Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
C0rt3x

William Frank

Recommended Posts

 

William Frank

Información principal                                                                                                   

  • Nombre: William Franksthella-peragi-michael-fassbender-portra
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 25
  • Altura: 1.82
  • Peso: 77
  • Lugar de Nacimiento: Desconocido
  • Ocupación: Soldado del Ejército Imperial
  • Ficha: Enlace a ficha de William 
  • Música: 

              

 

Descripción física:

William es un muchacho alto, con una buena musculatura, formada a base de callejear y pelear por mendrugos de pan, todo esto en la más absoluta clandestinidad, siempre que se pueda.

De tez pálida y pelo castaño casi rojo, con unos ojos claros y una estructura facial tosca.

Tiene el pelo corto generalmente, cejas no demasiado pobladas y barba rasurada.

Sin cicatrices visibles.

 

Descripción psíquica:

William es gentil y medido con sus palabras, fruto de sus compañeros vagabundos, algunos de los cuales eran músicos, o antiguos nobles, que le enseñaron lo que necesitaría para sobrevivir.

Positivo y amigable, de buenas formas y buena presencia, no suele guardar rencor ni llevarse mal con nadie.

 

 

Historia

Se puede leer lo siguiente, en un cuaderno viejo, sin portada con una letra casi indescifrable, con unos trazos nerviosos:

 

Yo... Bueno, la verdad, no sabría por dónde empezar...

Hace unos años, 10 creo, sí, algo así. Hace 10 años conseguí, o más bien adopté mi nombre actual.

A decir verdad, no sé de dónde vengo, ni quién soy realmente, ni cuál es mi nombre de verdad, no recuerdo nada, y nadie de mi alrededor parece recordarlo tampoco, bueno... De mi alrededor por llamarlo de alguna manera... Veo cientos de personas al día, algunos sonríen, otros no tanto, la mayoría giran la cabeza al verme y, bueno, es normal, por aquí a poca gente le gusta ver a una panda de vagabundos... Algunas personas incluso nos escupen, y nos instan a conseguir trabajo, aunque no de las mejores maneras... Y ya, sé que debería trabajar, pero no es tan fácil... Yo... Necesito algo más...

Pero bueno, que me lío, por dónde iba yo... Ah, sí, claro, mi nombre.

Desconozco cuál es mi nombre realmente, pero adopté William, por un hombre, un vagabundo como yo. Murió, una pena, era un buen hombre, pero la peste pudo con él, enfermó, y murió, como lees, sí, sí, muerto, caput... Una pena... Era un buen hombre.

Con él aprendí cosas básicas, sí, muy básicas. Siempre veía esos caballeros de brillante armadura, paseando con sus caballos, sus grandes espadas, y la gente los aclamaba, los quería, los adoraba. Esas armaduras... Luz, eran perfectas, ojalá algún día tuviese alguna, estaría tan feliz... Qué feliz sería... William (mi tutor, claro) me instó a conseguirlo, dijo que él se había codeado con algunos de ellos, pero nadie lo saludaba ya, desde que su apellido cayó en desgracia, no recuerdo muy bien cuál era, lo mencionó un par de veces, o tres, no más, una pena, una pena. Él fue el que me enseñó que la apariencia era muy importante, sino más importante que comer, casi. La apariencia lo es todo, es más que un título, cuando te ven, si a simple vista estás andrajoso, como un vagabundo, como cualquiera de nosotros, ya no te ven, quiero decir, te ven, pero hacen lo imposible por no hacerlo, apartan la mirada, hablan con sus acompañantes, madre mía, madre mía. Lo que hace la gente cuando no te quiere ver, cuando no quiere saber nada de ti...

Yo, generalmente no soy tan nervioso, bueno, ahora sí, pero generalmente no, me gustan las cosas claras, claras y concisas, William me lo enseñó, con el tiempo sigo aprendiendo nuevas cosas, ahora solo tengo 15 años, pero pronto, pronto me armaré caballero, sí, siguiendo sus consejos seguro que lo lograré, algún día...

 

Años más tarde...

 

Luz, acabo de recuperar este cuaderno, tras un par de horas intentando descifrar la letra de un joven nervioso de a penas 15 años, hoy, 10 años después, puedo continuar esa historia... Ahora mucho más calmado, y con una mejor letra, espero.

Al poco tiempo de escribir eso, conocí a un músico vagabundo, al día conseguiría unas cuantas piezas de cobre, que compartía conmigo con gusto, y mientras cenábamos algo de pan duro y queso (cuando cenábamos) cantaba unas bellas canciones que jamás olvidaré, tenía una voz muy dulce, que incitaba a pensar... A soñar... Me enseñó algunas canciones algo más fácil, que con el tiempo pude interpretar, con algunos desafines, pero pude hacerlo, mejor o peor, pero lo hice.

Pero no pienses que solo vivía de la caridad del músico, también yo conseguía algo de dinero, no era fácil, no tenía talentos especiales, pero gracias a William, el viejo William, y a todo lo que me enseñó, por alguna razón conseguí caerle en gracia a algunas personas, que me daban siempre un par de monedas más de las que ellos querrían...

Con el tiempo, el músico marchó a otro lugar, a buscar una mejor suerte, y sinceramente, espero que la consiguiese, era un buen tipo, muy bueno, aunque no recuerdo su nombre, ni siquiera recuerdo si algún día llegó a decírmelo...

La vida en las calles era dura, uff, ya lo creo que sí, con el pasar de los años, conocí a todo tipo de gente, algunos buenas personas... Otros no tanto...

Hará ya unos dos años, empecé a ahorrar. Fue un trabajo muy duro, incluso tuve que pasar algunos días sin comer, pero conocí a un hombre, que al igual que William me había dado un motivo más para seguir... El ejército.

Era un soldado retirado, le faltaba una pierna y el ojo izquierdo, pero aún así, me dijo que era lo mejor que le había pasado en la vida, pertenecer a la guardia.

Dijo que quizá sería un buen camino para lograr lo que quería, ser caballero, él había conocido a algunos también, incluso tenía compañeros que lo habían conseguido, así que me instó a alistarme, desde entonces ahorro, para comprar alguna ropa, para presentarme decentemente ante los soldados, para alistarme, ya sabemos lo importante que es la presencia ¿verdad? Sea a los ojos de quién sea, una camisa más o menos limpia y unos pantalones sin demasiados remiendos dan una muy buena imagen de la persona, el habla, algo que he aprendido con los años, hará el resto.

Me enseñó todo lo que sabía sobre armas, a un nivel teórico, y practicábamos con palos pesados, imitando a los grandes mandobles de los caballeros... Luz, como me gustaba eso... Cada vez estaba más cerca de lograr mi sueño, y eso, eso hacía que cada día fuese mejor que el anterior, calidecía mi alma aún en los días más fríos, y miraba a los caballeros, con sus brillantes armaduras de otras formas. Ya no como dioses, sino como pronto, hermanos.

Un día, de repente, desapareció, y hoy, dejo de escribir para comprar algo de ropa, y presentarme en el cuartel, con el fin de convertirme en caballero.

Sea quien sea que lea esto, si es que algún día alguien lo llegase a leer, deséame suerte...

Firmado: William (Sin apellido)

300px_William_III_Sig_svg.png

Editado por C0rt3x

Compartir este post


Enlace al mensaje

Un nuevo comienzo

El día amaneció despejado, a penas pude dormir aquella noche, no más que las otras, al fin y al cabo, la vida en las calles seguía siendo dura.

Dos días atrás me presenté ante los cuarteles de la guardia, que sitio tan impresionante, lleno de jóvenes entrenando duramente, algunos más ilusionados que otros pero se notaba un buen ambiente en general. Pasé al edificio principal, estaba lleno de mesas con montañas de papeles, jóvenes llevaban el papeleo de un lado a otro, corriendo por todo el edificio, cuando se percataron de mi presencia, me interrogaron, y tras explicar mis intenciones, me citaron para volver a acudir el día de hoy, y allí que he ido...

Mientras esperaba la bajada del sol, cerca del centro de Villadorada, conocí a un maese enano, Thorval de los Drakkingson se llamaba, al parecer estaba buscando trabajo. Le recomendé preguntar en La Capital, pues había oído que quizá allí podría encontrar trabajo, sin embargo me dijo que ya la conocía, y que un primo suyo trabajaba allí...

Mientras parlamentábamos, otro maese de nombre Ivar Abrumador, se acercó a nosotros con curiosidad, y nos preguntó si estábamos buscando trabajo, le contesté que yo tan solo esperaba la caída del sol para conseguirlo, pues ya había sido citado, pero quizá no entendió demasiado bien lo que un servidor quiso decir, pues siguió preguntando si trabajaría para él, al parecer estaba buscando espadas de alquiler, mercenarios mejor llamados.

Fue una conversación divertida, me mantuve al margen dejando que los dos maeses hablasen entre sí, resultando en un contrato no firmado entre los dos, al parecer al maese Thorval de los Drakkingson le interesaba la oferta que Ivar Abrumador le podía ofrecer. 

Cuando el sol comenzó a bajar, y con la lluvia creciente que me acompañó durante el trayecto, me dirigí al sitio donde había sido citado, en los cuarteles, donde me recibió el señor Gérnia, muy amable, me explicó lo que significaba ser un miembro del ejército, y tras firmar mi consentimiento, me enseñó todo lo que tenía que ver, la sala de planificaciones, la armería, los barracones... Me presentó a todos mis compañeros, los demás reclutas me saludaron al unísono tras mi presentación y comentaron un chiste que no logré entender demasiado bien, aunque sonreí para integrarme con el grupo.

Tras las presentaciones, los reclutas fueron al patio a entrenar, mientras yo seguía al oficial Gérnia, el cual me llevó ante un hombre de avanzada edad, al que le faltaba un brazo que me miró de arriba a abajo, me midió sin apenas tocarme y me dio una armadura de recluta, un escudo mediano, y una espada. Oficialmente, ya estaba dentro del ejercito, agradecí al señor Gérnia todo lo que había hecho por mí en ese día, y corrí a los barracones a probarme mi nueva armadura.

Entraba genial, el casco me quedaba un poco grande, pero con una pequeña tira de cuero conseguí hacer que se sujetase perfectamente, en cuanto estuve preparado, salí al campo de entrenamiento a entrenar con mis nuevos compañeros, fue duro, pero reconfortante.

Al caer la noche salí a patrullar, salí con dos compañeros más, pero me detuve a ayudar a una pobre mujer que se había perdido, y los perdí de vista, seguí yo solo hasta que me crucé con un par de hombres que parecían estar en problemas, así que me detuve para ver que pasaba.

Como sabría poco después, uno de ellos se llamaba Tygar Volksson, el otro, Kaileth Nathan.

Al parecer discutían sobre si ir o no a un prostíbulo, aunque el llamado Tygar Volksson no parecía mirar a su compañero demasiado bien, así que me limité a separarlos y les indiqué que continuasen su marcha, que no sería de mi agrado que se metieran en problemas. Tras esto, continué mi patrulla una vez los dos hombres se marcharon.

Habrían pasado un par de horas, cuando volví a encontrar a mis dos compañeros, para mi sorpresa, estaban deteniendo lo que parecía ser una pelea, estaban los dos hombres mencionados anteriormente, un maese enano, otros dos hombres más y una mujer, que por lo que pude deducir era doctora, aunque no lo parecía.

Investigué lo que había sucedido, y hablé con los presentes, menos con el enano y la mujer, que se retiraron a hablar unos metros más allá, uno de los presentes, un señor con coleta me dijo que si era necesario que me llevase a Tygar Volksson, al parecer este hombre es su jefe, y estaba preocupado por la integridad de su empleado, le dije que no tenía de qué preocuparse, pues tan solo seguiría el procedimiento, y si era inocente no le robaría demasiado tiempo. Terminó la conversación diciéndome que pronto acudiría a la guardia con testigos, para denunciar al denunciante, qué paradoja, que al parecer acosaba a todos sus empleados... Ya veríamos como acabaría todo este asunto...

Acompañé a los tres hombres implicados junto a mis dos compañeros, y procedí a interrogarlos a los tres, con el fin de averiguar lo que había sucedido, el denunciante se llamaba Evan, aunque desistiré de escribir su apellido de nuevo.

