Nyet

Nombre: Jessie Sweeney Raza: Humano Sexo: Mujer Edad: 15 Altura: 1'64 Peso: 61 Lugar de Nacimiento: Los Páramos de Poniente Ocupación: Buscavidas Historia rápida Descripción física: Es una muchacha algo escuálida y enclenque, con expresión inofensiva debido a sus facciones delgadas y femeninas. Su cabello coral está descolorido y con las puntas abiertas a la altura de los hombros, debido al abandono. Es de mirada es gris, como sus ojos; ligeramente rasgados y poco expresivos. Debido a que no suele alzar la voz esta suele ser mullida y átona, no tan melosa como se espera de su aspecto. Carece totalmente de figura y oculta su pecho plano bajo ropajes anchos una o dos tallas más allá de la suya. Dedos largos y finos en palmas usualmente medio ocultas en las mangas; sus pies tampoco son destacables. A pesar de su apariencia casi famélica, tiene buenas capacidades atléticas debido a sus días de intensa actividad para no morirse de hambre. Descripción psíquica: Débil: no es difícil romperla moralmente. Su actitud pesimista y desagradable con la vida suele transmitir energía negativa a todos a su alrededor, por que lo que se ha vuelto algo solitaria con el tiempo. Y a pesar de que puede comunicarse si lo necesita, prefiere hablar lo menos posible con la menor cantidad de personas posible cada día. Aún así, es alguien leal y servicial, y si viese alguien en apuros, lo ayudaría siempre y cuando no le traiga problemas a ella. Diligente también. Si le pagan, normalmente menos de lo que se debería debido a su poca presencia, lo hace. Carece totalmente de autoridad y la mayor parte del tiempo se muestra pasiva ante las situaciones de la vida. De gustos sencillos y baratos: la danza y los dulces. También es bastante ignorante y aunque no recibió mucha educación en casa, sabe mantener las formas y modales hasta cierto punto. Historia Criada como granjera, nunca fue demasiado aceptada por su familia, ya que desde pequeña se le notaba que no iba a ser una persona fuerte y apta para la vida en el campo, y aunque tampoco era totalmente despreciada, siempre estaba en el aire ese aura negativa hacia ella. Su hermana mayor, que siempre había querido una hermana a la que cuidar, fue quien más empujó de ella y siempre se esforzó en motivarla a ser lo que ella quisiera ser. La madre era una persona de carácter fuerte y luchador a pesar de su decadente estado de salud, al que siempre se sobreponía para mantener todo en orden y cuidar de los suyos. Debido a sus dos hermanos pequeños, apenas tenía tiempo para Jessie, que era la mediana entre cuatro. Su padre, un hombre frío y trabajador, la rechazaba totalmente y si no fuese por la sangre de su sangre —y su madre— habría sido largada de casa hace mucho tiempo. Un buen día (o malo, según se mire) una plaga traída por refugiados dejó daños irreversibles en las cosechas de maíz de la familia y estuvo en una precaria situación gran parte del año. Cuando empezaban a recuperarse, la banda de Dos y Medio, que en realidad eran tres, se presentó en su casa. Exigieron "protección" contra las otras bandas pero que en realidad era para protegerles de ellos mismos, a cambio de unas cuotas que no podían permitirse, pero que aún así lograron cumplir durante unos pocos meses. Con el tiempo dejaron de poder pagar y el líder de Dos y Medio lo dejó claro: o pagaban o se llevaban a la mayor. Durante semanas hicieron todo lo posible para reunir lo adeudado, que cada semana crecía debido a los intereses que se inventaban esos canallas. Cuando se presentaron, solo tenían un cuarto de lo acortado. Ese fue el último día que volvió a ver a su hermana mayor. La familia, destrozada, empezó a pagarla con Jessie. Se convirtió en la culpable de todo, incluso de lo que no era, principalmente por parte de su padre. Su madre con el tiempo dejó de protegerla más y más. A pesar de la insostenible situación, trató de mantenerse estoica y sacar adelante su familia, pero un incidente con el riego, en el que echó por error agua contaminada a los cultivos, hizo que el vaso se colmara y fue expulsada de su casa. Desde entonces vagó y vagó por los Páramos, buscándose la vida como vagabunda y a veces de forma un tanto deshonrosa con ella misma. Finalmente, caminando sin rumbo, terminó en la frontera con Elwynn. Miró atrás y con no demasiado pesar dejó atrás todo, incluida la verdad sobre su hermana, que por un tiempo intentó perseguir sin éxito. Hoy día esa espina sigue clavada en ella, pero carece de valor para quitársela por ella misma.