El juicio de los cuatro

[ILUSDN 814]

El viento se tornó rojo

 

- Has perdido, debes ir a decírselos

 - ¿Yo? ¿Por qué?

 - Porque has perdido. ¿Acaso eres imbécil?

Kundr despotricó y dio una patada al tocón que hacía de mesa, echando los dados por tierra; Se arrebujó en su manta y se acercó a los extranjeros a regañadientes. No le agradaban a nadie, eran invasores en sus tierras, bocas que alimentar a costa del bienestar de los suyos. Por si fuera poco, no hablaban bien el idioma, intentaban hacerse entender mediante gestos y solo en el mejor de los casos tenían la decencia de guardar silencio. 

El enano se dirigió hacia el grupo, pero en lugar de encarar hacia los humanos o los elfos, que definitivamente no entenderían ni una palabra, se acercó a Balin, su anciano congénere. En pocas palabras le hizo saber que él y su amigo de orejas picudas tendrían que someterse al juicio de los cuatro. Así, una vez que fallaran, sabrían que sus intenciones no eran honradas y podrían expulsarlos de una vez por todas de sus tierras.

Balin aceptó gustoso la posibilidad de abandonar el campamento y estirar las piernas más allá de los alrededores de las montañas. Avisó a Odriel y muy pronto estuvieron marchando colina abajo al encuentro del árbol sagrado de aquel extraño pueblo de enjutos enanos. La singular guía que se había unido al grupo para marcarles el rumbo era un joven enana de cabello rojizo. La sonrisa fácil y la falta de un diente recién caído evidenciaban, incluso al elfo, para quien todos los enanos eran iguales, que se trataba de una niña. 

Su nombre era Agrith, era simpática y enérgica y durante todo el trayecto no dejó de hablar. Odriel se lamentó de que la única palabra que supiera decir en común fuese "hola", pero al menos pudo abstraerse como de costumbre y dejar que Balin disfrutara de las incontables historias, relatos y datos anecdóticos (E increíblemente poco relevantes) que la muchacha iba obsequiando al anciano en su lengua natal.

El mago, atento al terreno y los alrededores, mantenía una actitud pasiva pero vigilante. Más se sorprendió cuando llegaron, avanzando sin prisa pero sin pausa a traves de caminos de piedra, hasta el enorme árbol de hojas carmesí. Ni ogros ni trols habían salpicado de desgracias su expedición y eso en parte tranquilizó al aeromante, ya que su grupo era extremadamente reducido.

Ruhrdrassil, como lo llamaba Agrith, y presuntamente todo su pueblo, era un colosal ejemplar de ramas y raíces tan gruesas que opacaban a los demás árboles. Más lo que realmente llamaba la atención eran las afiladas hojas que danzaban a su alrededor, como certeras puntas de lanza controladas por el viento incesante de aquella región septentrional.

Balin lo descubrió por la malas cuando intentó coger una de las hojas, y más tarde lo sufriría de peor manera. Debían atravesar aquel remolino de hojas mortales para llegar hasta el tronco del árbol. Agrith lo había hecho parecer sumamente sencillo, moviéndose escurridiza con la velocidad de los niños, como si jugase a corre que te pillo con aquellas cuchillas. Balin la siguió, confiado, pero ese error le pasó factura cuando se internó en aquel mar de aguijones que atravesaban sus ropajes.

Había llegado lejos, pero todos sus esfuerzos se volvían inútiles a medida que las heridas se sumaban una tras otra y la sangre se escapaba de su cuerpo. El anciano pensó que finalmente le había llegado su final. Asesinado por un árbol, pensó de manera amarga y con ganas de soltar una carcajada. Estaba aceptando su muerte pero de pronto una palabra estalló como un trueno a su alrededor. Como si se tratase de una orden, la voz del mago había frenado el viento alrededor de Balin extendiendo una quietud antinatural que le dio tiempo al enano de alcanzar el centro del árbol.

Odriel no tardó en unirseles y Agrith les guió por entre las raíces hacia una entrada que había pasado desapercibida. Unos ojos apagados les observaban desde la oscuridad y tanto el enano como el elfo supieron que sus problemas recién estaban comenzando. 

 

//Participantes:

@Bastián como Balin [Defensa, Atletismo]

@Yo como Odriel [Explosión Mágica - Aura Elemental]

Editado April 24, 2019 por ILUSDN

[ILUSDN 814]

Donde la luz no llega

Despertó hundido en la oscuridad. sus pupilas se dilataron hasta el extremo, ávidas de una pizca de luz, pero no había nada; Solo oscuridad, y silencio. Al levantarse notó la tensión de sus heridas, pero los cortes parecían haber sanado lo suficiente. Estiró sus manos y, sin importar en que dirección se moviese, encontró la superficie rugosa y fría de la roca. Solo había una opción y era avanzar. 

Por lo que parecieron horas Balin se desplazó por aquel túnel estrecho, ciego y en completa oscuridad. La sed comenzó a volverse su enemiga, una molestia menor considerando su situación. Aun así cuando se encontró con aquel lago subterráneo sintió un alivio palpable. Ignoró el hecho de que una luz antinatural iluminase la escena y se aproximo a las heladas aguas a beber con desesperación. 

Balin no supo si debía atribuírselo a su mente aturdida pero, cuando vio que el reflejo que le observaba desde la superficie del lago era el de un enano joven, se sorprendió. Observó alrededor intentando convencerse de que había alguien más allí. Pero nada en las proximidades parecía afirmarle esa suposición. Cuando volvió a observar el lago percibió algo más. Sin dudar un instante se arrojó al agua y nadó hacia el fondo. 

El peso de su armadura y el agotamiento le doblegaban, pero aun así logró llegar hasta el elfo que permanecía inconsciente en el fondo del lago. Cuando le tocó el pecho, Odriel abrió los ojos y le observó confundido. Balin no tuvo tiempo para sacarlo de allí, porque inmediatamente notó como algo le succionaba hasta una grieta cuyo fondo se perdía en la profundidad. El enano luchó contra aquella fuerza y contra la falta de aire. Pero su visión se iba nublando hasta darse cuenta de que iba a perder el conocimiento.

Volvió a despertar tosiendo, empapado y con Odriel arrodillado a su lado en similar situación. Se encontraban en una sala circular, dotada de una serie de monolitos marcados por inscripciones y dispuestos de forma concéntrica. Tanto Odriel como Balin reconocían esas marcas, pero no lograban recordar donde las habían visto. Por descontado, no eran parte de sus lenguas natales y aún así las percibían familiares.

Pero aquellas rocas no estaban ahí para el deleite de los aventureros sino para su destrucción. Antes de que pudieran percatarse y reaccionar, se deshicieron en fragmentos y se recompusieron dando forma a cuatro golems de roca cuyas intenciones distaban de ser amistosas.  Odriel usó cuanto estaba a su alcance. primero fue su magia, luego su espada, pero ni una ni otra hacía efecto. Balin por su parte acertaba violentos golpes de hacha que, si bien resquebrajaban a sus rivales, poco parecía afectarles en su desempeño. Ni la pericia del mago ni la valentía del enano surtirían efecto aquel día contra tan férreos contrincantes.

La derrota resultó inevitable, pero tomando un rumbo inesperado. Las paredes, el techo y el suelo comenzaron a cerrarse a su alrededor. De todas direcciones surgían guijarros pequeños y grandes, estalactitas y estalagmitas, rocas lisas y rocas rugosas. Poco a poco fueron apresando a los aventureros, oprimiéndoles el pecho, inmovilizando sus extremidades y una vez más, hundiéndoles en una oscuridad asfixiante.

Balin despertó por tercera vez aquel día y se encontró tumbado en la caverna del árbol. Unos ojos velados le observaban desde la penumbra. Con una voz sosegada y lejana les anunció que solo les quedaba someterse al último juicio, el juicio de Ig'naralion..

 

// Participantes y habilidades usadas:

@Bastián como Balin [Nadar - Advertir/Notar - Reflejos - Defensa - Hacha de una mano - Tradición/Historia ]

@Odriel [Nadar - Reflejos - Espada Ligera - Orbe elemental - Voluntad del Viento - Tradición/Historia ]

Editado April 27, 2019 por ILUSDN