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  1. El frente de guerra: Tierras fantasmas (Mapa improvisado a editar mas tarde) Introducción: Parece como si hubiese sido hace siglos, cuando este suelo marchito era una cuna de flores multicolores, del verde de los arboles y sus copas y ramas meciéndose ante la cálida brisa y su musical sonido que adornaba cual sinfonía el bosque. Cuando los poblados seguían en pie y en legitima propiedad, habitados por nobles elfos, ciudadanos en pleno derecho, magos, soldados, trabajadores y niños vivían en paz y armonía...hasta que la plaga ataco. Donde hubo flores, ahora había cadáveres andando, donde el verde de las hojas se mecía ante el viento y su sinfonía, ahora no había mas que ríos de sangre, aire pesado, sofocante y caliente y troncos secos y pustulientos. Donde alguna vez los elfos vivieron en armonía, solo reinaba la no muerte de la plaga, buscando consumir todo esqueje de vida hasta extinguirla por completo. Las fuerzas de los ahora llamados Elfos de Sangre, nunca dejaron de defender lo que les correspondía por derecho, la mitad de su reino perdido. Hace alrededor de quince años, que entre avances y retiradas, se alza un amplio frente de guerra, el cual avanza hacia la capital élfica tanto como hacia Muertehogar por épocas, un combate entre la vida y la no muerte de la plaga y sus nigromantes que parece no tener fin. Tras la instauración del nuevo regimen élfico, guiado por el triunvirato Beldorei, tanto con la ayuda (o supervisión para sus propios intereses) de sus aliados renegados, comenzó una nueva campaña militar. ¿El objetivo? La recuperación de las tierras perdidas, asentándose y fortificándose de a tramos en estas mismas y la erradicación de la plaga en territorio elfo.
  2. Rolf

    Ciaran Bel'faram

    Información general Nombre Ciaran Bel’faram. Raza Sin’dorei. Clase Bruja. Especialización Vacío: Impenitencia. Trabajo Herramienta para el nuevo orden bel’dorei. Alineamiento Legal-neutral. Características físicas Edad 60 años. Altura 1,70 m. Peso 49 Kg. Complexión Delgada. Misceláneas - Apariencia De altura promedio y con un físico que refleja una vida sin exceso de esfuerzo, dotada de un cuerpo flexible y ágil recubierto en una piel ligeramente tostada, aparentemente sin marca, lunar o peca. Su cabeza es coronada con cabellos azabache largos y cuidados, que, en su oscuridad, reflejan la luz denotando salud y otorgándole un aspecto de sobria elegancia. Sus ojos tienen la tonalidad verde característica de su pueblo acompañando lo que parece ser una mirada distante y en ocasiones perdida. Su nariz es redondeada y respingona dotándole de un aire juguetón, un aire que es rebajado por sus labios rara vez sonrientes, una fina boca que finaliza en un estilizado mentón. Características psicológicas Miedos y/o traumas Los entes del vacío son tan aterradores como cautivadores. Hobbies - Personalidad Reservada y sumisa, prioriza su estudio a lo demás, pero acata sus responsabilidades sin queja. A pesar de no tener un caracter especialmente extrovertido, se rodea de gente cuando desea encontrar paz mental. Tiene facilidad para distraerse al percibir en ocasiones susurros en su mente. Es lenta estableciendo lazos emocionales y parece poco dada a sentir emociones intensas. Su empatía está en declive. Tiende a ser racional y prudente al tomar decisiones dejando poco margen para el azar. Conocimientos Habla y escritura thalassiana, principios arcanos, manipulación del vacío, arquitectura básica. Biografía I. Doctrina. El cielo era furia incontenible, nubarrones negros golpeandose unos contra otros, relámpagos y truenos que iluminaban la devastada tierra bajo ellos con tonalidades blancas y verdes, contribuyendo al propio ambiente corrupto por el vacío abisal y bombardeado por las energías viles, transportando vientos de azufre y ceniza. La jóven elfa de cabellera azabache observaba el espectáculo incapaz de separar la mirada de los cielos. Hay cierta belleza en el caos. ¿No crees? La voz profunda de su maestro sacó a Ciaran de sus cavilaciones, desviando la atención hacia el elfo, un ejemplar alto, de cabello blanco, rasgos marcados y cuencas algo hundidas. Su rostro era decorado por una sonrisa de despreocupación que parecia fuera de lugar en un semblante tan venerable. El la miró a ella y se giró en silencio, indicandole que le siguiese con un gesto de cabeza. Hay muchas fuerzas capaces de provocarlo, unas con mayor eficacia que otras, mis estudios me llevan a creer que el catalizador es lo que supone la mayor diferencia, con catalizador me refiero a ti en este caso. El hombre la guió por los amplios corredores del Templo Negro, donde eran invitados, aliados por parte del príncipe de Quel'thalas. Ciaran prestaba atención no sin ver su mirada distraida por algunas de las exóticas criaturas que cruzaban su camino, ya fuesen demonios o nativos que habian sido corrompidos por las oscuras energias que ahora inundaban el mundo. Verás mi aprendiz. Continuó el maestro. Tu verdadero potencial reside mas allá de la magia arcana común. Si te guiase por ese camino prevalecerás en la mediocridad. La aprendiz fruncio el ceño y separó los labios dispuesta a defenderse ante esas palabras, pero el hombre la acalló mostrandole un grimorio con un endorsado morado e intrincada simbologia grabada en tonos dorados. Sin embargo eso me convertiría a mi en un maestro mediocre, por lo que no podemos permitir que eso suceda. Te puliré hasta extraer todo tu potencial, y creo que tu potencial podria residir en este mismo tomo. Sin añadir mas le cedió el libro. Ciaran lo tomo en sus manos y lo observo en silencio antes de abrirlo a la mitad para ojear su contenido, nada de lo ahi escrito era entendible para ella, simbolos y runas mas allá de su comprensión danzaban en esas páginas, lo que la hizo lanzar una mirada de confusión a su maestro. Son estudios de las shivarras en contemplación del vacío. Descuida, aprenderemos a descifrarlo, estamos en el lugar ideal para hacerlo despues de todo. II. Lección. Una habitación oscura y polvorienta, solo iluminada por el escaso fulgor de unas velas de cera bermellón repartidas por el suelo y sobre las estanterías. Se distingue entre los contrastes de luz y sombras las siluetas del maestro Q'vart y su aprendiza, sus ojos esmeraldas brillando en la oscuridad mientras el maestro terminaba de dibujar un intrincado símbolo en el suelo que, en su plenitud, cubría casi toda la superficie de la habitación. Ciaran contenía su nerviosismo con una fachada tranquila, aunque la tensión en su cuerpo era palpable, por otro lado, su maestro se levantó con arrojo. ¿Estás lista? Ciarán asintió, sus pies posados dentro de los líndeles de una circunferencia dibujada en el borde de la gran runa central, su maestro se posicionó sobre otra, justo enfrente de su aprendiza. No deseo alarmarte, pero mantente atenta, este camino es poco conocido y puede entrañar riesgos para los que no estemos preparados. Sonrió. Pero estamos preparados. ¿No es así? Si es lo que debe hacerse. La elfa inclinó la cabeza al frente y cerró los ojos. Q'avart hizo lo propio, mientras sus manos hacían gestos reservados pero estudiados y su voz se alzaba para entonar unas palabras que muy escasas veces habían sido pronunciadas por mortales. No notaron como la luz de las velas a su alrededor se desvanecía y como la habitación se sumía en completa oscuridad, sus mentes empezaron a recibir un asalto creciente de susurros, empezando por unos pocos, pero ascendiendo a miles o cientos de miles de susurros inentendibles a la vez. Ciarán trató de abrir sus ojos, pero sus párpados no respondían, todo era negro hasta que dejó de serlo. Los susurros no cesaron, sino que pasaron a ser una indistinguible cacofonía ambiental de la que ya no se separaba ninguna palabra con sentido. Se encontraba en la habitación, o quizás no, era difícil de saber, pues todo era oscuro, pero ahí donde se encontraría el centro de la runa la aprendiza vio algo, un ser quizás, algo fuera de toda comprensión razonable, algo hermoso y aterrador, divino y profano. ¿Cómo podía existir algo así? No podía apartar la mirada, horrorizada y maravillada a la vez, entonces pudo sentir como esa entidad reconoció su presencia, en segundos que se sintieron como horas Ciaran se sintió la cosa más pequeña en la existencia y entonces dejó de ser. Cuando despertó no se encontraba en la habitación, uno de los sirvientes del Templo Negro debió encontrarla inconsciente y transportarla, no tenía claro cuánto tiempo había pasado. Sentía un dolor agudo en la cabeza que le hizo llevarse una mano a la frente, la apartó al instante horrorizada al darse cuenta de que seguía escuchando susurros en su cabeza, algo en ese ritual había dejado marca en ella, pero lo que era peor, creía distinguir la voz de su maestro entre algunos de los débiles susurros, mezclado con otras tantas voces que no le resultaban reconocibles. Buscó a su maestro, pero jamás lo encontró, cuando entró con recelo en la habitación que usaron para el ritual solo pudo hallar el grimorio, cerrado, pero que, en su naturaleza inerte, parecía palpitar. III. Regreso. Ciaran jamás logró encontrar a Q'avart. En su inocencia, sin embargo, no abandonó el grimorio y siguió estudiando el camino del vacío, con la esperanza de poder poner un fin a los susurros que ahora escuchaba casi a diario y, quizás, rescatar a su maestro del destino maldito en el que pudiera haber acabado. Fue una época solitaria de estudio y reclusión en el que sintió que la soledad solo empeoraba las voces, pues los susurros cobraban viveza y eran más distinguibles cuando no había nadie cerca. Esto la llevó a tomar la decisión de tomar el camino de regreso a su hogar en otro mundo, al Alto Reino. Al regresar sin embargo no se encontró un entorno ideal, las prácticas que había estudiando se consideraban sacrílegas y peligrosas, y serian castigadas de ser expuestas, por lo que debió de mantener en secreto sus estudios, codeándose en círculos más afines como los cultos de la Sombra Olvidada, que si bien, podía tolerarlos, el aspecto religioso con el que trataban de retratar el vacío era un tema sobre el que Ciaran se tuvo que morder la lengua en cientos de ocasiones. Por suerte tenía familia cercana en el Alto Reino, con quienes pudo permanecer, consiguió un trabajo como planificadora urbana, ya que había fracasado sus estudios en la magia arcana como demostraba el hecho de que no hubiese regresado junto a su maestro. Fue casi una bendición el día en el que los bel'dorei se presentaron en el reino como enviados del príncipe Kael'thas, una promesa de cambio, según estos bel'dorei empezaban a tomar el poder en el reino, Ciaran se ofreció a ellos, delatando varios lugares de reunión del culto a la Sombra Olvidada para facilitar el trabajo de poner fin a una religión que no tenía cabida en el Alto Reino. A esto lo siguió la persecución contra los seguidores de la Luz Sagrada, contra quienes las capacidades específicas de Ciaran mostraban ser especialmente útiles, siendo usada en diversas operaciones contra los mismos, demostrando así, que podía ser útil para los intereses de los bel'dorei y el Alto Reino. Se le permitió continuar con sus estudios de las artes oscuras, pero no lo haría sin ser vigilada, y tendría que poner sus poderes al servicio del ejército de ser requerido. Un trato justo, no le molestaba la vigilancia, eso mantendría los susurros alejados, al menos por ahora.
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