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DatVSoldiat

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  1. DatVSoldiat

    Athaniar

    Nombre: Athaniar Raza: Quel'dorei Sexo: Hombre Edad: 70 Lugar de Nacimiento: Quel'Thalas Ocupación: Cartógrafo/Topógrafo Historia completa Descripción física: Posee unos rasgos faciales muy acentuados o marcado, como los pómulos o la mandíbula. Su complexión es delgada Descripción psíquica: Le gusta la naturaleza y obsesionado de la exploración. Todo lo que explora lo interpreta en un plano detallado. Es una persona con la que se puede hablar cuando pierde su vergüenza o entablas confianza. ======================= Historia ======================= Capítulo I Bienvenido Athaniar Los ventormentinos acogieron realmente bien al elfo y su poca familia restante. Ágil, atlético, se le daba bien el tiro con arco y el combate próximo, sentía que se iba a comer el mundo entero así que… se alistó en la milicia. Su familia se sentía orgullosa por tener a su hijo en tan loable y distinguido cuerpo, por ser un soldado de los anfitriones que los ampararon. Allí pasó cerca de 10 años de servicio y en los cuales vio en varias ocasiones, la muerte de cerca. Con el tiempo sintió que no era su lugar, no le llenaba del todo y decidió abandonar el ejército para vivir libre su propia vida. A partir de ese día se dedicó a una de sus grandes pasiones, comenzó a trabajar como cartógrafo y topógrafo para diferentes clientes que podían permitirse adquirir esos planos y mapas, gente como aventureros que querían emprender un viaje o el mismo ejército para actualizar sus ya existentes planos del terreno. Siempre se le daba bien moverse por los bosques, explorarlos y como no, pasarlos a papel mediante representaciones bastante buenas. En sus ratos libres también se dedicaba a proteger los bosques y vigilar el descontrol de población de algún tipo de animal para realizar batidas y así no descompensar el equilibrio del ecosistema. Capítulo II Meditación pasada por agua La meditación es algo primordial para el Quel’dorei, algo necesario para no sucumbir a la sed interna. El elfo salió de su residencia para pasear por el bosque, luna llena, el sonido del señor búho y por supuesto, el silencio. La noche refrescaba, pero no como para llegar a tener frío. Absorto, Athaniar se adentró cada vez más en el interior del boscaje y el cielo parecía encapotarse. Sus puntiagudas orejas se movieron escuchando las primeras gotas chocar con el pasto y las copas de los arboles sin llegar a molestarle del todo, entrecerrando sus azules ojos brillantes mientras transita lenta y plácidamente. La lluvia aumentaba y el viento hacía descender la temperatura o por lo menos la sensación térmica hacía pensar eso, produciendo la famosa piel de gallina y los primeros escalofríos. Siguió avanzando hasta divisar una cueva un tanto acogedora en la que de su interior desprendía un tenue calor, justamente lo que Athaniar estaba buscando para lograr volver a recuperar el calor corporal. La entrada de la cueva se podía ver ligeramente gracias a la claridad de la luna que asomaba tímidamente entre las nubes y del interior parecía estar el aire un tanto cargado. No decidió explorarla internamente ni mucho menos, se bastó con sentarse en una de las piedras en forma de taburete de la entrada y permanecer a resguardo para observar serenamente la lluvia, con suerte el chaparrón pasaría pronto. Una pequeña y tenue ráfaga de viento del interior hizo mover el cabello de Athaniar que se giró casi instantáneamente. No pudo ver nada más que oscuridad hasta que sus ojos fueron, poco a poco adaptándose de nuevo a la negrura de la gruta hasta que logró afinar su mirada y ver dos pequeños orbes brillantes. El elfo se levantó de donde estaba sentado y caminó un par de pasos un tanto encorvado para intentar ver bien que es lo que brillaba allí. De pronto se quedó quieto, petrificado, frunciendo el ceño al