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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 01/06/18 en todas las áreas

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    Historia Los crujidos de la nieve bajo las zarpas de Xia resonaban por las cordilleras nevadas como si fuese un alud de proporciones cataclísmicas, o eso era lo que sentía la pandaren mientras intentaba caminar de la manera más sigilosa posible. Arco en la espalda, avanzaba sujetándose con las garras a las heladas rocas de las paredes para evitar resbalar por los estrechos pasos montañosos. Daba igual cuantos años llevase uno transitando semejantes caminos. Hozen, Pandaren o Grúmel, un paso en falso era todo lo que hacía falta para acabar con los huesos quebrados al fondo, en las afiladas rocas que aúllan con los gritos del viento. Hacía ya tres horas que Xia había abandonado su hogar. Entonces ,el sol veraniego aun no había salido, y había contado con llegar a las trampas que había puesto la noche anterior antes de que el astro rey apareciese sobre el cielo, sus cálidos rayos golpeando los picos nevados con intensidad. Pese a lo que creían muchos pandaren del sur, era en las épocas del deshielo donde más peligrosas se volvían las montañas. La nieve comenzaba a derretirse y su solidez daba paso a una inestabilidad capaz de causar alúdes ante la más mínima perturbación, que arrasaban todo a su paso, fuese un viajero incauto, una caravana de Yaks o incluso aldeas enteras. Xia maldecía para sus adentros, pues había tenido quedar un gran rodeo por una zona mucho más peligrosa cuando el paso principal que debía de recorrer lo había encontrado totalmente obstruid por un corrimiento de tierra que no podía sortear. Había intentado acelerar el paso, pero el Sol le había ganado la carrera, y ahora su viaje por las montañas se había vuelto aun más difícil, pues las rocas estaban húmedas, la nieve inestable, y la tierra embarrada por el agua que discurría a chorretones por los cursos de agua forjados por los siglos gracias al discurrir del líquido elemento. Maldiciendo, no su mala suerte, sino su falta de previsión, pues probablemente podría haberse ahorrado esto de haberse levantado un par de horas antes, en plena noche, acabó por llegar al pequeño claro montañoso donde unos arbustos de hojas afiladas como cuchillas y unos árboles de troncos gruesos y baja altura daban cierto contraste en sus tonos verdes apagados al blanco virginal que cubría la región. Se aproximo a las trampas de madera, rezando para haber capturado a alguna perdiz nívea, pues era en estas fechas cuando nacían sus huevos y los progenitores salían a buscar alimento para sus insaciables polluelos. Una maldición que habría sido quitada de su boca por una bofetada de su abuela salió de sus labios cuando vio que las pequeñas jaulas de madera no solo estaban vacías, si no que habían sido totalmente destruidas. No tardó ni diez segundos en descubrir quienes habían sido los culpables, pues los rastros de heces y el hecho de que al parecer alguien hubiese escrito con orín un insulto en la nieve dejaba claro que habian sido los Hozen. Criaturas pulgosas, más de una vez Xia había preguntado a su padre porqué el Shado-Pan no había acabado con todos ellos, al menos, con los que viven en las montañas. Obviamente, comentarios tan radicales y poco reflexionados eran respondidos con un severo corte de su padre, por osar siquiera mencionar semejante idea de Mogu. Podría haberse quedado un rato maldiciendo, pero la pandaren sabía que no encontraría respuesta alguna en dejarse llevar por su enfado. Inspirando el gélido aire de las cumbres, se tranquilizó, antes de comenzar a recoger las trampas que por lo menos podrían ser reparadas con relativa facilidad, limpiándolas con nieve de la “suciedad” que los Hozen habían … echado por encima. Cuando el sol estaba en lo más alto de su viaje por el cielo, Xin llegó por fin a su aldea, cargando las trampas a la espalda. De apenas doce casas, escondida bajo un saliente rocoso que la protegía de aludes y otros corrimientos de tierra, Okai-Mashu no salía en prácticamente ningún mapa, ni siquiera los de la región. ¿Y porqué iba a hacerlo? Era una aldea irrelevante de cazadores, fundada según transmitían los más ancianos de la aldea por un Monje del Tigre hacia un par de siglos, que se casó con un espíritu de las montañas, siendo sus hijos los primeros habitantes de la aldea. Como hacía siempre, se detuvo y se inclinó ante la estatua de roca del Gran Tigre que se encontraba en la entrada de la ciudad, observando de manera permanente, con sus ojos de zafiro, la inmensidad de los valles ocres que a cientos de kilómetros más abajo se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Saludó con la cabeza a la Vieja Chou Chou al pasar por delante de ella, que estaba sentada delante del descansillo de su hogar cosiendo un tapete mientras sus dos nietos retozaban en la nieve. -Desciendes de los picos con una sombra muy larga, pequeña. - Su tono amable era enmarcado por una sonrisa casi sin dientes y unos ojos con unas cejas tan pobladas que parecía que nunca se habrían, en una expresión entrañable. -Lo lamento Chou Chou. Hoy no he sido capaz de mantener la compostura del Gran Tigre – Respondió Xia con un tono un tanto apático, que fue respondido por los dos nietos de la anciana pandaren, Mu y Fao corriendo hacia ella para abrazarse a sus piernas sonriendo. -Mi vista ya no es lo que era, pero escucho en tu espalda el ruido de la madera vacía y no los gorjeos de las perdices. No ha habido fortuna en tu caza. - Respondió con cierto rintintín la anciana, sin dejar de coser, alzando su rostro hacia la pandaren embutida en pesadas ropas de cuero de abrigo. -No, Chou Chou. Los Hozen de las montañas las han encontrado y de nuevo las han roto y profanado, comiéndose el cebo. - Xia intentaba impregnar su voz del enfado que le había causado por dentro la pérdida de la caza, pero tras tantas horas de viaje, el frío de las montañas había calmado su ánimo, y ahora no podía si no sonreir levemente mientras con su mano sujetaba la cabeza de uno de los cachorros pandaren que intentaba infructuosamente derribar a la mayor, mientras su hermano se sujetaba la pierna de la cazadora. -Bueno, el Tigre Blanco proveerá, pequeña. Recuerda, cuando el Hozen baja de la montaña... -Comenzó a decir la anciana pandaren, pero no llegó a acabar. -La buena fortuna tras ello acompaña. Sí, lo se anciana Chou Chou. -Con un tono entre la formalidad y el cansancio, Xia acabó el refrán de la abuela pandaren, respondiendo esta con una leve sonrisa. Dando a los gemelos pandaren un pequeño guijarro de forma curiosa que había recogido para distraerlos lo suficiente como para huir de su agarre, Xia inclinó la cabeza ante la vieja Chou Chou y empezó retomó su camino hacia su casa. No llegó a ver como la afable expresión de la anciana se cambiaba por una de tristeza mientras veia a la joven pandaren marchar a su hogar. La casa de la familia Lin era la más alejada de la aldea. Mientras que todas las demás se abrazaban unas a las otras alrededor de la pequeña plaza del pueblo, para mantener el calor en los meses más helados del invierno, la de la familia Lin se encontraba a unas pocas decenas de metros, alejada, algo más escondida entre las montañas. Desde su puerta se podía ver toda la aldea y la entrada a la misma, con la estatua del Gran Tigre al fondo, y esa era la posición que su padre, Lin Zhou, solía ocupar, fumando de su pipa en soledad. Pese a que hacía más de treinta años que había dejado el Shado-Pan para irse a vivir a las montañas y forjar una familia, en el fondo jamás había dejado de vivir en el monasterio. Cada mañana, sus rituales eran los mismos, su entrenamiento los mismos, y su mente, la mismo. En la aldea le conocían como el Viejo Lobo, pues pese a que su carácter era arisco, regido por tradiciones estrictas que para el resto de la afable aldea resultaban ajenas, desde su posición privilegiada vigilaba constantemente a sus vecinos, y que nada pasase al pequeño remanso de paz donde vivían. Hoy su padre no estaba ahí, cosa que no le extrañaba a Xia, pues en su retraso había llegado a la hora de la comida. Ya podía visualizar la regañina de su anciano padre por haber perdido tanto tiempo en las montañas, pero para su sorpresa, no hubo tal. Cuando abrió la puerta, dejando las trampas y su vara de viaje apoyadas en el descansillo, y se inclinó en señal de saludo, vio a su padre y a su madre, sentados en la mesa, esperándola. La comida en la mesa era escasa, como de costumbre. No solo porque vivían de las pocas reservas que quedaban tras un largo invierno, sino porque su padre siempre había mantenido una estricta dieta para su familia donde no había el más mínimo margen para la indulgencia. Pese a que durante los primeros años la joven Xia siempre se había quejado, deseando comer tanto como los otros niños de la aldea, cuando la dureza de Kun-Lai hizo que su mente se templase ,acabó por percatarse que era por este estricto régimen que su padre había logrado que aunque hubiese épocas donde la aldea pasase algo de hambre, esta nunca llegase a sufrir una hambruna con consecuencias fatales. Se sentó, flexionando las rodillas, y apoyando ambas manos en la mesa. Tanto su padre como su madre miraban sus platos en silencio, con cierto tono sombrío. El ambiente estaba cargado de una tensión, pero no la habitual que avisaba de que su padre iba a proferir una de sus reprimendas, si no una distinta que nunca había sentido, que incluso parecía envolver a su madre. -Lo lamento padre, pero las trampas han sido asaltadas por los Hozen. No he podido traer ninguna perdíz. - Comentó con la cabeza gacha, esperando la respuesta fría de su padre. Para su sorpresa, esta no vino, más allá de un asentimiento leve. -Los pasos montañosos se deshielan y los Hozen bajan hambrientos de sus aldeas. La caza será más difícil las primeras semanas, hasta que la vida animal comience a resurgir y podáis descender a los valles. Pero por ahora, come. - Y con eso, cogió los palillos con su mano derecha. Pese a que ya tenia casi setenta años, la firmeza con la que manipulaba los palillos era envidiable. Pese a todo, Xin había visto como los años pasaban factura para el veterano guardián, y notaba los leves temblores de su pulso. -Sí, padre. - Xia pensó en responder algo, pero la tensión que notaba en el ambiente era cargante, y en cierto modo, ahogaba las palabras en su garganta antes siquiera de que estas pudiesen salir. Durante largos minutos comieron el arroz salvaje de las montañas, acompañado con una espesa salsa hecha de grasa de yak, en silencio absoluto. Xia lanzaba breves miradas a su padre, pero en su adusta tez de pelaje ocre asaltado por los mechones blancos de la edad, no se reflejaba nada. Pero esto era habitual. La sorpresa e inquietud en la joven pandaren venía de que su madre, Fa Muei, de carácter mucho más afable y alegre, mantenía las orejas gachas mientras comía en silencio. En un momento que sus ojos se cruzaron, esta sonrió a Xia, pero no fue tranquilidad lo que transmitió a su hija, pues esta notó al instante lo forzado del gesto. Cuando, en su radio visual, se percató de una misiva que reposaba sobre una mesilla de madera a un lado de la entrada, todo quedó claro. Pudo ver el sello de color naranja intenso en la misiva abierta. El emblema del Shado-Pan. Rápidamente, con un tono de voz algo agitado, miró a su padre, que habiendo acabado ya de comer esperaba a que su mujer e hija hiciesen lo mismo. -Padre. ¿Esa misiva... es del Shado-Pan? ¿Cierto? ¿Qué desean? Hace décadas que no te escriben nada... - Comenzó a hablar, pero la voz grave como una montaña de su padre la interrumpió. -Los asuntos del monasterio con tu padre son solo suyos, niña. - Su sequedad, que en otras ocasiones había bastado para que Xia agachase la cabeza, no bastaron esta vez, principalmente porque pudo ver la tensión en las orejas de su madre cuando comenzaron a hablar del tema. -Padre, con todo el respeto, soy lo suficiente adulta para saber que esa misiva no trae buenas nuevas, pues puedo notar en vos y en madre como una losa de piedra os ensombrece el ánimo. Por primera vez en muchos años, hubo varios segundos de silencio, y la respuesta de su padre no fue agresiva y seca. Si no grave y firme. -El Maestro del Wu Kao me ha reclamado, niña. El Enjambre mántide se acerca, y han solicitado que vuelva para ayudar a instruir a los nuevos acólitos y prepararnos para hacerle frente. En dos semanas marcharé al Monasterio. Los ojos de Xia se abrieron como platos, con la boca abierta, incapaz de articular palabras durante varios segundos. Cuando lo hizo, no se dio cuenta de como su tono, alterado, se alzaba a unos niveles que pocas veces se usaban bajo ese techo. -¡P-pero padre, tú ya serviste más de veinte años en el Shado-Pan, les diste tu juventud y tu sangre, tu deber ya ha sido cumplido! ¡No pueden reclamarte para ir a la guerra! - Acabó, casi gritando. -No sabes nada del deber, niña. Hice un juramento, que protegería Pandaria hasta el final de mis días, y no lo incumpliré mientras tenga fuerzas. - Respondió con seriedad su padre. Su madre, juntaba las manos, retorciendo los dedos, tensa. -Por favor, Xia, ya he hablado con tu padre de esto y... - No acabó de hablar, pues su hija se incorporó dando un golpe con las piernas a la mesa en su impetu. -¡NO! ¡Eres un anciano, padre! ¡No puedes abandonarnos y marcharte a una muerte segura, hay muchos otros que podrán luchar y...! Se calló de golpe cuando un golpe seco de su padre en la mesa hizo crujir la madera, fracturándola levemente. Xía se tensó, de las orejas a la punta de su cola, su cabello erizado ante la amenaza que transmitía la silueta de su progenitor. -¡Vigila tu tono, niña! No te he educado para que antepongas tus intereses egoístas al cumplimiento del deber. No se hablará más en esta casa respecto a esto. Pese a que su madre intentó incorporarse para evitarlo, Xia no pudo si no responder girándose con violencia y saliendo de su casa con un portazo, sus pasos agitados alzando al nieve mientras cruzaba en apenas unos segundos la plaza central de la población para salir por el torii que guardaba la entrada de la aldea. Sus pasos la llevaron hacia un claro algo apartado, donde los brotes verdes de la hierba se dejaban ver entre los retazos de la nieve que se derretía bajo el gentil sol. Allí Lin Xia se derrumbó, entre gritos ahogados de frustración, descargando su furia contra los inocentes árboles cuya madera se astilló cuando los puños de la pandaren impactaban en ellos. Fue tras más de una hora de violencia descontrolada, con las manos llenas de astillas y heridas, que Xia se desplomó boca arriba y cerró los ojos, inspirando en ejercicios que había aprendido desde niña, buscando que las emociones negativas abandonasen su espíritu, aclarando su mente. No fue hasta que el sol se había puesto ya y que las dos lunas comenzaron a recorrer el cielo, que se encaminó de nuevo hacia Okai-Mashu. Era de noche cerrada, y en la lejanía comenzaban a escucharse los truenos de la tormenta que resonaban con un eco grave entre las montañas. Se detuvo en la entrada de la aldea, bajo el torii de madera pintado de colores ocres, con la estatua de roca del Tigre Blanco a su lado. Desde su posición, podía ver su casa, al fondo y apartada del resto de los hogares. Ahí parada durante varios minutos, pudo ver sombras moverse reflejadas en las ventanas, recortando la luz anaranjada del fuego, antes de que esta se apagase quedando su hogar a oscuras. Los truenos, más intensos, transmitían un ominoso presagio y la electricidad que se cargaba en el ambiente hacía que los pelos de su espalda se erizasen. Lin Xia alzó la vista, viendo en los ojos zafiro del Gran Tigre su propio reflejo. El destello de un rayo cercano hizo que algo en su interior conectase, y el trueno que lo siguió arrancó de su espíritu cualquier ápice de duda que pudiese tener en su alma. Con la convicción reflejada en el rostro, avanzó con velocidad por la plaza desértica de la aldea, dirigiéndose al pequeño santuario que excavado en una pequeña gruta, contenía las tablillas de mármol ceremoniales con los nombres de los antepasados de los habitantes de la aldea. Con ceremonia, Xia encendió una vara de incienso que dejó como ofrenda sobre un plato de bronce, juntando ambas zarpas para pedir sabiduría y fortaleza a sus ancestros. Tras esto, y con los dos Cachorros de Xuen recorriendo los cielos con violencia, se dirigió hacia su casa con pasos decididos. Con sigilo, abrió la puerta, observando a su padre y a su madre durmiendo en el fondo tras el biombo de papel que separaba los habitáculos de la casa. No sin cierto reparo, cogió la misiva con el sello del Shado-Pan que reposaba en una mesilla al lado de sus padres, echándoles un último vistazo, antes de salir por la puerta. Rodeó su hogar antes de llegar a un pequeño cobertizo de madera, tras cuya puerta no había otra cosa que un armario. Este, a diferencia del resto de la casa, estaba tallado con maestría, y lucía el emblema del gran Tigre Blanco en sus puertas. Con reverencia, Lin Xia lo abrió, mostrando la vieja armadura de su padre, su lanza, y su hoja corta de batalla. Pese a que le quedase ligeramente grande, fue capaz de ponérsela, pues su padre había lucido esta armadura hacía muchos años, cuando su forma física era mucho mejor y su cuerpo estaba entrenado , esbelto por la firmeza de la juventud. Echándose el arco de caza a la espalda, y cogiendo las pocas provisiones que pudo reunir sin dejar a sus padres sin comida, echó a caminar hacia la salida de su pueblo. Le llevaría varias semanas solamente llegar hasta las grandes planicies ocres de Kun-Lai, y de ahí otras pocas hasta llegar a tierras más fértiles, pero era necesario. Se detuvo por última vez al lado de la gran estatua de Xuen, en la entrada de su aldea, mirando hacia atrás. ¿Regresaría a su aldea, podría volver a ver a su padre y a su madre? Lo desconocía, pero si algo tenía seguro es que no lo haría hasta haberse asegurado de proteger a su familia y a toda la gente que quería de la amenaza que crecía en el Oeste.
  3. 4 points
    Tenían ante ellos una tarea dificultosa, pues la moral del pueblo de Costasur no era muy favorable debido a los últimos acontecimientos del lugar. Aún así en un primer intento fallido de intentar unir a la gente del lugar, no se rendiría e intentaría hacerlo otra vez, buscando una figura más representativa en la ciudad, el Magistrado. Así pues, cogió pluma, papel y tinta, comenzó a escribir con buena caligrafía con la esperanza de que la carta llegara al Magistrado y este quisiera darle audiencia. Una vez terminada la carta, plasmó el sello de la Mano de Plata sobre ella y se la entregó al primer mensajero que vio, con una suculenta propina para asegurar que la carta llegaría a buen puerto. Con la Luz, Magistrado. En primer lugar me presentaré, soy Jared Miller Escudero de la Mano de Plata, como bien habrá llegado a sus oídos hace unas semanas llegamos a sus puertas, para intentar ayudar a vuestra lucha contra la oscuridad que acecha en estas tierras. No sé si le sonara Bosque de Ocaso, pero he visto como esa zona ha caído, junto con centenares de vidas inocentes, debo decir que, desgraciadamente me resulta igualmente de parecida la situación. La oscuridad acechando, esperando la oportunidad para acabar con todos sin ningún tipo de piedad. Como defensores de la Luz y la Vida, entenderá que no podemos permitir que esto ocurra, no otra vez. Por ello, le pido una audiencia para hablar con usted más cómodamente sobre el asunto y de cómo podemos afrontar dicha situación. Si no es mucha molestia acudiré con dos hombres más que son mi de máxima confianza. Y además son viejos conocidos por la zona, pues estuvieron en el pasado aquí ayudando a la gente del lugar. Hablo del Cabo Santiago de Sveri y el antiguo Sargento, ahora Iniciado a Capellan Elegost Faler. Muchas gracias por su tiempo. Que la Luz ilumine por siempre tus pasos. Jared Miller, Escudero de la Mano de Plata. @El errante @Malcador
  4. 3 points
    Xia, de la familia Lin Nombre: Lin Xia Raza: Pandaren Sexo: Mujer Edad: 24 años Nacimiento: 2 de Juéwàng (24 Feb) del año 10.008 D.d.S. Altura: 2,08m Peso: 164 KG Lugar de Nacimiento: Okai-Mashu, Montañas de Kun-Lai Ocupación: Espada errante. Historia completa. Índice: Eventos y roles masteados: Auge y Caida del Gran Dong Panda no mata mono Eventos asistidos: Descripción física: Lin Xia es una pandaren alta, de cuerpo fibroso y entrenado y complexión atlética que destaca , construida sobre la estructura osea ancha habitual de su pueblo. Su rostro es de paleje blanco con marcas de un color naranja vivo, con unos ojos a juego cuyos irises arden con un color similar al de la miel o el ámbar. Su expresión tiende a transmitir enfado y molestia, incluso cuando no lo está, fruto de la forma de sus cejas y las marcas de pelaje de su rostro. Deja su pelo largo, normalmente recogido en una larga trenza que deja descender por su espalda. Su pelaje es de un color ocre intenso, y de sus lumbares nace una característica cola de suave pelaje que siempre intenta mantener impoluta, siendo prácticamente la única parte de su cuerpo que se permite acicalar con regularidad. Lin Xia a los 14 años Descripción psicológica: Criada al estilo de las montañas de Kun-Lai, Xia, de la familia Lin, es una pandaren un tanto cerrada a los desconocidos. De carácter frío y contemplativo, se ha criado bajo la dureza del entorno de las heladas montañas, la violencia de la fauna nativa y la carencia regular de recursos básicos, comida incluida. Así mismo, la estricta disciplina del Shado-Pan le ha sido inculcada por vía paterna, lo que la ha convertido en cierto modo en heredera de los modos de la sagrada orden de monjes protectores, incluso sin pertenecer a ella. Su sentido del respeto y el honor es inquebrantable, y ha sido criada en un entorno estricto de obediencia absoluta a las tradiciones. Pese a esto, no deja de ser una Pandaren joven, siendo sus acciones dominadas a veces por un fuego impetuoso que no ha acabado de templarse del todo. De la misma manera, pese a su cerrazón superficial, siente gran amor por su familia, su gente, y en caso de hacerlos, sus amigos, llegando a grandes sacrificios personales por mantener su bienestar.
  5. 1 point
    Descripción Física Zokalog es un orco de una envergadura prominente, es muy alto, incluso para los estándares orcos, su cuerpo esta cubierto de grandes músculos, cubiertos de cicatrices o heridas del pasado. Suele llevar siempre la mascara típica de su clan, sin embargo tal vez esa mascara sea una bendición para aquellos que le miran, pues bajo ella se encuentra un rostro lleno de cicatrices y algo desfigurado, siendo un ojo herido y blanco lo que mas rápidamente llama la atención de quienes le miran. Con un color de piel parecido al gris oscuro, este orco impone aunque solo sea por su altura y fuerza. Descripción Psíquica La manera facil de definir a Zokalog es que esta loco, sin embargo esto solo es una verdad para aquellos que no conocen a los riecraneos, y con los años ha aprendido que es mejor permanecer callado frente a los que no son de su clan a intentar explicarles sus costumbres. No cree que haya diferencia real entre estar vivo y muerto, lo que le lleva a tomar riesgos donde orcos mas sensatos simplemente se retirarían. Su humor es fugaz, y se enfada con la misma facilidad que rie ante un chiste sobre ogros muertos. Silencioso, algo uraño e introvertido, Zokalog sigue creyendo en las tradiciones de su clan aunque este ya no sea mas que restos perdidos en el mar que son hoy en dia los orcos. Historia Zokarog se crió en su aldea, en Gorgrond, ante de que el portal oscuro se abreria, antes de que la Horda invadió Azeroth, puede que fuese un lugar extraño, pues los Riecraneos comvivian y caminaban al lado de los muertos, por ello, desde su infancia Zokarog asumió las creencias de su clan, y tardó poco en asumir que estar vivo o estar muerto, no importaba, o mejor dicho, no existía una diferencia real entre ambos estados. Ya de pequeño despuntaba como un orco mas grande que la mayoría, y sus ansias por salir a cazar y aprender a manejar las hachas no tenían rival, siempre buscando con los demás orcos de su edad un motivo para enzarzarse en una pelea por mera diversión, sin embargo, cuando finalmente cumplió 6 años y empezaron a adiestrarle en el uso del hacha llegó la peste rojo, y como otros miles de orcos, enfermó de ella, así, fue arrancado de su pueblo y de su clan y llevado a Nagrand. Había miles de orcos, de todos los clanes, y no tardaron en darse cuenta de que lo mejor era poner algo de distancia entre ellos, puede que estuvieran en cuarentena, pero no estaban juntos, y así, los miembros enfermos de cada Clan formaron pequeñas aldeas. Alli, lejos de Gorgrond, los espiritus ya no caminaban junto a ellos, Zokarog culpó de la enfermedad a este hecho, pues por que iban los espíritus a querer caminar y vivir en un lugar infecto y enfermo? La peste fue cruel, a muchos se llevó, y a los que no se los llevó les hizo sufrir dolores atroces que les hacen desear unirse a los cadáveres, más si algo no te mata, te hace mas fuerte, verdad? Los años pasaron, el portal oscuro se abrió, la horda marcho, sin embargo los Magh’ar se quedaron en Nagrand, a los 12 años Zokarog ya era si no el mas grande de su aldea, de los que más, y por fin su Om’Riggor llegó, no era la primera vez que había cazado, pues había acompañado a los adultos de la adea en anteriores ocasiones, sin embargo, esta vez debía hacerlo solo, y así, se adentró en las praderas de Nagrand, al menos en la zona donde podían moverse. No fue facil, no por falta de fuerza ni pericia con sus armas, si no por que Zokarog no era sigiloso ni cauto y los Tailbuk huian facilmente de el, y tras casi un dia entero sin conseguir absolutamente ningún avance optó por cambiar de tactica.. Esas bestias necesitaban beber, tarde o temprano, y así, en un pequeño estanque, esperó, se arrastró por el barro para elminar su olor, se tapó con hierbas y piedras y esperó..esperó..esperó hasta que su paciencia amenazaba con acabarse, más la espera tuvo su recompensar, y una pequeña manada de Tailbuks apareció para beber de la cristalina agua, no le habían visto, los tenía cerca.. y cuando uno de ellos estaba a su alcacé, saltó sobre el, clavando su hacha en el costado de la bestia, tumbandola con el golpe mientras los demás huian. La abrió en canal, se bañó con su sangre aun fresca y le arrancó el craneo, pues de ahi, saldría su mascara, la mascara que le haría ser un orco de verdad entre los suyos, y así, con la cabeza de la bestia en una mano y los restos del cuerpo en la otra, volvió hacia la aldea, dejando un reguero de sangre seca como testigo de sus andares. Obviamente entre los clanes siempre habían rencillas, disputas o deudas de honor que debían ser saldadas, más eran demasiado pocos como para guerrear entre ellos, así que entre los mag’har se adoptó otra forma de solucionar las disputas, las luchas de foso, las cuales se convirtieron en uno de los principales entretenimientos de Zokarog. Puede que no tuviera los reflejos ni la rapidez de orcos mas pequeños, sin embargo tenía una fuerza capaz de partir un craneo con una simple piedra, más la mayoria de sus heridas y cicatrices no fueron a causa de estas peleas, pues si había algo mejor que combatir en los fosos, era hacer frente a los Ogros. Grandes, fuertes, poderosos, un ogro era un rival digno por si solo, y no faltaba a ninguna cita que le permitiera medirse en combate con estas bestias. En inumerables ocasiones su cuerpo sufrió las consecuencias de su osadia, más cada nueva cicatriz sobre su piel era un nuevo trofeo que lucir ante todos en muestra de su fuerza, sin embargo a todo cerdo le llega su San Martin, y un dia Zokarog fue demasiado lejos, quiso enfrentarse a solas contra el caudillo que dirigía a aquel grupo de ogros, y por mucho que le cueste admitirlo, no fue rival para el, su maza le partió la mandivula y la nariz y su espada le dañó seriamente la cara, dejando totalmente inútil uno de sus ojos para el resto de su vida. Avergonzado por su derrota, juró vengarse de aquel Ogro, y si con sus dos ojos no había sido rival para el, ahora, con solo uno, no tenía la más minima posibilidad. Zokarog no había disfrutado nunca con la compañía de los orcos de otros clanes, más sus deseos de venganza y redención por su fracaso eran mas fuertes que su aversión hacia el resto de clanes. Obviamente le consideraban un loco, y cuando hablaba de sus costumbres, si bien nadie se atrevía a reirse a su cara, lo hacían a sus espaldas, y así, aprendió como cooperar, aprendió que si guardaba silencio obtenía más de los demás, asintió, siguió y cooperó hasta que uniendose varios de los clanes dispersos por las llanuras consiguieron derrotar al enorme ogro, más el premio de Zokarog no fue extraido de cadaver de su enemigo, si no de su mascota, un enorme cuervo negro al que cuidaba como si fuera su hijo y al que alimentaba con la carne de los orcos que había matado durante años, más un pajarraco no era rival para aquellos orcos, y con su craneo, se confeccionó un abalorio que aun hoy en dia lleva colgando de su barba, un recuerdo constante de que la verguenza se puede superar y que el fracaso solo implica que necesita esforzarse más. Al final, la nueva Horda, la Horda de Azeroth volvió a aquel mundo, ya destrozado que ahora se conocía con el nombre de Terrallende, y harto de las llanuras de Nagrand, Zokarog decidió seguirlos, no era su hogar ni su pueblo, más este ya había desaparecido, pues con el paso de los años y las guerras los Riecraneos habían acabado sin lider, dispersos y desorganizados, y con su mundo natal en ruinas y sin ningún lugar al que regresar, decidió que cualquier lugar sería igual de bueno, un nuevo mundo, nuevos enemigos que buscar, tal vez en aquel mundo pudiera volver a ver a los espiritus a los que añoraba de su niñez y así..marchó. Hoy en dia vaga por las tierras orcas, ganándose la vida con cualquier cosa que le venga bien, mientras sigue buscando ese lugar que los espiritus consideren apto para volver a caminar por el.
  6. 1 point
    Hoy traigo otra tanda, pero salvo el primero no estaba muy inspirado. Diria que mi remesa más débil hasta ahora.
  7. 1 point
    Modulos Los módulos son complementos adicionales para TotalRP que añaden funciones y herramientas. TotalRP 3: Extended Empezaremos la guía hablando de ellos para ponerlo a punto, y de paso, darle relevancia en este tema al módulo TotalRP 3 Extended, el que nos permite crear items entre otras muchas cosas, una función que el TotalRP 2 traía de base, separado en la 3ª versión. Link de descarga. Este complemento incluye las siguientes funciones: Creación de items. Dejar items en el suelo. Encontrar items en el suelo (dropeados previamente), tuyos o de otros jugadores. Inventario. Creación de misiones. Información del personaje, donde podremos equipar items creados con el totalrp para que otros jugadores vean lo que llevamos (sombreros, togas, anillos, armas...), como se ve en la segunda imagen de este apartado. Sistema de descarga de información de items comerciados, segura y rápida. Este complemento no es obligatorio, y decidieron separarlo del Addon para no obligar a nadie a tenerlo en medio si no lo va a utilizar. Como es evidente, si queréis poder ver/crear/consultar items de otros o crearlos vosotros mismos, necesitáis este Addon. Hablaremos de cada una de estas funciones más adelante en su post correspondiente. TipTac Este Addon sirve de complemento para el primero a la hora de editar los Tooltips, o ventanas emergentes que aparecen cuando pasamos el cursor por encima de personajes, npcs u objetos interactivos. Con él podemos editar su posición en la pantalla (que por defecto del juego aparece abajo a la derecha), el color, la textura del fondo y la fuente, entre otras tantas cosas. Este modulo no es necesario, y su función es meramente estética. Link de descarga. Además de los anteriores, han solucionado problemas de compatibilidad con otros addons como Prat, Wim y Bartender, por lo que ahora no deshabilitará funciones de estos o presentará errores de LUA.
  8. 1 point
    Historia: La Edad de los 100 Reyes Poco o nada saben los Pandaren, ni el más sabio y anciano de los Eremitas, respecto a la época previa al tiránico mandato de los Mogu. Toda la historia y cultura Pandaren, registrada durante miles de años previa a esa época, fue perdida, quemada por los tiránicos Mogu, los ancianos que la recordaban, directamente ejecutados. Pero antes de que toda Pandaria se viese sumida en la más absoluta oscuridad y opresión, las distintas razas conocían cierto margen de paz y autonomía, fruto de que los Mogu, la raza de gigantes sedientos de guerra, vivieron durante siglos inmersos en una guerra constante y eterna por el poder. No hay registros de qué llevó a los Mogu a quedar tan fragmentados, ni siquiera hay registros de si alguna vez no lo fueron, pero lo que sí se recuerda es que durante la época de los 100 Reyes, nombre en referencia a los numerosos clanes y señores de la guerra Mogu que se alzaban al poder para luchar unos contra otros, los únicos periodos de paz que conocían estos seres era durante las periódicas invasiones mántides que ocurren una vez cada cien años. Más este periodo no estaba destinado a durar eternamente, pues un Mogu se alzaría de entre sus semejantes para gobernarlos a todos. Lei Shen nació hijo de un Señor de la Guerra en la caótica edad de los 100 Reyes. Desde joven, Lei Shen vio las batallas internas entre los Mogu como una vergüenza, una traición hacia su gran potencial como amos y señores de Pandaria y el mundo entero. Pese a eso, se mantuvo como un leal vasallo de su padre, hasta que varias décadas más tarde, este fue asesinado por uno de sus consejeros más leales, un traidor pagado por otro clan. La muerte de su padre fraccionó y rompió su clan, haciendo que la mayoría de Mogus del mismo buscasen refugio bajo el amparo de otros señores de la guerra. Apenas una semana tras la muerte de su padre, Lei-Shen se encontró solo, con apenas una docena de leales guerreros a su servicio. El recuerdo de su padre, olvidado, todo su esfuerzo, erradicado por la cobarde traición, efímera y sin sentido. Lei-Shen adoptó una postura que le ganó el desprecio de sus coetáneos. En vez de buscar venganza por la muerte de su padre y continuar el ciclo infinito de matanza y oido que llevaba consumiendo a los Mogu, optó por alejarse de todo eso. Marchando al exilio, buscando meditar en las montañas, el resto de Mogu le tacharon de loco, seguros de que jamás amenazaría la posición de poder de algún señor de la Guerra en el futuro. Estaban terriblemente equivocados. Tirano y Consejero: El Maestro de los Rayos Vu fue, en vida, el consejero de más confianza de Lei Shen. Nacidos en el mismo clan, ambos Mogu crecieron unidos como hermanos. Como niños, jugaron, se pelearon, y se desafiaron el uno al otro. Se dice que fue esta rivalidad tan temprana lo que inició las llamas de la sed de poder de Lei Shen. Vu, por otro lado, luchó siempre con lealtad para ayudar a Lei-Shen en su persecución por el trono de Pandaria. No mucho después de que Lei Shen ganase renombre en su