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Lady Soup

Héroe Caído
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  1. Atributos
    8 Físico
    6 Destreza
    6 Inteligencia
    6 Percepción
    Habilidades
    Físico
    3 Atletismo
    2 Maza de Guerra
    2 Combate Desarmado: Equilibrado
    Destreza
    1 Cabalgar
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Nadar
    Inteligencia
    2 Fauna
    2 Leyes
    2 Religión
    2 Supervivencia
    2 Tradición/Historia
    2 Herrería
    2 Sastrería
    2 Sanación/Hierbas
    2 Detectar Entes Malvados
    3 Proteger esencia
    2 Crear Luz
    2 Reprender Esencia
    2 Purificar agua
    2 Detectar malestar
    3 Sanación de toque
    2 Resguardo contra el Miedo
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Callejeo
    1 Etiqueta
    2 Música: Voz
    2 Rastrear
    2 Reflejos
    1 Rumores
    Valores de combate
    32 Puntos de vida
    18 Mana
    8 Iniciativa
    10 Ataque CC (Maza de Guerra)
    10 Ataque CC (C.D. Equilibrado)
    8 Defensa

    Escuelas/Especializaciones

    • Luz
      • Sagrado

     


  2. Atributos
    6 Físico
    6 Destreza
    7 Inteligencia
    7 Percepción
    Habilidades
    Físico
    2 Atletismo
    Destreza
    2 Cuchillo
    2 Cabalgar
    2 Escalar
    2 Defensa
    2 Nadar
    2 Robar bolsillos
    2 Sigilo
    Inteligencia
    2 Leyes
    2 Religión
    2 Tradición/Historia
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    2 Bailar
    2 Buscar
    2 Callejeo
    2 Disfraz
    2 Etiqueta
    2 Música: Arpa
    2 Música: Laúd
    2 Música: Voz
    2 Comercio
    2 Poesía
    2 Reflejos
    2 Rumores
    2 Dibujo
    2 Arte Literario
    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    21 Mana
    9 Iniciativa
    8 Ataque CC Sutil (Cuchillo)
    8 Defensa
    Escuelas/Especializaciones
    N/a

     


  3. Alfhild Ventalia

     

    DATOS BÁSICOS

    Nombre del Personaje: Alfhild Ventalia
    Raza: Humana
    Sexo: Mujer
    Edad: 21 años
    Altura: 1'93 m
    Peso: 89 kg
    Lugar de Nacimiento: Ventormenta
    Ocupación: Novicia de la Mano de Plata


    DESCRIPCIÓN FÍSICA

    Su piel es oscura, sus ojos de un brillante azul. Lleva una melena larga y negra, usualmente suelta. Mide varios centímetros por encima del metro setenta y cinco y su peso es acorde a su altura. Impone, vaya, ya sea con su mirada, estatura, presencia o una combinación arbitraria de esas características. Es un armario de chica, vaya.
     

    DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

    La actitud de Alfhild frente a la vida es sumamente optimista. Es una chica alegre, confiada y decidida. Alguien que valora a los suyos con sumo aprecio y se sacrificaría sin dudarlo por ellos. A todos los efectos parece una réplica de su padre, Reinhardt, salvo por el físico.

    Su actitud, afable y extrovertida, suele calar mucho en la gente, ya sea para bien o para mal. Encantada de estar siempre en primera línea para todo, beber más que nadie en la taberna y, principalmente, charlar, es alguien que, por encima de todo, adora estar con gente.
     

    HISTORIA

    Nativa de la capital humana, Ventormenta, Alfhild siempre fue una chica bastante viva y despierta. Alguien que jugaba con todo el mundo y tenía una vida feliz y tranquila de la que hacer orgullosos a sus padres.

    No sufrió tragedia alguna en ningún punto de su vida. Al contrario, creció como alguien normal, con mucha gente que la apoyaba y sin mayor preocupación que que iba a hacer la siguiente tarde. Incluso encontró el amor y perdió la virginidad antes de los quince años, más idílica —para los estándares económicos de su familia— su vida no pudo ser.

    Quizás, lo más destacable en su infancia fue la fuerte admiración por su padre y la tarea que realizaba para el reino —y, en la actualidad, el Imperio—. Una carrera en que decidió seguirle ingresando como novicia en el cuerpo armado de la Iglesia conocido como la Mano de Plata. No es que antes de eso fuera muy religiosa, cumplía con sus deberes y ya, pero en cierto modo sintió la llamada de la Luz después de que el azote atacara las tierras humanas.

    Sí, eso pasó hará ya unos años, pero como es evidente la muchacha no pudo alistarse de buenas a primeras. Primero sirvió por un tiempo en el ejército de la Emperatriz y, tras eso, se puso un poco al día de todo el tema religioso con el que iba bastante atrasada —incluso ya de novicia, en la actualidad, casi que sigue un poco igual—.

    Por ende, no fue hasta el pasado reciente —apenas unos meses atrás— cuando empezó su carrera en la Mano de Plata.

    Sirvió por un tiempo en el monasterio de Yorkshire, donde aprendió y estudió más a fondo los caminos de la luz. Tras eso, fue destinada temporalmente a la Tumba de Uther, como guarda, antes de ser trasladada a la Vigilia de la Luz. La vida en el frente del norte no es que le agrade, pero trata de sobrellevarla con optimismo.

    No es que sea la novicia con más luces, tampoco la más avispada o reglamentada, pero sí, quizás, la más dedicada. No solo a sus ideales, que le importan, si no sus compañeros. Esa hermandad en la que se ha terminado metiendo y que tanto le agrada.

