Roleros Destacados

Lendranell habla con varios de los ciudadanos de Monteverde, buscando averiguar información sobre la torre perdida en el bosque: como muchos de los jóvenes desconocen y los ancianos callan, accede a la biblioteca del Consejo de Monteverde, en busca de información sobre dicha estructura. A pleno día, es descubierta y es expulsada del edificio: más tarde esa noche, intenta nuevamente acceder valiéndose del sigilo, más es descubierta por la vela que sostiene para leer, que termina por revelar su posición. Es capturada y llevada a una jaula en un carromato en el exterior, a la espera de interrogatorio al día siguiente. Suministros: los bandidos entran en la estancia en la que se encuentra Erill y le entregan varias cajas con suministros, entre los que figuran viales, catalizadores... todo cuanto puede precisar un alquimista para preparar un laboratorio, casi una pequeña fabrica. Repartiendo instrucciones a los hombres y mujeres, proceden a reunir cuanto solicita el alquimista para elaborar drogas de combate que agudicen sus sentidos... Pero todo tiene un precio. Aprendido: Entrenado:

"Isabel" rebusca en la casa del boticario un mapa del bosque o de las inmediaciones de este: su idea es buscar algún posible lugar donde tengan retenido al alquimista, un campamento o cueva en el que tengan retenido al hombre. También toma prestadas unas cuantas vendas, antisépticos y viales cuyo contenido desconoce y que es lo suficientemente despreocupada como para consumir sin saber que efectos pueda provocar... si al menos hubiera leído la etiqueta que rezaba para que servían en la estantería de donde los tomó con prisa... Tras abrigarse bien con ropas oscuras y tomar sus armas, la mujer sale arropada por la oscuridad de la noche, tratando de guiarse como buenamente puede y en silencio, hacia el este en todo momento: atraviesa varios puentes de madera que salvan riachuelos, se mete entre arbustos y evita, por poco, pisar una trampa para osos dispuesta junto a un alcornoque. Pudo hacerlo gracias a que le dio por consumir uno de los viales que le permitió ver con nitidez de noche, pues recordó haberle ayudado a elaborar con el mortero uno de los compuestos de olor agrio. Pasó junto a una cabaña completamente abandonada y sin signo alguno de vida, en medio del bosque, dejada a su suerte hace largo tiempo, hasta finalmente llegar a un risco desde el que pudo ver una torre en ruinas junto a un acantilado: aullidos, pudo escuchar aullidos de múltiples lobos arrastrados por el viento. Varias figuras embozadas paseando por el bosque, siluetas humanoides acompañadas por lobos: se dirigían hacia su posición, se vio obligada a dar media vuelta y huir del lugar. Un grupo de bandidos guía a unos enmascarados a través del bosque, hacia el cubil principal de los lobos que pueblan la comarca: es un viaje peligroso, pues son animales muy territoriales, pero no obstante, estos no se acercan al grupo en ningún momento. Pueden notar que les acechan durante todo el recorrido, escuchan las patas de los animales correteando entre los arbustos, mientras la tarde va extinguiéndose dando paso a la noche: los bandidos que abren el camino, claramente están preocupados, más los hombres embozados de pies a cabeza con ellos, no parecen mostrar alguna clase de signo de temor, lo cual preocupa y reconforta a partes iguales a los rufianes. Se detienen frente a risco repleto de pequeñas cuevas y grutas, arrojando carne que portaban en unos sacos al suelo, en el lugar más despejado que encontraron, a la espera de atraer a las bestias, que no tardaron en aparecer: no querían comida entregada dócilmente, querían cazar sus propias presas, o quizás pensaron que esos hombres no les dejarían tomar la comida, quien sabe. Se abalanzaron sobre el grupo, con ferocidad y saña, organizadamente, hiriendo a varios de los bandidos, arrastrando a algunos de ellos hacia los arbustos entre gritos: los enmascarados recurrieron a sus magias profanas que iluminaron la escena, provocando que las bestias terminasen por retirarse, logrando que la más grande de todas huyera, pese a no estar herida. Los bandidos supervivientes pudieron ver como uno de los enmascarados vertía el contenido de varios viales tanto sobre la carne que portaban, como sobre los cuerpos de los caídos, tanto de lobos como humanos... Abandonaron el lugar en silencio, con su "deber" cumplido... fuera el que fuese. Entrenado: