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Lady Soup

Héroe Caído
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  1. Dado que ya he expuesto mi opinión y tal, tan solo vengo a presentar una duda: ¿El supuesto hechizo de bloqueo adicional, sea dif 16 o 18, sería solo para abjuración o incluiría el resto de disciplinas defensivas de las otras ramas mágicas?
  2. Poco se sabía de la figura del afamado Uther el Oscurecido. ¿Que hombre o, peor, no-muerto, se ocultaba bajo ese nombre? Su leyenda nació tiempo hace unos meses, en un lugar situado a dos jornadas de Vega del Amparo. Una Iglesia, o bueno, lo que quedaba de ella se había convertido en un refugio para los no-muertos. Un lugar donde, rechazados por la sociedad de los vivos y a la espalda de la de los no-muertos, podían vivir en paz y armonía. El líder de ese campamento, Uther Peñavieja, fue antaño un soldado del ejército de Lordaeron que, tras no jurar su lealtad a la reina, buscó un modo de sacar lo mejor de su pútrida existencia. Congregando a los suyos a su causa, poco a poco fue formando una pacífica comunidad de no-muertos a su alrededor. Todos ellos, por supuesto, trabajando por el mismo objetivo. Desgraciadamente —o no— eso no fue buena señal para las fuerzas de la luz, más cuando, poco a poco, se fue ganando el sobrenombre de santo. No por milagros —¿o sí?— si no por la labor que realizaba para los suyos, acogiéndolos en su comunidad y haciendo el camino más seguro en el proceso. Menos no-muertos circulando es menos atención para el Nuevo Orden y la plaga. San Uther el Oscurecido fue llamado. Por su piel, obviamente. Sin embargo, no fue hasta que el mercader Samuel Peterson, apodado “la Langosta”, que la presencia de esa comunidad no se vio declarada para la Vigilia. La iglesia, a las vistas del convoy, se alzaba como un bastión de herejías ¿Quien osaba profanar el nombre del Santo? ¿Milagros? El Templario Sir Ian MacKellar encabezaría la misión por purgar ese lugar. Acompañado de las fuerzas argentas y el grupo mercenario de Falka —sin más—, el Templario se acercó al lugar listo para su tarea. Sin embargo Uther, esperándose el conflicto, no tardó en aunar sus fuerzas para recibirle. Escoltado de sus guardias y un par de curiosos, Uther el Oscurecido se presentó. Ian, devolviendo las formalidades, preguntó por su nombre. El no-muerto, educado —como era de esperar—, dijo su nombre. El Templario le atacó. Ahí Uther debió haber muerto, definitivamente digo. Pero no lo hizo. La espada del Templario, no osó dañarle. Se volvió contra su amo y saltó en cientos de esquirlas. Todos, sorprendidos, se detuvieron. Pensaron y, como no, escucharon a Uther. En palabras educadas, de perdón y compasión, el no-muerto no atacó a las fuerzas de la luz. Habló, se explicó y fue educado. Con ello se evitó el conflicto. Las fuerzas de la luz marcharon con una advertencia para el no-autodenominado santo: “Huye de aquí, Uther, u otros te atacarán a tí y a los tuyos”. Tras reunirse con los suyos y pasar frente a la iglesia, como no, no les volvieron a ver. El Templario dio instrucciones de no hablar del tema. Los presentes cumplieron.
  3. Me voy a reir tanto de los queldo con esto... Me parece bien el apunto de Malcador, y creo que eso de enfatizar las especializaciones defensivas es algo necesario dada su naturaleza. Sigo diciendo que eso del igualar el coste de maná o el malus general por diferencia de nivel sería una fine addition, pero bueno, es mejor que nada.
  4. Ojo, que si quereis nos podemos poner un poquito más risas y que, por cada nivel por encima del hechizo a lanzar, dicha defensa tenga un -1. Ejemplo: Tiro defensa mágica básica para defender un hechizo de dificultad 16, como está 2 niveles por encima, mi defensa mágica tiene un -2.
  5. Me gusta, aunque aparte de eso añadiría que el coste de maná de defender un hechizo debe ser igualado con el de lanzarlo. I mean, que si bloqueas uno de dif 20, te coste 5 de maná bloquearlo, no 3.
  6. Al’falador se encontraba en la mierda. Eso no es algo que se vaya a decir así, de rápido y a la ligera, si no un hecho, simple y directo. Abandonado tras el ataque de la plaga y, ahora, abarrotado de energías arcanas descontroladas, no sería extraño pensar que, sin contar la constante amenaza de los trols Amani, asentarse en el lugar fuera —como poco— una mala idea. Aquello, como no, no resultó aparente para el Adepto Thala’riel que, en pos de formar una avanzadilla en el lugar, no tardó en movilizar a un variopinto grupo para adecentar el lugar. Tedi, encargada de planificar y supervisar la reforma de los muros, no tardó en idear los planos y esquemas para la futura estructura. Una vez todos los materiales y efectivos estuvieron en situación, se pusieron manos a la obra.
  7. DATOS BÁSICOS Nombre del Personaje: Moira Mitchell Raza: Humano Sexo: Mujer Edad: 26 años Altura: 1'80 m Peso: 59 kg Lugar de Nacimiento: Gilneas Ocupación: Estudiante de Medicina Magia DESCRIPCIÓN FÍSICA Moira es una chica pelirroja alta. Con una figura delgada y estirada, sin curvas, músculo y grasa, con de piel bastante pálida. Quizás podríamos decir que debería comer más, pues una bocanada de viento pien podría llevársela de un soplido. De todas los atributos que podríamos asignarle, quizás el que resalte más sean sus facciones afiladas, casi siempre terminando en una suave punta, o una heterocromía en los ojos. Uno azul y otro rojo. No es alguien especialmente fea, no cuenta con deformidad alguna que resalte a plena vista. Tan solo esa sensación de que es un palillo, la cual exagera en sus dedos, alargados y flexibles como su cuerpo. Da grima ver como los mueve. DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA Se trata de alguien con un humor bastante ácido. Seca, en ocasiones, y fulminante en otras. Su actitud podría decirse que es bastante pragmática y calmada. De observar primero y actuar después, con la calma de la perspectiva. Su mente, quizás, sea su atributo más relevante y bien más preciado. Es simplemente única, en todos los aspectos. Brillante, veloz y genuinamente irremplazable. Podríamos decir, casi, que se encuentra entre las más grandes mentes de la época, alguien que aprendió a hablar antes de caminar y ya escribía cuando aún llevaba pañales. HISTORIA Moira nació en la tierra de Gilneas tiempo antes de que el muro fuera alzado. Sus padres, unos comerciantes, eran conocidos por moverse por los reinos del este, de arriba a abajo, para vender sus productos. Gracias a eso Moira tuvo una buena y diversa vida en la que no le faltaron oportunidades para conocer el mundo —o bueno, al menos gran parte de él—. Eso le dio una cierta visión más abierta a las gentes y experiencias que el humano promedio, habiendo tratado con elfos, enanos y —recientemente— draenei, durante la mayor parte de su vida. Siendo una joven culta, curiosa, perceptiva e inteligente, no es extraño que esa variedad en el mundo llamara su atención. Sus padres, por supuesto, se encargaron de darle una buena educación desde su infancia. Asignándole numerosos tutores en sus viajes comerciales que, tal y como estipulaba en sus contratos, procuraron que la joven estuviera bien nutrida en artes, ciencias y demás conocimientos. Eventualmente —y por asuntos de su educación— se vio en la muy pesada obligación de separarse de su familia. Perseguir la carrera de medicina no era algo que pudiese hacerse —dando igual los medios a su disposición— bajo el amparo de profesores ambulantes o tutores a distancia. Por ende, y dejada a cargo de la finca familiar de Ventormenta, reside sola —en la actualidad— en aquel caserón que sus padres compraron hará ya unos años. El hogar en el que pasó su adolescencia. Con todo bajo el manto de las sábanas, las cortinas usualmente cerradas y un servicio mínimo de jardinería, cocina y limpieza… Bueno: Digamos que busca un modo de matar el tiempo entre clase y clase, como si deseara un modo en que esa pasión y emoción del pasado regresara para sacarla de esa rutina en la que lleva cinco años ya enclaustrada. Diario de Moira Mitchell, decimocuarto día del mes de marzo del trigesimosegundo años tras la apertura del portal oscuro. Bueno, hoy ha sido un día interesante. Como cada mañana, nada más oír el canto del gallo tras la ventana, abrí los ojos. El techo estaba como siempre. Decorado en los trazos de algún artista que mis padres pagaron hace casi dos décadas. La luz entraba tenuemente a través de la ventana, la brisa de una mañana calurosa acompañaba el aroma de pan recién hecho que repartía el panadero. Todo fue ordinario, tranquilo y calmado. Como era usual, de esperar y sin novedades. Repasé unos apuntes, escribí una o dos anotaciones y perfeccioné los dibujos de la última disección, ya sabes, la que realicé de una mano humana en la clase del profesor Papadopoulos. Tenía cierta… Belleza, sí, pero carecía de un trazo más perfecto. Mi pulso me tembló al cargar demasiada tinta en la pluma y… Quedó algo sucio. Eso ha sido lo corregido. Con la llegada de las nueve de la tarde, indicada por el paso del afilador por la calle, ya estaba lista para partir hacia la universidad. Mi vestido, púrpura como ya era habitual había sido previamente tratado por la lavandera desde el incidente de la semana pasada —las lluvias de las que ya te hablé—. Me dio algo de asco tener que cruzar el puente con él, apestaba a pescado y, evidentemente, algo de tufo se me iba a quedar, pero bueno. Es uno de los gajes de vivir en el distrito este. Vi una chica ya llegando a la universidad. Rubia, de cabello y piernas largas. Me llamó la atención, tenía la sensación de que me observaba pero… Lo mismo eran imaginaciones mías. La verdad es que era muy guapa. Clase, como cabría esperar, fue sin problemas ni interrupciones. Llegué un poco tarde, lo cual hay que destacar, y hacia el último trecho del pasillo tuve que ponerme a correr para mantener algo mi dignidad de alumna modelo. No lo hice, apenas llegué con aliento en mi boca —lo sé, lamentable— y tuve que contenerme la necesidad de respirar por la boca para no llamar especialmente la atención. Todo muy lamentable, sí. Pero bueno, nada que no me haya pasado ya —y en situaciones más vergonzosas—. Seguí adelante, atendí a las lecciones y, tras el paso de cuatro horas, gocé de unos minutos para comer algo y beber agua. Me entretuve, tras eso —y durante el descanso—, estuve realizando unos dibujos del paisaje. Ahí estaba de nuevo esa chica. No me miraba a mí esta vez, claro está, si no a un edificio de la facultad, la biblioteca en concreto. Me pregunté por qué pero… No me acerqué. Le resté importancia y esas cosas. No parecía ni tenía la compostura de una alumna, eso estaba claro, y desde luego era demasiado joven para tratarse de una profesora —sin contar el hecho de que llevaba una capa rosa estampada—, así que la tomé por una visitante y no le dí más vueltas. La siguiente ronda de clases fue una lección práctica. Siguiendo con la anatomía humana, pude observar desde un par de asientos atrás como el profesor mostraba a la clase los entresijos del cráneo humano. El cuerpo —según nos explicó— era de un convicto terminal que había decidido donarse a la medicina tras la ejecución. Nada inusual y fuera de lo habitual, así que realicé mis dibujos y apuntes —esta vez mejor pulso— y acabamos la clase sin incidentes. De nuevo, esa mujer rubia, de cabello y piernas largas. Con una capa rosa estampada. Tenía… Algo. Esta vez, ya con carbón y papel en mano, aproveché para hacerme a un lado y realizar un retrato. Por esos momentos, a decir verdad, no tenía ninguna intención con ello, simplemente lo hice y ya. Como que me apeteció. Tengo entendido —según pregunté—, que había estado pululando por la zona todo el día. Investigando la biblioteca y esas cosas. La verdad, sentí la tentación de acercarme a preguntar una vez recogí el material, ya anochecía. ¿Lo hice? Eventualmente sí, aunque —no voy a engañar— la duda me carcomió por unos minutos. Y lo que pasó después es lo interesante.
  8. Lady Soup

    [Ficha] Moira Mitchell

    Atributos 5 Físico 6 Destreza 9 Inteligencia 6 Percepción Habilidades Físico Destreza 2 Sigilo Inteligencia 1 Fauna 2 Leyes 1 Sanación/Hierbas 2 Cirugía/Anatomía 1 Tradición/Historia 1 Inscripción: Arcano 1 Brasero 1 Congelación 1 Electricidad 1 Invocación 1 Evocación Básica: Arcano 1 Evocación Básica: Aire 1 Evocación Básica: Fuego 1 Evocación Básica: Hielo 1 Evocación Básica: Tierra 1 Abjuración Básica: Arcano 1 Encantamiento Básico Percepción 2 Advertir/Notar 2 Buscar 2 Callejeo 2 Disfraz 2 Etiqueta 2 Música (Violín) 2 Reflejos 2 Rumores 2 Dibujo 2 Comercio Valores de combate 20 Puntos de vida 27 Mana 8 Iniciativa 6 Defensa Escuelas/Especializaciones Ninguna
  9. DATOS BÁSICOS Nombre del Personaje: Bizza van Brando Raza: Renegado Sexo: Mujer Edad: 43 años Altura: 1'69 m Peso: 49 kg Lugar de Nacimiento: Villanueva de San Esteban Ocupación: Mortacechadora DESCRIPCIÓN FÍSICA Esta muchacha, o sea yo, así para introducirnos en la materia, es un cadáver. Sí, quizás suene obvio el señalarlo teniendo en cuenta que se ve a simple vista, pero creo que es importante remarcar ese hecho antes de ponernos en materia, más que nada, por que es difícil decir que alguien —o sea yo— es “atractiva” cuando hace casi quince años que anda muerta. Así que nos limitaremos a los hechos, y bueno, estos no es que sean especialmente destacables. Rasgos afilados, piel pálida, ojos verdes bajo ese reluciente manto de reanimada… Lo típico, vaya. ¡Ah! Tengo el cabello corto y verde pistacho y, por si no salta a la vista MI PUTA CARA ESTÁ UNIDA A TIRAS Y ME FALTA UN OJO. DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA Lo que viene a ser mi personalidad… Meh, creo que egocéntrica sería lo primero que saltaría a la mente ¿Sabes? Pero vaya, que esa clase de mierda casi que la tiene todo el mundo ¡Incluso en la no-vida! Algunos me llamarían grillada —vulgarismo, según la Real Academia del Común, para «Loca»— ¿Pero sabes qué, chato? Yo diría que, dadas las circunstancias, soy la más cuerda del lugar. Quiero decir: He tenido relaciones con una demonio —o