     

    La siguiente carta, escrita en una pulcra y directa caligrafía propia de todos los miembros de la Iglesia de la Luz con la debida educación eclesiástica.

    Su remitente, como indica la cubierta del sobre, es el Paladín Francisco Espósito, estacionado en la tumba de Uther y, dirigiéndose en esta carta, al Escudero Jared Miller, segundo al mando de la Vigilia de la Luz.

    Al escudero Jared Miller,

    Le escribo esta carta para informarle —como ya es protocolo— de los suministros y refuerzos que partirán la próxima quincena. En su mano queda informar al Protector Thomas Benet, del Alba Argenta, con la mayor premura posible para que planifique el progreso del puesto acorde a lo que les podamos entregar:

    Una corta lista de datos vagamente precisos precede a la siguiente sección del texto. Se tratan de detalles clasificados que no deben ser vistos por ojos indiscretos por lo que, evidentemente, se omiten de esta transcripción.

    En caso de que tengan una petición en concreto, por favor, mandenla por escrito lo antes posible por uso de mensajero con tal de que, en la medida de lo posible, tratemos de incluirla en el envío. Sin embargo, no se confunda. Asegurar la llegada de dicho material es algo que me resulta imposible, ya sea por preparación o, directamente indisponibilidad del material.

    Entrando en lo que deseaba comunicarle: Como habrá podido observar, una iniciada de nuestra más sacra orden se incluye en el viaje. Su nombre, dado que no ha sido citado en la lista, es el de Alfhild Ventalia. Una prometedora miembro que acudió a los brazos de la Luz hará ya unos años.

    Huelga decir que la conozco personalmente, tanto a ella como a su padre —siempre buenos amigos de mi familia—, y he supervisado las etapas finales de su educación en nuestros caminos. Ya le aviso, es un hueso duro de roer.

    Si bien la muchacha es una firme seguidora de nuestros caminos, cantando incluso en la parroquia de Santa Ignacia en Ventormenta, me veo en la obligación en señalar que se toma las virtudes quizás demasiado a la ligera. Un hecho que espero que corrija en su estancia con usted.

    En lo referente a la segunda no tiene nada de lo que preocuparse. Pocas novicias he visto más entregadas a la causa a lo largo de mis años al servicio de la Mano. Sin embargo, en la Compasión ocasionalmente flaquea y, en el Respeto, se tropieza constantemente.

    Prepárese, Escudero, pues suele realizar bromas que no vienen a cuento, comentarios directos y poco sensibles y, en ocasiones, hablar, ignorando los protocolos de la conversación, causando más de un lío del que la he tenido que sacar.

    Sin embargo persista y cuente con ella para lo que requiera. No tiene problemas en cumplir las órdenes —fruto de su servicio en el ejército, expediente que le adjunto— y posee unas dotes sanatorias que rozan lo milagroso. Hará un buen trabajo, si se la deja, en la enfermería de la Vigilia, aunque ella, sin dudas, le dirá que prefiere ir al frente. Trate de fomentar eso, le ayudará a mejorar en su segunda virtud.

    No le costará mucho distinguirla dada la ya entregada explicación, sin embargo procederé, por si las moscas, en caso de que usted no pueda recibirla en el lugar —hecho que, aunque comprendo, me entristeceria—.

    Se trata de una mujer alta. Mucho más de lo que suele verse, se lo aseguro. Sus ojos son azules y su piel oscura. Gasta una figura sorprendentemente cargada, de brazos fuertes y aspecto intimidante. No tema, no haría daño a una mosca pese a portar una descomunal maza.

    Le deseo fuerzas, pues, y mucha fortuna en la tarea que tiene por delante. Tanto en el servicio que presta para todos nosotros en el frente como en el hacerse cargo de esa muchacha.

    Los necesitará.

    Que la Luz le acompañe.

     

    Atte, Paladín Francisco Espósito.

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  4. Caidalanis Buscaluna

     

    DATOS BÁSICOS

    Nombre del Personaje: Caidalanis Buscaluna
    Raza: Sin'dorei
    Sexo: Hombre
    Edad: 130 años
    Altura: 1'74 m
    Peso: 62 kg
    Lugar de Nacimiento: Quel'thalas
    Ocupación: Trobador


    DESCRIPCIÓN FÍSICA

    De cabello rojo, corto y puntiagudo, contando con una piel inusualmente blanca y el habitual brillo verde en los ojos de su pueblo, Caidalanis, más allá de presentar una apariencia delgada y alta —se le podría describir como “un palillo” en cuanto a estructura corporal—, no es que destaque en cuanto a facciones. Nariz puntiaguda y pequeña, orejas y cejas largas, una lengua bastante larga y unos labios carnosos. También tiene dos tatuajes —una gota y una estrella— debajo de cada ojo.

    Su ropa, flamboyante y colorida, es lo que cabría esperar de un elfo. Si eso, cabe destacar, que sus zapatos terminan en una curvada de punta ascendiente y, ocasionalmente, tienen tacones.
     

    DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

    Caidalanis es, ante todo, alguien que le gusta divertirse. Errar las tierras de un lado a otro, disfrutar de los placeres de la vida y, ya que está, hacer disfrutar a otros. Bastante inteligente aunque en ocasiones se haga el estúpido.

    Un elfo extrovertido, curioso, entrometido y, ante todo, muy kinky. Alguien que busca tener una vida plena tanto en lo material como en lo espiritual, tratando de encontrar inspiración para sus versos en todos los aspectos de la vida. Un artista dedicado a su trabajo, vaya.

    Se trata de un Sin'dorei siempre sonriente y atento. Lo cual es gracioso, pues también tiene un sentido del humor muy negro y un lado considerablemente sádico.
     

    HISTORIA

    De todas las palabras con las que se podría describir a Caidalanis, decepción, quizás, sería la que usarían sus acaudalados padres.

    Proveniente de una familia aristócrata de la capital, Lunargenta, con buenas conexiones en Alto Reino, sus padres esperaban para este chico que ingresara en el Ejército del Sol o en alguna Academia Mágica llegada la edad. Un hecho que, más pronto que tarde, vieron frustrado. Sin la nobleza para lo primero y la disciplina para lo segundo, Caidalanis simplemente renegó de esa vida.

    Siguiendo sus instintos y pasiones se limitó a vagar de un lugar a otro de los reinos del este, un camino que siguió durante años y con el que se terminó haciendo una idea del mundo mucho más amplia que la del elfo gente común y corriente. La inspiración llegó a él en muchos lugares y a muchos niveles. Académicos, historiadores y, por lo general, otros artistas, fueron la compañía de su preferencia por esos años.

    Cuando el azote llegó y eso provocó el cisma de su pueblo, podríamos decir que su visión pragmática de la vida hizo que no tuviera reparos en hacer lo necesario para sobrevivir una vez la fuente solar fue atacada. Elegir, pues, aprender esa técnica de succión arcana fue lo lógico a sus ojos. Tampoco es que se arrepienta de ello, de hecho, hasta vió en ese evento el modo de librarse de su familia, así que no hay mal que por bien no venga, solo que al revés —tranquilos, no los mató, se fueron a Quel’danil—.

    En los años posteriores no es que se dedicara a hacer nada relevante. Enfrascado en su arte, sus versos y sus musas —y musos, o como se diga— simplemente ha seguido con su vida, como si nada hubiera pasado. No es que le importara en primer lugar.

    Cabría destacar que, recientemente, terminó en cierto modo enrolado en el culto de la Sombra. No es que su creencia en la fé verdadera sea la más ferviente de todas, pero tampoco es lo que se clasificaría como un jodido hereje. Cree en la dicotomía de luz y sombra, así como su poder, eso está claro.

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  5. Con unos alocados dos días a sus espaldas y una pausa indefinida a su tarea personal en Bahía del Botín, Jenny, bajo las instrucciones de Jaelle, se dirige al mercado del puerto para investigar acerca de su vía de escape del lugar, una azucarera que atraca a intervalos irregulares que, obviamente, planean robar.
     
    Al llegar al mercado, entrando por la salida —como no— un tahúr Goblin la distrae con promesas de que es una elegida. La pelirroja no cae precisamente en la artimaña pero le sigue el juego. Eventualmente este se harta y la manda a cagar.
     
    Sin embargo Jenny no se da por vencida con el bichejo y, tras espiar un intento de timo fructífero, emerge de un lado para hacerse pasar por una lacaya de un capo local. La cosa, tras un tira y daca, parece colar. Así que, siguiendo el juego, le va sacando poco a poco información sobre el puerto y los del azúcar hasta que, finalmente, empieza a sospechar.
     
    Zafándose de la conversación entre silbidos, pronto se dió cuenta de que dos tipos la seguían. Dos tipos que, pronto, se multiplicaron hasta casi media docena. Haciendo un uso magistral de las artes del robo y el disimulo, logró agenciarse suficientes pañuelos como para ocultar su identidad ¿La pega? Que no fue tan buena con el disfrazarse y terminó dando el cante más.
     
    Así pues, con esas gentes cada vez cercándola más, poco pudo hacer más que escabullirse de la zona. Había mucha gente, y soltar tanto pañuelo en el suelo seguro que fue una buena distracción, no por nada, logró su objetivo.
     
    Finalmente llegando a la zona más cercana a la entrada, un olor a azúcar, tenue y dulce, llegó a su nariz. La azucarería estaba cerca, la gente salia contentísima del lugar cargando sacos de olor a dulce. Era su objetivo, y sin nadie siguiéndola, es donde decidió meterse.
     
    Dentro encontró una mujer de traje rosa tras el mostrador, así como una clientela mucho más ilustre que su persona. Tras una breve charla con la dependienta y el hacer una debida cola, compra uno de esos panes dulces y hace algunas preguntas sobre el comercio. Se marcha del lugar mientras la dependienta la mira con seriedad y eventualmente llega a la base de operaciones encontrándosela con la puerta abierta. Eso es raro pero no parece haber nada inusual, así que —tan pancha— se va a dormir.

     

    Spoiler

    Duración: tres horas y media.

    @Blues como Jaelle (master)
    Ninguna habilidad usada.

    @Lady Soup como Jenny
    Advertir/Notar, Buscar, Callejeo, Disfraz, Rumores y Sigilo.

     

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  6. Yjeqh75.png

    Cita

    Un nuevo día amanece en Bahía del Botín. Un bar, dos chicas y un lío. Así empieza esta historia cargada de humor, chistes malos y, sobretodo, tijeras.

    Acompaña a la —futura— Capitana Jenny RedFox y a su primer oficial, Jalle Heathcliff, en la historia de como salieron de ese lugar plagado de Goblins o murieron el intento.

    ¿Su objetivo? Zanjar ciertos asuntos del pasado de la primera y robar un barco a unos azucareros ¿Por que apuntar más alto? Las leyendas siempre empiezan despacito.

