Brahen

-Bien, tomad nota: ésta preciosidad que tengo aquí, se llama Betty, como mi ex-mujer. ¿Por qué, me preguntareis? -¿Por que te atrapó bien y no te dejó marchar? -respondió Katherina, con media sonrisa- El trampero se limitó a mirar a la mujer en silencio durante unos segundos, inexpresivo, aunque molesto claramente. -Así es... -añadió entre dientes- Se posiciona en el suelo y... -haciendo un poco de esfuerzo, abrió las "fauces" del cepo- listo para atrapar al primero que se le posicione encima... -¿Lo mismo que hizo contigo tu ex-mujer? -preguntó el alteraci- Entrecerró los ojos y alternó la mirada entre ambos. -Seguid así y descubriréis lo que le pasó a Betty. -se limitó a zanjar el tema- -Venga, hombre... si has empezado la broma tú... -Id a chafarle las bromas a vuestra **** madre... -remugó por lo bajito, acompañado de algún que otro improperio- Entrenado:

-¿A donde creéis que vais, mequetrefes? -dijo el trampero, acercándose a la pareja que se disponía a bajar la loma, riendas de sus corceles en mano- -Eso no es asunto tuyo. -dijo el alteraci, encarándose al trampero- -Oh, ya lo creo que es asunto mío... -añadió tomando su arco en un gesto un tanto amenazador- Acabáis de llegar hace una semana... ¿y ya pensáis que estáis preparados para salir a expediciones de larga distancia? ¿Hienas, uhm? -dijo, señalando un panfleto en la mano de la mujer- Ambos se miraron el uno al otro y tras ello, miraron al desconocido. -¿Que propones? -dijo ella, mientras su acompañante posaba la mano en el cuchillo de su cinto- -Queremos gente capaz en este puesto, que no la caguen y nos fuercen a cambiar de campamento por dejar un rastro más que visible. Dadme una semana... -dijo el desconocido, alzando un dedo- y os prepararé para lo que os espera ahí fuera. -¿Y que pides a cambio? -espetó el alteraci, tamborileando sus dedos sobre el cuchillo- -Una décima parte de las ganancias de los tres primeros encargos que hagáis en el campamento. -mostró entonces tres dedos- Aprendido general: Aprendido: Entrenado:

Gavind reparte órdenes a Mugriento, que se encarga de adecentar el campamento con las pocas comodidades de que disponen: pieles, víveres, alimento para los caballos, un barril de agua... mientras el brujo prepara la hoguera, las dos hembras proceden acomodarse y pactan entrenar unos conjuros e invocaciones. Mientras las mujeres se divierten, el hombre alimenta su mente con un libro... y aguarda para hincar el diente a una pata de araña que se tuesta junto al fuego. Aprendido: Entrenado:

El carromato parte del refugio de la mina en Bosque del Ocaso, aunque con menos gente de la esperada. El vehículo avanza lentamente por la vieja y abandonada carretera que se dirige al este, abandonando lentamente el bosque maldito, dejando atrás el paisaje oscuro y enfermizo, para convertirse poco a poco en una gruta de montaña gris y escarpada formada por multitud de púas afiladas que buscan apuñalas el cielo. Durante el trayecto, bastante tranquilo, si bien se sienten observados, aprovechan para hablar de lo vivido en sus aventuras hasta el momento, así como de las que tienen por delante, en especial aquello que les puede aguardar en el Pantano de las Penas. El carromato termina por detenerse fuera del camino, donde improvisan un nuevo campamento con el que pasar la noche a resguardo de los elementos y dar tregua a los animales. Entrenado:

Los elfos siempre han criado vermis de maná en Queldanas y cuando los queldorei se escindieron de los suyos, no extraño que los magos continuasen exportando estas criaturas hasta lograr asentarlas en sus tierras: estas criaturas son capaces de absorber la magia arcana del entorno y el exceso, lo cristalizan o condensan, pudiéndose almacenar para ser consumido o utilizado posteriormente por sus dueños. Hemma y Victor están abandonando tierras queldorei, de camino a Stromgarde y se cruzan con una "granja" de vermis de maná: un sagrario ubicado sobre una línea ley menor de la cual dejan que se alimenten estas criaturas para luego enviarlo a Queldanil. Pero no todo es coser y cantar, a veces suceden accidentes... o más bien una cadena de accidentes. Las vermis consiguieron sobrealimentarse y se volvieron agresivas, se activaron las defensas del sagrario y unos elementales arcanos fueron invocados para detener a las criaturas, que procedieron a seguir alimentándose de los elementales, entrando en un circulo vicioso sin fin. La pareja de aprendices de magos se presta a ayudar a los dos iniciados que vigilaban el sagrario en ausencia del mago que estaba al cargo, para reducir a las vermis que se habían tornado agresivas. ¿Dónde se habrá metido? --2 sesiones-- Aprendido: Entrenado:

