Lordaeron Ocupación: Nigromante Historia rápida Descripción física: Alto, calvo, huesudo, tez pálida, su mejilla derecha carece de musculo y se pueden ver varios molares, ojos hundidos amarillentos, manos apenas sin piel y sin musculo los huesos de sus falanges sobresalen, sus vestiduras antaño elegantes y caras, ahora dejan escapar a la luz los huesos de sus vertebras y las costillas. Descripción psíquica: Caótico, enfermizo, capaz de sacrificar a cualquiera para obtener el poder necesario, enloquecido por el ansia de poder, vengativo, envidioso, impredecible, magistralmente inteligente, sabio, amnésico temporalmente. Historia //Aclaraciones: el pj rival Vladimir Rosencoff pertenece al usuario Thorch. Este pj presenta deficiencias físicas que será reflejadas en su ficha, al igual que su inteligencia extraordinaria. Esto es para hacer el rol de villanos, alguien debe hacer el trabajo sucio, y por eso mi amigo Thorch y yo nos hemos lanzado. Una infancia llena de desaciertos, unos padres despreocupados, una familia con perturbadoras tradiciones y secretos oscuros, gente pudiente, contrabando de información, intercambios de tomos de magia herética, una familia habida de poder, todo esto contagió al joven Deimon Adelgrieff, que seducido por aquellos conocimientos prohibidos cayó en la adicción de adquirir mas sabiduría y para ello, pidió a sus padres que lo inscribiesen en la academia de las ciencias arcanas del condado regente, pese a su aspecto gótico e imperturbable, tuvo a bien conseguir su matricula, pues su vida daría un giro que no sorprendería al muchacho. Entre estudios y deberes en la academia conoció al que sería el causante de sus desventuras, Vladimir, el chico mas solitario, retraído, inteligente y raro que jamas hubiese conocido, Vladimir, hacia sombra a cada paso que Deimon daba, en un principio fue rivalidad entre compañeros, luego esa rivalidad se fue tornando en odio, hasta tal punto que Daimon y Vladimir fueron expulsados de la academia, el interés por las artes prohibidas y la envidia que ambos se procesaban les condujo a la expulsión, nadie parecía sorprendido por aquel suceso, pues la rivalidad de estos, era conocida por todos sus compañeros y profesores. Por caminos separados, Deimon encontró el poder y la fuerza que buscaba, ofrecer sacrificios a cambio de ese poder. Aterradoras ofrendas, niños, recién nacidos, mujeres embarazadas, los mas oscuros y viles actos para adquirir la capacidad de controlar ese tenebroso poder. Todo eso, para dar caza su eterno rival Vladimir.... La majestuosa ciudad de Lordaeron sucumbía, los muertos se alzaban sin cesar, ante tal horror una figura conocida, unos ojos cuya mirada penetrante helaba el alma del mas ferviente de los paladines....Vladimir, al fin cara a cara, sin importarles el horror que les rodeaba, llego el momento, ahora sabrían quien es el mejor, se enfrentaron como iguales, un combate entre brujos un duelo a muerte igualado, pero la imparable plaga no aguardó y de pronto todo era oscuridad... En la actualidad. Desconcierto...-¿donde estoy? ¿quien soy? ¿que es ese olor? . No recordaba absolutamente nada, esperad,si, hay algo que si recuerda..... -Vladimir. El no muerto Deimon se alzaba, -Vladimir,....-Necesito respuestas esto no ha acabado. Editado lunes a las 21:01 por konstantine
  6. konstantine

    Konstantine raudive

    Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 16 Altura: 1.60 Peso: 58 Lugar de Nacimiento: Ventormenta Ocupación: Granjero ; Aprendiz de sacerdote Historia rápida Descripción física: Es delgaducho, bajito para su edad, complexión débil, algo huesudo, pelo blanco y bien peinado herencia paterna, ojos claros verdosos, algunas pecas, cejas poco pobladas, orejas pequeñas y pegadas, siempre le acompaña un olor fresco a flores, completamente imberbe, en plena pubertad su voz está cambiando, ahora es chillona y algo estridente, camina cabizbajo y algo encorvado, en conclusión parece un chico muy frágil. Descripción psíquica: Emocionalmente, es especialmente sensible, estable, bondadoso, es un chico muy empático, un poco miedica, muy introvertido, es muy vergonzoso lo que le lleva a no relacionarse mucho, es perseverante yo diría que muy cabezota, dormir solo y sobretodo a oscuras le da fobia, muy tolerante con todo el mundo, tiene un concepto de justicia propio, ajusticiar infligiendo dolor no es la mejor forma, (por ejemplo). Sus tendencias sexuales no están aun definidas. Historia Konstantine Raudive nació en Ventormenta, capital de los humanos en nuestros tiempos. Konstantine huérfano de madre, aunque en el presente lo es de ambos, se crió con su padre un humilde granjero que labraba las tierras de una pequeña granja al noreste de nuestra querida ciudad Ventormenta en los términos del bosque de Elwynn, bajo la protección del alguacil Dughan. Ayudaba a su padre en las tareas labriegas, poseían un caballo blanco y una mula, una pequeña casa de dos habitaciones, estas eran un dormitorio y un pequeño salón con chimenea, poseían un perrito llamado Beec, que en tiempos anteriores servia de ayuda para el pastoreo de sus ovejas, pero toda esta felicidad cambia drásticamente, su padre cae enfermo, y al poco tiempo muere, el chico se ve solo a la edad de 16 años sin saber que hacer con la granja su caballo su mula y su perro. Una noche, durmiendo al pié de la lumbre, tiene un inquietante sueño, una llamada, sinceramente no se como explicarlo es un sueño abstracto, de esos que no sabes que sueñas pero que si sabes a donde ir, y en efecto, al día siguiente coloca un cartel en la entrada de su granja que dice, "Se alquila, visitas desde el anochecer hasta el alba", y decidido parte hacia la majestuosa ciudad de Ventormenta, en busca de la catedral, la afamada catedral de la Luz, donde en su misterioso sueño fue incitado a ir, ¿su propósito?, supongo que llegar algún día a ser sacerdote, capellán o alguien especial, que, con sus habilidades pueda servir y ayudar a los demás. (He de suponer, yo, el narrador de este prólogo, que Konstantine, estudiará las artes de sanación, el poder de la Luz, con el objetivo de ayudar al prójimo no obstante, su aprendizaje será arduo e intenso, aventuras dispares. Sin mas dilaciones, he aquí el inicio de una gran historia, lo cual indica que esto que has leído es la introducción de Konstantine Raudive, que con el tiempo iremos enriqueciendo por capítulos, cada día de rol, según el contenido lo iré anotando en estas paginas, para que con el tiempo, construyamos una hermosa historia, gracias y espero vuestra contribución)
  7. Nuvalia

    Margot Tanner

    (Imagen cortesia de Rokhen, gracias!) Nombre: Margot Tanner Raza: Humano Sexo: Mujer Edad: 25 Altura: 1,70 Peso: 65 Lugar de Nacimiento: Ventormenta Ocupación: Medicina Descripción física: - Pelo rubio. - Ropa sencilla pero limpia, sin pretensiones. - Aspecto esmerado, de quien cuida bastante su higiene personal. - Piel blanca, denota a alguien que no ha tenido que realizar trabajos físicos. Aunque posee piernas fuertes, habituadas a largas caminatas. - Complexión algo rellena sin entrar en obesidad. - Ni tatuajes ni marcas especiales Descripción psíquica: - Cierta religiosidad, fruto de su educación. - Buena amante de los