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Taendris

Ransley "El Espectro" Spooner

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Historia OFF-ROL

Historia completa

Spoiler

     Capítulo I: Origen

     Ransley Spooner nació un 21 de julio en el año -8. Fue instruido únicamente por su tío Sorrell Spooner, viejo carpintero reconocido en las calles de la ciudad de Lordaeron por la gran cantidad de años que llevaba abierto su negocio. Su madre, Victoria Lang, falleció tras el parto debido a las pésimas condiciones en las que se realizó. Aunque Cyrus Spooner, el padre de la pequeña criatura trató de criarlo por su propia cuenta pocos meses después cayó enfermo, siéndole imposible cuidar de Ransley, por lo que fue enviado a vivir de manera temporal a la carpintería de su tío hasta que su padre se recuperase, sin embargo esto nunca llegó a pasar. A los cuatro meses de haber nacido Ransley Spooner fue huérfano.

Comenzó a trabajar en el taller de Sorrell a los doce años como un mero alumno, aprendiendo todo aquello que podía estudiar sobre el tratamiento de la madera, elaboración de útiles, etcétera… Cierto es que disfrutaba de aquel oficio acompañado de su tío, pero de hacía años atrás ya sentía un profundo vacío por la privación de sus padres. Esto le llevo a buscar nuevas experiencias en sitios poco convenientes para una persona tan joven como lo fue por aquel entonces, siendo su primer destino una calle alejada de lo que se podría llamar un lugar seguro. Conoció a una chica cinco años mayor que el, Jacqueleen Branson; una joven mendiga que se ganaba el sueldo robando a los hombres que se perdían por sus zonas además de hacer varios trabajos de moralidad cuestionable. A pesar de lo mala que fuese, terminó siendo una buena amiga de Ransley, pues ella le protegía de esas personas que ella tomaba por malas para él.

 

     Capítulo II: Avance

     A los catorce años dejó la carpintería de su tío para empezar a trabajar en el astillero ya que tenía un sueldo más decente y ambos tenían graves problemas económicos por aquel entonces. Tras esos años siguió manteniendo el contacto con su amiga Jacqueleen con la que se veía ininterrumpidamente cada semana. Él confiaba en ella aunque su tío Sorrell no aprobase a esa chica, pues la veía como una delincuente y nada más. Un día fue a verla:

—Hola —Saludó Ransley entrando por la puerta de la casa de su amiga, tirando su bolsa a un lado. Ella estaba sentada en el suelo apoyando su espalda sobre la pared, lanzando y cogiendo una moneda hacía arriba.

—¿Qué tal mi pequeñajo favorito? ¿Qué te trae por aquí? —Con una sonrisa maliciosa en sus labios.

—Esto… Quería preguntarte sobre cómo ganas tu ese dinero.

—Bueeeeno… no es tanto, pero… más de lo que tú y el idiota de tu tío ganáis. —Le lanzó la moneda a su amigo, levantándose del suelo y yendo hacía la puerta. —Ven, sígueme. —Y la siguió hasta las afueras de la ciudad, donde se reunieron con lo que parecía un pequeño grupo de bandidos.

Entre ellos comentaban un plan para saquear un carruaje que pasaría con alimentos de sobra para todos, además de telas y dinero. En un principio Ransley se negaba a hacer tal cosa, pero con la labia de su amiga fue convencido de por lo menos mirar para aprender. Así pues, en el momento de llegar la carreta los salteadores la desvalijaron en pocos minutos manteniendo a los que la estaban llevándola atados y amordazados. Esta escena se repitió durante dos meses en los que Ransley acompañaba a Jacqueleen y sus compañeros a más asaltos hasta el día en el que llegando de vuelta a la casa de su tío a unas horas extremamente tardes, sobre las dos de la mañana, le comenzó a echar la bronca sobre esto.

—¡¿Pero sabes qué hora es?! ¡Llevas llegando a estas horas desde hace un mes! ¡¿Se puede saber qué es lo que estás tramando?! —Sorrell se mostraba enfadado, más ahora que estaban pasando una situación difícil en su casa y habían perdido clientes en su tienda.

Ransley, a pesar de no haber cometido las mejores acciones en aquel momento sabía que debía contarle la verdad a su tío, pues siempre lo había hecho y le respetaba.

—Verás, tío… Le conté a Jacqueleen sobre nuestro problema de dinero y… empecé a trabajar con ella por la noche… —Aunque mostrándose arrepentido, trató de ocultar esos actos vandálicos pero no sirvió de mucho.

—¿Y de qué trabaja esa niña? —No se mostraba muy de acuerdo con esa idea aun sin saber a qué se dedicaba. Ransley titubeó durante unos segundos pero al final decidió delatarla por miedo al castigo que le pudiese poner su tío. Siempre había sido bastante duro a la hora de criarle.

—S-Saqueando… carretas a las afu- —Sin tiempo a poder acabar la frase su tío le soltó una fuerte bofetada que dejó a su sobrino pálido.

— ¡Mañana a primera hora vas a despedirte de esa gamberra, irás a trabajar al astillero y te quiero aquí a las ocho! ¡¿QUEDA CLARO?! —Su tono firme imponía respeto, pero nunca se podría enfadar realmente con su sobrino, como mucho llegaría a ser un poco más duro con él durante una temporada y esto es algo que Ransley sabía pero tendría que dejar de ver a su única amiga o realmente habría consecuencias en su hogar.

— Sí… —Acto seguido se marchó a su catre, pensando en lo que sería el día de mañana.

A las ocho de la mañana fue a ver a su amiga para contarle la petición de su tío, siendo obligado a no poder volver a verla. Su única respuesta fue una leve sonrisa que el pobre chico no llegó a entender. Tras despedirse se marchó al astillero, a seguir trabajando reparando esos viejos barcos. En sus tiempos libres solía mirar hacía el mar, lo veía tan tranquilo y a la vez tan peligroso. Para él, ya se había hecho costumbre inventarse historias de marineros a la par que observaba el sol caer sobre el océano. Se imaginaba a si mismo explorando más allá de donde su vista podía alcanzar junto a compañeros en el barco.

Un mes después de haber cumplido los quince años, tras llegar a su casa del astillero se encontró a un par de guardias sacando a rastras el cadáver de su tío. Alguien lo había asesinado. Sin pensárselo dos veces fue en busca de Jacqueleen con el presentimiento de que ella había tenido que ver con la muerte de Sorrell, y así fue, se lo confesó sin miedo alguno pues le explicó que así podrían estar juntos sin problemas, cosa que a Ransley no le pareció bien en un principio, sin embargo, decidió continuar viéndola, asegurándose de no perderla, pues tenía un plan para ella. Uno de venganza.

 

      Capítulo III: Muerte & Vida

     A inicios del año 20, a unos meses de cumplir los diecinueve años, Ransley ya se había preparado para vengar el asesinato de su tío. Tratando de prever todos los movimientos posibles de su “querida amiga” Jacqueleen buscando de cualquier manera matarla por su propia mano. Durante esos últimos tres años estuvo trabajando en el aserradero durante la tarde acompañando a su compañera por la noche con ese grupo de bandidos mientras planeaba acabar con ella y sus demás cómplices. Pronto ocurriría.

El día que salió a por ella fue con hacha en mano y ballesta a la espalda; ya estaba listo. Dirigiéndose a las afueras para ir al campamento de aquellos vándalos, las campanas empezaron a sonar, los guardias a movilizarse… El rey Terenas Menethil había sido asesinado por su hijo, Arthas. Con esto llegó la caída de Lordaeron y a su vez en pocos días, la muerte de Ransley. Sin embargo esto no fue el fin.

Fue resucitado como un no-muerto de la plaga más, luchó con devoción por su amo el Rey Arthas, pero esto fue hasta que gracias a Sylvanas recuperó el auto-control un año más tarde de haber resucitado. Se había convertido en un renegado más. Tras un nuevo comienzo confuso y gris, volvió a su vieja carpintería, o a los restos de lo que quedaban para tomar todos los materiales que quedaban y llevárselos a lo que sería su nuevo hogar, ahora en una no-vida.

Pasaron diez años, ya estando a principios del año 31 sin haber recibido noticias de Jacqueleen, dándola Ransley por muerta de verdad hasta que un día en las profundidades de Entrañas una voz conocida le llamó:

— Anda, si es mi pequeñajo favorito… —Reconocida al instante, Ransley sonrió sabiendo que su pacto de venganza no se habría roto.

No tardó en volver a forjarse su papel de buen amigo y compañero, se pusieron ambos al día, como si nada malo hubiese ocurrido, mientras, en la cabeza de ese astuto renegado, se estaba forjando un nuevo plan de asesinato, el cual puso en marcha enseguida.

Pocos días después de su encuentro con su vieja “amiga” comenzó a construir un pequeño bote con lo que quedó de su polvorienta carpintería para, al terminarlo en unas semanas, llevar a su compañera de excursión.

— Vaya, ¿y este barquito lo has construido tú? —Decía mirando el agua mientras jugueteaba con su anillo.

— Sí, así es… —Ransley alejaba el barco de la costa cada vez más esperando un buen momento en el que ella se sintiese segura.

— ¿Y planeas dar vueltas con el bote este hasta aburrirte?

— Más bien, planeo irme, lejos de aquí. Busco otro tipo de experiencias que los renegados no me han podido dar.

— Oh, ¿cuándo? —No tenía ni la mínima idea de lo que sucedería en los próximos segundos en esa misma barca, pues Ransley ya estaba preparado mentalmente para lo que estaba apunto de hacer.

— Ahora mismo, justo después de una última cosa que necesito hacer. —Ya había dejado de remar para poder sacar con rapidez un viejo martillo que usaba su tío para hundírselo en la cabeza repetidas veces, sin parar hasta no quedar satisfecho. No hubo más palabras. Simplemente le arrancó el anillo del dedo y tiro sus restos al mar.

 

      Capítulo IV: Destino Bahía.

     Tras haber completado su única misión comenzó a remar en dirección Bahía del Botín bordeando el continente por su lado este. Gracias a su olor a muerte no llamó la atención de ningún depredador marino, además de estar siempre lo más pegado a la costa posible. Fue un viaje largo el cual duró más de un mes, pero eso no le impidió disfrutarlo. Remaba día y noche mientras en su cabeza volvía a imaginar historias de leyendas en el mar. De vez en cuando paraba de remar para contemplar el horizonte, el oleaje zarandeando la barca de un lado a otro, la tormenta aproximándose. Una tormenta estaba aproximándose estando él en la costa de los Páramos de Poniente, tenía dos opciones: parar en la costa de un territorio plagado de gnoll, humanos y múrlocs, o enfrentarse a una tormenta en el mar, por muy cerca de la costa que estuviese.

Tras pensarlo detenidamente optó por esa última opción, tratando de aprovechar al máximo su viento a favor además de remar con más intensidad que la que usaba normalmente. Al anochecer la tormenta ya estaba sobre él, el oleaje se había hecho más fuerte, mientras las olas sacudían con vigor la balsa. Trató de mantener su rumbo, pues ya se veían las luces de las antorchas que iluminaban las calles de la Bahía. Estaba a punto, ya podía distinguir las figuras de los edificios correctamente, solo quedarían cincuenta metros hasta que una gran ola se abalanzó sobre él, tirándole al mar haciendo que su bote reventase contra los salientes de unas rocas; pero esto no le detuvo, nadó hasta alcanzar al fin su destino, la Bahía.

Su próxima parada sería una de las tabernas de Bahía del Botín, en la que contaría su historia a un grupo de hombres borrachos que decidieron darle el apodo del “Espectro” debido a que uno de esos alcohólicos se desmayo al creer que lo que veía era un fantasma.

 
 
 

 

Eventos en los que se ha participado

 

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     Capítulo V: Bienvenido al Réquiem.

     Poco después de su llegada a Bahía del Botín el renegado entró en la primera taberna que encontró buscando cualquier trabajo que se adapte a sus necesidades y para su suerte, un grupo sentado en una mesa de un rincón le llamó ya sea por curiosidad o por buscar nuevas amistades resultando eso en la formación de un grupo de nuevos amigos. Sentados en esa mesa estarían Ransley, Aschen, Aciago(Badian) y Alexander. En una mesa al fondo se sentaba una chica solitaria que aparentaba tener alguna o varias enfermedades mentales, Nyah, que más tarde también formaría parte de ese grupo. En la planta de arriba se empezaron a escuchar gritos de un goblin, todo empezó a ir muy rápido pero una cosa estaba clara... Cuando ese borracho se cayó de la planta de arriba a la de abajo, una pelea se iba a iniciar y Ransley no iba a faltar en ella. Empezó un goblin deforme, un robo y una pelea.

Tras acabar la escaramuza, gran parte de los integrantes de ella se unieron en la misma mesa para que más tarde, el futuro capitán Kord Roderick apareciese, reclutando a varias personas con ansías de formar una gran tripulación, entre ellas Ransley, el astillero.

-Consecuencias-

     Ransley Spooner se ha unido a la tripulación del Réquiem.

     Capítulo VI: Una ballesta para Aschen Gray.      

     Una tarde como otra cualquiera en la Bahía, el capitán del Réquiem y un grupo de sus tripulantes discutían qué podrían hacer con los piratas más rezagados, pues la confianza que hay entre los bucaneros del Réquiem no es la más exacta. Mientras ellos hablaban sobre la tripulación, Aschen mencionó que quizá se se compraría una ballesta, pues fue recientemente vapuleado por unos hombres que fueron asaltados durante su trabajo de contrabando. Ransley, haciendo uso de sus habilidades como carpintero se ofreció a hacerle el arma por si mismo, siempre y cuando él le pagase por los materiales. 

El no-muerto salió de la taberna en dirección al Réquiem, en busca de algún pergamino que le sirviese para hacer el plano de la ballesta. Al volver se dispuso a dibujarlo, planeando también los materiales que necesitará así como el precio que pactaron: 60 monedas de cobre.

-Habilidades utilizadas por Ransley-

     Dibujo

-Consecuencias-

     Aschen necesita recaudar dinero para comprarle la ballesta a Ransley

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      Capítulo VII: Nadie aprecia a la muerte.

       La misma noche tras el asalto a los contrabandistas un grupo de mujeres entraron a la taberna donde se reune usualmente el Réquiem, parecían en un principio cordiales ante los ojos de Ransley hasta que una de ellas, Tatyana, se acercó a la mesa en la que se encontraba el ex-renegado amenazante, dispuesta a combatir contra el no-muerto. Aunque en un principio Ransley se negaba a aceptar tal duelo, las palabras de Kord y Aschen le animaron a luchar contra la espadachina.

Una vez fuera de la taberna ambos se batieron en un duelo poco igualado, pues Ransley no tenía tan buen manejo de su arma como lo tendría Tatyana. El resultado fue el que muchos de los presentes en aquel duelo esperaban, Ransley acabó siendo tumbado.  A pesar de la deshonra que haya sentido el carpintero, el capitán Kord ofreció un puesto en su barco a Tatyana y a su compañera Elennel.

Ransley, poco contento con las nuevas integrantes del barco, se marchó con Nyah para pedirle que vigilase también a esas dos desconocidas, pues Ransley veía la codicia en los ojos de ambas, especialmente en Elennel y eso no le gustaba.

Poco tiempo después habló con Aschen sobre su ballesta, pero este le dijo que no la quería pues tras lo sucedido en ¡Cañones! consiguió dos pistolas de chispa que encontró en un cadáver. El no-muerto decidió seguir con el proyecto de la ballesta para si mismo.

-Habilidades usadas por Ransley-

     Ataque CC con hacha de una mano (F), defensa

-Consecuencias-

     Ransley tendrá vigiladas a Tatyana y a Elennel.

     Ransley ha practicado con el manejo del hacha de una mano.

     Aschen ya no necesita la ballesta. Ransley se la hará para si mismo.

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      Capítulo VIII: Viaje a Costasur. 

     Los misteriosos hombres provenientes del Bosque del Ocaso llegaron a un buen acuerdo con los piratas del Réquiem. Serían llevados en su barco como invitados a cambio de pagar a esos modestos bucaneros con 17 monedas de plata, un precio bastante bueno para esos pobres mendrugos. Al principio del viaje, los novatos bucaneros prepararon todo, listos para zarpar. 

Victoria (Cobra) y Mark el "Rata" se percataron de un error en el mástil que hacía que no parase de tambalearse por lo que tuvieron que llamar al astillero del barco, Ransley. El viejo renegado se hizo cargo dando uso de sus buenas habilidades como astillero, reparando el mástil y varias partes del barco más, incluyendo en la lista un agujero en el suelo por el que entró bastante agua, una lampara caída y un largo etcétera de tablones sueltos. 

Siendo su ruta una peligrosa de recorrer para un renegado o un trol como Shan'ko debido al gran número de barcos imperiales, Ransley usó los tablones que habían para poner una pared falsa debajo de unas escaleras, haciendo una pequeña habitación para esconderse la cual quedó bastante bien camuflada con el resto de la pared. Con esto habría terminado todo su trabajo. Aprovechó su tiempo libre para pedirle a Kaileth que le enseñase a usar de mejor forma un arma, consejos que le fueron dados a través de un duelo.

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Aunque Kaileth resultase victorioso, Ransley se logró defender bastante bien, sorprendiendo en varios momentos al propio maestro y a los espectadores del entrenamiento. Al acabar, un grito en la pequeña bodega alertó a la tripulación: un pequeño murloc se había colado, pero no fue problema para ellos. Al segundo de verle, Aschen disparó a matar sin dudarlo, acabando con la vida del anfibio para más tarde cocinarlo y usar sus tripas como cebo para pescar. Tras eso, poco a poco los marineros se fueron a sus respectivas hamacas al hacerse de noche, mientras que el renegado vigiló el barco por la noche.

A la mañana siguiente Ransley buscó a Kaileth para seguir con el entrenamiento, pero el mercenario seguía dormido, por lo que tuvo que dar más uso a otro joven marinero experto en el manejo de las armas, Mark el Rata. Ambos lucharon de una manera casi igualada, a pesar de que claramente Mark dominaba mejor los movimientos y esto le otorgó otra victoria, una muy reñida. Tras eso, Ransley empezó a hacer la ballesta que quería, terminándola poco más tarde siguiendo los planos que había hecho.

Al acabar, la tarde en el pequeño barco del capitán Kord fue aburrida hasta que una plaga de múrloc asaltó el barco: empezó Anfibios con espadas.

-Habilidades utilizadas por Ransley- (27-12-18)

     Ingeniería(Carpintería), defensa, ataque CC con hacha de una mano

-Habilidades utilizadas por Ransley- (28-12-18)

     Defensa, ataque CC con hacha de una mano, ingeniería(Carpintería)

-Consecuencias-

     Ransley ha practicado dos días con el manejo del hacha, aprendiendo a atacar y defenderse.

     Ransley se ha hecho una ballesta.

 

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