Misiva sellada para Saadia de Ningunaparte

[Galas 628]

Es una mañana fría de un primer mes del año nuevo que ya llega a su equinoccio. Los críos corren agitando palos y gritando improperios unos contra otros en una guerra de fortines de nieve , donde unos caballeros, defienden a las princesas de otros, trols monstruosos. Los alrededores de la vieja ciudad de Strom son una extensión de terreno agreste y talado que crece más allá de los ríos y arrebatos que van a dar al foso que rodea la ciudad, en primavera y verano sus campos rebullen de trabajo , y los artesanos, peleteros y curtidores exponen sus materiales al sol para que las pieles tiernas se endurezcan.

Sin embargo, ahora, en invierno, la actividad es mucho menor, pues el frío no acompaña. Cerca de uno de estos riachuelos que van a dar al foso descansa, a la vera de las aguas cuasi heladas una tienda y un carromato viejo. Uno de muchos. Algunos campamentos, dispuestos por caravanas de viajeros que aun no han accedido a la ciudad, tal vez por problemas de permisos, de presupuesto, o simplemente porque prefieren descansar fuera de los muros. Este, sin embargo, pertenecía a extranjeras sí, pero más peculiares. 

De tierras más lejanas.

Y una de ellas recibiría un sobre, entregado por un joven mensajero, a los catorce veranos no llegaba, que a pie, con ropajes humildes pero de buena costura y una pañueleta ocre al cuello, la saludó formal, como el paje que era. Le entregó un sobre, que sellado con cera no indicaba quién lo había escrito. Pero la inteligente sureña no tendría problemas en intuirlo.

Al abrirlo, observó una letra que si bien legible, era de rimbombante rebuscada, de difícil lectura por un trazo que dejaba desear en su firmeza y precisión. El pergamino era de buena calidad, de un tono ocre cuasi blanco, y con un suave olor a lima u otro cítrico.

Spoiler

𝕬 𝖒𝖎 𝖆𝖕𝖗𝖊𝖈𝖎𝖆𝖉𝖆 𝕾𝖆𝖆𝖉𝖎𝖆 𝖉𝖊 𝕹𝖎𝖓𝖌𝖚𝖓𝖆𝖕𝖆𝖗𝖙𝖊, 𝕺𝖏𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝕹𝖔𝖈𝖍𝖊 𝖘𝖎𝖓 𝕷𝖚𝖓𝖆, 𝕯𝖆𝖒𝖆 𝖉𝖊 𝕬𝖛𝖊𝖑𝖑𝖆𝖓𝖆 𝖞 𝕯𝖔𝖒𝖆𝖉𝖔𝖗𝖆 𝖉𝖊 𝕱𝖑𝖔𝖗 𝖞 𝕽𝖆í𝖟, 𝕬𝖌𝖆𝖙𝖍𝖊 𝕮𝖔𝖑𝖊𝖙𝖙𝖊 𝕯'𝕿𝖆𝖙𝖔𝖚, 𝖛𝖚𝖊𝖘𝖙𝖗𝖆 𝖆𝖒𝖎𝖌𝖆 𝖞 𝖍𝖚𝖒𝖎𝖑𝖉𝖊 𝖆𝖘𝖕𝖎𝖗𝖆𝖓𝖙𝖊.  𝔇𝔢𝔰𝔡𝔢 𝔮𝔲𝔢 𝔪𝔢 𝔡𝔦 𝔠𝔲𝔢𝔫𝔱𝔞 𝔡𝔢𝔩 𝔞𝔯𝔬𝔪𝔞 𝔡𝔢 𝔱𝔲 𝔟𝔲𝔢𝔫𝔞 𝔯𝔢𝔭𝔲𝔱𝔞𝔠𝔦ó𝔫 𝔮𝔲𝔢 𝔰𝔢 𝔥𝔞 𝔢𝔵𝔱𝔢𝔫𝔡𝔦𝔡𝔬 𝔭𝔬𝔯 𝔱𝔬𝔡𝔞𝔰 𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢𝔰 𝔠𝔬𝔪𝔬 𝔲𝔫 𝔡𝔲𝔩𝔠𝔢 𝔭𝔢𝔯𝔣𝔲𝔪𝔢, 𝔥𝔢 𝔞𝔫𝔥𝔢𝔩𝔞𝔡𝔬 𝔢𝔵𝔭𝔬𝔫𝔢𝔯 𝔞𝔫𝔱𝔢 𝔳𝔬𝔰 𝔢𝔫 𝔞𝔩𝔤𝔲𝔫𝔞 𝔬𝔭𝔬𝔯𝔱𝔲𝔫𝔦𝔡𝔞𝔡 𝔪á𝔰 𝔣𝔞𝔳𝔬𝔯𝔞𝔟𝔩𝔢 𝔮𝔲𝔢 𝔩𝔞𝔰 𝔳𝔦𝔳𝔦𝔡𝔞𝔰 𝔪𝔦𝔰 𝔞𝔭𝔱𝔦𝔱𝔲𝔡𝔢𝔰, 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔮𝔲𝔢 𝔭𝔲𝔢𝔡𝔞 𝔪𝔢𝔯𝔢𝔠𝔢𝔯 𝔞 𝔱𝔯𝔞𝔳é𝔰 𝔡𝔢 𝔱𝔞𝔩𝔢𝔰 𝔞𝔠𝔱𝔬𝔰 𝔪𝔢𝔧𝔬𝔯𝔞𝔯 𝔫𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔞 𝔯𝔢𝔩𝔞𝔠𝔦ó𝔫 𝔡𝔢 𝔞𝔪𝔦𝔰𝔱𝔞𝔡. 𝔇𝔢𝔟𝔬 𝔠𝔬𝔫𝔣𝔢𝔰𝔞𝔯𝔱𝔢, 𝔮𝔲𝔢𝔯𝔦𝔡í𝔰𝔦𝔪𝔞 𝔞𝔪𝔦𝔤𝔞, 𝔮𝔲𝔢 𝔞𝔲𝔫𝔮𝔲𝔢 𝔪𝔦𝔰 𝔬𝔧𝔬𝔰 𝔠𝔬𝔯𝔭𝔬𝔯𝔞𝔩𝔢𝔰 𝔱𝔢 𝔳𝔢𝔫 𝔭𝔬𝔠𝔞𝔰 𝔳𝔢𝔠𝔢𝔰, 𝔫𝔲𝔫𝔠𝔞 𝔡𝔢𝔧𝔬 𝔡𝔢 𝔪𝔦𝔯𝔞𝔯𝔱𝔢 𝔠𝔬𝔫 𝔩𝔬𝔰 𝔬𝔧𝔬𝔰 𝔡𝔢𝔩 𝔢𝔰𝔭í𝔯𝔦𝔱𝔲. 𝔈𝔰𝔬𝔰 𝔭𝔢𝔮𝔲𝔢ñ𝔬𝔰 𝔪𝔬𝔪𝔢𝔫𝔱𝔬𝔰 𝔰𝔬𝔫 𝔪𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔞𝔣𝔢𝔠𝔱𝔬, 𝔭𝔢𝔯𝔬 𝔰𝔬𝔫 𝔟𝔞𝔰𝔱𝔞𝔫𝔱𝔢 𝔦𝔫𝔡𝔦𝔤𝔫𝔬𝔰 𝔡𝔢 𝔱𝔲 𝔟𝔢𝔫𝔢𝔳𝔬𝔩𝔢𝔫𝔠𝔦𝔞. 𝔓𝔬𝔯 𝔣𝔞𝔳𝔬𝔯 𝔠𝔯𝔢𝔢 𝔮𝔲𝔢 𝔪𝔦𝔢𝔫𝔱𝔯𝔞𝔰 𝔳𝔦𝔳𝔞 𝔰𝔦𝔢𝔪𝔭𝔯𝔢 𝔱𝔢 𝔯𝔢𝔠𝔬𝔯𝔡𝔞𝔯é 𝔢𝔫 𝔪𝔦𝔰 𝔬𝔯𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫𝔢𝔰.      𝔗𝔢 𝔰𝔲𝔭𝔩𝔦𝔠𝔬 𝔭𝔬𝔯 𝔫𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔞 𝔠𝔬𝔫𝔣𝔦𝔞𝔡𝔞 𝔞𝔪𝔦𝔰𝔱𝔞𝔡 𝔮𝔲𝔢 𝔰𝔢𝔞𝔰 𝔩𝔢𝔞𝔩 𝔞 𝔪𝔦 𝔭𝔢𝔰𝔢 𝔞 𝔪𝔦 𝔦𝔫𝔰𝔦𝔤𝔫𝔦𝔣𝔦𝔠𝔞𝔫𝔠𝔦𝔞, 𝔭𝔲𝔢𝔰 𝔠𝔬𝔫𝔣í𝔬 𝔢𝔫 𝔱𝔦, 𝔶 𝔮𝔲𝔢 𝔪𝔢𝔪𝔬𝔯𝔢𝔰 𝔢𝔫 𝔱𝔲𝔰 𝔬𝔯𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫𝔢𝔰 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔮𝔲𝔢 𝔩𝔞 𝔏𝔲𝔷 𝔗𝔬𝔡𝔬𝔭𝔬𝔡𝔢𝔯𝔬𝔰𝔞 𝔬𝔯𝔡𝔢𝔫𝔢 𝔪𝔦 𝔳𝔦𝔡𝔞 𝔰𝔢𝔤ú𝔫 𝔖𝔲 𝔳𝔬𝔩𝔲𝔫𝔱𝔞𝔡. 𝔔𝔲𝔢 𝔩𝔞 𝔡𝔢𝔰𝔢𝔞𝔟𝔩𝔢 𝔭𝔯𝔬𝔰𝔭𝔢𝔯𝔦𝔡𝔞𝔡 𝔡𝔢 𝔳𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔞 𝔤𝔢𝔫𝔢𝔯𝔬𝔰𝔦𝔡𝔞𝔡 𝔰𝔢 𝔠𝔬𝔫𝔰𝔢𝔯𝔳𝔢 𝔰𝔦𝔢𝔪𝔭𝔯𝔢 𝔢𝔫 𝔩𝔞 𝔏𝔲𝔷 𝔶 𝔢𝔫 𝔰𝔲 𝔰𝔞𝔠𝔯𝔬𝔰𝔞𝔫𝔱𝔦𝔡𝔞𝔡.

 

La misiva remata con una refinada firma en gruesa tinta, donde se podría jurar que quién ha escrito la misiva ha titubeado respecto a como hacerla, pues su forma se desvía en trazos que no llevan a ninguna parte. 

Spoiler

 

@Rolf

 

Editado January 17, 2022 por Galas

[Rolf 233]

El frio era voraz en el exterior, con el sol lanzando rayos anaranjados en el horizonte, anunciando su inminente descanso. El sonido del viento golpeaba contra las pieles y telas que conformaban la estructura de la carpa. La figura de una mujer baja y delgada apartó las pieles de la entrada, el interior estaba oscuro, lo que significaba que su hermana no se encontraba ahi, por lo que prendió unas velas para proporcionar una iluminación cálida y acogedora. La chica se descubrió la cara de su bufanda y acomodó su cabello antes de dirigirse a su mesilla con intención de hacerse un té relajante antes de acostarse. Para su sorpresa sobre la mesa había una carta, una carta dirigida a ella al parecer, pero con el sello roto, no cabia duda de que su hermana Niza habia urgado en el contenido, la privacidad era algo que no existia entre las hermanas del desierto, que tanta vida habian compartido, algo que realmente no molestó a Saadia, que dispuso el agua a calentar para su té y tomó el contenido de la misiva para leerlo con atención y tomandose su tiempo. En su primera lectura, frunció el ceño, y tuvo que leerla nuevamente, en la segunda, arqueo una ceja y se dispuso a releerla, en la tercera se frotó los ojos algo cansada, pero se permitió una tímida sonrisa. Nadie había tenido un detalle así con ella antes, ¿Así es como se siente tener amigos? El agua hirviente de la tetera llamó su atención con su burbujeo, por lo que terminó de prepararse el té, y una vez con el volvió a leer la carta pausadamente, sonriendo una vez más. Tras su lectura guardó la carta en su sobre de forma impoluta y colocó este con cierto cariño a buen recaudo en un cajoncillo de su mesita, como un recordatorio de su amiga.

Esa noche la presencia incorporea de Agathe acompañaría sus pensamientos de la forma mas inocente y positiva.