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Belial

Roler@
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Todo el contenido de Belial

  1. Gracias Thorch! Pues la verdad es que no me suena, pero espero que coincidamos ahora!
  2. Sí! Ya me he informafo de ello... Estoy terminando de descargar el nuevo cliente y esperando volver a rolear! Gracias Nathan!
  3. Presentarme nunca se me dio bien, y volverme a presentar se me da peor aún. Quizás todavía quede gente que se acuerde de mí. Gente que me conocía en una etapa universitaria feliz y despreocupada antes de ser engullido por el mercado laboral y los compromisos de la vida diaria. A ellos decidle que he vuelto y a aquellos que no me conozcan decidle que he vuelto también. Espero volver a revivir los buenos momentos que eché aquí, encontrarme con alguna cara conocida y con muchas otras nuevas. Espero volverme a sentir cómodo en un lugar y poder retomar el rol del que he estado apartado durante más de un año... ¡Y para no hacerlo más largo me despido ya!
  4. ¡Muchas gracias por la pronta y detallada respuesta Malcador! Me alegra ver como nuestras visiones sobre los goblins tasan casi a la perfección
  5. ¡Buenas! Como apasionado de los goblins me han surgido unas cuantas dudas sobre el estado actual de esta raza en el servidor. -Dado que no tuvieron lugar los eventos de Cataclysm, imagino que todos los cárteles goblin son neutrales oficialmente hablando (no incluyo los tratos preferenciales que puedan tener como los de Gazlowe y la Horda). De todas formas, ¿cómo se encuentran políticamente hablando los cárteles goblins? Al menos los principales. -¿Cuál es el estado de las tres ciudades goblins "principales": Gadgetzan, Trinquete y Bahía del Botín? -¿Cuál es el nivel tecnológico actual del que disponen en el servidor? Como soy ingenierio, y realmente disfruto de estas cosas, me gustaría que, por favor, se me diera el mayor número de detalles posibles en esta cuestión. ¡Un saludo y muchas gracias por tu tiempo!
  6. Atributos 5 Físico 6 Destreza 9 Inteligencia 6 Percepción Valores de combate 20 Puntos de vida 27 Mana 6 Iniciativa 8 Ataque CC Sutil (Espada ligera) 8 Defensa Habilidades Físico Destreza 2 Espada ligera 1 Cabalgar 2 Defensa Inteligencia 1 Comercio 1 Leyes 1 Sanación/Hierbas 1 Tradición/Historia 2 Evocar energía 2 Barrera Vil 1 Toque Vil 1 Idioma demoníaco 2 Piedra de salud Percepción 1 Advertir/Notar 1 Bailar 1 Etiqueta 1 Música
  7. Nombre: Lohaen Ala’thaes Zelh’thas Emberfall Raza: Sin'dorei Sexo: Hombre Edad: 189 Lugar de Nacimiento: Lunargenta, Quel'Thalas Ocupación: Economista, Asesor, Brujo Historia completa Descripción física: Lohaen es un sin’dorei de altura y peso promedio. De complexión atlética y rostro fino, su cabello se extiende hasta la mitad de la espalda como una cascada lacia de tono azabache. Sus ojos brillan con un fulgor esmeralda, decorado un rostro que se ve atractivo y extremadamente cuidado. De sonrisa pequeña y labios finos, se preocupa por no dejar ver ningún rastro de su vello facial. Sus orejas puntiagudas están decoradas con unos pequeños pendientes sencillos. Del mismo modo, su cuello ostenta una pequeña gargantilla y sus dedos largos y finos están acompañados de tres anillos de piedras oscuras y sencillas. Acostumbra a llevar ropajes de telas y cueros sencillos, pero elegantes. Por lo general imperan en él los colores negros, verdes y escarlatas. No tiene ningún tipo de tatuaje o antigua cicatriz. Descripción psíquica: Por lo general es un sin’dorei que evita los conflictos innecesarios. Su ego potenciado hasta cotas bastante altas le confiere una terrible seguridad en sí mismo y una arrogancia inamovible. Aun así, no es idiota y no deja pasar los datos objetivos por alto. Pese a todo, es una persona que disfruta del razonamiento lógico y trata de moverlo todo hacia un fin coherente. Ambicioso, egoísta y