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    De la piedra al honor y del acero al valor. Nombre: Ivar Hegrundsson "Drakkigson" Lugar de nacimiento: Karak Modzhul, Pico Nidal Raza: Caledonio (Martillo Salvaje) Profesión: Matatroggs, herrero Sexo: ¿Como? Creencias e idioma: Dioses antiguos (Titanes) y los ancestros. Común-Enánico. Edad: 70 inviernos Carácter y alineamiento: Honorable-Irracional. Neutral bueno. Peso y altura: 105kg - 4'10'ft Frase: "¡Deja que te arregle esa carita con mi maza!" Descripción Física Descripción Psíquica Historia Proviniente de los pedregosos riscos y bosques frondosos circundantes a la capital salvaje de Pico Nidal. No hay momento en su infancia en el que no recuerde el gigantesco y amplio mundo dentro de las montañas, donde sus mayores se esforzaron durante muchas generaciones en tallar y estructurar la inmensa fortaleza donde se crió, Karak Modzhul. Columnas que se pierden a la vista de su inmensa altura. Pasillos estrechos que interconectan cada sector y distrito de la fortaleza. Tuneles laberinticos perfectamente calculados. Cámaras gigantescas con el pavimiento tan resplandeciente como un espejo. Minas y canteras que no conocen fin. Esa era la descripción que daba Ivar del "hogar". No hubo momento en el que no trabajase junto a su padre en las forjas para el ejercito enano salvaje. Donde desde la infancia, Ivar ya poseía un afán y admiración por la metalurgia enana. Su familia confeccionaba dia y noche armas y armaduras para los guardianes de las camaras de la fortaleza, poderosos guerreros de capacidades inhumanas y relatos épicos. Simplemente lo adoraba. Pero es de lo poco que logra acordarse el enano. Suele pintarlo como un lugar mágico y encantador, el hogar es el hogar despues de todo. Pero en algún punto de su vida, algo se torció. No lo reconoce, ni habla de ello. Se excusa con las manchas borrosas del pasado. Pero sus compañeros saben que guarda algún motivo oculto que justifique la peor de las desdichas para cualquier enano que merezca llamarse cmo tal. El destierro. De su clan, Ivar solamente le quedaba el apellido, con el que habia luchado con uñas y dientes para que no se lo arrebataran. Fuese lo que fuese lo que habia hecho, tenía con vagar con la carga y la deshonra de ser un exiliado de su propia gente. Algo que a dia de hoy, tras tanto tiempo, sigue vigente en sus pensamientos. Durante un tiempo, logró encontrar un oficio en la capital Barbabronce, donde las fraguas enanicas expulsaban humo y gases desde el interior de la montaña dia y noche. Pero un herrero con tan poco conocimiento como él no era rival para sus compañeros reconocidos por su maestria. Tuvo que buscar refugio donde otros no se hubiesen atrevido. Ya fuese entre los prádos nevados de Dun Morogh o los infestados valles de Loch Modan. En algún momento de su vida, por necesidad, tuvo que pasar de forjar armas y armaduras a portarlas y blandirlas. Y al fin pareció encontrar futuro en algo. Pues aunque joven e inexperto, Ivar contaba un talento natural que lo inclinaba a la agresividad. Lograba desatar el caos con facilidad, a vocifeos o a puños si era necesario. Y supo sacarle un provecho. Durante mucho tiempo, viajó a las endebles tierras humanas, plagadas de amenazas bestiales y sometidas a las tiranías de sus propias gentes. Algo que desde una primera toma de contacto, causo un rechazo vomitivo en el enano, pero que tenía que aceptar despues de todo. En sus viajes, encontró una poca fortuna en las tabernas desperdigadas y horrorosamente ubicadas por territorio humano. Aunque le desagradasen, sabía que era la mina de dinero que necesitaba. Ya fuese por contratos o batidas por algún mercader o por las recompensas en las lizas mano a mano. Su nueva vida parecía prometedora, hasta el punto de fundar una banda junto a sus compañeros mercenarios bajo el nombre de "La Compañia Roja". Durante un breve período de tiempo, la fortuna y gracia les sonrieron. Al sur de los reinos humanos, lograron labrarse un nombre por su historial en combate que habian acumulado. Y fue ahí, ajeno a su compañía, donde conoció a quien sería su medio hermano de por vida. Con quien habria peleado hombro con hombro e incluso, llevar a cabo el sueño de ambos enanos, abrir su propia herreria. Bodvar Budriksson Drakkigson. Un nombre que guarda un lugar especial en el corazón del enano. Tan fuerte era el lazo emocional que habia forjado con el Drakkigson, que sobrepasaba cualquier barrera lógica o cualquier amenaza por imponente que fuese. No habia excepciones. Fue su guia y mentor durante mucho tiempo, hasta que por un motivo que a dia de hoy desconoce, sus caminos se separaron. Pero incluso sin su presencia, no iba a olvidarle. Fue el único enano que supo ver más allá del deshonor de haber sido desterrado por su propio clan. Y verdaderamente, aunque no lo demuestre abiertamente, el único que lo trató como un hermano, tanto fuera como dentro de la batalla. Hasta que en un punto, el venerable enano lo adoptó de manera no oficial dentro de su clan. Algo impensable, pero suficiente para Ivar. Poco a poco, la amenaza en el Norte se pronunciaba. Todo tipo de atrocidades eran llevadas a cabo, y necesitaban de alguien que se encargase de ellas. Y la Compañia Roja no iba a quedarse de brazos cruzados mientras la competencia se llevaba el mérito. Aunque trágicamente, no duró mucho. Fue en las colinas gélidas de Dun Morogh, bajo el asedio de los troles del hielo, donde el nombre de la Compañía Roja se sepultó entre muertos y los escombros de la fortaleza enana. El golpe fue devastador. Diezmados y machacados, los restos de la banda desertaron en cuanto tuvieron ocasión. Una vez más, Ivar volvía a quedarse solo, con una compañía vacia y una herrería que tuvo que cerrar por falta de personal. ¿Era este el final del enano salvaje? Jamás. Era el hijo de Hegrund y el medio hermano del campeón los Drakkigson. En sus espaldas recaía la única responsabilidad que se le había encomendado. Portar con honor los cimientos de su raza y blandir el acero por ella.
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    Nombre del Personaje Loggat Raza Enano Sexo Hombre Edad 150 Altura 1`50 Peso 100 kilos Lugar de Nacimiento Forjaz Ocupación Mata Trogs Descripción Física Enano promedio de musculos definidos, pesado y concentrando. Viste una armadura de malla preparada para defenderse en los estrechos tuneles, asi como un trabuco pesado con bayoneta mas parecido a un hacha de dos manos que un arma de fuego, pero con la extraña mezcla de las dos. Descripción Psíquica Loggat es un enano atrevido, impulsado por el espiritu de la aventura y una pasion sin igual por la artesania mecanica aunque por herencia no le corresponda aprender los secretos de la polvora y la mecanica. Ficha Rápida No (1000 palabras mínimo) Historia El chirrido mecanico de las poleas, el tintineo de las cadenas y el silbido de las tuberías liberar la presión procedentes de las forjas solo eran la música de fondo, un monstruoso estribillo que acompañaba a los verdaderos protagonistas de esta sinfonía, compuesta por infinidad de herreros que empuñaban sus martillos golpeando con ellos el metal , dándole una forma, significado y proposito. Aquel era el latido de forjaz y los incandescentes hornos de metal fundido su corazón ardiente. Cuando una pieza estaba acabada, el artesano la tomaba entre sus callosas manos castigadas. Los errores cometidos impresos en el metal podían ser leídos como quien lee un libro abierto o busca entre sus paginas la palabra indicada en la pagina correcta. Si la macula de la imperfección podía dejarse pasar, el artesano se quedaría con su pieza, si no... Si no, seria desechado, el objeto acabaría dentro de en una bolsa de cuero para ser arrojada a las calderas, pero si era lo suficientemente impuro como para no poder reencarnarse, su destino eran los pozos de chatarra, alli donde la luz de las forjas no llegaba. La pequeña criatura escuchó el tintineo metálico, un golpe seco precedido de otro, y luego, otro, en continuo descenso, hasta acabar rodando por el suelo entre los huesos que pertenecieron a pequeñas alimañas comunes que habitaban los túneles. El trogg sostuvo entre sus dedos largos, la pieza de lo que tal vez habría sido la empuñadura de un arma. Ante su premio caído del agujero del techo, el ser empezó a gorgotear contento ante tal regalo, colgándoselo del cinturon junto a otros tantos trozos de basura que había rapiñado. Tras varios dias deambulando por las cuevas, alimentándose del musgo que crecia en las paredes, o pudiendo hacerse con algun que otro bocado vivo, procedentes de las charcas subterráneas donde Vivian diminutas colonias de crustáceos bioluminiscentes, decidio volver a los grandes tuneles, con los suyos. El viaje le llevo un tiempo relativamente corto hasta alcanzar las galerias y dirigirse hacia lo que algunos considerarían el oeste, hasta casi llegar a la colonia, donde exhibiría su trozo de chatarra al resto. El chasquido del trabuco precedió al rugido de los cañones, la metralla serrada cerceno las piernas del Trogg, la derecha directamente se convirtió en una pasta rojiza que se derramo contra el suelo como mermelada, y la izquierda quedó lo suficientemente mutilada como para quedarse inservible. El Enano, que habia permanecido oculto en una esquina del tunel, salio de su escondite, metiendo otro cartucho dentro de su vil trabuco. El trogg se arrastro gimoteando, dejando un reguero de sangre a su paso, valiendose de sus manos para huir del pesado andar del enano. Las botas le aplastaron el pecho, reteniendolo en su sitio, y lo ultimo que vio fueron las dos bocas del cañon pegadas a su frente. Loggat apreto el gatillo tan rapido como pudo, acabando con la miserable alimaña, su cabeza acabó pintando el suelo. Suspiro algo fatigado, apoyando la espalda en la pared para abrir su cantimplora y darle un trago. Desde aqui aun se podian escuchar el lejano eco de los martillos de la forja. Tras recuperar el aliento, cargo su arma, prosiguiendo su camino seguramente buscaria alguna salida hacia el mundo exterior, dejando atras la fortaleza de su clan en las entrañas de la tierra de donde habia partido, con la promesa de volver algun dia. Al fin y al cabo un sucio mata Trogss seguia siendo un Mata Trogss fuera donde fuera.
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