Los Baldíos: Agaka-Than

[Malcador 2.009]

¡Fuego y Acero en el Cruce!

 

La gran jefa del Clan Filo Ardiente, Azuka Furiafilo hace un llamado a los orcos de todos los clanes lo suficiente dignos para presentarse ante la gran fortaleza del que se auto considera el clan más honorable de toda la orquidad.

 

El Décimo día del Séptimo mes del año 30, comenzará, en la etapa más calurosa de la época estival, el Agaka-Than, la centenaria festividad del Filo Ardiente que hasta este año era exclusiva de los miembros de este clan.

Los filos chocarán, el calor se cobrará su tributo en sangre y muerte, y el Filo Ardiente determinará para quién es la gloria

 

 

¡Gloria y Honor aguarda al orco lo suficiente valiente para sangrar por ellos!

 

// Evento para el 10 de Julio y dias posteriores en Baldíos. Orcos, taurens y trols, no tengan miedo de acudir, pues aun que uno no participe directamente en el Agaka-Than habrá sin duda cosas que hacer para todos los presentes, así como reaccionar a las cosas que ocurrirán en el lugar.

Cualquier duda, MP. 

Editado June 11, 2017 por Malcador

[Malcador 2.009]

//Mañana día 10 a las 21:00 empezamos. Todo interesado que vaya a El Cruce. 

[Stannis the Mannis 1.018]

//¿No puede ser antes? ¿Entre las 18-19? que luego terminamos roleando a las diez, entre que la gente cena y demás, las diez y medias, acabaos poniéndonos a las once y acaban de tarde. 

[SwordsMaster 1.027]

 // Pues yo por aquí por algunos problemas de horas me vendría bien un poco más temprano también, a eso de las 19. Solo por si acaso, que soy aguien justo de horas : ) De todos modos creo que es una hora que más o menos sirve tanto en américa como en España, ¿no? Por aquí serían entre las 13 y las 14, dependiendo de la zona.

[Malcador 2.009]

 // De acuerdo pues, empezaremos a las 19:00 mañana día 10.

[Malcador 2.009]

Las grandes hogueras ardieron. Bebida y carne de zancudo, raptor y kodo corrió por todas las calles polvorientas de El Cruce. Los Filo Ardiente extasiados cantaban y festejeaban en honor a su ancestro y fundador, ante las atónitas miradas curiosas de extranjeros de otros clanes, tauren u trols. 

El primer día había acabado, con el breve pero intenso discurso de la jefa de clan Azuka inaugurando el festival y los relatos de los chamanes narrando las historias y aventuras de Agatha Filo Ardiente y otros grandes ancestros del clan.

Al día siguiente, con sangre y dolor los aspirantes se enfrentarían a la Prueba del Fuego, donde demostrarían su capacidad de resistir y subyugar el volátil elemento, tan afín al temperamento Filo Ardiente. Aquellos indignos serían castigados por su debilidad con grandes quemaduras o incluso la muerte.

 

//Miércoles día 12 continuamos a las 19:00, ya que mañana me es imposible por compromisos familiares. 

Lok'tar Ogar.

[Malcador 2.009]

 //Aviso de que mañana se cambia el horario a las 21:00 por improvistos que me son imposibles de evitar.

Disculpen las molestias.

[Malcador 2.009]

 //Mi disponibilidad por causas que escapan a mi control ha desaparecido a horarios roleables esta semana salvo algún momento que no puedo controlar. Por esa razón el Agaka-Than se pasa para el lunes 17 a las 19:00 y a partir de ahí rolearemos, con seguridad, rolearemos todos los días subsiguientes hasta acabar el evento. 

Les pido mis más sinceras disculpas.

[Malcador 2.009]

 //Pido disculpas por mi desaparición tras la pausa de la cena de hoy, pero mi internet desapareció y hasta ahora no ha vuelto. Mañana continuamos y acabamos la primera prueba y comenzaremos la segunda a partir de las 19:30.

Un saludo y disculpen las molestias.

[Malcador 2.009]

 //Mañana a las 20:00 continuamos. 

Gracias a todos por asistir.

[Malcador 2.009]

¡Gloria a los Roca Negra!

Otro día había pasado en el Agaka-Than, cuyas celebraciones se alargaban por más de una semana. El sol se alzó alto y el cielo totalmente despejado como era típico en la etapa seca de Los Baldíos.

Doce artesanos de media docena de clanes, la mayoría del Filo Ardiente, habían llegado para forjar a lo largo de toda la mañana armas de leyenda dignas de guerreros legendarios. Cuando el sol se asentó en su trono, en el punto más alto del Cielo, el juicio tuvo lugar.

Akinos Terror de Cuervo, afamado y venerable Maestro del Filo de los Filo Ardiente probó todas y cada una de las armas que los maestros herreros habían forjado ante la atenta mirada de docenas de orcos y la Jefa del Clan Azuka. Todas ellas fueron dignas contendientes, desde la gran lanza de Akuno de los Sombraluna hasta una algo primitiva pero igualmente letal arma de un artesano Mag'har forjado con materiales de la antigua Draenor.

Al final, la contienda quedó reducida a dos armas:

-Aka'Mothal, forjada por Akum, del clan Rocanegra. Un gran hacha de doble filo de acero negro, forjado con el material mismo extraído de las entrañas del Volcán de Rocanegra con el pago de veinte vidas orcas y templado con la sangre del padre del herrero, muerto en esa misma expedición.

-Kunem, Hijo Bastardo de la Llama, forjada por Mera Muerderrocas, una veterana herrera del Clan Filo Ardiente, realizado con un acero fantasmal de misteriosas tierras envueltas en bruma y con la bendición de Igneus, el elemental Ígneo que habita bajo las cavernas cercanas a El Cruce.

 

El veredicto del Maestro del Filo fue duro, puesto que eran armas meritorias en sus propias formas.  Pero cuando tras meditarlo, abrió los ojos y habló, lo dijo con convicción absoluta, y nadie, nisiquiera Azuka Furiafilo fue capaz de cuestionarlo.

¡Aka'Mothal, del Clan Rocanegra, es el arma digna de entrar en la Cámara de los Filos! ¡En su simpleza, es su clan hecho arma! ¡Su Espíritu está en equilibrio absoluto con el acero que le rodea!

El artesano Rocanegra, Akum, celebró junto a sus compañeros. Su Jefe de Clan estaría orgulloso de la noticia. Con el dolor de la derrota, los otros once artesanos derrotados procedieron a la parte más dura de la prueba. Con las herramientas que les habían dado vida, procedieron destruir las armas que habían forjado, muchos dando su propia sangre para ellos. Pero eran orcos. Y un orco acepta la derrota con honor.

Fue así como Aka'Mothal, pasó a formar parte de la Cámara de los Filos del clan Filo Ardiente, situada en las resguardadas cavernas en lo profundo de El Cruce.

 

Cuando las lunas brillaron intensamente en el cielo, tuvo lugar la Prueba del Dolor. La Furia Sangrienta es un rasgo que todo orco  tiene ardiendo en su sangre. Ante el dolor extremo y el peligro inminente, una descarga de furia ciega toma posesión de sus cuerpos,aumentando su fuerza y resistencia varias magnitudes, pero que se cobra el precio de convertir al orco en una bestia salvaje sin control.

Los Lobo Gélido eran famosos por suprimir esta furia sangrienta como un mal a evitar. Los Foso Sangrante, por abrazarla y muchas veces dejarse dominar por ella en combate o incluso en sus sangrientos rituales. La mayoría de clanes, la veían en puntos intermedios del espectro, como algo útil en situaciones de vida o muerte pero con riesgos asociados.

El Clan Filo Ardiente, como el clan más estricto en sus tradiciones y el clan con un sentido del honor más radical, entendía que la Furia Sangrienta era otro arma a dominar por un guerrero de verdad. La Furia Sangrienta no era una bestia que enjaular. No era un monstruo que liberar y abrazar. La Furia Sangrienta era el orco. Era su yo interior. Su falta de disciplina. Un gran poder que había que someter, templar y reforjar en un arma perfecta.

El veterano y anciano Maestro del Filo enseñó a los participantes y espectadores lo que un orco con dominio absoluto de su furia sangrienta podía hacer, y una docena de participantes subieron a la tarima de madera a demostrar que eran capaces de dominar su furia.

Karrtog, un Maestro del Filo Mag'har, famoso por haber inventado la técnica de la Muerte por los Mil Filos hacia más de veinte años, sería el que los probaría. Con el ritualistico látigo formado por pequeños y afilados fragmentos de hueso, Queibravoluntades, y bajo las danzas, cantos y bendiciones de los chamanes que arrojaban hierbas aromáticas molidas para ayudar a la concentración a los participantes, comenzó la prueba.

Uno, otro, otro, los latigazos rasgaban piel y carne. Heridas superficiales, pero extremadamente dolorosas. Unos orcos aguantaron más que otros, en especial una femia Sombraluna y un gran ejemplar que alzaba una cabeza sobre todos los demás conocido como Garlak. 

Pero al final la furia llegó a todos, uno por uno. El primero en sufrirla fue un Joven miembro del Clan Filo Ardiente. Thordruk era su nombre, y ante el primer arrebato de la Furia Sangrienta intentó desgarrar el cuello de Karrtog como una bestia salvaje con sus propios colmillos. Fue noqueado al instante por el veterano Maestro del Filo, y los chamanes lo retiraron a un lateral, fuera de la tarima. Había ganado honor al aguantar hasta el final, pero hoy no sería el día donde demostraría su dominio sobre la Furia sangrienta.

Uno a uno todos fueron cayendo, hasta que solo tres orcos quedaron sobre la tarima. Dos, ya habían sucumbido a la Furia Sangrienta más habían logrado contener el primer impulso, avanzando un paso en el camino por dominarla. Un Filo Ardiente y la joven femia Sombraluna. Garlak, por su parte, habiendo recibido más latigazos que nadie, estaba al borde más aun se mantenía cuerdo, con la mirada tintada de una neblina sanguinolenta. 

Ante la visión del látigo el Filo Ardiente sucumbió y se dejó llevar, mordiendo la madera de la tarima. La Sombraluna le siguió en breves, quedando solo Garlak sobre la madera empapada en sangre y polvo de hierbas.

Más no había ganado. La Prueba del Dolor no era una prueba contra los demás, si no contra uno mismo. Recibió otro latigazo, y la furia sangrienta se apoderó de él. Con una fuerza de voluntad increible, consiguió dominarla, pero el siguiente latigazo haría que la ira se apoderase de su cuerpo e intentase matar a Karrtog. 

Incluso con su gran tamaño, Garlak no pudo evitar, como los demás, ser noqueado y arrastrado junto a los demás.

Todos fueron tratados, sus heridas vendadas y embadurnadas en ungüentos cicatricantes. Se despertarían con un lacerante dolor en el pecho que duraría dias y una fuerte jaqueca. 

Este año, nadie había superado la Prueba del Dolor.

 

//Gracias a todos los asistentes por venir, espero que lo hayais pasado bien. Este domingo día 23 a las 20:00 continuaremos con la última prueba, la Prueba del Valor.

Los participantes por favor envienme por MP los miedos de su personaje. Como entiendo que el intrusismo en el rol de un personaje es algo que molesta a mucha gente incluso tratándose de un Maestre, no se sientan en la obligación de enviarme sus traumas más profundos y miedos más intimos. Con que sea algo que dea miedo a sus orcos, o les cause angustia y estrés de una manera minimamente notable, será más que suficiente.

Un saludo, cualquier cosa, saben donde me tienen.

Editado July 21, 2017 por Malcador

[Malcador 2.009]

Gloria a los Ancestros

Honor al Filo Ardiente

Otro año más, los espíritus del Filo Ardiente habían sido honrados. 

Agaka Filo Ardiente el primero en la larga historia de un honroso clan había sido recordado por sus descendientes. 

Los tambores se guardaron con las bendiciones de los chamanes, y las armas rituales fueron devueltas a sus cámaras ancestrales esperando a ser usadas de nuevo cuando fuese necesario. 

Cientos de orcos, tanto Filo Ardiente como de otros clanes, habían acudido las semanas que duró el festival por curiosidad, respeto, temor, o una mezcla de todas ellas.

Muchos de ellos volvieron a sus clanes una vez acabada la festividad. Otros tantos, enfervorecidos por el Filo Ardiente, giraron sus vistas a los Baldíos. ¿Qué mejor manera de honrar a ancestros tan gloriosos que con la sangre derramada de los enemigos?

 

La Prueba de Fuego:

Ochenta y seis orcos  habían entrado en la cueva bajo las montañas de Los Baldíos. Cuatro de ellos perdieron la vida, otros muchos fracasaron, y catorce de ellos salieron con la bendición y el respeto de Igneus, el anciano Elemental con el que los chamanes Filo Ardiente comunaron en Los Baldíos. Un leve corazón elemental les quedó como emblema de haber demostrado su valía ante el fuego. 

• Kronan de los Grito de Guerra
• Kara de los Filo Ardiente
• O'man de los Filo Ardiente
• Raeg de los Lobo Gélido
• Ukathe de los Foso Sangrante
• Amatha de los Mascahuesos
• Garlak
• Mape de los Filo Ardiente
• Ukru de los Filo Ardiente
• Zadrek de los Filo Ardiente
• Lha'ya de los Sombraluna
• Gru'er de los Filo Ardiente
• Athuro de los Filo Ardiente
• Bhruku de los Filo Ardiente

La Prueba del Valor

Numerosos orcos entraron en las cuevas mágicas del oasis más cercano a Los Baldíos.Con el poder de los chamanes, docenas de orcos entraron en ella. Todos salieron, algunos tras largos minutos, otros tardaron horas, otros incluso días o semanas. 

Lo que allí vieron, solo lo sabrían ellos, pero la cueva fue juez y verdugo de los orcos cuyo espíritu fue capaz de hacer frente a miedos que muchos de ellos nisiquiera sabían que tenían.

 

//Y así, tras más tiempo del debido, pongo el post de conclusión para el evento. Muchas gracias a todos los participantes, os espero el año que viene para más. Si alguno quiere poner relatos de lo sucedido de su personaje, a partir de este post tienen vía libre.

Editado August 27, 2017 por Malcador

[Nathan 226]

 

"Todo está en las llamas, desde que se consume hasta que renace del polvo. Mi honor, la gloria de mi clan, tu aprobación... todo es susceptible de arder, y yo me entrego."

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Valentía o estupidez, victoria o derrota. En el fuego toda cosa puede ser su contraría si la voluntad de este se enciende para ello, pero no deja de ser también la misma. La roca de aquella caverna de los Baldios era la misma, fundida o solida, pero con algo en común: el calor, la esencia de la vida y la muerte al mismo tiempo, el latido del espíritu del fuego. La presencia elemental envolvía mis sentidos al pisar la gruta cargada de simbolismo para la ceremonia Filo Ardiente.

Fueron días en el que me sentí honrado con su hospitalidad y el placido calor que el clan daba a los invitados, abriendo sus puertas a su tradición y ancestros. Era poco común para mi adorar a aquellos que no compartían clan conmigo pero la gloria a veces no entiende de ellos y nosotros, y si hubiera pensado de otra forma nunca hubiera podido compartir la ardiente determinación de Agatha y la redención desde las cenizas de su espíritu. Pero aquellos días exigían más que placidez para todos los orcos que de verdad desearan fundirse con las grandes historias a las que aspiran protagonizar los buscadores de gloria para su gente o para sí mismos.Mi papel en el clan aún no estaba acabado. Los venerables chamanes algún día serían sucedidos y no podía ser un recipiente de su interminable sabiduría si antes no templaba mi cuerpo, el recipiente, en la forja de la experiencia.

Recordaré el día en el que para conseguir el medallón que aguardaba en la hoguera al inicio de la sima. Donde todos se sirvieron de su destreza, determinación o aguante para soportar el ardor del elemental que custodiaba el destino de nosotros los iniciado en la Prueba del Fuego yo hablé, escuché, y sentí la tormenta caótica que escondía su naturaleza candente. Mi espíritu fue agitado a su voluntad y adoración a su señor elemental, pero el pacto fue sellado y tomé la primera de las medallas envuelto en llamas indoloras para ofrecer un espectáculo digno al fuego o perecer en el intento y mostrar al resto de mortales como yo a tratar con precaución contra su voluntad. Pero el fuego no solo es un avance sin parangón por arrasarlo todo, pues una ascua en movimiento y lento prender en su contacto puede causar los mayores de los incendios. Así es como a la hora de ascender el pilar de roca ardiente tomé los medallones de roca por sus correas y usé el ingenio con el que la ascua trepa al árbol para prenderlo. Mi piel cicatrizará con el tiempo pero esa victoria perdurará.

Aun recuerdo a Garlak seguido por el anciano cuando junto con los pocos que quedábamos en pié llegamos a los sinuosos puentes e islas sobre aquel lago de roca fundida en la que nuestros reflejos fueron puestos a prueba como una llamada de atención para no perder nunca de vista el fuego. Sus movimientos fueron ejemplo y salvación en ocasiones, simpleza bruta que no estaba a mi nivel o tan siquiera buscaba, estaba allí por otro motivo. Un puzzle de losas en incandescencias se interponían entre una isla y otra. Lograría esto en consonancia con el elemental que guardaba la prueba. Daría una lección a aquellos que quienes con fuerza bruta no aprendían del fuego: su lección para ellos, mi ofrenda para el elemental. Tal fue la lección que corrí con los pulmones llenos de aquel aire denso y agresivo, pero corrí y adelante a los brutos. Al llegar a la siguiente isla sería la lección quien me aguardaría, pero en aquel momento lo entendí como un castigo por mi osadía y confianza, un recordatorio de con que fuerzas juego y como el camino para mediar entre estas y los mortales es un camino de brasas. Con una mano indispuesta en esquirlas observé como el bruto pasaba la prueba sin daño, ni mi destino era el suyo ni tampoco podía esperar a que todas las lecciones me vinieran dadas con facilidad.

Ahora en maestro del Filo, jefe de ceremonias, repasaba al escuálido grueso de orcos quemados que eramos. Ante nosotros el señor elemental de la sima, quien respondía a Azuka tras días de batalla. El sería quien examinara nuestras acciones y espíritus, en su voluntad estaba hacernos perecer o renacer en gloria. Dí un paso al frente encomendándome al valor al que había sido expuesto con las historias de mi clan, encomendándome al espíritu con el que abandoné Alterac en la búsqueda de un yo mejor para los Lobo Gélido. Garlak se adelanto mientras mis dudas hacían lentos mis pasos y la llama del elemental calló sobre él. Desapareció mientras yo me retorcía en el bucle de fuego que dejó a su paso y avancé mientras sentía que mi cuerpo me abandonaba. No se como llegué frente aquel elemental, pero para entoces solo mi mente respondía a sus examen y su llama descendió.

 

Pese a experimentar como mi carne era pasto de las llamas también sentí el latido del calor y la vida. Renací al otro lado de un muro de lava que custodiaba la entrada de la sima. Otros orcos habían renacido también y como símbolo de ello nos fue entregado el corazón de fuego. 

 

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Un viaje no es en balde si aprendes mientras lo recorres, y la vergüenza no es tal si logras cicatrices con las que aprender una vez acabada la travesia. Puedo sentir orgullo de decir que he logrado ambas partes y ofrecer mis actos a los ancestros que observan estos días.

 

// si me animo pongo el de la prueba del Valor