con una carencia de empatía reseñable antepone sus intereses a largo plazo por encima de todo. Curioso e inteligente siente atracción por las diferentes dimensiones de la magia y la brujería. No se siente particularmente envuelto en la disputa entra la Horda y Alianza. Historia Nacido en el seno de una adinerada y acomodada familia élfica de Quel’thalas, recibió todos y cada uno de los nombres que le correspondían como heredero de la gran casa noble Albh’arotael. Fue entonces llamado el pequeño “Lohaen Ala’thaes Zelh’thas” y apellidado “Albh’arotael”; como no podía ser de ninguna otra manera. La familia noble, residente en la brillante ciudad rebosante de magia de Lunargenta, había hecho su fortuna con la compraventa de metales preciosos y la confección y venta de joyería, alhajas y bisutería. Aun así, sus actividades económicas acabaron por expandirse y abarcar muchos más oficios. Aunque la verdadera familia únicamente se dedicó en persona al trabajo y confección de la más fina joyería. Como se era de esperar, Lohaen fue cuidado entre los más caros algodones. Jamás le faltó lujo alguno: juguetes, ropajes, joyas y un largo etcétera. Tampoco era de extrañar que sus padres trataran de costearla la mejor formación que se pudiera conseguir en Lunargenta y, por extensión, Quel’Thalas. Como futura cabeza de una familia noble de alto nivel tenía que defenderse con corrección en todo tipo de ambientes sociales como bailes, cócteles, fiestas o banquetes. Se vio en la obligación de aprender de las leyes de su reino, así como amplias nociones de historia de su pueblo y el mundo en general. También le fueron inculcados conocimientos varios sobre matemáticas, estadística y economía. Al fin y al cabo, en algún punto de su vida él acabaría por encargarse de llevar la familia y un sólido y rentable negocio. La magia, como buen alto elfo, tampoco escaseó en su formación. O al menos de forma teórica. Su padre también aportó su grano de arena a la formación de Lohaen. Si bien llevaría el negocio, necesitaba saber confeccionar las joyas más finas y exquisitas posibles. A diferencia de otras joyerías, los dueños de la casa Albh’arotael no se desentendieron de la raíz de sus riquezas. Las manos del cabeza de familia seguían engravando el oro, puliendo los rubíes y zafiros y moldeando los metales. Su técnica, antigua y heredada entre los cabezas de familia, seguía consiguiendo unos de los acabados más perfectos que jamás se hubieron visto. Una desgracia que esos no fueran los planes de Lohaen. Durante décadas, se encontró en la complicada situación de tratar de heredar las complicadísimas técnicas por parte de su padre. Amaba las joyas. Amor que hasta día de hoy continúa profesando abiertamente y que posiblemente lo llevará de la mano hasta su muerte. Por desgracia, saber apreciar una pintura no te convierte en artista ni en pintor. Al parecer, era como si el talento para la metalurgia, la joyería y la expresión artística a través del metal se hubieran saltado una generación por completo. Lohaen no tenía habilidad ninguna para ello y tampoco sentía demasiado interés al respecto. A pesar de que sus verdaderos intereses estaban en la magia, se vio en la férrea obligación de continuar su formación en la joyería hasta el final de los días de su padre. Formación de la que apenas queda ya más que un recuerdo teórico. Dada su alta posición social, los fantasmas de las guerras y los conflictos exteriores apenas le rozaron. Si bien tuvo conocimiento sobre ellos, no se vio involucrado más allá de lo que se vieron el resto de familias de la alta nobleza. Sin embargo, hubo un conflicto que quedaría marcado no solo en el recuerdo de su raza, sino de la historia de Azeroth, que su posición social no pudo evitar de ninguna de las maneras. La muerte misma a lomos de un corcel esquelético golpeó contundentemente las puertas de Quel’thalas. Como una marea de muerte hedionda y pútrida, arrasó con su gente y sopló sus vidas como si fueran llamas endebles y escuálidas que no alcanzaban a oponer resistencia. Las vidas de sus familiares no fueron excepciones en absoluto. Los juegos del destino quisieran que tanto él como su madre se encontraran fuera de Quel’thalas durante lo ocurrido, concretamente en una reconstruida Ventormenta que distaba del deplorable aspecto que ofrecía su hermana Lordaeron en ese momento. Con el corazón lleno de miedos, angustias y temores aguardaron hasta que el conflicto hubo terminado en Quel’thalas para retornar a su hogar. Ni siquiera les hizo falta saber lo que había ocurrido para saber que algo nefasto tomó lugar al norte del continente. Cuando la Fuente del Sol quedó destruida sintió una terrible sensación de desasosiego interior que hasta día de hoy es incapaz de describir con palabras. La sed de magia había comenzado a florecer entre las cenizas de su pueblo. Su madre, embaucada por el horrendo dolor que experimentaba tras la muerte de su marido y resto de familiares, entró en una espiral descendente que acabó por tomar su vida. Lohaen, solo, y con los rescoldos a cuestas de una familia noble derruida tuvo que aprender a sobrevivir por su cuenta. Deshaciéndose de lo poco que pudo rescatar de las posiciones de su familia, logró adquirir varios tomos arcanos con los que comenzar unos estudios semi-formales. No obstante, estos caminos rápidamente se vieron afectados por un nuevo elemento en su vida. El fel se introdujo rápidamente en su forma de ser, apaciguando la sed de magia de una forma plena y eufórica. Como muchos ahora llamados sin’dorei, encontró en esa magia un sustituto a la magia arcana. No tardó en querer profundizar en esa energía y menos aún en comprender el enorme potencial que entrañaba. ¿Peligros? Muchísimos. Pero sin nada que perder y una enorme ambición en su cabeza no se dejó amedrentar. Sin embargo, para cuando los estudios teóricos sobre la magia vil le dieron la suficiente base para comenzar a practicarla, este tipo de magias y prácticas se tornaron demasiado oscuras para llevarlas a cabo. El fel que una vez los salvó de la sed de magia, ahora era algo prácticamente prohibido. Rápidamente tuvo que buscar un remedio, aunque aun así sus progresos se vieron mermados. Puso rumbo al paraíso del libertinaje en todos los aspectos: Trinquete. Allí consiguió comenzar a ganarse la vida realizando transacciones económicas con algunos mercaderes y sirviéndoles de consejero económico a otros. Todo para conseguir dinero con el que costearse sus viajes para expandir su formación.
  8. ¡Un saludo! Bueno, he estado barajando la posibilidad de hacerme un personaje brujo y he estado leyendo varias cosas del Sistema de magia; en concreto sobre la sección de Energía Vil. Una de las primeras habilidades de la rama de demonología es Idioma demoníaco, la cual paso a citar a continuación: Es obvio que cualquier brujo que se precie a ser demonólogo deberá poder comunicarse con ellos y su éxito dependerá en gran medida con ellos. Sin embargo, creo que el idioma demoníaco (hasta dónde sé el eredún) es prácticamente un idioma común para todos los brujos y practicantes de la energía vil. Realmente casi cualquier texto que esté relacionado con la brujería está escrito en este idioma. Por tanto, cualquier brujo debería verse "forzado" a aprender esta habilidad si quisiera progresar en el manejo de la Energía Vil sin importar la rama. ¿Mi sugerencia? Creo que sería mejor quitar el Idioma demoníaco en sí como una habilidad de demonología (de hecho no soy partidario de colocar cualquier idioma como una habilidad en el sistema). En su lugar, creo que una alternativa sería introducir un bonificador en este idioma para los que estudian demonología, o directamente retirarla o sustituirla por otra habilidad. ¡Un saludo y gracias por vuestro tiempo!
  9. Querido amigo Asmodeo, me he visto en la situación de partir hacia Forjaz. Al parecer, mi familia se encuentra en momentos de gran dolor tras la muerte de mi madre y su esposo. Todo pareciera ser fruto de las casualidades del destino, aunque la muerte de ese hijo de puta a mí no me quita el sueño. Hace cuestión de una semana, un gnomo apestoso apareció cerca de la herrería el Filo Prestado buscándome a mí. Me entregó una carta en la que se requería mi presencia inmediata en Kharanos, Dun Mororgh, para resolver los temas de herencias y bienes de sucesión de mi familia. Parece ser que quizás pueda volver pronto con más dinero en los bolsillos que con el que me fui, aunque esto no es menester seguro. Mis disculpas por no haber podido dedicarte una despedida mejor, pero el tiempo apremiaba y no podía dejar que los zafios hideputas hijastros de mi madre pusieran sus zarpas sobre los recuerdos de mi familia. En cuanto todo se haya solucionado de algún modo, retornaré a Elwynn con vosotros. Aunque se está bien aquí, de vuelta con los de uno, este frío me está congelando los huev el alma los cojones. Dale esta carta a Eliane también. Un saludo de vuestro amigo enano, Yorgevin Clusterbolt-Kudaran. PD: Esto no lo he escrito yo, sino que le he pedido a una amable señora en una taberna de Ventormenta que lo escriba por mí. PD: Disculpen las malas formas. He tratado de evitar lo más posible todos los insultos, expresiones impropias y blasfemias, pero su amigo enano ha insistido bastante en algunas de ellas. @Abrahel @Alherya
  10. No. Dejando a un lado el haber o no recapacitado y hablado las cosas (cosa que me parece muy adecuada), el haber sido cesado de la actividad de Maestre debería ser tajante y sin vuelta de hoja. Creo que el espíritu de esta comunidad es ese: donde no hay amigismos y los maestres responden con más dureza incluso que los usuarios, puesto que la envergadura de su responsabilidad es mayor. Creo que el reincorporse como Maestre supone desacreditar ese espíritu de la comunidad que tanto se ha recalcado desde un principio. Si se admitiera de vuelta, aunque fuera mediante disculpas, creo que es decirle a los usuarios que lo anterior dicho no es del todo cierto. Y aunque no sea exactamente así, la verdad es que la imagen que se da es dañina. Ya solo este post me parece un intento de hacerle un "by-pass" a la coherencia argumental de la comunidad.
  11. Belial

    Rainer Rottmann

    Atributos 6 Físico 8 Destreza 6 Inteligencia 6 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 18 Mana 8 Iniciativa 10 Ataque CC Sutil (Espada de una mano) 10 Ataque CC Sutil (Puñales y dagas) 10 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 Espada de una mano 2 Puñales y dagas 2 Defensa 1 Nadar 1 Robar bolsillos 2 Sigilo 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 2 Callejeo 1 Comercio 1 Navegar Percepción 2 Reflejos
  12. Belial

    Rainer Rottmann

    Nombre: Rainer Rottmann Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 22 Lugar de Nacimiento: Vega de Tuercespina Ocupación: Busca-fortunas. Historia completa Descripción física: Humano alto y de, aproximadamente, casi un metro noventa de altura. De complexión fuerte y musculada, Rainer dispone de una melena grisácea y lacia que cuida expresamente. Su barba, recortada y acicalada, decora un rostro apuesto de facciones cuadradas y masculinas. Sus ojos, de un color azulado tremendamente claro que llega a tornarse de un gris suave, van a juego con una piel ligeramente bronceada (aunque blanca en origen) acorde con su lugar de nacimiento y profesión. Su cuerpo, acostumbrado a duras tareas en la mar y a diversos trabajos relacionado con el mundo mercenario, es fuerte y dispone de una musculatura entrenada. A pesar de sus brazos potentes y manos fuertes capaces de manejar una espada sin dificultad, Rainer no tiene problemas en moverse con agilidad. Su tren inferior responde y está en armonía con su parte superior. Ambas están salpicadas por algunas heridas y diversos tatuajes tribales de color rojizo, al igual que lo está su cara. Lleva dos pequeños pendientes de color dorado en su oreja derecha. Por lo general utiliza vestimenta sencilla de telas, salvo cuando la situación amerita jubones de cuero y alguna que otra protección más. Descripción psíquica: Su vida se rige por el lema: “la supervivencia del más fuerte”. Y con más fuerte, se incluye también al más aprovechado. Interesado por naturaleza, Rainer ha desarrollado una personalidad egoísta a lo largo de su vida pues se preocupa prácticamente por sí mismo y poco más. Si bien pudiera realizar un gesto desprendido: no es un acto normal y deberá tomarse como una pequeña excepción. Mujeriego, dado a los vicios de la vida y ambicioso podrían ser tres formas de describirlo. Bromista y ligeramente despreocupado, aunque capaz de concentrarse y ponerse serio (en especial cuando se juega algo). Es dado a los juegos de azar y amante de muchas actividades del mundo clandestino: peleas callejeras, apuestas, etc. Tiene una gran carencia de amor maternal y paternal que intenta subsanar como puede de forma inconsciente. Historia Nacido en las costas doradas de la selvática región sureña de la Vega de Tuercespina, Rainer (o cómo los demonios saben cómo lo llamaron al nacer) fue el sexto hijo de una pareja de comerciantes de poca monta. Desbordados por la enorme cantidad de trabajo, otros cinco hijos y una mujer enferma incapaz de cuidarlos, su padre decidió venderlo como esclavo para cubrir e intentar relanzar un negocio que lentamente se arruinaba. Un traficante goblin enseguida acudió a la oferta y, pagando un precio inferior al que a su padre le hubiera gustado, Rainer fue entregado sin demasiados miramientos. Privado del cariño y amor de unos padres, el muchacho acabó por desarrollar un trastorno de búsqueda afectiva de figuras paternas: tratando de encontrar una figura materna en todas las mujeres que han pasado por su vida y tratando de encontrar un padre en todos los superiores y jefes que lo han menospreciado. El goblin, de cuyo nombre ya no es capaz de acordarse, no tardó más de un par de semanas en vendérselo a una familia de la alta burguesía goblin de Minahonda. Aprendió de ellos su lengua (además de común), pues fue criado para ser parte del servicio de la casa desde muy pequeño. Casi desde que se pudo poner en pie, ya le empezaron a cargar con diferentes trabajos domésticos. Estuvo con ellos hasta comenzar a entrar en la adolescencia. Un carácter beligerante y desafiante comenzó a aflorar, pero mucho antes de que el señor de la casa tomara una decisión sobre su destino algo ocurrió. Sus negocios rápidamente cayeron a pique y las deudas se lo tragaron (probablemente una treta por parte de sus competidores). Como resultado, todas sus pertenencias fueron embargadas y revendidas: entre ellas Rainer. Aun por aquél entonces, Rainer era simplemente llamado: “muchacho”, “mocoso” o “chico”. Tanto fue así, que llegó a creer durante un tiempo que esos eran sus verdaderos nombres. Tras el embargo fortuito, la empresa encargada no dudó en revenderlo rápidamente sin ningún tipo de escrúpulo o reparo aparente. Fue trasladado hasta la bulliciosa y frecuentada ciudad de Bahía del Botín, al sur de la Vega de Tuercespina. Un cuerpo joven y bien formado, capaz de afrontar buenas tareas físicas, comenzaba a aflorar y esto no pasó inadvertido bajo la afilada mirada del director de la empresa encargada de los embargos. Fue vendido como esclavo de cargas a otra empresa encargada de hacer labores de traslado de mercancía. Durante casi un año, estuvo llevando las pesadas cajas y toneles de un barco al almacén y viceversa. “La liebre de carga”, o así es como Rainer recuerda el nombre de la empresa, le dio el nombre de “Activo 236”. Sin embargo, este nombre no le terminó de calar y aunque sus jefes y amos solían dirigirse a él por ese nombre, utilizó Rainer para sus relaciones más personales. ¿De dónde apareció este nombre? De ningún lugar en especial: simplemente lo leyó en una de las cajas y le gustó. ¿El apellido? Era el apellido del patrón de uno de los barcos que le tocó descargar una vez. Posteriormente se enteró que acabó colgado y apaleado por unos tipos a los que le debía grandes sumas de dinero. Esta empresa tampoco duró mucho más. En una necesidad de recuperar liquidez para afrontar pagos de deudas, vendieron a algunos de sus esclavos y, cómo no, Rainer estaba entre ellos. Lo tasaron en dos monedas de oro: un precio algo elevado, pero justo por los años de trabajo que le quedaban, su estado físico y la inflación económica aplicable. Un burdel de Bahía del Botín pagó por él y rápidamente comenzó a trabajar como mozo de cuadras y de almacén. Observando su carácter y viendo que se trataba de un mozo joven, le prohibieron acercarse a las prostitutas del burdel. De hecho, sus trabajos estaban preparados para evitar cualquier contacto con las mujeres e incluso utilizaba puertas traseras para evitar acceder al local por las entradas principales: una decisión acertada única y exclusivamente basada en previsiones y negocios. De ninguna forma podrían permitirse que el mozo se distrajera con las meretrices, y menos que tuviera lugar un “accidente” que dejara “inutilizada para el trabajo” a