Gavind informa a sus compañeras de viaje de lo que ha averiguado: siguiendo un camino zigzagueante que trepa por un risco, ha podido ver a un orco sobre un lobo llegar a un poblado ogro y recibir obsequios de sus habitantes, así como a dos elfos con vendas en los ojos y torso descubierto repleto de tatuajes oscuros que pudo reconocer como runas demoniacas. Los elfos se enfrentaron a los ogros, pero su superioridad numérica terminó por imponerse, si bien uno de ellos logró escapar, el otro fue arrojado como alimento a los cerdos que poblaban las pocilgas.
El grupo decidió que podrían acercarse al campamento ogro, que podría haber algo de interés en él, como libros con conocimiento profano entre los obsequios entregados al orco, lo cual significaba que esos ogros debían tener más en su poder, seguramente sustraídos a viajeros y aventureros que caían en sus manazas al pasar por el Paso.
Tras recoger el campamento, escondieron el carromato tras unas rocas, tomaron los caballos y Gavind invocó a Cólera, su corcel demoniaco, guiando a las dos féminas hacia el poblado ogro. Poco antes de llegar al poblado, junto a un árbol carcomido, casi petrificado, encontraron el cuerpo de la elfa que había logrado huir, siendo devorado por abundantes arañitas... del tamaño de perros. Al dar muerte a una de las crías, sus gritos atrajeron a la madre, que emergió del tronco acompañado del resto de su prole... una docena de esas criaturitas...
Mientras Marielen, Gavind y Cólera se encargaban de esas criaturas repugnantes que no paraban de emitir chillidos y castañeos intentando devorarlos, Nirimie hizo lo más respetable e inteligente: arrastrar el cuerpo de la elfa para alejarlo del combate y robarle cuanto tuviera encima, a saber ropa, armamento...
Esperemos que comparta algo del botín...
Entrenado: