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Zora

Roler@
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Mensajes publicados por Zora


  1.  

    Atributos
    5 Físico
    7 Destreza
    8 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    20 Puntos de vida
    24 Mana
    7 Iniciativa
    9 Ataque a Distancia (Honda)
    8 Ataque a Distancia (Arco largo)
    8 Defensa
    Habilidades
    Físico
    1 Atletismo
    Destreza
    2 Honda
    1 Arco largo
    1 Cabalgar
    1 Escalar
    1 Defensa
    1 Nadar
    1 Sigilo
    1 Trampas/Cerraduras
    Inteligencia
    2 Fauna
    1 Religión
    1 Sanación/Hierbas
    1 Supervivencia
    1 Tradición/Historia
    1 Conjuración Básica
    1 Encantamiento Básico
    2 Abjuración Básica
    1 Evocación Básica
    2 Supresión Arcana
    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Rastrear
    1 Reflejos
    1 Refuerzo de energía

    Escuelas/Especializaciones: Agua/Hielo

     

    Mascota/Compañero

     

    Especie: perro

    Nombre: Lyséa

     

    Atributos
    6 Físico
    5 Destreza
    4 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    12 Mana
    6 Iniciativa
    7 Defensa
    Habilidades
    Físico
    1 Atletismo
    2 Mordida
    Destreza
    2 Defensa
    1 Sigilo
    Inteligencia
    Percepción
    1 Advertir/Notar
    2 Rastrear

     


  2. Rosalind

     

    Nombre Rosalind Birdwhistle Raza Humana
    Sexo Mujer Edad 20 años
    Altura 1,60 Peso 50 kg
    Lugar de nacimiento Lordaeron Ocupación

    Adiestradora canina/Aprendiz de mago

    • Descripción Física

      Es una joven mujer que luce una brillante cabellera pelirroja ondulada, su piel es blanco como la leche y su rostro esta suavemente puntillado por pequeñas pecas doradas. Tiene unos lindos ojos del color de la miel enmarcado por pestañas densas. Se ve delgada pero sus sinuosas curvas son notables y atractivos. Siempre se la verá vestir ropas de tela ligera y cómoda que no le impidan el movimiento, portando solo alguna faja, botas y guantes de cuero. Lleva consigo dos faltriqueras: Una con los premios para sus perros, y el otro guarda seis pequeñas piedras. Tiene tendencia a enfermar.

    • Descripción Psíquica

      La cruda realidad que vivió en su infancia la llevó a madurar mucho más rápido de lo que debía, por lo que tomó el rol de una madre para sus hermanos menores y ser el soporte de su hermana mayor. Como persona resiliente, es consciente de sus limitaciones, por lo que trata de valerse de sus otras virtudes para adaptarse y sobrevivir. Siempre fue una soñadora con ansias por descubrir el mundo mágico y ha aprovechado las escasas oportunidades que se le presenta. Su visión de la magia es bastante pragmática.

    • Spoiler

      Ficha Rápida
      No (1000 palabras mínimo)

       

    • Historia
      Spoiler

       

      Prácticamente nada es lo que recuerda Rosalind de su casa, o la “granja” como su hermana solía mencionar de manera nostálgica. Su infancia puede resumirse en una constante huida hacia el sur y el temor constante al encuentro con criaturas de ultra tumba. Un recuerdo que persiste grabada en fuego en su mente, fue cuando su padre la aparte a ella y a su hermana de sus hermanas menores y su madre. Tomando del brazo a cada una las llevo hasta el borde de un río que hacía suficiente ruido para ahogar sus palabras. Cuando estaba seguro de que nadie los espiaba, él les dijo: “Mis hijas. ¡No saben cuánto me aflige estas palabras que voy a decirles! Pero ya no tengo otra opción, porque la verdad es que… la inocente infancia ha terminado para ustedes”.

      Con lágrimas en los ojos, Rosalind tuvo que hacer tripas el corazón. Ansiaba poder jugar despreocupadamente, pero no podía. Las dos mayores tenían la edad para entender lo que sucedía y tenían el encargo de ayudar a sus padres para cuidar a las menores. Ambas niñas acompañaban al padre para ayudar a cazar. Todo bicho que caminase era una presa deseada con tal de tener un bocado que llevar a la boca. Rosalind era quien peor lo pasaba, pues las condiciones desfavorables solían enfermarlas, por lo que pocas cosas podía hacer para ayudar. Sentía tan desesperada la situación de su familia que se forzó a encontrar una manera para superar su pobre condición física. Con ingenio y persistencia aprendió a utilizar la honda o elaborar pequeñas trampas para las presas pequeñas.

      El segundo momento trágico que la familia vivió fue la muerte del padre, y con él se fue la cordura de la madre. Cargando con ella y las niñas menores llegaron hasta Ventormenta donde se refugiaron. Sin embargo, la gran ciudad era un territorio hostil para las niñas acostumbradas al bosque, por eso decidieron mudarse al bosque de Elwynn y aún así su suerte no cambio.

      LA constante hambruna carcomía el interior de cada fémina, y solo Rosalind y Diana tenían claro que seguirían alimentándose de las alimañas antes de ceder la dignidad. Gracias a la honda de Rosalind solían comer pequeños pajarillos, pero nada que pudiese saciar el hambre persistente. La siguiente opción fue terminar de amaestrar a los pocos cachorros que les quedaban para venderlos a los cazadores. Rosalind resto importancia el hecho que fuesen inexperta. Día y noche procuro con la educación de los perros.

      Y aún así seguían sufriendo las penurias de la pobreza y de una madre ausente. Hasta que llego Diana convencida y decidida a unirse la Cruzada escarlata. Sí, esa decisión ayudaría a mejorar la situación en la que se encontraban. Pero el precio que la hermana mayor pretendía pagar era muy caro. Tanto, que prácticamente la veían como una mujer condenada a la muerte. En ningún momento Rosalind desistió en convencer a su hermana mayor para se detractará de su decisión. Pero ambas eran igual de tercas y acabo siendo una pérdida de tiempo.

      Lo más notable fue la ausencia de Diana, que se sentía como si hubiera embarcado con rumbo a donde haya ido el padre. Cada día que pasaba era uno de luto y la carga en los hombros de Rosalind fue mucho mayor. La luz pareció volver a iluminar sus vidas cuando unos meses después recibieron una carta de su hermana, una señal de que seguía con vida, acompañado de todo lo que ella percibía como pago. No es que hayan salido de la pobreza, pero el poder comprar pan y queso fresco les hizo sentir como si se hubieran ascendido a las esferas sociales más ricas.

      La comida decente y un techo estable sobre sus cabezas pareció revivir a la madre de la familia. Que poco a poco comenzó a levantarse y a atender a sus niñas menores. Ahora que volvía a recobrar las ganas de vivir descubrió el rencor de Rosalind. Bastantes noches han discutido a la luz de las velas sobre las irresponsabilidades de su madre, una defensiva y la otra al ataque. A Rosalind le dolía a la madre, pero le costaba aceptar la idea de que aquella mujer adulta fue incapaz de actuar con la decisión con la que dos niñas lo hicieron.

      El tiempo paso, los cachorros que crecieron grandes y fuertes fueron vendidos solo después de haber dejado una descendencia para seguir adiestrando. Algunos de esos cachorros fueron adquiridos por otros cazadores y adiestradores. Y ahora debía reiniciarse el ciclo.

       

      Su infancia no dejo casi rastros en Rosalind, ya no se permitía desear días calmos. Vivía constantemente el temor de que su familia deba volver a huir por sus vidas. El único escape que se permitía tener era soñar despierta con la magia. Siempre se imaginaba que existiera algún hechizo que solucionase todo con chasquidos de dedos. Y siempre se llamo tonta por pensar que eso fuese posible, pero se negaba a dejar morir ese sueño.

      La segunda vez que la luz ilumino la vida de la familia fue el regreso de Diana. Noches de celebración y otras de discusión. Porque la chica pretendía irse de nuevo al norte, con ideas de que quizás podrían rehacer sus vidas en el norte bajo el cuidado de la cruzada. El temor hacia los no muertos hizo que Rosalind se plantase de forma tajante. Si la mayor ansiaba ir a morir en el norte, que se fuera. Pero ninguna de las menores sería arrastrada a ese precipicio.

      Ambas hermanas no se dirigieron la palabra durante un par de días, hasta que Diana llego con una pequeña ofrenda de paz. Le conto sobre cosas que un par de magos le habían dicho sobre la Academia de magia de Ventormenta aún con sus escasos recursos. Le explico los detalles, las condiciones y hasta la arrastro hasta aquella academia para comprobar la veracidad de aquellas promesas. Existía la posibilidad de que pudiese estudiar y así fue como Rosalind empezó a vivir el sueño de su infancia.

       

       

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  3. hace 53 minutos, DBunbury dijo:

    Ese bocata tiene mejor pinta que el que me ofreciste a mí... me voy a empezar a sentir desplazado.

    Siempre hace lo mismo. A mi me ofreció un pan con carne y ya esta. Proto Marvado. 

    *Lo mira de forma desaprobatoria*

     

    ...

     

    Aah? cierto! La bienvenida!!! 

     

     

     

    .. 

     

    Bienvenido al server! Pasa, ponte cómodo, envía una bonita historia. Que sea de un Gilneano. Gilneas te necesita ?

     

    P. D. Si tienes dudas escríbenos en discord, no mordemos. (yo si pero porque quiero perretes) 

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  4. Tuve que consultar con la almohada porque no me decidía jeje, van mis votos:

     

    1° Vincent Alexei Van Dunkelheilt @Akross : Revolucionario soñador autista y guapo. ¿que más se puede pedir? 

    2° Eleandris Verthanas  @Izuriel : Hot como buen piromante y el deseado para trios en bañeras.

    3° Jamison Cormac Pontosedal @Mimbrari : El terror de los osos, con esos anteojitos rotos, cobarde y valiente a la vez. Tiene ese no-se-qué que hace que tantas bragas se caigan. Es raro es raro, tiene mi voto.

     

    Spoiler

    Pa' cuando Miss PyE? 

     

    • Like 4

  5. El camino de los Peregrinos

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    Muchas leyendas se cuentan en torno a la naturaleza. La Madre naturaleza era venerada como una diosa entre los antiguos gilnea y cada planta es especial y poderosa para un brujo de la cosecha. Sin embargo, se dice que la planta más sagrada y bendecida por la gran Madre es el muérdago. Cada bruja cuenta una historia diferente sobre estos árboles; existen muchas tradiciones y rituales que giran en torno a tan solo sus ramas. Mientras que entre los Gilneanos se popularizo los relatos de los amantes y la tradición del beso bajo las sombras de la planta.

     

    De esa manera tan sencilla comenzó Alanna a introducir a Vincent en el hallazgo que tanto la emocionaba. Hace relativamente poco ella recibió un único e invaluable (para ella) libro rebosantes con historias, relatos y tradiciones las brujas de la cosecha del norte de Gilneas. No perdió ningún momento en que fuera posible abrir ese libro para beber con ansias esos esotéricos secretos.

     

    En la costa del río que baña el valle donde habitan los topos se asentaba una antigua aldea de Gilnea, mucho antes de conocer el acero de la espadas de los invasores del este. La aldea, cuyo nombre quedó olvidado en el tiempo, vivía en familiaridad con la naturaleza. Se alimentaban de los frutos del bosque, la caza y las presas que el río ofrecía. Y al final de cada ciclo lunar ellos acudían en procesión al corazón de un bosque lejano, ahí donde se decía que la Madre bendijo la tierra y dio a luz a un gran árbol de muérdago. Aquel trayecto eran tan lejano que se volvía peligroso: Luchas con otras aldeas, las bestias de la naturaleza y, posteriormente, los invasores del este. Aun así estos aldeanos gozaban con la guía y protección de la madre, pues el camino del peregrino solo les he revelado a ellos que viven con la naturaleza.

     

    Tras este breve relato, Alanna explicó a Vincent que ese camino es también una leyenda en el sur, pero con demasiadas variantes que es difícil asegurar cual es la historia real. Aunque ella daba más verosimilitud a lo narrado en aquel libro de las brujas norteñas. Esperaba ella que este relato quedase como una mera curiosidad histórica. Sin embargo, Vincent la sorprendió animándola a aprovechar una de las tantas expediciones para buscar aquel árbol.

     

    Así, en una de las tantas exploraciones ellos tomaron varios desvíos por el bosque y guiándose sólo por las leyendas escritas en el libro. Tras varias horas dieron con el hallazgo de piedras mohosas apiladas a orillas de un río no muy lejano de Villa-topo. Este hallazgo lo tomaron como una señal de la veracidad de la leyenda, esos podrían ser los restos de la antigua aldea. Sin embargo, la búsqueda del árbol debía acabar ahí. Pues la leyenda señalaba la necesidad de cruzar el gran río, y luego podrían recorrer el lejano bosque por días o incluso semanas antes de encontrar el corazón de aquel bosque. Y ninguno de los marcados es dueño de su tiempo. Quizás si encontraran aquel camino del peregrino...

     

    Alanna sintió mucho pesar en su corazón mientras observaba el río. Hacía demasiado tiempo en que no era capaz de realizar un ritual en el bosque, con libertad y sin temor. Tenía la posibilidad de acudir hasta un gran muérdago, de acceder a sus ramas y sus hojas. Pero se sentía atada, atada igual que un perro. Así que ella decidió que era momento de regresar al campamento y olvidar lo que en ese momento resultaba imposible.

     


     

    Offrol: Introducción al evento "El camino de los peregrinos". Fue una sesión corta de una tarde, duración de 2 a 3 horas. La trama forma parte de los eventos de Misiones de Guerra Parte I

    Participantes:

    @Akross (Vincent): Advertir/Notar, Buscar, escalar, Historia/Tradición

    @Zora (Alanna) (Master de esta sesión): Advertir/Notar, Comunicación Natural, Buscar, Historia/Tradición.

    Consecuencias: 

    Alanna: Dio por perdido la idea de buscar el árbol de muérdago, y por extensión, el camino de los peregrinos (sencilla explicación de su ausencia en las siguiente sesión de rol).

    Vincent: Como buen autista no deja de pensar en esta leyenda. Por alguna razón, que no comparte, captó toda su atención.

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  6. Atributos
    6 Físico
    6 Destreza
    8 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    30 Puntos de vida
    24 Mana
    6 Iniciativa
    7 Ataque CC (Mazo ligero)
    7 Defensa
    Habilidades

    Físico
    2 Atletismo
    1 Mazo ligero
    Destreza
    1 Escalar
    1 Defensa
    Inteligencia
    1 Fauna
    1 Religión
    2 Sanación/Hierbas
    1 Cirugía/Anatomía
    1 Supervivencia
    1 Tradición/Historia
    1 Detectar Espiritus
    1 Llamar Elemento
    1 Protección Elemental
    1 Detección Elemental
    1 Idioma elemental

    1 Sanación Elemental
    1 Detectar malestar


    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Bailar
    1 Buscar
    1 Música
    1 Rastrear

     

    Escuelas/Especializaciones: Restauración Elemental

    • Sanación Elemental
    • Detectar malestar
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  7.  

    cQaAEBa.jpg

     

    Spoiler

    Resumen (?)

    • Nombre del Personaje
      Yatziri Tres Nubes
    • Raza
      Tauren
    • Sexo
      Mujer
    • Edad
      29
    • Altura
      210
    • Peso
      200
    • Lugar de Nacimiento
      Los Baldios
    • Ocupación
      Curandera
    • Descripción Física

      Una joven y esbelta tauren. Sus cuernos crecen en punta, medianos y de color negro. Su cuerpo es cubierto por un denso y corto pelaje de color castaño, salvo por unas pocas parches blancos en su pecho y en sus brazos. Adorna sus trenzas largas y negras con plumas y abalorios de maderas tallados por ella misma.

    • Descripción Psíquica

      Es calmada por naturaleza, reflexiva y tranquila. Se preocupa por el bienestar de sus compañeros y está comprometida con el aprendizaje y en su crecimiento espiritual. De enojarse, su juicio puede nublarse y dejarse llevar por la furia, tal y como haría un joven tauren inexperto.

    • Ficha Rápida
      No (1000 palabras mínimo)

     

     

     

    Spoiler

     

    Historia

    Yatziri reposo frente a la calidad fogata. El fuego chisporroteaba una calidez reconfortante, se sentía como una bendición del espíritu elemental. Con un silencioso agradecimiento, ella cerro los ojos para meditar y tratar de despejar su mente.

     

    Con un hondo respiro dejo que su mente recorra libremente la senda de sus recuerdos, senda que bien conocía ya y sabía por donde comenzaría. Primero sus años cuando no era más que una pequeña cachorra, los tiempos sencillos donde jugaba en las sabanas de los baldíos. Recordaba a sus padres volviendo de alguna cacería, bien con las manos vacías o con alimento para la tribu. Las celebraciones y los rituales para las bendiciones. Recuerdos dulces, sin duda, pero se volvían dolorosas y amargas cuando recordaba aquellas oscuras noches en que los centauros decidieron no dar tregua a la tribu.

     

    Joven, inocente y confusa. Aquella noche estaba consumida por el terror. Su madre la había sacado de las tiendas, la llevaba de la mano, corrían lejos de los atacantes. Vio a su madre luchando con una lanza y con toda una furia desesperada. La joven Yatziri no lograba encontrar con la vista a su padre. Solo veía brutales medio hombres medio caballos atacando a los guerreros de los tribus. Incluso vio a un chaman invocando la furia de los elementos para alejar a esas criaturas. La situación era confusa y aterradora.

     

    Un centauro dio fin a la vida de un guerrero con un certero golpe de su arma, entonces cargo en contra de los miembros más indefensos. Yatziri no habría sobrevivido aquella noche, de no ser por su madre que se interpuso. La tauren empujo a su hija con una robusta mano a la vez que gritaba “¡Huye!”. Fue necesario que repitiera por segunda vez la orden y recibir un sangriento tajo en su costado para que la pequeña pudiera reaccionar.

     

    Corrió y corrió, siguiendo a los que huían. Hasta que se vio completamente sola. No veía a su madre, tampoco estaba su padre. Ella se detuvo para gritar sus nombres, se dio la vuelta para buscarlos con lagrimas en los ojos. Y antes de que pudiera volver, una tauren la había tomado en volandas, en el otro brazo también llevaba a otro cachorro lloroso. Aquella tauren huyo del lugar, ignorando las protestas y suplicas de la pequeña Yatziri. Días después, en el primer momento de calma la tribu prepararía los ritos funerarios para los hermanos caidos. Por mucho que ella se negara creerlo, debía de aceptar que sus padres no volverían.

     

    Yatziri agita la cola de manera nerviosa, tratando de apartar su mente de aquel recuerdo y retomar la meditación. Han pasado ya bastantes primaveras, solo puede seguir adelante y continuar por el camino que ha empezado a transitar. Su mente se lleno por la maraña de recuerdos de su infancia ensombrecido por el luto y el largo viaje que la tribu emprendía en busca de un lugar seguro. Permitió que los dulces y buenos recuerdos la consolaran; atravesó por los malos, aceptando que formaban ya parte de su pasado. Así, su cuerpo volvió a relajarse y prosiguió con su meditación.

     

    Yatziri creció siendo educada por toda la tribu; sin embargo, fue mucho más cercana con aquella tauren que la había salvado. Su nombre era Iyali, una tauren de mediana edad y que era la chamana curandera de la tribu. Si algo daba paz a la pequeña huérfana, era ser de ayuda para Iyali mientras sanaba a los guerreros heridos, a los enfermos y aliviaba el dolor de los ancianos.

     

     

    Su tribu siguió huyendo de los conflictos entre los tauren, centauros y otros. Viajaron hasta la cima de las montañas que separaban las Mil Agujas de los furiosos baldíos, escalaron hasta los picos más altos desde los que las moradas de jabaespines y nidos de arpías eran tan solo una hormiga en el paisaje, parecía un lugar seguro que por alguna razón ninguna otra criatura tenía interés de habitar. Tal vez había poca caza, o los ríos que caían eran demasiado crueles como para poder poblar la zona, pero nada detuvo a Buro, quién esperanzado y testarudo detuvo allí el viaje de su gente para detener el sufrimiento mundano. Un viaje a un destino seguro, sí, pero que había cobrado un alto precio para la tribu. Algunos tauren no fueron capaces de sobrevivir al largo camino. La amada Iyali fue una de las tantas victimas.

     

    Una noche en el que el cielo se bañó de una profecía de estrellas, bellas y titilantes. Entre nubes de tormenta la luz de las estrellas opacaba el mismo ojo de la Madre Tierra, mu’sha, creando siluetas, escritos y señales para los tauren. Esto fue interpretado por la tribu y pronto, se celebró con un festejo al amanecer, con hogueras bajo luces del sol naciente.

     

    Pero estaba equivocados, el brazo de la Madre Tierra que dejó ver esas luces, no fue por buena fortuna, ni porque la brizna comenzaría a crecer. Los malos espíritus, oscuros y codiciosos, habían hecho de ese lugar un lamento encarnado sobre la tierra, el Pico de Sangre, sería llamado décadas después, porque allí solo se encuentra polvo y sangre, un caos acorralado solo por la noche.


     

    "Los espíritus hermanos, ¿No sienten como nos claman?" -repetía Uttamatomakkin, un tauren que portaba un tótem cubierto por inscripciones. Yatziri había levantado la cabeza. Sí, podía sentirlo. Ella, junto a otro tauren mayor, Newuen, lo siguieron fuera de la tienda. Hacía la tormenta, seguirían el viento, puesto que de allí escuchaban los gritos divertidos y curiosos de los espíritus.


     

    Yatziri despertó de su meditación. Oyó los golpes de las pezuñas contra el suelo, alzo la vista cansada para ver a Newuen, quien vigilaba atento el progreso de una tormenta lejana. De los tres, ella es la más joven, y por gran diferencia. Puede sentir lo mucho que ambos toros cuidan de ella, pero ya no es una cachorrita y ella cuida de ellos también. Juntos, así es la única forma que podrán emprender el camino que les espera por delante.

     

     

    • Like 4

  8. Atributos
    6 Físico
    7 Destreza
    6 Inteligencia
    7 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    18 Mana
    9 Iniciativa
    9 Ataque a Distancia (Arco corto)
    9 Ataque CC Sutil (Espada ligera)
    8 Defensa
    Habilidades
    Físico
    2 Atletismo
    Destreza
    2 Arco corto
    2 Espada ligera
    1 Cabalgar
    2 Defensa
    1 Nadar
    2 Sigilo
    2 Trampas/Cerraduras
    Inteligencia
    1 Fauna
    1 Religión
    1 Sanación/Hierbas
    1 Supervivencia
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    2 Buscar
    1 Música
    2 Rastrear
    2 Reflejos
    1 Rumores

     

     

    Perro: Kya

    Atributos
    5 Físico
    5 Destreza
    4 Inteligencia
    7 Percepción

    Valores de combate
    20 Puntos de vida
    12 Mana
    7 Iniciativa
    7 Ataque CC (Mordida)
    6 Defensa
    Habilidades
    Físico
    2 Mordida
    Destreza
    1 Defensa
    1 Sigilo
    Inteligencia
    Percepción
    2 Advertir/Notar
    2 Buscar
    2 Rastrear

  9.  

    Marksman

     

    Nombre Diana Birdwhistle Raza Humana
    Sexo Mujer Edad 24 años
    Altura 1,62 Peso 50 Kg
    Lugar de Nacimiento Lordaeron Ocupación Recluta de la Cruzada Escarlata

     

    Descripción Física

    Es una mujer de estatura media y tan delgada que las costillas pueden contarse a simple vista. Su piel blanca luce un tenue bronceado que resalta el azul de sus ojos. Su rostro es redondo como la luna, su nariz respingada y sus labios carnosos le otorgan una belleza equilibrada y modesta. Siempre lleva su melena pelirroja recogida en colas de caballos o en moños de modo que su rostro queda visible. Sus manos están marcadas por las cicatrices producidas por las mordidas de los canes y cortes mal dados a la carne. 

     

    Descripción Psicológica

    Es una mujer demasiado madura para su edad, pragmática y decidida. Siente que tiene la obligación de resistir y cargar las penas de su familia sobre sus hombros. Aunque sienta miedo, siempre procura mostrarse valiente. Se siente muy orgullosa de si misma, a veces hasta sobreestima sus propias habilidades. Disfruta de la compañía de los animales, especialmente de los canes y las aves.

     

    Historia

    Spoiler

     

    En mis memorias quedan perdidos aquellos días en los que vivía en paz con mi familia. La granja en la que vivíamos era un lugar sucio, olía a animales y a sus desechos. Aunque la humilde casa era pequeña y precaria, estaba cargado de un cálido amor familiar. La granja perteneció a la familia de mi madre por muchos años y lo heredo cuando al final quedo como única hija, a todos sus hermanos los perdió por causas diversas. Ella contrajo matrimonio con un hombre originario de Gilneas, que abandono su patria en busca de nuevas oportunidades para el. El no era un granjero, más bien se dedicaba a la cría de animales y a la caza. Con su llegada, la granja perdió su función como campo de cultivo y paso a convertirse en un criadero. De igual manera, siempre nos referimos así a nuestro viejo hogar: “La Granja”.

     

    Soy la hija mayor, de tres niñas, para felicidad de mi madre; y para la desgracia de él. No es que mi padre nos odie, simplemente el soñaba con tener al menos un hijo varón. Pero como el hombre terco que era, nos trato a todas como si fuésemos niños. Si lucíamos algún vestido de lino o el cabello finamente peinado era por la sola insistencia de mi madre, el resto del tiempo vestíamos pantalones y jubones de cuero con el cabello sujeto en una coleta desenfada. Cuando fui lo suficientemente mayor para tener conciencia, y la capacidad suficiente para no apuñalarme accidentalmente, me llevo a mi primera cacería. Así nos educo a cada una de nostras.

     

    Nuestra vida solo se resumía a dedicarnos a cuidar, criar y entrenar grandes mastines para los cazadores. Con el tiempo añadió diversas aves cantoras, pues el descubrió lo mucho que nos gustaba a todas oír los pájaros cantar. Pero esos animales no le resultaban interesante, el quería criar aves para la caza, así un día llego con una pequeña ave de rapiña con el cual se iniciaría en ese arte de adiestrar aves.

     

    Posiblemente así debió de ser mi vida hasta que fuese una anciana que ya no pudiera valerse por si misma. Sin embargo, la apacible vida que llevábamos se vio alterado por la llegada de nuestros vecinos del norte. Un grupo de gente irrumpió en la granja en mitad de la noche, tenían un aspecto agotado, aterrado y lucían diversas heridas. Causo mucha impresión a mis padres, pero no dudaron en apartar los muebles para hacerles un espacio para que cada uno pudiera descansar. Pero ellos no podían calmarse, mucho menos relajarse. Balbuceaban aterrados las historias de como perdieron su hogar. Relatos de muertos andantes, salvajes y caníbales. Se oía como historia de locos, solo que sus miradas dejaban claros que estaban cuerdos y eso espantaba mucho más. Como mi padre confiaba en uno de esos hombres, decidió ir a revisar las cercanías. Nuestros refugiados suplicaban que no lo hiciera, le advirtieron que no fuera. El, terco como siempre, tomo a uno de los perros y marcho.

     

    Pasó un par de días sin que tuviéramos noticias de el. Oí a mi hermana menor gritando de emoción porque lo vio regresando, pero su alegría se desvaneció al notar la forma que el corría. Entro a la casa gritando que nuestros vecinos tenían razón y que esos muertos no estaban muy lejos. Solo era cuestión de tiempo para que nos cayeran encima. Nos ordeno a todos recoger solo lo más esencial, lo que pudiéramos cargar en manos y marchar. Note que el tenía manchas de sangre en su ropa y claro, note la ausencia del perro. Con fardos, ropas de viaje puesta y los animales a nuestros lados abandonamos la granja para ya nunca más volver.

     

    En cuestión de días llegamos a un poblado al sur para refugiarnos, no eramos los únicos que habíamos huido de los muertos. Había confusión e intentábamos decidir que hacer. La vaga seguridad que obtuvimos ahí se desvaneció en pocos días, porque finalmente una hueste de muertos atacaron el poblado. Los soldados del lugar hicieron cuanto pudieron, quienes tenían un arma en manos procuraron ayudar a las defensas. Mi padre vio que nuestras muertes eran segura si permanecíamos en el poblado, por lo que nos insistió en huir nuevamente. Los muertos daban caza a quienes huían. Padre nos forzó a seguir corriendo, el se quedo atrás para ganar más tiempo para nosotros junto con la mayoría de nuestros canes. Lo vimos atacar con su arco en manos y descargaba su carcaj a velocidad preocupante. Logramos huir pero a el nunca ni a nuestros compañeros.

     

    El camino fue largo, tortuoso. Sufrimos día y noche en nuestra huida al sur. Pero finalmente llegamos a Ventormenta donde fuimos recibidos junto a otros refugiados. Apenas sí teníamos que comer, pero teníamos unos pocos cachorros que necesitaban alimentarse con urgencia, pues eran el único sustento con el que podríamos rehacer nuestra vida. Abandonamos la ciudad para asentarnos en Villadorada. Allí, las únicas ofertas de trabajo que recibíamos era para los burdeles, algo que mis hermanas y yo nos rehusábamos sin dudar. En cambio, nuestra desconsolada madre, destrozada por nuestras perdidas y por el hambre, lo consideraba. Sobra decir que se lo prohibíamos. Todo el peso de conseguir sustento caía sobre mis hombros como la mayor. Los pocos trabajos que conseguía no eran suficiente, la verdad, me dedicaba más a mendigar que otra cosa.

     

    Un día que no conseguía alimento, me senté desesperada en el suelo a lamentarme. Lloraba por todo lo malo que había sucedido, estañaba a mi padre y me sentía como un gran fracaso. En eso me encontro un miembro de los escarlatas. Conmovido por mi aspecto y movido por la lastima se acerco para ofrecerme un poco de consuelo, así como una modesta ayuda. Fue el inicio de una humilde amistad. Siempre que me sentía sin fuerzas acudía a el, y gustosamente me brindaba su ayuda. Claro, su ayuda no llegaba gratis. Aprovechaba cada encuentro para predicarme sobre la luz y la misión de la cruzada. Hasta que finalmente un día me convenció para que solicitara mi unión.

     

    La idea de que yo me pusiera su tabardo extrañaba bastante a mi familia, alguna de mis hermanas quería protestar. Las protestas cesaron cuando les prometí que el dinero que yo recibiera lo usaríamos para rehacer nuestras vidas. Estaba segura de que era lo único honrado a lo que podía dedicarme para mejorar nuestra precaria situación. Hasta el último momento no revele a nadie la segunda decisión que había tomado al unirme a la cruzada, y es que me había ofrecido para ir al norte. Dentro de mí rugía las ansias de cazar a esos muertos. Difícilmente podría exterminar a todos los muertos vivientes de la plaga, pero quería tener el placer de matar a varios.

     

    Todas ellas lloraron mi partida, yo me mantuve fuerte durante nuestra despedida. Además de una ultima mirada, de ellas solo me lleve a uno de nuestros cachorros para que fuese mi compañero.

     

     

     

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  10. Eventos

    Asistidos

     

    Creados

    Relaciones

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    Spell misc emotionangry

    Achievement reputation 08

    Achievement reputation 06

    Achievement reputation 05

    Inv valentinescandy

    Miedo Odio/Enemistad Neutral Amistad Familiar Pareja
    Spoiler

    Salido de sus pesadillas: Es fácil asustarla, pero estas personas le provocan terror en alguna medida. Ella no puede confiar en ellos, teme estar a solas con ellos. Huira siempre que pueda porque teme por su integridad física o por su vida. 

    ¿Pateaste a su gato?: Esta persona debe ser una mala persona para ganarse la enemistad  o el odio de Alanna. O en su defecto, la ha dañado de una manera imperdonable. Una simple disculpa no bastará para reconciliarse con la bruja de la cosecha. 

