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Ace Of Spades

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  1. Tassiara le habían calentado las nalgas con magia ese día, no es precisamente lo que esperaba de un entrenamiento, pero había algo de lo que no tenía duda, era justo el tipo de entrenamiento que necesitaba, aunque lo mejor fue que la invitaron a comer después a un sitio lleno de gente fea, pero con buena comida y siempre viene bien llenar la tripa con algo que no sea pan duro de la abadía. Tassiahra: Maza de mano - Sello de protección - Cadenas Sacrosantas - Proteger esencia - Refuerzo de Luz - Advertir/Notar - Defensa - Reflejos - Atletismo.
  2. Tras el entrenamiento de la suprema cruzada escarlata, las tropas vuelven al campamento compartido con el ejercito de Stromgarden, el alba argenta, la mano de plata y por supuesto la super guay magnifica y única cruzada escarlata, la mayoría de ellos, agotados por el entrenamiento o atosigados por el frío marchan a dormir como niñas chiquitas, mientras una elfa con insomnio y una pareja de barbaro y novicia deciden marchar por un poco de agua para recargar las despensas del campamento, en teoría al menos, porque sólo llevaron consigo varias cantimploras y un misero barril, pero todos saben que lo importante es la intención. En el camino hablaron un poco de esto y de aquello probando que no importa el frío, lo importante es el poder de la amistad, al menos hasta que una cria de murloc se aventura hasta la superficie en su busqueda por convertirse en un anfibio ninja y robar al barbaro, para su mala suerte, el barbaro pues, era muy barbaro y lo caza con sus hachas cual monstruo enfermo en busca de sangre, de sangre murloc. Lo que sigue es menester, el murloc se convirtió en sopa, luego la sopa se convirtió en estofado y el estofado en algo así parecido a una crema, la novicia aprendió que bendecir una sopa no siempre hace que sepa bien, pero al menos queda bendita, el barbaro que a veces una sopa menos aguada y con exceso de fuego puede saber mejor que una sopa convencional y la elfa que la gente le tiene distintos nombres a los distintos tipos de sal de colores y que los ojos de murloc serán muy nutritivos pero hacen que la sopa sepa mal, pero lo que todos aprendieron es que hasta una sopa fracasada sabe bien entre conocidos y amigos, incluso si se gasta la mitad del agua que fueron a recoger inicialmente. Habilidades farmeadas. Santiago de Sveri @SwordsMaster : Voluntad - Hacha de mano - Cocina - Supervivencia - Advertir/Notar - Reflejos. Anna la novicia Rebelde @yune134: Purificar Agua - Supervivencia - Cocina - Advertir/ Notar - Reflejos - Buscar. Tassiahra/Tassie/Tass/La elfa esa: Purificar agua - Supervivencia - Cocina - Advertir/Notar - Buscar - Historia triste?
  3. Ace Of Spades

    Tassiahra Sinnore

    Nombre del Personaje Tassihara Sinnore Raza Alto Elfo Sexo Mujer Edad 125 Altura 1,73 mts Peso 60 kl Lugar de Nacimiento Quel'Lithien Ocupación Adepto de la cruzada escarlata. Descripción Física Cabello largo, lacio, de color rubio perlado, suele llevarlo suelto hacia atrás peinado como cascada cuando cumple con sus labores cotidianas, lo sujeta en una coleta o una trenza cuando marcha al campo de batalla o al entrenamiento. Su cuerpo es atlético, con musculatura marcada y firme como muestra de que ha sido entrenada durante varios años, no solo por la cruzada escarlata, aparentemente su entrenamiento va desde mucho mas atrás de que perdiera su memoria y posteriormente la recuperara, es también delgada como se espera de su raza y puede que en el promedio regular de altura, lleva marcas de cicatrices en la espalda, brazo izquierdo, costado del abdomen y una mas en la cabeza que oculta con el abundante cabello. Suele vestir ropas de tela mientras está en el monasterio, o llevar cuero reforzado y malla cuando se encuentra en entrenamiento. Su rostro es fino y púlido como lo es en el resto de su raza, la sonrisa que solía ser habitual en ella ha sido reemplazada por un rostro serio, dramaticamente mas hostil que la dulzura con la que se le conocía antes de recuperar la memoria, de piel muy blanca, ojos azules con un brillo muy claro. Descripción Psíquica Desde que ha recuperado la memoria, hace unos 3 años ha vuelto a ser psicologicamente esa aguerrida militar del ejercito Quel'dorei en tiempo de guerra, de porte serio y disciplinado, de lógica frialdad y decisiones bien pensadas, ha dejado de ser aquella chica ingenua, dulce en exceso y amable por convicción que fue durante la época de amnesia, no ha olvidado las sensaciones que su condición de amnesica le dio, ni las deudas de gratitud que contrajo durante tan caoticos años, pero entiende bien que ya no es esa persona que se enorgullecía de portar un nombre humano como si de una mascota se tratase y pese al asco que le causó sentirse una herramienta de las malas o buenas intenciones humanas, entiende bien que permanecer en la cruzada es un sacrificio y un deber, las personas en el sur, aquellos pocos que quedan de su gente están en linea directa de una plaga de no muertos desatada, la cruzada es posiblemente la última barrera entre los muertos y gente en Quel`danil, su esfuerzo puede contribuir a mantenerlos a salvo, no les guarda amor ni gratitud alguna a la cruzada, pero si deber, para con su pueblo y su honor así lo demanda, por eso se mantiene en el frente de guerra, allí donde la guerra es mas cruel y encarnizada, empoderada por su propio código y alentada por mantener a su pueblo a salvo. Historia Mis recuerdos son escasos y parecen difuminarse cada vez mas en lugar de regresar, mis ancestros, mi familia, mi hogar, lo que se supone que debe ser perdurable, lo importante e irremplazable ha sido todo relegado a un recoveco insondable de mi memoria, a veces, menos veces de las que me gustaría admitir logro darle un poco de claridad a mis recuerdos, mi propio nombre que parecía perdido, ha llegado a mi cuando menos lo esperaba, habían sido varios años, muchos ciclos y demasiados días desde que comenzara a vivir en tierras humanas y hasta este momento siento que recién comienzo a adaptarme al acelerado modo de vida de la raza humana, pero sabía que yo no era como ellos, mi apariencia, mi naturaleza, incluso el modo en el que me trataban, todo en mi era similar pero muy distinto a la vez, era una elfa del norte, de Quel’Thalas, Raegard me lo explicó todo, de cuando me encontró herida y casi muerta en un costado del lago del bosque negro, cuando todavía la naturaleza estaba viva y verde. El viejo paladín me cuenta que cuando me encontró estaba apenas viva, solo llevaba una cota de malla rota y un escudo ajustado al brazo, se acercó a buscar algo que pudiera usar para comer o para protegerse, no vio esperanza en mi y pretendió usar el escudo para protegerse y no puedo culparlo, la situación era desesperada, aun así, algo lo hizo detenerse, pese a mi lamentable estado tenía que tener una esperanza, la bondad de la luz lo espetaba a intentarlo, a salvarme la vida con todo lo que tuviera y así lo hizo, el azote arrasó con mi pueblo, se llevó toda mi vida, incluso mi memoria para recordar la tierra que nunca recuperaré, pero la luz me dio una nueva vida. Raegard usó la luz para cerrar las peores heridas y trató como pudo las mas pequeñas, cociendo algunos cortes con hilillos finos hechos de intestinos de oveja y desinfectándolas luego con whiskey viejo de Andorhal, al principio pensó que no lo lograría, me confesó que en muchas ocasiones dudo de si debía darse por vencido, le agradezco que no lo hiciera, me transportó hacia las montañas para resguardarme, al final encontró una torre aparentemente abandonada por la alianza pero había algo de comida y provisiones aun en buen estado, sangre por doquiera pero ningún cadáver, nos refugiamos allí, mas bien él me refugió en la torre, yo recién recuperé por completo el conocimiento un día mas tarde tras ser capaz de beber algo y comer. Aún recuerdo mi sensación aquel día, sentía dolor, pero era un extraño dolor, ignoraba el miedo que pudiera sentir, de hecho, ignoraba todo, el viejo paladín me hablaba pero yo no le entendía, no entendía nada, ni las formas, ni los colores, ni siquiera reconocía el propio dolor que me acongojaba como si estuviese en un cuerpo ajeno al mío, es una sensación difícil de explicar, basta decir que a veces las personas damos por sentado las cosas hasta que dejamos de verlas, como la punta de tu nariz, subconscientemente la ignoras pero cuando reparas en ella, te das cuenta de que está allí, de que siempre estuvo allí frente a tus ojos, es la misma forma en que yo misma me sentí, me dolían lugares que ni siquiera estaba consciente de que tuviera dentro de mi, podía ver mis manos, mi nariz, mover mis pies y aun así sentía que no me pertenecían, completamente ajenos a mí. Mejoré poco a poco, mas lento de lo deseado, mucho mejor de lo esperado, el solo hecho de que estuviera viva parecía casi un milagro, las palabras dejaron de sonar extrañas con los días, podía entenderlas, pero había olvidado como pronunciarlas, como si hubiese pasado una vida sin pronunciar ninguna, el idioma ajeno al materno hacía todavía más difícil asimilarlo. Agotamos la mayoría de los suministros que teníamos y yo misma podía caminar con mis propias fuerzas por lo que Raegard decidió que era momento de aventurarnos al sur, tratar de huir de la plaga que el príncipe maldito había desatado en todo Lordaeron, en ese momento no lo sabía pero marchaba en dirección completamente contraria a la nación que probablemente llamé hogar alguna vez, el golpe en mi cabeza había hecho mella en mis palabras y recuerdos pero por alguna razón sentía nostalgia, ardía en mi pecho como un mal presentimiento, pese a todo, continúe, aferrándome al viejo paladín como si de un padre se tratara y de alguna manera, incluso hoy en día, es la única figura paternal que tengo, me han dicho que probablemente tenga muchos mas años que los que Raegard pueda tener y lo he notado con los años, en su sonrisa cansada, en sus pasos suavizados, en aquellas pequeñas acciones que se han tornado torpes y que antes hacía sin siquiera ver, también lo he visto en la blancura nívea que se ha ido extendiendo por sus cabellos y me doy cuenta de que lo perderé en algún momento, ya sea por la espada o la lenta acción del tiempo, aquel hombre que me trataba como si fuese una mas de los suyos, mas que eso, solo nos teníamos el uno al otro como un padre y una hija. Luego de unas semanas de sobrevivir a las infestadas tierras que en otra época fuera Lordaeron, nos unimos a un grupo de sobrevivientes y emprendimos una nueva ruta hasta el reino de Stromgarden, todos estaban afligidos y apesadumbrados pero solo yo sentía el punzante dolor en mi pecho y aquella intensa sed que amenazaba con enloquecerme en cada momento, encontrando solo amparo en la luz, que me cubría con su bondad y tranquilizaba mis sentidos; solo hasta años mas tarde me enteré de que la razón de aquel dolor era la fuente del sol, corrompida por el azote, allí tan en el norte del continente como se podía ir, la fuente brindaba energía a toda mi raza y tras corromperla es como si nos cortaran una parte vital en nuestras vidas. En la ciudad portuaria de Strom nos quedamos en la casa de uno de los familiares de Raegard, una mujer llamada Magda que era también su hermana, algo mas gruñona y seria que el propio Raegard, con mirada áspera que indicaba visiblemente que yo no era de agrado para ella, pese a ello, al final me deja quedarme en su casa, quizás por las virtudes de la luz o por interferencia de paladín, suficiente para recuperar algunas de mis memorias, mis recuerdos sobre los idiomas, algunos sobre mi vida, como mi propio nombre, Thassiara, pues hasta ese momento, Raegard me había llamado como a su abuela, Ann’Marie. Casi un año mas tarde nos unimos a la cruzada escarlata, Raegard al haber sido un veterano de la mano de plata es nombrado paladín de la cruzada y enviado a mano de Tyr para ponerse en labores, yo por mi parte, fui enviada a la iglesia para instruir mi espíritu en los caminos de la sagrada luz y mi cuerpo con la disciplina de la orden, para hacerme fuerte en combate y útil a la causa de mi querido paladín y de nuestras razas, curiosamente, comprobé que si bien mi memoria estaba fragmentada, mi cuerpo parecía recordar, mostrando una gran facilidad para aprender las artes del combate que se me enseñaban y una resistencia física por encima de lo normal lo cual me hace preguntarme que clase de persona fui en aquellos años que me fueron robados, pero tengo la esperanza de recuperarlos algún día, quizás, cuando pueda finalmente volver a las tierras que me fueron arrebatadas, a mi verdadero hogar. Los últimos cuatro años. La guerra de Scholomance fue cruel, tanto como lo puede ser cualquier guerra, pero aún peor, los muertos nunca han tenido piedad, en el mejor de los casos nos ven como alimento y es probablemente el único sentimiento que podríamos despertar en aquellos monstruos, en ese momento me desbordaba la sensación de incertidumbre, de pesar, de desdicha; muchas buenas almas se habían perdido batalla tras batalla y mi frágil psique en ese momento se desplomaba como un castillo de naipes, incluso dudé de que mi lugar fuera allí, no estaba preparada para ello, necesitaba un respiro, recordar quien fui, mis hermanos en Quel'danil me pidieron marchar al poblado, alejarme de las guerras humanas y descansar en compañía de los míos, tan perdida estaba en aquella época que dudaba de que alguien en el mundo fuera realmente de los míos, no era elfa, ni era humana, no sabía lo que era, pero sabía perfectamente lo que no era, no era una persona completa, no sólo me faltaba mi memoria, me hacia falta mi voluntad de seguir viviendo. Quel'danil era un lugar tranquilo, pacifico como ningún otro al que recordara haber ido, de verdes parajes y cristalinos lagos como espejos, de gente amable, de personas que me trataban como... gente, era una extraña sensación a la que no estaba acostumbrada, desconcertante, pero no por ello desagradable, aquella sensación cálida me llenaba de emoción, entre los caminos empedrados, los campos de jardines y los cielos al fin azules comencé a redescubrir los recuerdos mas ocultos de mi cabeza, a reencontrarme, pero sólo fue hasta que viaje a Quel'danas para hacer mi peregrinaje que pude aprender a recordar, allí me conocían también, claro, el prometido que tuve en otra vida, la familia que dejé atrás tras que se me diera por muerta durante la tercera guerra, ellos habían seguido su camino y sus ojos esmeralda sólo eran el primer indicio de nuestras diferencias, me invitaron a regresar a la tierra del sol, de belore, pero no había luz allí, habían vendido ya sus destinos a figuras oscuras, a cristales demoniacos y a ejércitos fantasmales renegados, La Tassihara que ellos habían conocido había muerto durante la tercera guerra, lo entendí en ese momento. Cuando regresé a Quel'danil me invadió un terrible sentimiento de vacío, había pisado mi tierra, la tierra de mis padres y de mis ancestros por última vez y lloré, lloré desconsolada como nunca lo había hecho siendo yo misma, tan frágil como Ann'Marie pero tan yo como Tassihara, me prometí aquellas serían las últimas lagrimas, ya como Ann había llorado demasiado. Con los días terminé por recordar todos mis recuerdos, quien fui, pero también quien soy ahora estaban al fin en consonancia, tras evaluar mis posibilidades llegué al fin a la conclusión mas lógica, la mas terrible, pero la única que podría tomar sin sentirme una traidora de mis propios principios, lo que la gente en Quel'danil, ni en Quel'thalas entendían era que la cruzada, el alba y la mano de plata era lo único que mantenía al margen a aquellos monstruos, sin un líder de facto quizás, pero igualmente mortales, si fallábamos en nuestra lucha, toda la vida en Azeroth peligraría tarde o temprano, no era un escenario esperanzador, pero tampoco era irreal, lo sé bien, lo sabe cualquiera que haya estado tanto tiempo en las tierras malditas como yo. Retorné al norte para formar parte de la cruzada nuevamente, esta vez completa, por elección propia y con una misión en la cabeza, por amor a mi gente, lo cierto es quizás, en las tierras malditas encontraré mi muerte, pero lucharé sin dudarlo aunque así sea.