poder ver o distinguir un poco más de lo que se trataba. De la oscuridad fueron acercándose lentamente hacia él, esas dos pequeñas luces pudiéndose ver que no son dos luciérnagas como en un principio creía, sino que, en su lugar son dos ojos coléricos de una especie de huargo negro como el tizón. Athaniar se volteó y salió de la cueva a gran velocidad, ahora el fuerte aguacero y el viento molesto ya no era impedimento alguno para él. Corrió y corrió por el bosque, los latigazos de las ramas por todo el cuerpo y cara no surtían efecto de dolor para el, parecía que nada podría detenerlo hasta que pusiera rumbo a un lugar seguro, su casa. Entró como alma que lleva el diablo, cerrando con violencia la puerta. Permaneció inmóvil y apoyado tras la puerta principal durante varios minutos y cuando se recuperó, se asomó por la venta, desplazando ligeramente la cortina. No podía creerlo, esa cosa estaba ahí afuera, inmóvil, observándole, bajo los destellos de los relámpagos. Pero que… - ¡Esa cosa me ha seguido hasta mi hogar y está desafiándome! Marchó hasta su habitación y agarró su espada con fuerza. Cuando volvió a la ventana ya no había nadie en el exterior. Cuando se arrojó en la cama, no pudo pegar ojo durante toda la noche lo único que pudo hacer fue meditar… Capítulo III Un final inesperado. El mensaje rezaba así y se hallaba colgado en el tablón de anuncios del centro de la villa para quien buena mente pudiera ayudar a esos ganaderos y recibir peculio. La noche previa pertrechó su equipo perfectamente, planos de la zona, carcaj, morral etc… y se recostó en su lecho pensando seriamente si la famosa bestia depredadora sería la que casi le cuesta la vida aquella noche en esa cueva. Cuando se despertó la mañana siguiente, con los primeros rayos de sol Athaniar se pertrechó, metió un poco de comida en debidamente envuelta en su morral y buscó al granjero autor del anuncio para poder averiguar algo de esa mala bestia. El ultimo animal muerto poseía las heridas mortales de un canido. El elfo emprendió el rastreo desde donde se encontraba supuestamente su última caza y fue siguiendo el rastro. El interior del bosque se iba silenciando, los pájaros que cantaban y revoloteaban por los arboles ya no estaban o permanecía en una total mudez. Era el lugar, esa era la cueva y las huellas conducían hasta ese sitio oscuro. Se dispuso a sacar la flecha para su arco, pero no pudo ni llegar a finalizar el recorrido cuando le sorprendió un rugido tremendo por el costado derecho. Un oso se alzaba con sus dos extremidades traseras y la cabeza ligeramente ladeada mientras rugía con fiereza. Cuando el grizzli inició su carga, algo saltó sobre este atacándolo del pescuezo. Era ese huargo del interior de la gruta, ese que le aterrorizó en su día y al cual estaba rastreando para cazar y que acaba de salvar la vida por arte de magia. La lucha ensangrentada seguía a pocos metros, el huargo era corpulento era de saber que de la batalla contra del grizzly no iba a salir entero. Athaniar tensó su arco y disparó su flecha en el pecho del oso, así hasta 5 veces antes de que el peludo animal marrón se desplomara muerto. Ahora ese cánido herido por el combate, permanecía mirando fijamente al elfo. El muchacho se arrodilló y de su cantimplora se vertió agua en las manos formando con estas una especie de cuenco. El animal lo entendió y se acercó a beber, fue entonces cuando Athaniar supo que habían conectado.
  2. DatVSoldiat

    Athaniar

    Nombre: Athaniar Atributos6 Físico7 Destreza6 Inteligencia7 PercepciónValores de combate24 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa9 Ataque a Distancia (Arco)9 Defensa Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 2 Arco 2 Escalar 2 Defensa 1 Nadar 1 Sigilo Inteligencia 2 Fauna 1 Supervivencia/Cazar 2 Cartografía/Topografía Percepción 1 Advertir/Notar 2 Buscar 2 Rastrear Escuelas/Especializaciones
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