demonia, no sé—, me han matado, luego me han vuelto a alzar, he estado esclavizada por más de una década ¡Y pum! Ahora que vuelvo a estar «centrada» soy un jodido cadáver. Visto lo visto, lo sorprendente es que mantenga el humor. HISTORIA Bueno, ahora que estamos así a solas, te voy a contar la historia de mi vida. Tranquilo, no te preocupes, es corta, sencilla de masticar y toda esa mierda. Narra de principio a fin el como el destino —y yo, ya que estoy— cambió mi movida. No es tan coñazo como imaginas ¿sabes? O bueno, quizás sí, la verdad es que me da un poco igual ¡Me toca contarla a fin de cuentas para salir de aquí! Así que empecemos por el principio, o bueno, algo pasado del principio por que a nadie le interesa como, sin comerlo ni beberlo, llegué a ser forajida. O bueno, quizás sí, no sé. Pero claro que a nadie le importa donde nací ¿Verdad? Okey… Creo que nací en un poblado de mala muerte llamado Villanueva de San Esteban. No es que fuera un lugar acogedor, ni el más bonito pero… Mira, era el que me tocó y, por su situación bien al sur de… No sé, todo, como que la cosa fue muy bien por unos años. Mis padres eran… No sé ¿Burgueses? ¿Adinerados? ¿Soplaflautas? No sé si se ha inventado alguna de esas palabras, a decir verdad lo hago mucho, pero la cuestión es que tenían un bonito terreno en la zona, bastante dinero y propiedades por aquí y por allá que ahora no merece la cuenta enumerar. Siempre fuí una chica rebelde —ya sabes, lo que tiene ser hija única, aunque contar aquí eso no es que tenga mucho sentido—, de esas que causan más problemas de los que deberían y terminan con las rodillas escarpadas por más de un motivo, ya te conoces la fiesta. El asunto es que mis padres quisieron enderezarme. Lo normal, corriente, y esperado en ellos. Lo que pasa es que para cabezona yo. Y creeme, soy muy cabezona, pero las cosas como son —y cómo son, siempre serán— así que el que me mandaran a la Academia Mágica a enderezarme como que no resultó ¿Sabes? Allá donde iba, problemas y rodillas escarpadas era lo que me seguía. Pero bueno, aprendí cosas ¡Resultó que tenía talento! Y no es que fuera mal con mis progresos pero… Bueno, ya debe haber quedado claro que siempre fuí una chica traviesa, y claro ¿Quien iba a ser yo para no verme atraída por conocimiento prohibido? Si era —o es, a veces me lío con los tiempos, disculpa— pecaminoso y… ¡Bueno! ¡Ya me entiendes! Cosas que pasan, desde luego ¡Y lo juro que empecé ligeresa! Pero una cosa llevó a otra, esa otra a otra más gorda y… ¿Has visto una alguna vez una torre de naipes derrumbarse? Pues eso. También, debo señalar, es que todo tenía su gancho: Verás, cuando una demonio se dedica a susurrarte cosas picantes en tus sueños, promesas de poder —entre otras cosas—, ¿Que haces tú? La verdad es que no lo sé, pero yo —podríamos decir—, hice el equivalente herético a decirle que me pisara la cara y dijera cosas sucias mientras me azotaba con su cola —lo cual, ahora que lo pienso, es bastante herético para mis estándares de la época—. Gracioso esto de la perspectiva. Como es evidente, esas cosas sucias con la demonio terminaron escalando —para mal— la cosa hasta que inevitablemente me pillaron. No es que te quiera aburrir con los detalles de ese encuentro, pero basta con decir que, para antes de mi vigésimo segundo cumpleaños, podríamos decir que era una hereje perseguida por quien hiciera falta y, por supuesto, repudiada por su familia. ¿Te diviertes? ¿No? Te aguantas, porque la cosa mejora, chato. ¿Sabes esa mierda que nos esclavizó a muchos hace unos años? Bueno, pues hasta entonces yo había sido una fugitiva que bueno, sí, seguía en contacto con la patacabra sexualizada pero, en su mayor parte, como que tenía la cocorota demasiado ocupada en que no me pillaran. Así que poder dedicar el tiempo y atención que una demonia buenamente merece se hizo muy muy mucho difícil. Aún me debe guardar rencor por eso… Ehm… ¿Por donde iba? ¡Ah, sí! La cosa. Bueno, la cuestión es que mis huidas me llevaron a Lordaeron ¡Y sorpresa tu! por esas fechas se celebraba el regreso del príncipe tras una prolongada ausencia ¿Maravilloso? Sabes tan bien como yo que no, así que saltémonos esa parte. ¿Que puedo decir de mi tiempo con el Rey Exánime? No mucho, la verdad, era una jodida cadáver sin voluntad así que… ¿Realmente importa tanto? Para cuando se nos liberó y todo el mundo como que empezó a matarse entre sí, seguí a la Reina. Quiero decir… Mi cara, con la tontería, apenas se mantiene junta por unas tiras y nudos, ni de blas iba a poder volver a pasar por humana. O bueno, no creo, aunque ví cada cardo en mis tiempos que lo mismo te hago creer lo contrario. Así que bueno… Como