Yurie (Desaparecida)

[Thala 682]

 

Ficha creada por la maravillosa @Psique             

Editado April 6, 2018 por Thala

[Thala 682]

Nombre: Yurie

Raza: Quel'dorei

Sexo: Mujer

Edad: 182

Altura: 1,75

Peso: 55

Lugar de Nacimiento: Quel'thalas

Ocupación: Recluta Alba Argenta

Historia completa

 

Descripción física:

Yurie oculta su rostro bajo una mascara metálica, solo dejando ver sus ojos azules y dando un eco reverberado a su voz. Tiene el pelo a la altura del cuello, plateado, suele llevarlo hacia atrás, saliendo por la parte trasera de la máscara. Es alta, de complexión atlética. Suele vestir de negro, con unas placas de metal a la altura del cuello, hombros y muslos, lleva colgado del cuello un pequeño colgante que es un espejo, así como un espejo algo mayor en su cinto. Camina con firmeza y seguridad, como si el suelo mismo fuese un enemigo esperando a asaltar en el más leve despiste.

 

 

Descripción psíquica:

 

 

Yurie no habla mucho, suele preferir guardar silencio ante los demás, a excepción de su hermana Ivy, es con la única con la que mantiene largas conversaciones. Suele mantenerse fría y distante, a veces incluso hostil con los desconocidos. Quiere a su hermana ciega por encima de todo, y ha dedicado su vida a protegerla y ser sus ojos, y no duda nunca en recurrir a la violencia si su hermana está en peligro.

Fría, racional,pragmática,práctica y silenciosa, Yurie observa el mundo desde detrás de su máscara, en busca de algo que sus ojos no alcanzan a ver.

 

 

 

Historia

 

Como vemos el mundo?

Nuestros ojos observan todo cuanto nos rodea, nos da información sobre cómo son las cosas, grandes, pequeñas, colores. También nos permiten ver el camino a seguir, entonces, cómo puede alguien ciego ver el camino con mayor claridad que alguien que sigue disfrutando de su vista?

Que ve alguien ciego?

Cómo entiende el mundo y lo que le rodea? Puede que existan dos realidades, la superficial, la que todos podemos observar, tan vacía, tan vana, tan falta de sentido como un día sin Sol, y la interna, o la verdadera, esa que marca la realidad oculta detrás de todas las distracciones que los ojos no pueden esquivar, puede que solo perdiendo la vista podamos llegar a ver de verdad, y nuestros ojos, nos hacen ser ciegos el resto de nuestra vida.

 

El despertar

 

Yurie se despertó sobresaltada, una pesadilla, se incorporó y levantó de la cama, una mirada a Ivy; sigue dormida, se sirve un vaso de agua y vuelve a la cama, se sienta en ella mientras piensa, mientras recuerda.

 

 

 Recordaba su juventud, como de niña era inseparable de su hermana, como de contenta se puso cuando le dijeron que tenía una gran afinidad con la magia, las infinitas discusiones con sus padres y sus maestros cuando su interés por la espada despertó, y lo dichosa que se sintió cuando por fin le empezaron a entrenar en el uso de armas y su cuerpo, le gustaba especialmente empuñar dos espadas ligeras, fueron tiempos sencillos, entrenaba, estudiaba, reía, eran tiempos felices.

 

 

 

 

 

 

 

 

Otras imágenes le avasallaron la mente, el fuego consumiendo la ciudad, el hedor a muerte impregnando la atmósfera, ella llevando a su hermana a un lugar seguro, la ayuda a quien pudo ofrecerla en aquel caos, y el súbito terror que sintió al darse cuenta de que Ivy había desaparecido, la congoja que sintió al no poder encontrar ni a su familia ni a su hermana, el pequeño rayo de esperanza que inundó su pecho al ver a Ivy entrar en un edificio, recuerda las llamas, el techo derrumbándose, el terror ante la muerte de su hermana, sus gritos de ira y desesperación mientras quitaba escombros del medio a la vez que se culpaba de todo a si misma por perderle de vista, los guturales gruñidos de los muertos que fueron a su encuentro, aquella encarnizada batalla entre llamas y trozos de techo derrumbándose, al final consiguió salir victoriosa y sacar a su hermana de debajo de aquel montón de escombros, estaba gravemente herida, desmayada, pero aun viva, recuerda el dolor sordo que sintió cuando un trozo de techo le golpeó en la cabeza, el dolor seco, la sangre corriendo por su cabeza, el sabor de la sangre en su boca, el mareo, la visión borrosa, el pitido agudo, el como aun hoy en día sigue afectada por el golpe, que le dejó secuelas permanentes.

