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Lectura, ayuno y práctica; lectura, ayuno y práctica; lectura, ayuno y práctica. No paso mucho tiempo antes de que el orgullo y los deseos mas banales fueran doblegados para dar paso al verdadero conocimiento, rutina tras rutina, semana tras semana, Arthur había perdido sus instintos básicos de supervivencia para dar camino a las enseñanzas mas importantes sobre la luz sagrada. Sin embargo, el entendimiento nunca es completo y menos para alguien tan inexperto y alejado de las virtudes de la luz, estudiar el respeto lo devolvía a la vieja granja familiar donde su madre era la única bastante entendida para explicar lo que era luz y lo que significaba para la humanidad. Cruzaba por la tenacidad y recordaba sus días como soldado de Sir Robert Deyle, tanto tiempo sin hogar mas que el campo de guerra había despertado un único fuego que lograba hacerlo vivir para el combate. Al final, la virtud de la compasión despertó incertidumbre en él, su primer pensamiento fue helena su esposa y su pequeña hija Elaris quien era solo una recién nacida cuando volvieron a la granja, también volvía a su mente el recuerdo de Derick el huérfano quien recibió en la granja sin miramientos aun cuando atento contra su vida. Aun así, la incertidumbre sobrevino cuando recordó las huestes de los renegados no muertos reclamar las tierras con sangre y peste. Nada quedo después de ese día mas que el rencor y resentimiento. Las palabras se volvían incomprensibles para Arthur la compasión no tenia cupo entre sus principios, lo había demostrado más de una ves en el combate, su mandoble reflejaba su poca practicidad para la condolencia. Sin embargo, no pensaba abandonar sus estudios, necesitaba respuestas a tan complicada virtud, aun cuando no fue previsto, se encontraba cerca de tal ves los primeros atisbos de compasión que se pudiera aplicar. Los clérigos hermanos de la abadía de villa norte eran respetados por su larga tradición la cual envolvía muchos mitos y verdades que debieron ser plasmadas en algún momento, y que debieran estar guardados en aquel valle.

Cuando las lecturas acabaron seguía el entrenamiento. Los reclutas del hospicio quienes iban en un aumento se reunieron en la parte trasera del hospicio donde las chozas maltrechas terminaban y empezaba el paisaje virgen, era el lugar perfecto para combatir y medir sus habilidades. Arthur ya había citado a Laris al entrenamiento luego de su charla sobre las dificultades que tenía Arthur con las virtudes de la luz, Miela y Layla por su parte, midieron sus habilidades una contra otra. Aunque Arthur ya tenia el gusto de combatir codo a codo con el hermano Laris nunca se había medido en combate singular contra él. El recluta luchaba con escudo y espada corta, golpeaba el escudo con el pomo de la espada la cual descansaba sobre el latón de que cubría la extendida defensa, técnica que recordaba a las más primitivas de la humanidad. Arthur miraba atento sus movimientos rápidos y abiertos, un baile que tenia por meta encontrar el punto débil de su hermano, Arthur, sin embargo, se mantenía en su sitio, ya antes recordaba lo que implicaba levantar su espadón. Tenia claro que su cuerpo era su mejor barrera y lo único que podría romper defensas para asestar un único e intenso ataque de su espadón. Al final, la lección quedo clara para ambos, Laris aprendió a responder rápidamente a cada situación aun cuando fuera un golpe desfavorable, podría torcerlo en un golpe exitoso para él, sin embargo, mas que su agilidad necesitaría mayor fuerza física para sostener una defensa duradera. Arthur por su parte había perfeccionado su combinación de puños certeros para exponer puntos débiles que aprovecharía inmediatamente para levantar su espadón en un ataque enfocado, al final haría falta reforzar los guanteletes si pensaba exponerse tanto. Enseguida, el alegre Gnomo Talflink se unió al grupo para entrenar también, se midió contra Arthur acompañado de un par de dagas. el recluta blandió el mandoble contra el explorador de 1° clase el cual recibió la parte roma con la coronilla en lo que supuso un fuerte golpe para el gnomo. En seguida, en una temeraria maniobra del gnomo - Engañar al incauto hombre - Escalo por la espalda de Arthur hasta su cabeza propinando un sin fin de golpes con el mango de las dagas. - Me rindo, me rindo - Pronunciaba mientras caía de rodillas rendido ante la superioridad estrategica del gnomo. El pequeño explorador se disponía a bajar de los hombros de Arthur - ¿Y bien? ¿Han Aprendi-? - Antes que el gnomo terminara sus palabras, Arthur aseguro las piernas del gnomo para levantarse de nuevo con él encima, - ¡Que los enemigos de la luz teman al explorador Talflink y su corcel! - El maduro hombre empezó a correr en círculos gimoteando y sacudiéndose, Tallflink siguio el juego en seguida emocionándose de igual forma y tomando la cabeza de Arthur con ambas manos como si de riendas se tratasen. El gnomo explorador dirigió a su fiel corcel directo a un blanco fijo, - ¡Hay que purgar al hereje de hojalata! - Arthur no dudo en correr directo hacia Laris. En el ultimo instante, en un despliegue de gran agilidad, Talflink salto de los hombros directo hacia Laris logrando sujetarse de su nueva montura, Sin embargo, este corcel no buscaba la gloria sino la ruina de su jinete, corrió en dirección a la pared mas próxima con intenciones claras. Ambos terminaron en el suelo finalmente, pero la lección fue aprendida: En la batalla cualquier estrategia es valida para sobrevivir. Luego del divertido final, Arthur se retiro exhausto de nuevo al hospicio, aun tenia preparativos que finiquitar para su viaje a Villanorte.

TIERRA SIN LUZ El viento parecía estático aun para las nubes de polvo que se movían en el cielo cubriendo el sol, una señal de que la luz estaba lejos de este sitio. Los soldados apostados en la barricada oeste contenían el aliento para no interrumpir el silencio fúnebre que rodeaba el lugar, algunos de ellos intercalaban miradas con sus compañeros esperando no ser los únicos que mostrase miedo en su rostro. Ya hace unos minutos que la alarma se había dado y los demás soldados de la llama carmesí, dispersos por todo el centro del pueblo, se acercaban a la barricada completando la formación. Los recién llegados no estaban seguros de lo que sucedía pero si se daba el llamado a las armas en este lugar sumido en la oscuridad de la Plaga era motivo suficiente para temer. A diferencia de sus compañeros abajo, los soldados en la barricada tenían motivos suficientes para desenfundar las armas y temblar si su carácter no les era suficiente para mantenerse rectos ante los horrores frente a ellos. La colina más lejos de Cruce de Corín no era el paisaje más llamativo, hace mucho que sus verdes pastos habían caído al fango de la corrupción, sin embargo esto no era lo que horrorizaba hoy al batallón apostado en el centro del pueblo, sino los antiguos habitantes del pueblo entremezclados con otros humanos levantados en la no-vida que completaban al menos cincuenta Necrófagos cubriendo la colina en un negro ejercito de carne pútrida con ojos llenos de odio y necromancia. Cuando las huestes no muertas se desperdigaron en el campo la confusión reino más que el alivio de no ser atacados, pues varios necrófagos aún permanecían en la colina para luego emprender la marcha hacia las desoladas calles periféricas de Corin. Era la señal que el explorador de primera clase Eleandris esperaba para dar la inevitable orden de retirada.

La luz misericordiosa ilumine todos sus actuares como lo ha hecho hasta ahora. Mi nombre es Arthur Render he atravesado Arathi para llegar aquí dejando atrás la tierra que cultivaba y la familia que amaba, pues las putrefactas huestes de renegados apostados en el antiguo puesto orco me ha arrebatado ambas cosas. La luz me ha dado una nueva oportunidad para remediar mis errores del pasado pues aunque tengo la habilidad necesaria con la espada para haber participado en la campaña que emprendieron los cruzados de la orden escarlata, desobedecí la voluntad de la luz procurando por el bienestar de mi familia lo que repercutió en las perdidas que hoy carcomen mi alma y el arrepentimiento que plasman estas palabras. Si la luz ha me ha protegido durante este viaje hasta Stromgarde es para que remedie las decisiones alejadas de su justa voluntad, por eso pido toda la clemencia que esta orden posee para recibirme como recluta en sus filas pues mi nuevo camino es nunca negar los designio que la luz tenga preparado para todos nosotros. Así mismo pido que la misma misericordia caiga sobre el joven Derick, quien me ha acompañado en este largo viaje y no posee ningún familiar, mas siempre ha estado bajo mi protección y no puedo dejarle abandonado ahora que se ha quedado sin ningún otro lugar a donde ir, por lo cual espero sea bien recibido y sea de utilidad en las labores que le sean encomendadas. ARTHUR RENDER A los veintisiete días del cuarto mes del año treinta y uno. @Malcador

Nombre: Arthur Render Atributos8 Físico6 Destreza6 Inteligencia6 PercepciónValores de combate32 Puntos de vida18 Mana8 Iniciativa12 Ataque CC (espadon pesado)12 Ataque CC (combate sin armas)8 Ataque CC Sutil (daga)10 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 4 espadon pesado 4 combate sin armas Destreza 2 daga 2 Cabalgar 1 Escalar 4 Defensa 1 Nadar Inteligencia 2 Leyes 2 Religión 2 Sanación/Hierbas Percepción 2 Advertir/Notar 2 Buscar 1 Rastrear 2 Reflejos 2 Rumores Escuelas/Especializaciones