     

    • Like 2

  7. Atributos
    8 Físico
    7 Destreza
    6 Inteligencia
    5 Percepción
    Habilidades
    Físico
    3 Atletismo
    3 Espadón Pesado
    Destreza
    1 Cabalgar
    3 Escalar
    3 Defensa
    2 Nadar
    3 Sigilo
    1 Trampas/Cerraduras
    Inteligencia
    2 Fauna
    2 Leyes
    2 Sanación/Hierbas
    2 Supervivencia
    2 Tradición/Historia
    2 Ilusión Básica
    3 Abjuración Básica
    2 Conjuración Básica
    2 Encantamiento Básico
    3 Encantar arma (Arcano)
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    2 Buscar
    1 Callejeo
    2 Comercio
    2 Etiqueta
    2 Rastrear
    3 Reflejos
    Valores de combate
    32 Puntos de vida
    18 Mana
    8 Iniciativa
    11 Ataque CC (Espadón Pesado)
    10 Defensa

    Escuelas/Especializaciones

    • Magia Arcana
      • Arcano
        • Encantamiento

  8. Melne Solardiente

     

    DATOS BÁSICOS

    Nombre del Personaje: Melne Solardiente
    Raza: Quel'dorei
    Sexo: Mujer
    Edad: 88 años
    Altura: 1'61 m
    Peso: 63 kg
    Lugar de Nacimiento: Quel'thalas
    Ocupación: Aprendiz de Rompehechizos


    DESCRIPCIÓN FÍSICA

    Melne es una chica menuda. Apenas pasa el metro sesenta y su peso, a todos los efectos, está un poco por encima de lo debido. Su piel es blanca y su cabello aún más blanco, corto además. Como no, los ojos le brillan en un tono azul vagamente turquesa. Tiene una peca sobre el labio superior, en el costado derecho.

    Viste ropas negras y ajustadas. Cómodas y flexibles. Lo que le permite, a su entrenado cuerpo, moverse como si no llevara nada. Por último, no es raro verla con una especie de venda negra sobre los ojos. Esta no es enteramente opaca, aunque tampoco transparente. Su uso, más que nada, es reducir un poco el caos que representa su vista, normalmente más sensible que la del resto debido a un accidente mágico. Eso la centra y la ha enseñado a no confiar en sus sentidos y regirse por su instinto.

     

    DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

    Esta Quel’dorei es, a todos los efectos, lo que se podría describir como una chica “fría”. Su trabajo, o bueno, el camino que ha elegido llevar en esta vida, lo es todo para ella. Es su forma de ser, lo que la define y, por supuesto, su pasión.

    Ha dedicado su vida a ello, no tiene memoria de un momento en el que no se ha estado preparando para la tarea. Podría decirse que es su pilar, más allá de eso no hay más que lealtad y deber —valores por los que se rige—. Ni más ni menos.

     

    HISTORIA

    Nacida en la inmortal tierra de Quel'thalas, Melne Solardiente disfrutó de una infancia normal y corriente durante muchos años. Proviniendo de una familia con una larga tradición en el orgulloso cuerpo de Rompehechizos de Quel'thalas.

    Siguiendo con la tradición familiar, no fue raro que deseara ingresar en el cuerpo desde bien pequeña. Un deseo que,con el gran cisma, se vio fracturado por completo.

    Sin embargo nos estamos adelantando en la historia, pues ese punto está en las cercanías del final, y a Melne, durante casi todo un siglo, le pasaron muchas cosas que la terminaron moldeando a lo que es hoy. Algo de lo que, pese a todo, siente orgullo.

    El mayor pasatiempo mientras creía era entrenar con su madre. Esa mujer, de la cual estuvo muy orgullosa, le enseñó todo sobre cómo blandir una espada; y su padre, maestro de las artes arcanas, la instruyó en la materia —hecho no especialmente fructífero—.

    La tragedia de su historia radica pues en el pasado reciente, cuando el azote arrasó con su Imperio y su pueblo, en la desesperación, hizo todo lo posible para sobrevivir. Mientras unos —sus padres y familiares— llegaron a hacer lo necesario para salir adelante, sacrificando su integridad y entregándose a poco más que un vil vampirismo, ella no pudo tras el primer bocado. Su vista, dañada en el proceso —hecho por el cual carga con cierta vergüenza—, le sirve de recordatorio.

    Exiliada de por vida de su hogar, vagó durante años por los reinos del este. Malviviendo como buenamente pudo pero manteniéndose firme a sus principios. Trabajó como mercenaria, guardaespaldas y esa clase de cosas hasta que oyó que su pueblo, el de verdad, se reagrupaba en tierras enanas con un noble propósito.

    Motivada por la idea, viajó en una caravana de suministros a Quel'Danil con la intención de ayudar a su pueblo.

     

    Como un fénix desde las cenizas, vida y muerte de Melne Solardiente. Capítulo III.

    Ha sido un viaje pesado, no voy a mentir.

    Nunca he estado muy acostumbrada al norte, a subir los picos ariscos y nevados de las tierras enanas. No es que no me guste, no lo hace, pero si que me resulta incómodo.

    Bajo mi capucha y capa gris me he mantenido más o menos caliente por las noches. Sin el sol el terreno se vuelve bastante menos acogedor. He oido animales cerca, cada noche mientras tratábamos de dormir en el carromato. No se acercaban.

    Quienes me han acompañado han resultado ser gente agradable, de bien. Un varón y dos mujeres, una de ellas la hija de los otros dos. Su nombre, o bueno, el de su casa, es el de Doblehoja. Dicen ser comerciantes, gentes dedicadas a abastecer a Quel'Danil durante estos aciagos tiempos. Me lo creo. Su aura, su presencia, lo deja claro.

    Son buenas gentes, me preocupa que les pasara algo pese al poco tiempo que he estado con ellos. Desinteresados, nobles hasta un punto que no me esperaría de unos enanos. Me han hecho ver que, quizás, debo expandir mi visión del mundo.

    He pasado toda mi vida entre mi pueblo, aislada entre las gentes de Quel’Thalas, gente que ha traicionado todo lo que creyeron. Mi familia lo hizo, prefirieron entregarse a ese mal, ese modo de vida. Yo no pude ¿Soy peor que ellos? ¿Mejor? Es un tema en el que prefiero no pensar, pero sigue acudiendo a mi cabeza.

    Para mantenerme ocupada les ayudó con lo que puedo. Se poco más que blandir mi espada, pero me las he arreglado para ser de utilidad. Cazar, recolectar leña… Son todo cosas que he realizado este tiempo con ellos. Ha estado bien la experiencia, nunca me había rebajado a ello pero resultó… Gratificante ver la sonrisa de la muchacha mientras la ayudaba. Tenía la sensación de que le caía bien.

    Desgraciadamente eso no duró para siempre, de hecho, tampoco para el último trecho del camino.

    En contra de lo que alguien pudiera esperarse, no nos atacaron los bandidos. De haber sido esa eventualidad podría haber hecho algo, combatido con ellos y haber dado mi vida por la familia. No fue el caso, un accidente se la llevó. Una tontería que escapaba al control de todos.

    No se cayó por un precipicio ni nada similar, no fue algo que se podría haber evitado. Resultó que el propio viaje la mató, el clima de la zona causó dificultades en su respiración y, tras enfermar, fue perdiendo la vida poco a poco.

    Pude ver como su esencia se escapaba. Su mirada, tras pocos segundos de sus últimas palabras, estaba vacía. Ella ya no estaba ahí. Me recordó a cómo me sentí en mi hogar, cuando el cisma. No fue un buen recuerdo, pero sí uno necesario, especialmente tan cerca de mi propósito. Lo necesitaba.

    ¿Significa eso que su muerte fue necesaria? Quizás, pero he aprendido con el tiempo que mi yo no importa tanto. Ella no se merecía ese final, sus padres tampoco. Pero la vida no da finales felices, ni siquiera a una joven enana llena de ilusión. A mi parecer, yo y Quel’Danil les debe mucho a esa pareja, ya solo por el sacrificio.

    La enterramos en la cima, lloré. Sus padres estaban destrozados, yo también aunque no lo mostrara mucho. El descenso al puesto se sintió mal, como que todo no era lo mismo. No se habló, no se cantó, simplemente se siguió adelante. Era lo que debía hacerse, lo sé, pero… Bueno, hizo que pensara en mis cosas, en la vida y en la muerte. Como, en ocasiones, vivir tanto podía suponer un problema. Aún era joven, lo sé, seguro que en el lugar a donde me dirigía iba a encontrar gente con experiencias similares, quizás incluso peores. Dudé, me entraron ganas de volver atrás, pero entonces su sacrificio sería en vano. Debía seguir adelante.

    Eventualmente llegamos a nuestro destino. Me despedí de ambos regalándoles algo mío. No era necesario, sabía que no remplazaría su dolor, seguramente tampoco lo atenuaría. Era por mi, para consolar mi dolor.

    No los volví a ver.

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  9. Atributos
    6 Físico
    7 Destreza
    7 Inteligencia
    6 Percepción
    Habilidades
    Físico
    2 Atletismo
    Destreza
    1 Ballesta Pesada
    2 Cuchillo
    1 Daga
    2 Espada Ligera
    1 Combate Desarmado (Defensivo)
    1 Cabalgar
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Nadar
    2 Sigilo
    Inteligencia
    1 Fauna
    2 Leyes
    2 Religión
    2 Sanación/Hierbas
    2 Supervivencia
    2 Tortura
    2 Carpintería
    2 Tradición/Historia
    2 Inscripción: Luz
    • 1 Inscripción del Fulgor Sacro
    • 1 Inscripción del Castigo Santo Leve
    • 1 Glifo del Comfort Leve
    • 1 Glifo de la Percepción Herética Menor
    1 Detectar Entes Malvados
    2 Proteger esencia
    2 Purificar agua
    2 Imbuir arma
    2 Esencia Sagrada
    2 Reprender Esencia
    2 Crear Luz
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    2 Buscar
    2 Callejeo
    2 Rastrear
    2 Reflejos
    2 Rumores
    2 Disfraz
    2 Comercio
    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    21 Mana
    8 Iniciativa
    8 Ataque a Distancia (Ballesta Pesada)
    9 Ataque CC Sutil (Cuchillo)
    9 Ataque CC Sutil (Espada Ligera)
    8 Ataque CC Sutil (C.D. Defensivo)
    8 Ataque CC Sutil (Daga)
    9 Defensa

    Escuelas/Especializaciones

    • Luz Sagrada
      • Reprensión
    • Inscripción: Luz

     

