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TitoBryan

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  1. Con el anterior fracaso en la academía Arcanillen, el oficial al mando de la avanzadilla más cercana no miró con buenos ojos a los subordinados. El mago que se hacia llamar Aldari fue enviado a la capital, renegandole de asuntos militares hasta nuevo aviso. Noahdiel por otro lado, cargó con el desprecio de sus compatriotas durante los próximos dias. En cuanto el sacerdote lamió sus heridas, fue asignado como soporte a un par de elfos que se habian ofrecido voluntarios para terminar lo que él no pudo. Un veterano de la guerra, peon de nadie y una iniciada de la Orden de Caballeros de Sangre. El grupo estaba sano y sus capacidades combinadas prometían buenos resultados. Sin embargo, el desdichado que habitaba en la academia sabía ahora de su presencia. ¿Qué futuro iba a deparar a los tres elfos? // Hab. general. Hab. de jugadores. Consecuencias
  2. La Academia Arcanillen no era de las más reconocidas en el Bosque de Canción Eterna precisamente. Eregida en las cercanías del lago que separa la capital de las Tierras Fantasmales, su ubicación no era más que una excusa para estudiar las corrientes arcanas que plagaban las tierras vecinas y lugar de culto para todos los viajeros Sin'Dorei, en busca de la dominación de tales magias. Y no era de extrañar, Arcanillen contaba con una extensa y abrumadora biblioteca, por la cual se hacía conocer. Recopilatorio de antiguos tomos y escritos olvidados, muchos aprendices habian encontrado el principio de su carrera hacia la maestria en algún recondito lugar de la academia. Pero la guerra era cruel y despiadada. Nadie tuvo en cuenta todo lo que estaban dejando atras al buscar refugio en la capital. Y cayeron en la cuenta de que quizás, dicho lugar no habia sido el más acertado para una academia. Con el paso de los años, poco a poco las amplias aulas y bibliotecas quedaron abandonadas a su suerte. Sin un regente que la mantuviese, la academia sucumbió al desgaste del tiempo, perdiendo la mayoría de su posible potencial. No fue hasta hace poco, un profesor muy cercano a la Magistrix había decidido que al Nuevo Regimen no le vendría mal un repaso de los antiguos conocimientos. Por ello, llamó a voluntarios para ir al sitio abandonado y recoger todo el conocimiento que fuese posible. Sin embargo, fue demasiado tarde cuando se dieron cuenta que aquel lugar abandonado, no lo estaba tanto. El desdichado que ahí hábitaba había resultado superar el conocimiento arcano del par de elfos. Y entonces cayeron en la cuenta que subestimarlo no habia sido una de las mejores ideas. // Habs. general Habs de jugadores. Consecuencias
  3. Nombre del Personaje "IX" El Noveno experimento fallido. Raza Huargen Sexo Hombre Edad 36 Altura 1'85 (humano) 2 metros (Huargen) Peso 87 (Humano) 127 (Huargen) Lugar de Nacimiento Gilneas, pueblo cercano a La Locura de Cringris. Ocupación Cazador, Carpintero Descripción Física En su forma humana, Nueve es unas pulgadas más alto que el promedio humano. Aun siendo norteño de pura cepa, posee tonos acarmelados en su tez, delatando su posición social. Destaca su físico volumtuoso y corpulento, acostumbrado a la vida fuera de los núcleos urbanos, los bosques. Pelo corto, con el estrictamente modelo impuesto militar. Ojos esmeralda y de mirada seria y apenas inmóvil, fría y marcada por la veteranía. Sus rasgos faciales son rectos y tallados, masculinos, aunque escaso en expresiones. Por otro lado, la anatomía de Nueve se multiplica violentamente en su transición a su estado feral. Mucho más grande que en su forma humana. La musculatura aunque grande que quedaba algo disimulada por la grasa pasa a fibrarse de manera brutal. La grasa se reemplaza rapidamente por puro músculo tallado en una demostración de poderió físico al estilo más primitivo. Un vello negruzco y duro emerge de entre la cascara de piel, brillante ante la luz de la luna. Descripción Psíquica Nueve se caracteriza por ser una persona fria y directa. No indaga mucho en excusas o explicaciones y tiende a decir la verdad, aunque la desconfianza nata de los Gilneanos apunte a lo contrario. De pocas palabras, aunque no por ello menos social. Pues en tiempos adversos como los que lo asolan, sabe que la amistad es crucial para su estado mental. No es especialmente tolerante, ni paciente. Aunque tampoco le da importancia al resto. Pese a un velo de narcicismo, Nueve es y será el que más se preocupe por sus cercanos. Y no dudará en arriesgarse por ellos. Y aunque diga mucho de él, valentía tampoco es una virtud que lo defina. Más bien es casi siempre cobarde y solo algunas veces valiente. Aunque sus motivaciones hayan variado a lo largo de los años, ahora lo único que lo empuja en su dia a dia es su propia supervivencia y la de su patria. Sobrevivir a lo que tiene por temor al fin de su gente. Es un partidario del grupo Rebelde Gilneano, sin saber del todo por que. Aunque debido a los actos cometidos en el pasado y sus amistades Realistas en el guetto, no les guarda rencor ni odio. Simplemente los califica como ideales politicos, algo que la mayoría normalmente no entienden. Porqué por mucha politica que trate de separarlos, son hijos e hijas de Gilneas después de todo. Ficha Rápida No (600 palabras mínimo) Historia Los dedos, temblorosos, acortaron la distancia entre el aire y el cuerpo de su amigo. Firmes, se enrollaron entre el grueso y duro pelaje del animal, rascando la piel y tiñiendo las yemas de sus dedos con la sangre entremezclada con el barro. La mano esqueletica lucía signos de desnutrición severa, con la piel fina habiendo perdido todo el color y transparentando el montón de carne y venas resguardadas debajo. Los truenos de los cañones sonaban en la lejanía, y el hedor a mierda humana, podrehumbre y barro mojado empezaba a saturar las fosas del hombre. Sobre sus cabezas las nubes grisacéas de la peninsula amenazaban con un dia más de lluvia y a sus espaldas su nombre era llamado por sus compatriotas en retirada. Al otro lado, los estandartes se alzaban hasta lo que su vista borrosa le permitía ver, implacables en su avance. A sabiendas de lo inutil de su gesto, depositó la carta que le habia escrito dentro del jubón agujereado de su compañero lupino y se dio la vuelta. Sin mirar atras. Querido Nueve, La escritura nunca ha sido tu punto fuerte, tu sabes bien que es así. No por nada malgasté tanto tiempo en enseñarte las bases de la cartografia. En vano, al parecer. La vida no nos ha tratado bien, eh. Bueno, a quien quiero engañar. A nadie que conozcamos lo ha hecho. Aún no tenías pelos en las pelotas cuando Cringris tuvo la maravillosa idea de separarnos de nuestras familias al norte con su puto muro. Nunca nos hablaste de tu infancia, quiero entender por que. No hubo de ser fácil de procesar lo que te hicieron. Lo que nos hicieron. Pero jamás te rendiste, siempre fuiste un superviviente nato. Eras el cabron que te espabilaba con una buena colleja al mínimo titubeo. Siempre con el pecho inflado y esa mueca de arrancarles la cabeza si te llevaban la contraria. Aún recuerdo cuando eramos apenas unos crios de pueblo cuando el caldo que se cocía empezó a hervir. ¿Ya habias metido el churro para ese entonces? No lo recuerdo. No eras de los que alardeaban por cualquier tonteria. Siempre callado. Tampoco hacía falta que hablases, tu cara de mierda lo decía todo, je. Pero siempre te colorabas con esa chavalina del huerto... ¿Alexandra se decía? Quien iba a decirlo. Un cabron como tu derrotado por una sonrisa inocente. Que huevos. No teníamos ni 20 años cuando ocurrió. Hacia solamente unos meses que me habías encontrado con la pierna destrozada