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La niña hambrienta. Evelyn Wiston, paseaba por las calles del casco antiguo de Villadorada, contemplando la noche fría, y sobretodo ese ambiente de mal estar y pobreza en casi cada rincón del lugar. Para ella, eso era algo que le entristecía un poco, pero no lo suficiente como para ayudar al respecto, quizás por el pasado que tenia, o quizás por su misma personalidad. Momentos mas tardes, se encontraría con Kord, no es que ella le tenga odio o repulsión, pero si es alguien que esta con su pasado, y considera que es mejor olvidarle para poder progresar mejor con su nueva vida. Kord le da una noticia que le entristece bastante, Nyah, vuelve con ellos. Tras esto se encamina a la taberna, donde le llama bastante la atención una niña del lugar, la cual tenia encima suficiente valentía para ir sola por esos caminos. Así que por alguna razón, Evelyn al doblar la esquina, se dio media vuelta, y la observo subiéndose a uno de los tejados que amenos aguanto lo suficiente, desde aquel tejado observo como tres hombres misteriosos rodeaban a la chica, no paso demasiado hasta que actúo, espantando a los hombres con una de las pistolas que tiene. Al bajar del tejado, no tuvo otra mejor idea que invitar a la niña a cenar, asi que le pago una rica cena, al descubrir que esa niña, el cual le revelo su nombre, Indou, estaba en busca del hospicio para alimentarse. Indou se encontró una buena cena, la cual devoró en cuestión de minutos. Por desgracia, dos hombres envidiosos de la cena de la provocaron una pelea, Indou dejo K.O a uno de ellos, y Evelyn muy fácilmente echó a los otros dos, finalizando esa estúpida pelea ocasionada por la envidia de esos hombres. Tras esto, Evelyn y Indou tuvieron una charla tranquila, donde le revelo sus planes. Así que Evelyn sintió pena, y la acogió esa noche ofreciéndole un pequeño trabajo, para intentar evitar eso. No le gustaría que esa niña fuese a donde ella estuvo... Habilidades Usadas: Evelyn Wiston : Sigilo - Pistola de Chispa - Espada ligera (Estoque) - Defensa - Equilibrado. Indou Redwoods : Cuchillo - Defensa - Equilibrado.
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Benedict Garthside Luce el aspecto de una persona decaída. Su descuidado peinado de color pardo negruzco empieza a mostrar las canas, puede que debido a su edad o al estrés que parece sufrir a menudo. Su rostro ha comenzando a mostrar arrugas en la piel, acompañadas de unas profundas ojeras ennegrecidas producidas por la falta de sueño. Mantiene una mirada normalmente pérdida en la nada, oscurecida por el intenso color marrón de su iris. Las facciones de su barbilla están cubiertas por una desaliñada barba que se está poblando poco a poco, ya que antes no cubría toda la zona de la mandíbula, pero por encima de esta, destacan sus marcados pómulos, teniendo en el derecho una larga cicatriz horizontal, aunque no es la única que hay en su cuerpo. Cuenta con un cuerpo esbelto y musculado, pero lo esconde con los harapientos ropajes de cuero que usa para protegerse. Quitando su ropa, tiene numerosas cicatrices recorriendo su cuerpo, pero las más destacables son una larga línea vertical que tiene en la parte inferior izquierda de su espalda, al igual que en la parte inferior izquierda de su abdomen, teniendo también otras más pequeñas pero continúas en su pierna izquierda, que parecen ser la mordida de una enorme bestia. Las personas que han mantenido relación con este hombre dudan sobre si es realmente una persona estable o no, a veces parece tener momentos de lucidez en los que habla con cordura, pero otras veces se le puede encontrar hablando solo, murmurando cosas incomprensibles o con la mirada pérdida en algún lugar de la nada. Cuando duerme, frecuentemente sufre pesadillas horripilantes que le privan de un buen descanso en incontables ocasiones. Esto le provoca a menudo comportarse de forma irritable, pero últimamente ha estado intentando ser más amable con sus compañeros, cosa que parece conseguir con facilidad, aunque luego reprima toda esa tensión en sus enemigos, cometiendo atrocidades. Historia del personaje (Completa) Eventos intervenidos
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La joven Draenei Kheedara y su compañera de alquimia Shani marcharon al bosque para recoger materiales que utilizarían más adelante en la fabricación de sus pócimas. Durante la partida de búsqueda encontraron diversas plantas, hasta que fueron sorprendidas por unos sonidos provenientes de los arbustos cercanos, se trataba de una manada de lobos que no tardaron en rodear a ambas alquimistas, gruñendo y manteniéndose alerta, esperando al momento perfecto para abalanzarse, la manada estaba dirigida por un lobo más veterano y albino, de proporciones más grandes y sin duda, más peligroso. Kheedara actuó rápido, gritando para pedir ayuda, por si hubiese gente cerca del bosque, por suerte, estaban los hermanos de la Vega junto a varios conocidos, al parecer salieron al bosque para buscar una dirección de una casa abandonada del bosque. No les costó averiguar la proveniencia del grito, marchando a toda la velocidad que les permitía el terreno y su equipamiento. Durante la carrera, los lobos atacaron a Kheedara y Shani, quienes quedaron heridas, la Draenei decidió hacer un señuelo con carne que tenía en su faltriquera, llamando la atención de los lobos para que su amiga pudiese escapar. El grupo tardó en llegar, por lo que la Draenei quedó fuera de combate por la perdida de sangre y las heridas acumuladas, por suerte Jorge alcanzó al lobo blanco con una flecha, haciendo que perdiese el interés en Kheedara. Al llegar, los lobos formaron un cerco para no permitir que los humanos y el elfo se acercaran a su presa, Ifán mantuvo la compostura, mirando fijamente al gran alfa a los ojos, durante varios minutos de tensión, el lobo acabó mordiendo al mercenario, lo que condujo a una pelea en la que acabó saliendo perdiendo el gran lobo blanco, los lobos se replegaron al ver que su líder había caído, volviendo al bosque. Draethis sanó las heridas de Kheedara y entre varios la llevaron a una taberna, pagándole una habitación. Gwen y Riley se quedaron cuidando a la Draenei toda la noche.