El aire seco de los Baldios azotaba su rostro como si hubiera metido la cara en el interior de un horno de pan: asfixiante y seco, todo un contraste con las estepas de Alterac donde se crio cazando lobos junto a su padre y su tío. Llevaba casi una semana siguiendo el rastro que había ido dejando esas pezuñas y ya apenas percibía el pequeño reguero de sangre que había ido dejando. A la sombra de un árbol, decidió darle un pequeño descanso a su caballo, agotado de cargarle, dándole de beber de su mismo odre de agua y compartiendo el fruto de un cactus que se había cerciorado previamente de retirar las púas que amenazaban con dañar el paladar de los más descuidados: eran todo un manjar en ese lugar, además de contener bastante agua, así que tanto él como el animal, no le hicieron ascos. Tras afianzar las riendas de su montura y comprobar el perímetro, trepó al árbol para otear el horizonte: pudo ver nuevamente la silueta avanzando hacia el sur, avanzaba tambaleándose en un bamboleo extraño, cojeando de la pierna izquierda, justo en la parte inferior de la rodilla, donde había logrado alcanzar con una flecha. Alzó ambas cejas y esbozó una leve sonrisa: un pequeño nido sobre una rama próxima, un perfecto almuerzo para más tarde. Se apeó del árbol, guardando dos pequeños huevos del tamaño de unos dátiles en una faltriquera, dando un salto para colocarse sobre su compañero de camino: con una firme sacudida de las riendas, encaminó sus pasos tras su objetivo. Detuvo al corcel a varios metros de distancia del cuerpo que yacía en mitad del páramo, derrumbado bocabajo: con total calma, tomó su arco y descargó dos flechas sobre el lomo del jabaespín, sin que este emitiera quejido alguno. Descabalgó y tomando su cuchillo, se acercó al cuerpo inerte, procediendo a cortar sus colmillos, vaciar sus bolsillos y recuperar un dije que colgaba de su cuello: le pagarían una buena suma por esas piezas marfileñas, si bien sus bolsillos tenían un par de piezas de cobre y un trapo que apestaba más que su dueño, el dije era lo que había venido a buscar. -Cinco plateadas, son cinco plateadas, ¿no crees? -preguntó al cadáver, sin esperar respuesta alguna- Extrajo con cuidado los proyectiles del cuerpo del jabaespín, evitando que se echasen a perder y tras apropiarse de varias hebillas metálicas que portaba encima el difunto, se dirigió de vuelta al norte con su caballo, a solicitar su justa recompensa.

Atributos 6 Físico 7 Destreza 7 Inteligencia 5 Espíritu 8 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 28 Mana 10 Iniciativa 10 Ataque a Distancia (Arco Corto) 9 Ataque CC Sutil (Cuchillo) 9 Ataque CC Sutil (Combate Desarmado) 9 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 Cuchillo 2 Combate Desarmado 2 Equitación 2 Escalar 2 Defensa 2 Nadar 2 Sigilo 2 Robar bolsillos 2 Trampas/Cerraduras Inteligencia 2 Leyes (Reinos Humanos) 2 Sanación/Hierbas 2 Cirugía/Anatomía 2 Supervivencia 2 Conocimientos/Historia (Reinos Humanos) 2 Conoc./Hist. Magia Arcana 2 Fauna (Aves) 2 Fauna (Reptiles) 2 Fauna (Insectoides/Aracnidos) 2 Fauna (Mamiferos) 2 Profesión: Desuello 2 Ilusión Básica 2 Encantamiento: Silencio Espíritu 2 Voluntad Percepción 2 Arco Corto 2 Advertir/Notar 1 Buscar 2 Rastrear 2 Reflejos 1 Rumores Ilusión Básica Encantamiento: Silencio Escuelas/Especializaciones Encantamiento Aptitudes de Combate Diestras Aprendiz: Apuntado Diestro Escurridizo Golpe de Oportunidad Recuperación Rápida Trampa de soga: Dificultad 14 Descripción: Una cuerda oculta y un sistema simple de tensión capaz de dar la vuelta al mundo de una presa desprevenida dejándola completamente expuesta y vulnerable. Efecto: El personaje que sufra esta trampa quedará suprimido , suspendido en el aire bocabajo. Estará ahí hasta que le bajen o se baje consumiendo una acción completa en cortar la cuerda, recibiendo 1d6 de daño directo (Sin explosión de dados) al caer. Cortar la cuerda uno mismo es una tirada (De ataque, magia, etc...) vs Dificultad 16. Solo funciona con criaturas de tamaño pequeño o mediano. Cepo cruel: Dificultad 16 Descripción: Un sistema metálico , más refinado o más brutal poco importa, su funcionamiento es similar, tenga rebordes serrados o sean estos sin filo, se cierran con brutalidad sobre la extremidad que los pisa causando gran dolor e impedimento. Efecto: El personaje que sufra esta trampa sufrirá 2d6 de daño físico (Sin explosión de dados) y quedará inmovilizado , recibiendo además un -4 a su atletismo hasta que se retire el cepo con una acción completa. Retirar el cepo es una tirada de Atletismo (O destreza+trampas/cerraduras , o hechizo coherente) vs Dificultad 16. El personaje no aplica el malus a atletismo de esta trampa para esa tirada. Estacas viles: Dificultad 16 Descripción: Ocultas bajo hojarasca o rápidamente enterradas de manera superficial estas afiladas y pequeñas estacas tienen puntas retorcidas que desgarran la carne cuando son retiradas. Efecto: El personaje que sufra esta trampa sufrirá 1d6+3 de daño físico (Sin explosión de dados) y recibirá una carga de sangrado de 3 de daño por turno. Estas estacas pueden ser envenenadas, aplicando su veneno a aquel que sufre esta trampa.

El grupo se reúne dispuesto a partir, entorno al fuego, mientras Mugriento termina de cargar cajas y bártulos en el carruaje; desayunan y conversan, aprovechando algunos para entrenar nuevas habilidades, elixires y disfraces. La conversación avanza y se llega a un tema espinoso: al parecer el grupo se separa. Gran parte del grupo da la vuelta, se dirigen a lejanas islas al norte, hacia un bosque maldito. Insensatos, ya estaban en uno, ¿Qué diferencia hay de uno a otro? Pese a que Gavind intenta convencerles de continuar un par de semanas más el viaje para luego deshacerlo, de vuelta todos juntos, se niegan, pues parece haber cierta prisa. Aprendido: Utilizado:

El grupo de Bosque del Ocaso, con todos los preparativos listos para proseguir su camino, se recoge en el interior de la mina para descansar y pasar la noche, reponiendo fuerzas, en especial aquellos heridos y fatigados tras el combate con el paladín de nombre desconocido. Mientras el grupo descansa y/o duerme, Marielen y Gavind se reúnen en un rincón de la cueva para conversar acerca de lo que les depara más adelante su viaje: desempolvando un tomo que llevaba consigo el brujo, proceden a estudiar unos mapas y escritos acerca de la Primera Guerra... comparándolos con los mapas actuales de los que disponen. ¿Será posible encontrar algún artefacto? ¿Habrá valido la pena todo ese viaje? Solo el tiempo dirá... Aprendido General: Entrenado:

Adelard abrió sus ojos como si acabase de vivir una pesadilla que no lograba recordar: casi como un resorte, emergió del ataúd, desorientado, sin saber donde estaba. ¿Quiénes eran esa gente? ¿Un espectro? ¿Un demonio? ¡Más impíos en aquel bosque maldito! Tras suplicar fuerzas a la Luz, se puso en pie dispuesto a acabar con ellos... pese a su fracaso previo. El nigromante había logrado derrotarle a él y a sus compañeros: la herida infringida por este en su torso cuando el arma del profano enemigo le alcanzó, atravesó su armadura pese a los encantamientos protectores, como si no estuviera ahí, dañando directamente su alma. Hizo lo mismo con sus compañeros... no tuvieron oportunidad alguna. Con impotencia, se enfrentaron a sus espectros, incapaces de recurrir a la Luz para protegerse de estos, pues su vinculo había quedado mermado por la magia oscura del enemigo... poseídos por esas animas, les había encerrado contra su voluntad en los relicarios. Esos recuerdos iban acudiendo lentamente a su mente mientras peleaba, se aferraba a ellos y suplicaba a la Luz que no volviera a fallarle... no quería fallar él tampoco a su sagrada misión... Pero de poco sirvió... Los enemigos volvieron a superarle y esta vez, no había intención de someterle, reclamarían su vida. -¿Luz...? ¿Por qué me has abandonado...? Sir Barristan... te he fallado... Cassand... Lo último que sintió fue el frio acero cortando su cuello, si bien, su alma no descansaría en el seno de la Luz. Gavind no pudo si no esbozar una perversa sonrisa, ajeno a toda la historia tras los fragmentos del alma del Paladín que ahora reposaban en su mano. Consecuencias: Utilizado:

La pareja prosigue el camino horas después, hasta llegar a la granja del bueno de Bob: el pobre hombre corre tras un gorrino y resbala en el barro otra vez. Bob les explica lo sucedido y cuando la pareja de aprendices de magos oyen lo ocurrido, se disculpan y se ofrecen a ayudar al granjero con la reparación y recuperación de los animales prófugos. Hemma se encarga de reunir a los animales, de una forma poco ortodoxa, entre amenazas y empujones; por su parte, Victor se encarga de reparar el cobertizo y la cerca para contener el ganado. Al final del día, terminan sus tareas y Bob invita a la pareja a pasar la noche en su casa, cenar con él y su esposa. Después, junto a la chimenea, repasan las runas utilizadas esa misma mañana, pero esta vez sin resultados catastróficos. Aprendido General: Entrenado:

Este es Bob: Bob vive tranquilamente con su esposa en una granja, lleva una vida apacible y feliz. Sus tierras están cerca de una villa, así que apenas reciben visitas de bandidos o gente de mala fe. Todo es armonía en su hacienda, los caballos, vacas y bueyes, pastan felices. Los pollos picotean del suelo las semillas de excedente de la última cosecha. Bob saluda a su esposa, asomada a la ventana de su hogar... Se escucha una potente explosión en la lejanía: los caballos se encabritan y escapan de su recinto, los pollos corren por el suelo nerviosos y algunos revolotean, escapando del cercado, uno de los bueyes no soporta la presión y sale en estampida, tirando a Bob al suelo, sobre el fango, mientras trataba de sujetar a uno de los gorrinos. Por si fuera poco, la vajilla de la abuela de Bob, cae de la estantería y se rompe: nunca le había gustado a su esposa, pero era una herencia familiar. Lejos de allí, pero no mucho, Victor se encuentra tirado en el suelo, semi-sepultado entre pedruscos y rocas, junto a Hemma. Aturdido, se incorpora y exclama: -¡Te dije que eso no era una runa! ¡Parecía un gato! -recrimina a la mujer, mientras se quita de encima los restos del pobre Terroncito- Consecuencias: Aprendido General: Entrenado:

La pareja avanza atravesando la espesura: arbustos y arboles moribundos, la tierra que rodea la hacienda y la torre había sido profanada, apenas comenzaba a recuperarse lentamente. Acompañados por sus siervos no-muertos, se dirigieron hacia la torre, pues si aun no había sido visitada por saqueadores, podría contener conocimiento arcano. Su avance atrajo la atención de varios no-muertos ferales que deambulaban desorientados por la zona, atraídos por el sonido de la pesada armadura del caballero esquelético que hacia las de guardaespaldas de la pareja, mientras el zombi de Tanja caminaba torpemente tras ellos. No fue de gran ayuda y no era un gran conversador, pero al menos cargaba las pócimas y elixires de su ama. Una vez en la torre, se abrieron paso a través de varios cuerpos que estaban apiñados en el suelo: los no-muertos ferales habían desactivado prácticamente todas las trampas y defensas mágicas del lugar, muriendo en el proceso. El mobiliario de la planta baja estaba calcinado, los cuerpos, desmembrados. En la segunda planta, los cuerpos habían sido aplastados por alguna clase de fuerza invisible, si bien los libros de las estanterías no se habían tocado apenas, pudieron al acabar echar un vistazo. La última planta presentaba el peor estado: la cima de la torre se había derrumbado sobre los cuerpos de un aprendiz y de varios asaltantes. Encontraron el cuerpo de una aprendiz devorados hasta casi los huesos, junto a otro que portaba unas togas más refinadas y presumieron que se trataba del mago de la torre. Habían muerto peleando contra sus enemigos y ahora eran carnaza para sus estudios nigrománticos. Tras una breve discusión entre Tanja y Ronan, acordaron que ella podría disponer de los cuerpos de los resurgidos ferales y él dispondría del mago y sus aprendices para tratar de traer de vuelta sus almas de las Tierras Sombrías y someterlas a su voluntad. --2 sesiones-- Aprendido General: Aprendido: Entrenado:

Tanja y Ronan viajan durante casi una semana, rumbo al norte, cerca de la frontera de la comarca de Romisir, avanzando por el inhóspito paraje de las tierras altas que había sido sacudido y profanado por la presencia del difunto nigromante: terminan deteniendo su carromato en lo que antaño fueron las ruinas de una hacienda de piedra de gran tamaño en la que detenerse a dar de beber a los caballos, pues próxima a esta hay un pequeño lago y era un lugar más que apto para defenderse de los pocos no-muertos ferales que quedaron libres tras la caída de su maestro. Una vez dentro de la hacienda abandonada, se toparon con una pareja que, si bien al principio les recibió con hostilidad, empuñando una horquilla y una azada a modo de armas, enseguida consiguieron convencerles de que no eran una amenaza, que eran meros viajeros que seguían el camino y buscaban refugio. Esto no era mentira alguna, si bien sería un error por parte de los confiados anfitriones. Ayudados por estos, montaron su campamento y descargaron el carromato, compartieron comida y bebida: cuando la bebida hubo hecho su efecto, ambas parejas comenzaron a compartir historias y rumores: Tanja y Ronan, haciéndose pasar por una pareja de campesinos que se dirige a un pueblo al norte, buscan un lugar donde asentarse antes de formar una familia, pasando a trabajar él como herrero y ella como boticaria; la pareja entre las ruinas, explica que han conseguido las escrituras de la hacienda en la que se encuentran, ganada con sudor y esfuerzo, si bien temerosos de mudarse a dicho lugar, pues al parecer la zona fue devastada por los no-muertos meses atrás, en especial una pequeña torre de un mago próxima, que miraban con temor al otro lado del lago, temerosos de que estuviera ahora maldita. Tanja y Ronan cruzaron sus miradas: pese al efecto del alcohol en sus cuerpos, ambos llegaron a la misma resolución sin siquiera cruzar palabra. Al día siguiente, los cuerpos con no-vida de la pareja acompañan el carromato en silencio, en dirección a dicha torre, también en ruinas, pero ahora como orgullosos propietarios de las escrituras de la hacienda. Aprendido general: Aprendido: Entrenado:

Al novicio Brannon se le ha encargado supervisar la cuadra, situada junto a la enfermería del campamento, en compañía de otro novicio. Mientras conversa con él sobre la situación en el campamento y la relación de la Cruzada Escarlata con el resto de ordenes del lugar, de la enfermería emerge Annalena Luxwell, que llevaba bastante tiempo ayudando a sanar a varios, mejor dicho, varias, mujeres del campamento que al parecer, habían sufrido varios accidentes y descuidos durante sus entrenamientos. ¿El motivo? Al parecer varias de ellas tenían la mente en otro lugar o estaban distraídas, es lo que atestiguaron los que las acompañaban. La diaconisa se aproxima a los novicios que debaten junto a la valla de la cuadra y tras una charla amena y agradable, si bien al principio tensa entre el novicio escarlata y la muchacha, cuando Brannon y Annalena quedan a solas, esta insiste en entregarle un libro que asegura ella no va a utilizar, pues al parecer se trata de alguna clase de rezo utilizado para combatir a criaturas profanas e impías, habiendo hecho ella voto de no recurrir a la violencia. Brannon informa a la sacerdotisa que no puede aceptar escritos o información de otras ordenes, que la Cruzada Elizabeth ha ordenado a varios Inquisidores de la cruzada que vigilen que información o trato tienen los miembros de la Cruzada Escarlata y el resto de organizaciones, para evitar que se "impregnen" de ideas laxas. Consecuencias: Aprendido: Entrenado:

En las ruinas de Rosgith se respira nerviosismo ante la espera de nuevas en el frente, las diferentes facciones congregadas en el lugar, proceden a aprestarse para la batalla, entrenando sus cuerpos y preparando sus mentes para lo que está por venir. Entorno a una liza de entrenamiento, se congregan hombres y mujeres por igual, para pulir sus habilidades, en hermandad y fraternidad... si bien unos más que otros. La Cruzada Escarlata es la única que ha recibido órdenes de no entrenar en compañía de otras ordenes, si bien en sus ratos de descanso, se les da libertad para ello, bajo la estricta mirada vigilante de un Inquisidor que vela para evitar que la influencia de otras órdenes más liberales "infecte" a los más nuevos. Aprendido: Entrenamiento:

A la atención de la Agente Katya Volskaya: os escribe un humilde siervo de la Luz que estuvo presente en lo acontecido en el poblado de Nueva Esperanza: son buenas nuevas las que me remitís, mas serían mejores de saber que se encuentran camino de la soga o del hacha de un verdugo. Espero que no os toméis la severidad de mis palabras como un desprecio hacia vuestra labor al servicio de la Inquisición, si no como un deseo fervoroso que nace de los más profundo de mi fe. Lamento leer que ahora un nuevo poblado se encuentra bajo posible amenaza de dicho aquelarre, pero me contenta leer la importancia que le ha dado la Inquisición a este asunto. En cuanto a su petición de ayuda, nada me agradaría más que poder unirme a dicha labor, no obstante, me encuentro ahora mismo redactando esta carta desde el frente de Rosgith, a las afueras de Andorhal, sirviendo como novicio a las órdenes de la Cruzada Elizabeth y no deseo eludir mi deber sagrado al servicio de la Llama Sagrada. Si convenís, podéis poneros en contacto conmigo enviando correspondencia o presentándoos personalmente en dicho enclave, pues estaré más que encantado de ayudaros en lo que sea menester. Novicio Brannon Valon, fiel siervo de la Cruzada Escarlata @Elireth

Tres ataúdes en el carromato... relicarios que contienen vete a saber qué o... quien. El grupo descansa en su campamento, tras haberse reagrupado, recuperándose de sus heridas, cuando dos figuras misteriosas aparecen en el lugar, atraídas por el ansia de poder y la curiosidad por lo profano, sangre fresca que unirse a la causa del grupo, ¿pero a que precio? Ponen a prueba a los recién llegados, comprueba cuales son sus intenciones, sus capacidades y sus ambiciones. Ofrecen la posibilidad de unirse a su grupo si abren uno de los relicarios... Necios, si tan solo supieran de que va la historia... Como un torrente, tras liberar las cadenas que refulgen con luz propia, como iluminadas por la luz de la Luna, emerge un espectro imbuido de un poder sepulcral considerable, procediendo a atacar al grupo, protegiendo el contenido del ataúd. La refriega se recrudece hasta el punto en que solo logran detener a esa criatura de ultratumba al arrojarle por encima las mismas cadenas que la aprisionaban en el interior del relicario que impedía su huida. Una vez esa criatura es defenestrada y devuelta a las Tierras Sombrías, una figura emerge del ataúd... Consecuencias: Entrenado:

-Tu ordénale que no se mueva de ahí... ¡Aquí no hay peligro alguno! Hemma había arrastrado a regañadientes a Victor hasta una zona montañosa apartada próxima a la Queldanil, sin vegetación, ni arboles: había estado insistiendo durante horas, quería practicar más el conjuro de Bomba Viva, pero sin quemar la posada en el proceso... y obviamente, necesitaba un blanco contra el que practicar su hechizo. ¿Quién mejor que Terroncito? -Vale, vale... pero ve con cuidado... espera a que me haya apartado un poco. Creo que aun tengo una piedrecita en el parpado... -¿Como vas a tener una piedrecita en el ojo, si llevas las gafas...? Consecuencias: Aprendido General: Entrenado:

Hemma Law y Victor Cornelius Drelan han recorrido las calles de Queldanil y sus pies ya no dan más de si, por lo que vuelven a la posada para descansar, reposar y sobre todo, comer un poco de esa deliciosa fruta imbuida de maná: la ciudad y su gente les ha acogido amablemente, si bien los queldorei son gente reservada y con sus secretos, han conseguido tomar prestados algunos tomos de magia de evocación y de conjuración de la biblioteca de la ciudad, tras explicar que son aprendices de la Academia de Stromgarde y haber mostrado su documentación que mes acredita como tal. Victor trata de concentrarse en el estudio de esos libros, más la joven maga se dedica a molestar y pinchar al rubiales, sonrojado y titubeante más de lo normal. Acuerdan practicar juntos, utilizando a "Terroncito" como muñeco de entrenamiento, tras despejar la estancia de cojines y mobiliario que podría ser dañado: la maga pelirroja "marca" al elemental menor, imbuyéndolo con llamas que comienzan a dañarlo y acumular energía, que termina por explotar, afortunadamente de forma controlada. Drelan practica el conjuro de Sanación elemental, sanando a Terroncito desde una distancia prudencial, evitando que las llamas le alcancen. La muchacha, desafía a Victor a hacer lo mismo que ella, si se ve capaz: recurriendo a sus artes arcanas, logra replicar un hechizo similar, que en lugar emplear llamas, magnetiza fragmentos de piedra que se van concentrando en torno a su objetivo y tras ello, explota como si de una granada de fragmentación se tratase... Consecuencias: Aprendido general: Aprendido: Entrenado:

-¿Y dices que hay una feria de animales en este poblado? ¿Cómo has dicho que se llama? -preguntó Kelrina, con cierto tedio, paseando la mirada por los campos de cebada, típicos de esa región occidental de las Tierras Altas- -Campo Blanco del Valle. -respondió Samuel. Ambos iban vestidos como civiles, gastando las suelas de sus botas- Parece que cada mes, reúnen ganado en la plaza del pueblo. Es mucho más barato comprar un animal aquí, que en la capital. Se cruzaron con un par de carromatos, así como unos pastores que guiaban ovejas y cabras, hacia dicha población: un lugar bendecido con luz y agua, campos fértiles, en el corazón del reino de Stromgarde. Una vez en el lugar, se dirigieron a la feria y pidieron referencias, no sin antes pasar por la posada para comer un plato típico de la región: estofado criadillas de ráptor con boniatos hervidos en salsa de remolacha. Hablando con los parroquianos, les indicaron varios establos, así como puestos en la feria donde encontrar el animal a por el que venían. No debieron ir a llenar el buche antes que a la feria, un clásico error de novato: los caballos volaron y se vendieron como rosquillas. Buscaron y buscaron en los puestos y establos de Campo Blanco del Valle, sin éxito, hasta llegar a una cuadra en una zona alejada de la feria, que parecía cerrada. Samuel insistió en entrar, aporreando la puerta con la misma saña que un ariete trata de derribar la puerta de una fortaleza, sin respuesta alguna del interior. Kelrina pudo oír ruido en el interior, claramente había alguien dentro, forcejeando por hablar. Samuel procedió a utilizar una técnica heredada de padres a hijos en la familia Molsen: si no consigues entrar en un sitio, dale patadas hasta que la puerta ceda, y así fue. En el interior del establo se encontraba un hombre calvo cuyo ceño denotaba haber tenido un día muy malo... o más bien toda una vida: había maniatado a un hombre y a una mujer, el rostro del primero estaba sangrando, tras haberle asestado una paliza. Justo en ese momento, se escuchó la voz de una muchacha joven gritando, conforme entraba en el establo desde la vivienda contigua: -¡Lo tengo Garret, lo he encont...! -se calló en subito, pues pudo ver a la pareja frente a la puerta.- Samuel y Kelrina procedieron a abalanzarse cada uno a por un objetivo: Samuel a por el calvo, que se quedó para plantar cara y Kelrina salió tras la muchacha, que intentó escaparse por la misma puerta que había utilizado, tras haber tratado de escapar por la ventana. Molsen reduce a su enemigo tras ablandarlo a puñetazos y finalmente superándole en duelo con la espada. Kelrina logra alcanzar en el exterior a la muchacha, arrinconándola en el callejón trasero de la vivienda y combatiendo contra ella mano a mano, sin su arco. Consecuencias: Aprendido: Entrenado:

Más y más pueblerinos acuden a la liza de entrenamiento, preocupados y asustados ante la inseguridad generada por los rumores que han empezado a circular por la villa: el ambiente está caldeado y los habitantes, nerviosos. Un grupo de lacayos fuera de servicios pasa junto a la liza, estando dos de ellos en aparente estado de embriaguez, se burlan de la falta de habilidad con las armas de unos milicianos que entrenan con sus armas improvisadas, lo cual acaba desatando una trifulca. Varios lacayos de Monteverde acuden a la plaza de la villa para pacificar la situación: el Consejo de Monteverde, que aun no se ha dignado a dar resolución alguna o tomar cartas en el asunto, solicita a los Caballeros de Monteverde que acudan a pacificar la villa. Varios hombres de armas acuden al lugar y el populacho se repliega de vuelta a su casa. El pregonero del pueblo se coloca sobre el cadalso de la plaza y canta la nueva: toque de queda hasta nueva orden, nadie puede andar por la calle pasada la octava hora de la tarde y los negocios deberán cerrar una hora antes del toque de queda. Se doblarán los grupos de guardia en la villa y cualquier persona que sea vista, será reducida y encerrada en el calabozo por tres noches. Por si fuera poco, casi una docena de heridos... ¡y Monteverde sin boticario que los atienda! Los lacayos de Monteverde presos se encuentran en un estado deplorable: torturados mediante el uso de magia profana, tanto física como mentalmente, son utilizados por varias figuras embozadas y encapuchadas, como si el hobgoblin de un alquimista de Trinquete se tratase. Finalmente son arrastrados a través de la oscuridad, maniatados y posicionados uno frente al otro, de rodillas. Intenta contener las lágrimas y mantener la compostura, pero al tenerse al uno frente al otro, entienden el destino que les aguarda. Un proyectil de vacío emerge de la oscuridad e impacta de pleno en la espalda de uno de ellos, haciendo que caiga sobre el regazo del otro, que rompe a gritar con desesperación: siente unos zarcillos rondando dentro de su cabeza y los susurros que escuchó el día anterior, vuelven a florecer, asaltando su mente. Contempla como de las sombras emerge una silueta humanoide, pero no puede distinguir su rostro, pese a que claramente no lleva máscara alguna. No solo eso, un embozo de magia oscura parece retorcerse a su alrededor, como si parte de la oscuridad de la que emerge se hubiera adherido al desconocido. Si bien el lacayo es libre de retroceder arrastrándose un par de metros, hasta que topa con algo a sus espaldas... lo último que siente es un frío intenso que desgarra su alma y que perfora su pecho, cayendo muerto bocabajo frente a su compañero. Aprendido general: Aprendido: Entrenado:

Tras retirarse a la cueva, el grupo se reorganiza y atiende a las heridas de Maerwynn: Claudie, con la ayuda de dos cuerpos reanimados, habilitó un pequeño espacio en el que trabajar sus elixires y pociones. Aurora y Zamak, se dedican a dormir como marmotas, si bien la mujer al menos se digna a vigilar la cueva mientras el adonis de ébano alegra la estancia con la música de sus ronquidos. Al día siguiente, el grupo parte en busca del carromato, con la intención de recuperar para utilizarlo para el viaje, si bien tendrán que buscar bestias que tiren de él. Para ello, vuelven al lugar donde Maerwynn casi fue partida en dos y prosiguieron el camino hacia el cementerio. Descubren que los no-muertos del lugar aparentemente son ferales, deambulan de un lado a otro: el carromato ha bloqueado el acceso a la Capilla y alrededor de esta, varios cuerpos de paladines de la Mano de Plata, así como cuerpos que habían sido reanimados y posteriormente machacados por los primeros, hasta que dejaron de moverse. Tras varios intentos infructuosos de mover el carromato, Shaathun desplaza el carromato con ayuda de los esbirros de Claudie: en el interior de la Capilla, suelo sagrado, se encontraban retenidos gran cantidad de cuerpos reanimados, un campeón esquelético y un mago esquelético. Se mostraron sorprendentemente amistosos con sus rescatadores, negociando la nigromante/alquimista con el Mago Esquelético, el único de esos cadáveres que parecía tener voluntad propia. El grupo accede a ayudar al Mago Esquelético en su empresa de recuperar un relicario con cadenas de veraplata que, al parecer, es capaz de sellar y ocultar el rastro mágico de cualquier cosa que se introduzca en su interior... no solamente eso, hay tres ataúdes más en el interior de dicho carromato, ya sellados del mismo modo. ¿Quién es ese Mago Esquelético? ¿A quien sirve? ¿Qué hay dentro de los ataúdes? ¿Se pueden fiar de su nuevo aliado? ¿Bocata de chóped o mortadela? Entrenado:

A la espera de que el Consejo de Monteverde emite un comunicado oficial y solicite ayuda a la Capital del Reino, los rumores han empezado a circular entre los habitantes de Monteverde: se habla de que las minas están infestadas de arañas del tamaño de caballos, que los caminos ya no son seguros, pues los bandidos han formado una extraña alianza entre ellos, que los lobos realizar ataques organizados, ya no solo contra el ganado, si no contra los viajeros y lacayos de Monteverde... por no hablar, de la desaparición de varios lacayos e incluso del boticario del pueblo. Se rumorea incluso, que hay magos oscuros en el bosque... Los ciudadanos, ante la lentitud y pasividad de toma de decisiones del Consejo, que debe elevar la súplica al Señor de Monteverde, que se niega a reconocer el estado de sus tierras, comienzan a reunirse en la liza de entrenamiento de la villa y se aprestan a instruirse, con ayuda de los Lacayos, para defender sus vidas en caso de recrudecerse la situación. Los lacayos prisioneros por los bandidos, son encapuchados y vendados sus ojos, montados a un carromato, tras recibir una buena paliza de manos de sus captores, quedando desorientados. Tras una eternidad a bordo del carro, finalmente son arrojados al suelo y arrastrados sobre la helada piedra en forma de escalones, al interior de una fría estancia con eco. Finalmente, alguien les arrebata el velo de sus ojos y se encuentran en el interior de una estancia, sumida en la más absoluta oscuridad: al principio les pareció simplemente eso, oscuridad, pero pronto comenzaron a entender que algo habitaba en esa oscuridad o incluso, que esa oscuridad tenia conciencia. Algo se deslizaba a sus espaldas, algo se movía tras las columnas, lo único que podían ver... además del oscuro suelo de piedra, pero no el cielo de esa estancia, que también permanecía sumido en la más absoluta oscuridad. Un susurro molesto comenzó a taladrar sus oídos, abriéndose paso lentamente en sus mentes, conforme unas extrañas figuras embozadas de pies a cabeza, comenzaron a aparecer entre las sombras, portando unas máscaras que ocultaban por completo sus rostros. Murmuraron una plegaria y suplicaron a la Luz por sus almas. Aprendido General: Aprendido: Entrenado:

Preparar el espíritu, domar la voluntad, convicción: todo miembro de la Cruzada Escarlata debe aprender a controlar los impulsos e instintos de supervivencia que a cualquier otro soldado susurraría al oído que debe salir por patas. Pero no un Cruzado. Ayuno, meditación, rezos, aislamiento... Brannon pasa todo un día aislado en una pequeña capilla de la catedral, arrodillado frente a un altar, murmurando salmos en voz baja, con la única compañía de su propia mente y los textos de las Tres Virtudes que recita. Cuando acaba su penitencia autoimpuesta, se asea con agua bendecida por la Diacono Luxwell y procede a seguir su estudio en compañía de la muchacha, pese a que sus tripas rujan como un dragón enfurecido. Debaten largo y tendido sobre las diferencias entre la interpretación que da la Iglesia de la Luz Sagrada y la Cruzada Escarlata al camino de la Luz, así como qué ha llevado a su gente a seguir tal camino. Aprendido General: Entrenado: