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Stannis the Mannis

Los tres trabajos del tuerto-manco

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PRÓLOGO
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"La culpa siempre la tendrá otro, pero cada uno carga sus propios errores"

 

Era una fría noche de un martes, a las puertas de la parroquia de Costasur, el sol ya abandonaba allende los mares. El viento soplaba con algo de fuerza y silbaba por los oídos como flechas. Ya nadie quedaba por las calles del pueblo costero y mucho menos en su festividad regional; celebraban en privado el hecho de seguir vivos, pues era el aniversario del primer ataque de La Plaga y sus gentes tenían la costumbre de recrear ese día, se cerraban en sus casas y rezaban por los seres que habían perdido, los milicianos guardaban un receloso silencio en su vigia y el pueblo parecía haber muerto... pero esto sólo duraba unas horas.

Más fue la desdicha cuando Tiagus Rollers y Law cuyo apellido no nombraré, se encontraron confusos al ver el panorama. Esa noche, Tiagus cometió más de un error, pero quién podría culparle en el estado en el que se encontraba. La noche terminó para ellos dos de abrupto modo: Tiagus encerrado en la torre centinela y Law alegando a Elegost por haberlos dejado.

Al día siguiente, con las primeras luces del alba y habiendo cumplido sus deberes en la parroquia, Elegost tuvo que apresurarse para hablar con la autoridad local y sacar a su compañero del aprieto en el que estaba... Aunque no era fácil. Tiagus podría liberarse de su jaula de dos formas: Pagando una multa, la cual Elegost dijo que no podría pagar, o sirviendo a a la comunidad, a lo cual Elegost también dijo que Tiagus se negaría y supondría más un problema. Con todo en contra por la liberación de Tiagus, el miliciano custodio habló con el alguacil el cual le comunicó lo que debería hacer Tiagus para obtener el perdón de la comunidad e incluso algo más.

 

Estos eran los tres trabajo para el tuerto-manco. 
(Ordenados del más reciente al más tardío suceso)

1- Poner fin al demente y misterioso "Jevil" que atemoriza la granja de Dillan Fylon, al noreste de Costasur
2- Viajar hasta la mansión del terrateniente Quintillio Neuss, en la zona de las "Plantaciones/Prados verdes" y descubrir el paradero de su prometida. 
3- Acabar con la terrorífica criatura de nombre "Grendel" que mora en las montañas al este de las granjas de los Prados Verdes.

 

Si Tiagus lograba terminar un trabajo, podría volver a Costasur, con los crímenes perdonados pero sin posibilidad de acceder al ayuntamiento, a la casa de su difunta amante y sin la confianza de las autoridades. Si completaba dos, tendría la confianza, pero nada de lo demás. Si cumplía todos los trabajos... todas las puertas le serían abiertas y podría acceder al ayuntamiento y buscar información de su familia. 

Elegost y Law pues no obtendrían realmente nada salvo quizá la gratitud oculta de Tiagus y la experiencia que les daría cumplir estas hazañas. Aunque Elegost lo haría por su compañero, porque se lo debía luego de arrastrarlo por la comarca del oeste y haber cometido varios errores que el tuerto tuvo que pagar. Law por su parte ... lo haría por deber, compañerismo y lealtad.
 

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Estado e información de los tres trabajos del manco-tuerto:


1 - El misterioso caso del demente Jevil 

- En la posada de Costasur había un joven el cual era translúcido, pero físico. Posible afectado por un hechizo ¿Vinculado a este trabajo?

2 - La pérdida de una prometida [Trabajo en curso]

- Sin información por ahora - 

3 - La caza de la bestia

- Habéis conocido a un caballero anciano de la Orden de la Rosa Dorada, la cual tenía una compañera elfa de nombre Lan'Dramil la cual os ha dicho que "Grendel" es un personaje de una vieja leyenda que se ha repetido desde generaciones atrás. Que posiblemente no sea más que una bestia normal a la cual le hayan atribuido el papel de "Grendel"
- Os han dicho que en la "Ermita de la Luz Celeste" encontraréis más detalles sobre la leyenda de "Grendel"

 

 

Mapa de la región:


 

Aún tenéis que recolectar mucha información, héroes.

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Preludio

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"Como te han dicho... No será tan sencillo"

 

Cotasur. Miércoles por la mañana. 

Había pasado una noche luego de la trepidante historia de Law y Tiagus en la cual el último había terminado en una jaula. 

Después de una corta charla en la cual aclararon los detalles de los trabajos y lo que se lograría si se cumplían, Tiagus dispuso que la desaparición de la prometida del terrateniente era lo más primordial. 

Tiagus y Law pusieron rumbo al centro del pueblo mientras Elegost ultimaba los detalles para la marcha hacia las Plantaciones. Los dos hombres pararon en un granjero que vendía productos del campo, al cual compraron manzanas pero no tuvieron suerte en la obtención de información. El tuerto estipuló que la mayor oportunidad para obtener información sería.. la posada local.

En la posada no hubo suerte, realmente no lograron nada salvo perder a un juego de cartas, encontrarse a un joven translúcido el cual no tenía ganas de hablar con nadie, lograr que un anciano caballero jurara y partiera a la tumba de Uther y ... obtener "algo" de información sobre la terrible bestia de nombre Grendel, aunque venía de una elfa esta información, y la elfa no causó simpatías en Tiagus y Law, por otro lado la alta elfa tampoco era lo más agradable así que sólo unos detalles lograron para encauzar la caza. 

Con todo eso, la obtención de información en la posada se calificaría de insuficiente, tal insuficiente que la moral de los dos hombres cayó, lo cual decidieron buscar a Elegost y poner rumbo a la herborista que vivía fuera de los muros del pueblo costero. 

Con Tiagus con el equipo entregado por Elegost y una vez ya en la casa de la herbolaría, pensaban obtener cataplasmas y revitalizadores, pero los precios eran demasiado costosos y Tiagus tuvo que preguntar si ayudando a la mujer, este bajaría... a lo cual la mujer aceptó: Tendrían que obtener de alguna forma el valor de 40 cobres ya sea en monedas u otros afines, ya que era lo que el humano de nombre Sullivan "Manogrande" le debía a la mujer. Los detalles de por qué debía tanto no fueron revelados por la mujer.

 

Y así fue como el grupo tuvo que volver de nuevo al pueblo... con la esperanza de obtener lo que necesitaban y marchar. Decir que no estaban muy contentos por tener que ir cobrando deudas, sobretodo Law, pero el pobre hombre aceptó, como él dijo: se lo debía al capellán.

 

Tiagus consiguió la dirección de la casa de Sullivan, pero también el no poder volver a pisar la posada durante mucho tiempo (Motivo de que es un bocazas) Una vez ya en la casa intentaron dialogar con Sullivan, que se mostraba reacio a entablar la vía pacífica. Luego de varios intentos, Law vio al hombre desde una ventana de la casa, ahí le vio fumando grandes cantidades de flor de paz y alarmado por esto, Law se encaminó a tirar la puerta, pues las negativas de abrir por parte de Sullivan seguían. Mientras intentaba uno abrír la puerta a mazazos, otro vigilia a Sullivan, el cual se armó y esperó a Law.

Una corta pelea se armó, acabando con Sullivan inconsciente por el imponente Law. Luego el segundo llevó a Sullivan a el cuartel, donde le contó la anécdota a los milicianos. Tiagus por su parte rapiñó varias enseres para cobrar la deuda que debía Sullivan con la herbolaria.

En su búsqueda encontró cosas del pasado de Sullivan y en una vieja armadura que éste ocultaba, le dejó marcado en tinta que su familia se avergonzaría por la conducta que el hombre había tomado.

Con algo rapiñado, unos pocos fardos de flor de paz, Tiagus obstruyó la entrada de la casa, por si alguien entraba a robar y luego intentó vender los enseres varios. Pero no logró gran suma, solo el suficiente para junto la flor paz conseguida, devolver el gasto a la herbolaria.

Una vez más con la herbolaria, Tiagus discutió con ella el caso de que se había aprovechado de la situación del hombre, está reacciono diciendo que él no era mejor, y que ella sólo podía ayudarle mitigando la carga de Sullivan, no podía reparar el daño que el sufría. Al final, Tiagus sin pelos en la lengua e iracundo como era, determinó que poco más que era una sanguijuela. Al final, Tiagus no podría volver a ese herbolaría y ninguno si le acompañaba a él. 

Y con esto, abandonaron costasur.... aunque no sabían que rumbo tomar, pues Tiagus ni había mirado el mapa y no tenía mucha de qué rumbo tomar.

 

Resultado: Siete cataplasmas. Tres revitalizadores. La prohibición de entrada de Tiagus a la posada de la plaza y al herbolario a las afueras de Costasur. La detención de Sullivan que permanecerá en disposición judicial de la milicia.

Habilidades usadas:

Elegost (Master): Esencia sagrada para estabilizar a Sullivan cuando recibió el golpe de Law.

Law: Etiqueta - Defensa - Comercio - Leyes - Maza - Reflejos Rumores @Focus
Tiagus: Rumores - Reflejos - Comercio -  Advertir/Notar @SwordsMaster

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Los Prados Verdes - Propiedad de la familia Neuss 

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"Algo extraño se sentía en la zona, como si todo fuera un sueño, era demasiado tranquilo para lo habitual"

 

Saber general:

Esta zona se ubica al este de las Plantaciones, al comienzo de un valle entre cordilleras montañosas que limitan con las viejas fronteras de Alterac. 

Los Prados Verdes se compone de numerosas granjas y establos, pues la producción de la zona es totalmente ganadera. El origen de la explotación de la zona se remonta a un siglo, cuando la familia Neuss -originaria de Lordaeron capital- vino a colonizar y explotar el valle, el cual no había sido ocupado hasta su llegada, pues los pocos ganaderos de la zona estaban demasiado dispersos y eran en cierta medida autosuficientes. 

Los Neuss centralizaron la ganadería y la población local en las granjas de los Prados Verdes, las granjas se agrupaban cerca de la loma donde la familia Neuss había predispuesto su mansión y el perímetro de norte a sur era vigilado por enormes torreones. Las cordilleras que flanqueaban el núcleo provincial, suponía una buena defensa que ayudó en cierta medida, a defenderse de las Hordas Orcas durante la tercera guerra, pues la población podía refugiarse en las montañas como también avistar al enemigo con antelación desde las repartidas leves colinas de la zona.

Aunque el núcleo central de los Prados Verdes se encontraba bien defendido por sus dos torres, milicianos entregados, las cordilleras y la mansión de la familia, no se puede decir lo mismo de la Aldea de Acebeda, que se encontraba algo más al norte a los pies de la inmensa cordillera central de Trabalomas la cual llegaba hasta el reino de Alterac. La Aldea de Acebeda cayó una fatídica noche durante los turbulentos sucesos que acontecieron luego de la llegada del príncipe traidor. Esta pacífica aldea de pastores tenía un detalle histórico de albergar un milenario túmulo que se remontaba a los albores del Imperio de Arathor, cuando aún no se veneraba de forma total la religión de la Sagrada Luz. La aldea cayó en el olvido, los detalles son vagos pues nadie sobrevivió y la zona quedó para siempre maldita, ningún local se atrevió nunca a poner a su ganado a pastar cerca de aquella zona.

 

Familia Neuss:

Un siglo ha pasado desde que viajaran desde Ciudad Capital hasta la que es ahora su mansión familiar. Humilde familia de bajo linaje, respetuoso e incluso familiar con sus vasallos. Se rumorea -y algunos rumores fueron dichos por propios miembros de la familia- que abandonaron Ciudad Capital no solo por las oportunidades, si no para escapar de los entrecijos de la corte y nobles de Lordaeron, cosa que algunos toman como mayor muestra de su humildad y afán por ver prosperar la tierra.

El primer Neuss que colocó la primera piedra de la gran mansión solariega, fue: Natalio Neuss; Nombrado Sir por unas antiguas y ya olvidadas guerras contra terribles trols en la frontera norte del reino de Lordaeron. Natalio enseñó a su prole que, el derecho para dirigir a otros no podia venir por la sangre, si no por el sudor del esfuerzo, así les enseñó la amabilidad, la humildad, la justicia implacable y la moderación.

Ahora, el cabeza de familia es Quintilio Neuss, el cual lleva dos años dirigiendo la casa desde que su padre Tulio Neuss muriera afligido por una enfermedad complicada y extraña. 

Quintillio es el único Neuss que queda con vida, pues su madre falleció a dar a luz a su hermana nonata y algunos llevan tiempo temiendo el final de tan justos señores... 

 

Quintillio Neuss y su corte:

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El terrateniente Quintillio Neuss. Último de su familia. Protector de los Prados Verdes. 24 años. Serio, pero amable, caritativo y trabajador. Sus vasallos lo veneran porque lo toman como un igual, sólo que suele vestir ropas más limpias la mayor parte de las veces. 

El joven de cabello rubio, porte mundano y ojos azules, siempre se le ha visto de aquí para allá, hasta ayudó en varias ocasiones a milicias de Costasur en cuento a asuntos de bandidaje, lo cual siempre fue regañado por su mayordomo, pues el intrépido joven se ponía en peligro en más de una ocasión. 

Hace un año, buscando a unos ladrones de caballos, partió al norte de sus tierras junto a unos fieles compañeros... Nadie de las granjas sabe qué ocurrió, pero luego de una semana volvieron a ver al joven en la mansión, como si nada hubiera pasado, pero ninguno volvió a ver a los compañeros que le siguieron en aquella búsqueda. Al poco tiempo de aquel suceso, Quintillio anunció su compromiso con una misteriosa muchacha de nombre Karlai. 

Nadie del pueblo sabía de la procedencia de aquella mujer, pero pasado un año, cuando tenían que celebrarse los festejos de la boda... Karlai desapareció. 

Desde hace medio año, Quintillio ha ido poco a poco volviéndose más huraño, ya no salía a cabalgar o cuidar sus caballos, ya no se le veía en los festivos locales. La mayor parte de los deberes como administrador y dueño de la tierra han pasado a su mayordomo. El joven señor parece haberse marchitado aún más por la desaparición de su prometida y las gentes rezan por él cada día... Los rumores vuelan por toda la zona, por mucho que su mayordomo intente acallarlos.

 

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Catharamir el mayordomo (y según algunos; Regente) durante dos generaciones de la familia. Leal, serio, de pocas palabras, veterano de guerra, gallardo... Catharamir podría haber sido un caballero o miembro de alguna orden de caballería, posiblemente lo fuera. Pocos en los Prados Verdes saben la historia del mayordomo, algún anciano queda que aún recuerde viejos tiempos, pero incluso los más ancianos le recuerdan ya como un hombre adulto, con la misma seriedad y la misma cicatriz en la cara. 

El anciano pero vivaz mayordomo sabe que el misterio impone respeto y él no da prenda suelta para contar su historia, ni cuando le han invitado a más de una pinta en la posada local han logrado sonsacarle algo sobre él o la familia a la que sirve.

Aunque el mayordomo no inspire tanta confianza, los Neuss siempre han confiado, siempre le han tenido como un padre y Quintillio siempre le ha adorado más a él que a su mismo padre ¿El motivo? De nuevo, pocos o nadie lo saben. El Neuss serían cercanos a sus siervos, pero en materia de vida privada todo era un misterio. 

Catharamir es ahora la mayor autoridad visible de las tierras y se muestra recíproco a toda información que administren sobre la prometida de su señor. Pero que nadie espere un tacto cálido de él.

 

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Belgario de Hulbert el Capitán. Este hombre es el encargado de un grupo de entregados hombres que actúan como milicia y guardia de Quintillio. Los tiempos que corren han hecho que se busquen y ofrezcan tierras a intrépidos hombres, para que se queden y formen parte de la guardia del terrateniente; Belgario fue uno de estos hombres.

El orgullo pero simpático capitán miliciano, era originario de Ventormenta, la vida le llevó al norte y ... sin más, aceptó la proposición de Tulio Neuss, anterior señor de las tierras. Ahora, él se ocupa de todo problema en la zona, aunque dependen de las tropas imperiales y las de Costasur, pero el orden lo mantiene él y no le tiembla el pulso a la hora de hacerlo.

Ayuda a todo aquel dispuesto a resolver el misterio de la desaparición de Karlai. No tanto por obligación a su señor, más por quitarse un poblema de encima.

 

Situación actual de Prados Verdes y la mansión:

-Desconocida para nuestros protagonistas-

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