  4. Ace Of Spades

    Tassiahra Sinnore

    Atributos 7 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 7 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 28 Puntos de vida 28 Mana 8 Iniciativa 9 Ataque CC (Martillo de mano) 9 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 2 Martillo de mano Destreza 1 Equitación 1 Escalar 2 Defensa 1 Lanzador 1 Nadar 1 Sigilo Inteligencia 1 Artillería (Cañones) 1 Leyes (Reinos Humanos) 1 Religión (Luz Sagrada) 1 Supervivencia Espíritu 2 Voluntad 1 Detec Entes Malv. 2 Proteger Esencia 1 Purificar Agua 2 Reprender Esencia 2 Refuerzo de Luz 2 Sello de protección 2 Cadenas Sacrosantas Percepción 2 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Rastrear 2 Reflejos Escuelas/Especializaciones Protección
  5. Crónicas de viaje de un Quel’dorei. Día X del calendario Invernal. Se aproxima el día de partida hacia las ancestrales tierras de mi pueblo, las únicas que le quedan incorruptibles al menos, Joseph ha puesto el grito en el cielo en cuanto le he anunciado que me marcharía por un largo tiempo, no ha dudado en amenazarme con dar mi vacante de trabajo a otra persona en la primera oportunidad, para su desgracia, sabe bien que sólo él o yo podríamos preparar las recetas alquímicas que ha recopilado a lo largo de las décadas en su viejo libro, ya ni hablar de saber manejar el negocio; es demasiado anciano, terco y egoísta como para permitir que alguien mas conozca sus secretos, no por nada me ha mantenido a su lado durante tantos años, el tiempo se le agota, año con año se da cuenta de ello, para su desgracia, sus dos únicos herederos no están capacitados para llevar la herencia solos pese a sus patéticos intentos por enseñarles, Mikah es un inepto incapaz de valerse por si mismo, trataría de llevar el negocio y fracasaría inevitablemente; Mia por su parte, era lista, muy capaz, pero poco le importaba la alquimia o el negocio de su padre, renegó de su este y se marchó a Kul’thiras por su cuenta para hacerse de un nombre, era el orgullo de su padre, pero no se molestaría en si quiera intentar llevar el negocio del mismo, en su lugar vendería todo el chiringuillo a la primera oportunidad, le entregaría una buena parte al hermano y se marcharía nuevamente para seguir buscándose una vida propia, ya mucho tiempo había perdido en la niñez cuidando de su hermano mayor como para seguir haciéndolo ahora. Joseph no tendría opción, me aseguré de ello, me esperaría, un año incluso si tuviera que. Ya tenía todo listo para el viaje, llevaba planeándolo desde hace un par de años, pero no podía evitar sentirme nervioso, era un viaje peligroso, las rutas que antaño unían los pueblos humanos con el mío se habían ido difuminando con el tiempo, ahora pertenecían en buena parte a bandidos, trols o la nueva orden de los renegados. Dia X1 del calendario Invernal. El largo viaje al fin termina, llego sano pero no indemne, si bien no tuve heridas físicas, hubo momentos en los que creí que moriría, no sería la primera vez, ni la última supongo, pero es inevitable pensarlo. La caravana escogió una ruta montañosa entre las laderas de Trabalomas donde algunos asentamientos Stromgardeanos y martillo salvaje nos proporcionarían puertos seguros donde descansar y reponer energías, en teoría era la ruta mas segura, pero los ataques no se hicieron esperar, de seguro nada, desde senderos pantanosos, precipicios montañosos con caída a una muerte segura hasta asaltantes de caminos, si aquella era la ruta mas segura, mi pueblo estaba condenado al aislamiento y ni estos pobres intentos por una ruta comercial cambiarían ello. No obstante, en Quel’danil todo fue paz y tranquilidad, me maravillé de ver lo que se había logrado en las últimas décadas, el que en otra época fuese sólo un puesto defensivo forestal era ahora una villa hecha y derecha, un icono de la esperanza de todo un pueblo que pese a todo, resistía. En Quel’danil conocí a tres muchachos altruistas y con alto idealismo, sus nombres eran Daelariel una aventurera joven y visionaria, Celebrim, un herrero no tan alegre como su nombre, pero con una personalidad fuerte y segura, finalmente al ex forestal Esledor, aunque el brillo de sus ojos delataban un pasado turbio, sus palabras sin embargo, reflejaban la desilusión en un sistema corrupto en el que se había convertido la capital de lo que alguna vez fue mi pueblo. Día X2 del calendario Invernal. Puerto Quel'Danil Había quedado con los tres jóvenes de ir a ver el puerto y entablar diálogos con el capitán, imagina nada mas la sorpresa que me llevé al enterarme de que se había logrado terminar un pequeño puerto a las afueras del poblado y ya se hacían pequeños viajes en barcos comerciales a lo largo del rio por todos los asentamientos martillo salvaje de la zona, una infinidad de nuevas posibilidades comerciales y culturales se habrían ante el pueblo elfico. Habían planes para expandir el puerto y mejorar las embarcaciones de modo que pudieran cruzar los ríos y los mares también, pronto se haría el primer viaje mas allá de los mares locales para encausarse hacia las lejanas tierras de Theramore, era el viaje mas largo y complicado con el que se habían permitido soñar mi pueblo desde la tercera guerra, tras varias décadas de trabajo duro, cinco años de construcción del puerto y mucho esfuerzo, al fin parecía ser una posibilidad. El capitán del navío era un hombre amable, con ilusión en la mirada, confiaba en poder realizar el largo viaje y contaba con la experiencia obtenida desde su época de navegante en Quel’Thalas, pese a que ya hacia mucho tiempo de eso, sus recuerdos estaban frescos de una época mejor, su embarcación no era especialmente grande, pero se veía fina, suficientemente resistente para aguantar las corrientes tormentosas del océano, sólo podíamos confiar en que aquel hombre tuviera razón, de ello dependía nuestra supervivencia, puesto que nos habíamos enfilado como voluntarios para formar parte de la tripulación. Nuestra misión en Theramore era la de transportar y custodiar a un diplomático de Quel’danil, que haría el papel de embajador en la ciudad costera del otro continente, su labor entre otras cosas era la de establecer relaciones políticas y posteriormente comerciales con el pueblo de la afamada Jaina Proudmore, un paso enorme en los planes para la constitución de Quel’danil como pueblo independiente y ¿por qué no?, quizás algún día como nación. Mis planes eran algo mas humildes, pero no por ello menos importantes para mi, aparte de acompañar al diplomático, pretendía aprovechar el tiempo en aquel lugar para hacerme de nuevos y extravagantes materiales, recetas y artículos de alquimia para mejorar mis habilidades propias y competir comercialmente con los mejores mercaderes de Stromgarden, también planeaba hacerme de algunos mapas marítimos que sólo los mejores navegantes de Theramore conocían y que podría servir infinitamente a la causa de un comercio marítimo Quel´dorei, también necesitaba planos de barcos construidos en Theramore que pudieran ayudar a los ingenieros de la villa a mejorar sus embarcaciones propias para cruzar los caudales mas peligrosos y transportar mercancías. Día X3 del calendario Invernal. Él día de marchar al otro continente se acerca y sinceramente no puedo contener la emoción, no pasaba desde que era un muchacho con escasos cien inviernos en la vida, en el día aproveché para pertrecharme de lo necesario para el viaje, en la tarde y parte de la noche me dedique a estudiar cuanto pude sobre las leyes implantadas en Quel’danil desde los últimos años. Sobre politica en Quel'danil Inicialmente, tras la tercera guerra el puesto se mantuvo como hasta la fecha, un puesto defensivo militar que aceptaba refugiados quel´dorei de todas partes de Azeroth hasta que fueron demasiados como para mantenerse a flote, entonces se estableció un centro urbano desde donde tratar los problemas resultantes de la creciente comunidad, se establecieron pequeñas viviendas en sus alrededores y puestos de vigilancia perimetral alrededor para cuidar de la población con la dama Jalinde a la cabeza, ahora no sólo dirigía un ejército de forestales sino también tenía que cumplir un puesto de gobernante como buenamente pudo, solventar problemas para los que no estaba acostumbrada, desde la necesidad de incentivar el cultivo de alimentos y ensanchar los lazos comerciales con nuestros aliados de las colinas, los enanos martillo salvaje hasta lidiar con rencillas políticas de refugiados elfos que huían de la cruzada escarlata en el norte o en el sur. Si algo tiene mi gente es que comprende bien que no se trata de lo que una ciudad pueda hacer por ti, sino de lo que cada individuo puede hacer por el beneficio colectivo, las rencillas y opiniones personales carecen de peso comparados a las necesidades de toda la comunidad, trabajando juntos, cada elfo dentro de la villa, sembró, pesco, construyó, forjo los cimientos del futuro, el emplazamiento creció, pasando de ser un caserío hasta convertirse en una villa autosuficiente. Todo cambió de manera un tanto mas radical tras la llegada de los emisarios Sindorei, un nuevo orden se imponía en el norte, uno mas radical, mas corrupto y turbio que el de antes y solicitaban a Jalinde y a su asentamiento de refugiados regresar al supuesto amparo de su gobierno en el norte, esto, mas que llenar de esperanza a las gentes de Quel’Danil, no hizo sino llenarlos de terror sobre las posibles represalias que una negativa pudiera tener, cuando los emisarios marcharon de regreso, la incertidumbre y el temor se extendió entre los corazones de cada elfo, no parecía haber una movida que no terminara en catástrofe y no habría, al menos hasta que un comerciante comunica sobre una información que abre una nueva esperanza para las gentes de la pequeña villa, Dalaran ha enviado emisarios a las capitales humanas y de la antigua alianza para fomentar una convivencia pacífica como antaño y vigilar que el uso de la magia en dichas naciones no fuesen a priori un peligro para la vida misma. Lo demás es poco mas que historia, Quel’danil pide consejo a Dalaran, los emisarios de la ciudad mágica entienden lo peligroso de dejar un poblado tan cerca del territorio imperial en manos de los Sindorei, ahora con magia mas corrupta que antes por lo que deciden intervenir, un enviado de la ciudad estado Dalaran llega a Quel’danil con intención de convertirse en consejero en estos tiempos de incertidumbre. Entonces se decide evolucionar las formas de gobiernos que hasta ahora habían apañado los crecientes problemas de la villa, se instaura el consejo de tres, un representante de cada sector importante de la sociedad en Quel’danil que sería elegido en base a sus méritos previos y sus contribuciones a la sociedad Quel’dorei, por parte de las fuerzas militares y para sorpresa de nadie, Jalinde toma el puesto, ningún habitante de Quel’danil podría jamás poner en tela de juicio la contribución de la general al crecimiento del poblado y la seguridad de su gente, el segundo consejero fue escogido entre los gremios comerciales, uno que velara por los intereses del sector económico del pueblo, el puesto es ocupado de nueva mano por el comerciante Eldorell Suncrow tras completar su proyecto de puerto comercial, por lo que fue denominado por todos como el emprendedor comercial que Quel’danil necesita para llevar el poblado a un destino mas fructífero, finalmente, pero no menos importante, el archimago Zabralkan, un quel’dorei anciano que había vivido en Dalaran desde hacia siglos y que estaba dispuesto a apoyar y aconsejar a sus hermanos menores, este tomaría asiento en el consejo y desde entonces se habría encargado de contribuir a fundamentar una identidad culturar fuerte en los ciudadanos, además de un crecimiento científico y mágico responsable, también contribuye a levantar nuevas defensas en la villa para salvaguardar el poblado en caso de ataques. Aparte del consejo de tres, se encuentra un parlamento ciudadano, en dicha cámara residen varios ciudadanos importantes dentro de la villa que ayudan a compartir ideas, discutir posibles planes a seguir o transmitir al consejo los problemas que la ciudadanía desea hacerles llegar.
  6. Ace Of Spades

    Alasteir Kyvalion

    Nombre: Alasteir Kyvalion Atributos 6 Físico 6 Destreza 9 Inteligencia 6 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 36 Mana 7 Iniciativa 7 Defensa Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 1 Bailar 1 Defensa 1 Nadar Inteligencia 1 Leyes (Reinos Humanos) 1 Leyes (Justicia Thalassiana) 1 Sanación/Hierbas 1 Cirugía/Anatomía 1 Supervivencia 2 Alquimia 2 Abjuración Básica 1 Ilusión Básica 1 Mimetizar Imagen 1 Oscuridad Visual Espíritu 2 Voluntad Percepción 1 Advertir/Notar 1 Buscar 2 Comercio 2 Etiqueta 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones Ilusionismo
  7. Nombre del Personaje Alasteir Kyvalion Raza Alto Elfo Sexo Hombre Edad 234 | Aparenta unos 30 humanos. Altura 1,85 mt Peso 78 kg Lugar de Nacimiento Aldea Corona Del Sol | Quel'Thalas Ocupación Boticario / Alquimista Descripción Física Caucasico, cabello rojo intenso, ojos azules marino, delgado, de contextura mas bien débil, sin cicatrices aparentes ni marcas de trabajo pesado, salvo por una en el pecho de la que no se siente ni orgulloso ni complacido, una que le ha dejado el paso de la plaga por Quel'Thalas y a la que trata de ocultar como si de su horrible pasado se tratara. Descripción Psíquica Es un elfo tremendamente diplomatico y bien portado, audaz en los negocios, habil comerciante y alquimista, sabe manejarse bien en sociedad y tratar sus asuntos con mesura y diligencia, es perfecionista en todo lo que hace y planea cada aspecto de su vida de forma meticulosa. No suele involucrarse sentimentalmente por lo que en su propio pensar, carece de debilidades, pretende entonces, recuperar el poder economico y social que disfrutaba su familia en tiempos ancestrales, ocultar sus propios temores tras una fachada y una posición de poder le resulta mas comodo que sencillamente dejarse llevar. Ficha Rápida No (600 palabras mínimo) Historia El elfo de cabello rojo intenso como la sangre pútrida de un muerto observaba con seriedad los alaridos desdeñosos de aquel anciano humano furibundo, los gritos no eran contra él, lo sabía y pese a ello, no podía evitar sentirse ofendido con cada intensa palabra que salía de su boca, repleta de odio, de sorna contra aquellos que habían provocado su ira y con cada grito, se le ocurría que en algún punto, ese joven humano de aspecto añejo creía ser superior a él y a todos los demás, un recuerdo vino a su cabeza de cuando lo conoció, era joven, aún vital, era un hombre ambicioso si, pero amable, pensaba en sus pequeños hijos, en su humilde negocio de alquimia sin apenas nombre ni forma, ese negocio era su otro bebé en esa época, creaba para ayudar; el elfo vio en el muchacho una oportunidad de una nueva vida, de hacerse de un lugar al que llamar hogar nuevamente; Él hombre envejeció y conforme lo hizo se olvidó de sí mismo y se convirtió en un depredador inmisericorde, su humilde negocio se nutrió con toda su ambición desmedida hasta convertirse en un demonio sin alma propia y conforme el viejo negocio esquinero de alquimia se hacia mas reconocido entre los estoicos habitantes de Stromgarden y el dinero empezó a llenarle los bolsillos su amable personalidad se degeneró mas, se bifurcó en dos, era una persona con sus clientes, otra muy distinta con sus enemigos y enemigos fueron llamados todos aquellos que se ponían en el camino esplendoroso de su crecimiento comercial, un competidor, un acreedor que cobraba algunos intereses por su préstamo, incluso la mujer que escribía para el periódico local y que había cometido el error de plasmar en el papel las deducciones de su criterio personal y que fugazmente había soltado un par de malas reseñas sobre la Dama Roja y sobre los productos químicos populistas y perjudiciales para las buenas virtudes de los seguidores de la luz que allí se vendían. Al principio la humilde Dama Roja vendía pociones curativas de un hermoso color escarlata, de allí sacó su nombre, estas pociones ayudaban a sanar heridas rápidamente, eran casi famosas entre los locales, pero era una receta costosa para la mayoría del vulgo, además vendían también remedios, antídotos, sutiles somníferos para el insomnio, relajantes musculares y todo aquello que pudiera necesitar una persona para gozar de una salud decente, pero no todos los toscos ciudadanos confiaban en las ciencias alquímicas y mucho menos mágicas, además no eran precisamente exequibles en cuanto a precio ni fáciles de hacer, el negocio se mantenía exclusivamente gracias a algunos clientes inusuales, pero muy leales, Joseph era un idealista y en algún aspecto, un buen hombre, hasta que llegó Alasteir, un elfo emprendedor que viajaba desde el norte huyendo de la plaga que había azotado a toda su tierra y había carcomido a la que en otrora tiempo había sido su familia, una buena familia, de renombre entre las grandes casas, se habían convertido en caminantes irracionales en una tierra igual de muerta y los que no, se habían hecho huraños, un poco desquiciados o paranoicos, apegados religiosamente a viejas glorias que no volverían milagrosamente, Alasteir sabía bien que nada era gratis y los milagros eran una ilusión infantil, ni siquiera la vida que daban por sentada era gratis, la suya propia la había robado de las manos de la muerte, había sacrificado a un inocente con boleto de barco a cambio de sólo polvo y sangre, él, el listo, el emprendedor había huido al sur suficientemente lejos de la influencia del azote y de todas las consecuencias que este dejaba tras de si para nunca mirar atrás. Alasteir viajaba con un equipaje liviano, la ropa que llevaba puesta, un par de joyas familiares y un potente cargamento de conocimientos, de magia, de hierbas y de alquimia, mucho mas de lo que Joseph necesitaba para su negocio, el joven alquimista humano le ofreció un lugar y el elfo pelirojo le pago con conocimiento y trabajo duro, era una relación funcional, el elfo conocía nuevos procedimientos, diferentes recetas y todo un abanico de posibilidades, mas baratas, mas fáciles de hacer, mas comerciales; cierto es, un potenciador sexual embotellado puede que no fuera a sanar muchas heridas, pero seguro que si se usaba bien, podría salvar alguna que otra vida de la desgracia y el escrutinio público, es discutible, lo que no lo es ciertamente es la cantidad de dinero que trajo al negocio, Joseph sabía un par de cosas que el elfo desconocía también y juntos crearon productos para todo el público, en algún punto dejo de importar quien o para que usara que cosa, sólo importaba cuanto podía pagar por ello; Sin embargo no todo fue tan simple, conforme pasaban los inviernos, el joven alquimista se añejo y sus cabellos negros se tornaron blancos mientras que en su empleado extranjero apenas si se notaba un ápice cada década, supongo que aquello fue un gatillo para el malestar de Joseph, ver como la despiadada muerte le seguía los pasos comenzaba a tornarlo mas insoportable, pero fueron los negocios lo que lo convirtieron en un asqueroso criminal. En algún punto de su vida, Joseph decidió que lo mas sano para su negocio era recordarle al elfo cada día, que era él quien estaba al mando y que gracias a él no era mas un elfo desahuciado sin algo que comer y era Joseph el rostro visible de la Dama Roja y luego sus hijos, nadie dentro de los muros de la ciudad de Strom confiaría en las pócimas de un elfo, él era el maestro y el señor, era importante dejarlo claro cada vez que se presentara la ocasión, pero sus canas lo engañaban, ni con toda su cabeza ya nevada podría contar apenas un ápice de los años que habían pasado por los ojos de su empleado, su balurdo intento de amedrentar tenían tanto efecto en el elfo como sus propios intentos por vencer la mortalidad, pobre Joseph, era cuestión de tiempo para que la hora le llegara, ya fuera por la enfermedad o porque alguno de sus turbios negocios por mantenerse al margen le explotara en la cara, Alasteir sólo tendría que esperar, tenía la paciencia infinita de su raza y la sagacidad de cazador, el humano pensaba que sus hijos heredarían todo tras su deceso, incluyendo al elfo mágico, su negocio se mantendría a flote tras su partida. Mikah era ya un hombre adulto al igual que su hermana Mia, el primero era caprichoso, mimado, un hombre niño sin idea de la vida con la certeza latente de que su padre le daría de comer toda la vida y pagaría sus cuantiosas deudas, pensar en que algún día acabaría lo aterraba y por eso evitaba pensarlo siempre que podía, el problema era Mia, una mujer fuerte, de carácter severo y diligente, tener que cargar con el peso de una madre muerta y de su estúpido hermano menor la habían forjado con acero Stromgardeano puro, para fortuna del elfo había preferido marcharse lejos para no tener que ver el rostro mórbido de su padre cada vez mas decadente y con su partida se había llevado el veneno con ella, era una víbora, pero también un lobo, ahora que ya no estaba, era hora de que el elfo hiciera su movida.
  8. Nombre del Personaje Vincent Alexei Van Dunkelheilt Raza Huargen Sexo Hombre Edad 29 Altura 1,80 mts / 1,95 mts Peso 83 kg / 95 kg Lugar de Nacimiento Cubil del Cuervo / Lago de plata / Gilneas Ocupación Soldado Huargen de Gilneas Descripción Física Humano: Piel blanca, cabello rubio, pero oscuro como el ámbar, antes del gueto solía llevarlo en una coleta bien cuidada pero tras los sucesos de la plaga huargen se lo ha dejado crecer mas de la cuenta y sin mucho cuidado dándole un aspecto de vagabundo, al igual su barba también solía llevarla recortada pero durante su estadía en el gueto la ha dejado crecer irremediablemente. Sus ojos son de un color verde muy claro llegando a rozar las tonalidades del gris; su rostro suele ser fino, de facción estoica con mandíbula firme y cráneo simétrico ovalado de mentón pronunciado. Su cuerpo suele ser delgado y atlético, sin destacar demasiado por el grosor de sus brazos y piernas o magnitud de sus pectorales. Cuatro años de guerra han dejado multiples cicatrices en su cuerpo, algunas de ellas mas visibles, como la perdida de un ojo y media oreja por una explosión quimica provocada por un artefacto renegado. Huargen: Su pelaje es de un gris Oscuro como el hierro además de abundante formando una melena puntiaguda por la crin de su cabeza hasta su espalda baja, sus ojos son rojos de un color intenso brillante por la maldición que lo carcome, su rostro suele ser afilado como una daga con una expresión facial que denota una ira intensa. Descripción Psíquica Vincent sufre de un trastorno generalizado de desarrollo no especificado, es decir una especie de autismo, si bien no es algo que le impida vivir su vida naturalmente, le cuesta un poco relacionarse afectuosamente con sus prójimos, además de esto sufre ataques de tensión que lo hacen bastante vulnerable a caer presa de la ira o de la agresión, gracias a su educación junto a un magi veterano de Dalaran, ha aprendido a meditar para evitar aquellos episodios de arrebato, no obstante su trastorno no acaba allí, también le dificulta desarrollar varias actividades a la vez, como prestar atención a una canción mientras hace algún ejercicio, o algo tan simple como leer un libro mientras sostiene una conversación, o peor aún rastrear, que es la suma de un montón de habilidades y que para él es verdaderamente difícil. Pero a su vez suele ser bastante bueno en cuanto se concentra en una tarea específica llegando a ser perfeccionista o a hacerlo de una mejor calidad que el promedio gracias precisamente a que enfoca todos sus sentidos y concentración en llevar a cabo esa única habilidad. Sin embargo, su problema no marca toda su vida ni su personalidad, detrás de todo aquello, hay una persona con ardiente deseo de justicia, dispuesto a dejarse la sangre y el pellejo por su gente, su familia y su hogar. Colmado de gran orgullo, una ambición desmedida y una voluntad de hierro, buscará sobrevivir al pozo profundo en el que han caído él y su familia tras perder cualquier vestigio de nobleza y ser su nombre llevado a lo mas bajo. En sus manos y las de sus hermanos reside la tarea de recuperar el buen nombre que alguna vez pudieron tener, hacer de su familia grande otra vez y a su vez intentar ayudar a su patria en un tiempo tan aciago, pues donde la mayoría se rendiría, Vincent sabe que él no puede permitírselo, pues no le queda otra opción que seguirlo intentando hasta alcanzar el triunfo o morir en el intento. Su sentido del humor suele ser bastante limitado y peculiar, tampoco es dado a ser una fuente de carisma inagotable capaz de convertirse en el alma de la fiesta o la persona a la que acudirías para contarle tus problemas esperando escuchar un consejo a cambio, su empatía y forma de expresar sus sentimientos se limita a los hechos, no a las palabras bonitas bien adornadas, si bien puede tener sus momentos de inspiración, no es usual verlo desinhibido mostrando sus sentimientos ante la gente lo que lo vuelve un poco enigmático y difícil de comprender, para algunos es un desafío que implica ir más profundo a desentrañar sus pensamientos, otros podrían verlo como una persona básica con ambiciones trasparentes. La