por una de las trampas de tu padre. Aún siendo un estorbo andante, nos mandaron a formar en aquella plaza. Por la luz, eramos unos niños. No sabíamos en lo que nos estabamos metiendo. Tan ingenuos. Tenías razón, Nueve. La guerra saca lo peor de la gente. Al principio peleabas por la patria, o así lo creíste. Incluso llegaste a convencerme. Cada acto que cometímos parecía estar justificado. El mal menor por un bien mayor. Luego vino la realización. Eramos solamente números en una lucha de poderes. ¿Por qué luchaste en ese entonces? ¿Diversión? Ni un necio se atrevería a decir eso. La luz sabe que no. Nadie de nuestro grupo disfrutó ni un solo momento. Cada dia perdía menos sentido en esa puta guerra. Tuvimos la suerte de luchar junto a los chavales de nuestra aldea. Quizás fue por eso que seguiste, por nuestros compañeros y hermanos. Para no dejarles tirados en toda la mierda que se nos venía encima. Y aunque me duela decirlo, tenías razón. Los Realistas luchaban por lo mismo. Era una guerra a la que nos habíamos visto arrastrado por los intereses nobiliarios, no nuestros. Aunque los oficiales lo negaran, lo habíamos visto decenas de veces. Sus rostros, sus gritos no de dolor, sino de desesperación. Cada realista que caía detras de la mirilla...¿Cuantos hijos, hermanos o compañeros de litera arrebatamos en esa matanza injustificada? ¿A cuantos de los nuestros perdimos? No tenía sentido. Incluso despues de lo que nos hicieron hacer, tenías pesadillas. Yo se muy bien que soñabas. A mi tampoco se me olvidó. Lo apodamos Los Biberones de Cabra Blanca. Fue la primera vez que vi como tu cara se desfiguraba por el miedo. "¿15 años? Si aún beben del biberon" Dijiste. A todos se nos pusieron los huevos de corbata cuando las levas de refuerzo se presentaron en la avanzadilla. No podían ni sostener el rifle. Nuestro teniente lloró por semanas cuando los Realistas nos masacraron en aquel paso. Joder, se me esta erizando el pelo mientras escribo esto tan solo recordarlo. Ni los vímos venir, nos la jugaron pero bien. Hicimos todo lo que esperaban que hicieramos. Cuando apostamos los rifles y descargamos la primera ráfaga a las tropas que se acercaban por el paso, cayeron encima de nosotros como buitres. Tu te cagaste encima cuando un realista te sorprendió mientras recargabas el rifle. Tuve que tirarle mi arma para despistarle y darte tiempo a desenfundar tus hachas. Lo pagué realmente caro. Recibí el tiro que tu debiste haber recibido y al caer, pude darme cuenta de todos aquellos chavales siendo literalmente asesinados por los Realistas. Aquella forma de llorar, de gritar, jamás se me fue de la cabeza Nueve, ni lo hará. Arrastraste mi cuerpo por toda la montaña, con nuestros restos abatidos bajo el fuego de la artilleria Realista. Jamás supe como compensar tu sempiterno sacrificio por mí. Es por una de esas razones por las que escribo esto. Y entonces, cuando los de arriba se saciaron con la sangre de los nuestros, todo paró. Aunque breve. Para aquel entonces no teníamos mucha idea de lo que estaba pasando. Alexandra nos decía que los lobos que una vez poblaron Gilneas habian resurgido de sus cenizas para vengarse de sus antepasados. "¿Qué habiamos hecho mal?" Dijiste, pues parecía que la vida trataba de gastarnos una especie de broma. No habías siquiera llorado a nuestros hermanos cuando otro conflicto nos llevó otra vez a tomar las armas. Si era una broma, vaya una putada. Siempre pensaste que era un castigo por todo el mal que se había labrado en la guerra civil. Todo el daño causado a la humanidad y todas las atrocidades hechas habidas y por haber. Pero amigo mio, ambos sabemos que nada se comparó a los meses venideros. Cuando tratamos de volver al hogar o lo quedaba de el. Nunca llegué a recordar como caí. Solamente veo recoerdos borrosos, con sensaciones, olores y sabores que no quiero ni pensar. Pero cuando me desperte en aquel laboratorio junto a ti, supe que algo malo nos habia ocurrido. Peor aún, te habia ocurrido. Pero como siempre, ante toda adversidad, nos mantenímos unidos. Por muchas celdas que nos separasen. Tanto dolor, tanto sufrimiento. Dia y noche. Experimiento tras experimento. Apenas pude. Quiero creer que la esperanza fue lo que me mantuvo vivo, pero me miento a mi mismo. De alguna manera, queria parecerme a ti. Jamás escuché una palabra derrotista salir de tu bo-...Fauces. Eso me daba fuerzas para aguantarlo, "Si IX podía, yo debía" me decía. Pero luego... Luego estaban ellos. XV y XIV fueron los primeros en caer. Las pobres almas desafortunadas que no lograron soportarlo. Tantas vidas... Pero sobrevivímos. Sobreviviste. Y cuando creímos que la vida nos iba a dar un respiro. Que con esfuerzo, podríamos olvidar todo y reunirnos con nuestras familias... Al alcance de nuestras... ¿Manos...? Nos marginaron. Como si... Como... Como si no fuesemos Gilneanos. Sino bestias, animales desconocidos. Tu cara, oh luz, tu cara. Lloré contigo en silencio cuando nos lanzaron en aquella fosa como desechos nisiquiera humanos. El odio, el rencor... No fue ni de lejos una comparación justa a lo que tuvímos que soportar. Por suerte, eras fuerte, no todos tenían lo que había de tener para plantarte cara. Quizás por eso es que sobrevivímos. No todos lo tenían tan fácil, y tuvímos que mirar hacia otro lado cuando las cosas "se ponían feas". Malnacidos. Me hierve la sangre mientras escribo esto. No era justo lo que nos hicieron. No tenían derecho, maldita sea. Y a pesar de todo. De todo el mal, de todo el sufrimiento que nos habian causado. No tuvieron reparos en arrancarnos de nuestras chozas y lanzarnos como perros al bosque. A buscar y matar a posiblemente nuestros compañeros. Y nadie se paró a pensar en como iba a sentirnos eso. Para ellos no eramos humanos. ¿¡Como que no eramos humanos?! Cada vida que nos cobramos, pesaba tanto en nuestra cabeza como cualquier ser vivo de esta mierda de vida. Pero para ellos... Pf, no se molestarón siquiera cuando mataban "por accidente" a uno de los nuestros. A un superviviente del propio guetto, compañero de choza y caza. Hendersson, un buen hombre, en sus dos vidas. Quien solamente velaba por los suyos y aunque fuese un Realista de cuidado, amaba a su patria, a su pueblo. Era un Gilneano de pies a cabeza, como todos nosotros. Y cuando no quedaron más salvajes a los que lanzarnos, le siguió algo a lo que jamás nos hubiesemos imaginado. Algo para lo que no nos habian entrenado, ni pensamos que jamás iba a ocurrir. Muertos vivientes, Renegados se hacian llamar ahora. Lo mismo. El guetto se revolucionó como una verdadera jauria de perros enloquecidos cuando la noticia sobre la caída del muro de Cringris llegó a nuestros oidos. Sin embargo, jamás dudaste. Fuíste de los primeros en prestarse voluntario cuando se te dió la oportunidad de defender nuestra patria. Por lo menos, ibamos a comer bien y el brebaje no sería un problema. Porqué te quité la tontería de cuatro ostias cuando me obligaste a quedarme. Debías estar borracho o muy afectado por la situación si pensaste que iba a abandonarte. Tu no lo hiciste. Pero basta de recordar el pasado. Escribo esto porqué me lo pediste. Alguien debía de recordarte. De contar lo que nos hicieron. Porqué te lo debo y a cada párrafo que escribo, el pasado inunda mi mente como lagrimas en mis ojos. Y no quiero hacer ilusiones al lector de esta carta, si es que alguna vez logramos que tu historia sea leida. Tú, el que está leyendo esto. Si de verdad quieres saber que fue de mi amigo, antes debo avisarte que el único motivo que te permite leer estas palabras es su muerte. Pero para contar el final de una historia, hay que empezar primero por el inicio. El inicio del fin.
  4. TitoBryan

    "IX" Nueve.