niños. - Poco dispuesta a entablar relaciones amorosas, no son precisamente su prioridad. - Buena memoria. - A primera impresión puede comunicar algo de ingenuidad. - Tendencia a marearse en barco - Algo miedosa, aunque intenta sobrellevarlo - Gran capacidad de empatía - Terriblemente curiosa. - Por fuera denota serenidad, aunque en su interior hierba la inseguridad. Historia - Margot ya tiene doce años! Ya es hora querida! Simon Tanner reflexionaba con su mujer Tabatha acerca del futuro de su hija. Su caro jubón de zorro de Crestagrana desentonaba en aquel maloliente almacén atestado de pieles curtidas en el puerto de Ventormenta. - Querida, nos ha ido bien en el negocio, ese contrato con el ejército nos ha dado más oro del que necesitamos. No quiero que nuestra hija tenga que ensuciarse las manos curtiendo pieles, podemos permitirnos darle una buena educación, debemos mandarla a la abadía de Villanorte, allí será instruida como una paladin o sacerdotisa de la santa luz, eso nos dará prestigio. El oro no es problema. - Oh querido Simon, pero es nuestra única hija, es tan joven y frágil. La voy a echar de menos - Tabatha contemplaba cómo los operarios cargaban el barco con sus pieles curtidas, otro embarque hacia Rasganorte.. Así fué como Margot Tanner, hija de curtidores acaudalados ingresó en la abadía de Villanorte para adquirir una educación acorde con el nuevo estado social de sus progenitores. Paso 4 años aprendiendo historia, gramática, etiqueta y, por supuesto fue iniciada en el camino de la santa luz. Fue a la edad de 16 años cuando recibió la noticia, sus padres habían caído enfermos, un extraño mal parecía haberles atacado simultáneamente. A Margot se le concedió un permiso especial para asistirlos. La imagen que recibió a la joven fue de lo más descorazonadora, sus padres yacían postrados en cama, víctimas de una inexplicable parálisis que se iba apoderando lentamente de sus cuerpos. Ninguno de los bien pagados médicos sabía de dónde les venía el mal. Margot, desesperada fue a tomar la mano de su padre. Fue entonces cuando lo notó, fue una especie de corriente que recorrió su brazo y le hizo brincar el corazón. No sabia que era aquello, pero tuvo la certeza de que sus padres iban a morir. Miró a su alrededor, impotente, implorando a los médicos que hicieran algo, no importaba el precio del tratamiento. Dos días después los padres de Margot eran sepultados en el cementerio de Ventormenta. Aquel hecho hizo que Margot tomará una decisión, no volvería a dejar que la invadiera la impotencia delante de la enfermedad o el sufrimiento de sus semejantes. Decidida a aprender los secretos de la medicina fue tomada como aprendiz del maestro cirujano Grumman Eldher, de quien durante nueve años estuvo aprendiendo el arte de la medicina. Demostró tener ciertas dotes para la cirugía y la herboristería, no en vano había pasado su infancia ayudando a desollar animales en casa de sus padres y utilizado diversas hierbas para curtir sus pieles. Margot ayudaba a Grumman en sus visitas y atenciones a los ciudadanos de Elwynn. Solo en otras dos ocasiones volvió a notar esa especie de corriente que parecía recorrer todo su ser, los pacientes murieron poco después, aquello la aterrorizaba, por eso decidió sobreponerse a tal efecto, creyéndolo algo maligno, guardando el secreto en lo más profundo de su mente. Habiendo ya concluido su aprendizaje básico, busca establecerse como médico al servicio de alguna organización en Elwynn. (*) NOTA: La afección de los padres era intoxicación por mercurio, algo muy común en curtidores que empleaban ese producto como mordiente.
  8. "La fe es el principio de todo. Si tu dominio de las energías arcanas es aceptable, aunque no muy fuerte, eso no te impedirá convertirte en hechicera. Sin embargo, si tu fe es aceptable pero no lo suficientemente fuerte... nunca serás sacerdotisa." -Suma Sacerdotisa Dejahna Nombre: Silandris Estrellapálida Raza: Kaldorei Sexo: Mujer Edad: 149 primaveras Altura: 2, 14 m Peso: 96 Kg Lugar de Nacimiento: Polvo Estelar, Vallefresno. Ocupación: Iniciada de la Hermandad de Elune. Historia completa Descripción física Aquellos que han visto a los hijos de las estrellas son conocedores de que su fuerza no sólo reside en su basta comprensión del mundo sino también en la fortaleza de sus cuerpos mortales, Silandris no es una excepción a esta norma y es un vivo ejemplo de la herencia que corre por las venas de todos los Elfos de la noche, apartando los rasgos que la diferencian del resto de sus congéneres. Debido a esto su silueta femenina es esbelta para los estándares humanos y con unos músculos tonificados que si bien no llegan al grado de entrenamiento de las letales Centinelas es un indicativo del estilo de vida dinámico usual entre su pueblo, sus piernas están acostumbradas a recorrer los bosques de belleza mística que cubren la parte norte de Kalimdor y sus brazos están hechos al desgaste físico de las Lunas de fatigoso trabajo en los diversos Templos en los que ha permanecido a lo largo de su corta vida. Su peso no se aleja mucho de lo normal entre las elfas nocturnas, es liviana a pesar de su complexión atlética por lo que no sería extraño que un humano grueso o fornido pesara más que ella. Asímismo su altura se aleja del estándar humano, alzándose más allá de los dos metros pero sin llegar a la altura de los varones de su raza, todo ello la lleva a reflejar la imponencia y aspecto salvaje que convive con su belleza exótica e inhumana. Su rostro es una combinación extraña, por una parte está limpio de toda mácula. Ninguna cicatriz o desperfecto adorna sus facciones marcadas y por otra parte carece de los tatuajes faciales propios del sexo femenino de su raza, indicativo de que aún no puede ser considerada una adulta a pleno derecho y debe de llegar la noche en la que tenga que probar que es merecedora del orgullo de portarlos. Esta ausencia de adornos revelan con claridad las facciones marcadas y finas, al observar su rostro no da la impresión de ser la cara de una jovencita sino la de una mujer hecha y derecha, nadie podría afirmar su juventud de no ser por la remarcable ausencia de las marcas tribales. Como rasgo destacable cabe señalar su cabello violáceo, el cuál no suele crecer más allá de la espalda media y tiene por costumbre a amoldarse en coletas dependiendo de la labor a realizar, a pesar de esto lo más normal es verlo extendido hacia atrás en cascada y con discretos adornos naturales, comúnmente hojas caídas de árboles o pequeñas artesanías hechas con plumas de ave atadas en algunos mechones. Las manos en contraste están moldeadas por su insistencia en practicar la arquería, lo que le ha conferido una coordinación ojo-mano que compagina bien con su otra competencia destacable: el tratamiento con medicina natural y los importantes primeros auxilios que ha aprendido de forma básica gracias al aprendizaje que le han proporcionado las benevolentes Hermanas de la Hermandad de Elune. Por último su voz mantiene una entonación suave que podría considerarse armoniosa en el canto, talento artístico que lleva desarrollando desde su infancia con ayuda de su mentora y que ha ido perfeccionando en las ceremonias como Novicia de la hermandad. Después de todo en ocasiones sólo el canto de una voz pura puede aplacar los odios de las disputas como cuentan las leyendas sobre la Dama blanca de los elfos de la noche. Descripción psicológica "Para aquellos que vivirán para contemplar las edades del mundo la comprensión de todo cuanto les rodea es más que una lección a aprender: es un legado" Bajo esta premisa la infancia de Silandris sirvió como telón de fondo para mantener una comprensión del mundo reservada para los Kaldorei, unas convicciones que en la actualidad y con su relativa juventud mantiene aún de forma inalterable, pues es su derecho de sangre y nacimiento templar sus pensamientos con sabiduría y sus actos con mesura. Para ella no hay mayor sacrilegio que la desforestación caprichosa de un entorno natural ni mayor necio que aquél que se esfuerza en contradecir el orden natural de las cosas. Su carácter arrojado y enérgico es tan sólo una manifestación de su escaso tiempo en el mundo comparándolo con el del resto de sus hermanas, un testimonio de su predisposición a probarse a si misma dentro de la sensatez y así hallar el equilibrio de mente y cuerpo que su gente persigue con el paso de los siglos. Esto hace de la joven Kaldorei una persona comprometida con sus metas y aquello a lo que puede considerar un "deber", su disciplina a la hora de abordar un desafío podría sorprender a razas más jóvenes con su comprensión de que la unidad a veces es una virtud necesaria para derribar formidables barreras, por lo que no es extraño que se someta a acatar las indicaciones de aquellos que muestran sensatez en sus acciones. Su creencia ferviente en la Diosa lunar de los elfos de la noche, Elune, se refleja en su profundo respeto por las Sacerdotisas lunares, es en ellas en quienes ve un ejemplo a seguir y en el que pensar cuando la ira se adueña de su corazón. No en vano debe a ellas su naturaleza piadosa y su empeño en contemplar la violencia como un último recurso para evitar daños mayores; toda vida es un valioso regalo de la Dama blanca y extinguir su llama debería de ser un pesar. Es esta figura idealizada de las devotas de Elune la que deja entrever en parte una herida emocional causada por la pronta pérdida de sus progenitores desde su infancia, su reacción natural de considerar a las Hermanas su familia y en especial a aquella que la crió como su madre de sangre causa inevitablemente un deseo irrefrenable de dependencia a su nueva familia. Podría decirse que a primera vista destaca como una persona introspectiva que impone una barrera de cauta cortesía para disuadir a los demás de ver más allá, esto es tan sólo una característica común que comparte con el resto de los Hijos de las estrellas y que la lleva a ser reacia al contacto prolongado con actitudes que sean sumamente opuestas a la suya a pesar de su siempre presente paciencia. Bajo la superficie de esta fachada es posible descubrir tarde o temprano una capacidad empática sorprendente en alguien generalmente cerrado con sus sentimientos, así como un espíritu fiel que ve las tradiciones ancestrales como una guía más que como una verdad absoluta, descartando completamente la soberbia élfica que a veces toma control de las palabras de Elfos nocturnos más venerables que ella. Voz Yolanda Mateos (Español)
  9. Cornamenta

    [Raza] Los Draenei

    LOS DRAENEI Historia Organizaciones La Mano de Argus La Mano de Argus es la orden de guerreros, sacerdotes y magos que actualmente sirve como fuerza militar y policial en El Exodar. Otorgan apoyo a las razas que conforman la Alianza, y cuentan con exploradores en los territorios inexplorados del nuevo mundo llamado Azeroth. Está comandado por el triunvirato compuesto por los vindicadores Boros, Kuros y Aesom. Los actos de todo miembro siguen una estricta conducta moral, definidos por el código que todo miembro de la organización debe abrazar. Aunque entre sus filas hayan miembros que no son practicantes de la luz sagrada y no siguen a rajatabla las tres virtudes de ésta, pero todos deben de cumplir con cuatro puntos que se exigen: La Obediencia, el Valor, la Inteligencia y el Honor. Durante su estadía en Draenor, La Mano de Argus combatió contra las fuerzas de los orcos y el poder de la legión combinados. Su fuerza radica en el honor y su fé en los Naaru. Por su condición de seguidores de la Luz, se oponen a cualquier tipo de corrupción, así como cualquier acto que se oponga a su raza o la sacra filosofía. Rangos que conforman este ejército: Rangos Militar Eclesiástico Mágico Recluta de la Mano Adepto Estudiante Escudo de la Mano (infantería con escudo) Acólito Iniciado Pacificador de la Mano (Infantería sin escudo) Sacerdote Hechicero Explorador de la Mano (Unidades ligeras) Anacoreta Místico Presagista Gran Anacoreta* Gran Místico* Vindicador Gran Vindicador* *Rangos alcanzables por Maestres únicamente . Los Aldor Los Sha'tar Edades, peso y altura
×
×
  • Crear Nuevo...