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Stannis the Mannis

La Búsqueda de las Reliquias. ¡Llegamos al fin!

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¡LOS HÉROES VUELVEN!


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PRÓLOGO

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¡EN EL ÚLTIMO EPISODIO...! 

¡El Campeón Tiagus había perdido media pierna a colmillos de una terrible criatura de los pantanos de Trabalomas! 

Y eso fue todo. La misión de explorar las marismas buscando a los terribles saqueadores gigantes había terminado justo ahí... Y al volver, oh, al volver ¡Al volver murieron todos, así es! Los soldados Hulio, Goldrath... Todos, hasta el que llevaba el rol había muerto, o desaparecido. Sea como sea, cuando el nunca-victorioso Elegost Faler llegó a Costasur para comunicar su quinta tarea sin terminar, quedó amargado en un torrente de tristeza. Y el cojo Tiagus no estaba mejor, amigos, el pobre ahora debía convivir con su desastroso fallo (Tampoco es que antes hubiera logrado algún éxito).

Menudo fin para los dos héroes. Uno se batía en volver con su hija, la cual parecía haberse olvidado ahora que para la trama no tenía importancia. Tanta tristeza era la de nuestro héroe, que se dejó barba y melena, para más dramatismo. Mientras tanto, el Campeón Tiagus seguía conviviendo con pierna y media. 

Parece que estos dos iban a terminar sus días ahí, en un pueblo olvidado, esperando su momento, quizá Gilneas... aunque todos sabían que aún no tocaría partir ¿Qué hacer? ¿Qué podrían hacer? Elegost ya estaba pensando en seguir los pasos de su compañero Jared y perderse por los cerros de Lordaeron, pero ¡Nunca! Elegost recordó aquellas iglesias y cabildos saqueados por mercenarios y gigantes. ¿¡Qué habrían sido de sus reliquias, sus escritos milenarios, sus libros de conocimientos perdidos!? ¡Tanto se había perdido con la caída del norte y ahora más!

El héroe Montaraz se planteó el propósito de recorrer los bastos terrenos del norte y medio del Imperio, buscando las reliquias, escritos, restos ... todo lo que tuviera algún valor tanto cultural, económico o religiosos ya sea para la Luz como para las comunidades dentro del Imperio. No encontró a los gigantes, pero intentaría menguar las pérdidas

Sus superiores del clero aceptaron, porque al fin y al cabo, si no había logrado nada, poca molestia y mal iba a hacer viajando por ahí, haciendo quién sabe qué. ¿Pero iría solo? Elegost lo pensó ¿Solo una persona? ¿Quién dejaría constancia de sus hechos? Un día podría volver con un palo, un hueso de pollo y una piedra; decir que eran espada, femur y corazón de Thoradin y ¿quién diría que era cierto o no? Debía tener un compañero y el que tenía más cerca era, claramente, el cojo Tiagus.

Para nuestro fracasado héroe no le fue difícil asegurarse la lealtad y compañía del espadachín Tiagus, con decir que iban tras reliquias milenarias de generales Arathianos... o la espada del propio Thoradin, ya lo tenía en el bote. Al final de la quinta semana en Costasur, eran dos muertos de hambre con más pintas de rapiñadores bandidos, que un Iniciado y un campeón del pueblo.

El viaje había empezado... El futuro era incierto. ¿Su objetivo? Ilusorio. Sus posibilidades: Nulas. ¿La compañía? Solo ellos dos. ¿Alguien los volvería a ver? Seguramente, pues fijo que luego de dos semanas dando vueltas se cansarían, pero ¿Qué más podrían hacer, ociosos e idiotas como eran?

 

 

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LOS HÉROES (Entre comillas) No teníamos a otros.

Elegost Faler. Intento de Capellán. Montaraz humano y fracaso en general.

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Este hombre de unos quizá veintiocho años, originario de Andorhal (Lordaeron) ha vivido aventuras, pequeñas y medianas. Olvidemos la parte de escapar de su reino natal, que eso es pura historia, centremos en lo que hizo en unos ... tres años. 

Empezó como vagabundo y cazador furtivo en Elwynn. Armó un pequeño grupo de milicianos y logró tierras a costa de Villadorada. Llamó a su feudo: Falveri ¿Su misión? cazar múrclos y obtener huevos. No logró nada de eso.

La guerra Gnoll amenazaba con llevarse todo y pronto acabaría el contrato con la alcaldía, así que para no responder por infringirlo, se unió al Ejército Imperial (Dice que lo hizo porque alguien debía luchar, pero ... bueno, eso fijo fue para quedar bien)

Luego de sobrevivir a la guerra, liberar operaciones posteriores, salvar el pellejo frente fuerzas oscuras, luchar contra piratas en el norte y pasarse meses planeando una conquista a Dunrholde... ascendió a Sargento Imperial. Meses después lo dejó, porque en palabras suyas: Estoy cansado de mandar a mis hermanos a la muerte, quiero protegerles. Hay que hacer frente a la sombra.

La gente piensa que se unió por temas de creencia, pero en verdad fue porque creía que iba a perder a su Waifu. Ah, la terminó perdiendo, murió o desapareció meses después en las tierras de Alterac.

Y nos encontramos en este punto, en el que no sabe qué hacer con su vida y volver a casa con su hija, ser un buen padre y todo eso, parece no estar en sus objetivos.

 

El Campeón Espadachín Tiagus Rollers. El cojo y tuerto sureño.

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Algunos tacharían de imprudente, infantil, idiota, imbécil, mentecato, cabezahueca y demás adjetivos negativos o insultos... ¿Pero sabéis que es también Tiagus? Alguien que no tiene nada que perder. En serio, no tiene nada. Nada. Ni familia, ni amigos ni pierna derecha. 

De Tiagus hay muchas historias, contadas principalmente por él o gente que se parece a él, habla como él pero en verdad es un calcetín o él mismo disfrazado. Tiagus debe construir su leyenda o la leyenda a él... O perder otro miembro, remplazarlos por espadas y ser una máquina de matar o algo bastante turbio.

El motivo por el cual se embarca en esta aventura es por la simple aventura, por demostrar que puede, porque puede y porque realmente no tiene nada mejor que hacer.

Tiagus no ha tenido ocasión de lucirse, salvo por la hazaña de perder una pierna contra aquella bestia en los pantanos, lo cual fue impresionante aunque trágico y algo patético por la forma en la que tuvo ese incidente. 

¡Nada detiene a Tiagus Roller, ya sea en pata de palo o silla de ruedas, su filo es bravo y certero, su obstinación legendaria y su epiciedad nula!

 

Objetivos de la ventura:

-Reunir diversos objetos religiosos o arcanos (Preferentemente humanos) y entregarlo al clero o sus propietarios Imperiales. En el caso de no poder entregarlo, se le sacará provecho en virtud de la humanidad.

-Salvaguardar todo conocimiento que se encuentren por sus viajes. Quieran o no ser salvaguardados, en caso de que estos tengan vida o consciencia propia.

-Acabar con los enemigos del bien que se crucen por su camino.

-Recopilar información esencial de zonas inexploradas para luego ser entregas a estudiosos, cartógrafos y eruditos.

-Este objetivo permanece oculto para los que no son miembros del grupo.

 

Punto de partida de la aventura:

-Costasur, con rumbo... Desconocido porque no se han puesto de acuerdo.  Ya se andará.

 

Reliquias, tesoros, demás objetos únicos y raros encontrados:

-Ni uno.

 

//Y con esto doy comienzo a la gran aventura. Esto es principalmente un rol serio. Riesgo de MUERTE. Habrá peligros y templos malditos, habrá grutas llenas de reliquias, tesoros y trampas. ¿¡QUIÉN ACUDIRÁ A LA LLAMADA!? ¡Estamos aquí! ¡Llegamos al fin! ¡Ven y ocupa tu lugar! ¡Vamos a explorar!  ¡Esas marismas de ahí! ¡Veniros todos a nuestro grupo!

Cualquiera pj es bienvenido, cualquiera, da igual dónde esté, lo podemos buscar si quiere, da igual los horarios, da igual todo mientras quiera rolear. Todos están bienvenidos. 

Y un recordatorio de lo que os espera si venís:

 

Spoiler

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EL JINETE VIOLETA
~
INTER-PRÓLOGO

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(En verdad Donnovan no se veía así, se veía más ridículo)
 

Los dos héroes habían partido de Costasur luego de un almuerzo y ya se encontraban a cortos kilómetros, pero habían parado en un puente que rodeaba unos vados y colinas, era bastante aislado y solitario, pese a la cercanía con la ciudad costera.

De dos héroes acabaron siendo dos héroes y una muchacha viajera, que habiéndose enterado de la misión peculiar de Elegost, había estado siguiéndolos, para en su búsqueda de reliquias, más como ella afirmó, lo que quería era la recompensa. ¿Pero acaso se habló de una recompensa? Para Tiagus, la recompensa era el viaje, para Elegost, era el honor y deber cumplidos. Uno y otro pensaron a su modo. 

Entre pedradas a un potro en el río, el buceo de un cojo en su afán por pescar, su lanzamiento de piedras a pájaros que le robaban la comida y talas del Montaraz, el crepúsculo había llegado.

Elegost había encontrado un puesto imperial abandonado, sobre una colina cerca del mismo puente, ahí se había establecido, pensando ya en pasar la noche. Mientras tanto, en el dicho puente, Tiagus y la joven discutían, tanto discutían y tal alcanzó la discusión, que por algún motivo -insultos variados infundados- la joven ¡BUM! reventó de un disparo la pata de palo de Tiagus.

En los bosques ya oscurecidos de Trabalomas, vigilante en sepulcro silencio, vagaba un alma atormentada... el alma del antaño gallardo y ahora faustro: Dareth Donnovan. Erguido con su lanza sobre su equina mortuoria montura se alarmó al escuchar el disparo no lejos de donde él hacía su sepulcral vigilia. El caído espoleó la mortaja de cuatro patas y en un silencio fantasmal pasó el puesto desatendido por Elegost. La muchacha y Tiagus seguían discutiendo y sólo la primera se percató de la figura que se acercaba rauda. 

Tiagus era un cojo, la muchacha era joven, pensar quién quedó atrás... Exacto.

Un combate de cortos minutos, acero, sangre, disparos... un cuerno de un viejo y caído reino resonó por los bosques que antaño eran parte de su corona. El jinete estaba furioso, su presa; el cojo, seguía removiéndose, escapando al río. Donnovan pasó de la furia al estupor al escuchar el cuerno de su antiguo reino ¿Cómo podría pensar que un vivo mantendría tal objeto? Para él, era un ladrón que tomado viejos recuerdos, ahora los atesoraba para él... la rabia le guiaba como la cadena de su ama, pero, no era estúpido y tuvo que retirarse al no poder asaltar la colina donde le arrojaban pólvora y fuego.

El jinete caído adquiría un tono violeta por el atardecer y el herrumbre de su armadura, una esterada violeta que hacía resonar el puente. Detrás de él pero a mucha más distancia; el Montaraz y a su misma altura pero en la ribera del río, la joven. Al otro lado llegó el jinete que no tuvo más remedio o bien no tuvo el placer de acabar con Tiagus. Retirándose al norte, entre las colinas, hizo alzar la voz y profesando una cita se marchó.

¿Qué dijo aquel jinete de voz espectral? Nadie sabe bien, unos afirman escuchar algo de un molino, Tiagus por su parte aseguró decir algo de Khan, Khar o Khal. Sea como fuese, ninguno estaba en condiciones de ir tras él y, luego de discutirlo, tuvieron que aceptar volver a Costasur para reparar la pata de palo que la joven había fracturado. La joven que por cierto, los terminó dejando, seguido por el consejo escueto de Elegost, de que partiera al este.

Y así llegó la noche, entre las maldiciones de Tiagus que anunciaba instalar trampas y la seguridad de Elegost, que no esperaba otro encuentro más... Esa fue una noche tranquila, ese fue un día normal en el norte.

Otro día avenía por el horizonte...la misión se complicaría a su elección.

 

Habilidades usadas:
Jaelle: Advertir/Notar - Pistola de chispa - Rifle de chispa - Atletismo @Blues
Elegost: Atletismo - Supervivencia 
Tiagus: Nado - Atletismo - Buscar - Reflejos  @SwordsMaster
Donnovan: Cabalgar - Lanza ligera - Sigilo @Focus

 

Mastreado por un servidor. Con la aparición estelar de Donny.

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Los textos otorgados al Iniciado son una recopilación de pistas, escritos, algunos literarios, otros teúrgicos, otros históricos, respecto a toda clase de reliquias o meros cuentos y relatos referentes a las regiones del Bosque de Argénteos, Trabalomas, Alterac, y la parte sur de las provincias del norte de Lordaeron.