    • Inscripción: Luz
      • Aprendiz:
        • Dificultad 12:
          • Inscripción del Fulgor Sacro: Una runa que emite un tenue fulgor pálido de Luz Sacra. Su cercanía resulta levemente molesta para las criaturas oscuras, y ligeramente agradable para las criaturas vivas. Se puede encender o apagar si la inscripción se inscribe para ello. Dura 1 día por nivel de la inscripción tras haberse activado.
          • Inscripción del Castigo Santo Leve: Una runa que ante la cercanía de un enemigo si está dispuesta sobre una superficie, o ante la activación directa de un taumaturgo sacro, estalla en una descarga Luminosa que genera 1d6+2 de daño mágico a un no-muerto, demonio, o criatura oscura, a distancia cuerpo a cuerpo. Tras eso, la runa se consume. La runa dura activa un día por nivel de la inscripción.
          • Glifo del Comfort Leve: Una inscripción santa que emana lentamente las energías de la Luz. Transmite una sensación agradable, de paz y calma mental leve a aquel que se esté beneficiando de sus efectos. Dura una hora por nivel de la inscripción tras haberse activado.
          • Glifo de la Percepción Herética Menor:  Una inscripción que reacciona iluminándose ante la cercanía de criaturas oscuras Mayores (Salvo que cuenten con habilidades de ocultamiento), o ante una fuerte presencia de energías corruptas en el ambiente cercano. Dura 5 minutos por nivel de inscripción, y su alcance es de un metro por nivel de inscripción. Una vez ha detectado algo, el Glifo se consume.

     


  10. Amberly Torchwood

     

    DATOS BÁSICOS

    Nombre del Personaje: Amberly Torchwood
    Raza: Humana
    Sexo: Mujer
    Edad: 20 años
    Altura: 1'74 m
    Peso: 59 kg
    Lugar de Nacimiento: Tarlanas
    Ocupación: Cazadora de Brujas


    DESCRIPCIÓN FÍSICA

    Su cabello es de un rubio blanquecino que se detiene a la altura del cuello, sus ojos de un inusual color rojo. La piel que la cubre, de un tono vagamente oscuro, contrasta bastante con el resto de facciones —por lo general bastante afiladas y marcadas—.

    Su cuerpo, fibroso y esbelto por los años y experiencias al servicio de su profesión, está cubierto por cicatrices y marcas que, normalmente, yacen tapadas por su recargada ropa —la cual oculta armas y utensilios en los lugares más inesperados—.

     

    DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

    Amberly es una mujer con una fé ciega en la luz como concepto. Pragmática, fría y serena, es alguien que no tiene miedo a hacer lo necesario para completar su misión, sin apego por nada ni nadie. Ni siquiera ella misma.

    Considerándose un mal necesario que colabora, incesablemente, a mejorar el mundo en el que vive. Alguien que, aunque admite que las atrocidades que realiza en nombre de la luz están mal, no se arrepiente de ellas. Todo, a, a fin de cuentas, es por un bien mayor.

     

    HISTORIA

    Nativa del poblado de Tarlanas, una pequeña comunidad al este de las Montañas Crestagrana, Amberly nació en una familia de cazadores que abastecía, por medio del trueque, a su aldea. Se crió en la tradición familiar desde bien pequeña, y colaboró en algunas cacerías tan pronto llegó a la edad de los seis años.

    Desgraciadamente, cuando un grupo de bandidos y herejes atacó esas tierras, de poco sirvieron todos los años de trabajo para defender el lugar. La fuerza enemiga arrasó con cada casa, silo y establo hasta reducirlos a cenizas. Si esta chica se salvó, aparte de por contar con mucha suerte, fue por que su padre y madre dieron la vida por ello.

    Eventualmente rescatada por las fuerzas de la Iglesia de la luz, y portada a la abadía de Canterville para que se encargarán de ella. Fue instruida y adoctrinada durante años usando la pena y venganza como catalizador para su fé. Tras todo lo vivido, con experiencias que la atormentaban —y, hoy en día, atormentan— en sus sueños, servir a la luz fue su vía de escape.

    Con la edad apropiada —aproximadamente los dieciséis años— entró al servicio de la Inquisición como una cazadora de brujas. Un instrumento de la inquisición con el solo propósito de cazar y exterminar herejes. Ese trabajo, con el cual sigue a día de hoy, es lo único que la mantiene cuerda.

    A las órdenes de la Inquisidora Torreardiente, se trasladó los pasados días a Villadorada para su nueva y sacra misión.

     

    Diario de Amberly Torchwood, décimo-octavo día de noviembre. Trigésimo-primer año de la apertura del portal.

    Hace frío.

    El paso de las montañas rumbo a la abadía de Villadorada, no es uno de los lugares que más me agradan. Los precipicios son marcados, las rocas, inestables. Muy expuesto a los depredadores desde arriba, a los enemigos por delante y atrás, y a los elementos en el lado del vacío.

    Una ventisca, fácilmente, podría sacarnos del camino. Una lluvia hacer todo el ascenso por la montaña inútil ¿Y un simple calor de verano? —problema que evidentemente no tenemos— Dejaría a los caballos tan exhaustos que no servirían para el transporte.

    No sería un mal lugar para tender una emboscada, eso puedo dárselo al paso. Yo lo haría. Cualquiera, con dos dedos de frente, lo haría. No hay camino de huida más que seguir adelante o atrás. Era lo ideal.

    Ya llevamos varios días aquí y la noche empieza a caer. He hablado con trece, yo me encargaré de la guardia hoy, debo repasar mi equipamiento. Quien sabe lo que nos deparará el camino.


