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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 17/09/19 en todas las áreas

  1. 2 points
    Atributos 6 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 7 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 18 Mana 7 Iniciativa 9 Ataque a Distancia (Ballesta ligera) 8 Ataque CC Sutil (Cuchillo ligero) 9 Defensa Habilidades Físico Destreza 2 Ballesta ligera 1 Cuchillo ligero 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 2 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Fauna 1 Religión 1 Sanación/Hierbas 1 Supervivencia Percepción 2 Advertir/Notar 1 Bailar 2 Buscar 2 Rastrear Escuelas/Especializ
  2. 2 points
    Nombre del Personaje Belmont D'La Hire Raza Huarguen Sexo Hombre Edad 32 Altura 1,64M Peso 47KG Lugar de Nacimiento Las Antenas Ocupación Rastreador mugriento Descripción Física Bajito y escualido exceptuando en los brazos, que son más bien fibrosos. Piel blanquecina rosada, bigote prominente, nariz puntiaguda y pelo corto de color negro. Tiene malformados los dientes. Descripción Psíquica Jovial y audaz, no tiene exactamente fobia a la sangre, pero prefiere evitar verla porque le dan nauseas, se tiene a sí mismo como un gran general, más es simplemente un mugroso huarguen de la calaña. Tiene un fuerte patriotismo y sentimiento religioso. Habla con un zezeo constante debido a la malformación de sus dientes, puede hablar bien, pero no está acostumbrado a ello. Tiene un acento donde pronuncia varias palabras con "ch", sobretodo en las palabras con L o con Y. Ficha Rápida Si (300 palabras mínimo) Historia Dentro de una tímida posada, que de su interior deja salir de una chimenea un tenue brillo de lo más agradable, 5 hombres con pintas de veteranos cantan acompañados por una guitarra. Hasta que de un pequeño chasquido todos hacen silencio, un hombre calvo y de barba prominente, repleto de marcas escupe de su boca, con su ronca y muerta voz, acompañado por el guitarrero: LA EPOPEYA DE LOS 15 JINETES .-Quince hombres cabalgan en busca de Blas Manzano, un soldado como pocos, hombre reservado, nadie supo nunca si Blas estuvo triste, alegre, si estaba con los rebeldes o con los realistas, si estaba o no estaba. Jamás olvidaba sus promesas y a veces hasta las cumplía, el Blas Manzano supo vender cara sus derrotas, y así se fue haciendo una posición. Ahora, han puesto precio a su cabeza, pero como usa sombrero no se le ve la etiqueta. Hoy vamos a contar la verdadera historia de su captura, la gesta de los quince valientes que un día partieron detrás del rastro de Blas Manzano. Los otros 4 hombres sueltan un ligero y angelical "Uuuuu uuuu uuuuu" Mientras el narrador sigue con su relato .-Los quince jinetes cabalgan tranquilamente, las guerras civiles han terminado pero no cesa el clamor de la guerra imperial, los quince gilneanos cabalgan en silencio. Han perdido la caballada a manos de bandidos pero siguen unidos por el mismo ideal, unidos por la misma misión, y unidos porque todos montan el mismo caballo que soporta el esfuerzo sin una palabra de reproche .-Quieen usurpó tu epopeya, caballito, caballito gilneano. Soportas quince jinetes y sus ordenes altivas, me imagino lo que piensas de sus madres respectivas" -Canta el coro, el calvo sigue su relato- Delante de los demás, aferrado como puede al cogote del caballo va el rastreador Belmont D'La Hire, originario de un pueblucho del norte de GIlneas, movido por el patriotismo y el ansía de aventura, tomó su ballesta y se unió a la gloriosa compañía. Le hicieron oler la bota del Blas Manzano y desde entonces no come ni duerme buscando el rastro .-Los quince hombres cabalgan empedernidos en la búsqueda del Blas manzano...De pronto..."¡Nuestro hombre anda zerca!" Decía el Belmont D'La Hire "¿El Blaz Manzano?" -Voz normal- "El Blaz no zé, pero zus botas zeguro" -Allí, delante de los quince jinetes, una tranquera y un cartel desteñido por el tiempo "Granja La Nutritiva". "¡El cobarde se ha escondido en la granja! ¡Al ataque mis valientes! ¡A tomar la granja!" Y los quince hombres irrumpen en la granja al galope. Una vez adentro, un puñado de ancianos, mujeres y niños son dispersados fácilmente, solo encuentran resistencia al tratar de tomar la letrina, con un tronco, improvisan un ariete con el que tratan de derribar la puerta, desde adentro, la enérgica voz de un anciano contesta..."¡Ocupado!" .-Ya están por dejarlo ir cuando Belmont, el rastreador, se arroja a los pies del anciano y comienza a oler sus botas..."Ezte ez el Blaz Manzano" .-Enseguida se forma el pelotón de fusilamiento, el capitán Saturnino se acerca al recio y le dice "Puede pedirme la última gracia" y el reo le pide que imite a un mono. Por fin, el capitán le venda los ojos al Manzano, le recuerda sus derechos y que todo lo que diga puede ser usado en su contra "Apunten...¡Fuego!"... El silencio del baldío es la única respuesta, ocho hombres desconcertados rodillas en tierra apuntan al cuello del Manzano con cuchillos y tenedores, el capitán Saturnino decide suspender la ejecución. Es así que el Blas Manzano quedó libre, mientras que los quince jinetes siguieron cabalgando rumbo al más alla. La peste lobuna terminó por condenarlos.
  3. 2 points
    Los dos elfos se miraron fijamente. La elfa mostraba una actitud decidida y segura, mostrando una sonrisa desafiante. Mientras que el forestal sonreia por mera inocencia. Ambos se pusieron en guardia y pronto los metales chocaron. Pero la elfa, curtida ya en las peleas. Tenía la magia como as bajo la manga, reduciendo al agil forestal en un par de golpes. De primeras, el joven parecia frustrado por el uso de magia en el entrenamiento. Pero pronto entendio que en el campo de batalla no te puedes parar a pensar que es justo o no. En el descanso, un par de temas afloraron e hicieron que el elfo se sonrojada. Para cortar por lo sano, la elfa propuso un duelo con diferentes armas. Ella con la lanza, que parecia que tenía un ligero manejo con ella y el forestal... Con una espada pesada. Francamente, se sentía incomodo por el peso de la espada. Sus sables eran ligeros como el viento y sin embargo, la espada que portaba ahora tenia que arrastrarla medianamente. Por otro lado, la elfa hacia malabares con la lanza, mostrando una gala de aptitudes de guerrera en ella. El elfo tomó la iniciativa, no iba a despistarse otra vez. Chocaron las armas algo ocurrió. ¿Negligencia quizás? Durante la anterior pelea, habia conseguido captar varios movimientos de la elfa, reproduciendolos ahora. Pero un golpe en la rodilla hizo que se desestabilizara mientras cargaba un golpazo, que por la fuerza con la que iba, el golpe que le habia desestabilizado y sumando su inexperiencia y carencia del manejo con el arma acabó enterrando el filo de la espada en el hombro de la guerrera. Haciendo que cayese de inmediato al suelo. Por suerte una patrulla de forestales platicaban al lado y supieron llevar a la herida a la enfermeria antes de que empeorase la situación.
  4. 2 points
    <La carta estaría en aquel abandonado lugar dónde se acordaría que se comunicarían los aliados piratas y nigromantes, una carta sin sello y el sobre manchado con una gota grisácea que apesta a alcohol, las faltas ortográficas abundan. ¿Qué se le puede pedir a un parameño borracho?> @Taendris @Focus @Tercio (perdonad por el sida visual, pero era necesario) Aqi Kord, vuestro pirata favorito. A pasado mucho tiempo desde akella ves que nos peleamos contra esos murloks y tuvimos ese gratificante viaje, ¿eh uesitos?, aora tengo qe pediros un favor. Un tripulante necesita buestra ayuda para acabar con esos imperiales lame kulos y su emperatris estirada y merluza. Os dejo por aqui lo qe dice el Benedict. <A partir de aquí la letra cambia y las faltan disminuyen, parece que es otro el que escribe> Mi nombre es Benedict Garthside. Al igual que vosotros he tenido que huir de las tierras imperiales debido a mis conocimientos mágicos: mal vistos por todos los subguyados bajo la Iglesia de la Luz. Me dirijo a Bosque del Ocaso con una serie de planes para cambiar esto y que más personas como nosotros nacidos entre murallas imperiales no tengan que huir de un lado a otro como actualmente hacemos. He oído que tenéis un sitio en el que refugiarse de los peligros del bosque y sería de gran ayuda que me diesen cobijo en lo que acabo con la primera fase de mis ideas. Llegaré en una semana, haya una respuesta o no por la parte oeste entrando desde Páramos de Poniente e iré lo más rápido posible al este. Espero respuesta Aqi de vuelta el Kord, cuidad del vejestorio y disfrutad aplastando esos imperialuchos, yo no tardare en unirme a vosotros. Sienpre vuestro, Kord <3 <El corazón estaría dibujado>
  5. 1 point
    Nuevos comienzos Ilustrado por SirNoir Desde los mares del sur llegaba a la costa oeste de Páramos de Poniente el Réquiem, el pequeño barco capitaneado por Kord Roderick. No les hizo falta atracar, pues nada más estar lo suficientemente cercanos a la costa soltaron uno de los botes, llevado por el mismo capitán y un marinero: Benedict Garthside. Ese hombre de carácter extraño venía con un plan, uno que se llevaría a cabo más allá al este; en Bosque del Ocaso, pero antes de llegar tenía una serie de tareas pendientes por la zona. Se venían cosas grandes, o al menos eso creía Benedict.
  6. 1 point
    La recogida de plantas de Eliel. Eliel, uno de esos días tranquilos de Quel´danil, se disponía a a ir a una batida para recoger algunas hierbas para su alquimia, nada del otro mundo. Desde el inicio planeaba ir a solas, de todas maneras, era a escasos metros de Quel´danil. Pero mientras se preparaba para partir, Alyra Silverdawn, decidió acompañarle, y poco después Lynnete. La excursión no fue para nada algo extraordinario, de hecho solo fueron un par de horas recogiendo tres tipos de plantas diferentes. Cada una con una tarea distinta, Alyra de escarbar para encontrar las raices de uno de los tipos de plantas, y Eliel y Lynnete, buscaban entre los alrededores tipos concretos entre las flores comúnes. Poco después. habiendo recogido así suficientes plantas, y raíces, las tres volvieron a pleno Quel´danil, teniendo Eventos sociales entre ellas, que, para Eliel, no acabo perfectamente bien, perdiendo así bastante confianza con Alyra, y perdiendo la poca que tenia con Lynnete. Duracion: 1 h Habilidades usadas: Alyra Silverdawn: Sanacion/hierbas, buscar, adv/notar, Supervivencia. Eliel Valenis : Sanación/hierbas, buscar, Supervivencia, Alquimia. Lynnete : Sanación/hierbas, buscar, Supervivencia.
  7. 1 point
    *Alester iría a recoger la carta por Jasón, dado que el Maestro no tiene porque salir de la torre. Toma el sobre, frunciendo el ceño y olfateando el papel, cerca de la mancha grisácea* - Joder, pero que puto asco. Se ha meado en la carta. *suspira lentamente y niega, abriendo el sobre, dado que no tiene sello y cotilleando un poco* *Arruga la carta con la misma cara de asco que en el principio y la tira hacia los arbustos cercanos. Niega repetidas veces, alzando la mirada al cielo* - Ni el maestro merece leer tal cosa...¿La ha escrito un jodido necrófago? Mejor le informo en persona. *Por último, vuelve a los arbustos donde tiró la carta y la pisotea varias veces, la recoge por alguna extraña razón y la vuelve a romper* - Le diré a Santiago que necesitamos más calabazas, pero esconderé la mía.
