La guerra gnoll y el Cuervo Rojo

[Abrahel 246]

El Cuervo Rojo se enteró a partir de comentarios de campesinos que el este de Bosque de Elwynn había sido asediado por bestias gnolls en pleno camino hacia las reparaciones del embarcadero. En primera instancia sus miembros tuvieron ideas muy generales acerca de ayudar con el problema o investigar más una vez terminaran con el actual encargo. No podían partirse en dos por mucho que deseasen.
Con el paso de los días, Lady Eliane Talbot llegó con la idea de "hacer algo por el problema", a lo que Asmodeo le respondió que "no abandonarían el lugar en el que viven", que "pudiendo luchar brindarían sus armas al Ejército Imperial". No obstante, había un lugar qué arreglar y mantener defendido, así como también otro tipo de obligaciones. Hasta el momento los hombres hiena no parecían ser una prioridad.

No fue sino hasta el décimo día de la estadía del embarcadero que la guerra que se acontecía en el bosque los alcanzó y pudieron vislumbrar cómo todo tipo de esfuerzo había sido en vano gracias a la poderosa mano de un ettin de Crestagrana que surgió del río y de un puñetazo mandó a volar el andén que tantos días les había tomado dejar a punto. Eso sumado a la muerte de Marie aplastada por la construcción de madera voladora dejó muy en claro qué sería lo próximo que esta organización haría al llegar a casa.

 

Pasados tres días de lo acontecido, Asmodeo solicitó a Eliane que escriba una carta dirigida al ejército local. Deseaba presentar al Cuervo Rojo como mercenarios interesados en la participación de la guerra. Al grandullón no le interesaba demasiado el dinero, pero sabía que debía solicitar una suma con la cual poder comer y vivir.

Miércoles, día 19 de octubre del año 29 A.P. A la atención de quien corresponda, Mi nombre es Eliane Talbot y represento al Cuervo Rojo, un gremio de armas de reciente formación. Al líder del Cuervo y a mí nos gustaría poder concertar una reunión con algún oficial disponible para ver de qué manera podemos ayudar al Imperio y a las buenas gentes de Villadorada, pues la amenaza de los gnolls no puede pasarse por alto y nos gustaría prestar nuestra ayuda. Que la Luz guarde al Imperio y a nuestra Emperatriz, Eliane Talbot Asmodeo D'Angelo

Los dos tenían la esperanza de ser escuchados y de esa forma acudir a negociaciones. Y muy para su fortuna, de manera rauda recibieron una escueta respuesta que les posibilitaba acercarse a las inmediaciones del cuartel a hablar con el Capitán. Todo parecía indicar que las manos eran necesarias, pues seguro que para el imperio estaba siendo imposible mantener dos guerras sin ayuda de organizaciones mercenarias.

A la atención del Cuervo Rojo, con la luz. Preséntense en el cuartel de Villadorada a la primer ahora de la tarde. Serán atendidos bajo el mando del Capitán  Marco Valerio. Llevad este papel como salvoconducto.  Sargento Roger Rut, de la XIII división a día 19 de octubre del año 29.

Al día siguiente yendo a la cita concertada, Asmodeo y Eliane pudieron dar con Gael Bedlam que justo se encontraba de pie frente al tablón de anuncios, quizá buscando trabajo o enterándose de las problemáticas sociales que se estaban aconteciendo en el reino. Él se ofreció a acompañarlos como miembro fundador del Cuervo Rojo, a lo que sus dos compañeros no pudieron negarse ni quisieron hacerlo.
Sin nada remarcable por el camino, al llegar presentaron el papel recibido como salvoconducto y los dejaron entrar a un patio de entrenamientos bastante ajetreado y movido. Las tropas iban de un lado a otro cargando suministros, agrupándose y preparándose para salir a defender posiciones o realizar incursiones y defensas. Ninguno de los tres miró más de la cuenta y fueron a dar directo con el capitán Marco, un hombre experimentado con cicatrices de carácter severo y tal vez un poco huraño, al menos con ellos. Él no les reconoció de inmediato, pero les invitó a pasar luego de que le trajeran algunos papeles. Al parecer en los escritos figuraba la razón de ser de esa reunión concertada con anterioridad.

Durante la conversación la paciencia de la única mujer fue puesta a prueba, pero el líder del Cuervo tuvo que pedir que haga silencio. Este estaba ansioso al igual y un poco incómodo por la forma de hablar del soldado, no obstante era lo que tocaba. Tenían que aguantarse por estar en un escalón más bajo, la vida siempre había sido así y no era ni el momento ni el lugar para protestar por ello.

La charla no duró demasiado y con el intercambio de algunas preguntas y respuestas, los tres estuvieron listos para firmar y entregar una lista de posibles miembros e implicados al Ejército Imperial. Tuvieron que aceptar algunas condiciones que no le agradaron mucho, como por ejemplo no faltarle el respeto a ningún guardia o ser juzgados en juicios militares. Pero no resultaba algo ilógico o incoherente, sino que evidente. Sabían que esta unión les traería beneficios y obligaciones, y al menos Eliane y Asmodeo estaban preparados para ello. Por el lado de Gael, tenía muchas incomodidades y no se notaba tan dispuesto, aunque terminó cediendo.

Contratación de compañía libre al cargo del Ejército Imperial de Su Alteza Real Imperial A todos cuantos esta carta vieren como yo Cuervo Rojo, compañía libre de hermanos de armas, queriendo hacer bien al noble pueblo del Imperio y siendo consciente de mis actos fuere firmando este documento como formalidad de unión bajo el estandarte de Nuestra Señora la Emperatriz, queriendo hacerle todo el bien que se merece y comprometiéndome a no levantar armas contra ella ni ahora ni en 10 años, cual de romper este acuerdo me fuere puesta la horca por tal desacato. Como compañía libre nos comprometemos a estar bajo mando del muy ilustre Ejército Imperial, siendo nosotros desde ahora parte del mismo fuero. Ejerceremos en todos los trabajos que nos manden, así, viendo esto, el Muy Ilustre Ejército Imperial de Su Majestad Imperial se compromete a darnos cobijo y ejercernos el pago estipulado en cada uno que nos manden dando su majestad el agradecimiento por tan noble acto de presentarnos bajo su bandera. Miércoles 19 de octubre del año 29. Eliane Talbot Asmodeo Gael Bedlam *Firma de Capitán Marco* *Sello del Imperio*

A partir de aquel día, el Cuervo Rojo pasaría a estar afiliado al Ejército Imperial de la Emperatriz. Ahora tocaba aguardar órdenes y proceder con los encargos que poquito a poco los llevarían a expulsar o no a esas malditas bestias gnoll.

ÍNDICE

1. Preguntas frecuentes.
2. 22/10/29 — Primer entrenamiento desde que inició la guerra.
3. 01/11/29 — Muerte de Gael Bedlam, miembro fundador.
4. 19/11/29 — Fin de la guerra.

Editado November 20, 2016 por Abrahel

[Abrahel 246]

Ya se puede leer la primera parte acerca de esta suerte de trama. A continuación pasaré a explicar detalladamente de qué se trata todo esto:

Como todos sabrán (o no) el Bosque de Elwynn se encuentra en medio de un enfrentamiento en contra de bestias gnoll organizadas que por alguna razón están recibiendo ayuda de los gigantes de Crestagrana. El Cuervo Rojo como organización que apoya a los pueblerinos que es, ha decidido unirse a la contienda y organizar esfuerzos en contra de estos bichejos. Es por esta razón que se ha decidido crear un mensaje en el foro que refleje los esfuerzos y movimientos, así como también un índice acerca de todos aquellos acontecimientos en los que la organización esté entrometida en pos de que cuando todo termine, quede un bonito registro de lo que se fue haciendo.
Cabe destacar que aquí irán ubicados diferentes mensajes que harán las veces de progresos, así como también convocaciones a eventos, mapas, información, entre otro tipo de cuestiones que se puedan desembocar de una narración de guerra.

Sin mucho más que explicar, haré una especie de guía de preguntas acerca de posibles dudas que puedan tener y si surgen más, me las dicen y las vamos agregando. Espero que este rol sea tan bonito como lo fue el del embarcadero. Vamos a ello.

