Requisitoria al mando militar. Asunto extraoficial

[Stannis the Mannis 1.018]

La oscuridad en la buhardilla era total, salvo por una solitaria luz de una lámpara de aceite, que velada por el hombre que se mantenía escribiendo gracias a ella, permanecía iluminando la maciza mesa de escritorio y nada más.

La medianoche había pasado ya, la casa entera era silencio. De los tres habitantes; uno dormía: una niña en su cama, abrazado a su peluche en forma de múrloc. Una elfa, que se denotaba por el leve brillo de sus ojos y que aún se mantenía despierta, observando al último habitante: el montaraz, que seguía escribiendo.

Elegost estaba cansado, había pasado gran parte del día cabalgado y mucho más.... Podría haber hecho esto por la mañana, pero no, él quería hacerlo antes de dormir, antes del alba y entregarla él mismo con la mayor presteza posible.

Esta carta la entregará Elegost mismo al mando militar superior, pues era un tema a tratar bastante peculiar. 

 

Sargento Elegost Friederich Faler von Falveri. IX Compañía. Legio 13ª Calle Principal. Nº 3 5/3/31   Para el oficial de la IX Compañía.   Con la Luz, mi oficial. Primero decir que la misión de partida de exploración a Ocaso, ha sido abortada y al parecer la general llevada por el señor Miller de la renombrada Mano de Plata también ha sido abortada. La Luz ya sentenciará ese asunto. El motivo de esta carta es otro muy distinto pero a raíz de eso. Lo vivido en Ocaso y en otros ambientes oscuros, donde magias heréticas, profanas, así como el contacto con malnacidos corrompidos, me ha demostrado que me superan. En muchos aspectos. Soy un batidor principalmente: Avanzo, oteo, detallo lo visto y actuo ¿Pero cómo hacer eso  cuando lo que veo no lo comprendo ni puedo vencerlo con las armas que los hombres forjamos? Me creo un hombre de virtud, piadoso y de respeto en la fe. La fe es importante, pero la fe  no puede hacer nada contra espectros, ni las flechas de mi carcaj... Busco el amparo de otros compañeros más versados en la metafísica, en hombres a los que la Luz les ha bendecido y yo me pregunto ¿No puedo ser uno de ellos?  Quiero pediros, la oportunidad de ser versado en las artes eclesiásticas más puras y versátiles para un hombre de armas como yo. Quiero enriquecer mi alma, mi mente y mi fuerza. Quiero ser de utilidad para su Majestad la Emperatriz, para los hombres y mujeres del imperio, para la  misma Luz. Concededme ser entrenado ya sea por la Mano de Plata o por Iglesia. Buenas relaciones creo tener con miembros de ellas, e incluso de las otras órdenes militares, pues con ellos he vertido sangre y sudor. Algunos de sus miembros darán buena fe de mis palabras y darán su opinión para bien o para mal de mis intenciones. Así pues os presento mis logros, mi renombre, mi buen hacer y mi determinación, pues yo solo busco defender este Imperio de la humanidad, así como salvar mi alma. Decir que de joven fui educado en el monasterio de Lordaeron, que iba para el sacerdocio antes de que el destino me llevara a la militar. La Luz es un misterio para mi, pero como cualquier hombre con buena educación me enorgullece decir que lo básico al menos sé.   Finalizo ya pues, esperando la respuesta, que ya sea aceptada mi propuesta o no, se me diga. Y qué podría hacer para volver una negativa en una aceptación.

 

Y acaba ya la carta, el montaraz guardó todo, dejando que la tinta se secara. Observa a su "hija" en la penumbra, dormida plácidamente. Luego llevó la vista a la cama grande que le esperaba, donde una rendida elfa había caído ya en el sueño.

Qué dirían de él... Sea como sea, no le importaba o no pensaba en ello. Se metió en la cama y pronto tardó en dormirse, aguardando a la mañana siguiente para entregar su carta.

 

 

OFFTOPIC:

Spoiler

Hace ya un tiempo -Un año concrétamente casi, a falta de un mes- Hablé con Malcador, preguntándole esto: > Link

Los puntos nombrados ya han sido superados, de soldado pasó a sargento. De mindundi pasó a tener cierto renombre. Ha conocido a varios personajes. Ha hecho varias acciones -ya sean victoriosas o no- Ha vivido cosas que no otros han vivido. Por lo que veo ya oportuno mandar esta carta, aprovechando el último rol: La misión a Ocaso nombrada en la carta, que en cierto modo es un punto de inflexión tanto en fe como en implicación. 

Así que bueno, nada más, esperando quedo. 

Un saludo.

 

@Cernunnos 
@Malcador
@Vagabundo

[Malcador 2.009]

La misiva acabará llegando a manos del Sargento Faler Von Falveri, entregada en mano en el propio cuartel de la Villa cuando acuda por la mañana para organizar a sus hombres, entrenar y repartir guardias, así como otras responsabilidades de sargento. 

Más de uno se echará alguna chanza amistosa a su costa, el Sargento Fraile, pero en general que se tome con responsabilidad su deber como hijo de la Luz es algo visto con buenos ojos tanto por los hombres a su cargo como por sus superiores.

 

Al Sargento  Elegost Friederich Faler von Falveri. IX Compañía. Legion 13ª establecida en Villadorada Su petición es ciertamente un tanto curiosa y estrambótica, Sargento. Aun que todos somos hijos fieles de la Luz, cierto es que nuestra labor, con espada, arco y balista, no suele ser compaginable con la labor eclesiástica, ni con sus deberes. Somos soldados del Imperio y a la Emperatriz servimos con sangre, espíritu y voluntad, más cierto es que como decís la oscuridad prolifera en todas las esquinas, pese a la inestimable ayuda tanto de los honrosos sacerdotes como los valerosos Paladines. El permiso que solicita es uno que rara vez se pide, y aun menos veces damos. Pero en base a su experiencia, méritos, y en base a las necesidades actuales a las que se enfrenta nuestro amado Imperio y Reino de Ventormenta, será concedido. Será usted exento de sus labores como militar durante un mes completo, el cual habrá de pasar, de vida monacal, en el cuartel de la Mano de Plata de Villadorada, entrengandose en cuerpo y alma a absorber todo conocimiento que la Iglesia de la Luz, con la cual ya nos hemos comunicado, considere prestarle, y que pueda ser necesario y útil para el desempeño correcto de sus labores para con el ejército de su gloriosa majestad Meriane Ellerian I. Una vez regrese, habrá de repasar con el capellán de su compañía sus conocimientos, y si este lo ve necesario le ayudará en sus labores religiosas para que no olvide lo enseñado por la santa Iglesia de la Luz. Esperemos que aproveche esta oportunidad, y demuestre los altísimos honores e instrucción Imperial en su estancia con la Iglesia.   Gloria al Imperio, Bendita sea la Luz, y larga Vida a la Emperatriz, Frederic Garza Llorac, Capitán de la Octava Compañía de la 13ª Legión en Villadorada