Pero más allá de esto, el diácono también concedió una lista de reliquias cuya ubicación estaba más clara, que de recuperar, sería una gran victoria para la autoridad moral de la Iglesia de la Luz.

 

 

Reliquias sagradas de la Eclesiarquía de la Santa Esencia

 

Reliquia: Zapatilla izquierda de Lordain
Descripción: Esta es una de las muchas reliquias que claman ser la verdadera zapatilla del gran Lordain, que se sacrificó hace miles de años para parar la amenaza trol. La veracidad de las mismas está cuestionada, fruto de que se tiene constancia de unas veinte zapatillas distintas que claman lo mismo. Pero esto no quita que todas y cada unas deban estar en propiedad de la santa Iglesia, con el objetivo de que la verdadera tenga un resguardo apropiado.
Ubicación aproximada: La última ubicación de esta reliquia conocida, fue la capilla de Menuch, en la región de Cornwall al oeste de la provincia de Trabalomas. La aldea fue asaltada por bandidos y abandonada hace unos meses por el avance renegado.
Dificultad de recopilación: 2/5

 

Reliquia: Maza de Esteromio
Descripción: Esteromio Un Bamder "Cara Oso" fue uno de los primeros guerreros que en tiempos antiguos abandonaron a sus dioses paganos, abrazando el mensaje de la Santa Esencia, y se haría famoso por proteger a los predicadores de la Luz de los ataques de sus compañeros, que bárbaros, se aferraban a dioses oscuros y sangrientos. Su maza, un arma humilde, ya oxidada, es un símbolo de desafío ante la intransigencia y protección de la justicia pese a que eso signifique ir en contra de las normas pre-establecidas. 
Ubicación aproximada: Tras ser recuperada, este arma permaneció durante varios siglos en el monasterio de Drakenfalg (Cerca del hogar natal del guerrero), al sur de las montañas de Alterac, donde las cordilleras dan paso las colinas que acaban transformándose en los campos de Trabalomas. Durante la tercera guerra el monasterio cayó, y los renegados se han instalado en Molino Tarren, a apenas unas jornadas de viaje de las ruinas del monasterio.
Dificultad de recopilación: 3/5

 

Reliquia: Escrito Sobre Liturgia Astrológica: Volumen XIII de LXXXIII por la Sacerdotisa Khaysa Riddel.
Descripción: Este tomo de más de ochocientas cincuenta y cinco páginas forma parte de la obra magna escrita por la sacerdotisa riddle en el año 230 A.d.P, y junto a los Volumenes IX, LIII, XXIV y LXXIV, es uno de los que faltan para que la colección completa se encuentre a resguardo en la Catedral de Ventormenta. Esta colección fue el trabajo de toda una vida dedicada al estudio de las ceremonias de la Iglesia de la Luz y su derivación y relación con los rituales de culturas vecinas, como el chamanismo Martillo Salvaje, las ceremonias élficas, y los ritos enánicos. Altamente polémico en la fecha de su publicación, ha acabado convirtiéndose en uno de los referentes para el estudio litúrgico en los reinos del este.
Ubicación aproximada: Varios de los tomos se encontraban resguardados en Alterac. Tras la segunda guerra y el estado militar en el reino, se transportaron a lugar seguro, pero en el viaje, este tomo se perdió entre las montañas, junto a otros, en un cofre sellado. Pese a que lleva más de dos décadas desaparecido, el hecho de que lo hiciese en un cofre sellado y protegido, y que la ubicación de su desaparición sea conocida, cerca de los acantilados donde se situa Dun Baldar, fortaleza del clan Picotormenta, en Alterac da esperanzas de poder recuperarlo.
Dificultad de recopilación: 4/5

 

Reliquia: Candelabro del Cuarto Albor
Descripción: Se dice que este candelabro, junto a otros once, iluminaba la sala donde se encontraba el Arzobispo Alonsus Faol en el momento que decidió proclamar la bula que oficializaba la fundación de la Orden de la Mano de Plata, y aun conserva parte de la sabiduría divina que impregnó la sala en ese momento de iluminación divina. 
Ubicación aproximada: Se encontraba en Ciudad Capital, junto a sus once hermanos, pero tras la caída de esta se intentó evacuar con prontitud. La caravana sufrió problemas y esta hubo de detenerse en la localidad de Mudgarden, al Este del Lago Lordamere, a las sombras de las cordilleras de Alterac. La caravana nunca retomó su camino, pues la aldea fue atacada y destruida por al Plaga. De esto hace ya diez años. 
Dificultad de recopilación: 4/5

Reliquia: 
"La Voz", por Robiny Vandergraas

Descripción:  Esta hermosa obra pintórica representa el momento en el cual la Profetisa Mereldar es visitada por los cinco guardianes santos en su sueño, recibiendo de ellos la bendición y sabiduría de la Luz. Aunque muchas otras representan este momento, el estilo único tan sobrio de Vandergraas contrasta con lo magnánimo y recargado de las otras representaciones. En su arte, Robiny representa a Mereldar como una humilde guerrera, que durmiendo bajo el cielo estrellado con poco más que cuatro pieles, se sorprende y asusta ante la presencia de los entes santos.
Ubicación aproximada: El original de este cuadro se encontraba en la colección privada de Lord Lodonegro, en su fortaleza personal en Durnholde. De ahí ,tras su muerte, se trasladó a la Iglesia de Costasur, y de ahí, en el año 27, se movió a la capilla de Manner, a la sombra del gran Muro de Thoradin, a cinco días de Durnholde, lugar de nacimiento del autor. Por desgracia sería atacada tres años después, en el año 30, por bandidos de la zona, y robado.
Dificultad de recopilación: 2/5

 




 

 

 

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Lugares, mapas y detalles;
 Cartografía avanzada y reconocimiento del terreno


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Nuestros intrépidos rescatadores rapiñadores de reliquias, adversados en multitud de artes y con cualidades innatas para el rastreo, se prepararon para la hazaña que iban a cometer. Uno de sus primeros pasos luego de informarse de su objetivo, sería al obtención de datos del terreno; Ya sea mediante rumores, historias u otros grabados, los aventureros obtuvieron los siguientes mapas e informaciones de las regiones que visitarían: 


Mapa simple de "Las Plantaciones" y aledaños al centro-sur de Trabalomas:

 

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Mapa estilo Tiagus de la Provincia de Cornwall:

 

Spoiler

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> Información de puntos de interés de la Provincia de Cornwall
 

  • Roblehondo: El sitio fue completamente arrasado por el paso de los misteriosos saqueadores gigantes. Su destino luego de la invasión fue desconocido, pero se rumorea que acabó habitado por algo ni humano, ni renegado.
  • Riflehondo: Un asentamiento imperial menor del en el primer cruce de caminos de la provincia de Cornwall. Son pocos habitantes, pero detrás de su pequeña empalizada de madera se consideran afortunados de estar en una de las zonas actualmente más seguras de la región, y no habiendo llegado a ser atacados por los temidos Gigantes.
  • Lubecka: Luego de que la aldea fuese arrasada y masacrada el sitio quedó temporalmente abandonado por el Imperio. Sin embargo un terrateniente local antes desconocido, terco y con dinero, mandó a una pareja de exploradores que le confirmaron que el sitio estaba abandonado y que no se había infestado de bandidos aún, aunque sí de algunos saqueadores humanos. El terrateniente mandó a una pequeña fuerza de mercenarios a expulsar a los saqueadores y se hizo con las ruinas del lugar.
    Actualmente el sitio son ruinas y está deshabitado excepto por un puñado de mercenarios que mantienen la oportuna soberanía de su señor sobre el lugar, evitando que los bandidos le tomen para sí mientras espera a alguien dispuesto a financiar la reconstrucción y rehabilitación del sitio, aunque el panorama apunta a que podría no ocurrir en varios años, si no acaba arrasado por el avance Renegado.
  • Villa Salmón: Una diminuta aldea con salida al mar. Vive de la pesca y de la exportación de pescado. O vivía, ya que no han habido noticias del sitio en varias semanas. Quienes han ido a averiguar que ocurrió con ella, mayormente mercaderes que vivían de la compra y venta de su pescado, simplemente no han regresado.
  • Husen: Aunque esta aldea de las colinas sobrevivió a la invasión de gigantes, actualmente ha quedado incomunicada con el Imperio tras la aparición de un grupo de bandidos en el cruce de caminos y que se perdiese Roblehondo, lo que cortó las dos rutas que mantenían a esta aldea comunicada. Incluso sin perder Roblehondo, habría sido probable que la aldea quedase incomunicada debido al avance renegado al norte.
    Su estado es desconocido desde hace una semana, cuando los bandidos en el cruce de caminos aparecieron.
  • Tirol: Este pueblo se mantenía en pie la última vez que se supo de él durante la invasión de gigantes en la región. Sin embargo, acabada la invasión los renegados se asentaron en campamentos a lo largo y ancho de las colinas al oeste de la aldea, rodeándola poco a poco, lo cual luego les permitió tener acceso al camino que llevaba a Roblehondo sin tener que tomar Tirol.
    No se sabe nada de Tirol desde que lograron rodearle completamente los renegados hace ya varias semanas. Se les ha dado por muertos, o peor.
  • Menuch: De este antiguo pueblo minero no se sabe nada desde que fue abandonado completamente ante el avance renegado al norte, pues tras ser abandonado el único camino entre las colinas que llevaba al pueblo sufrió un derrumbe y quedó completamente inaccesible. Actualmente las únicas posibilidades para acceder a Menuch son encontrar una ruta entre las colinas, lo cual parece improbable y peligroso de lograrse o encontrar una ruta subterránea por medio de cuevas y cavernas sin perderse en ellas o morir de algún horror peor en la penumbra eterna. Otro modo conocido e igualmente peligroso de llegar a Menuch es por medio de las minas, que llegaban a conectarse con las de Husen.
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La Zapatilla de Lordain, ¿un viaje épico?


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El pueblo de Riflehondo se asomaba en el horizonte, mientras el mediodía ya casi llegaba sobre la cabeza de ambos aventureros. Lo único que habían visto de camino era una pequeña torre vigía de madera que parecía haber sido montada luego de la invasión de gigantes, con un vigía durmiendo en su cima. Los héroes no se molestaron y siguieron avanzando.

Ahora se encontraban cruzando la entrada este de Riflehondo. La empalizada era de madera y lo único cuidando la entrada a la aldea era un miliciano. Ante ellos se abrió un modesto mercado con hombres de varios tonos de piel discutiendo a gritos por quien tenía el mejor precio, algunas chozas a lo largo del pueblo y un local con un letrero desgastado y una puerta arrimada, pues el cerrojo no estaba; había sido arrancado. El Montaraz dio algunas monedas al tuerto y le dijo que fuese a comprarse algo, quedándose con 40 cobres. Con ello se adentró al local con la puerta en ruinas.
Dentro se encontró con un puñado de aldeanos jugando y apostando a las cartas en una mesa, otro hombre fumando tranquilamente en un rincón en otra mesa solitaria y una barra con dos taburetes vacíos. Aunque no parecía haber nadie en la barra, cuando Elegost se asomó apareció de detrás lo que, al menos en apariencia, parecía un enano. Menos robusto sin embargo, y algo en sus rasgos no encajaba y hacía pensar que podía no tratarse de un enano... Pero, al final del día, era bajito, viejo y tenía mucha barba y eso era suficiente para considerarle un enano. Pidió un vaso de algo para beber, esperando encontrar licor. Gran error. Cerveza, vino o ron... Acabó siendo ron.
Le preguntó al posadero sobre la preciada y sacrosanta Zapatilla de Lordain, intentando regatearle. El posadero, firme, le dijo que pagara y que luego veía de decirle nada, si es que siquiera sabía. Ante la negativa, el montaraz eclesiástico decidió... Dar con el vaso por la cabeza al posadero, lo cual lo dejó inconsciente. Tras unos segundos de silencio, los hombres que jugaban a las cartas estallaron en risas, denotando que el bajo posadero no era muy preciado.
Los apostadores se rieron de Elegost cuando preguntó por la Zapatilla de Lordain, pero el hombre que fumaba en el rincón pareció interesado. Intercambió datos con el montaraz, poniéndole al día respecto a la situación aislada de Menuch en las montañas desde que fue evacuado y mencionándole que poseía un amigo en Husen que estaba encargado de las minas del pueblo la última vez que tuvo noticias suyas. Énfasis en última vez que tuvo noticias, ya que Husen había quedado atrapada entre el alzamiento de bandidaje al sur del pueblo y el avance renegado al norte, y desde hacía una semana no habían llegado noticias de Husen al Imperio, y por ende del amigo capataz del hombre que se había presentado como el alguacil del pueblo, encargado de la milicia local.

Habiendo saciado su curiosidad Elegost se dirigió fuera. Ignoró completamente las tonterías de su compañero y se pusieron en marcha.
Volvieron a salir por la entrada este del pueblo y tomaron el camino de tierra al sur, el cual debía llevarles a Lubina Lubecka. El camino era largo y mayormente recto, con algunas curvas poco pronunciadas. El Bosque del Este se extendía a la izquierda de ambos aventureros, con sonidos de varios animales viniendo de él constantemente, incluida una variedad de aves. A la derecha se extendían constantemente llanuras y planicies salpicadas cada poco por alguna granja a lo lejos.
Tras una larga caminata Tiagus y Elegost se detuvieron para discutir algo, y fue entonces cuando Tiagus señaló que había una zona del camino cubierta en hojas. Era invierno, y desde luego no habían hojas desde hacía ya al menos un mes. Y cubrían completamente una parte específica del camino. Obviamente eran sospechosas, así que Elegost usó sus habilidad con los animales para asustar a la mula y que corriese en dirección a las hojas para ver que ocurría.
Hubo una explosión y partes de la mula volaron por los aires, matando al animal y arruinando parte de la carga, que ahora deberían dejar atrás. Para colmo, mientras ambos hombres miraban aún atónitos la escena, dos muchachos jóvenes aparecieron de entre el bosque y comenzaron a rebuscar, saquear y robar entre los restos de la mula y el cargamento, celebrando que "la basura que habían dejado esos tontos mercenarios barbudos antes de morir había servido de algo". Una vez notaron a Elegost, tomaron todo lo que pudieron y huyeron de nuevo al bosque. Nadie les detuvo.
Elegost pronto se puso a improvisar. Estaba convencido de que podría improvisar dos mochilas con los restos del cargamento. Arruinó la primera mitad de cuero, tela y otros materiales, pero estaba seguro de que al segundo intento tendría más suerte... Ambos héroes se fueron sin mochilas, sin carga y sin comida.

La tarde había caído ya en el camino, con ambos héroes andando por él. Llegaron a un punto del camino, unos kilómetros antes de alcanzar Lubecka, donde otro camino de tierra se sepraba y no muy lejos se podía ver una granja claramente importante, con varios terrenos de cultivo, animales, pastores, vacas, graneros. Y un mercenario calvo y barbudo cuidando la entrada del camino por el cual Elegost había tratado de meterse sin pensarlo dos veces. Aunque el dúo trató de convencer al calvo de que su señor, al cual había llamado Señor Lewis, los esperaba, poco efecto tuvo. Pero por insistencia el mercenario acabó mandando a llamar a un granjero, el cual entonces fue a preguntar al mayordomo del Señor Lewis si esperaba visitas. Mientras esperaban Elegost aprendió de boca del mercenario que Lubecka era poco más que ruinas en ese momento, protegida por entre 15 y 20 mercenarios al servicio de Lewis.
Para cuando el granjero regresó, este mencionó que lo único que esperaban era a un par de magos que supuestamente se encargarían de acabar con las ratas que asolaban uno de los graneros del Señor Lewison. Sin desperdiciar tal oportunidad de robar rapiñar a un rico en favor de los menos afortunados, Elegost afirmó que se trataban de esos magos y fueron guiados por el granjero hasta el granero.
El plan era simple: Mientras Tiagus buscaba cosas dentro, Elegost vigilaría fuera que "no se escapara ninguna rata", lo cual era sinónimo de vigilar que nadie notase que dentro se encontraría Tiagus viendo que podrían llevarse del granero para financiar el viaje. Elegost continuó hablando con un ganadero que se encontraba en su hora de descanso, aprendiendo además que había una villa costera menor llamada Villa Salmón que había quedado incomunicada hacía semanas, en donde el ganadero tenía varios "cuñados", como él los denominó.
En cierto punto Elegost decidió dejar de vigilar y le indicó a Tiagus que esperase fuera mientras él buscaba. Cerró la puerta del granero e iluminó su mano con Luz. Por primera vez pudo notar cuan lleno de ratas el sitio realmente estaba, y pronto se dio cuenta que tomar cualquier clase de alimento de ese sitio sería un suicidio digestivo y que probablemente acabaría muriendo echando espuma por la boca, o de alguna clase de fiebre que luego se esparciría por toda la costa por su culpa hasta llegar a Kul'Tiras matando la mitad de la población costera entre ambos puntos. No. No podía tocar esos alimentos.
En su lugar, Elegost se centró en recoger sacos, mochilas, cuerdas, toda clase de herramientas y mantas. Cuando creyó tener suficiente se acercó a la puerta y fue cuando pudo oír voces fuera. Muchas voces. Sonaba como una multitud.

El montaraz solo pudo rezar que no fuese lo que creía. Dejó las cosas que había rapiñado a un lado de la puerta... Y comenzó a abrirla lentamente.


 // Primera parte del primer rol en la búsqueda de la Zapatilla de Lordain. La segunda parte queda pendiente de ser roleada

Master: yo.

Habilidades utilizadas:
Elegost Faler von Falveri: Fauna, Peletería, Crear luz, Atletismo, Combate desarmado, Buscar (@Stannis the Mannis)
Tiagus Rollers: Atletismo, Buscar, Etiqueta (@SwordsMaster)

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La Zapatilla de Lordain, un viaje épico

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Resumen aquí: 







 // La segunda parte fueron 6 horas y media de intenso rol y que esta es la lista de daños, mayormente de Elegost:
-Moratones al mayordomo
-Un mercenario con varios huesos rotos tras rodar por las escaleras
-Una mercenaria con varios huesos rotos tras rodar por otra escalera distinta
-Un mercenario con varios huesos rotos y que no ha vuelto a la consciencia desde que cayó desde un tercer piso
-Se ha abierto una ventana por la fuerza en el ático
-El mercenario calvo barbudo muerto en un charco de sangre en el sótano con marcas de asfixia en el cuello y un agujero en la nuca
-Una niña noble de 10 años traumatizada tras que el hombre que tenían prisionero se le apareciera junto a su cama de noche a hablarle
-Una mujer de 24 años traumatizada tras ser tomada como rehén y estar al filo (literalmente) de la muerte
-La casa del terrateniente (no las granjas circundantes, al menos) ardió en llamas y ha quedado prácticamente en ruinas luego de que Elegost intentara causar un incendio menor en la cocina. Las buenas noticias es que ya nadie piensa en el boquete en el ático, porque no hay ático.
-Un mercenario ha quedado con la cara desfigurada y al borde de la muerte luego de que un caballo le pasara por encima y le aplastase la cara en el suelo con las herraduras.

Habilidades usadas:

Tiagus Rollers: Sigilo, Espada pesada, Cabalgar, Atletismo, Abrir Cerraduras, Reflejos
Elegost Faler: Etiqueta, Atletismo, Cabalgar, Desarmado, Defensa, Reflejos

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// rol de hace un tiempo ya, pero lo posteo recién ahora //

La Zapatilla de Lordain, no tan épico después de todo

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Villa Salmón permanecía irremediablemente arrasada por sus recientes enemigos surgidos de entre los terrenos impares: Los Gnolls. Los héroes que se habían propuesto la misión secundaria de desviarse para ayudar al pueblo, atemorizado detrás de una empalizada, había fallado. Y la misión: Abandonada, al menos temporalmente.

Columnas de fuego se alzaban de entre los restos, mientras los gnolls saqueaban lo que podían y arrancaban trozos de carne a mordiscos de entre los cuerpos de los antiguos habitantes del lugar, algunos aún vivos y entre gritos de agonía.

Lo único cierto, es que aquellos que habían subido a las colinas a encargarse del problema de raíz, los habían abandonado en su momento más precario. Pero, ¿qué podían hacer, a fin de cuentas, dos meros mortales contra una manada unificada de Gnolls?


 // Master: Yo

Habilidades usadas:
Tiagus Rollers: Sigilo, Atletismo, Defensa, Reflejos, Desarmado, Advertir/Notar, Supervivencia, Espada pesada
Elegost Faler: Sigilo, Atletismo, Defensa, Reflejos, Arco largo, Advertir/Notar, Rastrear, Supervivencia, Crear Luz, Sanación de Luz, Sanación/Hierbas

Consecuencias: Villa Salmón destruída. Más detalles aquí:

 

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