    No es nada personal: Los años de tormentos en el gueto la han hecho desconfiada con la gente. Quizás ella se muestra como alguien amable y hasta inocente. Pero no, ella sospecha lo peor de tí sin necesidad de que des algún motivo. Ella no busca tu amistad. Tu tienes que ganarte el derecho de hacerte llamar su amigo. 

    Digno de confianza: iFelicidades! Alanna considera que has demostrado ser una buena persona y confía en tí. Siente haber dudado de ti antes. Sólo reza que no la estés engañado. Si dañas esta confianza, ten por seguro que es fácil dañar esta amistad. 

    Sangre de mi sangre: Hasta el momento solo se le conoce un familiar. Son personas que ella ama indudablemente. 

    Eres especial: Si ganarse su amistad es difícil, imaginate conseguir enamorarla. Solo alguien capaz de calar hondo en ella podría lograrlo. Esta persona es la más preciada para ella junto a su familia.

     

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     Sargento II Owen Hargreeves (ST-Vivo). Raza: Humano.

    Mi hermano mayor y mi ultima familia que me queda. Hemos sobrevivido juntos aunque el me dejo por la necesidad y por lo intolerable del estilo de vida que llevábamos. Aunque aquello me dolio, me alegra que lo haya hecho. No creo que el pudiera soportar la maldición. 

    Al igual que muchos de las mesnadas, y como el sargento que es, es duro y agresivo con los marcados. Salvo conmigo. Para sorpresa de muchos, el no ha cambiado su trato conmigo. Sospecho que hace un sobreesfuerzo para cuidar de mi en este campamento.

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    Ekaterina Von Zahringen (Pj) Raza: Huargen

    Una chica joven, es muy lista y agradable compañía.

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    Aradia Barbrow (Pj) Raza: Huargen

    La he visto poco, lo suficiente para saber que tiene una bonita voz para el canto. Me gustaría oir las historias que tiene para contar. 

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    Cassandra Anderson (Pj) Raza: Huargen

    Luego de mi maestra, es la primera Bruja de la cosecha que conozco. Resulta natural que confie en ella casi de inmediato. Hay cosas que ella sabe que me gustaría aprender.

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    CORINNE TAYLON (Pj) Raza: Huargen

    Cuando la conocí me senti intimidada (todos en el gueto me intimida) pero ella es diferente. En el campamento en el Frente del norte tuve verdaderos motivos para temerle. Le gusta que sea su muñeco de entrenamiento.

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    Cormac Pontosedal (Pj) Raza: Huargen

    Es un buen hombre, me intimidaba, pero resulta que tan diferente no somos. Me agrada.

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    Jeacob (Pj) Raza: Huargen

    Es un amable señor. Es una compañía agradable.

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    Vincent Van Dukenheilt (Pj) Raza: Huargen

    Lo conocí cuando huía por mi vida. Arriesgo su vida por salvarme y eso no tengo como pagarlo. Cuido de mí y se volvió casi en la única persona en quien me atrevía a confiar en el gueto. No sabría decir cuando esa confianza comenzó a mutar en algo más. 

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    Chase Sangre de Zorro (Pj) Raza: Huargen

    Es gracioso luego de conocerlo. Resulta ser alguien celoso de su territorio. 

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    Veronica Van Dukenheilt (Pj) Raza: Humana

    Solo la vi una vez. La hermana de mi pareja. Su mirada asesina dirigida a su hermano hizo que quisiera irme, pero estoy segura de que es importante para Vincent que nos llevemos bien. Espero que podamos ser amigas un día. 

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     Eudora Acechabruma (Pj) Raza: Huargen.

    Esta dulce mujer es como la mayoría de las sacerdotisas que conocí en la capilla de la perrera. Amable, devota y piadosa. La diferencia con el resto, es su tolerancia.

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    Julie Chloé Rapière D'Angoulê (Pj) Raza: Huargen

    Una mujer engreida, Alanna considera que Julie esta hasta orgullosa de sus prejuicios e ignorancia. Ha conseguido molestarla, a la vez de asustarla con ciertas amenazas por sus prácticas "paganas". 

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    IX (Nueve) (Pj) Raza: Huargen

    El gigante solo podía despertar terror en la minuscula Alanna. Al principio ella desconfiaba de la promesa de "protección" que el ofrecía a ella. Pero pronto vió que es sincero. 

       
     

     

       
     

     

     

     

     

     

     

     

     

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    Lynnete Dír'raen

     

    Apodo Lyn Raza Quel'dorei
    Sexo Mujer Edad 110
    Altura 1,65 m Peso 55 k
    Lugar de Nacimiento

    En un pueblo de

    Tierras Fantasmas

    Ocupación Viajera

     

    Descripción Física

    Como muchas elfas es esbelta, delgada, cuerpo grácil. Decora sus largas orejas con joyería, las pocas joyas que conserva de su vieja vida. Nació con piel blanca como la luna plateada, su rostro con forma de corazón es bello, pero más bello son sus ojos. Por debajo del resplandor azul se puede ver que sus ojos azules son de una tonalidad oscura, que según los colores con los que ella se engalana, pueden parecer poseer tonalidades violaceas. Para tal proposito tiñe su cabellera plateada de un color violeta.

    Siempre se la ve vistiendo ropas de viaje. Ropas de cuero algo gastados. Cuando no esta viajando y puede tomarse un momento para relajarse, lo cual no es usual, ella viste prendas de tela suaves y ligeras. El color que viste, por lo general, son azules o violetas, si está a su alcance. Vestirá el color que sea, excepto el rojo. Ella huye de todo lo que sea de ese color, pues está empeñada a no relacionarse con nada de los sin'doreis.

    Descripción Psíquica

    Lynnete es una elfa curiosa por naturaleza y mentalmente hiperactiva. No es su costumbre centrarse en un solo proyecto. Si un tema no capta pronto su interés, ella puede abandonarlo por un tiempo, para volverlo a retomar otra vez y repetir el ciclo de manera caprichosa. Su mayor virtud es ser alguien versátil y adaptable. Sus peores defectos son su orgullo y la vanidad. 

    Tras la caída de Quel'thalas y ser rechazada por su familia, ella se ha vuelto una persona solitaria, ansiosa por vivir el momento, sentirse libre y alimentar su curiosidad. Todo esto como una fachada para ocultar su dolor y melancolía. Carga con un sentimiento de culpa que intenta quitarse de encima.

     

    Historia

    Spoiler

     

    Hace muchos años atrás nací en una cómoda familia Quel’dorei. Como muchos, fui afortunada de nacer en épocas de paz y prosperidad. Las guerras, si las había, eran lejanas, simples rumores que nos llegaban a modos de historias y canciones épicas. Recuerdo a mi madre, pasear por el bosque cantando bellas melodías a la naturaleza. A mi padre tallando su propio arco, sentado en la sombra de un árbol y disfrutando de la voz de mi madre. Me contaron que así se conocieron, en el bosque, ella ocultándose mientras cantaba y el siguiendo su voz hasta encontrarla.

     

    Tras muchos años de matrimonio nos tuvieron a mi hermana y a mí. Se sintieron muy bendecidos de tener hijas gemelas. Fuimos muy consentidas por mucho tiempo.  Luego nació nuestro hermano menor y él también fue muy amado, especialmente por mi padre. Crecimos jugando libre de preocupaciones por los bosques de eterna primavera. Oíamos las historias que llegaban al pueblo de las aventuras de los defensores del Alto reino. Pero nuestras historias favoritas eran sin duda de nuestros antepasados, sabios magos y valientes forestales. Eran historias fantásticas de heroísmos que incitaban a querer seguir sus pasos. No olvidare nunca los días que jugábamos a ser alguien de esas historias, a perseguir a supuestos malvados trols que amenazaban el alto reino e inventarnos historias legendarias en nuestras pequeñas mentes. Simplemente no puedo dejar de reír con solo recordarlo, éramos tan inocentes.

     

    Mi hermana y yo solíamos ser inseparables. Una era sombra de la otra, hacíamos lo que la otra propusiese, nos guardábamos todos los secretos y siempre nos protegíamos entre nosotras. Entre nuestras clásicas travesuras estaban en confundir a quienes tuviéramos adelante, intercambiando nuestros nombres. Nuestros padres necesitaron una década al menos para aprender a diferenciarnos, mientras tanto nos hacían utilizar joyas distintas para señalarnos. Joyas que, por cierto, intercambiábamos.

     

    Crecimos con los años y nuestros padres se preocuparon bien en educarnos. Todo lo que unos buenos quel’dorei debían de aprender. Finalmente, cada uno fue descubriendo el camino que deseaba transitar en su adultez. Mi hermano ansiaba en ser un formidable guerrero, como los héroes del pasado y ser todo un guardián. Mi querida hermana descubrió que su mano estaba hecha para los arcos y que su vista era fina para los lejanos blancos. No tardo en decir que ser forestal sería su destino. Acosaba a nuestro padre para que le enseñase a usar el arco, para que le enseñase a crear el suyo propio. Mi padre parecía desesperado por que de tanto a mor por sus hijos no era capaz de partirse en dos para amarlos más. Yo… Bueno, Mamá estaba encantada con que me gustase cantar junto a ella, nada más.

     

    No es que me faltase ambición, eso me sobraba y bastante. El problema es que yo tenía la gran bendición o maldición, según los ojos que lo mirasen, de tener una mente muy hiperactiva y ansiosa por aprender de todo. Empecé con ansias de aprender los secretos de la magia. Mis padres me apoyaron con ilusión de tener una futura hija magister. Pero los decepcione cuando al paso de varios años deje los estudios para formarme en el arte de las espadas. Creyeron que quizás me había visto influenciada por mi hermano, tampoco les pareció mal y dejaron que yo continuase. Muchos años después, sin intenciones de unirme a los errantes, termine colgando las espadas. Eso termino decepcionándolos y me miraban con preocupación. No dejaban de repetirme que mis hermanos ya se estaban encaminando a aprender los oficios que habían escogido. Yo reste importancia diciendo que yo no era ellos. Vi desde lejos a mis hermanos comenzar una silenciosa y sana competencia a ver quién atraía la atención de mi padre. Aunque él era muy hábil, ella se llevaba los elogios. Muchos la admiraban y alababan su puntería, su precisión. Inevitablemente ella ocupo el pedestal de mis padres.

     

    No tome el arco, pues no me producía ningún interés en que me comparasen con mi gemela, ni introducirme en esa competencia. Sabía bien que decepcionaba a mis padres, me acercaba irremediablemente a la adultez sin una idea clara del futuro. Habiendo pasado por la magia y las armas, preferí deleitarme con el arte de la música y la pintura. Podía pasar horas mezclando las pinturas y crear formas en un lienzo en blanco. Pero pasado un tiempo, lo dejaba para volver a leer sobre magia. Me sentía muy cómoda, sentía que no tenía ningún apuro para escoger un camino en concreto y que antes podía experimentar con muchas cosas hasta encontrarme a mí misma. Estaba a decidida a encontrar aquello que fuese para mí, algo en donde pudiera perfeccionarme y también ganarme la aprobación de mis padres.

     

    El camino se volvió tortuoso, reproches, reclamos y odiosas comparaciones comenzaron a caerme con más y más intensidad. Estaba acostumbrada a que nos comparasen, éramos tan iguales que eso era inevitable. Ahora me comparaban para indicar lo prodigiosa que era ella, lo superior, lo admirable. Un día le dije a mis padres “Ustedes querían diferenciarnos. Pues eso hago”. Que mi querida hermana destacase cuanto quisiera en la arquería, yo no entraría en esa competencia. A mi tiempo, a mis deseos, algo encontraría y sería la mejor. Eso me decía y no me bastaba. Cada día estaba más molesta con mi hermana, pues siempre que estábamos juntas ella parecía presumir. Los demás dejaron de exclamar “¡cuánto se parecen!” a decirme “¡cuánto te pareces a tu hermana!”. Mi orgullo se sintió herida y decidí que ya no quería parecerme en nada a ella. Así que tomé mi cabello platinado y lo teñí a purpura. El color más opuesto al de ella, el que resaltase mis ojos y alimentara mi vanidad.  No conseguí ninguna exclamación de admiración, pero me regodeé con la perplejidad de mi familia.

     

    Los años pasaron, mis hermanos ya ocupaban puestos entre los Errantes y mi hermana estaba felizmente casada. Yo seguía sin definirme, pero en mi deseo de retomar las espadas decidí unirme a los Errantes. Serví y aprendí mucho dentro de la organización, quizás aprendí a disciplinarme un poco más. Porque, aunque sentía que ahí no duraría mucho tiempo estaba comenzando a analizar mucho más a profundidad el siguiente futuro proyecto que tendría, en lugar de dejarlo a la merced de mi caprichosa mente. Confiaba que el tiempo estaba de mi lado, y no lo estaba.

