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SpetznazsGandalf

Gadreth

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  • Nombre del Personaje
    Gadreth
  • Raza
    Humano
  • Sexo
    Hombre
  • Edad
    18
  • Altura
    1'75 metros.
  • Peso
    66 kilogramos.
  • Lugar de Nacimiento
    Bahía del Botín.
  • Ocupación
    Intento de espadachín.
  • Descripción Física

    Gadreth, un joven de rasgos definidos y remarcables ojeras. Sus marrones ojos van a juego con una corta y sucia melena de color castaño. Cuenta con una afilada nariz, en la que sus orificios dejan asomarse unos negruzcos pelos. Muestra una barba de pocos días junto a una morena tez con una pequeña cicatriz en la ceja, dejando el extremo derecho de su ceja izquierda separado del resto. Es el dueño de una delgada complexión, no hay nada que destaque en él salvo un tatuaje en su antebrazo derecho, grabado en diferentes tintas dentro de una escala de grises. En su tobillo diestro hay una pulsera fabricada con diferentes dientes de tiburón y una retal de tela.

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    Viste ropas simples, una camisa marinera con el pecho abierto y varias costuras gruesas y simples, un cinturón con un puñal en la parte central, colocado de forma vertical. Al lado derecho hay una pistola de chispa con su respectiva pistolera y la faltriquera con la munición pertinente. A la izquierda se encuentra un alfanje bastante maltratado por el paso de los años, colgando del talabarte. Luce unos pantalones de un tejido grueso, pero que tampoco ofrece mucha más protección que una prenda normal. Calza unas botas de caña alta, confeccionadas en cuero marrón y bastante bien labradas, si las comparas con el resto de su vestimenta...está más que claro que no las ha obtenido de forma honrada.

  • Descripción Psíquica

    Charlatán, intrépido, bocazas, pragmático, codicioso y mujeriego serían los mejores adjetivos para definir a Gadreth, pese a contar con una buena tropa de enemigos debido a su carácter irrespetuoso y deslenguado, tampoco busca cambiar su conducta de joven ignorante. Nunca olvidó la humilde infancia que tuvo, por lo que aborrece gastarse las pocas monedas que carga en el saquillo descontando el alcohol y sus demás vicios. Una de sus mayores ambiciones es grabarse un nombre en la historia de Azeroth a costa del acero y la sangre, pero eso es algo secundario. Lo más importante es cubrirse de oro y las mejores chicas de compañía al sur de Ventormenta, o eso piensa él. Adora la conversación, aún más con hombres de su misma clase social. La baja estofa. Esos estibadores que se ganan el sueldo zurciéndose el lomo de sol a sol y luego su salario termina siendo lamentable, aquellos que han sido castigados con la condición de campesinos, o otra gente que prefiere hacer su fortuna al margen de la ley, Gadreth es uno más entre ellos, y le encanta sentirse entre sus iguales. Por esas mismas razones, odia a la aristocracia, algo que no le ha causado problemas de momento debido al fétido agujero en el que reside.

  • Ficha Rápida
    No (1000 palabras mínimo)
  • Historia

    Gadreth, fue engendrado por Erith y Leine. Un cangrejero natal de los Páramos y una fulana de vete a saber donde, la cual al parir a la criatura se desentendió de ella. Erith hizo lo que pudo por críar a Gadreth de una manera decente, pero con su pobre sueldo de cangrejero apenas podía poner en la mesa un plato de comida caliente, así que hubo de recurrir a gentuza que habitaba en los sitios más marginales de aquel pozo de mierda conocido como Bahía del Botín, aquellos oportunistas eran conocidos como prestamistas. Inesperadamente, Erith sacó adelante a su familia durante un puñado de años con varios momentos en los que tuvo la soga al cuello. Gadreth, ajeno totalmente a los asuntos de su padre, tuvo una infancia relativamente feliz con unos pocos amigos. Uno de los recuerdos que jamás le abandonarán, fue que cada vez que salía de su casa debía de evitar un riachuelo de mierda que descendía por la cuesta en la que se encontraba la casa de su padre, una modesta choza construida mayormente en madera de palmera. Todo iba demasiado bien para el padre y el hijo, pero no sería así por mucho más tiempo.

     

    Gadreth consiguió vivir un año más de comodidad antes de que los prestamistas se cobraran la muerte de su padre. Volvía a casa un día como otro cualquiera, el sol se estaba poniendo y Erith debería de estar allí, preparando la cena con lo poco que le había sobrado de esta jornada, pero sin embargo no se encontraba en la choza. Ese hecho perturbaba la conciencia del pobre chiquillo, decidió esperar leyendo ese libro que ya casi se sabía de memoria "Moluscos al sur de Ventormenta, por George Zimman" el único escrito que había en la casa. Al ver que su padre no aparecía, optó por dirigirse a su camastro y intentar conciliar el sueño, las horas pasaban y pasaban, pero el hambre y el miedo que sentía por ver que su padre se retrasaba sobremanera no le dejaban pegar ojo. Dio la luz del alba precedido por el cantar de los gallos, apenas había dormido dos horas y su padre aún no había llegado. Decidió dirigirse al embarcadero donde su padre tenía por costumbre amarrar su pequeño bote. El camino estaba lleno de gente de todas las edades y profesiones, mercenarios escoltando a obesos y ricos goblins, buhoneros, panaderos, pescadores...todos se hacían un hueco para exaltar sus productos a grito pelado. Cuando por fin dejó atrás a la muchedumbre ya estaba llegando al pequeño muelle, ninguna de las embarcaciones estaba allí, ¿Habría tenido un accidente en alta mar? Lo dudaba, su padre jamás se alejaba de la costa...el asunto cada vez era más preocupante, puso rumbo al tugurio que solía frecuentar Erith, estaba a menos de quince minutos andando de aquí, cuando llegó pudo ver a una ingente cantidad de pescadores mugrientos, borrachos y pordioseros apretujados en la barra. Le costó un rato abrirse paso y captar la atención del tabernero, el cual respondió que no sabía nada de su padre desde hace dos días. Eso era aún más extraño, no había día en el que Erith olvidara pasarse a saludar a sus amigos. Gadreth cada vez estaba más preocupado, ya no sabía donde seguir buscando y empezaba a desesperarse. Llegó a una fétida esquina en la cual tiraban los despojos, se sentó apoyado en la pared, lo más alejado posible de la basura y terminó por dormirse allí mismo.

     

    Cuando abrió los ojos, ya estaba empezando a atardecer, le dolía la espalda por la mala pose que había adquirido. Volvió a casa entre lloriqueos, se le hacía imposible que su padre hubiera muerto, ¿Qué haría ahora? solo era un niño de trece años de edad en una ciudad pirata. Gadreth estuvo viviendo de las sobras que quedaban en la choza mientras lloraba la muerte de su padre durante cuatro días, pero cuando se le acabó la comida y el hambre se hizo presente, hubo de salir a la calle en busca de una nueva fuente de alimento.

     

    Durante dos años estuvo malviviendo como vagabundo, peleando por los callejones más cómodos y partiéndose la cara por un par de botas mugrientas. Hasta que se le presentó una nueva oportunidad; la piratería. Habían un gordo y un flaco en una taberna, pregonando que necesitaban marineros de todos los tipos. No tardó en acercarse a ellos Gadreth, que por sus pintas de pordiosero no recibió por parte de ellos más que una palmada en la espalda, había dejado escapar una fuente de dinero y una vía de escape para alejarse definitivamente de la pobreza...no, no podía hacerlo. Estuvo preguntando por el gordo y el flaco durante dos días, hasta que los pudo ver de nuevo en la taberna. Discutieron ferozmente y llegaron a un acuerdo, si conseguía derrotar al gordo en un combate cuerpo a cuerpo, el trabajo sería suyo y el contrato firmado al momento. Así lo hizo, ¿Cómo? La respuesta es simple, hizo lo que ningún hombre con honor haría. Mientras el gordo le saludaba de forma honorable, pero no menos extraña antes de empezar el combate, Gadreth aprovechó y le lanzó una piedra en toda la entrepierna...el gordo cayó abatido al suelo, y el flaco se quedó atónito, sin saber que hacer. Como habían prometido aquellos dos hombres, le dieron un puesto en su navío y aprendió el oficio de marinero por veteranos del mismo, no era demasiado complicado para él, y disfrutaba del olor a salitre y la brisa marina meciendo su apestosa cabellera castaña. Pero ese sueño se vio truncado cuando apenas dos horas después de salir de la Bahía del Botín, el timonel se había emborrachado la noche anterior y apenas había pegado ojo, se quedó dormido de pie y el barco terminó chocando contra unas rocas, Gadreth, en un acto bastante impulsivo pero no demasiado inteligente, se tiró por la borda nada más notar el choque. Por suerte la playa no estaba demasiado lejos y pudo ir a nado, varios miembros de la tripulación llegaron junto a él y le guiaron de vuelta a la Bahía, el gordo y el flaco se quedaron allí, intentando hacerle un apaño a su agujereada cáscara de nuez.

     

    En este tiempo, ha estado en diversas tripulaciones navegando a lo largo y ancho de los mares del Sur, actualmente está desempleado puliéndose su último salario en Bahía del Botín.

Editado por SpetznazsGandalf
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