que aquí estoy ¿Sabes? Lo que se dice tirando y esas cosas ¡Sirviendo al Nuevo Orden —muy grandilocuente el nombre, si me preguntas a mí— y esas cosas! Con mi particular suma de talentos casi que es natural que el cuerpo de mortacechadores —casi se me traba la lengua diciendo eso— fuera mi destino. ¿Que como llevo eso de la magia demoníaca? Bueno, como que tirando. A decir verdad desde que volví a la no-vida como que no es lo mismo. La conexión se ha perdido y esas mierdas. Pero vaya, aún puedo oírla susurrándome de vez en cuando, lo cual es romántico ¿No crees? Seguramente no. Así que recapitulemos por si te has perdido —que ojo, soy rara, me voy por las ramas, así que normal—: No-muerta de pasado libertino que terminó como está por consortar con demonios y pasar una temporada por donde tocaba. Tras ser esclava unos añejos pasé a servir al nuevo orden, donde estoy ahora. Sin muchos remordimientos, blablabla. ¿Ves? Simple, fácil y para toda la familia —bueno, eso último no—. Tampoco hacía falta tanto rollo para contarlo…
  10. Atributos 6 Físico 7 Destreza 8 Inteligencia 5 Percepción Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 1 Espada ligera 1 Maza ligera 1 Cuchillo 1 Cabalgar 2 Escalar 1 Defensa 1 Nadar 2 Sigilo 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Fauna 1 Sanación/Hierbas 1 Supervivencia 1 Evocación Vil 2 Barrera Vil 2 Sacrificio Vil 2 Piedra de salud 2 Sacrificio Vital 2 Idioma demoníaco 2 Dominio del alma 1 Invocación menor (Mordisquitos) 2 Poder prestado menor Percepción 2 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Rastrear 2 Reflejos Valores de combate 24 Puntos de vida 24 Mana 7 Iniciativa 8 Ataque CC Sutil (Espada ligera) 8 Ataque CC Sutil (Maza ligera) 8 Ataque CC Sutil (Cuchillo) 8 Defensa Escuelas/Especializaciones Energía Vil Demonología Mordisquitos (Acechador Vil Menor) Atributos 6 Físico 6 Destreza 4 Inteligencia 5 Percepción Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 1 Defensa 1 Mordisco 1 Sigilo Inteligencia Percepción 2 Advertir/Notar 2 Reflejos Valores de combate 24 Puntos de vida 12 Mana 7 Iniciativa 7 Ataque CC Sutil (Mordisco) 7 Defensa Escuelas/Especializaciones
  11. Plz, que alguien le diga a mi resfriado que me mate.

    1. Prototaip
    2. Lady Soup
    3. Izuriel

      Izuriel

      mejor le digo que degenere en una pulmonía, que morir de un simple resfriado es un poco triste

  12. Atributos 6 Físico 6 Destreza 8 Inteligencia 6 Percepción Habilidades Físico 2 Atletismo 1 Combate Desarmado (Defensivo) Destreza 1 Espada ligera 3 Lanza ligera 1 Daga 1 Cabalgar 1 Escalar 3 Defensa 1 Nadar 1 Sigilo Inteligencia 1 Fauna 1 Leyes 1 Religión 1 Sanación/Hierbas 1 Supervivencia 1 Tradición/Historia 3 Refuerzo de Luz 1 Detectar Entes Malvados 2 Proteger esencia 1 Crear Luz 2 Esencia sagrada Percepción 3 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Etiqueta 1 Rastrear 2 Reflejos Valores de combate 24 Puntos de vida 24 Mana 8 Iniciativa 7 Ataque CC (C.D. Defensivo) 7 Ataque CC Sutil (Espada ligera) 9 Ataque CC Sutil (Lanza ligera) 7 Ataque CC Sutil (Daga) 9 Defensa Escuelas/Especializaciones Luz Sagrada Protección
  13. DATOS BÁSICOS Nombre del Personaje: Sloane Sueñonocturno Raza: Sin'dorei Sexo: Mujer Edad: 80 años Altura: 1'80 m Peso: 73 kg Lugar de Nacimiento: Lunargenta Ocupación: Iniciada en los Caballeros de Sangre DESCRIPCIÓN FÍSICA Sloane es, dentro de lo que se clasificaría como el físico élfico femenino, una mujer andrógina. A veces ha sido confundida por un elfo, y ¿Para qué mentir? su cabello corto y recogido de color blanco, a veces, incita a la confusión. Más alta de la media, fibrada —como es evidente— y gozando de un porte cuanto menos frío y autoritario, a ojos de cualquiera aparenta ser una persona directa y concisa. DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA En lo personal Sloane no es que sea especialmente distinta a su exterior. No lo necesita. Es seria, recta y franca. Una militar «de libro» que sigue las órdenes al pie de la letra. Alguien que vive por y para su profesión, creyendo firmemente en la perfección de su arte, la guerra, del mismo modo que un violinista constantemente debe afinar su instrumento —el cual, en este símil, seguramente sería su cuerpo—. HISTORIA Era un día reluciente en lunargenta. El sol brillaba, los pájaros cantaban y los zancudos, como no, paseaban de un lado a otro portando a sus dueños. Sloane Sueñonocturno no era propietaria de una de esas bestias. Tampoco lo necesitaba ni tenía la intención de adquirir una. Ella era alguien que usaba las piernas. Y eso es algo que digo con toda la seriedad que ella misma profesaba. ¿Para qué usar transporte pudiendo