    Diario de Amberly Torchwood, vigésimo-primer día de noviembre. Trigésimo-primer año de la apertura del portal.

    Al fin algo de calma.

    Finalizamos el descenso hace unas pocas horas. La calma de las praderas al pie de la montaña me inquieta. Trece dice que no es nada, pero yo desconfío. Hay algo raro ahí, una cosa que no me cuadra, pero no se que es.

    Restan pocos días para llegar a la abadía. Semana y media a caballo como mucho, una vez lleguemos obtendré un nuevo propósito, una meta.

    Mentiría si dijera que no lo ansiaba. Servir a la iglesia era, literalmente, mi vida. Esos periodos en los que no sabía lo que me esperaba, la incertidumbre, no me gustaban lo más mínimo.

    De nuevo guardia nocturna. Cuando ella duerma me encargaré de investigar un poco la zona, definitivamente algo no me cuadra. Por el momento esperaré.


    Diario de Amberly Torchwood, vigésimo-segundo día de noviembre. Trigésimo-primer año de la apertura del portal.

    Descubrí el aquello que me daba mala espina.

    Una criatura, una bestia de proporciones innombrables con la apariencia de un lobo nos acechaba, quien sabe desde cuando.

    Sus ojos, de un tono amarillento, resaltaron entre la maleza nada más me puse a mirar los alrededores. Era una bestia peligrosa, una que nos habría devorado nada más hubiéramos bajado la guardia. Hice bien en desconfiar, como siempre, y por eso estoy viva.

    Trece tuvo la suerte de estar advertida y, cuando empezó a haber algo de ruido, no tardó en despertarse y ayudarme a acabar con la bestia. Como estoy en este momento escribiendo esto, se puede asumir que lo logramos.

    Me llevé algunos rasguños, evidentemente, pero nada que no supimos tratar en la tienda. Quizás necesite algo más al llegar a la abadía, pero por el momento aguantaré de una misma pieza —que no es lo mismo que puede decir aquel ser—.

    Sus pieles, despellejadas esta misma mañana, fueron una buena adición a nuestro equipaje. La piel del animal era dura, y haría un buen servicio a los hermanos de la abadía.

    Ella ha insistido en encargarse los días venideros de la guardia. Me gusta como se preocupa por mi y… No puedo evitar darle la razón al respecto, así que descansaré. No puse objeciones ni comentarios.


    Diario de Amberly Torchwood, vigésimo-cuarto día de noviembre. Trigésimo-primer año de la apertura del portal.

    La abadía de Villadorada no queda muy lejos. Puedo ver sus luces al otro lado del valle por la noche. Pronto llegaremos y con ello un mejor descanso.

    Realmente siempre he odiado la cama, el raso siempre ha sido mi preferencia. Más seguro, con la posibilidad de notar en las vibraciones de la tierra si algo se acerca.

    Me pregunto si nos ofrecerán una alcoba o, por lo contrario, nos las apañaremos como podamos. Hace mucho que no piso el lugar, casi tres años, me pregunto cuánto habrá cambiado. Espero que no mucho.

    Sea como fuere, en nada partiremos y descubriremos lo que nos aguarda. No voy a mentir, estoy algo emocionada.

    Mi herida duele más que cuando me la hice. Normal casi, cuando se enfrían se suelen sentir peor. Aguantaré, por supuesto; siempre lo he hecho, pero en definitiva necesito asistencia. Creo que las garras de la bestia tenían algo, y ese algo se quedó en mi en el desgarro, puede; puede que esté infectada, espero que no.

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  11. Jenny RedFox

     

    DATOS BÁSICOS

    Nombre del Personaje: Jenny Redfox
    Raza: Humana
    Sexo: Mujer
    Edad: 23 años
    Altura: 1'67 m
    Peso: 55 kg
    Lugar de Nacimiento: Kul Tiras
    Ocupación: Pirata


    DESCRIPCIÓN FÍSICA

    Con un cabello largo y rojo, los ojos verdes, un cuerpo más o menos esbelto, y unas generosas curvas, Jenny es a todos los efectos una belleza andante. Alguien que, allá donde va, atrae las miradas de hombres y mujeres —ya quien quiera ser como ella y quienes la envidien queda al criterio de cada uno—.

    Suele vestirse un poco con lo que encuentra, quizás por eso su apariencia general sea —como poco— vagamente desaliñada. Siempre lleva encima más armas de las que aparenta y, a no ser que se haya aseado recientemente, apestará a alcohol.

     

    DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

    Extrovertida, directa y descarada serían las mejores palabras para describir a esta pelirroja.

    Se trata de una chica jovial, con las intenciones siempre claras y una actitud caprichosa que, en más de una ocasión, termina metiéndola en un lío que ni le va ni le vienen.

    Entrometida como pocas, y con menos pudor que prácticamente nadie a su alrededor, suele regirse por el lema —o más bien sistema de vida— del “Arrasa con lo que veas y generosa no seas”, algo que aprendió de un viejo amigo.

     

    HISTORIA

    Nacida en la tierra —o bueno, islas— de Kul Tiras, Jenny respiró los el bello aroma del mar desde bien pequeña.

    Si su padre, un marinero de Bolarus, hubiera sido tan solo un poco menos hijo de puta, podría haber aprendido arte de la pesca desde bien pequeña, criándose más tiempo en el mar que en tierra y cruzando la mayor parte del Gran Mar antes de los diez años.