Escribí las tres declaraciones, interrogando primero al denunciante, después al testigo, y por último al denunciado. Entregué los documentos a un superior, y dictaminó el castigo, por ley, una agresión se castiga con un par de días en el calabozo y unas 5 monedas de plata, como el denunciado Tygar Volksson admitió haber golpeado al denunciante Evan, la pena le fue reducida a un día y 5 monedas de plata.

 

 

Ha sido un primer día duro, y lleno de emociones sin duda, estoy deseando ver qué me depararán los siguientes...

Salve a la Emperatriz!

Firmado: William (Sin Apellido)

 

300px_William_III_Sig_svg.png

 


 

  • Like 1

Compartir este post


Enlace al mensaje

Por el imperio


Vaya... La de días que llevo sin siquiera ver el diario... Con mi partida hacia la campaña en el norte, le había perdido el rastro hasta mi reciente llegada otra vez a Elwynn. Si algo me enseñaron mis días en la calle fue a mantener el diario al día, eso permitiría a mi mente despejarse, a mis manos practicar la escritura y a mí mismo, me permitiría revivir los buenos momentos que tiene la vida, así como aprender de los malos...

Todo en el ejército sigue siendo un poco extraño, hace ya varios meses desde que me alisté y por La Luz, ya me han nombrado soldado y todo!  

El sargento Elegost aún no era sargento cuando enrolé, y el cabo Sveri... Que buen hombre, es el que nos proporciona el dinero que nos corresponde y que guardo con sumo gusto, pues en los barracones nos provisional de comida y agua, y un buen techo donde refugiarse a cambio del mínimo esfuerzo de la defensa del imperio, la cual realizo con gusto puesto que es el lugar donde vivo, y la gente a la que protejo, es la gente que conozco, el panadero, la costurera... Todos gente de bien, desde luego...

En definitiva, no tengo gasto alguno, mas que el reciente torneo del pomo dorado, en el cual fui derrotado en la primera ronda contra un mercenario veterano, pero bueno, esas cinco platas no fueron una derrota, fueron una experiencia, una nueva manera de aprender, algo cara eso sí, pero solo fue un medio, para conseguir un fin, lo cual lo justifica... Espero poder recuperar pronto ese dinero, no sé cuánto cosará mantener mi propio caballo...

En fin, lo que iba contando, han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí, he viajado al norte, he conocido a mis compañeros, he sido ascendido a soldado, las últimas son que hemos recuperado un puesto en el barrio pobre, ya tenemos presencia  el barrio más necesitado de todo Elwynn, así que espero que las gentes nos reciban como merecemos, y no como he oído que nos ven, somos la justicia, y velamos por la seguridad de los ciudadanos, no sé quién habrá sido el que empezó el rumor de que somos unos demonios, y unos corruptos... Tenemos que lavar esa imagen, desde dentro, y como no, el cuartelillo del barrio pobre será nuestra mejor baza, seguro.

No tengo mucho más que contar, de momento, en los próximos días iré a hablar con los ciudadanos del barrio, para ver si necesitan nuestra ayuda, y para presentarme, claro, he oído hablar de la presencia de distintas bandas organizadas, pero no tengo miedo de ellas, quizá lo primero que deba hacer sea presentarme en la posada “La Capital” las posadas siempre guardan rumores y cotilleos sobre los alrededores, espero que me puedan dar algo de informaión las buenas gentes de allí, pero claro... Antes debo terminar todo mi trabajo en el cuartel central... Me mantendré informado con las nuevas, espero que buenas...

AH! Y el Sargento Elegost me dotó de un sobrenombre, Frank me llaman, no es mi nombre, pero se ha convertido en parte de mi vida, así que, desde hace un tiempo y en adelante, mi nombre completo será William Frank, el soldado William Frank perteneciente a la XIII Legión IX Compañía.

Salve a la Dama!

Salve a la Emperatriz!

Firamdo: William Frank.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Editado por C0rt3x
  • Like 1

Compartir este post


Enlace al mensaje

//En obras, por el momento no tengo acceso al PC, así que las actualizaciones pueden no mantener el aspecto original, lo arreglaré pronto...

Editado por C0rt3x

Compartir este post


Enlace al mensaje
Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...