Turista

Lylia Faler Raza Humano Sexo Mujer Edad 16 Altura 1.52 Mts. Peso 40 kgs. Lugar de Nacimiento Elwynn Descripción Física Una chica que acaba de entrar a la adolescencia. De estatura pequeña y físico menudo tiene además la piel clara, el pelo rubio y grandes y expresivos ojos verdes. Descripción Psíquica De carácter caprichoso, altanero, egoísta y hasta repelente por momentos Lylia es alguien que sabe de dónde viene y por eso su principal prioridad es no volver jamás ahí evitando hablar o recordar cualquier cosa que tenga que ver con la barriada de las afueras de Villa Dorada. Detesta que le recuerden sus orígenes o que es adoptada y puede llegar a reaccionar de forma violenta contra los que se atrevan a hacerlo. La marcha de Elegost al norte y de Alay a un destino desconocido provocó que se sienta abandonada y traicionada por su padre adoptivo por lo que actualmente no guarda demasiadas simpatías por él aunque agradece el que la haya rescatado de la miseria en que se encontraba. Por otro lado, aunque en el fondo aprecia a su hermano menor suele tratarlo de forma indiferente y distante. A pesar de su comportamiento en realidad no deja de ser una chiquilla resentida y asustada que teme que en cualquier momento pueda perder todo lo que tiene y volver a la miseria en la que nació. Su juventud hace que frecuentemente pueda actuar de manera imprudente, sobre todo cuando algo llama demasiado su atención. Prólogo Durante una oscura noche en una cabaña pérdida en algún recóndito rincón del bosque de Elwynn una pareja discutía acaloradamente sobre el futuro mientras en una esquina tendida sobre la cama yacía una bebé que lloraba desconsolada. —¡Tu hermano ya no me asusta y no puedes detenerme! — Gritaba la mujer. —¡No lo estás entendiendo! ¡No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando! — Gritó aún mas fuerte el hombre. —¡A ti tampoco te tengo miedo! ¡No eres más que un gusano, el perro faldero de ese desgraciado de Joe! — Le increpó la mujer. —¡A mi no me hablas así! — Y de un bofetón el hombre lanzó al suelo a la mujer, de cuyos labios comenzó a manar un fino hilo de sangre. Aun así miró con desafío al hombre y con la manga se secó las incipientes lágrimas de sus ojos. —Eso, demuestra la clase de basura que eres — Dijo mientras intentaba volver a levantarse, aunque entonces el hombre la levantó violentamente del suelo apretando con fuerza sus brazos. —¡Te dije que no me hab…! — No alcanzó a acabar la frase por que entonces la chica se las arregló para darle un rodillazo en la entrepierna provocando que su agresor caiga de rodillas y luego sin perder el tiempo tomó a la bebé y salió corriendo por la puerta perdiéndose en el negro manto de la noche. El hombre se levantó como pudo y gritó su nombre inútilmente por unos momentos y luego tuvo claro lo que debía hacer; Debía alertar a su hermano para detenerla. Ni la mujer ni la niña saldrían de Elwynn jamás. A la mañana siguiente tres hombres de aspecto amenazante y con las ropas y las manos manchadas de sangre volvían al arrabal cargando descuidadamente a la bebé, envuelta en mantos también cubiertos de sangre. De la mujer nadie volvería a saber jamás ni nadie tampoco se atrevió a preguntar o tan siquiera nombrarla.