    Desgraciadamente para esta chica la vida, en su inicio, fue como darse una y otra vez contra el canto de una esquina. Con la cuasi inmediata muerte de su madre en el parto, y su padre, fugado meses antes de que naciera, podríamos decir que esta chica se crió en las calles busccando como salir adelante, literalmente como pudo.

    Este temprano inicio en la vida criminal le hizo estar fichada por las autoridades y, como es evidente, pasar varias noches en el calabozo. Entre la larga lista de situaciones en las que se vio metida podemos enumerar, sin lugar a dudas o falsedades, varios cargos de indecencia pública, dos ingresos —y posterior rotura de votos— en conventos de la iglesia de la luz, romper la unión de un noble al fugarse con la novia y, por supuesto, el atraco y robo de numerosos carromatos y convoyes Imperiales.

    Fue en una de esas estancias, aproximadamente en su avanzada adolescencia, cuando conoció a la mujer que terminó convirtiéndose en su patrona. Una rubia despampanante y eléctrica, líder de una banda de mercenarios del mar —también conocidos como piratas—, que le ofreció un lugar en su compañía.

    Al principio costó un poco que la aceptaran, como la novata en la banda se encargó de ir haciendo las tareas que otros preferían ignorar. Aquello la indignó mucho de inicio, pero conforme se fueron convirtiendo en su familia, llamando aquel barco su «hogar», empezó a notar cierto confort al realizarlas. Una tranquilidad en la rutina que nunca había experimentado.

    Tristemente la historia de su familia llegó a un abrupto fin las pasadas semanas. Un encargo, uno que empezó con sorprendente tranquilidad, llevó al La Emperatriz Hundida —barco del grupo— a bahía del botín para un simple contrabando. Uno del que fueron interceptados y asaltados por un navío de la guardia Imperial pese a surcar una ruta secreta a través de las islas occidentales tan solo conocida por el grupo.

    La respuesta, por ende, era clara: Alguien les había vendido, uno de los suyos.

    Entonces, como era de esperar, ahí se la podía encontrar tras el incidente de pólvora y sangre: Flotando sobre una tabla de fuselaje. Perdida en la mar, Jenny sintió que pasó días, quizás semanas, a la deriva antes de ser encontrada por una barca hambrienta, sedienta y, por supuesto, inconsciente.
     

    Informe de la Guardia Costera de Khuva, 14 de Noviembre del Trigésimo-primer año de la apertura del portal.

    Escribe este ilustre informe el oficial de puerto Wilhuff Jester, cabo segundo de la guardia costera y siervo del imperio, en referente al rescate de una humana de piel blanca y cabello rojo a dieciséis millas náuticas del faro portuario en dirección a Kul Tiras.

    El estado en el que se encontró al sujeto, desnutrida y con heridas de bala y metraya, fue tratado por el sanador de a bordo y, tras el paso de tres semanas, se logró que recuperara la consciencia aún en alta mar —para más información consultar el registro adjunto debidamente proporcionado por el civil—.

    Los marineros de a bordo, valientes pescadores de la isla, se encargaron de tratarla a partir de ese punto y, bajo sus mismas declaraciones, asegurarse que no le pasara nada antes de la llegada al puerto. Una vez ahí, fue nuestro cuerpo quien se aseguró de trasladarla a la guarnición para tratar de identificarla e investigar los sucesos que llevaron a su lacro encuentro.

    Tras una sesión de interrogatorio en la que se sacó poca información útil —una de la cual, a continuación, dejo por escrito un fragmento—, se logró encontrar un fichero sobre ella en los archivos de la guardia que reveló una pasada actividad criminal en las costas del Imperio, así como varias condenas sobre sus hombros.

    «Señora, ¿Que le sucedió en alta mar?»
    «¿Y a tí que te importa? ¿Me caí de un barco, vale?»
    «Por favor, señora, no hay necesidad de ser irrespetuosa. Tan solo queremos ayudarla.»
    «Pues ayúdame sacándome de aquí ¡Me estáis reteniendo contra mi voluntad!»

    Como es natural, una vez revelada su identidad, cesamos todo proceso burocrático en lo que respecta a esa mujer y pasamos a tratarla como la impía criminal que era —aunque, hay que denotar, que ciertos mínimos de decepcia fueron dispensados. No le quepa duda—. Aún con esas, nuestros interrogatorios sobre lo sucedido no dieron fruto.

    En vistas de que proceder con esa línea de razonamiento tan solo iba a garantizar un gasto de recursos que nuestra isla no se puede —ni quiere— permitir, aconsejé, personalmente a nuestra comandante al mando el enlistar a la recién llegada para la siguiente remesa de ahorcados del domingo —concretamente el día siete—. Tras ciertas concesiones que pidió para el caso, esta aceptó.

    Así pues, cumpliendo con el decreto otorgado por nuestra más sagrada Emperatriz, procedimos al esperado acto del día siete donde Jenny RedFox pereció oficialmente en el cadalso. Su muerte, certificada por el cirujano local, dejó atrás el misterio de lo que le pudo pasar antes de caer en nuestras manos.

    En mejores ocasiones, daría este informe por cerrado y asegurado, lamentablemente, ese no es el caso.

    El cadáver de la ejecutada, a las pocas horas de la certificación del forense, desapareció de la morgue a lo que nuestros investigadores suponen que fué las tres del mediodía. Sin rastro más allá de las declaraciones del perito civil, me ví en la obligación de redactar una orden de búsqueda para el aparente ladrón de cadáveres, una que, hasta la fecha, no ha sido validada por la comandante, desaparecida del lugar desde, aproximadamente, la misma fecha de la ejecución.

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