Saltar al contenido

Buscar en La Comunidad

Mostrando resultados para etiquetas 'renegado'.

  • Buscar por Etiquetas

    Añade etiquetas separándolas con comas.
  • Buscar por Autor

Tipo de Contenido


Foros

  • Noticias y Normas
    • Novedades
  • Azeroth
    • Kalimdor
    • Reinos del Este
    • Rasganorte
    • Pandaria
    • Mensajería
    • Comercio
  • Archivo
    • Fichas
    • Historias
    • Guías
  • Parlamento
    • Sugerencias
  • Varios
    • Cajón de juguetes
    • Presentaciones y Despedidas
    • Arte y Novelas
    • Multiverso
    • Afiliados
  • Histórico
    • Noticias y Normas
    • Azeroth
    • Archivo
    • Parlamento
    • Varios

Buscar resultados en...

Buscar resultados que...


Fecha de Creación

  • Comienzo

    Fin


Última Actualización

  • Comienzo

    Fin


Filtrar por número de...

Registrado

  • Comienzo

    Fin


Grupo


About Me

Encontramos 6 resultados

  1. El frente de guerra: Tierras fantasmas (Mapa improvisado a editar mas tarde) Introducción: Parece como si hubiese sido hace siglos, cuando este suelo marchito era una cuna de flores multicolores, del verde de los arboles y sus copas y ramas meciéndose ante la cálida brisa y su musical sonido que adornaba cual sinfonía el bosque. Cuando los poblados seguían en pie y en legitima propiedad, habitados por nobles elfos, ciudadanos en pleno derecho, magos, soldados, trabajadores y niños vivían en paz y armonía...hasta que la plaga ataco. Donde hubo flores, ahora había cadáveres andando, donde el verde de las hojas se mecía ante el viento y su sinfonía, ahora no había mas que ríos de sangre, aire pesado, sofocante y caliente y troncos secos y pustulientos. Donde alguna vez los elfos vivieron en armonía, solo reinaba la no muerte de la plaga, buscando consumir todo esqueje de vida hasta extinguirla por completo. Las fuerzas de los ahora llamados Elfos de Sangre, nunca dejaron de defender lo que les correspondía por derecho, la mitad de su reino perdido. Hace alrededor de quince años, que entre avances y retiradas, se alza un amplio frente de guerra, el cual avanza hacia la capital élfica tanto como hacia Muertehogar por épocas, un combate entre la vida y la no muerte de la plaga y sus nigromantes que parece no tener fin. Tras la instauración del nuevo regimen élfico, guiado por el triunvirato Beldorei, tanto con la ayuda (o supervisión para sus propios intereses) de sus aliados renegados, comenzó una nueva campaña militar. ¿El objetivo? La recuperación de las tierras perdidas, asentándose y fortificándose de a tramos en estas mismas y la erradicación de la plaga en territorio elfo.
  2. Taendris

    Midas Rassler

    Nombre del Personaje Midas Rassler Raza Renegado Sexo Hombre Edad 43 Altura 174cm Peso 54kg Lugar de Nacimiento Crestagrana Ocupación Mortacechador Descripción Física El abrazo de la muerte le ha consumido y su aspecto muestra esa cruel realidad: su larga cabellera rubia que mantuvo en vida no es más que una desdichada melena de un color grisáceo tan apagada como su mirada carente de sentimiento pero con unos ojos brillantes por la magia que le ha alzado. Su muerte fue catastrófica y su rostro lo recordará por siempre, pues donde antes había una nariz, ahora no hay más que un oscuro agujero. Además de eso, su mandíbula quedó levemente desviada y no ha querido repararsela. Se mantiene fiel a lo poco que recuerda de su vida pasada, por lo que decidió llevar sus ropajes de cuero oscuro de marinero, junto a su pata de palo en el pie izquierdo y su garfio encajado en el muñón, donde antes tenía la mano izquierda. Descripción Psíquica Su característico sarcasmo y malhumor se ha mantenido junto a él en la no-muerte. Sus respuestas tienden a ser desagradables y este es uno de los motivos por los que no suele hacer buenas amistades, sin tener en cuenta a alguna excepción. Sin embargo sabe cuando mantenerse serio y evitar cualquier tipo de insulto o broma de mal gusto. Siempre ha sido un mártir, se tiene poco aprecio a si mismo y el miedo a ser abandonado le ha acompañado a lo largo de su vida y su no-vida. Por esto puede llegar a hacer locuras que cualquier otra persona no haría. Ficha Rápida No Historia (La historia en principio está pensada para alargarla más, pero son detalles sin importancia —Ah... al fin despiertas... —Un horripilante no-muerto me miraba con indiferencia desde una silla en lo que parecía una sala de operaciones bastante oscura. Mesas con trozos de carne, miembros, herramientas afiladas u otras cosas de historias de terror. Mi memoria era borrosa, acababa de despertar en una habitación extraña junto a lo que parece ser un renegado y la confusión se apoderó de mi. —Qui- Quién... qué hago... aquí... —Cero recuerdos. Sentí un mareo, pero no uno como antes había sentido... era extraño. —¿Quién eres...? ¿Qué me has hecho...? —Mi nombre es Kornelius Nebula, y acabamos de resucitarte. Tómate tu tiempo para... adaptarte... —Se acercó a mi lentamente, con una calma que ciertamente me tranquilizaba, pero ese sentimiento desaparece cuando comprendo realmente lo que acaba de decir. ¿Resucitarme? —¿R-Resucitarme...? —Me miré a las manos, pero en donde debería haber una mano izquierda había un garfio, mientras que en mi pierna derecha había una rígida pata de palo haciendo la función de un pie, el resto de lo que conseguí ver en aquel momento fue un cuerpo desnudo, mi cuerpo, lleno de cicatrices y aparentemente sin vida de la palidez que mostraba. Abarrotado de costuras, remiendos sujetos por hilos que parecen ser resistentes, pero el miedo a moverme por si alguno se sueltaba se apoderó de mi. El silencio abordaba el lugar durante minutos que parecieron hacerse eternos y la única palabra que pudo brotar de mi fue: —¿He muerto...? —Sí, así es. Encontramos tu cuerpo en un barco encallado en la costa del sur. Tienes... tus pertenencias en esa mesa de ahí. —Kornelius señaló una mesa con ropa, una brújula más un conjunto de armas: un estoque y una pistola de chispa que parecen haber sido usados bastante tiempo. Me acerqué inseguro a la mesa para comprobar todo lo que supuestamente era de mi propiedad, pero siquiera podía confirmar si el nombre grabado en aquella brújula era el mío. "Midas Rassler". Empecé a vestirme con lo que disponía: una harapiento conjunto de cuero oscuro bastante ligero y un camisón descolorido por el tiempo, enfundé mis supuestas armas y me dí la vuelta hacía el boticario. —¿Y... ahora qué hago...? —Puedes decidir qué hacer, no te obligaremos a unirte a los Renegados, pero si lo haces, estarás un tiempo en un campo de acondicionamiento durante un tiempo, hasta que te hayas acostumbrado a esta nueva vida. En caso contrario podrías irte por tu cuenta. —¿Podría esperar un tiempo antes de decidir? Quisiera ver ese barco... —Quizá la única opción de recordar mi vida pasada estaba en ese barco Kornelius suspiró levemente mientras pensaba una respuesta, aunque terminó asintiendo con la cabeza. —Pediré a alguien que te acompañe. Espero que esto aclare tus ideas. —Su último gesto fue una sonrisa mínima, posiblemente como un intento de convencerme para quedarme, pero eso lo decidiría al averiguar más sobre mi vida. Desde ese momento hasta la tarde del siguiente día anduve por la zona tratando de no caerme con cada paso que daba o trataba de agarrar cosas con la única mano que tenía aunque muchas veces la fuerza me fallaba. Me resucitaron en una zona cercana a las costas del claro de Tirisfal, donde encontraron mi cuerpo junto al barco que iba a ver acompañado de un guardia de la muerte. Al llegar otros renegados estaban entrando y saliendo del barco, parecían estar desmantelando el navío aunque podía decirse que nisiquiera habían empezado a vaciarlo. —Aquí estamos. —El guardia de la muerte Basil me acercó a la entrada que habían hecho quitando gran parte de la pared para facilitar la entrada y la salida. —Esperaré aquí mientras pregunto a los obreros si han encontrado más cosas a tu nombre, ¿Midas, no? —Sí, ese es mi nombre. —Me giré para contemplar la entrada y me adentré en el barco. El interior estaba levemente inclinado hacía el suelo y me costaba andar solamente con un pie, pero no me quejé en ningún momento, simplemente pasee por el barco durante media hora buscando encontrar algunos recuerdos del lugar. Nada. Entre los camarotes pude distinguir el del capitán, una puerta doble en el centro del pasillo, rodeado por el resto de puertas que llevaban a camarotes de otros tripulantes importantes. Me adentré en la habitación, estaba en una situación desastrosa pero si hubiese estado en cualquier otro momento parecería un lugar acogedor. Habían muchos libros tirados por el suelo, algunos estropeados e ilegibles, pero entre todos los papeles encontré un pequeño libro que estaba cerrado con un pequeño candado que llamó mi atención, en la cubierta de la libreta estaba escrito mi nombre. Tan pronto como la cogí la guardé en una pequeña bolsa que me dieron al salir con Basil y salí del barco. En el camino de vuelta para encontrarnos con Kornelius empecé a hablar con Basil sobre qué me recomendaba hacer ya que mis ideas seguían siendo confusas y no tenía un camino claro con el que decidir quedarme. —Yo también pensé en marcharme al principio, Midas. ¿Pero a dónde me iría? En mi viejo hogar me colgarían, mis familiares me tendrían miedo, incluso mi hija... Podría haberme ido para montar mi propio grupo de no-muertos, pero sería una tontería teniendo ya todo esto ¿No crees? —Yo solo asentí —No es que te vaya a obligar, pero yo creo que quedarte es lo mejor que puedes hacer. —Sí, puedo quedarme, ¿pero entonces qué hago? No sé qué gano o puedo ganar quedandome. —Él se giró para mirarme con detenimiento de arriba a abajo con una leve sonrisa similar a la del boticario. —Nosotros los renegados no podemos producirnos por medios... naturales, como comprenderas nuestra única forma de seguir creciendo como comunidad es resucitando a los cuerpos que consigamos, sea matando o... encontrándolos como el tuyo. Realmente todo esto lleva más pasos por delante, pero te lo resumiré: aquí puedes elegir a matar para defender a nuestra raza o investigar para el crecimiento de los nuestros. —Realmente su convicción al hablar le hacía parecer saber de lo que estaba tratando. —Ninguno de nosotros ha elegido esta nueva vida, pero lo mejor será no desaprovecharla y darle algo mejor a los próximos que sean como nosotros. No dijo nada más, no hacía falta. Al volver con Kornelius ya tenía tomada la decisión de quedarme con los renegados, unirme a una causa importante para mi nuevo hogar. Estuve durante un tiempo en Camposanto, tratando de adaptarme a mi nueva vida, a lo que este nuevo cuerpo conllevaba. De vez en cuando veía a Kornelius y a Basil en sus pequeños tiempos libres para contarles cómo iba mi adaptación al igual que ellos me contaban cómo habían estado pasándolo, aunque con el tiempo parecía ser siempre lo mismo. Aunque todavía no me había alistado, Basil me entrenaba extra-oficialmente con mis armas para tener una oportunidad al ser un recluta ya que me contó la dificultad de los entrenamientos reales y lo dificil que serían. Aprendí a pelear, a manejarme mejor con la pata de palo y el gancho que tenía por mano pero no era fácil, muchas veces acababa malherido y Kornelius tenía que sanarme una y otra vez, gracias a él conseguí aprender algunos hechizos que él ya conocía para sanarme en ocasiones de necesidad. Mi cuerpo era débil y lo sabía. Un año más tarde me aliste habiendo acabado en Camposanto todo lo que tenía que hacer en aquel lugar que parecía haberse convertido en mi casa. La etapa de recluta fue costosa pero no imposible en parte gracias a las ayudas que recibí con anterioridad, conseguí pasar las pruebas necesarias para alcanzar mi nuevo fin, uno que me llevaría a luchar contra los que antes eran como yo, humanos.
  3. Taendris

    [Ficha] Midas Rassler

    Nombre: Midas Rassler Atributos Fuerza 5 Destreza 9 Inteligencia 6 Percepción 6 Valores de combate 20 de vida 18 de maná 8 de iniciativa 10 con pistola de chispa 11 con combate sin armas, equilibrado 11 con espada ligera (estoque) 11 en defensa Habilidades Fuerza 1 Atletismo Destreza 1 Pistola de chispa 2 Espada ligera (Estoque) 2 Combate sin armas, equilibrado 2 Defensa 1 Sigilo 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 2 Navegar 2 Esencia vital 1 Toque del vacío 1 Imbuir arma (Condena) 1 Supervivencia Percepción 2 Reflejos 1 Adv/notar Escuelas/Especializaciones Condena
  4. Historia OFF-ROL Historia completa Eventos en los que se ha participado
  5. Atributos Valores de combate 6 Físico 24 de vida 6 Destreza 24 de maná 8 Inteligencia 6 de iniciativa 6 Percepción 6 Defensa Habilidades Físico Destreza Inteligencia Percepción Amnesia total: Por algún motivo, el personaje ha perdido la memoria de manera permanente, quedando cual hoja en blanco.
  6. neorexx

    [Renegado] Logan Heshef

    Nombre: Logan Heshef Raza: Renegado Sexo: Hombre Edad: 29 Altura: 1,81 Peso: 61 Lugar de Nacimiento: Ventormenta Elwyn Ocupación: Mercenario/Cazarecompenzas(por ahora) Historia completa Descripción física: Posee una mirada que en vida ya dejaba en claro el tipo de hombre que era, centrado y alerta ante todo. Pero que ahora en muerte le da más peso a lo que transmite con un toque letal, de cabellos negros y opacos por la ausencia de vida en su ser, la piel de un tono aún más pálido de lo que ya era deja entender de que es un muerto que camina, dejando ver un par de cicatrices que fue formando durante sus andanzas como mercenario. Su cuerpo sostenido a base de magia oscura aún contiene su forma original, la cual era de un hombre atlético y con buen porte para la batalla, sufrió la perdida de ciertos componentes de su cuerpo pesando ahora 61kg y de estatura un tanto alta midiendo unos 1,81m. Descripción psíquica: Logan en el fondo y aún que no lo demuestre extraña su antigua vida, sus compañeros y camaradas, la brisa en su rostro, el calor de la fogata. Pero nada le devolverá eso, es hora de seguir adelante y marcar un nuevo comienzo para el mercenario, una nueva no-vida… Sus ideales no cambiaron, es un hombre que a poco le teme, sabe encarar los peligros con astucia y con valor, suele meditar bien sus acciones pero si alguien importante para el peligra es capaz de muchas cosas y en ninguna de esas está la cobardía. Camina siempre mirando hacia adelante, centrándose en lo que puede hacer en vez de lo que pudo… pero en el fondo esperando a que su final llegue. Es alguien tranquilo y directo a la hora de hablar, sabe cuándo ser humorista y cuando no, cuando estar serio y enfocado o relajado y de buen humor. Historia Limbo Recuerdo el filo de la espada. Y la hoja tiñéndose con una puñalada. Recuerdo el sol cayendo. Mientras solo uno se está desvaneciendo. A pesar de todo, el deber es el deber. Y aquí acaba el mío con éste atardecer… pero… ¿por qué sigo aquí? La oscuridad que presencié… el sufrimiento que pasé. ¿No es hora de dejar este cruel mundo? Mientras todo se marchita en un segundo ¿No es tiempo de dar el paso final? Hacia el destino que me trajo ese voraz puñal Sabía que este día llegaría… Y solo quiero enfrentarlo sin cobardía. Reflexionaba el difunto Logan mientras perecía, raudos habían sido sus pasos en vida y valientes las decisiones que tomaba en el día a día, un guerrero de fortaleza sin duda, tanto así que en sus últimos momentos nunca soltó la espada. La muerte no iba a recompensarle con el final de sus días, no aun, el mercenario estaría atado a éste mundo por un largo tiempo “el deber es el deber y no acaba hasta que se acaba”. Ánima -Algo me llama… Algo me empuja, ¡demonios! ¿¡Qué es este dolor!? ¡Siento como si me desgarraran por dentro!- Pensaba Logan, de alguna manera volvía a estar consciente. Lo primero que vio al despertar fue la tenebrosa figura de un muerto viviente dotándole de magia profana para atar su alma de nuevo a la tierra, convirtiéndolo en algo que ningún ser quisiera, uno de “ellos”. Los renegados, criaturas más allá de la vida creadas por magia herética, sirvientes de la Dama Oscura y sus dominios, allá donde se extiende lo que antes era tierra de vivos en el norte, los muertos se levantan para tomarla… -Levántate, tu hora aún no ha llegado guerrero- dijo la esquelética criatura con una voz profunda y de un eco desgarrador. -Púdrete- contestó Logan aún agobiado por la resurrección, aquel cielo tormentoso que veía era tan real como el dolor que sentía, sin embargo la lluvia no calmó su sufrimiento…ya que al caer dichas gotas en su rostro, no sentía nada, ni la brisa en el aire y tampoco el cosquilleo de las plantas moviéndose a su alrededor… nada. Otro muerto de aspecto femenino se acercó y le habló al guerrero, pues este se rehusaba a quedarse esperando a que Logan reaccionara. -El que se pudrirá serás tú si no te levantas, puedes quedarte aquí tirado y lamentarte si así lo deseas…o puedes luchar por un nuevo futuro, tú decides- Al escuchar esas palabras lo último que se le pasó por la cabeza fue volver a tirar la toalla, esto era lo que le había tocado y no sería ahora el momento en el que sedería ante las garras de la muerte una vez más, la idea de poder seguir adelante empezaba a agradarle al mercenario sin embargo algo dentro de él ya no desprendía la misma luz de antes. Le habían preguntado por su pasado en un día como cualquier otro, aquellos días en los que comenzaba a hablar con la gente de Sentencia. En vida, eh… pocos conocen mi historia, muchos de ellos aún vivos… mi pasado tan oculto como aquella luna entre las nubes esconde un niño que nació para la guerra, de joven llevaba el orgullo del ejército en mis venas, decían que poseía un talento especial para el combate, que mi padre…me estaba llevando por el camino de la grandeza…pero yo no deseaba eso, fue entonces cuando dejé el ejército y con dos espadas en mis manos me aventuré a la vida del mercenario. Conocí muchas personas, tuve aventuras que jamás imaginé vivir, experimenté la miseria de la humanidad en carne propia… ¿Cómo morí? Esa es historia para otro día. Volviendo a las Raíces A la mañana siguiente Logan dejó el asentamiento atrás y se dirigió a tierras más interesantes, al mismísimo lugar de su niñez…Lordaeron, el antiguo reino humano ahora en manos de la no-muerte, el viaje era largo pero tarde o temprano llegaría a su ansiado destino. Como esperó era una tierra decadente, aquellos claros que le daban una macabra bienvenida a Logan albergaban un sinfín de recuerdos pasados, pero ahora lo único que quedaba era el marchito rastro de la muerte. Después de todo él estaba aquí para mirar adelante y ver que podía hacer por estas tierras, y es lo que haría, pues estaba preparado para seguir su camino a pesar del cruel destino que le esperara. Al llegar pasó por un pueblo renegado que poco tenía de insignificante, le llamaban Remol. Un buen lugar para informarse de lo que sucedía por estos lares pensó el mercenario, y bien hizo en preguntar pues se enteró de ciertas cosas que le servirían para andar por aquí y por allá. Logan con su andar dejaba en claro el hombre que era, una figura de fortaleza y que poco le preocupaba el hecho de estar muerto, algo que no se ve mucho en los recién levantados…pues es un hecho trágico que da lugar al desquicie y la tristeza a la mayoría. Caminante en la noche, y espadas en mano cruzaba el lúgubre camino hacia la en ruinada ciudad el alerta Logan, pues una tierra que daba lugar a peligros de naturaleza desconocida no era un buen sitio para andar tranquilo, en el horizonte podían verse pinceladas de luz que daban a entender, en la noche, que allí estaba la ciudad renegada, Entrañas. -Alto ahí señor, identifíquese- dijo el guardia de desgarradora voz con un farol en mano iluminando al encapuchado mercenario. -¿Yo? Solo un hombre que viene a visitar su antiguo hogar…- contestó éste sin más que explicar. -Debo registrarlo ¿nombre?- preguntó el escriba de aspecto decadente que, sentado en una cabina, le miraba de pies a cabeza con sus hundidos ojos. -Logan, Logan Heshef- -Bien, señor Heshef*escribe* ¿lleva usted pertenencias peligrosas? ¿Armamento quizás?- -A parte de mí, mis espadas…- -Ya veo…- contestó el escriba -Hmm…no cause problemas durante su estadía en Entrañas, ¡gloria a la Dama Oscura!- dijo el firme soldado que, dándole paso libre al mercenario, lo mira con cierta sospecha. -Si si, gloria…- dijo éste al pasar con cierta ironía en sus palabras. Una vez dentro de la gran ciudad subterránea, bajo la decadente Lordaeron, Logan se dispone a caminar por donde le es interesante, como si buscara algo allí en los pasillos de la necrópolis…hasta que ese algo lo halló a él. -Oye tú- dijo una voz masculina un tanto conocida para el mercenario. Éste sin más se giró en dirección al hombre que le llamaba -Déjame ver tu rostro…- dijo el anciano. Logan, por cierto presentimiento, dejó al renegado verle. -Oh por la santa luz…Logan, que te han hecho hijo…- al verle éste lo abraza. -¿Tío? ¿Tío Harold?...- pregunta extrañado. -Así es, ¡Ángela ven a ver a tu primo!- dice el tal Harold. -¿Ehh? ¡Pero si es el pequeño Logan!- dice la chica de aspecto apagado. En ese entonces Logan sentía que a pesar de estar muerto aún tenía una familia, que no estaba solo entre cadáveres repugnantes en un mundo que le odiaba. Éstos le ofrecieron hogar en Remol, pues se encontraban en entrañas para cerrar un trato comercial que tenían, él no tuvo otra opción que aceptar la invitación, pero no se quedaría ahí por mucho. Quiere cruzar su propio camino, a donde le depare el destino, pues la única frontera que conocía era el mundo mismo y éste no le impediría ser la persona que es.
×
×
  • Crear Nuevo...