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mimbrari

Sekare

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  • Nombre del Personaje: Sekare
  • Raza: Shethrak
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 24
  • Altura: 1'98 m
  • Peso: 96 kg
  • Lugar de Nacimiento: Vol'dun
  • Ocupación: Sacerdote de Sethraliss
     
  • Descripción Física

    Piel escamosa y parda, con algunos patrones estriados en su piel. Ojos amarillo verdoso y una constitución esbelta y trabajada para el puro placer estético. Suele llevar abalorios dorados y plateados, adornados con algún toque de vidrio, decorando su corona, su cola y su atuendo. Suele mostrar una sonrisa arrogante y condescendiente, levantando su barbilla por encima de los demás.

  • Descripción Psíquica

    Arrogante, impulsivo, pomposo, elegante y sensual. Posee una total repulsión ante la crueldad desmerecida.

     

  • Historia

    Sekare nació en las calles, huérfano de cualquier nidada o comunidad, ignorante de su origen o de quienes fueron sus padres. Abandonado en un templo de Shetraliss, supo lo que era la injusticia desde que era una cría. Su ciudad era un lugar lleno de crimen donde los fanáticos y los señores de la guerra sacaban provecho. Donde los más ricos se aprovechaban de los que menos tenían. A pesar de los intentos de las sacerdotisas de llevar al joven Sekare por un camino de honorabilidad, el muchacho creció con la mala influencia de la ciudad, y con una especialidad en meter sus hocicos en asuntos ajenos. Aun así, molesto ante las injusticias, no podía pasar por alto los actos viles que presenciaba. Esta actitud engreída de justiciero hizo que se ganara muchos enemigos.

    Siempre le irritaron las normas del santuario. A pesar de la actitud paciente de la sacerdotisa, Sekare siempre la acosaba con su idealismo de justicia. Cabezota e insistente, el joven acólito solía decir que el templo hacía demasiado poco por la situación en el pueblo. La sacerdotisa le contó que su preocupación no era solo los más desfavorecidos, sino convertirse en un objetivo para los cárteles criminales, pues el templo era también donde se custodiaba la Hoja de la Segadora, una vieja reliquia del pasado, la que cuenta la leyenda que fue antaño una de las escamas que mudó la propia Sethraliss. Un arma imbuida capaz de canalizar el rayo.

    -Solo puede empuñarla el adalid de la Diosa -advirtió la sacerdotisa-. De él será el papel de purgar las sombras.

    Pero a Sekare le parecían viejas tradiciones, y tenía un punto de vista bastante firme con respecto al destino. Se había pasado la vida entera viendo cómo buenas personas sufrían un trato horrible mientras que los villanos campaban a sus anchas, sin consecuencias. Si algo como el destino de verdad existía, claramente necesitaba ayuda, una ayuda que Sekare podía proporcionar. Por varios meses planeo el robo del artefacto, aprovechando las noches para estudiar las cámaras ocultas llenas de puzzles. Finalmente, consiguió dar con el altar de la hoja.

    El arma era redonda, con una hoja de vidrio que lo cubría, adherida a un soporte plateado y con grabados exquisitos. Cuando Sekare puso sus garras sobre el objeto, la cámara se puso en su contra, desplegando con ingenio trampas de hierro y galerías colocadas cientos de años atrás. No se lo pensó demasiado y empuñando el arma destruyó los mecanismos que lo atacaban, provocando un gran derrumbe en las catacumbas. Cuando la sacerdotisa y el resto de acólitos se levantaron y dieron la voz de alarma, vieron al huidizo Sekare corriendo con un brillo cristalino a sus espaldas.

    Cuando regresó a la ciudad, Sekare se dio cuenta de que saltaba de una aventura a otra. Desde reyertas de esclavos hasta robos a corruptos, su olfato por la búsqueda de negocios turbios lo llevó a lugares que los novicios de Sethraliss solo conocían a través de historias. Su reputación, sin embargo, empezó a crecer de manera nociva. Por supuesto, en la mente de Sekare, estas historias rara vez trasmitían el verdadero alcance y la escala de sus hazañas... Pero era algo que sus perseguidores no podían comprender, y menos cuando su rival tenía un premio tan jugoso como la Luz del Segador. Pronto escapar de los acólitos del templo y de los asesinos a sueldo fue imposible, lanzados a patrullar en busca del ávido ladronzuelo. A punto de ser atrapado, una de las casas comerciales que pasaba por la región, la casa Vata, le ofreció asilo a cambio de trabajo. La casa no ofrecía siempre negocios honestos, y el trato no le agradaba a Sekare, quien había probado recientemente las mieles de la libertad, sin embargo no tenía otra elección.

    El shethrak poco a poco se fue convirtiendo en aquello en lo que había luchado, enredado en negocios prohibidos y el tráfico mercante, aun así el dinero ya no iba a parar solo a los bolsillos de sus amos, sino al suyo propio. Con el tiempo, los lujos y las comodidades que le ofrecía la casa Vata empezaron a acallar su conciencia, después de todo procuraban asignar a Sekare trabajos que no quebraran su moral por completo, pues sabían que cuando el genio de Sekare se despierta el desierto se sacude.

    Y eso es malo para los negocios.



    (Nota: El arma de Sekare "Luz de la Segadora" es meramente interpretativa. Es una reliquia que puede estar basada en un mito y la historia real es totalmente alejada a la leyenda.)

    Imagen del personaje

     

    Spoiler

    givHimC.png

     

Editado por mimbrari
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