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INFORMACIÓN ON-ROL Poco antes del anochecer, un gran grupo de personas pasaba el rato en la taberna de la ciudad. Jorge tocaba su instrumento mientras que el resto alzaba la voz deseosos de que terminara de tocar. Como un bólido de carreras se metió el Granjero Ray dentro del local dando voces, maldiciendo a los kobold que estaban cavando túneles por debajo de su establo. En un principio los clientes de la taberna le tomaron por un viejo loco, pasando de él hasta que gritó: "¡Le daré unas cuantas monedas de plata a aquel que las eché de mi establo!". Todos los que sabían manejar un arma se levantaron. Aunque dudoso por su aspecto, convenció al grupo de que tenía suficiente dinero como para pagarles, pues había conseguido robarle las monedas a la familia de su esposa para poder contratar a los mercenarios que pronto acabarían con esas molestas ratas. Durante el trayecto hacía la granja del buen señor tuvieron que bajar un pequeño risco, por el cual Shani cayó rodando por su torpeza y falta de equilibrio, aunque por suerte su mochila aflojó el golpe. Siguiendo el camino ya adentrados en el bosque siguiendo uno de los atajos del granjero, Draethis desconfiando de Ray decidió usar su visión lejana arcana para comprobar las cercanias del granero al que estaban siendo guíados, pero no pudo ver nada fuera de lugar. Mientras tanto, Kheedara se quedó asombrada al ver como tres bestias humanoides observaban el grupo dispuestos a atacar. ¡Eran gnolls! Lo que en un principio iba a parecer una batalla casi imposible, resultó en una aplastante victoria gracias a la destreza, pero sobretodo furia, de Ifán Lohse, que al parecer tenía un rencor guardado contra los de su calaña. Aunque pudo decirse que la batalla fue un éxito, muchos salieron heridos de ella, entre ellos Álvaro, Kheedara o Shani, sin embargo todos estuvieron de acuerdo en seguir hasta el granero para acabar con los kobold. Todos menos Draethis, que decidió volverse por donde había venido, pues no quería enfrentarse a esas ratas en su estado tras la batalla. Shani y Kheedara sanaron las heridas de la mejor forma posible, débiles pero con una alta convicción decidieron seguir. Una vez en el establo, podían escucharse los pasos de esas alimañas por debajo del suelo. Mientras Ray se preparaba para hacer un agujero en el suelo, Kheedara y Jorge intentaron subirse a la zona alta escalando por unos armarios, pero cayeron de espaldas contra el suelo, provocando un pequeño derrumbe que hizo salir a los kobolds furiosos. No fue una batalla díficil gracias a la poción explosiva que lanzó Kheedara contra el montón de ratas. Al verse rodeados los kobold intentaron huir del grupo pero fueron pillados uno por uno, sin posibilidad de escapatoría. Solo pudo huir uno que posiblemente muriese desangrado minutos después. A la hora de recibir la paga, Jorge e Ifán convencieron de que subiese la recompensa por haber acabado además con los gnoll que atormentaban las zonas cercanas a la granja. INFORMACIÓN OFF-ROL
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Kheedara entró en la taberna, proponiendo a sus amigos y a dos hermanos que conoció ese mismo día la opción de capturar una "gallina" a cambio de un tesoro que portaba la Draenei. Salieron de la taberna, siguiendo las únicas pistas que tenían, lo que les condujo a un callejón. En el callejón había un vagabundo, Jorge no tardó en acercarse a él para sacarle información a cambio de un par de tragos de vino barato, el mendigo les dijo todo lo que sabía, que en ese callejón solían meterse alimañas y que nada bueno pasaba allí. Los hermanos de la Vega decidieron tomar la delantera, descubriendo una trampa sencilla que consistía en un hilo que al sentir el contacto cerraría una puerta de barrotes, consiguieron desactivarla, una vez en el callejón lograron visualizar a un perro entre unos arbustos. El perro era pequeñajo y ágil, resultó ser "la gallina" de la que hablaba Kheedara, además portaba un objeto atado al cuello, se les escapó utilizando unas cajas para correr y saltar de tejado en tejado, Jorge lo persiguió todo lo que pudo por los tejados, indicándoles la dirección al resto del grupo. Siguieron la pista del perro hasta las afueras de la ciudad, donde lo persiguieron con precaución. El perro llegó al lago, nadando hasta llegar a la otra orilla, el grupo preguntó a un pescador de la zona si les dejaba un pequeño bote para cruzar el lago, el pescador se lo concedió con la premisa de que lo devolviesen intacto, de lo contrario avisaría a la guardia. El rastro del perro les condujo a una zona alejada de la ciudad, decidieron ir con cuidado al ver que las huellas del perro se cortaban de forma abrupta, señal de que alguien lo había tomado en brazos, lograron seguir un rastro de botas que les llevó a un gran árbol. Los hermanos de la Vega sorprendieron a un par de bandidos, tenían al perro en su poder. Jorge inmovilizó a uno de los bandidos mientras que el otro hermano encañonó al otro con su pistola, pero no contaban con que los bandidos tuvieran tiradores apostados por los riscos y árboles de la zona. Shani y Doyran subieron por la pendiente en sigilo, logrando sorprender a uno de los bandidos, degollándolo y empujándolo colina abajo, eso conllevó al comienzo de la pelea. Gracias a la coordinación y preparación el grupo de aventureros lograron derrotar a los bandidos, una de las bandidas decidió rendirse y darle un pequeño papel a Álvaro. Otro de los bandidos huyó al escuchar el disparo de la pistola, de hecho todos huyeron, no querían tener problemas con la guardia. El grupo llegó a la conclusión de que el perro solo era una herramienta para el grupo de criminales, quienes usaban al can para trasportar una droga en el recipiente cilíndrico, ya que la guardia no sospecharía de un perro. Kheedara consiguió su querido perro y como prometió les otorgó a todos los participantes el tesoro, que resultó ser collares con un colgante hecho de cristales Draenicos, cada uno con un color distinto, no tenia mucho valor, pero simbolizaba la amistad del grupo y su gratitud por haberla ayudado.
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Por todos es sabida la precaria situación en la que se encuentran los barrios bajos de la villa, los que allí habitan son pobres, la mayoría viven en la calle o en casas a medio derruir, a menudo ocupadas, no compradas. Si algún rayo de esperanza se alzó, sin duda fue la ocupación de la taberna "La Capital" por sus actuales regentes, desde la cual se han organizado diversas actividades y mejoras para la salubridad y bienestar de la más baja purria de los alrededores. Desde ofrecer comida y cama a los que no puedan pagarla, hasta habilitar un dispensario para atender a los heridos y enfermos, pasando por la construcción de un pequeño campo de entrenamiento y la adecuación de unos camastros en un local abandonado para los refugiados... Todo el barrio conoce la posada, así como también en mayor o menor medida a su dueño, y a los trabajadores que la mantienen en pie, uno de ellos, el carpintero Nicholas Stevenson. De una familia de leñadores, Nicholas comenzó a trabajar la madera desde muy joven, logrando tras meses de trabajo abrirse un pequeño puesto de carpintero justo al lado de la herrería de "La Capital", no era nada ostentosa, todo lo contrario, los precios variaban según el comprador, pero el beneficio que le reportaba a la taberna, o al mismo carpintero era nulo, los pagos a penas cubrían los gastos de la madera, pero al fin y al cabo, no era una carpintería para ganar dinero, era para que los propios habitantes de los barrios bajos, comprasen los muebles a precio de costo (a veces incluso inferior) con el fin de, como llevaba haciendo tiempo la taberna, ganarse el respeto del pueblo y por supuesto, hacer que los barrios bajos vuelvan a tener casas habitables y que no sea un nido infestado de escoria y malechores. Algo que sin duda llevaría demasiado tiempo todavía, pero que algún día, podría llegar a conseguirse... Los habitantes empiezan a hablar... Si alguien se preocupa por los barrios bajos... Son los habitantes del mismo... //Lo anterior escrito haría referencia a lo popular que es la taberna en los barrios bajos, algunos la miran con recelo, otros con admiración, pero sin duda son conocidos al menos los empleados y los trabajos que desempeñan.
