Saltar al contenido

Galas

Roler@
  • Contenido

    378
  • Registrado

  • Days Won

    32

Todo el contenido de Galas

  1. 𝔄𝔤𝔞𝔱𝔥𝔢 ℭ𝔬𝔩𝔢𝔱𝔱𝔢 𝔇'𝔗𝔞𝔱𝔬𝔲 𝔑𝔬𝔪𝔟𝔯𝔢: Agathe Colette D'Tatou ℜ𝔞𝔷𝔞: Arathi 𝔖𝔢𝔵𝔬: Solo con su amor verdadero. 𝔈𝔡𝔞𝔡: 18 años. 𝔄𝔩𝔱𝔲𝔯𝔞: 1,71m 𝔓𝔢𝔰𝔬: 61 Kg 𝔏𝔲𝔤𝔞𝔯 𝔡𝔢 𝔫𝔞𝔠𝔦𝔪𝔦𝔢𝔫𝔱𝔬: Yvoire, norte de Arathi. 𝔒𝔠𝔲𝔭𝔞𝔠𝔦ó𝔫: Aspirante de la Liga de Arathor. Í𝔫𝔡𝔦𝔠𝔢 𝔈𝔳𝔢𝔫𝔱𝔬𝔰 𝔐𝔞𝔰𝔱𝔢𝔞𝔡𝔬𝔰 𝔈𝔳𝔢𝔫𝔱𝔬𝔰 𝔄𝔰𝔦𝔰𝔱𝔦𝔡𝔬𝔰 𝔐í𝔰𝔦𝔳𝔞𝔰 𝔇𝔢𝔰𝔠𝔯𝔦𝔭𝔠𝔦ó𝔫 𝔣í𝔰𝔦𝔠𝔞 Si algo destaca de Colette es su mirada. Una mirada llena de vida, de juventud, de esperanza y sueños, pero una mirada distraida, visionaria para unos, para otros es sin embargo una mirada vacía, perdida, de aquella que ve dragones, hadas y duendes en vez de los problemas reales. Esta visión se oculta tras unos irises de fuerte color verde, fresco como una pradera, y vibrante. Su piel es pálida, neutra, y libre de mácula de vejez, herida o dolor. Inmaculada e inocente, inexperta e ignorante. Se alza alta, pero destaca más en una delgadez bien nutrida, que le da un porte estirado, dado forma por los ropajes holgados, de corte masculino que suele portar. Su rostro es almendrado, redondeado, y cerrado alrededor por cabello corto y de un intenso color negro, cortado a cuchilla, de manera torpe y autodidacta, pragmático al punto de lo feo, destacando sobre sus intensos ojos, dos espesas cejas, gruesas como orugas, suaves y de un tono azabache. ℭ𝔞𝔰𝔞 𝔇'𝔗𝔞𝔱𝔬𝔲 "𝕷𝖔𝖞𝖆𝖚𝖙𝖊 𝖉𝖆𝖓𝖘 𝖑𝖊 𝖘𝖆𝖓𝖌 𝖊𝖒𝖕𝖔𝖎𝖘𝖔𝖓𝖓𝖊 !" Uno de los linajes más antiguos del Imperio de Arathor, la casa D'Tatou es una larga linea milenaria de campeones, guerreros, caballeros y gestores feudales que se remonta a los orígenes de los reinos humanos, a la sangre legendaria de uno de los quinientos compañeros del mismísimo Thoradin el Unificador, primer rey y emperador humano. El fundador de este linaje no era otro menos que el legendario Viduquindo, un torreón de hombre, descrito por muchos como El Pino del Norte por su altura que no era acompañada sin embargo de una corpulencia notable. Viduquindo llegó al servicio de Thoradin el Unificador en un relato que es más leyenda pasada durante siglos de boca a boca, de descendiente a descendiente. Decía la historia que encontrándose dormido bajo un árbol el Gran Thoradin, que por aquel entonces era gran caudillo más aún no rey, una vil serpiente enviada por un pérfido trol cuya tribu había sido justamente acuchillada por los guerreros de los Arathi hacia varias semanas, le mordió en su descanso. Thoradin, despertándose al momento, decapitó a la sierpe con un rápido movimiento de su mano, pero no lo suficiente para evitar que esta introdujese tres gotas de veneno en su pierna. Quería la fortuna que pasase cerca suya un gran guerrero de los Sejónidas, una tribu rival de los Arathi que hacia poco había hecho las paces con Thoradin el Grande. Y sin embargo, no llegó ofreciendo paz , si no que al verlo alerta, retó a duelo al lider de los Arathi, que tan prometedor futuro había demostrado. ¡Si era digno de acabar con él, sería Viduquindo, y no Thoradin, el que llevaría a la gloria a los humanos! Dicese que su duelo duró varias horas, y Viduquindo, por grande que fuese, no logró romper las defensas de aquel que uniría a todos los humanos. Pero algo pasó, y el Unificador se vio genuflexo y débil. Deteniendo su ofensiva, pues Viduquindo no acabaría con enemigo debilitado, ni siquiera en duelo como este, salió a la luz el veneno de la serpiente. Ofendido, porque la vil arte de los trols amenazase con acabar con la vida de un gran guerrero de los hombres, Viduquindo se arrodilló junto a Thoradin. ¡Si tres gotas eran suficientes para acabar con el Unificador, Vudiquindo demostraría que aguantaba más! Sorbiendo la herida, extrajo dos de las tres gotas de veneno, compartiendo el mal del Gran Unificador. Dividido, el veneno trol debilitó a ambos hombres, pero no mataría a ninguno de los dos. Thoradin, honrado por el gesto del gran guerrero sejónida, le ofreció luchar a su servicio. Viduquindo acepto, unido ahora al gran Thoradin por una deuda de sangre y veneno. Desde entonces, la casa D'Tatou, un nombre que adquiriría varios siglos más tarde, se enorgullecería siempre de su bravura , de su falta de temor ante grandes enemigos, pero de su respeto y lealtad hacia aquellos que se demuestran dignos. El cáliz sería su símbolo, representando la sangre envenenada compartida por Unificador y Guerrero, y la tradición marcaría que todo Lord de la casa, al momento de ascender, habría de beber de la milenaria copa familiar, de cobre y latón enjoyado, donde el vino se vería mezclado con dos gotas de fuerte veneno trol.
  2. Galas

    [Ficha] Grizzinda

    Nombre: Grizzinda Cuadrángulo PimPamPum Atributos 6 Físico 8 Destreza 9 Inteligencia 6 Espíritu 4 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 36 Mana 5 Iniciativa 6 Ataque a Distancia (Rifle de Chispa) 6 Ataque a Distancia (Trabuco de Chispa) 9 Defensa Habilidades Físico Destreza 1 Equitación 1 Defensa 1 Lanzador 1 Nadar 1 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Arquitectura 1 Artillería (Cañones) 1 Fauna (Mamíferos) 1 Leyes (Entramado Goblin) 1 Leyes (Honor Orco) 1 Conocimientos/Historia (Carteles Goblin) 1 Ingeniería Goblin 1 Fauna (Aves) 1 Fauna (Fauna Acuática) 1 Fauna (Anfibios) 1 Fauna (Insectos) 1 Fauna (Reptiles) Espíritu Percepción 2 Rifle de Chispa 2 Trabuco de Chispa 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Callejeo 1 Comercio 1 Dibujar 1 Reflejos 1 Rumores Escuelas/Especializaciones Ingenieria completa
  3. Historia [09/11/34 07:55:00] Me levanto y apago el despertador antes de que suene. ¿De donde he sacado esta capacidad? Es como si mi mente estuviese alerta incluso cuando yo descanso. ¿Tendré un reloj interno tan preciso? [09/11/34 08:27:34]¡RELÁMPAGOS, ME HE QUEDADO DORMIDA! Me levanto con la velocidad de una zarigüeya asustada y corro a quitarme el pijama, desayunar y lavarme los dientes. La señora Ruecatuerca me grita cuando me ve escupir el enjuague en sus petunias al salir. Me disculpo mientras grito una despedida a mis padres. [09/11/34 08:28:45] El conductor me mira con cara de odio cuando le obligo a detener al autobús prácticamente golpeando la puerta. No se donde esconderme, y roja como un tomate voy hasta el fondo del mismo mientras me siento observada por todos los presentes. ¡Ay, que vergüenza, menudo numerito! [09/11/34 08:45:03] Aquí está. Me bajo frente a las nuevas oficinas de la Unión Racional de Socios del Saber, uno de los grupos de investigadores e ingenieros más prominentes de toda la ciudad, asociados al Cartel Bonvapor. ¡No puedo creer que hayan aceptado mi solicitud de prácticas! ¡Hoy es el primer día de mi nueva vida! [09/11/34 18:23:17] Uf. Qué día tan intenso. Al parecer hemos tenido que salir un par de horas más tarde porque había mucha carga de trabajo. Me han presentado a mis compañeros, y mi coordinador, un muchacho muy muy amable con unos ojos de limón me enseñó mi puesto de trabajo. ¡No haré mucho, mirar y apoyar, pero lo que puedo aprender aquí es increíble! Estoy agotada y reventada. Mis energías sociales están totalmente choff, pero sabía que esto pediría mucho de mi. ¡Estoy EN-TU-SI-ASMADA! ******** [23/10/36 08:00:00] Si pudiese arrancarme las orejas para no oír más el despertador, lo haría. Salgo de cama con unas ojeras que me llegan hasta el mentón. Miro por la ventana. La vieja Ruecatuerca está regando sus petunias. [23/10/36 08:07:20] Quito el café del microondas y miro en silencio el reflejo de mi cara en el oscuro líquido mientras lo remuevo con la cucharilla. Es poético, casi hasta metafórico. Recuerdo cuando era capaz de disfrutar de un buen café. Ahora lo necesito siquiera para funcionar. [23/10/36 08:30:03] ¡¿POR QUÉ NO LLEGA EL MALDITO AUTOBUS?! Honestamente debería avisar de que estoy enferma y ni ir, pero argh... luego me echarán a mi todo el trabajo que el patán de Rótulo no ha hecho. Zoquete. Patán. Tocón y baboso goblin.... ah, aquí llega al fin. [23/10/36 08:46:46] A veces me cuesta creer lo ilusionada que estaba por venir aquí cada mañana los primeros meses. Lo veo, ahora, ese engranaje, con esa cara sonriente y martillo. Se rie de mi. ¿Verdad? Si, se rie de mi. Ay, venga Grizz. Solo entra, sonríe, saluda, y vete a tu silla. Ya lloraremos en el descanso para comer. [23/10/36 11:15:03] Dos horas ininterrumpidas de analisis de datos e informes sobre explotación petrolifera subterranea mediante fracquing. Apasionante. No, genuinamente apasionante, si no fuese porque todo este trabajo se quedará a mérito de esa malnacida de Kumeny. ¿Como pude pensar que era mi amiga? Una víbora, eso es lo que es. Qué poco ha tardado en deshacerse de la empollona y acercarse a los jefecillos. Patético. ¡E injusto! ¡ARGH! [23/10/36 13:25:18] Pausa para comer. Estoy llorando en el baño de pura frustración. Otra vez. [23/10/36 13:27:00] ¡Se acabó! ¡No puedo más! ¡ESTE ES MI ÚLTIMO DÍA, E IRÉ, Y LES DIRÉ TODO LO QUE ESTÁ MAL, A ESE PATÁN, Y A ESA ZORRUPIA, Y A ESE-! [23/10/36 13:28:34] Ya estoy de nuevo en mi mesa tras una pequeña crisis. Y me sorprende cuando veo aparecer la narizota verde moco de Rótulo, mi encargado. Qué asco, por favor, su bigote grasiento con restos de nata del café, su frente granuda y sus cejas mal cuidadas. Me dan ganas de vomitar. Así que le dedico mi mejor sonrisa y veo qué quiere, esperando que esta vez deje las manos quietas en sus bolsillos. [23/10/36 13:47:11] ¿Trinquete, qué? Bueno. No es un destino ideal. Pero honestamente. Lo prefiero. ¡Y cobraré un sueldo! Será una miseria, pude intuirlo entre sus risillas y guiños, pero será más que cobrar NADA. Lo que sea por abandonar este pozo de negrura que me carcome el alma. [23/10/36 16:03:56] Kumeny intentó reírse de mi cuando salía llevándome conmigo el material de mi oficina. "¡He oído que te mandan a Trinquete, tal vez con los orcos tengas más suerte a la hora de echarte novio, que tus padres seguro ya echan en falta tener nietos!" Menuda guarra, de verdad. Pero como probablemente no la volvería a ver en la vida, me quedé bien a gusto espetándola. "¡No te preocupes, querida, que no soy yo la que volvió de sus vacaciones de Kalimdor caminando como un piloto del Gran Prix de Kezan!" ¡Já! Seguro se habría quedado PILLADISIMA de habérselo dicho. No lo hice, claro. ¡Pero lo pensé! ******** [15/12/36 15:24:00] Bueno. ¡Ya he llegado! Tengo poco más que mi maleta y mis credenciales. ¡Pero no debería ser difícil encontrar las oficinas de la URSS en Trinquete...! Aunque tengo que ser honesta, me intimida tanta gente tan alta. Parecen lo suficientemente atentos como para no pisarme, pero... ay... ¿T-tiene un hueso atravesandole el HOMBRO?! Y-y ese otro porqué tiene un cráneo en su b-barba... ay mamá, papá... rezad porque la dama fortuna cuide de mi. Lo voy a necesitar.
  4. Grizzinda Cuadrángulo PimPamPum Nombre: Grizzinda Cuadrángulo PimPamPum Raza: Goblin Bonvapor Sexo: Sí. Edad: 19 años. Altura: Bajita para los estándares goblin. Peso: Delgada. Lugar de nacimiento: Minahonda, Isla de Kezan. Ocupación: Ex-Becaria de la URSS, Ingeniera en prácticas. Indice: Eventos asistidos: Eventos masteados: Mensajería: Descripción física Joven goblin de grandes ojos y "pequeñas" orejas. Su rostro redondeado y suave contrasta bajo unas grandes gafas de culo de vaso y unos cabellos cortados malamente en una media melena que llega hasta la mitad de su cuello. Su pelo, de un vibrante color azul natural cae en mechones lacios y finos, sin el mejor de los cuidados. Sus ojos son de un intenso color violeta, de largas y gruesas pestañas. Por desgracia para ella, son totalmente defectuosos, y con la visión de un topillo necesita unas gruesas gafas para poder ver más allá de un metro de distancia. Despistada, su piel tiene una tonalidad verde amarillenta y su postura así como sus ropajes tienden a ser desgarbados, manchados de aceite y grasa, siendo una de las pocas partes que cuida de manera religiosa su dentadura, afilada, blanca y brillante. Su cuerpo no destaca en demasía. Delgada, la única parte notable, y que le ha ganado más de un tocamiento indebido es unas anchas caderas y una retaguardia generosa de muslos torneados, no por ejercicio, si no por herencia materna. Su voz resuena con el tono adulto pero relativamente agudo, no al punto de lo molesto pero si danza al borde del filo. Descripción psicológica La curiosidad científica es la bandera que dirige la vida de esta joven goblin. Su pasión era la Zoología, sin embargo, empujada por sus padres busca una carrera como ingeniera experta en explosivos y detonaciones, pues en su carrera original no había futuro económico. La timidez no es uno de sus defectos, aunque a veces puede percatarse de que es demasiado intensa. Sufre episodios depresivos motivados por su posición de becaria, su frustración investigativa y de verse atrapada en un campo de investigación que realmente no la apasiona, pero que se le da realmente bien. Estos suelen manifestarse en expresiones descontroladas de furia destructiva... de manera interna.
  5. ₕₑₕₑₕₑ ₒₜᵣₐ ᵥᵢCₜₒᵣᵢₐ ₚₐᵣₐ ₗₒₛ Gᵤₑᵣᵣₑᵣₒₛ Dₑ ᵥᵣₒₖ ₑₛₑ gᵣₐₙ ₒgᵣₒ ₕₑcₕᵢcₑᵣₒ ₑᵣₐ ᵤₙ ₜᵤₗₗᵢdₒ y ᵤₙ cₒbₐᵣdₑ, ₚₑᵣₒ ₐcₐbₐₘₒₛ cₒₙ éₗ. ₐₕₒᵣₐ ₑₗ Gᵣₐₙ ₒgᵣₒ cᵤₘₚₗᵢᵣá ₛᵤ ₚₐᵣₜₑ dₑₗ ₜᵣₐₜₒ... cᵣₑₒ. ¿ₚₑᵣₒ fᵤₑ ᵥᵢcₜₒᵣᵢₐ? ₘₑ ₐₛᵤₛₜé. ¡ᵣₐₓₓᵤₛ ₙₒ! Qᵤₑ fᵤₑᵣₜₑₛ ₛₒₙ. ₐₗgᵤₙ dᵢₐ ₛₑᵣé fᵤₑᵣₜₑ cₒₘₒ ₑₗₗₒₛ, ₛí. Y cᵤₐₙdₒ ₑₛₑ díₐ ₗₗₑgᵤₑ, ₗₒₛ ₗₗₑᵥₐᵣé ₐ ₜₒdₒₛ ₐ ₗₐ gₗₒᵣᵢₐ. Consecuencias de la aventura: - Los ogros hechicero Kor y Gall han muerto por los guerreros de El Cruce y sus acompañantes. Raxxus se apropió de su cuerno. -Roxxina pimpampum ha recibido un triciclo de guerra viejo y que vale para poco más de chatarra del grupo. -Mal'gor ha obtenido un rectángulo de césped artificial goblin. -Los Murlocs mutantes han perdido a su dios y tirano.
  6. 𝔇𝔢 𝔫𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔬𝔰 𝔭𝔞𝔡𝔯𝔢𝔰, 𝔠𝔞𝔟𝔞𝔩𝔩𝔢𝔯𝔬𝔰 𝔇𝔢 𝔫𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔞𝔰 𝔪𝔞𝔡𝔯𝔢𝔰, 𝔳𝔦𝔯𝔱𝔲𝔬𝔰𝔬𝔰 𝔇𝔢 𝔫𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔬𝔰 𝔞𝔫𝔱𝔢𝔭𝔞𝔰𝔞𝔡𝔬𝔰, 𝔠𝔞𝔪𝔭𝔢𝔬𝔫𝔢𝔰 𝔇𝔢 𝔩𝔞 𝔏𝔲𝔷, 𝔰𝔲𝔰 𝔢𝔩𝔢𝔤𝔦𝔡𝔬𝔰 𝔈𝔫 𝔟𝔞𝔱𝔞𝔩𝔩𝔞 𝔫𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔬 𝔣𝔦𝔫𝔞𝔩 𝔜 𝔢𝔫 𝔩𝔞 𝔪𝔲𝔢𝔯𝔱𝔢, 𝔪𝔞𝔯𝔱𝔦𝔯𝔦𝔬 𝔡𝔢 𝔰𝔞𝔫𝔤𝔯𝔢 - 𝔏𝔦𝔱𝔲𝔯𝔤𝔦𝔞 𝔡𝔢𝔩 ℭ𝔯𝔲𝔷𝔞𝔡𝔬 La causa de la Cruzada Escarlata en Stromgarde era variada en propósito y haber. Pero uno de los mayores motivos de su existencia era la captación de nuevos reclutas y futuros valerosos que marcharían al norte para continuar la gran guerra. La mayor guerra. La de los vivos contra los muertos. Pero no cualquiera vale para este fin. Puede que la Cruzada no tenga los estrictos estándares de la Mano de Plata, nisiquiera la pureza de intención y pensamiento del Alba Argenta. Más no eran ignorantes. Cada cruzado muerto en Lordaeron es un enemigo más que combatir a futuro. Pero al final del día, eran un ejército de retribución contra la oscuridad. Y un ejército necesita soldados. Y estos debían de ser probados. Toda la sangre derramada en los entrenamientos sería sangre que no derramarían sobre el suelo apestado.
  7. La banda de guerra había aprendido hoy una lección valiosa. Había entendido que cuando Vrok llama a algo Grande, lo dice en serio. En la sociedad ogra, solo hay dos virtudes: Tamaño y Tamaño. Ellos no tenían ni lo uno ni lo otro. Y sin embargo, en toda su pequeña estatura, los orcos habían conseguido prevalecer, al punto de ser ellos los amos, y los antiguos amos, los esclavos. ¿Cómo lo habían hecho?
  8. Galas

    [Ficha] Ilfsig y Boki

    Nombre: Ilfsig Atributos 8 Físico 6 Destreza 6 Inteligencia 7 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 32 Puntos de vida 28 Mana 7 Iniciativa 9 Ataque CC (Hacha de Guerra) 12 Ataque CC (Hacha de Mano) 9 Ataque CC (Hachuela) 10 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 1 Hacha de Guerra 4 Hacha de Mano 1 Hachuela Destreza 2 Equitación 2 Escalar 4 Defensa 1 Sigilo Inteligencia 2 Fauna (Mamíferos) 1 Leyes (Honor Enano) 1 Religión (Luz Sagrada) 2 Conocimientos/Historia (Clanes Enanos) 2 Religión (Culto Titánico) 1 Conocimientos/Historia (Reinos Humanos) Espíritu 1 Voluntad 2 Toque de Luz Percepción 1 Advertir/Notar 1 Rastrear 1 Reflejos 1 Música (Armónica) Escuelas/Especializaciones Sagrado Nombre: Boki (Oso) Atributos 5 Físico 2 Destreza 3 Inteligencia 4 Espíritu 3 Percepción Valores de combate 20 Puntos de vida 16 Mana 4 Iniciativa 8 Ataque CC (Ataque) 5 Defensa Habilidades Físico 3 Ataque Destreza 1 Bailar 1 Escalar 3 Defensa 1 Nadar Inteligencia 1 Supervivencia Espíritu 1 Voluntad Percepción 1 Advertir/Notar 1 Rastrear 1 Reflejos Escuelas/Especializaciones
  9. Historia Las pesadas botas de la joven enana crujían sobre la nieve. ¡Otro camino cerrado! ¿Cuantos llevaban ya esta semana? ¿Cinco? Los pasos montañosos eran indispensables para el clan. Conectaban los puestos avanzados, las aldeas de montaña, tanto enanas como las humanas. Muchos eran secretos, encontrados por los montaraces del Dun, y otros eran más amplios, abiertos con pico, trabajo y sudor enano, para que las grandes caravanas con carromatos de gruesa madera, llenos de suministros, comida y minerales de los complejos mineros, llegasen a la ciudad. Los Pico Tormenta eran poderosos sí, y orgullosos también, y en su orgullo no veían muchas veces los problemas que tenían delante. ¡Como iban los Pico Tormenta a admitir que los bandidos trols eran poco más que una mera molestia! ¿Los Ogros? Pf. Salvajes y cavernicolas acambados en las fronteras. Solo los Orcos se merecían la verdadera atención del Clan, y por causa de fuerza mayor: Los Lobo Gélido eran enemigos terribles, y habían derrotado a los estoicos Jinetes de Osos de Alterac en numerosas ocasiones. Los grandes osos negros y grises que montaban los enanos encontraron un digno rival en los lobos huargo de los Lobo Gélido, que llegaban a crecer hasta ser incluso más grandes, más fieros, e igual de leales para con sus dueños si no incluso más. Pero todas esas políticas importaban poco a Ilfsig. Ella nisiquiera estaba cerca de las tierras de su clan. No, estaba lejos, ayudando a unos humanos a reconquistar un reino perdido. Ciertamente, esos motivos le daban un poco igual, pero como Iniciada del Alba Argenta, su Templario confiaba en ella, como nativa del lugar, para explorar pasos montañosos que pudiesen ayudar a su misión y empresa en el lugar. La joven rubia nunca había sido montaraz, y tampoco era experta en guiarse en la superficie, pero algo sabia, más que la mayoría de sus compañeros. Ese día el sol brillaba alto y por ello la nieve estaba especialmente dura y resbaladiza, entremezclada con la tierra, hacía una superficie traicionera. En otras ocasiones, estaría más cómoda, pero le había parecido ver huellas de trol en la nieve, y no lo suficientemente viejas como para estar tranquila con que no fuese a ser emboscada. Era una enana, no tenía miedo a los Trol, y menos mientras tuviese la bendición de la Luz de su lado. Pero tampoco era una veterana guererra, y por estoica que fuese, los trols de las nieves alzaban casi el doble que un humano, y podían lanzar a un enano volando de una patada. Si tenían una oportunidad era por su equipo superior, y sus tácticas de batalla coordinadas. Y ella ahí, sola en la montaña, no contaba ni con lo uno ni con lo otro, solo su vieja y fiel hacha, regalada por su abuela cuando declaró su deseo de marchar a recorrer el mundo y exponerse a los desafíos del exterior. Esto había sido promulgado por una crisis de fé. O más bien, de redescubrimiento. Los Pico Tormenta habían sido fieles seguidores de la Luz Sagrada desde su conversión, pero en las últimas décadas, el conocido como Culto Titánico, o de los Titanes, había ganado tanta fuerza que hasta se rumoreaba la propia familia del Thane ya lo seguía. Fuese eso cierto o no, lo cierto es que los Damgaard si lo habían hecho. La mayoría lo aceptaron sin problema alguno: La idea de una creación de origen divino, de estos entes superiores ordenadores del cosmos, incluso aunque lo que se supiese de ellos no fuese más que la superficie de algo mucho mayor, daba a los enanos lo que siempre habían buscado: Una conexión con un pasado que desconocían. Aunque ninguno lo dijese, para muchos enanos su falta de historia era una vergüenza que llevaban en silencio. Donde los humanos tenían leyendas y miles de años tras ellos, y hasta los elfos, que aunque rara vez lo compartiesen, conocían su historia al pasado durante miles y miles de años, los enanos simplemente... aparecieron. Se adaptaron al mundo como si siempre lo hubiesen caminado, pero no era así. Parecían vetustos, pero en realidad, eran la raza más joven de los Reinos del Este, al menos, de entre sus aliados. Ilfsig había tardado años en encontrar la paz entre sus creencias en la Luz Sagrada y en los Titanes. Cierto es que las virtudes de la Luz habían sido asimiladas por el Culto... pero no era fácil pasar de creer en la Omnipresencia de algo para... aceptar que era parte de algo más. Que tu origen no era el que siempre habías creído. Aunque los Titanes eran supuestamente seres divinos, y blandían la Luz con maestría, así como la magia. ¡Bah! Ese tren de pensamientos no le llevaría a ningún lado. Un giro en la cornisa y... ¿Qué era eso? Una sombra acechante. La enana se cubrió, el corazón en la garganta y la mano al hacha de su espalda. No la grande de hoja doble no. A la de mano, que blandió con los nudillos pálidos por la tensión. Se aproximo antes de saltar contra su rival. ¡BAH! Pero... lo que encontró no fue lo que se esperaba. Grande, y muerta, cubierta por la nieve, una osa negra. En su lomo aun varias lanzas rotas. Y a su lado, desangrado sobre el suelo, un trol corpulento, aunque no tanto como el oso, que le triplicaba en peso. Una caza con horrible final. ¿Pero quién cazó a quién? Aunque parecía inerte, Ilfsig comprobó con cuidado el pulso del trol. Lo sabía. Incluso con las tripas medio fuera, y acurrucado entre la nieve, el trol seguía con vida. Bueno, ese problema tenía fácil solución. Limpiando su hacha en un trozo de taparrabos, que tiró con disgusto a un lado, se aproximó a la cueva, que olía y se veía indudablemente como madriguera de oso. El olor rancio a hueso húmedo no fue suficiente para espantarla. Pero justo cuando se iba a ir, pues no vio nada interesante, empezó a escuchar un ruido. Un ruido de rascar, de excarvar. Hacha en mano, la enana se adentró en la pequeña brecha de la montaña para encontrarse a aquel que parecía intentar agrandar y profundizar el túnel cual minero enano. En el fondo lo encontró. Un pequeño cachorro , pelaje negro , tan intenso como su madre en la entrada, que rascaba con sus pequeñas patas la tierra y roca intentando meter el hocico con cobardía. Cuando la enana se aproximo a él, la observó y le gruñó. Como no. ¡Era un fiero animal salvaje! Podría haberlo dejado ahí, y dejar que la naturaleza siguiese su curso. Pero algo se enterneció en el corazón de la enana. Descendía de un linaje de criadores y jinetes de oso, y sabía reconocer a una criatura de espíritu noble, por joven y aterrada que estuviese. No podía simplemente cogerlo y llevarselo. Así que hizo lo que sabía. Poniendo algo de carne de viaje entre ambos, y sentándose apartada, espero en la cueva a que le oso se sintiese cómodo como para acercársele. Hacha en el regazo, sonrió a la bola de pelo negro que se acurrucaba al fondo. -"No te preocupes, pequeño. Si alguien se acerca, yo me ocuparé de él." Pasarían dos días antes de que la enana descendiese al campamento base. Pero no lo hizo sola. Para alegría de su superior, que ya estaba a punto de mandar a un grupo de búsqueda y rescate, o recuperación del cuerpo. No era muy ortodoxo, pero no puso pegas ante el nuevo compañero animal de la joven enana, que pasaría en las semanas venideras, a volverse inseparable con ella. Cuando su oficial al mando la envió lejos, no se sorprendió, casi se alegró. No era un castigo, su relación con el Templario McKellar era buena. Pero justamente, si se había unido al Alba Argenta era para explorar, y para conocer, no para seguir en las montañas donde había pasado toda su vida. Petate a la espalda, y con el fiel Boki a su vera, que así lo había llamado, Minero en enánico, por su afán por excarvar, la enana partió con poco más que sus indumentarias de viaje de Iniciado Argenta, lista para exponerse a lo que las sendas, la Luz, y los Titanes le lanzasen.
  10. ILFƧIG DΛMGΛΛЯD PIKӨƬӨЯMΣПƬΛ Nombre: Ilfsig Damgaard del Clan PicoTormenta Raza: Enana de las Montañas Sexo: Mujer Edad: 47 años Altura: 1,40 M Peso: 76 Kg Lugar de nacimiento: Dun Baldar , Montañas de Alterac Ocupación: Iniciada del Alba Argenta y Clériga de Tyr Índice Eventos Masteados Eventos Asistidos Mísivas Descripción física Ilfsig es una enana de musculatura ancha, que oculta bajo pesadas pieles, capas, armaduras, y ropas de viaje. Su rostro es maduro, mostrando una joven adultez enánica que rodea unos ojos que danzan entre el verde y el marrón, según reflecte la Luz del Sol. Su pelo, es una larga melena de un intenso color rubio, normalmente recogido o trenzado, sedoso y suave, que cierra una apariencia que puede recordar a una playa o campo de trigo listo para ser cosechado. Su piel presenta un saludable color tostado, no demasiado habitual entre los enanos, nisiquiera entre los Pico Tormenta de las montañas nevadas de Alterac, y sus labios, gruesos, le dan una apariencia amable, de fácil sonrisa que acompaña unos hombros anchos de manos de fuertes dedos, acostumbrados al trabajo. Descripción psicológica Firme, leal, fiera. Como toda enana, Ilfsig tiene ciertas características que hacen de si un ejemplar estándar de su raza. No esperes de ella que se salga del marco de lo que uno puede esperar de un enano. Y sin embargo, un brillo especial luce tras sus pupilas, y no precisamente por las artes que maneja. Desde joven, esta enana se ha mostrado especialmente devota, algo que entre los suyos no abunda demasiado, tan preocupados por el honor familiar y la prosperidad del clan. No es que a la joven rubia no sienta la conexión con su pueblo, pero desde jóven es que ha sentido un llamado superior. Una necesidad de algo más. Una conexión espiritual notable. Por ello siguió la senda de la Luz, y después, la de los Titanes. Y en los caminos, encontró su propósito. BӨKI Nombre: Boki ("Minero" en enánico) Raza: Oso Negro Sexo: Macho Edad: Aproximadamente un mes Altura: Chiquito Peso: Panzón Lugar de nacimiento: Montañas de Alterac Ocupación: Neófito Honorifico del Alba Argenta Descripción física Unos grandes ojos negros acompañan un hocico de pelaje claro y una mirada curiosa. Sus orejas, desproporcionadamente grandes se mueven siempre atentas y curiosas de todo lo que les rodea. Sus zarpas son enormes, lo que augura el tamaño que alcanzará este cachorro de adulto, y su cola, pequeña, redondea y mullida, se agita de manera enérgica siempre que huele algo que le llama la atención. Y todo le llama la atención a este pequeño cachorro de oso. Pero qué puede hacer, si el mundo le hizo así. Descripción psicológica Valiente. Laborioso. Boki nunca se cansa ni se rinde, lo que enorgullece sin límite a su madre. Rara vez se amedrenta ante nada, ni contra los ratones de los almacenes de la orden, ni frente a un gorrión atrevido que intenta picotear su comida. Eso sí, a veces cuando llueve y caen truenos, corre a cubrirse bajo los mantos de su compañera y amiga enana. Pero no es porque tenga miedo, si no porque busca protegerla a ella.
  11. -Un ogro... dos brujos... y un Faucedraco- La joven orco se retorcia mientras una vieja mujer, de piel albina como la leche y mirada igual de pálida, le cosía la torva de la rodilla con una aguja afilada, ayudada por unas tenazas que sustituían lo que en su derecha debía ser su mano. -¿Y? -¿Cómo que y...?- Desde las sombras, una figura de ojos rojizos y brillantes bufó. La joven orco tragó saliva, amedrentandose. - ¿Tienes escamas, Rakka? - -N-no...- Respondió en apenas un susurro, la joven Mano Destrozada. -En ese caso solo hay alguien que pueda haberte hecho una herida como esa... y ni es un ogro, ni es un brujo... La joven orco bajó la mirada. Si buscó consuelo en la anciana mano destrozada, no lo encontró, pues esta le soltó un sopapo a la rodilla, como señal de que había acabado. -Había otra... era de nuestro clan...- Con pasos pesados, la corpulenta figura abandonó la tienda, dejando tras de si el eco de una amenaza. Rakka había visto muchas veces enfadado a ese orco. Pero nunca de esa manera.
  12. De las Personas y Almas conocidas por la Señora Claridge Apariencia No-Vida Afiliación Relación Amelia Thatum Profunda mente y pensamiento. Una renegada capaz y capacitada. Hecha para ser líder. Pero prefiere seguir y obedecer. Se cierra, como cascarón de mejillón. ¿Los mejillones tienen cascarón? Creo que si. Le preguntaré cuando la vea. Los Mortacechadores Brisa marina Apariencia No-Vida Afiliación Relación Mykaerla La llaman defectuosa. Dudan de su capacidad. Rápida y sagaz como avispa furiosa. Perdida en su propia mente. De los fantasmas de su pasado encontrará su nueva fuerza. Los Mortacechadores Estrella fugaz Apariencia No-Vida Afiliación Relación Dama Qinrel Es como ver a un cerezo tras un incendio forestal. Hasta su voz es hermosa. Y por hermosa, es triste. ¿Dan todos los elfos tantas ganas de llorar? ¿Los Demonios? Melocotón maduro Apariencia No-Vida Afiliación Relación Soldado Folske Un soldado. Como todos los demás. Pero sus ojos tenían algo más. Lo he notado. Era muy educado. Todo un caballero. La Guardia de la Muerte ??? Apariencia No-Vida Afiliación Relación Doctor Cáustico Centrado en sus objetivos. Excéntrico. Jeje. ¿Eso significa algo? A diferencia de muchos otros, se le vio amable. Margen para la empatía, algo tan raro de encontrar en un hombre de ciencia. La Real Sociedad de Boticarios Regañina de cura Apariencia No-Vida Afiliación Relación Gebb Un laborioso hermano de necesidades especiales y únicas. Parecía bien atendido, y satisfecho con la labor que se le asignó. Genuinamente feliz. Ha encontrado su lugar en la no-vida. Doctor Cáustico Risa de un niño
  13. Galas

    [Ficha] Matilde

    Nombre: Matilde Atributos 6 Físico 6 Destreza 6 Inteligencia 9 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 36 Mana 8 Iniciativa 8 Ataque a Distancia (Trabuco) 7 Ataque CC Sutil (Bastón) 8 Defensa Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 1 Bastón 1 Bailar 2 Defensa 2 Sigilo Inteligencia 1 Fauna (Mamíferos) 2 Religión (Culto de la Sombra Olvidada) 2 Sanación/Hierbas 2 Conocimientos/Historia (El Nuevo Orden Renegado) Espíritu 2 Voluntad Hechizos: Dificultad 12: 2 Guardar Esencia 1 Corromper Agua Dificultad 14: 2 Toque Oscuro 2 Refuerzo de Vacío 2 Zarcillos Oscuros Percepción 2 Trabuco 2 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Comercio 2 Reflejos Escuelas/Especializaciones Vacío: Impenitencia
  14. Grimorio de Estudios Oscuros de la Señora Claridge El ciclo de la vida y de la muerte es un proceso natural e intrinseco. Infinito. Y quebrado. Somos el fruto de un error histórico. El subproducto de un desorden cósmico. Somos el mal. Demonios salidos de las pesadillas oscuras para atormentar a píos e infieles por igual. Somos una anomalía vomitada por el Universo. Una corrección. Una contingencia para devolver el estado natural al mundo. Donde hay vida. Hay muerte. Y de la muerte, surge la vida. Somos niños sin padres y sin madres. Somos los Renegados. Las Tres Virtudes La Tenacidad "Cuando tu espíritu se quiebre, serás puesta realmente a prueba. Sucumbirás a la oscuridad. O te alzarás, inquebrantable." Rango Aprendiz (Dificultad 12): Guardar Esencia: Lección: "Del dolor nace la fuerza. Del sufrimiento nace la resiliencia. Aquel fuerte y resistente, conoce lo que es la esperanza." Rango Formado (Dificultad 14) Toque Oscuro: Lección: "Devolver la forma al cuerpo pues el cuerpo es el habitáculo del alma. Aquello que destruye, a nosotros nos da forma, pues somos sus hijos." Refuerzo de Vacío: Lección: "No temas la Luz y su calor. Sufres por ella, pues te reconoce como un peligro. El corrector del desequilibrio cósmico. Para aquel que vive en el privilegio, la igualdad se siente como opresión." Zarcillos Oscuros: Lección: "Aceptarás mis dones y les darás forma. Y en su forma encontrarás belleza, y tus enemigos, muerte. Y con el tiempo, tu y yo seremos uno en La Sombra." El Poder "El fuerte doblega. El débil cede. ¿Pero el Poderoso? El poderoso da forma al destino." Rango Aprendiz (Dificultad 12): Corromper Agua: Lección: "Uno ha de comenzar con lo fundamental. Con lo que nutre, riega y alimenta. Vulnerable. Es una declaración de intenciones. Cambia eso, y cambiarás el mundo."
  15. Historia Nacida en una pequeña aldea de apenas veinte casas, cien habitantes, quinientas ovejas y treinta reses, la juventud de Matilde pasó sin pena de gloria como muchos otros habitantes de las regiones del norte del norteño Reino de Lordaeron, el norte del norte como lo llamaban algunos, sobre todo de manera despectiva. Con seis años ya recogía verduras del huerto, con siete iba al monte a sacar a pasear a las ovejas y con once ya se dedicaba a ordeñar y trabajar en la granja familiar como uno más. Hermana de tres hermanos y cuatro hermanas, Matilde era una boca más que alimentar nacida aproximadamente en la cuarta o quinta posición jerárquica, y como tal, todos tenían que aportar su grano de arena de cara a la consecución final de todo campesino: Llegar a fin de mes sin que las plagas se le lleven a uno o el invierno le congele hasta los cataplines. La mayor de las hermanas y de todos en general se marchó cuando Matilde apenas tenia cuatro años, a servir en los ejércitos del Rey, y salvo alguna carta leída cada varios años en el hogar familiar frente al fuego chisporreante, no volvió a saber de ella. Pero parecia irle bien, casada, con hijos, buena vida. El segundo en la jerarquía, se marchó con otro mozo del pueblo tras que el padre del segundo los pillase haciendo nosequé cosas en un granero y no volvió tampoco a saber de él. Para entonces Matilde tenia unos ocho años, y siempre recordará a su hermano mayor como el que la veia como algo más que una mocosa escualiducha e ignorable. Jonás, se llamaba. Le enseñó a como lanzar una piedra para que rebote seis veces en el agua. ¡Seis! Y ni hoy en día, se le ha olvidado como hacerlo. El resto, bueno. Varios se quedaron por el pueblo, el tercero se marchó a la Iglesia, y cuando Matilde comenzó a ser consciente de su propia percepción del mundo, aspiraciones vitales, fue cuando les dijo a sus padres que su mayor sueño era marchar al sur, a estudiar magia con los grandes magos, y poder regresar luego para sacar a sus padres de la pobre vida del labriego lordanés. -¡Estás loca tú! ¡¿Sabes lo que cuesta eso tú?! - Dijo su padre -¡Pero pá...! ¡Trabajaré pa pagarmelo, mecachies en la mar! ¡Má, diselo anda má! - Dijo una adolescente Matilde a un madre que no podía si no negar, aunque con algo menos de énfasis que su padre. -Pá tiene razón hija, no nos dan los cobres para daros apenas de comer, no podemos mandarte al sur, perdónanos por favor. Este año han vuelto a subir los impuestos... -Desde ca acabao la guerra no paran de subir los impuestos... ya lo decia Pathias, a quién se le ocurre encerrar a esos demoños en vez de pasarlos a cuchillo a todos... La conversación degeneró en lo que muchas conversaciones degeneraban en esas épocas y años. Pero esas conversaciones no acabarían ahí, no. Con el paso de los años, Matilde aceptó su lugar en el pueblo, y aunque siempre tuvo la espina de marcharse al sur, la realidad es que sus padres tenían razón. Debian cuidarse unos a otros, al fin y al cabo era lo único que tenían. Y así fue como la muchacha pasó a moza y la moza a mujer. Pá y Má se hicieron ya mayores y poco a poco trabajaban menos los campos y pasaban más tiempo en casa cuidando de los nietos o los bis nietos de los hermanos que se habían quedao en el pueblo, que eran mayoría. Matilde no fue de esas, y no porque no le insistieran, pero era ella feliz sacando las vacas a pastar por las madrugadas, tirandose en la hierba a ver las nubes, llevar el grano moler al Molino junto a la molinera, comer con la familia, leer los libros que podía comprar con lo poco que podía ahorrar a algún tranfullache ambulante, cenar con la familia, ir a la posada del pueblo a beber y reir, a veces con la molinera... Una vida simple, como la de muchos otros campesinos, no podía quejarse. O bueno, la verdad es que si, si podía quejarse. Como ella, muchos otros. La pobreza, las hambrunas, y la asfixia fiscal no habían hecho si no aumentar desde la segunda guerra, y las regiones del norte, las más agrícolas, habían sido las más afectadas por todo esto. Que a semejante espolio económico se sumasen una sucesión de heladas y otros problemas no hizo si no aumentar un descontento que no hizo si no fermentar hasta que se convirtió en una putridez tóxica. Matilde los recordaba. Cuando venian al pueblo a hablar, normalmente de noche, luciendo harapos y tocados oscuros, que ocultaban sus rostros. Recordaba sus críticas a los nobles ricos, a los que se llenaban en el sur mientras ellos se morían de hambre. Recordaba como ella misma junto a su familia asentía a sus consignas, y les daba la razón. Recordaba como incluso tras que se marchasen, en el pueblo se seguía hablando de las ideas que habían traido: Un mundo más justo, donde todos fuesen iguales, donde el trabajo se valorase sin importar la posición del nacer, si no la disposición y la voluntad de cada uno. Al final, prometían lo que todos anhelaban: La libertad. Recordaba también como varios del pueblo, incluida su hermana menor y su hermano menor, marcharon junto a otros jovenes y adultos del pueblo para no volver a verlos nunca. En su día deseaba pensar que habían encontrado la felicidad y la libertad que anhelaban. Durante muchos años, sin embargo, cuando el corazón ya no le latía en el pecho, los maldeciría en sus pensamientos y en sus oraciones. Aunque al final, no podría si no llegar a aceptar que sus hermanos probablemente hubiesen encontrado la muerte bien intencionados, usados y despojados como meras muñecas de trapo, su voluntad quebrada y retorcida por aquellos carentes de respeto por la voluntad y libertad de los demás. No lloró por ellos, pues ya no podía llorar desde hacia casi una década. Pero incluso en su melancolía fruto de la nigromancia pudo notar su ánimo decaer, en aquello que ahora era el eco de la tristeza para ella. Pero fue ahí donde aprendió. Donde empezó a escuchar: Cuando dejó que su odio fluyera. Cuando permitió que la duda y la negación la abandonasen: Cuando se abrió a la tenacidad, al respeto, y al poder. Cuando por fin aceptó, tras más de una década, lo que le había pasado, lo que le había pasado a todo el mundo a su alrededor. Siempre recordará las palabras de aquel que en su día habló con ella durante meses, con la paciencia de aquel que choca contra un muro una y otra vez, sin desistir. Aquel que le ofrecería una nueva vida a aquella que no encontraba en su condición maldita nada más que tormento y lamento, más demasiado cobarde y de voluntad débil para hacer nada al respecto: "El universo no es como un rompecabezas que uno pueda montar y desmontar para resolver sus secretos. Es una realidad cambiante e incierta que varía según piensas en ella, que muta por el mismo acto de ser observado. Un hombre poderoso no es un renegado que disecciona el universo como un puzzle, examinándolo pieza por pieza y midiendo cada parte con precisión científica. Un renegado poderoso solo tiene que mirar el universo para cambiarlo."
  16. Matilde Claridge Nombre: Matilde Claridge Raza: Renegado Sexo: No quieres saberlo. Edad: 33 años antes del Salto. Altura: 1,74m Peso: 49 Kg Lugar de nacimiento: Villa Botijo del Norte, al norte de Villa Botijo del Sur, Lordaeron Ocupación: Acólito del Culto de la Sombra Olvidada Índice: Eventos masteados: Eventos asistidos: Misivas: Descripción física: La señora Claridge no destaca para nada por su complexión, no lo hizo en vida menos aun en la muerte. Su figura es escuálida, y la muerte no ha hecho si no enfatizar unos huesos que se clavan contra la piel, palidecida resquebrajada, como si deseasen salir a la superficie, faltos de aire. Costillas marcadas y largos dedos finos enfatizan aun más una apariencia cuasi esquelética, sin apenas carne, que normalmente oculta bajo oscuras y pesadas togas. Su piel sin embargo ha conseguido mantenerse relativamente bien, y no falta en demasiadas partes de su cuerpo. Su tez transmite un cansancio constante, propio de la ignominia de la no-muerte, y aunque su rostro no difiere demasiado de aquel que tuvo en vida, si que es inconfundible su estado como no-muerta. Unos grandes ojos , de aun más amplias pestañas, son el foco central de una fisionomía facial estirada, de rostro alargado y nariz de recto tabique regio. No destaca por nada más allá. Sus cabellos, que caen lacios y largos, han perdido todo color y deslustrados se deslizan grisáceos, peinados a veces minimamente. A diferencia de otros renegados, tiende a ir aseada y limpia, más por respeto a los oficios que realiza y a la decencia más común que porque realmente ella tenga necesidad. Descripción Psiquica: Matilde Claridge es una mujer relativamente joven, al menos, antes de defecar sus propios intestinos tras comerse pan infecto durante la Tercera Guerra. A diferencia de otros no-muertos, recuerda con relativa claridad, aunque no al completo, su vida antes del Salto, como ella lo llama. En su antigua vida como campesina, siempre consideró que sus agudezas mentales estaban siendo desperdiciadas en el cuidado de los campos y las vacas, más tampoco se lo cuestionó demasiado pues así fue siempre su vida. Dura, poco agradecida, de padres que aplastaron todo deseo o aspiración mayor que ordeñar a Clotilde la Vieja. Le suele gustar leer y reflexionar sobre lo que lee. Tiene una mente privilegiada que le ayuda a entender conceptos con facilidad, aunque luego tenga una facilidad considerable para entremezclarlos en una marabunta que para ella está clara como agua de manantial, pero cuyos labios no suelen encontrar la manera más adecuada de transmitir, habilidad que busca constantemente mejorar en su labor como predicadora del Culto de la Sombra Olvidada. Tiene un humor algo fantasioso, que rara vez entiende nadie más que ella, y no le cuesta tomar confianzas con los demás, cosa que en la nueva sociedad renegada le ha ocasionado más de una golpiza, sobre todo por aquellos contrarios al Culto de la Sombra Olvidada.
  17. ΣƧQЦΣMΛƧ Y ПӨƬΛƧ DΣ ΉΣPΉΛƧƬIΛ GЯӨПDӨƬƬIЯ GЯΛZZ'ΛVӨЯ Las Hojas del Sacrificio son la posesión más preciada de cualquier artesano o maestro de la ruina de los enanos oscuros. Llenas de inscripciones antiguas como la montaña, son usadas en los rituales de extracción del alma que a futuro, dará poder a los golems de guerra de los Hierro Negro. "Lo único que pude rescatar de los talleres de mi clan antes de huir de allí. Debería haberla recibido como regalo, con todos los honores, una vez mi instrucción estuviese completa. La habría blandido. La primera de muchas veces, y el primero de mis golems se habría alzado, orgulloso. Pero todo eso se ha ido al traste. ¿Qué hago ahora con ella? Tengo las bases, pero las sutilezas se me escapan. Me arde el pelo solo de pensar sobre ello. ¿Qué es una herramienta si su artesano no sabe blandirla? Algo inútil. Necesito encontrar a alguien que entienda sobre las almas. Tal vez con su dominio y mis conocimientos, pueda replicar las artes de mis antepasados y maestros... tal vez... ¿Pero como podría confiar en un hechicero de tres al cuarto? Son cobardes y engañosos por naturaleza. Y sin embargo, tengo que hacerlo. No me queda otra alternativa." ΣПᄃΛЯGӨƧ El Pirata: Ciento veinte planchas de hierro para reparación en alta mar. A entregar en dos semanas. "Patán y rufián. Pago por adelantado a desgana." 170 cobrizas. ---------------------------------- La Elfa: Un candado de hierro. A entregar en un día. "Orgullosa y expuesta. Extraña en el lugar." 30 Cobrizas. ---------------------------------- El Enterrador: Una pala afilada. A entregar en un día. "Siniestro y aparentemente inofensivo. Oculta algo." 40 Cobrizas.
  18. Galas

    [Ficha] Hephastia

    Nombre: Grondottir Atributos 8 Físico 5 Destreza 6 Inteligencia 8 Espíritu 6 Percepción Valores de combate 32 Puntos de vida 32 Mana 8 Iniciativa 12 Ataque CC (Martillo de Guerra) 9 Ataque CC (Martillo de Mano) 9 Defensa Habilidades Físico 3 Atletismo 4 Martillo de Guerra 1 Martillo de Mano Destreza 1 Escalar 4 Defensa 1 Lanzador Inteligencia 2 Arquitectura 1 Artillería (Cañones) 1 Leyes (Honor Enano) 1 Religión (Culto de la Llama Hierronegro) 2 Conocimientos/Historia (Clanes Enanos) 4 Herrería Espíritu 2 Voluntad Dificultad 12: 2 Introspección Espiritual Dificultad 14: 4 Arma Muerdepiedras 2 Arma Lengua de Fuego Percepción 1 Advertir/Notar 1 Buscar 1 Comercio 1 Etiqueta 2 Reflejos 1 Música (Acordeón) Escuelas/Especializaciones Chamanismo: Mejora (Fuego y Tierra)
  19. Historia Los muros de Dun Skygge se alzaron siempre altos y orgullosos en las cordilleras del norte de la Garganta de Fuego, allá donde las tierras de los enanos oscuros terminan, y tras pasos montañosos y fortines con banderas de media docena de colores, en pie o en ruinas, dibujan una frontera de tensión constante entre ambas etnias de enanos. La Montaña Sombría, como se la conocía, era una ciudad de artesanos e industrialistas, de hechiceros y adeptos de las artes antiguas, orgullosos artesanos y leales hierro negro. Como la gran mayoría de las ciudades del norte del Imperio de los Hierro Negro, Dun Skygge estaba vinculada a la Liga del Torio, una de las diversas ligas de fortalezas y ciudades hierro negro, una suerte de comunado o alianza política y cultural, que conformaban grupos de presión en el gran Senado de Forjatiniebla para hacer frente a otras Ligas y ciudades hierro negro, pues como todo enano sabe, la industria y el buen trabajo requiere de una recompensa justa, y ningún hierronegro que se precie permitiría que otras ciudades se llevasen las empresas que a ellos les corresponden. Es en esta ciudad que existia y proliferaba el Clan de los Quiebraesquistos, un clan menor de los Hierro Negro, de relevancia media en la fortaleza. Conocidos por su templanza y frialdad, siempre habían sido artesanos y herreros sin parangón, pero si en algo destacaban, era por su gran maestría en la forja de los golems de guerra enanos. Si por algo destacaban sus ejemplares, es que a diferencia de los constructos hechos en las regiones del sur del Imperio, no usaban almas débiles de esclavos malnutridos para ser potenciados, pues tan al norte del Imperio, el acceso a mano de obra esclava, fuese humana, gnoll o trol, era mucho más escasa y valiosa. No, sus golems se alzaban como constructos de guerra letales, potenciados por leales guerreros del clan, normalmente aquellos que habían recibido heridas demasiado graves en la batalla, y ya no eran capaces de seguir luchando. Un gran ritual, y un entierro honorífico se les concedía, antes de renacer en un nuevo armazón de hierro y roca mágica. Un honor. Un honor sombrío, pero un honor pese a todo. Cuando la guerra estalló, los Quiebraesquistos se vieron atrapados tras las lineas enemigas. Dun Skygge, como ciudad de la Liga del Torio, declaró su lealtad a la causa de Moira Thaurissan, pero los Quiebraesquistos siempre habían sido firmes creyentes y seguidores de las filosofías de los hierro negro más tradicionales. Los Hierro Negro, incluso aquellos más afines a las nuevas corrientes de pensamiento pregonadas por su Emperatriz-Regente de sangre barbabronce, son un pueblo despiadado. Todos sabían las verdaderas lealtades de los Quiebraesquistos. Y ni los golems de guerra más fuertes de todo el Imperio fueron capaces de proteger a su clan de las repercusiones. Cazados, ejecutados, o encerrados la mayoría, algunos renegando de su familia y abrazando la nueva corriente, fuese para salvar al pellejo o por convencida convicción, daba igual. ¿Entre todos ellos? Una fugitiva. Escapada con poco más que una daga ritual y un martillo, regalo de su fallecido padre. Abandonar el hogar nunca es fácil, pero aun menos lo es cuando te han obligado a hacerlo. Hephastia se lanzó a la vida que muchos de sus hermanos habían hecho antes que ella, pero no lo hizo por ganancia propia, por afán de ver mundo, o por deseos de oro y fama. Ella lo hizo por una promesa. Y un Quiebraesquistos nunca rompe una promesa.
  20. Hephastia Grondottir Nombre: Hephastia Grondottir del Clan Quiebraesquistos Raza: Enano oscuro Sexo: Mujer Edad: 71 años Altura: 1,43 M Peso: 83 Kg Lugar de nacimiento: Dun Skygge, Garganta de Fuego Ocupación: Estudiante Rúnica y Herrera Índice Eventos Masteados Eventos Asistidos Mísivas Descripción física Los fuegos de las forjas han dado una forma cincelada al físico de esta corpulenta enana de piel cenicienta. Alta, para lo que es una enana y ancha , es más densa que el mazapán. Hephastia es una mujer madura, con una expresión severa enfatizada por unos tatuajes de tinta negra que contrastan con una tonalidad relativamente pálida. Sus ojos arden con las ascuas de la forja, con unos tonos que varían del rojo incandescente al grante más oscurecido, y unos irises apenas visibles de brillante naranja con puntos blancos. Una nariz recta y chata, le da un aspecto regio a la silueta de su rostro, acompañado por una larga melena de cabellos oscuros, que a veces palpitan con el propio fuego que late en sus venas. Descripción psicológica Esta enana es una tradicionalista criada en los antiguos métodos de los Hierro Negro. Es una mujer leal, firme en sus creencias, poco dada a los arranques de furia o a dejarse dominar por las emociones. Para la fama de su raza, suele mostrarse relativamente fría, distante incluso, aunque aquellos que la conocen pueden corroborar que... efectivamente, es así siempre. Adepta de las artes de su pueblo, su obsesión es su obra y su trabajo, y su obra y su trabajo es la herrería, herencia familiar, más especialmente vinculada a la creación de todo tipo de retorcida maquinaria de guerra, especialmente los afamados golems de los enanos oscuros. Fiel seguidora de la religión de su pueblo, el Culto a la Llama, heredó de su linaje familiar la senda del Maestro de las Runas, guerreros cuasi monásticos que dominan la magia de los volcanes. Poseedora de un humor bastante básico, que saca a relucir bajo los efectos del alcohol, desprecia todo lo que no es un enano, aunque por contextos vitales se vea obligada a moverse entre ellos, pese a que a su vista, todos estarían en mejor posición de tener unos grilletes en las muñecas, y minando en las canteras de su pueblo.
  21. Galas

    [Ficha] Ludoveca Zamenhoff

    Nombre: Ludoveca Atributos 5 Físico 8 Destreza 6 Inteligencia 5 Espíritu 9 Percepción Valores de combate 20 Puntos de vida 24 Mana 11 Iniciativa 10 Ataque a Distancia (Arco corto) 10 Ataque CC Sutil (Cuchillo) 10 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo Destreza 2 Cuchillo 2 Escalar 2 Defensa 1 Robar bolsillos 2 Sigilo 2 Trampas/Cerraduras Inteligencia 1 Fauna (Mamíferos) 1 Supervivencia 1 Conocimientos/Historia (Folklore Gilnea) Espíritu Percepción 1 Arco corto 2 Advertir/Notar 2 Buscar 2 Rastrear 2 Reflejos Escuelas/Especializaciones Aptitudes de combate: Aptitudes diestras: Aprendiz: Recuperación Rápida
  22. Historia ¿Mi historia? Mi historia no podía ser más irrelevante, muy parecida a la de otras tantas mujeres gilneanas cuyos huesos acabaron sirviendo de abono para los hongos en los húmedos bosques, sin que nadie las recuerde. Pero asumo que me obligarás a contarla para poder pasar. ¿Verdad? De acuerdo, de acuerdo, procedamos entonces. Iré por partes, intentemos estructurarla para que sea más fácil de entender, pero ya auguro que aquí no leerás de grandes epicidades, de habilidades extraordinarias, o de hazañas de guerra, todo ello convenientemente olvidado justo antes del punto final de mi relato. No, mi historia empieza con una madre desangrándose como una mala puerca cuando me dio a luz, enterrada antes de que su hija pudiese ser siquiera bautizada. Eso dejó a un padre solitario a cargo de una hija, al menos tuvo suerte, y solo tenía que ocuparse de una boca. Pero la vida en las cordilleras del sur, en la península de Gilneas, no es tan sencilla. A mi padre apenas lo ví hasta que cumplí los siete años. Él vivía en el bosque, en una cabaña, y cazaba en los bosques de la ciudad pagando los impuestos pertinentes. No podía estar cuidando de una recién nacida , así que me crié junto a otros tantos muchachos , en comunidad, junto a las matronas de una aldea cercana llamada Brehmen. No recuerdo mucho de esa época, salvo que solíamos corretear por las calles embarradas, tirar piedras a los gatos, y hacer carreras sobre los gorrinos antes de que el ganadero, un anciano de muy mala uva nos cogiese y nos zurriagase las posaderas con su palo como si fuésemos uno de sus cerdos. En cuanto cumplí los siete años mi padre vino a recogerme. No es que no me visitase antes, solía venir un par de veces por semana, pero ahí fue cuando me llevó a vivir con él en la choza del bosque. Al principio estaba muy triste, dejé mi vida y mis amigos atrás, pero al final me acostumbré, pues solía regresar una o dos veces a la semana a la aldea a por enseres o para vender lo que íbamos cazando. Claramente al principio no hacia nada más que corretear detrás de él por los bosques, poner trampas de mala manera e intentar aprender lo que pudiese, fue ya con doce años aproximadamente, pues si he de serte sincera no recuerdo cuando nací, que empecé a tener fuerza suficiente para usar un arco. O eso quería pensar yo, verás, siempre he sido bastante debilucha, y me pasé más tiempo enferma que sana, aunque a mi padre nunca le dejó de sorprender que siempre sobreviviese a todas esas enfermedades, pero claro, pasaron factura, tengo entendido que un niño tiene que comer bien y estar calentito para desarrollarse como debe, pero bueno. ¿Qué soy, una señorita de ciudad? En resumen. La vida era dura, simple, jodida, vamos. Pero tampoco era la gran cosa, no podía quejarme, poca gente al menos que yo conociese vivía mucho mejor que yo, así que, ya ves tú. Lucecita Lucecita déjame como estoy. Por desgracia la Santa Luz no parecía con ganas de dejarnos como estábamos y entonces pues que te voy a contar, empezó la guerra civil. Por suerte en las regiones del Sur no es que llegase mucho conflicto, al menos no que yo me enterase, y nuestra vida siguió más o menos normal, lo único que cambió fue que algunos chavales jóvenes y amigos míos marcharon al norte, a buscarse los cuartos en la guerra para dejar de ser granjeros, panaderos o recogeboñigas. No volvió ninguno, no se si porque murieron o porque encontraron ya pareja allá al norte y se quedaron a vivir. Me gusta pensar que fue lo segundo. Pero eso no fue el problema. Por aquella época yo ya llevaba sangrando un par de años asi que ya me iba tocando hacer algo útil y empezar a parir la siguiente generación, que cada año los inviernos eran más duros y hacían falta más manos que poner a trabajar, así que mi padre con premura y mucho avispamiento arregló un matrimonio junto a su hermano, y sin más que unas tres o cuatro citas, para al menos hacer el paripé de un cortejo, pues me casé con mi primo. No es que yo fuese un bellezón, pero la verdad es que el mamón parecía una zarigüella que había aprendido a caminar, menudos morros que se gastaba, y vaya dientes pequeñitos y afilados. Que poco le gustaba que le llevase casi dos cabezas, pero bueno, he de decir que una vez empecé a conocerle, pues bueno, tampoco estaba tan mal. ¿Sabes? No es que nos casásemos por amor ni nada de eso, pero ya que nos íbamos a pasar toda la vida juntos, pues mira, al menos intentar llevarnos bien. Nos mudamos a una cabaña allí en el bosque, algo lejos de donde nuestros padres, y nos ganamos la vida pues como siempre habíamos hecho, cazando pequeños animales, con trampas y esas cosas. El único problema es que eso de poner a caminar a la siguiente generación pues era un tanto difícil. Ya os he dicho que mi salud era como era, y digamos que su longaniza parecía de esas baratas que tienen más serrín dentro que carne, así que fue bastante complicado. Tampoco es que ninguno de los dos estuviésemos compelidos a intentarlo muy a menudo, el hambre ,el frío y el trabajo quitaban mucho tiempo. Al menos, y esto lo descubrimos unos meses tras habernos ido ya a vivir solos, cerca de donde nos habíamos asentado resulta que había una choza de... eh... Brujas de la Cosecha, sí. Gente bastante siniestras, de hecho más de una vez me dijeron que yo me parecía a una, siempre tan descuidada y uraña, pero yo me reía, menudos palurdos, como iba a ser yo una de esas Brujas. Alguna que otra vez les llevamos pieles o carne y nos dieron algún potingue, y sinceramente, rara vez me encontraba tan bien como cuando me bebía sus pócimas, así que por mi parte me alegraba de su presencia ahí. No tanto mi marido, que siempre se santiguaba y se pasaba el día quejándose y diciendo que algún día se vendrían por la noche a nuestra casa a sacrificarnos y beberse nuestra sangre, pero yo le decía que a él ni muerto en mitad del bosque los animales se le acercarían pa' comérselo. Ay que equivocada estaba. Fue hará unos cuatro años , no voy a olvidarme. ¡Alegría, alegría! Al final el renacuajo había encontrado el camino por la ciénaga y se estaba convirtiendo en rana. Y voy a serte sincera, se sentía bien. Hasta parecía que tenia más salud, empecé a coger algo de carne, y oye, hasta el ánimo de mi marido había cambiado, que servicial, parecía todo un caballero de ciudad, reconozco que en esa época hasta le veía con otros ojos, y bueno, digamos que en nuestra casita la temperatura solía estar más alta. Pero ah. Las cosas buenas no están destinadas a durar, eso es algo que mi padre me enseñó bien, la vida es una carrera de fondo, los tiempos felices son los pequeños descansos que nos da, pero escasean. Fue una noche, yo ya tenía una buena barriga, lo cual probablemente me hiciese aparentar un palo con una uva pegada, pero oye, yo me veía estupendísima. Mi marido se había ido a cazar, pero no volvió. Ni esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente. Volvió al tercer día, más limpio venia, y con ropa nueva. Y yo. "¿Pero oye y eso, pero de donde vienes?" y él que no, con evasivas, preguntando por mi, cambiando de tema. Aunque se le veía muy nervioso. Pero bueno, yo me alegraba de que hubiese vuelto porque ya me estaba temiendo que se hubiese despeñao por un barranco o que se hubiese encontrado a un Ettin y se lo hubiese zampado, que ya era invierno, y bajaban de las montañas heladas a buscar comida a los bosques. Pero no, no era nada de eso. Ya por aquel entonces venían rumores del norte, y no de tan al norte, y la verdad es que desde hacía unas dos semanas que habíamos empezado a escuchar unos gritos en la noche, en el bosque, como perros pero más graves y fuertes. A mi no me sonaban a nada que hubiese escuchado nunca, en el pueblo dijeron que eran una clase de animal muy peligroso, pero bueno. Teníamos más bien poco sentido y pensamos que con repartir antorchas alrededor de la cabaña no se acercarían. Relativamente hablando pues teníamos razón. No iban a entrar animales de fuera. Pero eso no significaba que el peligro no se metiese dentro. Lo recuerdo perfectamente, fue al segundo día de haber aparecido, ya el anterior se había pasado más tiempo en el bosque que en la cabaña, pero estaba muy loco, recuerdo que como estaba ya alto torpe se me cayó una sartén mientras hacía la comida y se puso como una fiera, incluso me levantó la mano, cosa que no había hecho nunca. No me golpeó claro, porque sabía que si lo hacía le iba la otra sarten a la cara, pero que se fue corriendo pidiendo perdón. Ay, pero al segundo día. Estaba yo cenando tranquila cuando de golpe entra, ni abrió la puerta, se tiró contra ella. Estaba gritando, con las manos en la cara, y yo claro me levanté con la cuchara de la sopa en la mano, asustada. Intenté acercarme a él para ayudarle pero solo me empujó, diciéndome que me fuese, que corriese, que estaba mal, que me iba a hacer daño. Y yo claro, pues en esos momentos una no reacciona y estuve ahí más tiempo del que debí, pensando en ayudarle. Cosa de la que nunca dejaré de arrepentirme. Mi marido estaba ahí, y un momento después, ya no. Vi como empezó a retorcerse y a gritar, vi como se rompía su ropa, como se le salían los huesos de la espalda, y no vi más porque en ese momento algo hizo crack en mi cabeza y tuve la suficiente inteligencia para echar a correr. Corrí, corrí, corrí por el bosque, tropecé, apenas veía por donde iba porque no paraba de llorar y las ramas me golpeaban la cara. Lo peor es que lo escuchaba. Escuchaba eses ruidos que había escuchado durante semanas, pero mucho más cerca. Escuchaba la madera crujir bajo sus garras, escuchaba su respiración, pesada. Mi corazón latía, tanto que pensé que me iba a explotar, y por una vez sentí lo que debían de sentir los conejos cuando iba detrás suya, con el arco. Pero que iba a hacer yo, con mi vestido, ya roto, embarrado, corriendo, llorando. Pues al final pasó lo que tenía que pasar, tropecé y apenas siquiera llegue a ver como se me tiraba encima la bestia que antes fue mi marido. Rode por el suelo, y sentí un dolor enorme, más del que había sentido nunca, pero en ese momento no identifiqué lo que era. Escuché un disparo creo, pero la verdad es que no recuerdo muy bien lo que pasó en ese momento, yo solo me levanté y seguí corriendo, y mi marido dejó de perseguirme. No se si suerte, instinto, u alguno de los espíritus de los que tanto hablan, pero corrí y corrí, sin saber a donde me llevaban mis pasos. Cuando no pude correr, caminé, y cuando no, gatee. Ya se me habían pasado las fuerzas del miedo, y ya hacía unos minutos que me retorcía de dolor, y no era yo la única, con la mano en mi vientre hinchado, que sangraba a mares, el malnacido de mi marido, ay, qué había hecho. Llegué a ver como se me acercaba una figura envuelta en plumas y pieles, pero tras eso perdí la consciencia. Las brujas me salvaron la vida esa noche. Por desgracia, solo pudieron salvar una. Tras eso estuve varias semanas allí. La verdad es que en ese momento solo me quería morir, y por poco lo consigo, pero si yo era terca, mi curandera aun más, y no dejó que se me llevasen los malos pensamientos. Ella me hablaba, me contaba sus cuentos y sus historias, yo ni le hacía caso, pero mientras me concentraba en ignorarla reconozco que no pensaba en lo que me acababa de pasar. Al final conseguí recuperarme, aunque el último regalo de mi marido lo llevaría siempre conmigo en el vientre, el cual se había quedado plano. Horriblemente plano. Me fui de la cabaña de la Bruja, pero realmente no me alejé mucho durante demasiado tiempo. ¿Qué iba a hacer? No iba a caerme muerta, pero sinceramente, la idea de volver a los bosques no me atraía mucho, pero no sabía hacer otra cosa. O bueno, sí. Verás, la guerra, los monstruos estos, huargen... muchos años de desgracia, pero sobre todo de muerte. ¿Y sabes que ventaja tienen los muertos? Que no necesitan nada. Sí, lo se. Que sacrilegio, pero mira. Una tiene que vivir de algo, y la caza había prácticamente desaparecido, así que... empecé a viajar. Cometí el error de novata de esperar a que acabase una de esas batallas campales que tenían los... rebeldes contra los que no eran rebeldes, para luego acercarme a robar botas y cosas así de los soldados, pero claro, no fui la única que pensaba tal cosa, y por poco no salgo viva de ahí. Así que cambié de idea, y me fui a por otros objetivos más sencillos. Los muertos que ya estaban enterrados y santiguados. Reconozco que las primeras veces lloré, lloré mucho, y vomité. Pero cuando empezaba a ver más dinero del que había visto en mi vida, y hasta comprarme ropa buena, pues bueno. Algo ayudó. Aunque si he de serte sincera, tratar con los muertos te cambia. Aun no lo se bien, pero lo se. Pero con el tiempo la verdad, es que volví al sur. Había aprendido a hacer unas cuantas cosas más, pero lo que me seguía llamando eran los bosques. Ahora hay guerra, dicen. Bueno, más sufrimiento, no es nada nuevo. Al menos dicen que los soldados de más allá del mar tienen botas de buena suela.
  23. Ludoveca Zamenhoff Nombre: Ludoveca Zamenhoff Raza: Humano Sexo: Mujer Edad: 32 años Altura: 1,83 M Peso: 56 Kg Lugar de nacimiento: Brehmen, sur de Gilneas. Ocupación: Saqueadora Índice Eventos Masteados Eventos Asistidos Mísivas Descripción física Ludoveca, también llamada Ludovica, Lula, Lulu, es una mujer enfermiza, de complexión fibrosa, estirada, de costillas y homoplatos marcados, rostro consumido y pómulos prominentes, no por estructura ósea armónica, si no por los huesos que se marcan. Carece prácticamente de carne en cualquier parte del cuerpo. Su cabello es de un color rubio desgastado, feo, que deja crecer hasta los hombros, desgreñado. Carece de cualquier clase de brillo o belleza pues no tiene ni tiempo ni recursos para ello. Sus uñas suelen estar manchadas, rotas y con tierra bajo ellas, de manos callosas y dedos largos, finos y huesudos, de nudillos desgastados. Su rostro conserva cierto porte regio, roto por numerosas pecas en las mejillas y sobre la nariz, que enmarcan unos grandes ojos de un color azul intenso, que se mantienen siempre en un estado de cansancio, entrecerrados bajo unas cejas de un color más oscuro, casi marrón, en contraparte a su pelo. Su dentadura se mantiene blanca, y por suerte conserva todas las piezas, aunque sus dos dientes frontales superiores, las paletas, son más grandes que la media, y para más inri, se encuentran sensiblemente separadas, razón por la cual suele evitar enseñar los dientes, que esconde tras unos labios finos, pálidos como su piel, y cortados por el frío. Su piel está limpia de marcas, salvo por una horrible cicatriz de zarpazo en el vientre. Descripción psicológica Esta mujer carece de educación superior y de escrúpulos intrínsecos. Criada como mujer de campesino, no sabe leer ni escribir, y se ha ganado su vida cazando ratones y liebres en los bosques. Su carácter es bastante apático y ácido, no suele empatizar mucho con los demás, y tiende a valorar su propia y mugrienta supervivencia. No es especialmente cobarde, pero carece de cualquier clase de motivación que la lleve a ponerse en peligro, por lo cual tiende a evitarlo siempre que es posible. Pocas virtudes tiene esta mujer, o al menos, rara vez se ve dispuesta a hacerlas públicas. Su acento es fuerte, y habla mal, razón por la cual se esfuerza en mantener cierto porte y ocultar su acento con una marcada forma de hablar,muy formal, que la obliga a hablar lentamente, a veces aparentando cierta estupidez que contrasta con su rápida agudeza mental, su única cualidad destacable.
  24. Aptitudes y Magias Sacras de Lady Azálea Belore'zaram A resguardo, siempre fiel apoyo moral a su cadera, no es más ahora que una reliquia oculta en su hogar. Y sin embargo, este pequeño libro, viejo y de apariencia inocente, contiene en él toda la sabiduría, experiencia, y poder recabado por la elfa en sus años de servicio. Rezos, historias, moralejas y anotaciones propias añadidas, un tomo cuyas páginas ha ido llenando año tras año. La más importante, la primera de todas, la que siempre ha llevado más cerca de su corazón, que en severo contraste con el resto del serio y religioso texto, no era más que una misiva , en cuya parte trasera, alguien, probablemente un niño pequeño, había realizado un garabato sin talento alguno. Escuela de la Reprensión: El Justo castigo de los Oscuros. "La venganza nunca puede ser parte de nuestro deber. Si dejamos que nuestras pasiones se conviertan en sed de sangre, seremos tan viles como los orcos" - San Uther el Iluminado Rango Aprendiz (Dificultad 12): Reprender esencia: Nivel: 1 Reflexión: "La manifestación más pura y primigenia de la Luz Sagrada en su faceta ofensiva. Y la más complicada, pues preparar la mente para darle este uso a la luz requiere de gran condicionamiento. Algo se rompe en nosotros cuando aceptamos que la bondad y el amor no son suficientes para proteger la vida. Ni siquiera uno de un origen superior como lo es la Luz Sagrada. Cada vez que la usamos para dañar y matar, es imposible no sentirte como un transgresor." Rango Formado (Dificultad 14) Toque de Luz: Nivel: 2 Reflexión: "Hay algo característico cuando puedes observar directamente al rostro al receptor de tus artes. Convocas la Luz, y la carne arde. Ves el horror en las bestias no-muertas, un dolor indescriptible que por un segundo les hace volver a sentirse vivos en su manera más primitiva y salvaje. No hay mayor crimen en esta vida que el de la Nigromancia. Corrompe la carne, y en el proceso, condena al alma a una existencia de dolor, incluso de parte de aquellos que desean purificarlos y liberarlos. Tal vez por eso los no-muertos pelean con tanta ferocidad." Imbuir arma: Nivel: 1 Reflexión: "Me pregunto qué pensarían los sacerdotes y sanadores que durante milenios nos precedieron, si viesen el como empleamos la Sagrada Esencia en el presente. Nos justificamos. En sus épocas no existía tanta oscuridad. Eso nos repetimos. ¿Pero es realmente cierto? Cuando veo a los ojos a mis hermanos en la Orden, no veo en ellos las mismas dudas que a mi me asaltan." Escuela de la Protección: El Baluarte de los Inocentes. "Allá donde exista la fé, siempre perdurará la esperanza" - Velen, Profeta del Pueblo Draenei Rango Aprendiz (Dificultad 12): Proteger esencia: Nivel: 1 Reflexión: "Jamás he tenido afinidad por las aplicaciones defensivas de la Luz Sagrada. Tenía demasiada ira dentro. Demasiada convicción en la vía del castigo. En el destino manifiesto de nuestro pueblo. Debíamos sufrir, para recuperar la gloria de antaño, y volver a la recta senda. Y creímos volver. Pero ese sueño se ha acabado. Y así como mi furia se desvanece, ya solo siento la apatía que precede a la derrota."
  25. Había sido una caza exitosa. Dos pequeños diablos verdes, responsables de la destrucción de las tierras ancestrales de su pueblo. Su clan se moría. Expulsados de sus terrenos de caza por los orcos. Robados sus aquíferos subterráneos por los tauren. Los centauros, quemaban sus zarzas de espinas, y los goblins vaciaban las montañas y tierras pantanosas donde estas crecían en busca de ese liquido oscuro y apestoso que tanto preciaban. ¿Qué podían ellos, salvo derramar sangre, y clamar a los cielos, por el regreso de su Gran Padre? Luchar. Luchar y morir, sin ceder, como siempre habían hecho. Contra las cuerdas, los jabaespines nunca se rendían. Y no se rindieron. Lucharon hasta el fin. Pero no fue suficiente. Nunca parecía ser suficiente. Y como su Gran Padre había hecho hacia más de diez mil años, solo les quedaba morir. Morir, y que su sangre se hiciese una con la tierra.
×
×
  • Crear Nuevo...