una de ellas. Error que acabó por ocurrir. Rainer se las ingenió para encontrar momentos a solas con muchas de las prostitutas del burdel. De hecho, al tratarse de un muchacho joven y visualmente agradable, no tardó en convertirse en un pasatiempo para algunas de las trabajadoras del burdel. Lo inevitable no se demoró en hacer acto de presencia y tras poco más de un año de trabajo, Mirya, una mujer de tez oscura y ojos negros con la que más de una vez había tenido una noche, se quedó embarazada. La mujer trató de ocultarlo la mayor cantidad de tiempo posible, pero, para cuando la forzosa verdad salió a la luz, las consecuencias enseguida buscaron a Rainer para hacerle pagar por sus actos. Una pena que ya Rainer hubiera escapado para entonces. Emitieron una orden de búsqueda y captura que por azares del destino se extravió. Con ayuda de otro empujón de la suerte logró encontrar un barco dispuesto a dejar que se enrolara. No perdió el tiempo: se fue con ellos a vivir de la mar. Fue pescador y durante unos meses su tarea principal consistía en lanzar las redes y tirar de ellas para subir la captura a bordo. Tampoco consiguió aguantar demasiado con ellos. Tan pronto como llegaron a la urbe goblin de Trinquete, otro trabajo más libre y con aparente mejor remuneración llamó su atención. Viendo en el comercio y el contrabando una oportunidad, empezó a vender diferentes tipos de drogas suaves y alcohol sin impuestos en locales de mala muerte de Trinquete. Se hacía con cantidades de dinero que, para lo que él estaba acostumbrado, eran verdaderas fortunas. Pequeñas montañitas de monedas que no tardaba en dilapidarse rápidamente en mujeres, alcohol, droga y cosas superfluas. Cuando las cosas se pusieron tensas entre él y otro vendedor, así como una guardia que le pisaba los talones cada vez de forma más acusada, hizo lo que siempre se le dio bien: desaparecer. Sin pensárselo dos veces compró un billete y escapó de Trinquete tan rápido como le fue posible. Se montó en una goleta que viajaba en dirección a Tanaris que tras dos días de travesía fue abordada en alta mar. Quizás los escrúpulos del Capitán Barrowan le impidieron matar a un chaval (aunque ya era más un joven adulto que otra cosa), o tal vez fue que la escasa, pero bien armada guardia de la goleta mermó a su tripulación más de lo que estimó antes del abordaje. Sin embargo, aquel hombre repleto de cicatrices y recuerdos de una viruela que dejó su marca en él hace años le invitó a unirse. Necesitaban hombres fuertes. A pesar de que había sobrevivido por pura casualidad, que la sangre de su camisa se debía a un resbalón sobre el charco dejado por un muerto y que aquella espada la había agarrado más por instinto que por otra cosa: jugó el papel de hombre valiente. Al fin y al cabo, al menos viviría unos cuantos días más. O al menos unas horas. Se adaptó a la vida de pirata mucho más rápido de lo que podía imaginar. Aprendió a luchar con la espada en la diestra y con un estilete en el jubón preparado para lanzarse hacia las tripas cuando la siniestra lo llamara. Con un puñal de emergencias siempre preparado en la caña de la bota derecha, Rainer sobrevivió mucho más que unos cuantos días. Durante años vivió del pillaje y los abordajes en el mar, disfrutando de una libertad extraña y egoísta. Aunque, como ya se sabe, todo lo bueno tiene un final. El destino le volvió a dar una palmadita en la espalda cuando un ajuste de cuentas se llevó por delante a la tripulación de “La chuleta salada”. Como había sido la última incorporación a los hombres de Barrowman, y los atacantes disponían de una información considerablemente desfasada, nadie echó en falta su cuerpo. Ni siquiera lo buscaron para matarlo. Buscó una nueva vida en Ventormenta. Las viejas costumbres no tardaron en retornar y la mala vida una vez más se convirtió en la única vida que conocía. Aficionado de peleas clandestinas, apuestas ilegales y todo tipo de trapiches cuanto menos dentro de los márgenes de la ley, Rainer comenzó a tener problemas con la justicia. Todo terminó por hundirse con un trabajo que se le fue de las manos: unas amenazas en teoría que acabaron en asesinato. Esta vez no fue más rápido que la justicia y acabó entre rejas. Quizás sea el destino o la suerte que juegan a divertirse con él. Sea lo que sea, parece que alguien tuvo la bondad (o interés) de interceder judicialmente por él. Cuando pensaba que acabaría entre rejas durante largos años y que no volvería a disfrutar de su libertad: lo liberaron. Aunque disfruta de su extrañamente devuelta libertad, no es tan tonto como para saber que las consecuencias están por llegar.