guerra ha hecho mella en su psique, se ha vuelto mucho mas violento, desalmado y radical con todos aquellos que considera enemigos de su pueblo, pero también se ha hecho mas disciplinado en su labor bélica, aspirando cada vez a escalafones mas altos del ejercito donde pretende conseguir mas poder politico para realizar cambios reales. Historia Los ungidos por la noche No temen a la oscuridad Epílogo El monstruo de la celda X Últimamente los días y las noches se parecían entre si, o un día de otro parecían exactamente los mismos, pero no lo eran, todo revoloteaba y cambiaba a su alrededor incluso aunque él no lo notara, sombras retorcidas que se batían de un lado a otro en la penumbra, voces lejanas y pasos metódicos, algo circunspectos, puede que quizás temerosos pero definitivamente tensos, eran los pasos de los carceleros, pequeños hombrecillos nerviosos que daban una ronda de un lado a otro por las distintas celdas en aquel silencio sepulcral que se había hecho tan rutinario poniendo en sus rostros el semblante mas digno del que fueran capaces, pero resultaba una charada desalentadora, sus movimientos prevenidos delataban el incontenible miedo de sus corazones, era comprensible, pues no vigilaban bandidos o asesinos comunes, no, su labor era la de vigilar a las bestias, a los demonios de la noche, despiadados y letales huargen. Un haz de luz se extendía por los angostos pasillos, alejando poco a poco las densas sombras que se habían apropiado del recinto carcelario, los ojos del lupino se perturbaron unos segundos por la fulminante luz que se colaba entre las gruesas barras de hierro que adornaban un diminuto cuadro en el centro de una enorme y maciza puerta de madera con bordes de mas de aquel molesto hierro ya ennegrecidos por la mugre del tiempo, los ojos del carcelario ya estaban entrenados para desviarse apenas lo necesario, comprobar el interior de cada celda y luego seguir su camino lo mas rápido posible como si con aquel vano intento pudiera ahuyentar el miedo de su cuerpo, pero por alguna razón siempre se paraba frente la puerta de la “X”, daba un pequeño vistazo que se postergaba mas de lo necesario hasta que sus ojos se encontraban de súbito con aquellas esferas rojizas lupinas afiladas como vidrio roto que brillaban asechándolo en la oscuridad de la celda número diez, sostenía su mirada algunos segundos y luego profería algún insulto, se había hecho rutina para el carcelero Thobias y para su cautivo aquel intercambio de miradas, aunque no lo fuese a confesar nunca, el buen Thobias había despertado jadeando entre espasmos y cubierto de sudor, tras tener una pesadilla con aquellos ojos escarlatas en mas de una ocasión, tuvo la inoportuna desgracia de ver a uno de esos Huargen destrozar a su hijo pequeño como si fuese un diminuto muñeco de trapo atrapado en las fauces de un perro de caza, ahora solo había una cosa que odiaba mas que a los huargen y era el temor que estos le suscitaban. - Maldita bestia – Gruñó el carcelero al tiempo que daba honda patada en la puerta de madera; casi como acto reflejo se escucharon las pesadas cadenas de hierro arrastrándose por el suelo con velocidad vertiginosa y luego un golpe seco sobre la puerta de al lado haciendo que el regordete Thobie diera un respingo que le helaría hasta los huesos, pegando su espalda a la pared contraria a las puertas mientras su rostro se desencajaba acojonado al tiempo que su antorcha caía contra los adoquines de roca macula. - ¿Qué pasa querido Thobie, a donde ha ido todo ese valor del que tanto alarde hacías? – La voz era cruenta, áspera y gutural, medio animal, medio hombre, el gordinflón recoge rápidamente su antorcha y levanta la luz de esta hacia la puerta “IX” desde donde lo observaban dos brillos ámbar divertidos. - Ambos… no, todos vosotros animales deberíais ser puestos en la hoguera como la plaga que sois – El huargen de la IX suelta una risotada gutural y se regresa al rincón oscuro mientras se baten sus cadenas, el carcelero por su parte decide seguir con su camino antes de que algo pueda salirle mal, me refiero a realmente mal, Thobias sabía bien que las bestias estaban encadenadas por un brazo y un tobillo pero no era idiota, sabía lo que ocurría cuando alguno de estos te mordía, fiebre, después dolor, al cabo de unos días solo sentías ira, una ira indómita, mas enceguecida de la que pudiera alguno imaginarse y finalmente te tornabas diferente, te convertías en otra bestia mas e ibas por allí buscando algo que poder destrozar con tus nuevas fauces lupinas, músculos aerodinámicos y garras largas como cuchillas. Después solo habían dos formas de parar el frenesí asesino, la muerte siempre era una posibilidad, unos cuantos disparos, un filo bien encajado quizás, el otro método aunque parecía menos ortodoxo, era en realidad un poco mas extenuante para las buenas gentes de gilneas, encierro supervisado por otros pobre gilneano igual a él y una cura milagrosa que les regresaba momentáneamente el raciocinio como el alma al cuerpo pero que a priori perdía su efecto. Antes de quedarse solos en aquellas celdas, habían varios huargens en las celdas contiguas, pero tras estudiar los efectos de la cura en ellos por un par de dias se los llevaban a algun lugar, no estaban seguros si se trataba de un lugar mejor o si se los llevasen para ejecutarlos, lo que si era seguro es que fuese lo que fuese, estaban convencidos que sería sin duda algo mejor que permanecer allí encerrados contestando preguntas y siendo sujetos de estudio, a ojos de los alquimistas eran pequeños héroes olvidados, para los ojos del resto de gilneas eran animales que debían ser sacrificados, de cualquier forma , si no comprendían el brebaje en su totalidad y los efectos que tenían sobre los infectados para la plaga huargen, pronto habrían mas lupinos que humanos y finalmente se perdería el legado de Gilneas. Por desgracia para IX y para X, parecían tener algo especifico que aun les interesaba investigar a los alqumistas. En cuanto el buen Thobias su hubo ido se escucharon murmullos en la oscuridad, como risas, pero rotas, desgarradas por la maldición. - Si sigues asustando al buen Thobie, te agarrará mas manía Ix – Se escuchó con eco aletargado desde la celda X, desde que muriese el último de sus compañeros de bloque, solo quedaban ellos dos para hacerse compañía y aguantar hasta la cura que les suministraban cada tanto, era tristemente lo único que les evitaba caer en la locura del encierro o de la ira. - ¿Qué mas da?, ya nos tenía manía desde antes, a ti más que a nadie, ¿no te habrás engullido a su mujer o algo? – el enorme Ix omite un gruñido ensordecido intentando contener la risa, luego se recuesta contra el árido rincón de su celda para mirar la Luna desde el diminuto agujero que se colaba por la parte superior de su celda. - No podría recordarlo, difícilmente puedo recordar mi propia vida, ya sabes, antes de que todo esto pasara, antes de la guerra, antes de… - Los ojos de Equis se ciernen con angustia y sus labios lupinos forman una fina línea de amargura, apenas distorsionada por los enormes colmillos de su dentadura. - Entonces debes contarme tú historia Equis, antes de que termines por olvidarla, me lo debes colega, yo te he contado la mía – Equis permaneció en silencio por un momento, sopesando las palabras de su compañero, en otra vida probablemente se habría negado de tajo a compartir su vida con un hombre que consideraba tan común, pero ya no era él mismo, no era un ciudadano, ni un humano tan si quiera, ahora era ceniza olvidada ardiendo en diminutas ascuas, ¿de que servía una historia si de todas formas iba a perderse cuando muriera?, hasta ese momento no había pensado en la muerte como algo tan cercano, siempre se creyó superior a la misma, forjador de su propio destino pero hacía mucho había perdido esa chispa de suficiencia, en esa celda, era otro mas a merced de la inclemente muerte. Desde su nacimiento tuvo ciertos privilegios, su padre era un Hidalgo que poseía un pequeño territorio que trascendía varias épocas de Gilneas y formaba parte de aquella tradición militar disciplinada casi cansina de sus antepasados, su familia había sufrido varios altercados durante los años pero aun sostenía una posición privilegiada entre los pueblos fronterizos del norte donde una parte de la tierra pertenecían a su padre, sobre todo en el pueblo de Lago de Plata donde residía la colina costera donde se erigía la gran