Preguntas frecuentes

¿Puedo participar? ¿Qué requisitos hay?
Sí, puedes. Cualquiera puede entrar y salir de estra trama como quiere. Es global de los maestres al fin y al cabo, este mensaje en el foro es el que hacemos los miembros del Cuervo Rojo en conjunto para reflejar nuestra participación. Aun así ten en cuenta que si se ocurre una narración llevada a cabo por nosotros, el requisito que posees es que tu ficha de estadísticas debe estar colocada en el foro para más control y antes de unirte, al menos debes avisar al narrador designado para ponerte al tanto.

¿Con quién debo hablar?
@Abrahel, @Alherya, @ILUSDN o @Blues.

¿Puedo colocar mensajes aquí?
Si no se solicita, por favor no. En más de una ocasión alguno de los narradores te solicitará que coloques algo, que puede ser el mapa de tu personaje, el informe de actuación que haya escrito, etcétera. Es decir se requiere que aquí predomine lo onrol.

¿Qué tipo de personaje debo rolear para participar?
Uno que desee ayudar a su Imperio para evitar que los gnolls los revienten.

¿Puedo entrar al Cuervo Rojo?
Sí, para más información leer aquí o hablar con uno de sus miembros.

¿Es necesario estar dentro del Cuervo Rojo?
Me encantaría decir que sí así nos llenamos de miembros, pero no , no es necesario.

¿Qué tipo de roles se harán?
Incursiones, búsqueda de información, lucha, reparaciones, armado de tramas, emboscadas, investigación, caravaneo, defensa, entre otro tipo de cosas relacionadas a las narraciones bélicas.

¿Hay recompensa?
Sueldo y rapiñaje.

Editado October 20, 2016 por Abrahel

[Abrahel 246]

22/10/29 — PRIMER ENTRENAMIENTO DESDE QUE INICIÓ LA GUERRA

Era por la tarde en Villadorada y Asmodeo ya paseaba con las armas de madera directo hacia la posada del centro. Tenía pensado encontrarse con sus compañeros para poder utilizarlas en algún lugar que tuvieran disponible. Todavía no sabía dónde, pero cualquiera sitio venía bien. Frente a Orgullo de León se topó con Vastran al cual hacía varios días que no lo veía y decidió frenar a tener una pequeña conversa entre amigos. Los temas fueron banales y Eliane y Rainer no tardaron en unírseles, venían desde la casa de la primera que había ido a cambiarse. Luego de un intercambio breve por fin el grandullón se decidió a ir a buscar a Gael, pero ya estaba atrás suyo y recién llegaba.

En realidad no había que pensarlo tanto, desde que el Cuervo Rojo ahora era una organización afiliada al Imperio, podían utilizar las inmediaciones de los cuarteles y fue una idea que no tuvo demasiado debate. De esta forma todos partieron directo hacia el lugar a donde pasarían la tarde teniendo enfrentamientos entre ellos o contra los maniquíes que simulaban ser el enemigo.

Caida la noche Kandriel se acercó a conversar un poco luego de tanto tiempo sin ver a sus nuevos amigos y el capitán Marco aprovechó para hablar con ellos acerca de la guerra en general y curiosidades de Villadorada. Para ese entonces Vastran, Rainer y Eliane se habían ido sucesivamente.
Terminada la conversación, Asmodeo abandonó a la elfa y a Gael para poder volver a su hogar a limpiarse un poco.

Spoiler

Rol casual orientado a mejorar las habilidades de nuestros personajes en base a entrenamientos. No hubo narración, fue todo interpretativo y la duración como tal no se contabilizó. Los participantes fueron @Abrahel como Asmodeo, @Alherya como Eliane, @Distan como Vastran, @ILUSDN como Gael y @Belial como Rainer. También a finales de la tarde se unió @Blues como Kandriel y @El errante como Marco.

Muchas gracias a todos por venir, a pesar de que no fue ninguna clase de narración en particular. Espero que cualquiera que desee unirse a esta clase de roles hable con alguno de nosotros. Recuerden que no es necesario pertenecer al Cuervo Rojo, sólo tener ganas de rolear.

Saludos y hasta el próximo.

 

Editado October 23, 2016 por Abrahel

[Alherya 129]

// Dejo un pequeño relato en memoria de Gael Bedlam, que falleció durante la guerra contra los gnolls el pasado día 1. Es un relato que se adentra un tanto en la mente de mi personaje, espero se tenga en cuenta a la hora de leerlo. Cualquier cosa respecto al relato que se desee discutir conmigo, estaré encantada de hacerlo por mensajería privada o in-game. //

Las estrellas cubrían el manto celestial, iluminado por la Dama Blanca y la Niña Azul. El campamento lo habían levantado miembros del Ejército Imperial, algunos del Cuervo Rojo y otros voluntarios. Aquella avanzadilla iba a marcar la diferencia, al menos en teoría. Si los gnolls atacaban Villadorada, ellos estaban en medio para detenerlos. Tras las horas levantando los muros y las tiendas para dormir, el Cuervo Rojo iniciaba su guardia. Su líder, Asmodeo, y una de sus miembros fundadores, Eliane, salieron del campamento para hablar a solas un momento. En la intimidad de un cálido abrazo, ambos arrugaron el entrecejo al oír un cuerno rompiendo el silencio de la noche. Se dirigieron hacia el lugar del que provenía el sonido, reuniéndose con otros que también salían del campamento, entre ellos su compañero Gael. Siguieron caminando hasta que dieron con la persona que lo había hecho sonar. Elegost y Santiago habían sido atacados por un gnoll, el cual comenzó a huir en cuanto vio a gente aproximándose. Gael no se lo pensó dos veces y corrió tras él. Eliane no lo dudó y siguió a su compañero. Aquellos seres amenazaban la seguridad de Villadorada y, lo más importante, la vida de su hijo. No sólo no quería dejar solo a Gael, sino que quería derramar la sangre de aquellos seres aunque fuera uno a uno. Ni siquiera escuchó a Asmodeo cuando le ordenó que fuera tras él, menos aún cuando les dijo que se detuvieran al adentrarse entre el follaje del bosque y el territorio de aquellas bestias. Gael pudo alcanzarle tras sacar su arco –el cual hubo de guardar para no disparar a su compañera por error– y Eliane no tardó en hacerlo también, pero la bestia se volvió hacia ellos con el escudo en alto, golpeándoles con todas sus fuerzas. La mujer sintió el dolor en sus brazos cuando se protegió con ellos, un dolor intenso que parecía entumecer incluso sus manos. Sin embargo, no lo dudaron; el muchacho usó su espada para golpear al gnoll y ella intentó clavar sus dagas en su cuerpo. El cuerpo a cuerpo no era lo suyo y las dagas no lograban atravesar la armadura, debía buscar su piel para atravesarla. Gael, si bien había vencido a Eliane en sus entrenamientos mostrándose un buen combatiente, no lograba acertar sus estoques ni tampoco defenderse de los golpes de la criatura. La mujer fintó en un par de ocasiones en las que logró herirla, pero no parecía ser suficiente. Escuchó tras ellos pasos y a alguien diciendo algo, pero era tanta la rabia que sentía contra los hombres-hiena que no prestó atención a las palabras, como si fuera ruido de fondo. Elegost logró colocarse tras la criatura y Asmodeo junto a Eliane, interponiéndose para defenderla. El silencio se apoderó del lugar durante unos segundos antes de que las risas resonaran en sus oídos. Habían caído en una emboscada, y lo habían hecho de forma estúpida. El silbido de las flechas cortó el aire. Los proyectiles ascendieron para clavarse en sus cuerpos, poniendo fin a la vida del gnoll al que perseguían. Asmodeo intentó proteger a la mujer con su cuerpo y las flechas no lograron herirle, pero no reaccionó a tiempo para evitar que dos de ellas se clavaran en el cuerpo de ella, obligándola a caer al suelo por el impacto y su cuerpo debilitado por la lucha contra aquel ser. No vio si Elegost y Gael también habían sido heridos, pero sí cómo un numeroso grupo de gnolls se acercaron hacia ellos a la carrera. Elegost se puso en pie y echó a correr mientras el grandullón la cogía en brazos para llevársela de allí, pero a Gael no le quedaban fuerzas para huir también. Su cuerpo había recibido toda la furia de los golpes del gnoll cuya huída habían cortado y no podía ni ponerse en pie. Eliane pidió a Asmodeo que dejara que otro cargara con ella y fuera a buscar al muchacho, pero era demasiado tarde. Los gnolls corrían tras ellos y un par se agacharon junto a Gael, pero no pudo ver más. La oscuridad de la noche, el follaje y los seres que les perseguían no le dejaron ver nada más. Quería gritar y llorar, pero no tenía fuerzas. El dolor lacerante de las heridas se le clavaba hasta en el alma, el cual había recibido un gran golpe también.

Cuando recobró el conocimiento, sus heridas habían sido tratadas. Su cuerpo ya no le dolía, al menos en comparación con el nuevo dolor que sentía ahora en el corazón, punzante y amenazante con no abandonarla. Las lágrimas no tardaron en asomar en sus ojos esmeralda y en lamer sus mejillas. Gael era como un hermano pequeño para ella. Alguien en quien confiar, en quien apoyarse, a quien cuidar y a quien proteger. El día anterior habían estado celebrando el cumpleaños de Asmodeo en su casa, habían reído, bebido y cantado al son de las notas del laúd del muchacho. Era un misterio cómo los hilos del destino les había unido para llevárselo tan pronto. Dolía demasiado recordar su risa o el rubor en su rostro. Aquello debía ser una pesadilla, un mal sueño del que parecía no despertar. El Cuervo Rojo no solo debía enfrentarse a los gnolls en una guerra que no había hecho más que empezar, sino a la primera pérdida de uno de sus miembros. Habían sido demasiado impulsivos, se habían dejado llevar por lo que sentían al lanzarse a la carrera contra aquel ser y habían pagado el precio; él con la vida, ella con el amargo recuerdo de perderle. No era el primer ser querido o compañero al que perdía, ni tampoco el primero del cual se sentía culpable, pero cada uno de ellos parecía doler cada vez más. Sin embargo, ya no había quien alegrara las noches con la música de su laúd. No había quien tocara una última melodía. Ahora cada uno de ellos debía afrontar su muerte de la mejor manera que supiera.

[Abrahel 246]

19/11/29 — FIN DE LA GUERRA

Finalmente había llegado el día ansiado desde que abandonaron la posición perdida en la que Gael perdió la vida. El asedio estaba a las puertas de la villa y ahora sólo tocaba aguantar y defenderse. No sería tarea fácil, pues tenían gigantes armados con ellos y no dudarían en usarlos, así como también catapultas y un ejército cuyos números parecían incontables.
El Cuervo Rojo se asentó en el este y desde arriba de las murallas comenzaron a ayudar a los artilleros cuyos disparos diezmaron amplios números, así como también tumbaron a los monstruos de grandes proporciones que cargaban hacia las defensas. Aun así las líneas no se mantendrían por mucho, ya que con el embiste de una monstruosidad bicéfala el gran portón cayó y de esa forma los hombres hiena pudieron acceder.

Luego de una retirada y posterior reagrupación tanto en el fortín como en la plaza de la ciudad, la organización afiliada al ejército se encerró junto a soldados y miembros tanto de la Iglesia como la Mano de Plata. Sin embargo ntes de que pudieran elaborar un plan ya tenían visitantes golpeando para poder pasar. El teniente Elrick motivó al contigente a subir hacia los largos y gruesos paredones y desde arriba pudieron ver cómo un grupo numeroso de gnolls estaba intentando atravesar.

Terminada una elaboración premurosa del plan, llegaron a la conclusión de que había que asesinar al ettin utilizando los cañones y flechas, así que se formó una línea defensiva en la cual los que no podían disparar defenderían las almenaras.
La batalla sin lugar a dudas fue cruenta dejando heridos y muertos a montañas de imperiales que tuvieron la mala fortuna de no aguantar lo suficiente hasta la llegada de refuerzos montados en portentosos grifos. Entre ellos venía la Emperatriz que no sólo se encargaría de apoyar a su gente, sino que también de elevarles el ánimo.

Aquel día los humanos lograron algo bastante peculiar que no pasaría desapercibido en los Anales de la historia, pudieron defenderse de alrededor de treinta mil fuerzas suicidas y le hicieron frente a bestias que superaban sus propias construcciones en tamaño.