[Historia] Kanor

[Prototaip 1.147]

Nombre del Personaje	Kanor	Peso	110 kilogramos
Raza	Draenei	Lugar de Nacimiento	Draenor
Sexo	Hombre	Ocupación	Explorador / Superviviente
Edad	125 años	Creencias	Los Naaru
Altura	2,10 metros	Alineamiento	Neutral Bueno

 

Descripción Física

Cuerpo azulado atlético pero delgado, de largo pelo atado en coleta trenzada a la espalda y dos largos cuernos que apuntan hacia arriba. Kanor siempre porta ropas cómodas y de momento no tiene una herida fea visible, quizás rasgos sobretodo en la musculatura de las piernas porqué se ha dedicado largo tiempo a la exploración y el viaje, movilizándose entre terreno abrupto. Sus pezuñas están ligeramente desgastadas por las condiciones en las que ha solido estar durante mucho tiempo, en terrenos poco cómodos.

Descripción Psíquica

Calmado y sereno, suelen ser las dos palabras que mas lo definen, Kanor es alguien que conoce que actuar de forma precipitada es una forma rápida de ir al seno de los Naaru, intentando visualizar las situaciones con tal de no perder la cabeza en ningún momento, pero es alguien novato, y la perderá al menos en sus primeros pasos. Protector con sus hermanos, apasionado de la naturaleza y de los animales, intenta aprender todo sobre ellos, el cómo actual, la flora y la fauna, cómo evoluciona, cómo reacciona, es como un puzle esperando ser resuelto. Le interesa aprender de este "Nuevo mundo" conocido como Azeroth, poco a poco y con mucha calma, queriendo conocer las diferentes razas que lo componen, aunque para su desgracia no todas están disponibles para su "estudio", la horda es la excepción. Ninguna raza de la horda es de su agrado, siente un odio bastante profundo por los orcos por lo que le hicieron a su pueblo en Draenor y a sus aliados por simplemente tener la valentía de trabajar con ellos.

 

HISTORIA

Spoiler

El sonido de las pezuñas resonaba por las piedras de Draenor, el grupo de draeneis exploradores revisando los alrededores de la ciudad de Shattrath cómo cada noche, siendo Kanor el "novato" en este caso, con sus sesenta años de edad, menudo, delgado, y siendo protegido en gran parte por el resto de exploradores más experimentados que el propio.

Una voz resonaba, era el líder del grupo, haciendo de guía:

—Nos movilizaremos por la izquierda, rodearemos la cascada, observaremos el horizonte para observar el campamento orco y nos retiramos.

Fue lo qué ordenó a lo que el resto acató, con Kanor aún nervioso por la situación, quería ver cómo operaban, sus grandes ojos curiosos revisando los alrededores, ya que parecía salir poco de la ciudad por seguridad, ya que aunque precioso, era igual de peligroso, las criaturas que puedan acechar, las plantas que se pueden o no comer, todo tenía su peligrosidad, ya alta o pequeña, pero estaba allí.

Y entonces se levantó de dónde estaba descansando y siguió al grupo de exploradores, estando en el centro por si había combate estar protegido, llegando al lugar dónde debían movilizarse a la izquierda rodeando la cascada de agua cristalina, para luego asomarse y observar un campamento orco que estaba apostado, no podían ver mucho más, solamente en la lejanía y de forma pacífica, eran criaturas de gran físico, de color verde, o eso decían los que podían haberse acercado de alguna manera alguna vez para comerciar pieles con ellos, cosa que ve muy extraña, son tan distintos y parecen agresivos, pero serán solo pensamientos suyos, quizás pueden ser aliados en un futuro, ¡el pueblo draenei los necesita después de tantos años de exilio y soledad!

"Que equivocado estaba" - Es lo que pensó en ese momento, dónde los gritos y el terror reinaba, un terror provocado por los que pensó que podría ser aliados, ahora convertidos en sedientos de sangre, cadaveres por el suelo, sangre azul manchando las paredes, niños incluso, Kanor corría, no sabía dónde estaba su familia, pero debía irse, escapar, teniendo su arco y su lanza corta mientras sus pezuñas resonaban por la piedra de Shattrath, en medio del caos, evitando los orcos que podía, solo buscaba una forma de salir, dominado por el miedo y el pavor de la injusta batalla que acontecia, bestias contra simples draenei inocentes que muchos no sabían defenderse, padres, madres, simples jardineros, todos muertos por culpa de una sed de sangre que parece que los verdes no saben controlar, sus ojos, ágiles, buscando un trozo de un callejón para avanzar y al llegar al fondo encontrarse con una figura verde, ojos inyectados en sangre, las venas marcadas en los brazos e incluso babeando ligeramente, con un hacha que con dejarla caer podría partirlo en dos, huyendo al otro lado del callejón para salir del mismo y correr por la ciudad de nuevo en medio del caos cómo muchos otros, pero con algo más de éxito.

¿Dónde estaban los Naaru? Era algo que se cuestionaba en esos momentos de terror dónde sus piernas solo podían correr correr y correr, con la suerte de encontrarse con el líder de los exploradores, el cual bien conocía por haber pasado un tiempo con el desde ese dia que salió por primera vez de expedición con ellos, le dijo de acompañarle y así hizo, ¿debían volver al Castillo de la Tempestad para huir a otro planeta, otra vez? Draenor fue dónde nació, pero conocía que no era el primer planeta, la legión ardiente siempre les perseguía allá dónde iban, y este iba a ser el primer exilio que viviría Kanor.

Siguió al líder, abriéndose paso entre orcos, con lanzas en mano listos para recibirlos, aprovechando la distancia de las lanzas para pelear con las más armas cortas de los orcos, Kanor nunca había matado "humanoides", algún animal sí, pero no se sentía igual que matar aunque fuese un orco, ya que alguno cayó, pero se sintió extraño, aunque el orco no hubiese dudado en partirle en dos.

Pasó un tiempo, ciertamente, aún ese recuerdo le acecha de vez en cuando por las noches, ese caos, esa muerte y destrucción. Se levantó de su cama del Exodar, estaba en Azeroth desde hace ya un tiempo, que es poco en tiempo Draenei, pero no para las razas que lo habitan. Al levantarse se estiró y revisó su equipamiento antiguo de Draenor de explorador, apretando los labios, siempre lo hace cada día, aún preguntándose si su madre, padre o hermano seguirían vivos, ya que no sabe su paradero, quizás siguen allí en el otro lado del portal, o quizás su vida se ha evaporado a manos del hacha de un orco, un orco que juraría matar algún día.

Salió de la habitación, viviendo en el mismo habitáculo que el líder de la expedición, siendo una especie de padre adoptivo para Kanor ahora, su guía y compañero a su vez, además de protector y consejero cuando debía saber de algo en específico o había algún peligro, teniéndole un gran respeto. Al salir se encontró a su "padre adoptivo", estando escribiendo en un papel cómo siempre hacía a modo de diario para saber todo lo que hacía, cómo una especie de recordatorio de todos los pequeños logros que conseguía en ese aún nuevo planeta llamado Azeroth. Era un hombre de barba poblada y largos tentáculos faciales, notandose su experiencia con cicatrices en el rostro, cuernos y partes del cuerpo, un ojo ciego, el derecho exactamente, teniendolo lechoso mientras su mano ágil seguía escribiendo.

Kanor no observó más, en todo caso fue a un lago cercano con otro grupo de Draeneis, colaborando en la pesca de alimentos, siendo como un cazador humilde, pero debía aventurarse, no podía estar todos sus milenios de vida haciendo una y otra vez lo mismo, que aunque era honorable, él buscaba algo más, tenía esa sangre ambiciosa aún así, de querer saber más, de querer ser el guía que su padre adoptivo es, el que protege al resto y vela por ellos, el que sabe cuando ir a la izquierda, y cuando rodear la cascada.