     

    Llegó el fatídico día en que el azote amenazo nuestras fronteras. El enemigo era implacable y con cada paso engrosaba sus filas con nuestra propia gente. Luchamos con todas nuestras fuerzas, con ferocidad, todas las artimañas y solo los retrasábamos casi nada. En dos ocasiones me encontré con mi hermana en la batalla. En la primera ocasión la salve de un muerto que estaba por atacarla por la espalda. Ayudamos en la defensa de un poblado para proteger a los civiles y luego nos separamos para retroceder posiciones. La segunda vez, nos vimos en un punto cercano al poblado de Brisapura, la misión era la misma.

     

    -Lynette. -Su mirada era de terror. Ella estaba ya muy herida, como todos nosotros. Estábamos fatigadas, su carcaj apenas contenía un par de flechas. Yo apenas si podía levantar un brazo por culpa de un tajo. -Si acaso...

     

    -No lo digas -la corte. - Asiel. No hay tiempo.

     

    No cruzamos más palabras, solo nos dimos un rápido abrazo antes de retomar nuestras posiciones. Poco había por hacer, solo huir por nuestras vidas. Una bestia comenzó a perseguir a una elfa y su hijo, la estaba por alcanzar, pero Asiel uso su última flecha para salvarla, luego se encaró a la criatura con sus espadas. Yo fui a ayudarla.

     

    -¡Llévalos! -me gritó

     

    -¡Pero!

     

    -¡Yo los detengo! Llévalos, ¡YA! -repitió su orden desesperada.

     

    Las ordenes eran ya solo evacuar a los civiles y tuve que obedecer a mi pesar. Ayudé a llevar a los que pude, cuando quise volver para ayudar a mi hermana vi como la asesinaron, no pude llegar por su cuerpo, también me matarían. Logré retroceder hasta la ciudad, donde desfallecí por las heridas.

     

    Cuando desperté, todo termino. Quel’thalas cayó y la fuente había sido destruida.

     

    Todo eran ruinas, las bajas eran ya incalculables y la sed resultaba tan insoportables como el recordar una y otra vez más muerte de mi hermana. Abriera o cerrará los ojos, la veía caer. Cuando bien pude caminar colabore en la ayudar al resto de heridos. Con gran dicha me reencontré con mi familia, tratamos de consolarnos. La vaga sensación de seguridad que me otorgo la presencia de ellos se desvaneció cuando el esposo de Asiel apareció, desesperado buscando a su esposa. Nadie más que yo sabía que fue de ella y duro fue para mí tener que decirlo. Sentía que mis palabras de verdad condenaban su existencia, como si fuera que si yo me guardaba aquel “secreto” daba la posibilidad de que ella regresara caminando y viva.

     

    -La has… dejado morir -susurro el mago con desaliento, meneando la cabeza con incredulidad.

     

    - ¡No! Intente volver por ella. Juro que lo intenté -respondí desconsolada.

     

    -La odiabas -dijo quien menos esperaba que hablará en ese momento. Mi hermano me miraba con espanto. - ¡Odiabas a Asiel y la dejaste morir!

     

    - ¿Qué? Es mi hermana, ¿Cómo iba a hacer yo algo tan despreciable?

     

    -La envidiabas, te molestaba que la pusieran sobre ti. No la ayudaste. Ella murió por tu culpa.

     

    Me quede sin aliento por la acusación. Mire a mis padres, ellos no dijeron nada. Ni me condenaron ni me defendieron, lo cual dolió mucho más.

     

    La herida de mi brazo se recuperó, pero no recupere el perdón de mi familia. Me culpaban, aunque yo jurase y volviese a jugar que hice cuanto pude. ¡Yo no la mate! Me repetí muchas veces, y aun así me sentía como si así lo hubiese hecho. ¿Cómo iba a llegar antes de que ella recibiera la estocada final? ¿Qué iba a lograr al buscar su cuerpo si no era morir?

     

    El tiempo paso, la sed comenzó a cobrarse muchas víctimas. Nadie sabía donde fue el príncipe. Poco a poco comenzaron a llegar “soluciones paliativas” para nuestro problema más acuciante. Yo me abstuve de seguirlo. Mis familiares me veían esperando a que un día fuese una desdichada. Sí, seguramente pensando que eso era lo ultimo que me faltaba para decepcionarlos una vez más.

     

    Lo último que vi de mi familia fue la vergüenza mezclada con resentimiento. Me fui sola, desamparada de aquellas tierras que me vio crecer. Me convencí de que no debía sentir vergüenza por mis decisiones. Algunas las habré tomado por el capricho y la vanidad. Otras, las decidí porque eran lo correcto en el momento. El soportar la abstinencia se sentía como una penitencia.

     

     

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  12. Atributos
    6 Físico
    7 Destreza
    7 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    21 Mana
    8 Iniciativa
    11 Ataque CC Sutil(Espada Ligera)
    9 Ataque CC Sutil (C. sin Armas Eq)
    11 Defensa
    Habilidades

    Físico
    3 Atletismo
    Destreza
    4 Espada Ligera
    2 C. sin Armas Eq
    1 Cabalgar
    2 Escalar
    4 Defensa
    1 Nadar
    3 Sigilo
    Inteligencia
    2 Supervivencia
    1 Cocina
    1 Tradición/Historia
    3 Ilusión Básica
    2 Abjuración Básica
    3 Oscuridad Visual
    Percepción
    3 Advertir/Notar
    1 Buscar
    2 Disfraz
    2 Música
    2 Rastrear
    2 Reflejos
    1 Rumores

    Especialización:

    • Magia Arcana
      • Ilusionismo

     

     

    Magia Arcana:

    • Dificiultad 12:
      • Abjuración Básica: (Personal)  Reclama la presencia de elemento puro permitiendo usar sus propiedades básicas (Mojar, Quemar...) y permite moldearlo de manera defensiva creando una pequeña pantalla protectora.  El nivel de este hechizo se sumará a la defensa mágica.
        • Rama: Aeromancia
      • Ilusión Básica: (Rango) Permite al mago usar la energía Arcana para crear una ilusión de sentido único que puede afectar a un individuo o a un grupo. La ilusión dura 10 segundos por nivel del hechizo.
    • Dificultad 14:
      • Ilusionismo:
        • Oscuridad Visual:(Rango) Permite hacer una ilusión de ceguera sobre un objetivo enemigo, causandole el estado de Ceguera durante tantos turnos como un tercio del nivel de la habilidad redondeado al alza. No surte efecto sobre objetivos que se guían por los otros sentidos o ya sean ciegos.
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