  8. 1 point
    Desde el día en que al mundo llegamos y nos ciega el brillo del sol. Hay más que mirar, donde otros sólo ven, mas que alcanzar en lugar de soñar. Son muchos más los tesoros de los que sí podrán descubrir. Y bajo el sol protector con su luz y calor aprender todos a convivir. El verano había sido especialmente duro en las tierras de los habitantes de las llanura. Las planicies de hierba ocre se habían convertido en socarrales resquebrajados. Los lagos en lodazales llenos de moscas, crocoliscos hambrientos y cadáveres infectos de ñues y zhebras. Con la escasez de recursos y del agua , que todo lo envuelve y ordena, las tierras secas se habían alimentado con la sangre derramada alrededor de los pocos recursos en una lucha por la supervivencia brutal y despiadada: Tauren ,orco, jabaespín, centauro, hombre, arpía. Una cacofonía de muerte y dolor que cada año se repetía, incesante. Ese es el ciclo. Vida, prosperidad, decadencia, muerte, y de nuevo, vida. Pero algo estaba haciendo que el ciclo se trastocase este año. La etapa de muerte se alargaba demasiado. Los ancianos chamanes de las tribus de las planicies observaban los cielos. Donde los primeros haces de nubes deberían haber hecho acto de presencia, no había si no un cielo claro, coronado por un sol ardiente e inmisericorde. Las danzas y las ofrendas no parecían contentar a la Madre Tierra ni a los Ancestros, y los elementos no respondían los llamados , ya casi de auxilio de sus hijos. Los Correbruma, una pacífica tribu de taurens, amigos tradicionales y leales de los Elfos de la Noche y algunos de los mejores adeptos en las energías naturales entre los tauren, recorrían las posiciones de sus hogares en su flujo migratorio. El conocido como Campamento Taur-ajo (Refugio del Pueblo, en taur-ahe) era el hogar atávico de esta tribu que había decidido conservar sus tradiciones migratorias. Habitualmente, su ubicación variaba entre cinco posiciones de caza ancestrales, cada una ganada con sangre y dolor hacia décadas o incluso siglos, que rotaban según el flujo de las estaciones y los movimientos de las grandes manadas del sur de las sabanas centrales de Kalimdor. Una de esas regiones, donde se refugiaban a pasar los primeros meses del año, les había sido negada con la llegada de los refugiados de Lordaeron hacía casi una década, que habían alzado grandes fortalezas costeras para proteger sus rutas marítimas. Otra, al borde de los acantilados que regalaban a los ojos con la visión de la maravilla natural conocida como las Mil Agujas, la habían perdido en una costosa escaramuza frente a los Totem Siniestro, que se había saldado con el matrimonio forzoso de tres hijas y tres hijos de varios de los Valientes más veteranos de los Correbruma con Valerosos de los Totem Siniestro, en una tregua humillante que reforzaba aun más el dominio de los guerreros de la Meseta Nube Negra. Con sus hogares ancestrales reducidos solo a tres, los pacíficos tauren de los Corre Bruma se vieron obligados a pasar largos periodos asentados en lugares poco idóneos para su supervivencia, cuando las manadas ya habían partido y solo quedaban pequeños grupúsculos de animales, enfermos o heridos. Más los Correbruma perduraron, y aun perduran, pues pese a sus pacíficas costumbres son tenaces adeptos de las enseñanzas de la Gran Madre: Sobrevivir, no importa lo duro de las circunstancias. Más esta vez eran duras, muy duras. ¿A qué se debía semejante retraso tras un verano tan arrasador? Normalmente, los periodos estivales especialmente calurosos eran seguidos por unas torrenciales lluvias que traían un refresco vital a la sabana. Los chamanes consultaron, no solo entre ellos y con los sabios de otras tribus. Incluso con los propios chamanes orcos, y algún valeroso y osado Correbruma llegó a adentrarse en las profundas cuevas donde el Archidruida Naralex y sus discípulos habían desaparecido años atrás, más no llegó a saberse de él. No fue en tauren, orco o elfo de la noche que los Correbruma encontraron respuesta. No. Fue en la figura de un anciano trol, perdido entre las callejuelas de El Cruce. Entre orcos semi inconscientes por la sed y el calor, puercos rebuscando entre basura y goblins golpeados , esquilmados de su ultimo cobre por matones de mano amputada, un viejo trol, por todos conocido como un loco, sentado sobre sendo caparazón carmesí, habló palabras pérfidas, que anunciaban oscuridad: "Lo notais en el aire. Lo notais en el agua.. El fuego arde, sus hijas se agitan ansiosas porque su padre regresa. La sangre se derrama, la tierra la absorbe, pero esta no desaparece, nunca se pierde. Mirad, mirad, pues la sangre fluye siempre hacia un lugar." Extrañados, los veteranos chamanes tauren marcharon durante semanas para llegar a las costas de Durotar, más cuando desearon embarcar hacia el archipiélago de las Islas del Eco, los trols de la aldea de pescadores de las costas le negaron un acceso que antaño les habrían concedido sin mayor impedimento en señal de amistad. Esquivos, no dieron grandes detalles. Al parecer, los Lanzanegra se preparaban para la llegada de algo, los ritos vudú y los inciensos ardían, los totem se alzaban, y las Islas del Eco no debían ser perturbadas por presencia extranjera. Vol'Jin no deseaba correr riesgo alguno: No permitiría que los resguardos de su pueblo sucumbiesen.
  9. 1 point
    Pronto dominaremos gente, se viene
  10. 1 point
    @TitoBryan te quiero pero te lo debo por traicionarme
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