    Nombre: "IX" Nueve Atributos 8 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 5 Espíritu 7 Percepción Valores de combate 32 Puntos de vida 24 Mana 8 Iniciativa 9 Ataque CC (Hachuelas) 10 Ataque CC (Sin armas (Equilibrado) ) >9 Ataque a Distancia (Rifle de chispa) 9 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 1 Hachuelas 2 Sin armas (Equilibrado) Destreza 1 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 2 Sigilo 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Arquitectura 1 Artillería (Cañones) 1 Fauna (Mamíferos) 2 Supervivencia 1 Carpinteria Espíritu Percepción 2 Rifle de chispa 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Rastrear 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones
  5. Atributos 8 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 6 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 32 Puntos de vida 24 Mana 10 Iniciativa 12 Ataque CC (Martillo de Guerra) 10 Ataque CC (Combate Desarmado (Agresivo) 8 Ataque a Distancia (Rifle de chispa) 11 Defensa Habilidades Físico 4 Atletismo 4 Martillo de Guerra 2 Combate Desarmado (Agresivo 2 Golpe Temerario 1 Escalar 1 Nadar Destreza 4 Defensa Inteligencia 1 Artillería (Cañones) 2 Supervivencia 2 Herreria Espíritu 1 Voluntad Percepción 2 Rifle de chispa 2 Advertir/Notar 1 Buscar 2 Comercio 4 Reflejos
  6. De la piedra al honor y del acero al valor. Nombre: Ivar Hegrundsson "Drakkigson" Lugar de nacimiento: Karak Modzhul, Pico Nidal Raza: Caledonio (Martillo Salvaje) Profesión: Matatroggs, herrero Sexo: ¿Como? Creencias e idioma: Dioses antiguos (Titanes) y los ancestros. Común-Enánico. Edad: 70 inviernos Carácter y alineamiento: Honorable-Irracional. Neutral bueno. Peso y altura: 105kg - 4'10'ft Frase: "¡Deja que te arregle esa carita con mi maza!" Descripción Física Descripción Psíquica Historia Proviniente de los pedregosos riscos y bosques frondosos circundantes a la capital salvaje de Pico Nidal. No hay momento en su infancia en el que no recuerde el gigantesco y amplio mundo dentro de las montañas, donde sus mayores se esforzaron durante muchas generaciones en tallar y estructurar la inmensa fortaleza donde se crió, Karak Modzhul. Columnas que se pierden a la vista de su inmensa altura. Pasillos estrechos que interconectan cada sector y distrito de la fortaleza. Tuneles laberinticos perfectamente calculados. Cámaras gigantescas con el pavimiento tan resplandeciente como un espejo. Minas y canteras que no conocen fin. Esa era la descripción que daba Ivar del "hogar". No hubo momento en el que no trabajase junto a su padre en las forjas para el ejercito enano salvaje. Donde desde la infancia, Ivar ya poseía un afán y admiración por la metalurgia enana. Su familia confeccionaba dia y noche armas y armaduras para los guardianes de las camaras de la fortaleza, poderosos guerreros de capacidades inhumanas y relatos épicos. Simplemente lo adoraba. Pero es de lo poco que logra acordarse el enano. Suele pintarlo como un lugar mágico y encantador, el hogar es el hogar despues de todo. Pero en algún punto de su vida, algo se torció. No lo reconoce, ni habla de ello. Se excusa con las manchas borrosas del pasado. Pero sus compañeros saben que guarda algún motivo oculto que justifique la peor de las desdichas para cualquier enano que merezca llamarse cmo tal. El destierro. De su clan, Ivar solamente le quedaba el apellido, con el que habia luchado con uñas y dientes para que no se lo arrebataran. Fuese lo que fuese lo que habia hecho, tenía con vagar con la carga y la deshonra de ser un exiliado de su propia gente. Algo que a dia de hoy, tras tanto tiempo, sigue vigente en sus pensamientos. Durante un tiempo, logró encontrar un oficio en la capital Barbabronce, donde las fraguas enanicas expulsaban humo y gases desde el interior de la montaña dia y noche. Pero un herrero con tan poco conocimiento como él no era rival para sus compañeros reconocidos por su maestria. Tuvo que buscar refugio donde otros no se hubiesen atrevido. Ya fuese entre los prádos nevados de Dun Morogh o los infestados valles de Loch Modan. En algún momento de su vida, por necesidad, tuvo que pasar de forjar armas y armaduras a portarlas y blandirlas. Y al fin pareció encontrar futuro en algo. Pues aunque joven e inexperto, Ivar contaba un talento natural que lo inclinaba a la agresividad. Lograba desatar el caos con facilidad, a vocifeos o a puños si era necesario. Y supo sacarle un provecho. Durante mucho tiempo, viajó a las endebles tierras humanas, plagadas de amenazas bestiales y sometidas a las tiranías de sus propias gentes. Algo que desde una primera toma de contacto, causo un rechazo vomitivo en el enano, pero que tenía que aceptar despues de todo. En sus viajes, encontró una poca fortuna en las tabernas desperdigadas y horrorosamente ubicadas por territorio humano. Aunque le desagradasen, sabía que era la mina de dinero que necesitaba. Ya fuese por contratos o batidas por algún mercader o por las recompensas en las lizas mano a mano. Su nueva vida parecía prometedora, hasta el punto de fundar una banda junto a sus compañeros mercenarios bajo el nombre de "La Compañia Roja". Durante un breve período de tiempo, la fortuna y gracia les sonrieron. Al sur de los reinos humanos, lograron labrarse un nombre por su historial en combate que habian acumulado. Y fue ahí, ajeno a su compañía, donde conoció a quien sería su medio hermano de por vida. Con quien habria peleado hombro con hombro e incluso, llevar a cabo el sueño de ambos enanos, abrir su propia herreria. Bodvar Budriksson Drakkigson. Un nombre que guarda un lugar especial en el corazón del enano. Tan fuerte era el lazo emocional que habia forjado con el Drakkigson, que sobrepasaba cualquier barrera lógica o cualquier amenaza por imponente que fuese. No habia excepciones. Fue su guia y mentor durante mucho tiempo, hasta que por un motivo que a dia de hoy desconoce, sus caminos se separaron. Pero incluso sin su presencia, no iba a olvidarle. Fue el único enano que supo ver más allá del deshonor de haber sido desterrado por su propio clan. Y verdaderamente, aunque no lo demuestre abiertamente, el único que lo trató como un hermano, tanto fuera como dentro de la batalla. Hasta que en un punto, el venerable enano lo adoptó de manera no oficial dentro de su clan. Algo impensable, pero suficiente para Ivar. Poco a poco, la amenaza en el Norte se pronunciaba. Todo tipo de atrocidades eran llevadas a cabo, y necesitaban de alguien que se encargase de ellas. Y la Compañia Roja no iba a quedarse de brazos cruzados mientras la competencia se llevaba el mérito. Aunque trágicamente, no duró mucho. Fue en las colinas gélidas de Dun Morogh, bajo el asedio de los troles del hielo, donde el nombre de la Compañía Roja se sepultó entre muertos y los escombros de la fortaleza enana. El golpe fue devastador. Diezmados y machacados, los restos de la banda desertaron en cuanto tuvieron ocasión. Una vez más, Ivar volvía a quedarse solo, con una compañía vacia y una herrería que tuvo que cerrar por falta de personal. ¿Era este el final del enano salvaje? Jamás. Era el hijo de Hegrund y el medio hermano del campeón los Drakkigson. En sus espaldas recaía la única responsabilidad que se le había encomendado. Portar con honor los cimientos de su raza y blandir el acero por ella.
  7. La comitiva de rescate se estaba preparando para partir. Nadie habia acudido al llamado de armas. Eliot mandó a llamar a los cuatro granjeros que habia conseguido convencer en frente del granero. No traía buenas nuevas, todo lo contrario. Y a juzgar por los rostros de sus compañeros, ellos tampoco se habian ilusionado por sus promesas de esperanza. Fue entonces, en lo que trataba de dar unas palabras de ánimo, la puerta de la zanja se abrió y una voz familiar llamó la atención del grupo. De entre las tres mujeres que aparecieron en fila, Eliot supo reconocer a una de sus compañeras de entrenamiento y orden caballeresca. Pelo corto y oscuro, de cejas gruesas y abundantes, la aspirante Agáthe D'Tatou. Con quien ya habia compartido algun que otro enfrentamiento a su lado. Acompañada por una mujer de tonos oscuros, procediente de un lugar a dia de hoy desconocido por el muchacho. Y siguiendoles muy de cerca, una mujer con una inhabitual melena de color del fuego. Parecían ser la combinación perfecta. Tras unas presentaciones y los agradecimientos por acudir al socorro, Eliot mostró lo que les esperaba. Dorne era un pueblo muy recondito y aislado de los principales puestos humanos. Entre valles y un bosque abrumador circundante, el grupo no tenía otra opción que tomar el camino principal. Pese estar controlado por las bandas criminales. Durante el camino, se toparon con un grupo de tres hombres que aparentaban ser hombres de armas de algún señor. Estaban dispuestos a ayudar al acometido que tenía en mente la comitiva, por lo que bajaron la guardia a primeras instancias. Tras el encuentro y con tres hombres más en sus filas, estaban dispuestos a partir. Y hubiesen seguido el camino, cayendo inconscientemente en una emboscada que hubiese dado fin a sus vidas en un abrir y cerrar de ojos. Pero fue gracias a la suspicacia de la mujer extranjera Saadia y al conocimiento de los reinos humanos que poseía Agathe lo que delató a los hombres de armas. Sin embargo, habia otro problema que se cernía sobre ellos. Antes de descubrirles, uno de los hombres se las ingenió para irse, bajo la coartada de sus compañeros. El grupo entonces se dió cuenta rapidamente de la relación que tenían aquellos tres hombres con la banda criminal de Dorne. Era cuestión de que acudiesen a su rescate. Con la poca experiencia que poseía la comitiva, consiguieron improvisar una emboscada y se atrincheraron entre los bosques que los rodeaban, a la espera. El tiempo transcurrió lento y pesado, sin señal alguna de los bandidos. Pero cuando todo parecía haber sido en vano, el inconfundible silbido de una flecha rompiendo el aire rompió el anochecer, seguido de un grito desgarrador, alertando al grupo de intrusos. Ambos bandos movieron sus fichas, a ciegas. Y justo antes de que Agáthe se diese cuenta de cinco bandidos que caían encima de ella, la muchacha pelirroja que se hacia llamar Amelia, delató la posición de la fuerza criminal. El resto ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. En cuanto Eliot acudió a la ayuda de su compañera, desarmada y encerrada entre bandidos. La baraja en quienes todos habian apostado fue jugada. Y fue entonces cuando entre los matorrales, los granjeros descendieron a gritos sobre las espaldas al descubierto de los agresores de los aspirantes. Guiados por la extranjera Saadia, levantaron sus horcas y diezmaron a los bandidos con la peor de las brutalidades jamás presenciada por el par de jovenes. El resto de bandidos, dispersados y confundidos, no se atrevieron a seguir un combate que habia golpeado con tanta dureza a sus compañeros en tan poco tiempo. En su lugar, huyeron como ratas hacia los bosques, proclamando a los granjeros los heroes de la refriega. // yeah perdonen Farmeo de equispé.
  8. Un par de carteles se encuentran clavados de mala manera en las señales por los caminos cercanos de Stromgarde. Clavos mal colocados soportan el peso de unos tablones con letras escritas sobre la madera. Aunque la presentación es horrible y algo díficil de leer, la letra es pulida y con buena caligrafía. Dice así: "¡A las buenas gentes de Arathi! Necesitamos valientes voluntarios que esten dispuestos a luchar por la justicia y la buena fé. El pueblo de Dorne necesita vuestro apoyo para su liberación del yugo criminal. Uniós al llamado y haced justicia por vuestras propias manos, fieles ciudadanos. Para más información, dirijiós a la finca más cercana del camino principal al Norte de la ciudad. Eliot de Bentley." No se especifica la recompensa. //
  9. Prólogo. No era extraño encontrar grupos de Aspirantes de la Liga de Arathor de viaje por Arathi. Es más, estas pequeñas excursiones eran en verdad excusas de los instructores para enseñar a sus alumnos la vida fuera de las murallas. Los peligros eran muchos, la fauna era agresiva, la gente desconfiada. Su misión era entender y encontrar soluciones a estos problemas por si solos, dentro de la seguridad que un grupo de guerreros podía ofrecer. Pero este no era el caso. No hubieron motivos ni más explicaciones que el deber. Eliot se habia quedado a las puertas de la academia, con unas pocas indicaciones y un objetivo final. A primeras instancias, parecería que querian deshacerse del jovenzuelo. Pues nadie lograba encontrar una explicación al viaje que le aguardaba. Debía viajar hasta la capital humana de los Humedales, el Puerto de Menethil. Un encargo justificaba su gesta, ¿Pero valía la pena? No tenía compañeros, ningun sensato querría. Sin mapas ni suministros, le habian dejado a su suerte. ¿Se trata de una prueba? Es lo que se decía a si mismo, con tal de evadir los propios prejuicios. El joven tuvo la suerte de encontrar alguien quien estubiese lo suficientemente loco como para emprender tan peligroso viaje con él. Una alta elfa forestal cazadora. Y aunque se mostraba rehacio aceptar el sacrificio a primeras estancias, la testarudez de la elfa hizo brecha en sus murallas. Almenos estaba seguro de que no caería en la locura, hablando solo por caminos acechados. Y es que la situación en los Humedales prometía lo peor. Crines y escamas eran el problema a lidiar para las guardias. Según el ayuntamiento, el bandalismo habia aumentado por culpa de los conflictos interiores, los caminos aunque fuesen la opción más sensata, no estaban libres de peligro. Acto I. El primer obstáculo golpeó en toda la cara al par de viajeros. Y es que sin mapa, su gesta no juraba ser muy exitosa. Peor aún, no solo necesitaban una guia para Arathi, sino para los escarpados y miles de ramificaciones de los senderos de los Humedales. El primero fue sencillo de obtener, gracias a la buena voluntad del par consiguieron hacer un trueque con el ayuntamiento. Aunque fuese a retrasarles en su objetivo principal, Eliot no iba a apartar la mano hacia un ciudadano que pedía su ayuda. El otro mapa, sin embargo, era otra historia. Pocos eran los aventureros y viajeros que tenían asuntos en los Humedales, por ende la demanda de información era más bien escasa. A su vez, los mapas de esa región eran ambiguos y poco detallados. Necesitaban saber por donde iban a ir, y el único que podía facilitarles tal mapa se encontraba a las afueras de la ciudad, muy lejos. Tan lejos que su paradero nisiquiera gozaba de una guarnición, nisiquiera los carteles de guía aparecían en los caminos principales. Dorne, un pueblo abandonado a su suerte al norte de la capital. Bien profundo entre cordilleras y bosques silvestres de la región. Otra vez más, su camino se atrasaba y tan siquiera sabían si alcanzarían el éxito. Durante el camino, se toparon con una caravana que habia sido asaltada. La conducía un anciano granjero que trasportaba los bienes de su cosecha a la capital, para hacer negocio con su sudor. La desdicha le rompió el corazón al joven cuando se enteraron de que los protagonistas del crimen se lo habian llevado todo, y peor aún, dejaron al anciano sufrir con el futuro que estaba por derramarse encima de él. Sin carro ni suministros que vender, parecía perdido. Pedía a gritos que acabasen con lo que aquellos criminales no habian tenido las agallas de terminar. Una petición que obviamente fue rechazada. Llevaron al anciano a una finca cercana, no muy lejos de la capital. Durante el camino, descubrieron que la villa de donde procedia el señor estaba siendo acosada por una banda de bandidos. Y lo más probable era que los autores del crimen tuvieran relación con los acosadores de su pueblo. Eliot ya tenía por intención detener su objetivo y prestar ayuda al granjero y a su pueblo. Pero no hubo duda alguna cuando el anciano reveló que era uno de los pocos granjeros que quedaban en Dorne. La idea no se iba a irles de la cabeza, por mucho que el anciano lo presentara como una causa perdida. Más de 10 hombres armados subyugaban a base de violencia al pequeño pueblo. Ellos eran tan solo dos. Iban a necesitar ayuda y una buena estrategia si pretendían matar los dos pajaros de un tiro. Tras mucho rato de forcejeo y promesas, Eliot consiguió que 4 de los granjeros de la villa que habian socorrido al anciano cuando llegaron se unieran a su justa liberación. Pero se trataban de granjeros, no guerreros. Y seguían estando en inferioridad númerica. ¿Cual iba a ser el siguiente paso? // Inicio de una serie de eventos que tengo pensados. Un viaje, más bien. No hay limite de sesiones porqué a su vez, voy a meterle misiones secundarias a punta pala. Todos los que se quieran unir, ahí lo teneís. Aunque no mastearé a más de 5 personas a la vez, me va a dar algo. La próxima sesión esta programada para este viernes por la noche, hora española (21:00 - 22:00, quizás más tarde. Avisaré.) Libertad total al apuntarse, los personajes no quedaran anclados por lo que se pueden ir cuando quieran. Aunque por razones obvias, no podrán volver, me gustaría darle un poco más de seriedad. Aclaro que no es una trama de la Liga de Arathor, esa es la motivación de Eliot y su excusa para ir a los Humedales. Vuestros pj pueden tener o la misma idea u otra según sus necesidades. Consecuencias: Habilidades. Misiones secundarias:
  10. Prólogo. La luz del alba levantaba el velo de un nuevo día en Stromgarde, iluminando el infinito horizonte de las tierras Arathienses. La ciudad poco a poco despertaba de su letargo. Las calles eran solitarias, cubiertas por la capa de nieve y tierra que se llevaba arrastrando durante todo el invierno. Nadie se atrevía a alterar la quietud de la silenciosa Stromgarde. Los centinelas daban su última vigília antes de finalizar su turno. Las patrullas regresaban a su hogar para descansar, mientras otros ocupaban su lugar. Nadie lo hubiese imaginado en aquel día prometedor. La gente empezaba a aventurarse en las calles, guiados por los quehaceres cotidianos. Cuando un estruendo alarmante amedrentó los corazones de los habitantes norteños. Solamente la confusión precedía a lo que estaba por venir. Las campanas se agitaron brutales dando fin a la promesa de paz. Quebrado el silencio, el caos entró en escena No fue simple casualidad, ni un accidente. Las imponentes almenaras que se alzaban lejanas por encima del horizonte de arboles, ardían. El humo se podía ver desde debajo de las murallas, y sombras se movían entre torre y torre. Un grito se oyó desde lo alto de los muros. La orquesta del caos le siguió tras el breve silencio que hubo despues del embate de sus palabras. ¡Roca Tormenta ha caido! //
  11. En una villa cercana a la casa Dewood, un grupo de 7 aspirantes de la Liga de Arathor habia levantado un campamento para descansar después de una dura jornada. 7 tiendas en circulo y una fogata central, donde la mayoría buscaban un poco de calor. A los pies de las campañas, en un lago cristalino iluminado por la luz del sol, uno de ellos trataba de brindar alimento a sus compañeros con una caña improvisada. No muy lejos, dos jovenzuelos más repetían una y otra vez una serie de movimientos con la espada. De vez en cuando, se pillaban por sorpresa y algún golpetazo rebotaba sin mucha fuerza en sus armaduras. En la fogata, el resto de aspirantes descansaban a su alrededor, contando historias y hablando sobre la vida en general. Entre ellos, se encontraba Eliot de Bentley. No podía decir que gozase de muchas amistades, pero los eventos recientes habían hecho que de vez en cuando recibiese alguna que otra invitación por parte de sus compañeros de mayor estatus. Estaba disfrutando el momento. Aquella sensación de compañerismo le brindaba calma y bienestar a su cuerpo adolorido. Con el sonido de los metales chocando a sus espaldas, el grupo debatía sobre el estado del reino. Habia preocupación, pero siempre había alguien dispuesto a borrar las caras serias con vaciles oportunos y palabras de ánimo. La serenidad no se quebró hasta que un chocar de herreruelas que levantaba una nubecilla de polvo a sus pies, alertó a los jovenes. Un jinete galopaba a toda velocidad por el camino principal. - ¿Qué ocurre? Alzo la voz una de las mujeres que entrenaba con la espada, acercándose al trote hasta el grupo. Eliot y sus compañeros se levantaron de inmediato, más preocupados que curiosos. Pues tal galope solo podía significar urgencia. - ¿Problemas? - Contestó otro. El jinete no tardó en darse cuenta de la multitud de jovenes armados que se levantaban para seguirle con la mirada. Con un giro brusco de riendas, descendió la pequeña elevación del camino hasta detenerse frente al grupo, sosteniendo un papiro en alto. - Todo hombre y mujer que este dispuesto a servir a su reino, deberá presentarse de inmediato a la sede de nuestros sacros defensores de la Mano de Plata. A Eliot se le erizó la piel al oir tales palabras. Un escalofrío escaló por su columna, sacudiendo cada nervio de su cuerpo. Sabía que significaba eso, mas no se atrevía a reconocerlo. Mientras el grupo se echaba miradas los unos a los otros. Eliot buscó instintivamente la seguridad de la empuñadura de su espada. Mientras su garganta de atragantaba tratando de escupir la pregunta que a todos se les habia pasado por la cabeza. - ¿Estamos en guerra? - Pregunto en un hilillo de voz. El jinete se deshizo de su almofar de mallas y echó una mirada piadosa al grupo. Pues no debían de tener más de 20 años la mayoría, todos ellos pertenecientes a una Orden que iba a acudir a la llamada. - Hay movimiento de partidas orcas al norte del muro de Thoradim. La muralla se tambalea y el Imperio esta saturado. Nuestro reino os necesita, valientes Stromgardianos. Contamos con vosotros. Y sin añadir nada más, apretó el puño en el pecho y salió disparado a todo galope, hacia la carretera. Mas el silencio que dejó a sus espaldas fue mucho peor que sus propias palabras. - Yo voy a ir. - Comentó uno de los aspirantes. Hubo titubeo, la mayoría prefirió guardarse su opinión antes de jurarse en una gesta que prometía un funeral. Eliot por otro lado, se batía en duelo consigo mismo. Era irónico, no hacia más de una semana que había tenido aquella charla sobre los orcos con esa elfa. Y ahora su reino le pedía que tomase las armas contra esas bestias. Fue gracias a la sacudida de uno de sus compañeros que hizo volverle al mundo de los vivos. - Eh, Eliot. ¿Vos iréis? Fue a hablar, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Apretó la mandíbula y se levanto, echándole un vistazo a su fiel y valeroso pony. - Nuestro reino nos necesita, lo habéis oído todos. Creo que este es nuestra oportunidad para demostrarle a nuestra Orden quienes somos. // Dejo constancia de que me uno. Toy desde el móvil, así que si suena un poco cutre y hay faltas y bla bla bla ahí teneis el motivo.
  12. La tarde fue productiva pese a su transcurso con normal tranquilidad. Con un frio que transformaba los pezones descuidados en puntas de lanzas. Pero normal, dentro de lo que se podía esperar. El grupo ya habia rezado las cuatro misas a la luz y habian descubierto una nueva aberración terrenal. Incluso el más valiente se atrevió a tocarlo. Probablemente sin su consentimiento. Todo muy normal, muy tranquilo. Cuando el duo se dispueso a enrolarse en un... ¿Encargo-aventura? El destino se mofó de sus caras. ¿Perderse con una forestal? Novatos. Y es que por desgracia, quien llevaba el mapa era precisamente el que no sabía leer mapas. Por fortuna, no necesitaban encontrar nada si la nada les encontraba a ellos antes. Y es que gracias al reencuentro de la compañera de cofradía del... Heroico caballero Talentoso aventurero Aspirante. Su rumbo dió un giro inesperado, literalmente. Concretamente el mapa. ... ¿Donde? En una posada de mala muerte, alejada de los confines de la seguridad de cualquier guarnición imperial. ¿Como? En un pony. ¿Qué? Sí. Tras el retraso, al fin el trio se hallaba frente su destino. Como las gestas que narraban en los cuentos la llegada de los heroes. Los hedores provinientes del interior de aquellos lares amedrentaban cualquier atismo de coraje. Tras la bofetada vomitiva y un fuerte trago de saliva, se adentraron en las profundidades de las más bajas urbanidades jamás conocidas. La Posada. El interior no era más que jolgorio pecaminoso para los ideales de cualquier caballero que se respete. Su sola existencia amenazaba su moralidad. ¿Pero iban a detenerse? Jamás, habian sido entrenados para ello. Menos la elfa, ¿Pero quien osaba dudar de la moral de una elfa? Con el corazón en el puño, se adentraron estoicos hacía el contacto del joven aspirante. Para la sorpresa de las acompañantes, se trataba de un grupo de aspirantes de la Liga de Arathor, compañeros. No mucho más mayores que ellos. Jamás se lo hubiesen imaginado. Ahí donde se hallaban, se trataban de simples rumores. Joderías entre los jovenes de la institución. Algunos incluso usaban dichos lugares para gastar novatadas a los aspirantes más recientes. No era un lugar concurrido. Nadie osaba atentar contra los ideales de una Orden tan gloriosa como la suya. Era un lugar indigno de su presencia. Mas no lo suficiente para cinco adolescentes con ganas de marcha. Descendientes de casas mucho más importantes que las suyas, y mejor aún. Mucho más diestros que ellos. Se trataba nada más ni nada menos que unos de los muchos alumnos estrella de la orden. Los más habilidosos y respetados. Los dueños de la jerarquia social adolescente. La bienvenida fue cálida, con un par de atrevimientos a pecar. Mas el grupo se mantuvo firme y ante todo, sobrio. En lo que la charla se desarrollaba, el joven aspirante y el guaperas que parecía ser el cabecilla del otro grupo abandonaron la estancia. Cosas de hombres, al parecer. En lo que el asunto privado se llevaba a cabo, el grupo no tardó en hacer migas con los protagonistas de esta gesta. Al poco tiempo, coincidieron con su llegada un grupo que de inmediato, captó la atención de nuestros aventureros. Se trataba de la Orden de la Lanza. Herederos de casas economicamente demasiado superiores frente a la humildad de la Liga de Arathor. Mocosos malcriados, "finolis" para los más vulgares. Motivo de arcadas para el grupo de populares. Y es que esa Orden no era una simple hermandad de ricachones. Durante los entrenamientos de los aspirantes, o en sus quehaceres cotidianos. Más de uno tuvo que soportar el desden y las burlas de los adinerados. ¿Pero quien iba a replicarles? Suyo era el poder del dinero, no de nuestros protagonistas. Su sola existencia, habia erizado los pelos del grupo de aspirantes. Pero a diferencia de estos cabrones desleales, el grupo contaba con la humildad y el respeto, ante todo. Por lo que tratando de dejar las diferencias a un lado, quisieron saludar y desear una bonita "velada". Como era de esperar, no acabo bien. Insultos sutiles y provocaciones salían de la boca de los refinados, por no decir que el propio acento irritaba los oidos del decente. ¿Osea? ¡Sacrebleu! El grupo de aventureros estaba dispuesto a pasar por alto la falta de respeto no solo hacia ellos, sino hacia su orden. Pero la gota colmó la jarra cuando una de esas indirectas rozó de refilón al enano que les acompañaba. Un miembro eclesiastico recien salido del hoguera horno. Antes de que nadie preguntase a qué venía tal osadia. El primer puñetazo se cuadró, y como la pólvora una cadena de reacciones llevaron al caos completo no solo del grupo, sino del local. Y así fue como pronto, el grupo se vió envuelto en la más encarnizada y más pura tradicional ... ¡Pelea de taberna! Para su suerte, el grupo de aventureros contaba con el apoyo de sus compañeros de orden. ¡Uno para todos, y todos para uno! Al final del dia, daba igual la procedencia. La hermandad era la hermandad. Las sillas empezaron a sobrevolar las cabezas. Las mesas le siguieron despues. Y cuando no ubo inmueble restante, los cuerpos inconscientes sirvieron de munición. La gente trepaba una encima de la otra. Aquel que caía al suelo recibía una patada en el trasero, literalmente. Hasta que alguien de cuyo origen daba completamente igual llegaba para distraer, dando tiempo al apaleado para levantarse y explicar como se hacia un placaje a la vieja usanza. La sangre salpicaba tras cada bestialidad, insultos en todos los acentos se lanzaban como hondas de lado a lado. Los que quedaban inconscientes, eran usados como armas arrolladoras o arrojadizas. Los juglares pronto tuvieron que subirse encima de las barras para seguir con su épica y alocada tocada, aunque tarde o temprano las sillas rodaron por sus cabezas. Entre empujones y los primeros moratones, nuestro grupo trataba de hacerse paso hacia la sálida con la esperanza de sacar con vida al novicio. Pero la orden rival no estaba dispuesta a dejarlo tan fácil. Los puñetazos se devolvían de lado a lado, los codos giraban y hacian saltar muelas al impacto. Las rodillas, impactaban en partes que no deberían ser impactadas. Tirones de pelo, mordeduras y arañazos eran las armas de quienes no sabían usar los nudillos. Saltos desde encima de las mesas con el codo por delante, todo o nada. No fue hasta que un adelantado de la época advirtió falsamente de una llegada de la guardia. Lo que hizo que la gente se esfumara como si no hubiese estado ahí. Pero para el grupo fue demasiado tarde, pues en tal encarnizada pelea se hallaban, que no importaba cuan sucio y pegajoso estuviese el suelo. Todos se apelotonaban entre si, soltando nudillazos que harian temblar hasta los luchadores profesionales. Con ambos bandos con severas heridas y magulladuras, al final la victoria pírrica se decantó por la verdadera e inigualable orden. La Liga de Arathor triunfó. ¿Pero a qué coste? ¿Cuantos no podrían volver a sonreir nunca? ¿Quienes iban a dejarse la herencia en recolocar las costillas? Y aún no habia llegado lo peor. Si de algo estaban de acuerdo, es que una salvajada como la que se habia llevado a cabo no iba a ser bien vista por los instructores de la orden. Sí, era una victoria. ¿Pero las letrinas eran una digna recompensa? Solo aquellos ajenos a la orden podrían salvarse de la calamidad que estaba a punto de cernirse sobre ellos.... // Pfffff Y tal
  13. Un panfleto cuelga de varios carteles y postes de señal ubicados alrededor de las villas circundantes de Stromgarde. La caligrafía es limpia y pulcra, escrita en un papiro barto, aunque sin imperfecciones . Un par de florituras adornan cada esquina del panfleto y varios garabatos subrayan la recompensa. En busca y captura: Bastardo impió. A las buenas y honestas gentes de Arathi. Se hace saber que por orden del señor del Valle de la Sierra, se ha puesto precio sobre la cabeza de un pagano que ha traicionado la lealtad de su amistad. Mercenarios, cazarrecompensas y aventureros serán bien recibidos en los salones de su señoría para discutir los detalles del encargo. Valle de la Sierra se encuentra al Oeste de Stromgarde, a dos dias a pie siguiendo la carretera hasta llegar a un cruce de caminos. Seguir descendiendo hacia el sur, en dirección al puente de Thandol donde el sendero se desvia hacia las montañas. La recompensa será cuantiosa, con acceso a bonus por la satisfacción de nuestro señor. Por el Imperio y la gloria de Stromgarde. //
  14. TitoBryan

    Eliot de Bentley

    Atributos 8 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 6 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 32 Puntos de vida 24 Mana 8 Iniciativa 12 Ataque CC (Espada Pesada) 10 Ataque CC (Lanza Pesada) 10 Ataque CC (Combate Desarmado (Equilibrado)) 8 Ataque a Distancia (Arco Largo) 11 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 4 Espada Pesada 2 Lanza Pesada 2 Combate Desarmado (Equilibrado) - Golpe Temerario Destreza 2 Equitación 4 Defensa Inteligencia 1 Fauna (Mamíferos) 1 Leyes (Reinos Humanos) 1 Sanación/Hierbas 2 Conocimientos/Historia (Reinos Humanos) 1 Herreria Espíritu 2 Voluntad Percepción 2 Arco Largo 2 Advertir/Notar 2 Buscar 2 Etiqueta 2 Reflejos
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    Eliot de Bentley

    Nombre del Personaje Eliot de Bentley Raza Humano Sexo Hombre Edad 20 Altura 1'80 Peso 77 Lugar de Nacimiento Valle de Bentley Ocupación Aspirante de la Liga de Arathor Descripción Física Como todos los varones del linaje Bentley, Eliot goza de los atributos de sus predecesores. De un cuerpo módelico y estereotipado. Alto y de corpulencia notable, sin flaqueos en su agilidad ni coordinación. Fuerte por encima de todo el músculo que pueda disponer. Y con una natural bendición ante las enfermedades. Herculeo al igual que todos sus primos, hasta el más lejano. Poseé una generosa melena carbonizada hasta la altura de la nuca, recogido con elegancia tras las orejas. Sus ojos almendrados, profundos y del color de la noche, brillan vigorosos incluso en la vejez. La nariz recta, sin ser demasiado ancha. Labios carnosos, siendo el inferior ligeramente más ancho que el superior, dandole aquel aspecto de corazón en su unión. Mejillas lisas, con una tenue hundidez escondida. La línea de la mandibula es marcada y afilada, sigue el contorno de su rostro simetricamente cuadrado. Con una ligera pronunciación en la mandibula que le da un aspecto alargado. Debajo de su heraldica, el cuerpo se escuple como si del marmol refinado se tratase. De cuello estandar, ni muy ancho ni muy delgado. Al llegar a la clavicula, se expande hacia los lados de forma recta y cuadrada, dando paso a las dos montañas que tiene por hombros. Bajo la sombra de los hombros, dos brazos más fuertes que grandes se extienden hasta por debajo de las caderas. Sin marcas, sin manchas, recien tallados. El tronco cual roble, inicia desde sus dos pectorales cuadrados hasta la estrechetez de su cintura. Como buenos equites, sus piernas largas y rocosas brindan poder a sus movimientos y gozan de una resistencia digna de su montura. Descripción Psíquica Es un hombre de honor. Es alguien que valora y cumple con su palabra y jamás osaria a ponerla entredicha. Su lealtad es casi inquebrantable. Con las costumbres caballerescas muy arraigadas en su interior, no hay duda de la bondad en su corazón. Intrépido y necio. Pese a la abstinencia de confianza en si mismo, no duda en actuar. No es especialmente valiente, pero actuará y defenderá aquello en lo que cree, sin importar lo ridículo y asustado que se vea. A pesar de ello, lidia bien con sus emociones, aunque algún arrebato siempre puede escaparsele. No tolera bien las situaciones fuera de su zona de confort, aunque trata de trabajar en ello. Pose un acento norteño bien marcado. Desde leguas se puede notar la cultura y educación en su habla, aunque a veces diga insensateces. Es respetuoso, incluso ante sus adversarios. No le gusta la violencia injustificada, y se muestra rehacio a matar cualquier ser vivo que no suponga una amenaza directa. Es impaciente y explosivo, bastante común dada su edad. Aunque es racional y siempre busca el sentido de las cosas. Alineamiento - Neutral Bueno Ficha Rápida No (600 palabras mínimo) Historia "En paz sembramos, en guerra cosechamos." Ubicada en un lejano Este de Stromgarde. Entre prados y colinas, allí donde la arbloleada de poniente se detenía. Dando lugar a la semitapada luz del Alba. Se ereguia el baluarte de los Bentley. Apretado como en un muro de escudos, junto a las casas vecinas. Servía con orgullo su único proposito. La vanguardia que separaba al reino del territorio trol. Y es que sus altos muros no se debían a una simple vanalidad como símbolo de poder, sino que tenía por cometido la protección del reino. Ereguida por el bisabuelo de Eliot, el castillo de Bentley se encuentra a los pies del bosque. Entre una estrecha llanura rodeada de colinas. El castillo en si no abarcaba mucho terreno, mas si su dominio. Sede de patriotas Stromgardianos y lugar de paso para los Aspirantes de la Liga de Arathor. Custodia con extrema agresividad los senderos usados por viajeros, peregrinos y mercaderes. Además de proteger de las escaramuzas trol las granjas y villas cercanas. De ahí su lema. Su origen hace honor al septuagésimo ocatvo de entre los 500 compañeros de Thoradin. La leyenda de la casa narra un hombre de fortaleza física equiparable a la generosidad de su corazón. Con sus palabras impartía la justicia y con su mandoble la ejercía. Un hombre que trataba al pobre de igual a igual, y al corrupto como oponente. Apodado Bentley, el guerrero que vivió y murió defendiendo la verdad. Como narran las leyendas, los descendientes de este afamado guerrero contaban con una excepción peculiar. No solo poseían una complexión herculea, desde el primero al último; todos los miembros del linaje nacían con un característico pelo negrizo. Y Eliot no fue una excepción. Hijo único de la unión entre Ser Eloy de Bentley y Lady Fiona de Wessech. Pariente lejana de los Dewood. Eliot era la promesa de tregua entre las rozaduras antepasadas entre los Bentley y los Wessech. Con ambas casas desangradas por las incursiones trol. Esta unión prometía un futuro prospero y pacifico. Y así le siguió la infancia del nuevo heredero. Prospera y tranquila. A Eliot no le faltó de nada, vivía en la comodidad que se podría esperar de alguien de su casta. Sus estudios empezaron desde muy pequeño, versandose mucho antes que la mayoria de los niños de su edad. Posturas, hablas, expresiones corporales, todo milimetrado y bien calculado. Tras la pluma, la espada le siguió. Tratandose de un castillo fronterizo, el dia a dia de un hombre de armas era lo más emocionante que podía presenciar. A excepción de ejecucciones públicas y algún que otro susto por parte de las partidas trols. Pero con la Liga de Arathor a las espaldas, nada osaba alterar los alrededores del castillo. Pronto Eliot empezó a acostumbrarse a la presencia de los jovenes aspirantes, incluso estrechando buenos lazos con los más jovenes. Fue cuando supo que la Liga de Arathor le abría las puertas, gracias a su descendencia. Pero para ello debía prepararse, pues solo era un niño. Y su padre se encargó de que así fuera. En cuanto a su entrenamiento, quedo bajo el tutelaje del maestre de armas de los Bentley. Ser Darren Espada Juramentada, era un espadachín excepcional con la espada y la lanza montada. Con sus aspiraciones puestas en la caballería, no fue un problema incluir la equitación en sus lecciones. Aunque sus inicios fueron incluso hasta insultantes para el linaje de espadachines Bentley, Eliot no parecía querer desistir. Pero la practica hizo que Eliot empezara a acostumbrarse al filo de una espada, o a la estocada de una lanza. Estaba muy lejos de ser el mejor duelista del castillo, muy lejos, pero habia dejado de ser inofensivo. Claro que no fue fácil, cayó muchas veces, y no solo de la montura. El cuerpo amorotonado fue acostumbrandose a esta nueva vida a la que aspiraba, llegando a endurecerse con el pasar del tiempo. Por otro lado, estar a cargo de un Maestre de armas significaba ser su mozo hasta que su padre lo decidiese. Cuidar de los caballos, limpiarlos y alimentarlos. Cocinar, fregar y preparar la ropa de su tutor. Así como el mantenimiento de sus armas y armaduras. Una vez al mes, Eliot viajaba con Ser Darren hacia la capital norteña, más especificamente a la sede de la Liga de Arathor. Ahí entrenaba y competía junto a otros jovenes hasta quedar exhausto. En cuanto demostró que tenía la capacidad para ser más útil que simple carne de cañón, obtuvo el derecho de proclamarse Aspirante de la Liga de Arathor. Donde su camino se separaría al de su familia. Más los problemas no tardaron en llamar a la puerta. Tres meses tras su partida, a Eliot le llegó el rumor de un asedio trol en Bosque Blanco que habia alterado a las tribus cercanas del baluarte Bentley. Justo en ese momento, la casa de Eliot estaba recomponiendose tras el sabotaje de una casa rival, de la que con suerte salieron victoriosos. Mas el embiste de la horda trol fue un golpe demasiado duro para los cimientos del castillo. Con la amenaza de desmoronar el trabajo de tres generaciones, el padre de Eliot dejó a cargo los restos de su territorio en manos de Lady Fiona y el maestre de armas Darren, mientras él emprendía un viaje al sur, a la capital de Ventormenta. Donde ahí podría encontrar el apoyo que iban a necesitar mientras su heredero se preparaba. Con una casa medio en ruinas y un linaje a punto de desmoronarse, Eliot era la única esperanza para los suyos. Y peor fue cuando entendió lo que aquello significaba. Más que nunca, debía demostrar de quien descendían los Bentley. ¿Podría un joven inexperto como Eliot alzarse de las cenizas? ¿O perecer en el intento?
  16. Los reyes magos son los padres. Alguien tenía que decirlo. 

  17. Los que esten en el discord, ya lo habrán visto. Esto va para los que no estan en el discord y quieren empezar a rolear. Necesito a un compa de aventuras para un caballero que esta a punto de salir del horno (detalles al privado y etc). La idea es que el pj sea social/aventurero con matices de acompañante/escudero. Obviando las propias creencias y moralidades. Aclaro que este pj no esta hecho para ser un seguidor, sino que tiene sus propias metas y límites, la idea es que viajen juntos hacia lo que sea que los depare. Ya sea por metas compartidas, objetivos comunes o pura amistad (?) el motivo estará limitado a la imaginación. Por su origen, apunta a roles nobliliarios (nunca he tocado ese lado y me ha dado venilla), algo de diplomacia (se me da muy mal, pero para pillarle el tranquillo), aventuras al puro estilo D&D (yatusabe), y de ilegalidad pero sin sobrepasarse (Nada de robos, por ejemplo. O pertenecer a bandas. Más bien actuar por el "bien" común aunque se tenga que romper la ley) Por lo que este pj no tiene cabida para roles "bajos" por decirlo así. Obviamente, y aclaro, el pj esta abierto perfectamente a cualquier tipo de rol. Al caldo cuanta más substancia, mejor. No van a estar ligados, cada uno es libre por supuesto. Pero necesito una especie de compañero único, a lo Felix y Gotrek para que me entendaís, como culo y mierda. Los pj veteranos tambien le irían muy bien, ya que este es muy jovencillo e inexperto, fácil de llevar por el mal camino. En cuanto a disponibilidad, me da igual la verdad. Solamente pido seriedad respecto al rol y que si te animas, no me dejes tirado sin avisar xD. Me gustaría que en cuanto a roles, que sea un 50/50. Puedo mastear y ya tengo un par de tramas pensadas, para romper el hielo. Pero prefiero que sea un equipo. Todos son bienvenidos, y no tiene porqué ser solamente 1 compañero, pueden ser varios y los que hagan falta. De nuevo, el limite es la imaginación. No se abstenderá a nadie que desee participar. Lo dicho, interesados al DM para acordar. // toma c+c c+v
  18. El destacamento volvía al resguardo fortificado de la capital Norteña. Entre las filas de soldados machacados y exhausto, ahí se encontraba el joven explorador. Rodeado por sus compañeros, Alfred redactaba un informe con las dificultades que se podría esperar de un hombre como él. La llegada fue cálida, mas no se detuvo a saludar ni hacer las florituras favoritas típicas de los oficiales. En su lugar, gruñía como los sabuesos en cuanto alguien se acercaba a felicitarles. Solo deseaba llegar de una vez por todas. Ya en el cuartel, mientras se deshacia de la heráldica que, tras tanto tiempo, juraría que se le habia adherido a la piel. Entre el forcejeo, uno de sus compañeros, también del mismo origen que el explorador, se le acercó con un pergamino enrollado y le dió un coscorrón en la cabeza. - Alfred, e'ta no eh la moza que decía' tu del...? Con la ceja ya levantada, tomó el pergamino. Lo abrió unos instantes y lo volvió a cerrar, solamente para devolverle el coscorrón al compañero. - Ahm... Hehe, parece que esta chica es incapaz de aburrirse. Suspiró mientras se enfrentaba a su nueva e inesperada tarea, prepararse otra vez. - ¿Qué haceh mi arma? Si acabah de llegar onvre ¿No le irá a escribí una de esah carta? ¿Cartas? Una mierda.
  19. Hay quienes no necesitan los pequeños placeres de la vida para ser felices. Hay quienes que, con una simple cerveza, tienen el dia regalado. Otros prefieren llegar a casa con alguna reliquia que vender al mejor postor. Unos prefieren ser útiles para el populacho raso, ofreciendo sus servicios por mera caridad, o poca recompensación economica. Entre ellos, sobretodo los autoproclamados dentistas. Y por último, hay quienes disfrutan de todo lo anteriormente mencionado. Uno nunca sabe con que le puede sonreir la vida de vez en cuando. Hasta el más casual y tranquilo de los paseos puede ser una oportunidad, si tienes la mentalidad y la capacidad para verlo, claro. Nadie lo pidió, nadie parecía necesitarlo. Pero ahí lo encontraron. Hasta los granjeros de las villas circundantes de Stromgarde agradecieron a la luz aquel regalo que habia sido enviado por heroes anonimos. Son estos detalles de la vida que la hacen plena y que valga la pena vivirla. // Jaja salu2 Ficheo
  20. Un Sacrificio por Quel'Thalas Parte II. La lucha que prometía ser corta y rápida, en cualquiera de las dos situaciones, se encarnizó. El grupo, apostado encima de la barricada derruida, usaba todo a su alcance para repelear la embestida de cádaveres andantes. Quizás los habian subestimado. Eran la basura de cualquier hueste de la plaga, pero muchos al fin y al cabo. Hasta la luchadora más experta hasta el momento empezó a sucumbir cuando la horda los alcanzó. Al mismo tiempo, mientras el grupo de supervivientes trataba por todos sus medios escapar ante la sentencia de muerte, al otro lado de la calle dos mujeres escapaban presas del pánico. Para desafortuadamente, torcer en la esquina que daba justo a la refriega. Ingenuas, no sabían donde se habian metido. - El caballero de sangre observaba sin ningún atismo de emoción lo que antaño eran sus compañeros. Ahora, al otro lado de la zanja, todo era diferente. No iba a batirse en duelo contra ellos, pues si una manada de carroña era capaz de plantarles cara. ¿Qué posibilidades iban a tener contra él? Para cuando su debate finalizó, dos mujeres más acudieron al encuentro. Osadas, se dirijieron hacia él, posiblemente imaginandose a un adversario tan miserable como su escolta de carroñeros. Ingenuas. Con las cuencas de sus ojos ardientes por la magía en que habia sido imbuido, fijó sus ojos en ellas. Sin embargo, una insignia en el pecho de una de las mujeres llamó su atención de tal manera, que no vaciló. Arrastrando el filo de su enorme mandoble, marchó hacia ellas. Su señor iba a agradecer sus cabezas. Después de todo, el arsenal ya habia sido desatado sobre la ciudad, era cuestión de tiempo. // Consecuencias: Habilidades:
  21. Un Sacrificio por Quel'thalas. Parte I Las botas golpeaban huecas cada zancada por el adoquín de las calles, marcando la rítmica y osada marcha que quebraba el silencio sepulcral del poblado. Sondeado peligros, a sabiendas de que cada esquina podía guardar la promesa de su muerte, cualquier precaución era poca. El grupo que habia sido enviado recorría completamente a ciegas, sin saber quien o qué podrían encontrarse una vez dentro. Contemplando el horror de la masacre, en sus mentes cualquier idea empequeñecía ante el motivo de su aventura. La salvación. Y fue esa misma quien puso en jaque su supervivencia. Perseguidos. Uno a uno, fueron enviados hacia la muerte que tanto tiempo llevaban evitando. Era demasiado tarde para los lamentos, como ratas, habian sido atrapados por sus cazadores. La duda quedaba supendída en el soplar del viento, y de la misma manera, se desvanecía. // Consecuencias: -- Uruviel encuentra una piedra mágica mientras el grupo trataba de reunir coraje. - El grupo ha sido encerrado por el propio grupo de no muertos que trataban de evitar. - Nadie hizo caso a Tyradrel. - Sin información onrol, el grupo sigue viajando a ciegas. - El grupo se ha estancado en una pelea. Habilidades: @Rolf como Tyradrel : Atletismo, reflejos, espadón pesado, advertir/notar, (salvar sacerdotes) (No se salvó) @Bastiáncomo Úruviel: Evocación Básica, Ilusión Básica, Encantamiento Básico, Mimetizar Imagen, Reflejos, Escalar, Callejeo, Buscar. @Aeon como Astaron: Reflejos, visión lejana arcana, @Shivacomo Feldraren: atletismo, adv/notar, escalar, espada pesada, buscar, reflejos @TitoBryan(Master) como Noahdiel: Adv/Notar, reflejos, atletismo, escalar
  22. TitoBryan

    Tzan'ko

    Atributos8 Físico6 Destreza6 Inteligencia8 Espíritu5 PercepciónValores de combate32 Puntos de vida32 Mana8 Iniciativa11 Ataque CC (Hacha de mano)9 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 3 Hacha de mano Destreza 1 Escalar 3 Defensa 1 Nadar 1 Sigilo Inteligencia 1 Leyes (Ley Trol) 1 Religión (Los Loa) 1 Supervivencia Espíritu 1 Voluntad 3 Encantamiento Sanguijuela 1 Esencia Vital 1 Guardar Esencia 1 Toque Vampírico 1 Detectar Vitalidad 1 Condenar Esencia Percepción 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Rastrear 3 Reflejos Escuelas/Especializaciones Energía Vital
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    Tzan'ko

    Nombre del Personaje Tzan'ko Raza Trol de la Selva Sexo Hombre Edad 24 Altura 2'40(+7 cm interpretativos por la cresta) Peso 154 Lugar de Nacimiento Islas del Eco Ocupación Adepto / Aventurero Descripción Física Tzan'ko es una masa de músculo y poder. Destaca a la par de entre los más altos y robustos guerreros del poblado. Poseé unas extremidades largas y potentes. Bien marcadas y rocosas, brindan un don que facilita la vida del guerrero. Con sus brazos, capaces de asfixiar en su agarre y propinar golpes que intimidarían a más de uno. Sus piernas, incluso más largas que sus brazos, son capaces de correr kilometros sin sufrir el minimo desgaste. Por el contrario, el físico burdo y salvaje de Tzanko hace que no tenga la mejor de las coordinaciones, siendo algo patoso en sus quehaceres cotidianos. Suele elegir prendas que resalten su poder físico, para concienciar a sus enemigos. Encima de la cabeza y del mismo color de sus abundantes tatuajes de guerra, una cresta se alza triunfante por encima de su cabeza, con ambos lados rapados. No suele variar mucho de ropajes, prefiriendo prendas ligeras aunque resistentes, que brinden la mayor libertad posible a su cuerpo explosivo. Entre sus retales suelen encontrarse los caracteristicos adornos tribales de su raza; desde cuernos, colmillos y calaveras, hasta trozos de madera tallados, con simbolismos y referencias a su Loa . Hay algo peculiar que resalta en su aparencia, y es que el constante manejo de las energias vitales durante tantos años, no han pasado inadvertidas para su cuerpo. Con grietas en las palmas de sus manos, estas poco a poco se embrancan en pequeñas venas e hilos de un carmesí brillaceo que zigazagean acompañando sus venas principales hasta llegar al codo, donde poco a poco se van difuminando hasta perderse entre sus tatuajes. Descripción Psíquica A pesar de la ferocidad de su aparencia, Tzanko presenta un caracter amigable, cálido. Le gusta el humor y disfrutar de los pequeños detalles de lo que lo rodea. Es manso y tranquilo, y siempre tiene algo que aportar en cualquier conversación. Lejos de la simpatía de su caracter, es predilecto a la violencia. Una violencia que parece atraer sin pedir. Es fácil de incitar y no piensa sus acciones más de una vez, guiandose por lo que cree que su Loa le dicta, y sintiendo la constante necesidad de ofrecerle obsequios. Sangre para el loa de la sangre. Tiene un coraje indudable y un afán de prestigio que más de una vez ha hecho que se vea embuelto en problemas graves. La idea de lanzarse a matar que para muchos parecería suicida, no tiene el mismo efecto en Tzanko. Su mentalidad esta hecha diferente, y aunque los peligros no le pasan inadvertidos, no se los toma como tales. Para él, la fama en combate lo es todo, y ningún otra preocupación de la vida parece importarle más que el renombre. ¿Locura? ¿Obsesión? ¿Una mezcla de ambas? Sea cual sea la respuesta, sus metas en la vida son claras. Y no hay nada que goce más que la sensación de ser importante entre los suyos, alguien en quien confiar, alguien en quien poder juntar espalda con espalda y saber que no tendrá que preocuparse por un golpe traicionero. Y a todo ello, le sigue su último pedestal. El Honor. Ficha Rápida Si (150 palabras mínimo) Historia Criado en la capital de los Lanzanegra, Isla del Eco. Tzan'ko no gozó de una infancia en familia, el cariño y la amabilidad no estuvieron presentes la mayor parte de su crianza. Desde el más pequeño, hasta la más anciana, todos los miembros de su numerosa familia contaban con el mismo don que Tzan'ko para hacer la guerra. Cuerpos rozando la excelencia, y maestria marcial rebosante en cada poro. Tzan'ko nació rodeado de guerreros, y como a un guerrero iban a tratarlo. Su padre, al igual que tios y familiares mayores, no destacaban en nada que no fuese el combate. Donde ahí si habian conseguido labrarse un nombre, por mero que parezca. Hasta que no tuvo edad para empuñar un arma, cada familiar, cada amistad de la familia y cada trol cercano dedicaron parte de su tiempo en la instrucción de Tzan'ko. Cosas básicas, los loas más venerables, a cual debía destinar toda su vida. No solo en lo espiritual, pues el entrenamiento físico, de supervivencia, y de cualquier tipo era rutina para el joven. Pues iba a necesitar todo el conocimiento posible cuando la mayoria de edad llamase. Y entonces, la vida de Tzan'ko dió el vuelco esperado. Junto a sus hermanos y primos menores, pronto empezarón a formar pequeñas escaramuzas fuera del poblado. Cuando la isla dejó de ser lo suficientemente emocionante, entre los más aguerridos de sus cercanos, empezaron las batidas de caza. Se armaban con todo lo que encontraban a su disposición, y salían de los limites de la isla, aventurandose en la mismisima Durotar salvaje. El afán de gloria, la cálida y encantadora sensación de arrancar un trofeo del cuerpo de sus victimas. La caza empezó a ser la nueva rutina, y en donde poner en practica los conocimientos que habian estado acumulando. Tzan'ko aprendió de los errores que no se debían cometer, pues no solo se perdieron amistades, sino a los de su propia sangre durante el camino. Fue durante un descanso en Cerrotajo en donde su destino acabaría dando un giro rádical. Pues durante su estancia en el poblado orco, consiguió amistarse con un orco anciano. El orco, en busca de discipulos, vió la promesa que ofrecía la juventud y el vigor de Tzan'ko, además de su estrecha relación con el mundo espiritual. Sus hermanos y amistades, empachados de gloria y proezas de caza, decidieron volver al hogar. A lo que, tras decidirlo y debatirlo con el grupo, Tzan'ko tomó sus pertenencias y se unió al camino del orco, que marchaba en direcciones opuestas a su gente, a Orgrimmar, la capital. Sería ahí donde el joven trol se convertiría en el nuevo y único pupilo del sanguinomante. Ahora, a una decena de la edad adulta y con un Tzan'ko que se habia curtido. La necesidad de demostrarlo no era más que leña para el fuego que avivava en su corazón ansioso. Habia aprendido todo lo que su familia habia sido capaz de inculcarle y las artes bendecidas por el orco. El resto estaba en sus manos.
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