  13. Se encontraba terriblemente confuso en el bosque, mientras se mecía en brazos un Múrloc cagado. Tras un solitario Tauren albino se encontraba la muerte del Unicornio Pepe. —¡Que Desdicha! ¡Lagarto! —dijo mientras intentaba tragarse a . -¡Cagüentuagüela!
  14. Se encontraba terriblemente confuso en el bosque, mientras se mecía en brazos un Múrloc cagado. Tras un solitario Tauren albino se encontraba la muerte del Unicornio Pepe. - ¡Que Desdicha! ¡Lagarto!
  15. Añadiendo mi punto de vista como ingeniero (como me gusta decir esto...), y ciñéndonos de forma estricta a la física, yo diría esto: 1) La realidad es que depende. Depende muchísimo de la forma de combate. Es decir, una de las ecuaciones básicas de la mecánica es tal que: F=m·a Donde la "m" es la masa, la "a" la aceleración y la "F" la fuerza. ¿Qué entendemos con esto? Que la fuerza de un impacto es proporcional a la masa del objeto (su peso) y a la deceleración sufrida en el impacto (a mayor velocidad, mayor deleceración). Dicho mal y rápido, cuanto más pese y más rápido vaya el objeto más fuerte será el impacto. Por lo tanto, si radicamos única y exclusivamente en el daño por el arma, cuanto más pese más daño hará. Sin embargo esto es una cuestión de equilibrio entre peso-daño: un arma muy pesada puede significar que, aunque un golpe pudiera ser devastador, no se tiene la fuerza para moverla o no se puede mover con suficiente velocidad. De forma opuesta, una espada muy ligera puede implicar una velocidad de movimiento rápido pero un peso insuficiente para parar golpes o asestar golpes potentes (dependiendo únicamente de su filo). Es cuestión de interpretación. 2)Para esto sirve la misma ecuación de antes. Solo que expresada tal que así: a=F/m Para lanzar una piedra con un tirachinas, hay que aplicar una fuerza F a un objeto de masa m. Si queremos aumentar la aceleración del objeto: o aplicamos más fuerza, o disminuimos la masa del objeto. Así el objeto saldrá despedido y alcanzará una mayor velocidad. No obstante, ocurrirá que la fuerza a la hora de impactar será igual que en el caso anterior. Si hemos conseguido aumentar tanto la aceleración mediante la reducción de la masa (achicando el objeto) pudiera ser que luego ese aumento en la aceleración no consiga aplicar demasiada fuerza. De hecho, al ser una relación directa en tanto en cuanto reduzcamos la masa: se reducirá la fuerza. De ninguna forma conseguirás aumentar la fuerza del impacto reduciendo el proyectil: otra cosa es su poder de penetración ya que un objeto pequeño ofrece menos resistencia. 3)En este caso, es lo que se había comentado antes. Si aumentamos la velocidad de un proyectil ya en el aire, su deceleración será mayor a la hora del impacto. Por tanto, la fuerza generada será proporcionalmente mayor. ¡Espero haber ayudado! ¡Agradezco que se me corrija si me he equivocado!
  16. //¡Intentaré participar con Nythras!
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