casona del Hidalgo también llamada entre los pueblerinos como Cubil de Cuervos por su aspecto siniestro, casi siempre oscuro entre nubes ennegrecidas como carbón y espesos sendero de pinos que servían como hogar para una gran cantidad de estos oscuros e inteligentes animales alados a los que la familia había aprendido a amaestrar con los años. Fue el segundo de tres hijos, desde pequeño sus habilidades y una prominente sagacidad habían resultado ser un buen designio para su futuro, su actitud orgullosa y carácter fuerte también suscitaban en el señor de la casa gran satisfacción quien veía con buen grado las capacidades bélicas y administrativas de sus hijos, pero su carácter fue difiriendo mucho del de su disciplinado hermano mayor, de lo notablemente sano, ataques de violencia e ira sin control ni motivo aparente, ansias de superioridad y una impaciencia súbita crecían en el menor como el fuego de una hoguera empeñado en consumirlo por dentro, convirtiendo al niño en un verdadero verdugo para sus semejantes y en un evidente peligro futuro al menos que se encontrase una forma de apaciguar los ímpetus del más joven. Incapaz de apaciguar el fuego de su hijo por la fuerza que parecían conseguir el resultado contrario, el Hidalgo decide hacer caso de su dulce esposa y buscar otras alternativas en Dalaran, la mayoría de magos se negaron a recibir a un niño con tal muestra de incontrolable ímpetu como estudiante pues la magia era en si misma un arte que enseñaba de paciencia y autocontrol que el niño difícilmente pudiera dominar, pero un viejo mago discrepaba de sus compañeros sosteniendo que precisamente era la labor de los hechiceros la de apaciguar las mentes mas jóvenes, guiarlas por un camino de sabiduría y control, además veía en el niño potencial pero sobre todo una oportunidad para demostrarse así mismo que cualquier mente puede ser moldeada a favor de una sociedad. Así pues, el viejo mago decide viajar al cubil de cuervos para presentarse a la tarea que el duque gilneano le había solicitado. Varios años pasaron, una tercera hija nació en el cubil de cuervos, el hermano mayor se uniría desde muy temprana edad a la mesnada profesional de su majestad Crin Gris llenando de orgullo a su belicoso padre y el menor demostraba una mejora evidente en su actitud altanera, parecía mucho mas paciente, capaz de apaciguar su mente hiperactiva y enfocarla finalmente en una tarea a la vez, si bien le faltaba mucho para adoptar una conciencia eficaz como todos sus semejantes si era capaz de enfocarse en dicha tarea y hacerla mejor de lo que la mayoría podría hacerla, el padre no estaba del todo satisfecho con los progresos del varón más joven pero el viejo mago objetaba que la mente de su hijo funcionaba de forma distinta, no necesariamente mal, sino especial, si bien no podría ejecutar varias tareas a la vez como acostumbraban los hijos del cubil, cazadores y artilleros desde sus herencias mas antigua, si que podría centrarse en una tarea a la vez con una exactitud tal que sus resultados en dicha tarea serían bastante superiores a los de cualquier otro niño de su edad e incluso aprender a hacer cosas que otros tomarían años en aprender, una ventaja entre una serie de desventajas. Luego, convencido de que su hijo menor no podría tomar la misma senda que su primogénito o que cualquiera de sus antepasados y familiares, consciente además de que este debería trazar su propio camino de insospechado destino, accede a las incesantes peticiones del viejo mago permitiéndole regresar a Dalaran junto con su hijo como aprendiz para instruirlo esta vez en la magia, no solo en las distintas asignaturas académicas como había hecho hasta ahora. Algunos años mas pasaron, Gilneas cerró sus puertas al mundo y su familia tuvo que abandonar sus tierras recibiendo así un golpe fulminante, el señor del cubil de cuervos tendría que dejar atrás las tierras ancestrales de su familia y con ello la mayor parte de su influencia, pese a ello, construyo una casona en Hammerfall, un poblado noreste dentro de los muros de Gilneas y continuó siendo tan leal a CrinGris como se puede ser. Aquello había sido el principio del fin para su familia, el levantamiento en armas de los rebeldes habían desatado una serie de revueltas en casi todas las ciudades del reino, el primogénito de la familia continuaba su lucha leal a Cringris formando parte de su mesnada y pese a estar ahora mas cerca de su familia difícilmente podía reunirse con ellos por culpa de la guerra, el segundo, ahora aprendiz hechicero de lo arcano escuchó con angustia las noticias que llegaban a Dalaran sobre su pueblo y decide que es momento de regresar a casa. La tensión fue en aumento, los rebeldes consideraban a la familia una traidora de las causas del norte puesto que el hijo mayor formaba parte del ejercito de Cringris y los demás se negaban a formar parte del conflicto y brindar su apoyo a Crowley, algunos lealistas por su parte creían que la familia del cubil de cuervos era una bomba de tiempo que podrían convertirse en enemigos de Gilneas y su rey en cualquier momento, pero la familia se mantenía al margen tanto como fuera posible sin negar su apoyo a Cringris pero sin desmeritar las motivaciones de los rebeldes, pero su continuo rechazo a tomar un bando los convierte en objetivo de las terribles maquinaciones de terceros. Mientras el ex Hidalgo del cubil de cuervos y su hijo mas joven viajaban a la ciudad capital para reunirse con el hermano mayor, la madre e hija que se quedan en el poblado Hammerfall son víctimas del mas terrible ataque en el que son golpeadas de forma brutal por lo que parecían ser bandidos de los arrabales insatisfechos con la guerra en busca de dinero fácil, en el ataque muere la madre y la mas joven de la familia es dejada por muerta y luego rescatada por una familia de campesinos que la ponen a salvo. Al enterarse del suceso, los tres hombres deciden dividir esfuerzos por sus diferencias, el mayor de los hermanos decide iniciar una investigación oficial como lo exigía su código moral y usar su puesto como soldado de la corona para buscar a los perpetuadores de la agresión entre sus conexiones de la ciudad y los poblados aledaños, mientras que el padre y su hijo menor regresan al poblado Hammerfall para buscar la venganza por sus propios medios acusando al hijo mayor de negligencia para proteger a su familia. Una carrera a contrarreloj comienza entonces, el primogénito intenta capturar y poner bajo custodia de la corona a los agresores antes de que su familia de con ellos, a sabiendas de que estos les darían caza y muerte como animales saltándose la ley establecida del feudo y luego tendrían que enfrentar consecuencias por su venganza desmedida, al tiempo su padre y él mismo estaban seguros que de no encontrar a los asesinos y darles justicia con sus propias manos, los asaltantes de su madre y hermana no recibirían el justo castigo que exigía la transgresión. Durante su investigación, el primogénito descubre que no se trataba de un mero asalto o intento de robo, la agresión parecía ser parte de un plan mas elaborado de una tercera persona, pero antes de que pudiera indagar al respecto e ir al origen, su hermano y padre dejan un sendero de cuerpos mutilados a las afueras de Hammerfall, el tiempo se le había acabado y también las opciones, tal como lo pensaba, los supuestos bandidos habían sido reconocidos por las cortes de la ciudad capital como soldados de Godfrey brutalmente asesinados por los rebeldes. Uno de los jueces de la ciudad se reúne con el hermano mayor y le explica que ahora acusaban directamente a su familia como rebeldes, asesinos y traidores a la corona de Cringris al menos que se entregaran y rindieran indagatoria, convencido de que quizás pudiera evitar la ejecución de su padre y hermano, el mayor decide buscarlos para convencerlos de entregarse y explicar lo sucedido, estos deciden dar la cara con orgullo a la alta corte, aun sabiendo que todo aquello era una charada para persuadirlos de entregarse. Durante el juicio, la corte de la corona despoja al viejo Hidalgo de cualquier valor nobiliario del que pudiera ostentar en el pasado en nombre del propio Rey de Gilneas, le acusa de traidor y se les condena a ambos, el padre debía ser encerrado junto al resto de rebeldes capturados tras la batalla en ciudad capital mientras que el hijo sería condenado a pena capital delante del mismo pueblo de Hammerfall por el asesinato sanguinario de miembros del ejército lealista para dar ejemplo, indignado, sintiéndose engañado y un tanto estúpido al comprender la trampa que se tejía desde el asesinato de su madre, el hermano mayor decide marchar hacia Hammerfall para liberar a su hermano el día antes de la ejecución. Pero aquel día el destino tenía previsto otra de sus jugarretas, las bestias lupinas se habían esparcido desde el norte como una plaga, sin sospecharlo, los fieros huargen fueron destruyendo y aniquilando varios asentamientos pequeños en el norte casi de forma sistemática y ahora los ferales eran tantos que planeaban atacar el poblado mas cercano a la manada, Hammerfall. El hermano mayor logra liberar a su hermano aprovechando el caos que los propios huargen causan en el poblado, pero mientras buscaban a la hermana mas joven se ven acorralados por las salvajes bestias y deciden huir. Y huyeron hasta que ya no hubo mas escapatoria, fue entonces cuando Vincent, el mas joven, en un arrebato de valentía trata de cubrir a su hermano de las bestias dándoles tiempo para escapar y después los recuerdos se ponen difusos, apenas retazos de ira y de dolor, de odio y amargura, de gritos y llamas elevándose. Entonces Vincent dejó de ser él y se convirtió en Equis, el recluso de la celda diez. Hacía mucho que no pensaba en su pasado, ni en su comprensiva madre, ni en sus hermanos, había vuelto a ser ese niño iracundo, salvaje y sumido en caos, despojado de toda clase de serenidad, incapaz de acallar las voces molestas en su cabeza que no lo dejaban concentrarse cuando era un niño incluso después de que una suerte de cura aboliera momentáneamente la ira feral de la bestia. Entonces hubo comprendido la verdad, su verdad, aquella bestia encerrada seguía siendo él, siempre fue una bestia, ahora lucía como una, aun si la magia no acudía, aun si aquel deseo de muerte ardía con mas ira en su alma de lo que nunca había quemado en el pasado, él seguía siendo él y nada de lo que sucediera cambiaría eso, decidido y aceptado de que ese podría ser su última oportunidad para contar su historia, levanta la mirada fulminante de sus ojos escarlatas decidido a responder a IX, lo mas cercano a un amigo que habría tenido nunca. - Jodete – Luego cerró sus ojos y meditó, como aquel viejo y entrañable mago, su maestro le había enseñado, tratando de acallar la ira suya y aquella ira de la bestia, no porque quisiera deshacerse de ella, quizás llegaría un momento en el que la necesitara, pero no en ese, en este momento la ira era innecesaria. Una semana después llevan a IX a las perreras tras comprobar que su incapacidad de volver a su forma humana no era un mal presagio, sino que sencillamente algunos huargen tardaban más que otros por su testarudez, pero conservan a X un tiempo mas para comprobar si aún puede controlar la magia en su estado como huargen antes de dejarlo en las perreras. Cuatro años de guerra. El guetto, la guerra, la maldición, todo se agolpaba caoticamente en el destino de los gilneanos licantropos, poco a poco estaban encontrando un lugar al cual pertenecer si, pero el costo había sido exagerado para lagunos, la mayoría de muertos los ponián ellos en el frente para que los que conservaban su fragil humanidad pudieran seguir durmiendo en camas limpias, habían aceptado el intercambio, no de buen gusto claro, pero ¿qué opción les quedaba?. Tras varios años de lucha constante, de vislumbrar la muerte un día si y al otro también habían logrado recuperar su estatus como ciudadanos y el camino había sido largo y tortuoso como la guerra misma, ahora sólo tenían que demostrar que hacerlos parte del ejercito había sido la decisión correcta, Vinvent lo entendía perfectamente, un error y los fragiles logros conseguidos por la sangre de su raza serían olvidados. Por su parte había sacrificado amigos, familia, incluso su propio ojo y oreja izquierda a la causa, sólo debía seguir insistiendo, hacerse valioso e indispensable para gilneas para poder servir a los suyos, ahora sus objetivos estaban claros, alcanzar la cima del ejercito y al mismo tiempo evitar que el tiempo de su nación se agotara.
  9. Nombre: Vincent Alexei Van Dunkelheilt Atributos 6 Físico 9 Destreza 7 Inteligencia 6 Espíritu 5 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 28 Mana 7 Iniciativa 7 Ataque a Distancia (Pistola de Chispa) 11 Ataque CC Sutil (Pelea(Equilibrado)) 11 Defensa Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 2 Pelea(Equilibrado) 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 1 Sigilo Inteligencia 1 Artillería () 2 Abjuración básica 1 Conjuración Básica 2 Invocar Elemental Menor Espíritu 2 Voluntad Percepción 2 Pistola de Chispa 2 Advertir/Notar 2 Reflejos Escuelas/Especializaciones Conjuración Ficha: Invocacion Menor Atributos 5 Físico 4 Destreza 2 Inteligencia 2 Espíritu 4 Percepción Valores de combate 20 Puntos de vida 5 Iniciativa 6 Defensa 7 Ataque CC Habilidades Físico 2 Ataque CC Destreza 2 Defensa Inteligencia Espíritu Percepción 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Rastrear 1 Reflejos
  10. Un saludo para todos, desde ya hace un rato ando leyendo varias guías, historia y demás detalles y aunque cuesta digerir tanta información de golpe, creo que básicamente tengo una noción de lo que quiero jugar, sin embargo, hay ciertas dudas que me nacen y que me gustaría aclarar antes de construir una historia con la que me sienta a gusto y que pido por favor a quien sepa me las responda. 1. Antes se ha dicho que a diferencia del lore oficial, las razas longevas alcanzan su mayoría de edad varias décadas por encima de los humanos para darle una distinción de la humana, pero tras esto me nació la duda, Qué pasa con los embarazos?, también se alargan tantísimo tiempo dependiendo de la raza? es que no me veo un embarazo de 4 o 5 años; pobre mujer/hembra. 2. Me pareció leer hace nada que algunas organizaciones no permiten la entrada por mera historia y si entendí bien, los caballeros de sangre son una de las tantas, la duda en si es, si no es posible ingresar a la organización como iniciado por historia, de que forma debería enfocar a mi personaje para formar parte de dicha organización en un futuro de preferencia cercano? 3. Durante la ascensión de la orden de caballeros, estos tomaban la energía directamente de Mu'ru quien les susurraba en sus adentros cuasi desquiciando a algunos de los caballeros, por ello, solo los iniciados que se convirtieran en adeptos eran embestidos con los dones del Naaru, pero tras la restauración de la fuente del sol este ritual de alguna forma se ve interrumpido, ahora como son obsequiados los dones de la luz a los nuevos reclutas?, además, es necesario para estos ser del grado adepto para ser instruidos en la luz o pueden ir instruyéndose en esta desde incluso antes de entrar a la orden?. 4. Cuál es la situación actual de Quel'thalas con relación a diversos enfoques. - Los desdichados aún rondan por las ruinas en busca de víctimas y dominan algunas edificaciones importantes del reino como fondeadero Vela del sol?. - Los trols amaní ya han sido arrasados por la iniciativa de los sindorei en alianza con algunos de los quel'dorei? (puesto que Alleria aún no hace acto de presencia). - Parte de lo anterior, que relación llevan los Sindorei y los Quel’Dorei actualmente, enemistad total, intentos de reunificación?, indiferencia?. - La cicatriz muerta y una gran parte de las tierras fantasma aún es invadida por los no muertos del azote?, el traidor Dratyr aún sigue con vida y continua ejerciendo dominio sobre Deatholme? - Los elfos de la noche que fueron enviados a Quel'Thalas para espiar y tratar de recuperar las tierras apestadas están allí? o han cambiado sus funciones y razón de ser dentro del lore de los errantes?. - Qué tipo de relación tienen los sindorei con respecto a los renegados y a otras razas de la horda, forman parte activa de la misma como en el lore oficial o se mantienen al margen como lo hicieron años atrás en la alianza de Lordaeron? Y bueno creo que con esta información bien podría tejerme una historia que llene todas mis expectativas, aparte de eso darme luz verde para narrar algunas aventuras pues ya tengo muchísimas ideas para sesiones de rol, salvo que la mayoría de problemas de la zona hayan sido ya resueltos a grandes rasgos, en ese caso preferible y buscar otra raza creo yo. De antemano gracias.
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