andar por su cuenta? ¿Para qué dejar que las piernas se durmieran sobre una criatura si luego las necesitaría igual? ¿Para qué…? ¿Para qué…? Quizás esa era la pregunta que reflejaba en sus ojos durante aquel trayecto. Bueno, aquel y cualquier otro que se pegara para ir del punto A al punto B. Que en este caso, ya va siendo hora de señalar, era el Cuartel de la Orden. A sus ojos la sociedad de su orgulloso pueblo había ido a peor desde el cisma. Todo retrocedido mucho y, para cuando empezaron a recuperarse, tendieron a peor. Sin príncipe ni camino, a sus ojos no son más que una sombra, una cáscara de lo que antaño fueron, que necesita ayuda para mantenerse a flote. Ya no son es portentosa luz de civilización que se alzaba al norte y, ahora, viendo a otras especies siquiera caminar por sus calles, respirando su mismo aire… La verdad, «asco» sería la palabra más adecuada para describir lo que siente. Sin embargo las órdenes siempre fueron algo sagrado para ella. Ya fuera en la actualidad o, atrasándonos unos años, de más pequeña. Y estas decían que debía tolerarlos. La criaron en un régimen prácticamente militar al fin y al cabo, atizándole día tras día con los principios a seguir. Literal y figuradamente no conoce otra vida a la que atenerse. Es un propósito y camino que sigue con fervor casi religioso. Aquello, cabe señalar, era algo que se podía notar con el simple hecho de verla andar. Brazos en la espalda, espalda recta y cuello en alto. A zancadas equidistantes unas de otras. Tremendamente característico suyo pero que, para aquellas horas de la tarde, pasaba bastante en desapercibido. Terminó plantándose, por supuesto, tras cruzar la calle de la Orquídea y la Avenida de la luz, en el cuartel. Las puertas se abrieron con su llegada y cruzó los terrenos del edificio sin cesar el ritmo. Fue recibida y se le indicó que esperara. Acató, y pronto su superior apareció frente a sus ojos. — ¿Iniciada Sueñonocturno? —dijo la voz que cruzó la puerta. Se trataba de un elfo de apariencia joven, con el cabello canoso y las facciones acentuadas. Casi tan alto como ella y, por supuesto, con el candente brillo verde en los ojos. — Señor —se limitó a decir ella con la voz calmada. Su tono, relajado, recordaba al temple de una hoja. El elfo se detuvo un instante a observarla. Pareció leer en ella sin pasar en las apariencias. Parecía satisfecho. — Sígame. Sin decir nada más el elfo empezó a andar. Tras cruzar el pasillo por el que había venido, andó a paso raudo a través del primer giro a la izquierda, dos a la derecha y la segunda puerta a la izquierda. El trayecto, en su mayoría silencioso, fue acompañado por el característico sonido de los pasos de iniciada en ese tipo de suelo. O bueno, más en concreto, en la ausencia de él. El elfo pareció percatarse de ello. — Siéntese —le dijo señalando a una de las sillas del lugar. Ornamentada, como el resto del despacho, en rojo, blanco y violeta, la silla no fue algo en lo que Sloane prestara mucha atención. Procedió a apartarla un poco de la mesa y sentarse, como hacía toda elfa, y una vez anduvo colocada, se tomó unos instantes para ver el paisaje tras la ventana. — La verdad es que no me sorprende su solicitud de ingreso, iniciada —comentó el elfo aún sin sentarse, observando como ella —aunque dándole la espalda— el mismo paisaje—. Serví al Alto Reino junto a su madre ¿Sabe? Gran elfa. De nuevo, ninguna palabra. Él prosiguió. — Una pena que no regresara junto a nosotros. Fue duro enterrar a una amiga. No dijo nada. — Sepa que, aunque me tomo su tutelación como un deber personal hacia ella, no gozará de ninguna clase de privilegio por ello. Si quiere llegar a algo, deberá de ganárselo. Nada. — Tampoco espero menos de usted, que lo sepa. Su madre dejó una larga estela tras si, deberá volar cerca de ella sin quemarse. La expresión de la elfa no varió lo más mínimo. Aún así sus ojos, en reluciente verde esmeralda, reflejaron un «algo». — Nuestro pueblo se está realzando —señaló. Un imperceptible gesto de desagrado marcó el rostro de ambos—. Pero cientos innumerables enemigos esperan rebajarnos de nuevo. Nos encontramos en muchos frentes, iniciada, y todos ellos tienen un prospecto malo para nosotros. Se hizo una breve pausa. Momento en el que se giró para encararla. El rostro de Sloane parecía esculpido en el mármol. — Es por ello que no podemos fracasar. O mejor dicho, no podemos permitírnoslo —prosiguió—. Pues mucho ha sido perdido. Y mucho tanto no puede ser recuperado. Otra pausa. — ¿Alguna pregunta? Hubo un breve silencio. Casi pareció que el tiempo se detuvo por apenas unos instantes. — ¿Donde empiezo? —dijo una voz firme y femenina. El elfo sonrió.
  14. Lady Soup

    [Ficha] Sieweasn

    Atributos 6 Físico 8 Destreza 6 Inteligencia 6 Percepción Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 1 Ballesta ligera 2 Combate Desarmado: Defensivo 2 Daga 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 2 Sigilo 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Religión 2 Sanación/Hierbas 1 Cirugía/Anatomía 1 Supervivencia 1 Tradición/Historia 2 Ingeniería Draenei 1 Evocación Básica: Arcano 1 Conjuración Básica 2 Abjuración Básica: Arcano 2 Ilusión Básica 2 Detectar energía 2 Detectar energía Vil Percepción 2 Advertir/Notar 2 Buscar 2 Música: Siringa 2 Rastrear 2 Reflejos Valores de combate 24 Puntos de vida 18 Mana 8 Iniciativa 9 Ataque a Distancia (Ballesta ligera) 10 Ataque CC Sutil (C.D. Defensivo) 10 Ataque CC Sutil (Daga) 10 Defensa Escuelas/Especializaciones Magia Arcana Arcano Adivinación Ingeniería Draenei
  15. Lady Soup

    [Historia] Sieweasn

    DATOS BÁSICOS Nombre del Personaje: Sieweasn Raza: Draenei Sexo: Mujer Edad: 487 años Altura: 2'10 m Peso: 98 kg Lugar de Nacimiento: El Genedar Ocupación: Rangari de la Mano de Argus DESCRIPCIÓN FÍSICA Tratándose, a primera vista, de una Draenei de estatura y complexiones promedio, podríamos decir que Sieweasn —o Siwi, como la llaman algunos— no goza de facciones o atributos que merecería la pena destacar. Su tono de piel es oscuro, su rostro redondeado y, si eso, con una apariencia algo andrógina —para los estándares, claro, draenei—. Una figura esbelta con una ligera apariencia de músculo. Lo que tiene la vida militar, vaya. DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA Sieweasn es alguien simple. De gustos sencillos y placeres mundanos. Una soldado del brazo armado de su pueblo con un gran sentido del orden y el deber. Alguien que respeta la cadena de mando sin dudarlo y, ante todo, cumple sus objetivos. No es que cuente con especial seriedad en el frente, y en la vida personal pasaría por alguien tremendamente casual, casi despreocupada. Quizás eso pueda chocar un poco con su pasado y el de su pueblo, la vida de huida que ha vivido desde que nació. Pero no lo hace. Ante todo es alguien que, en pos de la venganza, encuentra cierto placer en “salir a matar unos orcos”. HISTORIA Nacida en el gran viaje que llevó a su pueblo a un nuevo hogar, Sieweasn no conoció tierra firme hasta bien entrada en su adultez. Habituada ya a la vida en la nave espacial, tardó varias décadas —tras el aterrizaje— en poner las pezuñas en tierra firme y explorar aquel nuevo mundo al que su pueblo llamó Draenor. Conoció a orcos antes de que entraran en guerra e hizo amistad con unos cuantos que, eventualmente, encontró muertos en el campo de batalla. Siendo de las primeras en unirse al cuerpo de Rangari, defendió a su pueblo por siglos junto a la exarca Naielle, explorando y recopilando inteligencia para el asentamiento de nuevas colonias y ciudades. Batalló ogros junto a la mano de Argus y, ante todo, vio florecer, con ilusión una nueva civilización. Cuando el enemigo del pasado acudió para atormentarles de nuevo, defendió —derrota tras derrota— hasta la última ciudad de su pueblo, el cual, arrinconado, malsobrevivió por años hasta que los orcos, al fin, abandonaron la desolada tierra. Aunque, por unas décadas, tuvieron tiempo para relajarse, una nueva raza los atacó y con ellos, ella volvió de nuevo al trabajo. Eventualmente la situación en Terrallende se hizo insostenible y, con ello, abandonar aquella sombra de lo que una vez fue su hogar se convirtió en una prioridad, vivió en sus carnes el aterrizaje en las islas de Kalimdor. No fue bonito y, como resulta evidente, salió herida. No contándose entre el personal prioritario, permaneció en éxtasis hasta poder ser despertada. Para cuando abrió de nuevo los ojos, un hecho que sucedió recientemente, ya estaba plenamente curada, sin signos de traumatismo, lista para ser asignada de nuevo a las fuerzas activas. Informe del Vindicador Thrawn para la