[Resumen] La caravana de la esperanza

[Thorch 360]

Las murallas del castillo de Stromgarde lucían firmes y seguras embanderadas por el águila blanca. En las puertas de la ciudad destacaba una humilde caravana, formada por un par de carromatos, una docena de obreros y el estandarte escarlata delante. Sus defensores parecían escasos, dos enanos, un gnomo y cuatro cruzados. Fueron breves en sus planes y discursos. Tres caminos se presentaban ante ellos, decidieron viajar por las seguras sendas hasta Refugio de la Zaga, y luego atravesar a campo traviesa hacia el puesto defensivo frente a Sentencia. Las lunas se mostraban con claridad en el horizonte y rompían la negrura nocturna, el camino empedrado reflejaba millares de luminosidades cuando los rayos de luna chocaban contra su pulida superficie. El sepulcral silencio se quebraba de tanto en tanto, por rugidos de bestias y algún que otro alarido tan lejano como alarmante. Tras varias horas de viaje antes del alba, a lo lejos divisaron las luces características de un poblado, el olor a humo y comida inundaba sus fosas nasales, reconfortando al extenuado grupo. La parada fue obligatoria en Refugio de la Zaga. Pero tras el descanso y alimento apropiado retomaron la marcha. Fuera los esperaba una tempestad, la severa lluvia golpeaba con furia sus cuerpos y carretas, pero ellos decidieron avanzar. Pasadas las horas ya no había sendas, solo tupida maleza y barrial entre la fuerte tormenta. Las carretas se atascaban, provocando que el transito fuera tan lento como agotador. Junto al fin de la lluvia, las malas noticias llegaron de la mano de un estruendo. Uno de los carromatos partía los maderos de una rueda. Entre sensaciones de desasosiego, los trabajadores comenzaron las reparaciones. No eran lentos pero si ruidosos, lo suficiente para que una grupo de rapiñadores Trols detectara su presencia. Prontamente se vieron rodeados por fieros Trols montados en raptores, media docena al menos se dejaron ver. Mientras su enorme líder, conjuraba los impíos loas ante lo que se mostraba como una ofrenda segura. Cargaron sin piedad contra el grupo, mientras los escasos defensores formaban un círculo para proteger a los trabajadores. La batalla fue cruenta, tan solo uno de los Trols terminaría abatido, la sangre de los fieles a la sagrada luz empaparía la tierra. Los loas satisfechos bendecían a sus guerreros, que vitoreaban y festejaban guturalmente rituales profanos, con las cabezas de pieles rosa entre sus lanzas. La retirada fue humillante, el blasón escarlata yacía destrozado, entre los cuerpos sin vida de muchos trabajadores y cruzados. La carreta sin ruedas quedaría allí, como justo tributo a los herejes vencedores. Mientras tan solo unos pocos afortunados, llegarían con vida al campamento iluminado.

Editado June 11, 2017 por Thorch

[Thorch 360]

RESULTADOS RESUMEN BAJAS ( se rinden los honores y oficios religiosos pertinentes, se envía pago compensatorio a las familias de los trabajadores ) -          2 soldados escarlatas caídos en acción -          6 obreros -          El ingeniero Matt OTROS -    Se pierde la carreta con herramientas -    Se logra salvar la carreta con materiales, madera, y hierro -    Se arriba al campamento con 6 obreros en buen estado de salud RECUENTO DE TROPAS - 5 soldados escarlatas de infantería media  - 13 milicianos arqueros o infantería ligera - 5 Novicios Argenta a cargo de Ser Thomas Benet - 6 Obreros CONSECUENCIAS - A determinar

DATOS OFF

Duración del evento 5 horas aprox.

Participantes:

@Thorch como Ismael Cruz (master)

@Magoryue como Torvirld

@Archibald como Hrüin el Explorador

@doppler como Varric Chispacorta

@Phoenix como Stramhald

Gracias a todos por participar

 

[Magoryue 13]

                                                   LA LOCURA DEL ENANO

Cuando Torvild despertó, después del combate, un frío dolor le vino al costado, justo donde estaba su herida. Se levantó de la cama de la enfermería como pudo. Pero, cuando empezó a moverse, unas voces lejanas resonaron en su cabeza... *Mátalos* *No dejes que vivan* *Hazlo por él* 

 Al principio parecían solo espíritus malignos, nada de lo que preocuparse, pues era muy normal para un chamán oír eso. Pero, conforme iba recuperándose, las voces se intensificaban. Su herida se curaba, si, pero no era una herida normal. Los trols no solo habían querido matar al chamán, sino, de algún modo, infectarlo. O quizás fueron los renegados. O algo peor. 

 Entonces empezó la pérdida de memoria. Primero como llegó hasta donde estaba, luego quienes eran sus compañeros, por qué estaba allí... La cosa empeoraba, parecía que su mente se estaba volviendo loca, lo que suponía un serio problema. La única esperanza para el enano no estaba en la tierra, ni en el cielo...