Se vuelve a levantar de la cama, camina en círculos por la habitación, suspira, vuelve a beber, se vuelve a sentar.

No puede detener sus recuerdos, como consiguió cargar con su hermana hasta el sótano de una taberna donde se encerraron, la angustia al no saber como tratar a su hermana, limpió como pudo sus heridas, y la vendó lo mejor que supo, al parecer fue suficiente como para salvarle la vida, como su hermana se despertó, buscándola con las manos, sin entender que ocurría, ninguna de las dos podía comprenderlo, pero Ivy perdió la visión, y ahí quedaron las dos, solas, hasta que finalmente les rescataron.

 

Se vieron solas en el mundo, sus familiares habían muerto, Ivy no hablaba, las antaño conversaciones de horas se convirtieron en el mas absoluto de los silencios, ella seguía lo intentando, cada vez menos, al final hasta hablar le empezaba a resultar extraño, pero un día, Ivy reaccionó y volvió a hablar, un pequeño rayo de esperanza, hablaba de cosas que Yurie no compartía, quería partir, irse, hablaba del sufrimiento de los que no elijen las guerras, de lo banal de los grandes ideales en comparación a los individuos, quería irse, y Yurie le acompañaría, no pudo salvarla, perdió la visión por su culpa, y a partir de ese día, sería su protectora, le acompañó en muchos viajes, dilapidando poco a poco el dinero que quedaba de su familia, en busca de mostrarle a Ivy su error, pero cuanto mas viajaban, cuantas mas historias conocía, mejor comprendía las palabras de su hermana, ella parecía capaz de ver algo que ella era incapaz, aunque a veces tendía a ser demasiado fantasiosa, y ella siempre aportaba el punto racional, lógico, pragmático a sus ideas y planes. 

 

 A veces parecía que ambas formaban parte de un mismo mecanismo, formado por dos piezas, funcional de manera independiente, pero incompleto sino se juntan ambas, en presencia de Ivy Yurie era mas moderada, mas simpatica, menos desconfiada, sin embargo cuando esta sola, tiende a ser antisocial, desconfiada en extremo y recelosa de los extraños, a los que ve como posibles amenazas hasta que consiguen ganarse su confianza

 Al final, ambas volvieron a compartir causa, la añoranza por su pueblo, su linaje, por las banderas, por los reinos, quedó atrás, ella era los ojos de Ivy en el mundo superficial, mientras que Ivy era sus ojos en el mundo real, mas no podían continuar solas eternamente, otros hijos de la luz podrían estar de acuerdo con ellas, pero las formas de hacer de la cruzada escarlata chocaban directamente con sus ideales, así pues fijaron su vista en el Alba Argenta, un grupo variopinto de seguidores de la Luz que renegaban de los brutales medios que a veces usaba la cruzada, ahí se sentirían mas cómodas, y ahí es donde ingresaron, juntas, como siempre habían estado.

 

-Yurie? -Susurró Ivy al notar movimiento en el cuarto

-Shhh, estoy aquí hermana,como siempre, descansa, mañana será un día largo -Dijo tierna-mente mientras se acercaba a darle un beso y acariciarle suavemente el pelo

 

 

Volvió de vuelta a su cama y se acostó, sus recuerdos seguían ahí, pero hace tiempo que aprendió que esas memorias no son mas que otra de sus razones para continuar hacia adelante

Editado August 14, 2017 por Thala