búsqueda por el poder, Vu fue capturado por asesinos, enviados por sus enemigos, y su lengua fue cortada. La opinión popular fue que, pese a todo, no fue otro si no Lei Shen el responsable de esto, un movimiento político para silenciar para siempre el Mogu que conocía sus mayores secretos. Pese a eso, nadie osó defender tal cosa en voz alta en los largos años en los cuales Lei Shen se alzó como Emperador Mogu. Su hermandad fue, a su vez, una mina infinita de conjetura y rumores. Las masas campesinas amaban escribir historias sobre ellos una vez caido el Imperio Mogu, incluyendo una famosa saga respecto a su duelo por el amor de una dama mogu. Fue de estas historias la más famosa, la escrita por la Eremita Yun, la cual eliminó a la dama mogu de la previamente mencionada saga romántica (Dejando como únicos protagonistas del relato a Lei Shen y Vu), dándole un giro que sus eremitas coetáneos llamaron fantasioso y carente de rigurosidad histórica, aunque con un valor estético apreciable. Pese a esto, con el paso de los siglos, fue la historia de la Eremita Yun la que perduró en el folclore popular de Pandaria, quedando la saga original relegada a pergaminos olvidados. Lei-Shen era tan fuerte como cualquiera de sus hermanos Mogu, y experto en las artes de la guerra. Pero a diferencia de sus coetaneos, él no solo tenía la conquista como su objetivo último. Las leyendas de sus antepasados calaron ondo en sí, y ya alcanzada la mayoría de edad, aun bajo las órdenes de su padre, había decretado que su objetivo era despertar a los dioses durmientes que hacía siglos, habían abandonado a los Mogu, causando su estado actual de lucha interna. Fue en su exilio y meditación que Lei-Shen por fin encontró las cámaras donde sus dioses reposaban. Nadie sabe qué ocurrió exactamente ahí dentro, pero tras largas semanas, el que una vez entró como un joven Mogu sediento de poder y gloria, salio convertido en un Semidios, capaz de doblegar los cielos y los rayos a su voluntad. Rápidamente, su nombre creció y se expandió como la fina pólvora negra. Armado con el poder de la tempestad, Lei Shen, conocido ahora como el Rey Trueno, llamó a sus seguidores, ascendiendo meteóricamente al poder de la manera Mogu. Matando a sus rivales, uno por uno. La mayoría de Señores de la Guerra Mogu rechazaron su autoridad. Los afortunados, fueron vaporizados por sus ilimitados poderes sobre los rayos. Otros, fueron aplastados por sus siempre crecientes legiones. Los más desafortunados, fueron envueltos en cadenas, que clavadas a su carne, los arrastraban tras la marcha de los ejércitos de Lei Shen, hasta que el Rey Trueno consideraba que ya estaban lo suficientemente rotos. "Con lealtad esperaron durante semanas los guardias de su padre, y ante la salida del Rey Dios, cayeron arrodillados "¡Te llamaremos el Rey Rayo!", gritaron, en sumisión. Mas la negativa de Lei Shen resonó, grave como la propia tempestad. "El Rayo golpea en un instante, y en apenas un flash, desaparece. ¡Pero el Trueno! ¡El Trueno! ¡El trueno proclama la llegada de la tormenta, el trueno quiebra los cielos mucho antes de que lleguen los rayos, y el trueno resuena por las colinas y las montañas mucho después de que el rayo haya agotado sus energías. Es el Trueno lo que hace que los animales huyan por las colinas, y llena los corazones de los campesinos con temor. ¡Que el Trueno sea mi Heraldo! Que mi poder se sienta por toda la tierra." -Del Nacimiento de la Tempestad, Eremita Tao, 1345 A.d.S. Pese a esto, muchos Mogu vieron en Lei Shen la unidad y objetivo que su raza había añorado desde que sus Dioses cayeron en silencio hacia generaciones. Rápidamente se agolparon como buitres a la carroña alrededor de la figura del Rey Trueno, dispuestos con fanatismo absoluto a cumplir la voluntad de su tiránico líder. Rápidamente se dispusieron para obedecer sus designios, mientras Lei Shen esclavizaba las razas menores de Pandaria, pues para él, el destino manifiesto de los Mogu era suplantar a sus antiguos Dioses. Y las razas menores les servirían a ellos, como ellos habían servido en el pasado a sus maestros. Una por una, las razas que se habían asentado en Pandaria cayeron bajo la bota de la esclavitud, pues para Lei Shen todos los que habitaban las tierras que bordeaban su reino, el Valle de la Flor Eterna, eran sus siervos por derecho. Una vez unificados los Mogu, con la muerte de la última Reina de los Mogu, Monara, el tirano puso su atención en los Imperios de los Hozen y los Jinyu. Aunque los Jinyu, ancestrales hombres pez de costumbres pacíficas lucharon con valentía, acabaron sucumbiendo, fruto de la traición de sus aliados Hozen, los cuales en la esperanza vana de ganar trato preferencial bajo el mandato del Rey Trueno (Promesa que jamás fue cumplida, no por Lei Shen, no por sus sucesores), traicionaron a los Jinyu tras haber declarado su lealtad en secreto a los Mogu. Fue en ese momento tan oscuro, que nació la rivalidad que aun a día de hoy perdura entre estas dos razas nativas del Bosque de Jade. El Duelo del Trueno y la Fuerza El Rey Trueno necesitaba esclavos para construir las ciudades y fortalezas de su naciente imperio, lo que le hizo girar su vista de conquistador hacia la cima de Kun Lai. Pese a ello, el Rey Trueno se sorprendió ante la desafiante y valerosa población que vivía en este territorio, y previendo una larga y costosa campaña de subyugación, prefirió lanzar un desafío. Si un guerrero le derrotaba en un combate individual, él y sus legiones darian media vuelta, y abandonarían esas tierras por siempre. Aunque grandes guerreros Pandaren discutieron respecto a quién deberia aceptar su desafio, no fue otro que Xuen, el Gran Tigre Blanco, protector de la Cima de Kun Lai y uno de los Cuatro Augustos Celestiales, el que aceptó el desafio, pues llevaba años observando las conquistas de Lei Sen, las torturas, matanzas, y la esclavitud que había desatado en una tierra antaño pacífica, y no podía tolerarlo por más tiempo. Las figuras legendarias lucharon durante treinta dias y treinta noches, grandes rayos quebrando los cielos y fragmentando las rocas bajo ellos fruto de su furia. Pese a semejante demostración de poder, el Emperador Mogu prevaleció, y Xuen cayó derrotado bajo su infinito poder. "¡Tu magia campesina no es rival para mi poder, burdo intento de Tigre!" Grito el Rey Trueno. "Reconozco tu tenacidad, más tu desafio no ha de quedar sin castigo", dijo antes de girarse hacia los horrorizados habitantes de Kun Lai, su voz, retumbando por las montañas arrastrada por las tormentas que él mismo controlaba. "¡Que sea oída mi voluntad, pues aquellos que osen desafiarme sentirán la totalidad de mi Ira! ¡Esta criatura no conocerá la piedad de la muerte! ¡En esta montañas, se construirá una prisión que le encerrará por toda la eternidad! ¡Desde este pináculo, observará y se lamentará en su fracaso, pues vosotros y vuestros hijos servireis como esclavos en mi imperio!" Pese a toda su crueldad e infinito poder, Lei Shen no era un bruto, y bajo su mandato estableció un Imperio funcional que habría de durar por miles de años. Fundado en el año 15000 antes de la apertura del Portal Oscuro, el Imperio Mogu se extendió por la parte sur del antaño unificado continente de Kalimdor. En su poder, Lei Shen unificó los lenguajes de su Imperio, prohibiendo a todas las razas esclavas siquiera hablar en sus idiomas natales, y castigando con la muerte a aquellos que osasen escribir o leer. Todos los líderes, filósofos y sabios de los Pandaren y otras razas fueron ejecutados, y toda su literatura y escritura, quemada y destruida. Toda cultura Hozen, Pandaren, Jinyu o Yaungol previa al Imperio Mogu fue perdida, e incluso sus lenguas fueron olvidadas, substituidas por el Mogu, siendo el idioma Pandaren actual derivado de la lengua de sus esclavizadores, pues su lengua original hace miles de años que fue olvidada. También estableció sistemas de peso y medición estándares, así como una moneda común a toda Pandaria, que aun a día de hoy se usan. A su vez, Lei Shen fue pionero en escribir el primer sistema de leyes de todo Azeroth, el cual a diferencia de otras de sus obras, no fue conservado por el Imperio Pandaren que substituyó a su régimen de tiranos. Esto era debido a que el sistema de leyes Mogu ponía a los susodichos por encima de todas las demás razas de Pandaria, y la primera de todas las leyes es que la rebelión, la sedición y la insurrección eran castigadas con destripamiento público, para hacer de los esclavos desafiantes un mensaje para todos aquellos que pudiesen intentar seguir sus pasos. Lei Shen no era solo un conquistador, si no también un gran estadista, y en todo su poder infinito, supo que hubo una raza que jamás se doblegaría ante su voluntad, pues su lealtad pertenecía a seres más antiguos y poderosos que el propio Lei Shen. Los Mántides. Fue por esto que Lei Shen ordenó a sus esclavos construir la Muralla del Espinazo del Dragón, una inmensa muralla que cruzó todo su imperio de Norte a Sur. Su construcción llevó muchas generaciones, pero Lei Shen sabía que el miedo haría que sus esclavos trabajasen con ahínco. Y así fue. El terror a las hordas mántides movió montañas, alzó ejércitos, aseguró su imperio y construyó la muralla. Fue en esta época, tras más de cien años en el trono del Imperio Mogu, que Lei Shen forjó una alianza con los trol Zandalari, dirigidos por Zulathra el Rey Sol, cuyo imperio se extendía al Norte del propio Imperio Mogu. Fue fruto de la gran habilidad diplomática de Lei Shen que esta alianza duraría miles de años, incluso después de que el Rey Trueno hubiese ya fallecido. Esta alianza se mantuvo bajo una promesa, que una gran porción al norte del Valle de la Flor Eterna, hogar y capital ancestral del Imperio Mogu, pertenecería siempre a los Zandalari. De la misma manera, Lei Shen, sabiendo que sus vasallos no eran dignos, dejó en los Zandalari las artes secretas que serían necesarias para su resurrección, pues el Rey Trueno sabía que pese a todo su poder, sus días llegarían a su fin, más no estaba en su disposición doblegarse a las limitaciones del mundo, y la muerte no era más que otro desafío que, como todos los anteriores, superaría a futuro. Y fue así, como, tras más de doscientos cincuenta años en el trono, los días de Lei Shen llegaron a su fin. Aunque las leyendas Pandaren cuentan como su muerte fue pacífica, fruto de su larga edad, pues el paso del tiempo puede incluso extinguir el rayo más intenso, la realidad fue que en su afán infinito de Conquista, Lei Shen cayó en tierras lejanas al Este de su Imperio, donde él y sus aliados Zandalari sucumbieron a las artes de los Tol'vir, que usando la tecnología de los Dioses que Lei Shen decidió suplantar, arrasaron las legiones de ambos imperios invasores, matando al Rey Trueno y gran parte de su ejército. Pese a esto, el cuerpo del gran tirano fue recuperado por sus seguidores, y enterrado con toda la fanfarria y respeto Mogu en la Tumba de los Conquistadores. Tras su fallecimiento, el Imperio Mogu duraría por casi tres mil años más, pero pese a que muchos Emperadores Mogu le sucedieron, unos más cruentos, otros más inteligentes, otros más fuertes, los Mogu jamás recuperaron el apogeo que experimentaron bajo el mandato de Lei Shen, el Primer Emperador Mogu, pues ninguno de sus sucesores llegó jamás a igualarsele. La Revuelta Pandaren "¡Nuestras espaldas están endurecidas por los látigos de los Mogu! Nuestros brazos, fortalecidos por construir sus fortalezas. Nuestra mente, afilada, fruto de trabajar junto a nuestros enemigos. ¿Pensáis que los Mogu son más fuertes? ¡YO DIGO QUE NOSOTROS SOMOS SU FUERZA!" -Kang, el Puño del Primer Alba. Tras la muerte del Rey Trueno, el Imperio Mogu entró en un periodo de ocaso, perdiendo gran parte de sus territorios y tierras que antaño le pertenecieron. Pese a ello, su poder permaneció lo suficientemente consolidado para mantener grandes extensiones de terreno en el sur de Kalimdor, y mantuvo su puño de hierro sobre una gran variedad de razas esclavas que usaba para toda clase de tareas a lo largo y ancho de su territorio. Los emperadores que sucedieron a Lei Shen, en contrapartida, se volvieron cada vez más crueles a la vez que su mandato se volvía cada vez más débil. Distintas dinastías gobernaron el Imperio Mogu con el paso de los siglos, como la Dinastía Shen, la dinastía Wai o la dinastía Qiang. Segun pasaron los siglos, el trato recibido por los esclavos se volvió cada vez más despiadado e inmisericorde, llegando a su máximo exponente con el último emperador Mogu, Lao-Fe, conocido apenas ascendió al trono como el "Subyugador de Esclavos", que ascendería al trono en las últimas décadas del Imperio Mogu, 12000 años antes de la apertura del Portal Oscuro. "Una gran lista de emperadores Mogu predecio a nuestro Imperio, todos ellos horribles y cruentos, entre los cuales se encuentran nombres tan infames como el emperador Meng el Loco, el Mogu más maníaco que jamás se sentó en el trono, afamado por su afán por devorar a sus propios esclavos o dar puestos de responsabilidad a sus mascotas Qilen, o Subetai el Rápido, el Rey Bandido, conocido por su afán por robar al rico y quedarselo todo para si mismo, maestro del arco de los cuatro vientos. Más pese a mi afirmación previa, ha de remarcarse la excepción a tres mil años de brutalismo y barbarie. El Emperador Tsao, que gobernó del año 3780 A.d.S. al año 3730 A.d.S, fue probablemente, uno de los pocos Mogu cuyo corazón no estaba lleno de odio y furia. Fue famoso, pues por sus edictos imperiales, los esclavos Imperiales recuperaron muchos de sus derechos perdidos, permitiendo a los Pandaren escribir, leer, e incluso fundar sus propias escuelas. Pese a que su obra fue rápidamente erradicada por sus sucesores, nosotros los Pandaren recordamos su memoria, pues la bondad ha de ser valorada y honrada, provenga de donde provenga. Es por ello que, a diferencia de la mayoria de estatuas que conmemoraban a otros tiránicos Emperadores Mogu, las cuales fueron destruidas tras la revuelta Pandaren, aun se puede ver, hoy en día, la Estatua del Emperador Tsao "El Amado", o el Débil para los Mogu, en el Bosque de Jade." -De la Historia de la Dinastía Guo-Lai, por el Eremita Zhuen. Para mantener la obediencia de los esclavos a lo largo y ancho del Imperio, Lao-Fe era conocido por romper familias, incluso por transgresiones menores o irrelevantes. Uno de los castigos más comunes era enviar los hijos de esclavos que se consideraban desobedientes o desafiantes, por mínima que fuese la muestra de rebeldía, a la Muralla del Espinazo del Dragón, para ser usados como carne de cañón ante los inmensos enjambres Mántides. Este fue el destino del hijo de un pandaren maestro cervecero, conocido como Kang. Su esposa, asesinada cuando intentó evitar que los Mogu se llevasen a su pequeño. Destrozado por esto, Kang se preguntaba. ¿Como era posible que los Mogu infligiesen tanto dolor de manera intencionada? Tras mucha meditación, Kang llegó a una conclusión radical. La extrema crueldad que los Mogu dirigían contra sus esclavos no era una muestra de su fortaleza y superioridad. Era un síntoma de su debilidad. Con el paso de los milenios, los Mogu habían crecido totalmente dependientes de sus esclavos, sin ellos, no eran nada. Kang decidió en su exilio y meditación, que dedicaría su vida a exponer la debilidad de los Mogu, por mucho tiempo que le llevase, e independientemente de cualquier coste personal para su propia vida, pues no tenía ya nada que perder. Esto no se presentaba como un desafío simple, pues, con excepción de los enviados a la Muralla del Espinazo del Dragón, los esclavos tenían terminantemente prohibido empuñar o siquiera tocar armas bajo pena de muerte. Fue por esto que Kang, concluyó, sus armas serían sus propios cuerpos, endurecidos por sus vidas como esclavos. Para ocultar esto de los siempre vigilantes Mogu, Kang ocultó sus prácticas como meras danzas artísticas. Tras perfeccionar estas habilidades, tras años de práctica, Kang decidió que era hora de extenderlas a sus hermanos y hermanas pandaren, esclavos como él. Los desafió a que le golpeasen. Ninguno estuvo siquiera cercano a lograrlo, y sus movimientos ágiles le permitían evitar cualquier tipo de daño cuando era atacado. Tal fue la impresión causada por Kang en sus compañeros esclavos, que a sus pies se tiraron, suplicantes por que les enseñase las artes que había creado. Kang no titubeó a la hora de instruirles, y con el paso del tiempo, este nuevo estilo de combate se extendió a lo largo y ancho del imperio, el sentimiento de que, tal vez, lograsen la libertad, fue el combustible que impulsó a los pandaren a aceptar con velocidad las enseñanzas de Kang. Fue así como, bajo la ignorante vista de sus amos esclavistas Mogu, los Pandaren dieron nacimiento a la que a futuro sería conocida como la senda del Monje. Más, segun las artes del monje se extendían por Pandaria, así lo hizo el miedo de que los Mogu, que se habían empezado a percatar de la verdadera naturaleza bajo la "danza artística" inventada por Kang, tomarían represalias, veloces y brutales, como hacían siempre los Mogu. En respuesta a esto, Kang y sus aprendices se apartaron de la vista de sus amos y marcharon a los altos picos de la Cima de Kun-Lai. Fue allí que construyeron un pequeño monasterio, continuando su entrenamiento en secreto. En los nevados picos, Kang encontró algo que no se esperaba. La prisión de Xuen, el Tigre Blanco, que había sido encerrado por el Rey Trueno hacia tres mil años. Fue ahí donde, tras semanas de comunión con el Augusto Celestial, Xuen transmitió a Kang las enseñanzas para despertar la fortaleza interior que reside en el corazón de todo ser vivo. Kang instruyó en estos artes a sus discípulos, y fue en ese momento donde supo que ya estaban listos para luchar. La edad de los Mogu llegaría a su fin. Hace muchas generaciones, un general del Shado-Pan se mantenía firme sobre la muralla del Espinazo del Dragón, esperando por el enjambre Mántide. Un joven Grúmel se acercó para dejar los últimos de sus suministros, y preguntó al general si creia que la batalla iria bien. "Si la fortuna nos favorece, ganaremos el día", respondió el General, oteando el horizonte. Ahí, habló de un tema que el Grúmel conocía íntimamente bien. "¡La fortuna es tan voluble! ¿Como sabes que os favorecerá a vosotros?" Preguntó. Guiñando un ojo, el General retiró una moneda de su bolsillo. "¡Veamos en qué dirección sopla el viento!" Dijo, lanzando la moneda al aire. "Si sale cara, nuestra defensa resistirá. Si sale cruz, la muralla sucumbirá". En ese punto, muchos de sus pandaren se habían acercado para ver el resultado, y un grupo de soldados se apretujaba impaciente para ver como caía la moneda. Rebotó y giró, antes de quedarse quieta. ¡Cara! Los vítores comenzaron. El siguiente día se libró la batalla. Los Mántides invadieron, y los defensores prevalecieron. Sobrepasados treinta a uno, los defensores fueron victoriosos. El Grúmel estaba impresionado por la confianza del General y su buena fortuna. "¡Apostaste con la moral de tus hombres!" Dijo. "¿Como podías estar tan seguro?" Sonriendo, el general retiró la moneda de su bolsillo y se la enseñó al Grúmel para que este la inspeccionase. Ambos lados eran Caras. "En mi experiencia, todos nosotros forjamos nuestra propia suerte", respondió -El General y el Grúmel, Eremita Mun El primer objetivo de esta nueva, pequeña, pero decidida revolución fueron las antiguas cámaras de Mogu'Shan, donde se guardaba, entre otros muchos artefactos, el poderoso Instrumento de Nalak'Sha. Fue ahí donde los Pandaren consiguieron su primera victoria, y cortaron de tajo la conexión de los Mogu con sus artes ancestrales de corromper y reformar la carne. Este golpe sorpresa fue devastadoramente exitoso, deteniendo al instante la creación de cualquier otro de los retorcidos constructos de carne Mogu, un golpe significativo a su poder. Además de mejorar la moral de los monjes pandaren, la victoria también atrajo a otras numerosas razas esclavizadas para su causa. Los Jinyu, los Grúmels, los Hozen e incluso los Yaungol, todos se unieron a la rebelión con el objetivo de derrocar de una vez por todas el tiránico Imperio Mogu. Pese a los intentos desesperados de los Mogu, con ejecuciones públicas y muestras cada vez más grandes de crueldad y violencia, la revolución creció cada vez más rápido en alcance y tamaño. Y así fue como Kang demostró estar en lo correcto. Los Mogu habían, en su vanagloria y prepotencia, crecido demasiado dependientes de sus esclavos. Mientras más y más esclavos se rebelaban, el Imperio cayó en el caos. Los pequeños y resistentes Grúmels, responsables de la mayoría de las comunicaciones dentro del Imperio, sabotearon las lineas de comunicación y de suministros Mogu. Los Yaungol, usados durante siglos como carne de cañón contra los Mántides, lanzaron escaramuzas efectivas contra las fuerzas imperiales en el Noroeste del Imperio. Los astutos Hozen usaron sus habilidades para excavar e infiltrarse incluso en las fortalezas Mogu más impenetrables, volviendolas inútiles. Los sabios Jinyu usaron sus artes místicas para leer el flujo de las aguas y las corrientes de los ríos, prediciendo el futuro y avisando a Kang y a sus fuerzas rebeldes de cuando atacar, y cuando retirarse. Incapaz de aplastar la rebelión, el Emperador Lao-Fe y sus ejércitos se retiraron al interior del Valle de la Flor Eterna, la capital real del poder Mogu. Consciente del hecho de que los Mogu podrían resistir dentro del Valle de manera indefinida, Kang decidió que los rebeldes tendrían que, de una vez por todas, enfrentarse a los Mogu en campo abierto. Fue así como la alianza multirracial de antiguos esclavos lanzó un asalto masivo al valle, forzando a los Mogu a una batalla decisiva. Kang dirigió la carga en persona, alcanzando a la gran figura del Emperador y enfrentándose a él en combate singular. Tras una batalla brutal, Kang fue capaz de acabar con la vida del tiránico Lao-Fe, más recibió heridas mortales en la batalla que pronto se cobrarían su vida. Las fuerzas Mogu restantes, desmoralizadas tras la muerte de su Emperador, se rindieron, o huyeron hacia el Norte. Exaltados con la victoria, muchos esclavos, ahora libres, contemplaron buscar venganza contra sus torturadores y amos, matándolos como habían hecho ellos con sus esclavos por generaciones. Pese a eso, se alzó la voz de uno de los estudiantes más prometedores de Kang, Song, un guardián secreto de la historia y conocimientos ancestrales Pandaren. Fue él el que calmó la sed de sangre de los ahora libres esclavos. Habiendo memorizado y asimilado muchas de las historias y filosofía detrás de las enseñanzas del Maestro Kang, Song se las contó de nuevo, una y otra vez, a los ahora libres esclavos, recordandoles que la justicia, no la venganza, demostraría que podían alzarse por encima de la crueldad sin sentido, algo que los Mogu no podían hacer. Esa sería la prueba definitiva de su fuerza moral frente a la debilidad degeneradora y crueldad de sus amos previos. Fue así que los restantes Mogu fueron desterrados por siempre, bajo pena de muerte, huyendo estos junto al resto de su pueblo, para perderse por miles de años en las catacumbas y ruinas de su antiguo Imperio, entre las grandes grietas y cordilleras de la Cima Kun-Lai. Tras el éxito de la revolución, una época de prosperidad comenzó en y alrededor del Valle de la Flor Eterna. Todas las razas que habían ganado su liberación con sangre y esfuerzo, establecieron sus propias naciones, autónomas, y prosperaron gracias a su bien merecida libertad. Los pandaren establecieron su propio imperio, pero a diferencia de los Mogu, el suyo estaba construido en los principios de la justicia, sabiduría, y la benevolencia. Los pandaren se dedicaron a mantener la paz entre las razas liberadas que habían luchado codo con codo por la libertad de todos. Gracias a su aprecio por sus valores y filosofía, lograron este objetivo, y las razas libres coexistieron en Pandaria durante miles de años en paz y armonía. La revolución Pandaren cambió el contexto político y social del sur de Kalimdor. Muchas de las razas recien liberadas decidieron seguir sus propios caminos, dando lugar a sucesos como la gran migración Yaungol, donde muchos Yaungol migraron al Norte, siguiendo las pistas de sus antepasados, buscando reconectar con un Semidios de la Naturaleza que antaño instruyó a los Yaungol, permitiendoles manipular la naturaleza, antes de sucumbir bajo el yugo Mogu. Un siglo después de haber logrado su independencia frente a los Mogu, sin embargo, los aliados ancestrales de los Mogu, los trol Zandalari, declararon la guerra y atacaron al aun nasciente Imperio Pandaren, dando comienzo a la Invasión Zandalari, poniendo en vilo el destino de las razas que apenas un siglo antes habían logrado su libertad. La Invasión Zandalari Los Zandalari y los Mogu eran dueños de los imperios más poderoso de todo Azeroth en los tiempos primordiales, y en su alianza, evitaron entrar en un conflicto que podría haber abierto la puerta a que nuevos poderes les quitasen ese trono. Sin embargo, la crueldad infinita de los Mogu hacia las razas que habían esclavizado, como los Pandaren, los Hozen o los Jinyu, o incluso razas que crearon ellos mismos como los Grúmel, precipitó su caída. Pese a su alianza, Mogu y Zandalari se despreciaban. Los Zandalari se creían por encima de los Mogu fruto de dos razones: A diferencia de los Mogu, sin guía espiritual alguna, ellos contaban con sus Loa, grandes espíritus animales que evitaron que los trols degenerasen en un régimen de crueldad infinita sin propósito alguno. Así mismo, los Zandalari no usaban esclavos en su Imperio, lo cual resultó en una ventaja frente a la raza esclavista de sus aliados. Pese a esto, el desprecio de ambos pueblos no pasó más allá de educada indiferencia. Confiaban en que su aliado no les atacaría, pues ambos imperios estaban seguros de su victoria sobre su aliado de darse el caso. Mientras ambos imperios permanecieron espalda con espalda, ninguno invirtió tiempo en supervisar al otro, y por ello no llegaron a ver desfallecer a su antiguo aliado. Aunque los zandalari siempre mantuvieron una relación distante con los Mogu tras la muerte de Lei Shen, el Rey Trueno (Pues los trols despreciaban la inestabilidad interna del Imperio Mogu, fruto de las luchas entre clanes y dinastías por establecerse como la casa dominante Imperial), los trols nunca olvidaron la promesa que Lei Shen les había hecho hacía más de tres mil años, una gran porción de terreno al norte del Valle de la Flor Eterna. Cuando los Mogu cayeron fruto de la revolución Pandaren, los Zandalari vieron la oportunidad perfecta para aprovechar su ventaja y reclamar el territorio que les pertenecía por derecho, más no actuaron inmediatamente. El debate interno estalló entre los muros de Zuldazar, pues los Zandalari no eran capaces de ponerse de acuerdo si debían tomar estas tierras mediante la fuerza o mediante la diplomacia Al final, fue Mengazi, descendiente de Zulathra, el Rey Sol, el que convenció a los demás que los Zandalari habían de tomar estas tierras por la fuerza, pues no existía posibilidad alguna de que los antiguos esclavos, ahora libres, honrasen el pacto realizado antaño por sus amos los Mogu. Con esto, tras pertrecharse y armar a sus bestias y dinosaurios de guerra, los trols marcharon al sur, imbuidos en poderes místicos. La primera de sus víctimas fue una población al norte de las montañas de Kun-Lai. Apenas una villa pandaren de unas pocas docenas de habitantes, de la cual no quedó nada salvo un niño que los Zandalari dejaron con vida para anunciar de su llegada. La legión dorada Zandalari marchó hacia el Bosque de Jade, sus armas de obsidiana adornadas con oro y metales preciosos, sus grandes coronas emplunadas brillando bajo el Sol con intensidad. Los Zandalari eran conquistadores, y como tales marcharon sobre las tierras pandaren, sin miedo alguno en sus corazones. En el Bosque de Jade se encontraba el corazón del floreciente Imperio Pandaren, sus habitantes, huyendo presa del pánico frente a las legiones Zandalari. La única fuerza militar con la que contaban los Pandaren por aquel entonces, era una orden de monjes que había jurado proteger el muro del Espinazo del Dragón, al oeste. Estos, se encontraron rápidamente superados en numero y en tácticas por las legiones Zandalari, destacando sobre todo su uso de los gigantescos Murciélagos y los Pterrorala. Las legiones Zandalari eran inmensas, y luchaban de una manera para la cual los Pandaren no tenían respuesta. No fue si no las acciones de una joven pandaren, conocida como Jiang, la que cambiaría el curso de la guerra. Jiang era una joven pandaren de Floralba, una de las aldeas más grandes del Bosque de Jade. Un día, mientras caminaba por el Arboretum escuchó un ruido. Un pequeño dragón nimbo, grandes reptiles voladores que surcaban los cielos de Pandaria desde tiempos inmemoriales, se encontraba en el suelo, herido y a las puertas de la muerte. Con la amabilidad de una madre, Jiang recogió al pequeño dragón nimbo y se lo llevó en brazos, dispuesta a cuidarlo y sanarlo. Lo nombró Lo, "El Afortunado", en Pandaren, y rápidamente entablaron una amistad que duraría hasta el final de sus días, pues los dragones nimbo no son meros animales, más inteligentes que cualquier pandaren, pese a que carezcan de la capacidad del habla. Pese a esto, sus vecinos rechazaron la idea de Jiang y le suplicaron que se librase de Lo, antes de que se hiciese lo suficiente mayor para hacerle daño, pues hasta ese momento los dragones nimbo eran bestias salvajes que vivían en las altas montañas, y no traían más que muerte a los Pandaren lo suficiente insensatos para acercarse a ellos. Sin embargo, cuando las fuerzas Zandalari llegaron a las puertas del Imperio Pandaren, Jiang marchó a luchar por su pueblo acudiendo a la llamada a las armas. Luchó en las playas y en los bosques contra los invasores trol, hasta que en una batalla estuvo cerca de la muerte. Derribada y desarmada, la lanza de un guerrero zandalari estaba a apenas unos centímetros de su corazón. Lo que la salvó fue un familiar rugido. Lo salió de entre la espesura, en mitad del caos de la batalla. Pese a ser apenas un dragón nimbo joven, se abalanzó sobre el guerrero trol y lo descuartizó, miembro por miembro. Tras ello, se enroscó alrededor de la herida Jiang y voló con ella, alejándola de la batalla. Tras que Jiang lograse sanar sus heridas con la ayuda de un Eremita en las espesuras del Bosque de Jade, esta acudió con presteza a los líderes de las defensas Pandaren, los monjes guerreros que defendían las tierras de los trols y otros peligros. Intentó explicarles como los dragones nimbo podían ayudarles, como Lo la había salvado y como ella conocía la manera de dar la vuelta a la guerra. Más sus advertencias y consejos cayeron en oídos sordos. Los monjes, anquilosados en su propia sabiduría, eligieron continuar sus defensas en la manera que consideraban más apropiada, más su negativa no hizo si no aumentar la voluntad de Jiang. Varios días después, los Zandalari habían roto al fin las defensas a nivel de playa y avanzaban imparables por los bosques, preparados para enfrentarse a los defensores pandaren en los puentes y pasos montañosos cercanos a Floralba, la ciudad natal de Jiang. Los numeros Zandalari eran muy superiores, y sus jinetes de murciélago luchaban sin dar margen de respuesta a los Pandaren, pues volaban demasiado rápido para los arcos pandaren, dejando caer sobre sus cabezas odres llenos de aceite ardiente que no se apagaba siquiera con agua. Pero pese a esto, cuando la batalla parecía perdida, Jiang apareció, cruzando los cielos como una centella a lomos de Lo, destrozando las lineas zandalari con el aliento de rayos de su dragón nimbo, aprovechando los estrechos pasos naturales que los defensores Pandaren habían escogido para hacer un cuello de botella a las tropas invasoras. Así mismo, los jinetes de murciélago se vieron sorprendidos, sus bestias aterradas ante los rugidos del dragón que se abalanzaba sobre ellos, huyendo la mayoría de los animales sin consideración alguna por sus jinetes zandalari, muchos de los cuales se despeñaron al vacío entre gritos. Tras esa batalla decisiva, el curso de la guerra había virado. Aun se tardarían muchos meses en ganar la guerra, pero los Pandaren ganaron una ventaja que no dejaron pasar. Rápidamente, Jiang comenzó a instruir a otros pandaren en el arte de montar dragones nimbo, tal y como había hecho ella. Con prontitud, un pequeño ejército fue formado. Volando con Jiang y Lo a la cabeza, estos jinetes de dragones fueron conocidos como la Orden del Dragón Nimbo. Tras esto, los trols se dieron cuenta de que poco podían hacer para ganar por medios convencionales, pues perdida su superioridad aérea estaban a la merced de los dragones nimbo. Fue por esto que Mengazi, descendiente de Zulathra, y comandante de la Legion Dorada zandalari decidió recurrir a un último recurso: Resucitar a Lei Shen, el Primer Emperador, el cual, con sus poderes sobre la tormenta y los rayos, podría derribar sin dificultad a los jinetes de dragón pandaren. Con velocidad, los Zandalari marcharon hacia la Tumba de los Conquistadores. Los pandaren, ignorantes del verdadero objetivo de los Zandalari, les persiguieron, acosando a sus tropas y reduciendo sus números, a la vez que mantenían las distancias para evitar pérdidas entre sus propias filas. Pese a esto, una vez alcanzada la tumba, los Pandaren vieron que los Zandalari se preparaban para realizar un ritual oscuro y antiguo. Aunque no sabían exactamente cual era su objetivo, el poder que acumularon los sacerdotes Zandalari, con Mengazi a la cabeza, dejó claro a los Pandaren que si se salían con la suya, la guerra estaría perdida. Fue en las montañas de Kun Lai, en el Valle de los Emperadores, donde ocurrió la batalla final de la Invasión Zandalari. En ella, Jiang dio su vida en una carga a lomos de Lo, para matar al líder zandalari, Mengazi, antes de que este pudiese concluir su ritual y revivir a Lei Shen. Con su líder muerto, sus suministros limitados, y tras casi tres años lejos de su hogar, las restantes tropas Zandalari huyeron al norte, de nuevo a su Imperio, derrotados y desmoralizados. Los pandaren no les persiguieron una vez se aseguraron de que hasta el último zandalari abandonaba las fronteras de sus tierras. Una gran celebración estalló por todo el Imperio Pandaren, pero también duelo, por las muertes de todos los valientes pandaren que habían dado sus vidas, pero sobre todo por el sacrificio de Jiang. Su Dragón Nimbo y amigo, Lo, surcó los cielos del bosque de Jade durante décadas, tras la guerra, buscando infructuosamente por su jinete y amiga. El resto de jinetes de Dragón honraron la memoria de la que había sido la primera de ellos, codificando sus enseñanzas y oficializando, para los milenios venideros, la Orden del Dragón Nimbo. El Imperio Pandaren "Mientras Shaohao reflexionaba en su viaje, observó la tierra y vio un pétalo solitario. "No importa las cargas a las que haga frente", pensó, "La tierra me provee de guía. Pero las respuestas más verdaderas siempre provienen del interior". Y entonces, quedó claro. "Estaba destinado a una larga vida, y a un reino prospero. Pero yo soy más que un mero emperador. Ahora sé lo que tengo que hacer. Puesto que yo... soy el corazón de Pandaria" -Las Cargas de Shaohao, Eremita Cho. El Imperio Pandaren fue una época de prosperidad desconocida previamente en las tierras del sur de Kalimdor. La paz reinó mientras los Pandaren velaron por la seguridad y armonía, y aunque conflictos estallaron con regularidad, como las invasiones mántide, los Saurok en el sur, o los Yaungol en el Noroeste, tras reafirmar su existencia al repeler la invasión trol, no había desafío al cual , el Imperio Pandaren no pudiese hacer frente. La lista de emperadores Pandaren es larga, y en ella se incluyen incluso varios de otras razas como Hozen o Jinyu, como el emperador Rikktik, un hozen cuyo reinado corto y tumultuoso fue manchado por una gran fiebre que sacudió el Valle de los Cuatro Vientos, y que acabaría por cobrarse su vida. Pese a esto, todo emperador del Imperio Pandaren es honrado y recordado, pues aunque unos gobernaron con más sabiduría que otros, todos dieron sus vidas por el bienestar de las gentes a su cargo, y de todas sus experiencias vitales se pueden destilar enseñanzas. Más no hay emperador más amado y más recordado, que Shaohao, el Último emperador de Pandaria, y el responsable de la creación del mismo continente. Habiendo estudiado en el Monasterio de Tian, Shaohao fue coronado 10.000 años antes de la apertura del portal oscuro. Siguiendo la tradición, consultó al Gran Hablante del Agua de los Jinyu, el líder espiritual de este ancestral pueblo acuático. Por desgracia, no fueron buenas noticias las profecías del líder Jinyu, si no un terrible presagio: Un reino de hechiceros, al norte del Imperio Pandaren, llamaba y clamaba por la llegada de una gran hueste de demonios a través de una gran poza. Fuego verde caería de los cielos, y el continente del mundo sería fragmentado y destruido. "Hace mucho tiempo, solo un par de años antes de la Guerra de los Ancestros, el Rey Mono se había vuelto el líder de un pueblo ingobernable. Ascendió al poder sin derramar ni una sola gota de sangre y era amado por toda tribu Hozen, a pesar de que los Hozen pelean constantemente, sin fin, por la más nímia de las razones. Cualquier desacuerdo implicaba violencia física, pero el Rey Mono era consciente de esto. Por ello, dijo a las tribus Hozen, "Yo soy el Rey Mono. Vuestra tribu me apoya con todo su corazón". Cuando un Hozen cualquiera cuestionase su afirmación, él les diría que el lider de su tribu ya había estado de acuerdo con él de antemano. Ningún Hozen quería desafiar a su líder por un capricho (Y entrar en una pelea), así que dijeron "Tú eres el Rey Mono". Cuando los líderes de las tribus oyeron sobre él, todos sus vasallos le llamaban ya por el nombre de Rey Mono. Estaban confundidos, pero no querían enfrentarse a su propia gente, asi que tampoco ellos lo desafiaron. La loca afirmación del Rey Mono, su mentira, rápidamente se convirtió en verdad porque ningún Hozen se atrevió a cuestionarle. Rápidamente, las peleas entre las tribus cesaron. El Rey Mono resolvía toda disputa, y los Hozen le obedecían. El Dragón de Jade Yu'Lon podía ver las motivaciones del Rey Mono. Era simple: Odiaba la visión de la sangre. Al nivel más fundamental y espiritual, era una criatura que odiaba la batalla y amaba la paz. Y fue por esto, que logró lo que ningún otro Hozen había logrado nunca." - Viaje al Oeste, Eremita Wu Chen'gen, 2323 D.d.S Desamparado y sin esperanza, el último emperador escaló la escarpada pendiente del monte Nieverest. Dagas de frío se deslizaban bajo sus ropas de seda, y el viento cortante dificultó con dolor su viaje. Fue tan solo en la cima donde Shaohao encontró silencio y consuelo. Fue ahí donde habló con el Dragón de Jade, el espiritu de la sabiduría. El Dragón de Jade urgió a Shaohao a despojarse de sus cargas, a purificar su espíritu, y a hacerse uno con la tierra. El Emperador se quedó perplejado por las palabras del gran Dragón, más no encontró más respuesta en el nevado pico. Abatido, el Emperador desanduvo su camino y descendió la montaña para acudir y consultar a su amigo y compañero, el Rey Mono. Shaohao meditó por tres días y tres noches, puesto que el consejo del Dragón de Jade no estaba claro. ¿Como podía uno purgarse de toda duda? Agotado de esperar, el compañero de Shaohao, el Rey Mono, talló una máscara siniestra de bambú. Animó al emperador a ponerse la Máscara de la Duda. Pese a que la única intención del Rey Mono era reírse un poco a costa de su amigo, la máscara funcionó. Así como Shaohao se retiraba la máscara, sus dudas tomaron una forma física. Durante siete horas, lucharon contra la criatura de sombra y oscuridad, hasta que el Sha de la Duda fue enterrado. A partir de ese momento, Shaohao supo lo que tenía que hacer, y su viaje para purgarse de sus emociones negativas comenzó. Viajó a cada uno de los cuatro templos de los Augustos Celestiales, purgándose con la ayuda del Rey Mono y de los Guardianes Espirituales de Pandaria, encerrando a los Sha de la Duda, la Desesperación, el Miedo, la Furia, el Odio y la Violencia bajo tierra. Tras derrotar a los Sha, el emperador estableció al Shado-Pan, discipulos de Xuen el Tigre Blanco para que continuasen la eterna vigilia y protegiesen a su pueblo de la amenaza de los Sha. Shaohao fue cambiado por siempre, y así como se aproximaba al final de su viaje, era una criatura de fé, coraje, paciencia, amor y paz, una criatura de luz pura. Al ocaso del último día, los cielos se tiñeron de verde, y el propio suelo temblaba con terror. Pero el Emperador no tenía miedo. Su mente estaba totalmente clara, fuese de duda o de desesperación. Celebró y cantó mientras el cielo se quebraba sobre su cabeza. Viendo miedo y duda en su gente, Shaohao les tranquilizó, transmitiendo las enseñanzas que había aprendido. Uno debía vivir cada día en su plenitud, como si fuese el último, y acostarse cada día con la paz de una mente libre de cargas. Tras decir eso, consciente de lo que debía de hacer para proteger a su gente, descendió a la Veranda de la Primavera Eterna. Se dice que todos los árboles del valle florecieron a su llegada, y aun florecen a día de hoy. Su objetivo era separar Pandaria del resto del mundo, protegiendo a su gente del fuego y de la muerte. Más poderoso como era, pese a sus intentos, no logró conseguirlo. El suelo tembló, más no se movió. Rápidamente, con el tiempo apremiante sobre él, comenzó a dudar, y el Sha de la Duda comenzó a ascender por el Este. Comenzó a temer, y el Sha del Miedo comenzó a liberarse de sus cadenas por el Oeste. Desesperado, llamó por el Dragón de Jade en busca de auxilio. Yu'Lon acudió a su llamado, y con calma, explicó al joven Shaohao que Pandaria era mucho más que el Imperio Pandaren. Los Mántides al Oeste, más allá del muro, eran tan parte de Pandaria como su Imperio protegido tras el muro. Shaohao, al final lo comprendió. Vio como todo en el mundo está conectado en un todo eterno, y que su amada tierra era más que el imperio pandaren. Su bastón cayó al suelo sin proferir ruido alguno, mientras su espíritu se hacía uno con la tierra. Mientras el mundo se quebraba sobre si mismo, Pandaria surcó los océanos pacíficamente hacia el sur. Mientras las togas del emperador caían, vacías, sobre el suelo, una espesa niebla comenzó a rodear las tierras de Pandaria, ocultándolas a la visión del resto del mundo. Fue con su sacrificio que el pueblo Pandaren y todas las razas que habitaban Pandaria pudieron evitar el Gran Cataclismo. Para los Pandaren, Shaohao jamás llegó a fallecer, si no que se hizo uno con la tierra. Por ello, jamás fue sucedido, y Shaohao permaneció como el último emperador Pandaren, eternamente vigilando las tierras que tanto amó en vida, siendo más de diez mil años después, aun el oficial emperador de Pandaria. Fruto de esto, con los siglos, el poder del Imperio Pandaren se descentralizó, y los distintos núcleos pandaren comenzaron a seguir sus propios caminos, formar sus propias leyes, y sus culturas. Pese a esto, todos se consideran parte del mismo Imperio, y jamás estalló el conflicto armado entre el pueblo de Shaohao, virtuoso e instruido en la paz espiritual y mental.
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    ¿Qué ha cambiado en ti? Los campos de las Tierras Altas de Arathi permanecían bañadas por el rocío del alba, el frío húmedo calaba en los huesos como la mordida de un gato. El sol aún no calentaba la tierra y pocos eran los que transitaban las calzadas, de no ser por algún pastor y dos figuras encapuchadas vistiendo colores pardos. Las dos figuras dejaron la ciudad orgullosa de Stromgarde atrás, transitando los campos de hierba alta hasta llegar a unas pequeñas colinas, allí quedaron durante media hora, en silencio, con la vista en el oscuro oeste y el sol dándoles en las nucas. Elegost había llevado de buen o mal grado a Audrey hasta ese lugar, habían dejado las no tan confortables camas de la casa comunal de la capital, para pasar frío en alguna prueba o enseñanza que el Montaraz quería enseñarle a la chica. -NIÑA! ¡Deja de mirar la nada con cara de embobada y baja de la colina! La pobre muchacha bajó deslizándose y llegando torpemente al suelo llano. Mientras, Elegost seguía soltando su discurso sobre dónde tenía Audrey los pensamientos. La joven, que no disfrutaba del paseo matinal, preguntó que qué hacían ahí, con el frío que hacia y sin hacer nada más que permanecer en silencio. El Montaraz era así, si una mañana se le ocurría algo, lo hacía, aunque no tuviera sentido, el sentido se lo encontraba a medida que pasara la mañana. Este fue el caso. Le respondió que estaban ahí para que ella "Aprendiera a comprender" y con eso ya pensaba tenerlo todo hecho. La conversación terminó divagando en métodos para entrar en calor: Audrey decía de correr, Elegost le replicó que eso levantaría polvo y los Trols vendrían... Y eso a la chica le asustó, pues no había recordado a los trols. Al final, el hombre la mandó a hacer abdominales (Que era idea de ella para calentarse) y una vez terminado, Elegost le dio una larga enseñanza de historia tradicional humana. Audrey no entendía por qué los Trols odiaban tanto a los hombres y les profesaban tantas calamidades si tenían ocasión. Elegost le explicó el origen de la humanidad en Arathi, un resumen de las guerras trols y la ayuda de los magos. Lo que más le sorprendió a Audrey, fue el que los magos habían sido la clave de la victoria, pues para ella, los magos eran en su mayoría: malvados. Entre medias de la historia, se comentaban el no juzgar a todo un colectivo por las acciones individuales, el que no hacía falta tener un poder exótico para ser un peligro y que los más insignificantes podían ser igual de peligrosos que un aventajado brujo. Acabo el temario de historia, comenzó otro más intenso que simplemente escuchar a Elegost hablar. Audrey le había dejado la nariz tocada a Jared el otro día, al parecer en una prueba de auto-defensa,. Elegost iría a más y le pediría que le intentara pinchar con un cuchillo. Era algo que siempre hacía con pupilos, reclutas o gente que le pedía entrenamiento. El sentido de la prueba podía variar, en Audrey era ver si sería capaz de hacerlo sin mayor duda, o si por el contrario se negaría en rotundo a herir a otra persona sin motivo. Pero Elegost le daría motivos. Elegost sabía bien, que la gente era incapaz de cambiar, que no podían dejar de ser lo que habían sido en el pasado, que negar el YO anterior era un peligro para quienes seguían el camino de la Luz. Elegost quería enseñarle a Audrey a que aceptara su Yo pasado, que se dejara llevar por los sentimientos fuertes y así, una vez llegado al límite, pudiera entenderse mejor para controlar esos sentimientos, darles forma y llegar a la conexión con la Luz. La prueba del cuchillo potenciaba la situación extrema y daba a los sentimientos a flor de piel. Audrey no parecía muy acorde a apuñalar a Elegost, pero éste incentivaba que dejara salir su rabia en este momento, aprovechando su posible única posibilidad de desfogarse. La joven acabó por aceptar que sí que tenia mucha rabia contenida, que situaciones vividas en Elwynn le habían dejado con ira y molestia. Elegost siguió picando, increpándola de que la habían usado en el pasado, que no era más que un trapo viejo que limpiaba manchas de la gente y luego era olvidada. Que había sido una rata callejera, una mentirosa, una cruel persona, que siempre sería eso y no había cambiado La chica empezó a molestarse, a dudar y alzar la voz. Ella no era la Audrey del pasado, era alguien nuevo.... ¿Pero lo tenía claro? Elegost siguió bombardeando por ahí, recalcando y reafirmando que no había cambiado y era la misma persona. Ella acabó explotando, pero no usó el cuchillo, sino que usó las propias manos para golpearle, cegada por la ira de una comparación odiosa con otra persona igual o peor que ella. El golpe no llegó a nada y Elegost la pudo parar, la soltó y le sugirió usar le cuchillo. Durante minutos estuvieron lanzándose golpes que no llegaron a nada. Ella le gritaba, Elegost seguía dándole vueltas al qué le impedía a Audrey atacarle y enterar el cuchillo en su carne. Ella rabiaba, gritaba, Elegost le mareaba y no comprendía a dónde quería llegar. Sin más, Elegost intentó golpearla... y siguieron los intentos de golpearse mutuamente. Al final, Audrey acabó cansada y lagrimando, golpeando los brazos de Elegost en su intento de defenderse de la chica. - ¡Y eso que mierda?! ¿D qué me sirve? Mi vida siempre fue una mierda porque siempre creí que podia resolver todo a la mala! -Gritaba Audrey, poco antes de dejar de golpearle.-¡De qué me sirve ahora! - Tu vida era una mierda porque tomaste malas acciones... Ahora puedes cambiar, pero no olvidar lo que hiciste. ¿Quieres una dura verdad? Nadie puede cambiar, siguen siendo lo que son.. Siempre habrá alguien que lo recuerden, así que, siguen siendo lo que han sido... Pero puedes elegir qué hacer a continuación. Tú querías empezar de cero, como si nada hubiera pasado y eso es imposible. Elegost se frotó los brazos amasados por los golpes de Audrey, mientras esta se apartaba, cabizbajada y frotándose los ojos. La bola de rabia ciega que era había acabado, seguía enfadada con él, pero en su enfado, parecía entender y comprender las palabras de Elegost. - Puedes hacer dos cosas: Seguir como hasta ahora, siguiendo la ruta de Jared... o puedes afrontar el pasado, aceptar los sentimientos y que esto te ayude a futuro. - Pues si...-Respondió Audrey sonriendo con sorna -...Siempre voy a ser esa rata ¡Y eso esta bien! -Le reafirmó a Elegost, mientras se limpiaba las lágrimas rebeldes con el antebrazo. - Lo que hemos sido, nos marca y nos guía: Jared era una granjero y su sueño es acabar con la maldad en el mundo -El pobre Jared debería dolerle estas palabras, aunque Elegost no las decía con malicia, pues la gente tenía metas y orígenes diferentes -Jared es simple, así que su meta es simple... Pero hay gente compleja, con problemas, los cuales no es tan simple su meta Elegost se tornó en seriedad, su rostro pétreo acompañaba sus palabras, pero se acercó a Audrey, puso la diestra sobre su hombro y le dijo -Pero pase lo que pase, no te voy a abandonar, niña. Siempre estaré ahí. Audrey dejó de verse molesta en el momento en el que Elegost colocó la mano en en su hombro. El sentimiento que ella tuviera sería cosa suya y pronto cambió, cuando el Capellán se alejó de ella. De pronto su vista enojada, confundida y sobretodo, cansada, desaparece y no sabe bien que ha pasado. No sabía si sonrerir o hacer una mueca mientras el capellan se alejaba. Ella quería responderlo ante tanto de lo dicho por él, pero mejor no dice nada. Se limita a seguir al capellan. Nisiquiera recogió sus cuchillos tirados en la tierra. - Vamos a comer algo. -Acabó por decir Elegost, a medida que se alejaba del lugar. - Que no sean habas... -Negó con la cabeza, trotando detrás de él - Lo que encontremos ¿Te gustan los gusanos? -Le esperaban una bonita y agradable mañana por delante. Audrey empezó a preguntarse si valía la pena ser paladín. Mastreado por: @Stannis the Mannis Participantes: @Blues como Lee -Audrey- @Stannis the Mannis como Elegost Faler Habilidades usadas: @Blues Lee: Defensar - Atletismo - Arte Marcial - Religión (Iglesia de la Luz) - Tradición/Historia @Stannis the Mannis Elegost: Defensa - Arte Ofensivo - Religión (Iglesia de la Luz) - Tradición/Historia
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    Me gusta un montón el último que has subido, con el atardecer en la nieve y todo. La verdad es que son dibujos muy bonitos y muy bien hechos. Sigue dandole caña ^^!
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    Hay muchos elementos en la interfaz básica del juego que en PyE no necesitamos, básicamente porque no utilizamos el sistema de combate implícito en el juego, si no los dados. Es por eso que tras muchas horas buscando addons compatibles y probando una configuración más o menos cómoda, me he puesto a hacer esta guía para quien quiera hacerle un lavado de cara al juego. La interfaz final (actualizada el 26/04/2018) La interfaz que veis a continuación es el resultado de sumar varios Addons. Todo cuanto veis en ella es editable y desplazable al gusto, además, varios elementos se pueden ocultar o descartar. Voy a explicaros paso por paso cómo obtener cada uno de los apartados, además de adjuntaros la configuración descargable para ahorraros tiempo y quebraderos de cabeza (ficha, roleando con..., chat onrol y offrol y Menú). Por petición popular he reformulado la guía de esta manera, y ante nada, muchas gracias a todos los que me habéis contactado para compartir vuestras impresiones y proponerme vuestras ideas <3. Ante cualquier duda o incidencia, no dudéis en contactarme via Discord, Mp o en este mismo post. Lista de Addons utilizados - Barthender - Bagnon - Chinchilla minimap - Minimap Button Frame - Prat - Weak auras - KgPanels (opcional) - Shadowed Uf - nibChatTabs Para instalar la configuración una vez hemos instalado el addon en la carpeta Interfaz->Addons: Descargamos el archivo de la configuración facilitado en el apartado del addon correspondiente en este post. Deberemos tener dos archivos, uno formato .lua y otro .lua.bak Metemos ambos archivos en la carpeta WTF->Account->[vuestro nombre de usuario]->SavedVariables. ¡Listo! Ejecutamos el juego. - Chinchilla minimap Al igual que el sexymap, es un addon que sirve para cambiar la apariencia del minimap, tal y como se ve en la imagen. Nos permite seleccionar el marco, con opciones muy variadas, opacidad, longitud y color entre otras cosas. Pero lo que realmente es interesante en este addon, es que cuenta con un botón que sirve para esconder/desplegar el minimapa, para esas veces donde no lo necesitamos. Es un addon muy fácil de configurar y se puede poner donde se quiera simplemente arrastrándolo con el ratón. Este addon es incompatible con otros addons de minimapa. Es una opción mucho más editable que el sexymap y la recomiendo por encima de este último. Link de descarga de Chinchilla minimap: https://drive.google.com/file/d/1HYonfD8YLp_cmYTOLweplxOJh1wxpGsZ/view?usp=sharing Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1lvXJsDokvVd8QI6fIJNd8Oc2hCMmK1CF?usp=sharing - Bartender Con él podemos eliminar la barra gris inferior que blizzard ha incluido por defecto como fondo de las barras de acción. A no ser que tengais en uso muchos macros o habilidades, con una sola barra es más que suficiente para apañarse. Recomiendo situar en el 1, 2, 3 y 4 los siguientes botones: montura terrestre rápida, montura voladora, montura terrestre lenta, macro para acceder al addon KgPanels (de tenerlo). Con este addon además he desplazado el minimenú a la parte superior derecha de la pantalla para que no moleste, pues lo interesante es que el chat sea el elemento principal en la pantalla, así como la ficha. Además, os recomiendo deshabilitar los botones de las bolsas, como todos sabemos, para abrirlas basta con pulsar la tecla B o al atajo que hayáis configurado en el teclado. Comando para abrir el barthender: /bartender o clickando sobre su miniicono del minimapa, la jarra de cerveza con el botón izquierdo, botón derecho para simplemente desplazar las barras. Link de descarga Barthender: http://static.wowace.com/content/files/439/962/Bartender4-4.4.2-12-g94f3b58.zip Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1BIHUbSToX4T6K185J0VfnILotHRlapX9?usp=sharing Después de aplicar la configuración, entramos al juego y seguimos estos pasos: Abrimos el Bartender haciendo click derecho en su icono del minimapa (o en la barra del Button Frame). Buscamos la pestaña "Perfiles" y desplegamos la pestaña de la derecha. Seleccionamos el perfil "Lilthidel-Pluma y Espada". Listo. - Minimap Button Frame Este pequeño addon sirve para incluir en una caja a parte los minibotones del minimapa. Podéis elegir cuales queréis que aparezcan, y estos, se pueden ocultar clickando en la pestaña donde pone MBF. También tiene un par de modificaciones estéticas, pero lo interesante es que están todos recogidos y no se solapan en el minimapa, además de poderlos ocultar cuando no los necesitemos. Comando para abrir la configuración: /mbf Link de descarga Button Frame: https://drive.google.com/file/d/1mbIIoTE6WoaM5oCL53w0byxJLbdvLURn/view?usp=sharing Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1Lfh69HjPp82y7B7h2lNRDAdpAUYL4CD8?usp=sharing - Bagnon De este addon ya hablé en otro post, en resumidas cuentas nos permite editar la apariencia de las bolsas cuando las tenemos abiertas. Nos permite escocger la transparencia, dimenciones, número de columnas, etc. Comando para abrir la configuración: /Bagnon Link de descarga Bagnon: https://wow.curseforge.com/projects/bagnon/files/441052 Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1R7RhP79lpL2Ap9uldR4DqNJg_YrtORzn?usp=sharing - Prat Un addon que añade una gran cantidad de ediciones en el chat, desde fuentes hasta alineación, orientación, desvanecimiento, etc. Personalmente lo tengo configurado para que el último mensaje aparezca arriba y no abajo, y que los mensajes se desplacen en orden descendente, para no tener que bajar la vista hasta casi el marco para leer lo último. Recordad que es muy útil separar el chat offrol del onrol, es decir, dejar en una ventana el Decir, Emoción y Gritar, y en otra, Grupo, Líder de Grupo, Susurro, Líder de Banda, Banda, Hermandad, Oficial de hermandad y sistema. Si os manejáis con los comandos de gobs temporales, os recomiendo separar los mensajes de sistema en otra pestaña adicional que podeis apilar junto a las otras cuando no la tengáis en uso, pero recordad que el comando /dados se engloba con los mensajes de sistema, por lo que os recomendaría incluirlo con la pestaña Onrol. Mis ventanas de chat son transparentes, pero podéis cambiar esto al gusto con la configuración básica del juego: botón derecho sobre la pestaña del chat->fondo. Si queréis situar la caja de edición en otro lugar, pulsar enter y cuando sea visible, arrastradla donde queráis. Una vez hecho esto, escribid /prat para abrir el panel de configuración y en Mostrar Ajustes->Caja de edición->attach to...->Free floating. Loked. De esa manera se quedará bloqueada en la posición en la que la halláis dejado. Para volverlo a mover, la opción es Free floating. Sobre los botones de desplazamiento, yo los he deshabilitado. Si queréis volverlos a habilitar, /prat->Mostrar ajustes->Botones->Y marcáis los botones que os interese ver. Link de descarga Prat: http://old.addony.pl/chat-2/finish/36-335-chat/1326-prat/0 Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1b8asPRb-SCUutNmwJGmD8vZvVF83kjOI?usp=sharing - nibChatTabs En relación al Prat, este lo único que hace es customizar las típicas pestañas de chat. Instalándolo sin tocar ninguna opción, las ventanas de chat sólo serán visibles cuando pasemos el cursor encima del recuadro del chat, además de ser más atractivas estéticamente. Para que no estén ahí en medio básicamente. No lo he tanteado mucho, pero lo que sí se es que puedes editar la fuente, el tamaño entre otros. Para ver la configuración: Escape->Interfaz->Accesorios->nibChatTabs Link de descarga nibChatTabs: https://drive.google.com/file/d/1k7w3KfcpMebm7SOyvIihZ4Z4P4TAXMf2/view?usp=sharing - Shadowed UF Sencillo donde los haya, un unit frames de toda la vida, cuya función es recoger, customizar y desplazar los recuadros de jugador, party, focus, pet, etc. Este addon es recomendable si queréis dejar libre la parte izquierda de la pantalla para poner ahí la ficha, lo cual explicaré más abajo con el WeakAuras. Tiene MUCHÍSIMAS opciones para configurarlo. Os invito a que lo trasteeis, pero para quien no se quiera calentar la cabeza, os adjunto mi configuración. Link de descarga Shadowed UF: https://drive.google.com/file/d/1VpHE2kpocIukP5d7w716XPdEFF-T2izb/view?usp=sharing Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1aSCTqnECrxbYLq5WLzgN-_FCrYp6OivG?usp=sharing - KgPanels Este es un addon meramente estético. Crea paneles que se pueden personalizar añadiéndoles color, textura (como de pergamino), un borde e incluso en degradado. Sus aplicaciones dependen de vuestra creatividad, yo con ellos he hecho dos marcos en degradado a izquierda y derecha, además de las barras de vida y maná de la parte superior. Las opciones son bastante sencillas. Para abrir el addon, os recomiendo crear una macro por comodidad: /KgPanels config Vamos a la pestaña "Activar Paneles" y clickamos en el +. Se nos abrirán más pestañas de configuración. Para crear un panel nuevo, clickad sobre "Activar Paneles", insertad el nombre que querais para el panel y le dais a "Crear". El panel creado aparecerá más abajo. Link de descarga KgPanels: https://drive.google.com/file/d/1ZZOYmauzmAxKlSNOTfba17gLLjpC8LGy/view?usp=sharing Descargar mi configuración: https://drive.google.com/drive/folders/1Zk4sSaoV23TgFsYgnb6rv_rxPYZZZz4w?usp=sharing - WeakAuras Este addon brilla tanto por lo útil que es como por las millones de cosas que puedes hacer. La buena noticia es que solo lo utilizaremos de manera básica para crear textos o para incluir algún iconito por ahí (la runa inferior derecha que se aprecia en la primera imagen del post es de este addon, así como los dos iconos de vida y maná que he elegido). La configuración se abre con el comando /wa Nota: es posible que al logear, estos elementos hayan desaparecido. Para que reaparezcan targetear a cualquier npc/jugador, o abrir la interfaz del weakauras con /wa. Link de descarga WeakAuras: http://tinyurl.com/wa2f335rar Cómo crear textos/fichas Cómo añadir iconos/imágenes predefinidas.
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