Exploradora Sieweasn, entregado el quinto año tras la llegada a Azeroth. Bueno exploradora, a decir verdad todo de lo que le voy a informar en este comunicado le va a resultar, cuanto menos, chocante. Primero, y por resolver la primera pregunta que acude a la mente de la mayoría tras despertarse: Sí, estamos a salvo. Debe saber que esta tierra —a la que los nativos llaman «Azeroth»— es muy similar al hogar de antaño. Con el cambio, hay que señalar, de que la población autóctona es considerablemente más diversa y civilizada que la que encontró nuestro pueblo antaño. Numerosas especies —entre las que se incluyen nuestros enemigos— pueblan los parajes de este lugar agrupadas en —hasta donde podemos saber— dos continentes. En el que nos encontramos es conocido como «Kalimdor», aunque, técnicamente, el terreno en el que nos hayamos es llamado por los autóctonos como «Isla Bruma Azur». Lamentablemente en nuestro aterrizaje forzoso —en el cual el Exodar se vio severamente dañado— la fauna y flora de la zona se vio contaminada por las piezas y fluidos que saltaron de la nave. Algunos de los nuestros murieron, pero le agradará saber —dentro de lo que cabe— que la mayoría sobrevivimos. Con el tiempo nos hemos ido asentando en el lugar. Tratando de limpiar el desastre que causó nuestra llegada y, poco a poco, formando una comunidad. El Exodar, donde aún se encuentra, se ha convertido en nuestra capital. El centro de mando y desde donde organizamos y gobernamos. Aún nos queda mucho para gozar de la gloria de antaño, de resurgir como pueblo y especie. Sin embargo, en vistas de que nuestro único medio de escape se encuentra dañado en severidad, sin posibilidad alguna de reparación —por el momento, al menos—, así que deberemos asentarnos, mantener y formar alianzas y, por ende, llamar a este mundo «Hogar». La situación, y es a lo que quería llegar, es que nos hemos visto asistidos durante este tiempo en el que nos hemos ido estableciendo en la isla por una raza nativa. Unos tales «Kaldorei» —aparentemente parientes lejanos del enemigo que nos atacó en Terrallende— que combaten la amenaza orca recientemente llegada a su territorio. Debo, por ende, comentarle que, aunque tenemos el enemigo prácticamente a las puertas del Exodar, no es el único de los males que reptan por estas tierras. Aunque los exiliados apenas se han adentrado más allá del territorio de nuestros aliados, debe saber que un imperio siervo de la Luz de los Naaru se alza al este en una lucha perpetua contra las fuerzas demoníacas y del vacío. La nigromancia ha alzado dos facciones —usualmente enfrentadas— de no muertos. Varias alianzas han sido formadas y debe saber que una de ellas se encuentra en pacto permanente con los elfos de sangre —y, muy lejanamente, los orcos—. No son el enemigo que luchará, no por el momento, pero debe tener en cuenta que, en cierto modo, esta es una tierra, cuanto menos, convulsa. Nuestra tarea —y su misión, de decidir aceptarla— será la de adentrarse en territorio Kaldorei junto a una unidad de la Mano de Argus para asistir a nuestros aliados en su guerra contra el ya mentado enemigo. Prepárese, pues este, como podrá suponer, cuenta con el apoyo de diversas criaturas de la zona, junto con varios efectivos que, sin dudarlo, habrán enviado el resto de intereses con los que cuenta el planeta. Sé que ha pasado un tiempo desde que batalló a los orcos, así que tiene cerca de un mes para prepararse para ello, conocer al resto de operativos y aprender los básicos de la lengua Kaldorei. No espero que la hable en tan poco tiempo, descuide, pero debería ser capaz de comprenderla al menos. En caso de no ser posible, una lengua primitiva y común está extendida por todo el planeta. La mayoría tardan apenas unos días en captar los básicos, así que no le resultará especialmente difícil. Confío en que esté a la altura de defender a los exiliados una vez más. Que la luz de los Naaru guíe su camino.
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